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REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES (Serie documental de Geo Crítica) Universidad de Barcelona ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 Vol. XI, nº 634, 20 de febrero de 2006 |
Perla
Zusman
CONICET-Universidad de Buenos
Aires, Argentina
Palabras clave: Patagonia, Argentina, Virreinato de la Plata, frontera, política territorial
Key
words: Patagonia, Argentina, Virreinato de la Plata, frontier, territorial
politics
El levantamiento de las colonias en América Septentrional y el temor que los ingleses buscaran nuevas áreas destinadas al desarrollo del comercio, particularmente como mercados para sus productos, actuaron como factor catalizador para llevar adelante la ocupación española del sector sudoriental de la costa patagónica en la segunda mitad del siglo XVIII.
Así lo expresa la Instrucción del entonces, Ministro del Consejo de Indias durante el reinado de Carlos III, Conde de Floridablanca:
“Desesperanzados
los Ingleses de recobrar las vastas posesiones que ven substraídas
de su dominio en América Septentrional con tanto menoscabo de su
marina y comercio, y consiguientemente de su extensivo poder, les es ya
indispensable pensar en hacer alguna adquisición en América
Meridional, la cual sirva al mismo tiempo de empleo y de fomento a sus
pesquerías, navegación mercantil y fuerzas navales, y prometa
á la Potencia Británica para lo sucesivo alguna competente
indemnización de la gran pérdida que ha padecido” (Instrucción
de Floridablanca sobre organización de los establecimientos en Patagonia
8-5-1778, AGI, Buenos Aires, 3261).
La bahía Sin Fondo es el punto de desembocadura del Río Negro o de los Sauces y es visualizada como posible vía de penetración al Reino de Chile. Por su lado la Bahíade San Julián, más próxima a las Malvinas, podría socorrer a cualquier expedición destinadas a dichas Islas. Subalterno al establecimiento de Sin Fondo se proponía la organización de un Fuerte en el Río Colorado, considerado también vía de penetración a Chile e instrumento de defensa de las Salinas que se hallaban en dicho lugar. Del establecimiento de San Julián dependería el Fuerte de Puerto Deseado2.
Dentro de este marco, se organizaron cuatro poblaciones en la Costa Patagónica que fueron colonizadas por población proveniente de la metrópoli (provincias de Galicia, Asturias, Castilla y León). Estos establecimientos fueron los siguientes:
-Fuerte y Puerto de San José. A finales de 1778 llegaron los colonos peninsulares. El establecimiento subsistió hasta agosto de 1810, fecha en que fue destruido por un ataque indígena.
-Fuerte de Nuestra Señora del Carmen y Pueblo de Nueva Murcia. En octubre de 1779 llegaron los primeros pobladores gallegos. De todos los establecimientos, es el único que se mantuvo a lo largo de todo el siglo XVIII y XIX.
-Castillos de Todos los Santos y San Carlos, Puerto Deseado. Su vida fue corta. Se erigió con la llegada a Antonio Viedma en 1780 y fue desmantelado en agosto de 1781.
-Nueva Población y Fuerte de Floridablanca, Puerto de San Julián: fue organizado en enero de 1781 y fue mantenido hasta enero de 1784.
Las poblaciones patagónicas quedaron a cargo del comisario superintendente, designado por la Corona y subordinado al virrey de Buenos Aires. En el caso de la Bahía Sin Fondo se nombró como Comisario Superintendente al marino español Francisco de Viedma y Narváez3, autor de la memoria presentada, y en el De San Julián a Juan de la Piedra, reemplazado luego por Antonio de Viedma4.
Según Nacuzzi (2002: 57) Francisco de Viedma “desempeñó las múltiples funciones que se requerían de un Comisario Superintendente en la frontera: fue juez en primera instancia de los conflictos entre pobladores y tropa, administrador de la Real Hacienda (sueldos, control de los Reales Almacenes), ministro del interior que ejerció un fuerte control territorial, cumplió sus tareas administrativas (informes, rendiciones de cuentas, control del estado de las obras, de los enfermos, de los víveres) y resultó un excelente ministro de relaciones exteriores con los indios”. Este Comisario Superintendente dejó registro de los cinco años de desempeño al frente del Fuerte de Nuestra Señora del Carmen (1779-1784) en su diario o en cartas que enviaba a los virreyes de Buenos Aires o a las autoridades de Indias, en España.
La controversia en torno al desalojo de los establecimientos y la postura de Francisco de Viedma.
En pleno proceso de reestructuración administrativa del Imperio y frente al hecho de que los establecimientos patagónicos no estaban consiguiendo ser autosuficientes, la corona revisa la necesidad de mantenerlos. Dentro del propio Virreinato del Río de la Plata se confrontan dos posiciones. Por un lado, la del Virrey Vértiz, basado en informes de los Pilotos de la Real Armada Joseph Goycoechea, Juan Pascual Calleja y Bernardo Tafor, se declara férreo partidario de su abandono y de mantener sólo del establecimiento del Río Negro. Ellos destacaban la hostilidad de las condiciones climáticas y las limitaciones para la extracción de sales o la explotación pesquera, dos actividades que, posiblemente, permitirían insertar los establecimientos en la economía imperial. Por el otro lado, el Comisario Superintendente Antonio de Viedma5, el Piloto de la armada real Basilio Villarino6 y Francisco de Viedma, se mostraban partidarios de su preservación, acentuando en este sentido la importancia del Puerto de San José. En realidad estos últimos ponían énfasis en las potencialidades que presentaba el área para su autosuficiencia.
Es dentro de este marco que podemos situar la Memoria de Francisco de Viedma presentada a continuación. Cabe destacar que este documento es una transcripción del existente en el Servicio Histórico Militar (España) legajo No 2-1-8. Este se divide en tres partes: en la primera Viedma ofrece su propia versión de la controversia y los fundamentos que justifican su postura a favor del mantenimiento de los establecimientos patagónicos. En la segunda parte destaca la organización que ha adquirido este asentamiento de Carmen de Patagones a partir de señalar la cantidad de población que el mismo agrupa y el tipo de infraestructura que se ha erigido. Finalmente, en la tercera presenta una encuesta realizada a 26 pobladores en las que se les interroga sobre el rendimiento de los terrenos cultivados.
A partir de la información ofrecida por el documento redactado por Viedma podemos observar que en el año 1782 el establecimiento de Carmen de Patagones contaba con 362 pobladores, de los cuales 131 eran colonos, 92 militares y 38 presidiarios (estos últimos fueron clasificados por Viedma dentro de la categoría de operarios). La encuesta realizada muestra que muchos de los pobladores procedían de los reinos de Castilla (Zamora, Salamanca y Palencia) y de Galicia (Lugo, Mondoñedo y Orense), que muchos de ellos eran hombres solteros (aunque es posible que las mujeres no fueran sometidas a la encuesta) y que la edad media era de 37 años.
Desde el punto de vista edilicio puede distinguirse el área que se encuentra protegida por el fuerte de aquella que se encuentra fuera del mismo. Mientras que la vivienda del Superintendente, la capilla, los cuarteles y los almacenes para los alimentos se encontraban rodeados por el fuerte y construidos con piedra, fuera del fuerte se situaban la mayor parte de las viviendas de los pobladores y de los operarios, la herrería, el hospital, el estanco de tabaco. Estos edificios estaban realizados con piedra, paja, junco y adobe. También se erigieron cuevas subterráneas como depósitos de tabaco, de pólvora y municiones, para trigo y también para vivienda.
El manuscrito da a conocer la productividad agrícola y ganadera del área. Ello lo hace a partir del conteo de especies vegetales sembradas y cosechadas y de cabezas de ganado. El área había resultado apta fundamentalmente para el cultivo de trigo, de zapallo, de melones y sandías. Los pobladores habían sembrado también maíz, cebada, habas, garbanzos, cebolla, ajo, repollo, coles, lechugas, berzas7, arvejas, tomates y también frutales (duraznos, naranjos, limones), observándose un rendimiento desigual entre las distintas parcelas. Muchas veces la producción de estas especies se vio afectada por las heladas (porotos y habas, entre otros), por sequías, por las crecidas del río Negro, por la langosta (berzas y trigo, entre otros) o por haber sido comida por los caballos de los indígenas (maíz). En el año 1782 Carmen de Patagones contaba con ganado bovino, equino y lanar, sumando un total de 1.190 ejemplares. Para Viedma, esta información demostraría que el establecimiento podía producir sus propios alimentos y comercializar los excedentes.
Francisco de Viedma responde así a aquellos informes que sostenían que el área era inhabitable, que en ella solo podrían observarse muertes por escorbuto. Viedma explica que, en realidad, dichas muertes se habían observado en personas que no residían en el área. Aprovecha la oportunidad para mostrar que los problemas por los que había pasado el establecimiento a su cargo se derivan de la ineficiencia del gobierno de Buenos Aires para garantizar el abastecimiento de las poblaciones patagónicas. Y son justamente los intereses de Buenos Aires y Montevideo que presionan para el abandono de los establecimientos ya que “logran a costa del Rey enriquecerse, y ennoblecerse con vasallos en las Familias Pobladoras que han conseguido para el cultivo de sus chacras”.
En síntesis, la fuente que presentamos aquí, nos permite conocer la posición y argumentaciones que desarrolla Francisco de Viedma para el mantenimiento de los establecimientos en cuestión.
Sin embargo, consideramos que desde la perspectiva de la geografía histórica ella cuenta con otras potencialidades. En primer lugar, nos permite conocer la configuración de los establecimientos, la forma de organización de los mismos y la composición de su población. En segundo lugar, nos aproxima al tipo de actividades desarrolladas en Carmen de Patagones. En este caso, la agricultura y ganadería ocupa un destacado espacio en la orientación productiva de esta factoría. Sin embargo, se observan terrenos con condiciones diferenciales para el cultivo. Así, mientras algunos terrenos precisarían de riego para ser productivos, otros necesitarían ser protegidos contra las inundaciones o las heladas. En tercer lugar, el documento nos aporta información sobre las dinámicas que los habitantes de origen europeo mantenían con las sociedades nativas. Así Viedma destaca que fue el comercio con los indios que permitió al establecimiento contar con aguardiente, yerba mate, carne fresca y tabaco, todos bienes que deberían haberse recibido de Buenos Aires y que, junto con la demora de envío de peones estaba retrasando la explotación de sal, un recurso cuya comercialización, aseguraría la sobrevivencia del establecimiento.
Relación que manifiesta el Estado que tiene el día de la fecha la Población del Rio Negro en la Costa Patagónica con expresión de los individuos que la componen, sus frutos y aumento de las obras. Francisco de Viedma.
Excelentísimo Señor
Señor
La adjunta relación que va señalada con número 1, enterará a Vuestra Excelencia del estado que tienen este establecimiento, sus producciones, y aumentos, no obstante los escasos auxilios que se me han franqueado.
En el mes de agosto del año próximo anterior di parte a Vuestra Excelencia del descubrimiento del Río Colorado, con plano y diario del 2do Piloto de la Real Armada Don Basilio Villarino, que consiguió con la chalupa San Francisco de Asis, y el bergatín de su mando el Carmen, y Animas.
Con igual fecha, plano y diario di noticia al Virrey de Buenos Ayres, de esta descubierta, y le propuse hacer la principal población en aquel paraje por los motivos contenidos en el oficio cuya copia iba señalada con el número 2.
Estos pliegos los remití en el expresado bergantín por mano de su Capitán Villarino por no estar capaz este buque de continuar los reconocimientos a menos que no se carenase, y pedí al Virrey con toda instancia se ejecutara con la mayor brevedad la carena por no perder la estación del verano, para seguir los reconocimientos de la costa, si era posible hasta el cabo de San Antonio.
A este oficio se me respondió con la Orden de que es copia la señalada con el Número 3, a la cual para mayor instrucción de Vuestra Excelencia he puesto las notas marginales con que satisfago los más de sus particulares.
La estación del verano se ha perdido en el todo para los reconocimientos porque a Villarino no se le dieron los auxilios que necesitaba, y se ha llevado la carena con la omisión que resulta del diario que a este fin llevó, y va señalado con el número 4.
Este río no se ha reconocido por haberme separado al Primer Piloto de la Real Armada Don Juan Pascual Calleja, sin haber enviado otro en su lugar que se hiciera cargo de esta comisión que había puesto a su cuidado. No obstante que se me franquearon los auxilios que para ello tenía pedidos, sirviendo solo de acrecentar gastos al Rey que es el objeto del Ministro de Buenos Ayres para obligar a Su Majestad en tan crítica ocasión que no se continúen los establecimientos.
Al mismo fin se han tomado, y están tomando informaciones de los Capitanes, y Patrones Reales, y Patronos de los Bergatines que navegan en este río, y aún se dice que de los frailes que han estado de capellanes (que por justas causas pedí su muda), sobre la calidad de los terrenos y otros particulares, y aunque no puede ignorarse la ineptitud de estos sujetos para hablar con algún conocimiento en la mayor parte de los que se les pregunta, como el ánimo es confundir la verdad tirándole a los establecimientos, no hay mejor medio que aglomerar papeles por que el dicho (pongo por ejemplo) de Juan, Pedro, o Francisco, en tan larga distancia solo se atiende a lo que suena, pero no a las circunstancias de quien informa porque se ignoran; estas se sabrán cuando a mi se me oiga en justicia.
Todo Buenos Ayres, y Montevideo están declarados contra los establecimientos, los unos para lisonjear a los jefes, y los otras porque de derivarlos logran a costa del Rey enriquecerse, y ennoblecerse con vasallos en las familias pobladoras que han conseguido para el cultivo de sus chacras.
Don Martín Josef de Altolaguirre, Oficial Real Factor de la Cajas de Buenos Ayres, hombre poderoso, y hacendado tiene treinta y siete familias en una chacra, a este tenor otros muchos: ahora pues reflexione Vuestra Excelencia que qué no harán contra estos establecimientos para que no se les prive de tan ventajosa proporción.
Suspendo Señor Excelentísimo dilatarme más en estas materias porque son interminables; me parece que con las enunciadas, y cuanto contienen los adjuntos documentos es muy suficiente a la elevada comprensión de Vuestra Excelencia que se haga cargo de cuanto para y en qué términos se cumplen la voluntad y órdenes del Rey.
Si conviene la prosecución de estos establecimientos al Estado, y es voluntad de Su Majestad, se sigan, Vuestra Excelencia sabrá sostenerlos con el vigor que corresponde, estando bien asegurado que hasta la última gota de sangre sacrificaré primero que desista de la confianza que he merecido al Rey en el encargo de esta comisión por la alta protección de Vuestra Excelencia: Y si en el día mediante tales motivos, y circunstancias que obliguen a abandonarlos o suspenderlos ruego a la bondad de Vuestra Excelencia se me de a entender, que con esta seguridad, yo desistiré de mi empeño sin que sea necesario que para ello se me trate con tanta persecución, y desprecio por el Superior Gobierno de Buenos Aires, pues a no mediar mi honor pediría mi retiro al Rey por no verme en tan continuados bochornos.
Dios guarde la importante vida de Vuestra Excelencia muy y felices años
Fuerte del Carmen Rio Negro, 10 de abril de 1782
Francisco de Viedma
Exmo Sr Conde de Florida
Blanca.
Comisario Superintendente Don Francisco de Viedma --- 1 Contador
y Tesorero Don Francisco Ibarzabal --- 1
Capellanes
Fray Pedro Gómez y Fray Tadeo Terán --- 2
Guarda
Almacén y Escribiente Don Juan Ignacio Pérez --- 1
Subalterno
de Guarda Almacén Joseph Michan --- 1
Contralor
el Sargento de Artillería Nicolás Muñoz --- 1
Cirujano
Don Martín Pavón --- 1
Escribiente
Don Pedro Fermín Indarte --- 1
Sangrador
Vicente Monto --- 1
Sacristán
el Soldado del Regimiento de Infantería de Buenos Aires Antonio
Rodríguez --- 1
11
Operarios
Pobladores
Edificios de Piedra dentro
del Fuerte
Cuevas subterráneas
Embarcaciones y gente
de Mar
Piloto 2º de la Real
Armada Don Basilio Villarino --- 1
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Semillas que se han sembrado desde el mes de mayo del año próximo anterior
Noticia del Ganado Vacuno, Lanar, y Caballar que existen en este Establecimiento
Caballos del Rey --- 337
Notas
1era Que todo el ganado y caballos que arriba se expresa, se ha comprado de los indios a cambio de aguardiente, yerba mate, cuentas, bayeta, tabaco y a haber enviado de Buenos Aires de estos géneros lo que ha pedido el Superintendente tal vez habría el suficiente para empezar a comer carne fresca, y ya tendríamos los muchos bueyes que son menester para las labores, de la agricultura y carretas que se ocupan en las obras, y conducción de sal de la salina al embarcadero, para cuyo defecto, y falta de peones no se ha podido empezar los envíos de sal a Montevideo hasta este verano, que han ido dos bergantines con 700 fanegas.
2ª Que por el mismo motivo y el de enviar a este establecimiento, aquellos pobladores, mas inútiles, desidiosos y holgazanes que han venido de España no se cogen frutos al presente cuasi para que subsista por sí la población
3a Que estos terrenos son muy sanos y prueba de ello que desde el día 18 de abril que llegamos a este río a establecer solo han muerto 21 personas, cinco venían tocadas de escorbuto del Puerto de San Josef en el grado incurable, cuatro han fallecido de muerte violenta, los dos ahogados, uno quemado y el otro de una rodada de un caballo, tres párvulos recién nacidos, y los restantes unos han venido enfermos de pecho de Montevideo y otros dos éticos9 de modo que de enfermedad contraída aquí no hay ejemplar haya muerto persona alguna.
Fuerte del Carmen Río Negro 22 de Abril de 1782.
Francisco de Viedma
Noticia de las semillas que se han sembrado en este Establecimiento del Río Negro desde el mes de mayo del año próximo anterior y frutos que han producido hasta el día de la fecha que bajo el juramento dan los pobladores y otros sujetos que las han sembrado cuyos nombres, siembras y frutos son a saber:
Juan de Ureña, natural de la Villa de Trigueros, obispado de Palencia, de edad de cuarenta y cinco años dijo: que sembró en la Banda del Sur como fanega y media arroba de trigo de la medida de esta tierra, el que produjo siete cuartillas de la misma medida. De habas media arroba y cogió siete cuartillas, después de haber comido y vendido verdes alguna porción. De zapallos, que sembró corta porción y cogió como unos ciento y cincuenta.
Manuel Fernández, de Villalba de Castro, Partido de Zamora, de edad de veinte y cuatro años mozo soltero; dijo que, de trigo sembró como dos fanegas y media de la medida de esta provincia, del que no cogió cosa alguna por no haber llovido el tiempo de espigas ni tampoco bañar el río la tierra como crecientes. De garbanzos sembró una arroba y, por no haber ganado y haber sobrellevado una tempestad con piedra, no cogió cosa alguna. De porotos, que sembró seis libras y un celemín de maíz, y uno y otro, se perdió por habérselo comido la langosta y los caballos del Rey, y últimamente que sembró una arroba de habas, de las que no cogió cosa algunas por ser la tierra fría.
Josef Guerrero y Bernardo Baltuille, pobladores en este destino. Primos naturales de Fuentes Nuevas, Obispado de Astorga, mozos solteros y que labran de compañía en la Banda del Sur dijeron, que han sembrado como seis fanegas y media de trigo, y han producido veinte y dos fanegas y media. De habas, media arroba, y sólo han cogido para su gasto; y últimamente zapallos y sandías han sembrado una porción regular; que la sandias, aunque tuvieron una gran porción, se las comieron los chanchos, y no pueden decir la cantidad que había, y de zapallos habían cogido unos cuatrocientos.
Francisco Corral, natural de Calzada de Valdurie, Obispado de Salamanca, soltero, de edad de sesenta y un años, dijo que sembró como unas tres fanegas de trigo las que han producido diez y siete fanegas. De maíz, un celemín, el que no produjo por habérselo comido la langosta como también al trigo, que si no hubiera sobrevenido esta plaga cogería mucho mas, y zapallos de los que había cogido unos mil y de garbanzos una arroba y no produjeron por habérselos comido la langosta.
Juan Gonzalez, de Calzada de Valdurie de dicho Obispado de Salamanca, soltero, de edad de cuarenta y seis años. Dijo que sembró unas dos fanegas de trigo y cogió quince por haberle causado daño la langosta. De habas, media arroba, y no produjeron por habérselas comido la langosta. De maíz, un celemín, el que se comieron los caballos de Antonio Miguel. De garbanzos, una arroba, y no produjeron por estar muy inmediatos del río y han resfriado las tierras las continuas mareas y, últimamente, que sembró zapallos, y había cogido como ciento y cincuenta.
Bentura Castrello, natural de la Feligresía de San Jorge de Aguas Santas, Obispado del Lugo, soltero, de edad de cuarenta y cinco años. Dijo que sembró cinco fanegas de trigo en la banda del Norte de este río y ha cogido setenta y tres: De garbanzos, cuartilla y media, media arroba ha cogido que dice sembró. De maíz, un cuartillo, el que regularmente cogen media fanega. De cebolla de época, porción de semilla cogió doce riestras fuera de las del gasto, zapallos, unos doscientos, porotos, una arroba, lo que iban muy buenos pero se perdieron por haber sobrevenido una helada y habiéndolos quemados todos: Y de habas, de una arroba, que sembró cogió media fanega.
Josef Barrios, y Bartolomé de Dios, el primero natural de la Puebla de Sanabria, obispado de Astorga, soltero, de edad de veinte y seis años y, el segundo, del lugar de Corrales, Obispado de Zamora, soltero, de edad de treinta y un años: Dijeron que de campaña sembraron una cuartilla de trigo y cogieron un celemín a causa de habérselo comido la langosta y la seca: De maíz, un celemín, el que no nació, y no saben a qué atribuirlo por que la tierra tenía bastante jugo. Zapallos, que cogieron unos doscientos y tantos entre chicos y grandes.
Antonio Guardiola, natural de Villa de Entrala, Obispado de Zamora, casado, de edad de treinta y cinco años, dijo que, habiendo llegado de poblador de este establecimiento por octubre del año próximo anterior compró a Antonio Berdoncer la siembra que tenía y el trigo sembrado, ha oído decir a Bentura Castuelo, que fue quien lo sembró, era tres cuartillas de la que ha cogido treinta fanegas. De maíz sembró como dos celemines. Se comieron más de la mitad los caballos de los indios, y tiene recogida más de una fanega, de habas había unas pocas y se las comieron los caballos. De garbanzos y porotos, media arroba de cada cosa, iban muy superiores pero se los comieron los caballos de los indios. De repollos, ha sembrado pocos pero ha producido con mucha fertilidad. Cebolla, ajos y zapallos ha producido con abundancia particularmente de zapallos que había cogido como unos doscientos.
Don Vicente Bazques Salgado, natural de la Villa de Allaniz, Obispado de Orense, soltero, de edad de cuarenta y tres años dijo: que sembró como una cuartilla de trigo, y cogió unas dos fanegas. De habas, una cuartilla y cogió cinco, de maíz medio celemín de la medida de España, y no ha producido por la seca y porque el que estaba bueno se lo comieron los caballos. Que lechugas, berzas cebollas, rábanos, ajos, zapallos y perejil ha producido medianamente, y, últimamente, que sembró un poco de lino y escarola. El primero que se crió pequeño, y la escarola, aunque salieron bien, como es menester apocarla se pudre.
Pasqual Caballero, natural del lugar de Pozuelo de Tavara, soltero, de edad de veinte y ocho años, dijo: que sembró como tres fanegas y cuartilla de trigo y cogió cuarenta y siete fanegas y de cebada una cuartilla; por estar agorgojada no salió: de habas, sembró media arroba y cogió una cuartilla, de garbanzos, media arroba y produjo cuartilla y media poco menos. De maíz, media arroba cuyo fruto no ha recogido pero está bueno y la regula como fanega y media. Repollos, ha cogido cuatrocientos y sesenta y cada uno ha vendido a Real por haber sido grandes y, a más, ha tenido muchos chicos, y bastante porción de coles, y aún le quedan que vender repollos de la misma calidad. Ajos, sembró cuatro riestras, y ha cogido una arroba. Guisantes, sembró media libras y ha cogido treinta: Porotos, sembró cuatro libras y ha cogido para vender verdes, como unos dos pesos y medio y media arroba de secos, y los demás se los ha llevado la helada y, últimamente, que ha sembrado melones y zapallos y ha producido regularmente.
Bartolomé Moreno, natural de Zamora, de edad de cuarenta años, dijo que vino de poblador por octubre de 81 y solo pudo sembrar maíz muy poco y a no haberlo comido los caballos hubiera dado bastante, que sembró coles, tomates, sandias, zapallos, melones y dos sarmientos todo lo cual ha prevalecido con mucha fertilidad excepto los zapallos. De melones y sandías, solo que hizo treinta pesos y el pedazo que sembró sería como de ocho varas en cuadro, por no haber podido labrar más tierra, lo que benefició con el riego a baldes.
Francisco Centeno, natural de la villa de Revenga, Obispado de Palencia, de edad de cuarenta y ocho años: dijo que sembró tres fanegas y cuartilla de trigo que produjo cuarenta fanegas, de cebada, una cuartilla que tomo del Rey, la que no nació por estar agorgojada; y si de un puñado que le dio un vecino cuya simiente prevaleció y tuvo como una cuartilla de cosecha: de maíz dos gorros, el que está por recoger, y que no sabe si sacará dos fanegas, no obstante habérselo comido los caballos: que sembró sandías, melones y zapallos, y por haber sido muy tempranos se le perdieron los más a excepción de una mata de melón que le dio siete, ocho y de zapallos tres que produjeron tres docenas y media, y, últimamente, lechugas y ajos que prevalecieron, pero los ajos no tanto por haberlos sembrado en terrenos que era secano.
Antonio Vera, natural de la Villa de Feligresia Rupan, Obispado de Mondoñedo, de edad de cuarenta dos años, dijo sembró media fanega de trigo y recogió tres fanegas, de maíz sembró dos gorros de grano, y recogió como media cuartilla y, últimamente, sembró sandias, zapallos, que de lo primero recogió regularmente al año pasado, y de tomates, coles, lechuga: han producido bien, y ha recogido bastante, como las cebollas y ajos.
Francisco Vazques, natural de la Santa María de Castro, Obispado de Mondoñedo, dijo que no había sembrado trigo, ni cebada, solo sí arvejas, repollos, habichuelas, zanahorias, lechugas, zapallos, tomates, rábanos, perejil, escarola, espinacas, mostaza, duraznos, naranjos, y limones, maíz, cebollas, y ajos: de todo lo cual ha prevalecido en esta forma: arvejas sembró tres libras y recogió doce, sobre poco más o menos, de repollos quinientas plantas y cogió quince o diez y seis buenos y los restantes florecieron tres libras de habichuelas poco mas o menos y recogió como catorce poco mas o menos. Zanahorias no recogió, lechuga prevalece si la riegan, zapallos, de dos mil pepitas que sembró, poco más menos echando en cada agujero catorce y volviendo a resembrar, por haberse perdido la primera vez, recogió trescientos, y cincuenta zapallos poco mas o menos, tomates de cincuenta plantas, tres, cuatro docenas y, aún permanecen, las plantas con tomates verdes, rábanos bien prevalecen, perejil con abundancia, escarola no prevalece; con abundancia; duraznos prevalecen, naranjos y limones no prevalecen, por que dice lo impiden los astros, esto es el sol, la luna, y las estrellas; maíz prevalece no con abundancia, cebollas con abundancia, ajos prevalecen lo mismo, y últimamente habas medianamente.
Josef Patiño, natural de la Feligresía de Santa María de Osa, del Arzobispado de Santiago. Soltero, de edad de treinta años dijo: Que sembró una cuartilla de trigo, la que produjo fanega y media y que ha sembrado berza, lechuga, ajos, cebollas, apio, porotos, guisantes, maíz, zapallos y habas, todo lo cual ha prevalecido con abundancia y fertilidad y duraznos. Tiene cuarenta y cinco, que los puso tres años, que los hace la primavera inmediata, muy fértiles y le parece que la primavera que viene darán fruto.
Domingo Antonio Cañada, natural de la ciudad de la Coruña, reino de Galicia, casado, de edad de cuarenta años dijo, que sembró de trigo poco más o menos de una cuartilla, que nació con mucha fertilidad, y se fue criando lo mismo; pero los caballos de los indios, avutardas y patos se los comieron dejando raso y no obstante volvió a retoñar, pero habiéndole sucedido la misma desgracia, por este motivo, y la seca que fue al tiempo de espigar, se perdió y solo vino acoger cerca de media fanega; y de cebada el primer año que vino a este establecimiento traía de la Coruña dos puñaditos para remedio, y la sembró para tomar experiencia de la tierra, lo que le produjo media cuartilla de la medida de esta tierra, y esta la sembró el año pasado inmediato del trigo; iba con muchísima fertilidad pero la sucedió la misma desgracia, habiéndosela comido los caballos, patos y avutardas, no obstante cogió lo mismo que tenia sembrado; que asimismo ha sembrado coles, lechugas, espinacas, escarolas, nabos, maíz, sandías, melones, tomates, zapallos, ajos, cebollas, habas, porotos, que todo lo cual ha producido con mucha fertilidad menos los porotos, que no le granaron bien por la helada, que las habas le produjo con tanta abundancia, que de dos libras cogió media fanega, y entre cebollas, y ajos noventa riestras de a cincuenta cabezas cada riestra.
Santos Gaspar, natural del lugar de Tudera, Obispado de Zamora, de edad de veinte y cinco años dijo que a últimos del mes de octubre del año próximo pasado compró una huerta del Sargento del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires, Francisco Martinez, pobladas de algunos árboles frutales como duraznos, dos manzanos, y un membrillo, en noventa pesos, y con solo la hortaliza que tenía y vendió de lechuga, coles, ajos, cebollas, sandías y melones, zapallos y pepinos, tomates, porotos, y chicharos10, habas, rábanos y zanahoria, escarolas, y calabazas, vinateras, sacó ciento cincuenta pesos desde que la compró hasta el mes de enero de este año, porque todo ello produjo con fertilidad y abundancia, y hallarse últimamente enfermo y no poder trabajar, la ha vendido despoblada de plantas en sesenta pesos.
Rodulfo Trigueros, natural de la Villa de Autilla del Pino, obispado de Palencia, soltero, de edad de cuarenta y tres años dijo que sembró fanega y media de trigo, del que no recogió cosa alguna, pues aunque nació bien y llevaba buena disposición, por habérselo comido la langosta, y haber faltado el agua, pues en el paraje que lo sembró no llega la marea se perdió, de habas sembró una arroba y cogió una cuartilla, y que sembró zapallos, y se helaron, berzas, aunque sembró se las comió también la langosta y maíz una corta porción y no nació.
Francisco Martinez, Sargento del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires, y destacado en este establecimiento: de edad de cuarenta años, natural del Reino de Murcia, dijo, que con el motivo de haber venido destacado a este destino, por la afición que tiene a la agricultura, y ocupar los ratos ociosos pidió al Señor Superintendente Don Francisco de Viedma un poco de tierra para hacer una huerta, y habiendo sembrado en ella toda especie de semilla como son lechugas, cebollas, ajos, coles, habas, rábanos tomates, pimientos, zapallos, melones, sandías, porotos, arvejas, nabos, escarola, acelgas, zanahorias, duraznos, membrillos, manzanos, y alvarillo, de todo lo cual ha nacido, y prevalecido con fertilidad, y las verduras son exquisitas, y prueba de ello es haber vendido la planta que tenía en esta huerta, del poblador Santos Gaspar en noventa pesos y le ha oído decir que, en poco tiempo, sacó del fruto solo de los ajos y cebollas, su valor, y ganó sesenta pesos de la otras plantas.
Gregorio Martín, soldado del Regimiento Fijo de Buenos Aires, de edad de veinte y seis años, natural de Cinco Olivas, Partido de Alcañices, Reino de Aragón, dijo que con el motivo de ser uno de los primeros, que llegaron de este río cuando se vino a establecer, pidió al Señor Superintendente un poco de tierra para hacer una huertecita, y habiéndosele concedido, sembró en ella coles, cebolla, ajos, habas, rábanos, lechuga, escarola, porotos, maíz, zapallos, sandías, todo lo cual produjo bien a excepción, de las habas, y maíz que dice no le granó mucho.
Gerónimo Flamaner, soldado del mismo regimiento que arriba se expresa, natural del Reino de Francia, su edad de cuarenta y un años; dijo que ha tenido huerta la que vendió a un poblador, y en ella ha sembrado coles, lechugas, tomates, cebollas, porotos, habas, melones, maíz, zapallos, todo lo cual ha prevalecido bien y en bastante abundancia, y fertilidad.
Antonio Monet, soldado del Regimiento Fijo de Buenos Aires, de edad de cincuenta y ocho años y natural de Burdeos, Reino de Francia, dijo que ha tenido dos huertecitas, las que vendió a un poblador, en las cuales ha sembrado, coles, zapallos, chícharos, nabos, perejil, cebollas, ajos, lechugas, tomates, escarola, maíz; porotos, y habas, todo lo cual ha producido con fertilidad a excepción del maíz que crió poco.
Juan Formen, soldado del Regimiento fijo, natural de Ripol, Reino de Cataluña, de edad de treinta y ocho años, dijo que ha tenido huerta, la que vendió a un poblador de los que vinieron en el Barco de Juan Baptista Acosta y en ella sembró cebollas, ajos, lechugas, coles, escarolas, habas, porotos, maíz, sandías, melones, zapallos, y duraznos, todo lo cual ha producido con mucha fertilidad, y de duraznos tiene doce almácigos de trescientos árboles entre los dos.
Juan Josef Blanco, soldado del expresado regimiento, natural de Galicia, de la Parroquia nombrada Santa Maria de la Contizuela, de edad de cuarenta y dos años, dijo: que ha tenido huerta en este establecimiento en el cual sembró coles, zapallos, lechugas, ajos, cebollas, maíz, arvejas, garbanzos, maní, de todo lo cual ha producido con abundancia a excepción del maní, que no cogió por no haber nacido, y los garbanzos y produjeron poco.
Cuyas declaraciones se tomaron por el Señor Comisario Superintendente Don Francisco de Viedma, en las casa de su habitación, en la noche del día de ayer, y la de el de esta fecha hallándose presentes del ver juramentar las disposiciones de los individuos que en esta relación se expresan, y oyen sus dichos los Capitanes del Regimiento Infantería de Buenos Aires: Don Josef Ignacio Merlo, Don Joaquín Romero, Don Nicolás García y Don Pedro García y, asimismo, Don Josef Perez Brito, Ingeniero extraordinario, el Teniente de Infantería de dicho Regimiento Don Vicente Fernández Savedra y don Francisco Xavier Peira Alférez de Dragones: cuyas diligencias se ejecutaron con aquella imparcialidad, y libertad que es debida manifestando en sus dichos, los citados individuos cuanto quisieron exponer, todo lo cual se escribió a la letra conforme dijeron, y para que conste firma estas declaraciones el expresado Sr. Superintendente con los enunciados Oficiales y Pobladores que saben escribir formándose seis de ella por principal, y Duplicados para los fines que convengan: Fuerte del Carmen Río Negro, Diez y nueve de Abril de mil setecientos ochenta y dos.
Servicio Histórico
Militar de España- Legajo 5-1-2-2
Notas
1
Si bien el Documento al que hacemos referencia se encuentra en AGI, Buenos
Aires, 326, el mismo carece de autor, el cruce con citas textuales del
Diario de Antonio Viedma (citado en Luiz y Schillat, 1989: 49-50) nos permite
deducir que se trata de la Instrucción de Floridablanca.
9 Héticos, es decir tisicos (nota de la autora)
10
Variedad de guisantes (N de la editora).
Bibliografia
GORLA, C. M Los establecimientos españoles en la Patagonia: estudio institucional. Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1984.
LUIZ, M. T, SCHILLAT, M. La frontera austral. Tierra del Fuego. 1520-1920. Cádiz: Universidad de Cádiz. Servicio de Publicaciones, 1997.
NACUZZI, L. R. Francisco de Viedma, un “cacique blanco” en tierra de indios.In: NACUZZI. L.R. (comp.) Funcionarios, diplomáticos, guerreros. Miradas hacia el otro en las fronteras de pampa y patagonia (Siglos XVIII y XIX). Nacuzzi L. R. (comp.) Buenos Aires: Sociedad Argentina de Antropología, 2002.
WRIGHT, I.S., Nekhom, L. M. Diccionario Histórico Argentino. Buenos Aires: Emecé, 1990
ZUSMAN, P. ¿Terra Australis-res nullius? El avance de la frontera colonial hispánica en la Patagonia. Scripta Nova. (En Línea) Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 1999. No 45 (34), <http:// www.ub.es/geocrit/sn-45-34.htm.>
ZUSMAN, P.
Tres
fronteras y la construcción colonial del Territorio del Río
de la Plata (1750-1790), Tesis Doctoral. Barcelona: Universidad Autónoma
de Barcelona, 2000.
© Perla Zusman, 2006
Ficha bibliográfica
ZUSMAN, P. El estado
de los establecimientos de la costa patagónica según el informe
del marino Francisco de Viedma (1782). Biblio 3W Revista Bibliográfica
de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona,
Vol. XI, nº 634, 20 de febrero de 2006. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-634.htm].
[ISSN 1138-9796].