Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XIII, nº 793, 15 de agosto de 2008


FAVELAS EN CIUDADES MEDIAS BRASILEÑAS: EXPANSIÓN Y DIFICULTAD DE MEDIDAS DE CONTROL

 

Marcos Esdras Leite[1]
Universidade Estadual de Montes Claros - UNIMONTES
marcosesdras@ig.com.br


Favelas en ciudades medias brasileñas: Expansión y dificultad de medidas de control (Resumen) 

Se pudo percibir que la formación de favelas ya no es una característica sólo de las ciudades grandes, sino que en los últimos años se ve muy a menudo un rápido crecimiento del número de favelas en ciudades medias. Por lo tanto es natural que problemas de dimensión socio-espacial surjan y, consecuentemente, se hace necesario tener controlado este proceso de crecimiento. Hasta el momento no hay una definición consensual de criterios para la acepción del término favela, y los diferentes órganos de gobiernos brasileños, responsables por dicho tema, utilizan diferentes criterios para clasificar una cierta aglomeración de viviendas como una favela, y surge de ahí una dificultad  en la implantación de políticas públicas básicas más generales. El fenómeno es ahora frecuente sobre todo en las ciudades medias. Este panorama permite hacer un estudio comparativo de los diferentes conceptos de favela en Brasil, destacando en qué puntos estas definiciones no se adecuan a la realidad, asimismo revelar en cierto modo la intensidad de cómo el proceso de crecimiento de favelas se pasa en las ciudades medias.

Palabras-clave: favelas, ciudades medias, Brasil, expansión


Favelas in medium sized brazilian towns: expansion and difficulty of controlling measures (Abstract)

In the last years there has been a surge in the increment of the number of favelas in mean-sized brazilian towns, so that the formation of favelas is no longer a characteristic of big cities. Hence, it is only natural that this phenomenon gives raise to socio-spatial problems and, consequently, to the necessity of controlling this process. Currently there is not a consensus for the criteria to defining the term 'favela'. Thus, the different organs of the brazilian administration concerned in the problem use different criteria to classify a certain agglomeration of dwellings as a favela, and this originates obstacles to the implementation of basic public projects. This panorama highlights the interest of making a comparative study of the different concepts of favela in Brazil, specially in mid-sized cities, that be also able to reveal the inadequacies of those concepts to the social reality.

Keywords: favela, mid-sized towns, Brazil, expansion


En muchas de las ciudades de los países subdesarrollados o pobres hay un crecimiento descontrolado de la crisis urbana, resultado de una gran cantidad de problemas sociales y, más específicamente, de aquellos problemas de orden socio-ambiental. En este contexto, la favela es consecuencia, por una parte, de una urbanización intensa que se realiza sin planeamiento urbano, y por otra, de una ausencia total de  políticas sociales que solucionen de manera más eficaz los problemas ligados a este tipo de aglomeración. De hecho, las favelas son frecuentemente formadas en zonas consideradas frágiles, por ejemplo, en áreas de protección ambiental, bordes de ríos, etc.

Los problemas de dimensión socio-ambiental, ligados básicamente a las ciudades grandes, son cada vez más frecuentes en las ciudades medias y, en ellas, es creciente el número de aglomeraciones en áreas  urbanas que empíricamente están siendo denominadas favelas. Claro que se trata de áreas urbanas con fuertes indicios de escaso control por parte de quienes serian los responsables. Sin embargo,  la falta de investigación científica que determine buenos criterios para clasificar genéricamente una determinada área urbana como favela tuvo como consecuencia una excusa del poder público para no solucionar los  problemas ya existentes.

En algunas ciudades medias la caracterización de favela puede tener la misma raíz en términos de ocupación ilegal del suelo.  Pero también se puede atribuir el término a una aglomeración de viviendas de baja calidad y los suministros y condiciones básicas de los servicios urbanos como, por ejemplo, la colecta de basura, el agua canalizada, el drenaje, la iluminación pública, el transporte público disponible, etc., pueden ser escasos o más bien inexistentes.  Hay otros casos aún peores en los que se trata de una exclusión social en virtud de prejuicios y rechazos que no se asimilan de forma muy clara. Otro hecho es que los moradores de las favelas no consiguen puestos de trabajo fácilmente. En general, son bastante pobres y hay una frecuencia más alta de madres solteras en las favelas que en las demás partes de la ciudad. La relación ocupante por metro cuadrado por vivienda es también más grande.

En este tipo de ocupación ilegal del suelo tampoco se puede esperar una reacción menos dura que el crecimiento exagerado del crimen, que puede ser medido por la cantidad de culpables por homicidios de origen de agresiones con uso de armas.

Sin embargo, hay evidencias de que el rápido crecimiento de problemas ligados a la excesiva concentración de personas en las ciudades medias contribuye al aumento de la pobreza urbana, a una baja calidad de vida, y también a una cultura de malas distribuciones de los espacios socio-ambientales, sobre todo por culpa de un proceso estructural de exclusión.

En realidad no se puede negar que muchas veces la exclusión empieza justamente con la exclusión de trozos de suelo, los cuales no son parte de los intereses económicos de  las inmobiliarias, de manera que los ayuntamientos de ciertas ciudades tampoco se ven animados a cuidar estas zonas más frágiles. De ahí que la ocupación ilegal se produzca con mayor facilidad. Aunque parezca clandestina, no lo es en gran parte de los casos, pues en realidad hay un cierto silencio cuando estas ocupaciones aparecen. Por una parte, la sociedad no dice nada y la fiscalización pública parece tener los ojos vendados en la más pura comodidad. Este descaso puede ser uno de los motivos propulsores de una producción constante e imparable de favelas. Por lo tanto, es necesario pensar en las políticas públicas como una forma de organización del espacio urbano, buscando minimizar los efectos del proceso de una urbanización descontrolada.

Para entender mejor el fenómeno de que trata este trabajo, organizamos este artículo de la siguiente manera. En primer lugar, presentamos una sección en la que se pueden leer los principales conceptos de favela del término así como un panorama de distribución de las principales favelas dentro de los problemas de urbanización. Además, incluimos los principales pronósticos de crecimiento de este tipo  de aglomeración de viviendas para los próximos años desde el punto de vista de algunos organismos internacionales.

En la segunda sección, nos centramos en el caso específico brasileño donde este fenómeno ha ganado importancia en el escenario mundial y la conceptuación tiene matices más específicos por las características culturales y donde está en verdad la raíz del término. Además, se ha elaborado un cuadro de variables de los criterios que mejor caracterizan las favelas en diferentes regiones brasileñas.

La tercera sección está dedicada a la discusión principal de este trabajo y se prende a unas consideraciones que pueden elucidar la configuración de una favela en las ciudades medias mediante ciertas particularidades que se ven solamente en estas ciudades.

Urbanización y favelas

Las ciudades, en la mayoría de los casos, tienen ciertas características especiales en sus modelos de urbanización que no hacen otra cosa que reproducir la inequidad y el desequilibrio socio-espacial. En realidad, la urbanización en sí misma es un fenómeno creciente y excluyente a escala mundial. De hecho, el crecimiento de las  ciudades está estrechamente relacionado con la teoría desarrollista puesto que el desarrollo industrial implica el crecimiento económico, y de ahí la promesa de mejores condiciones de vida a los grupos sociales del entorno.

El resultado de creer en la premisa de que están en las ciudades las mejores condiciones de vida y de desarrollo provocó una excesiva concentración de personas en las ciudades, algunas con proporciones de crecimiento exorbitantes. Los motivos de este incremento están también vinculados a ciertas mejoras en las condiciones sanitarias y alimentarias, los avances en medicina y la disminución de las tasas de mortandad infantil. Además de esto, cabe destacar que tras la segunda guerra mundial los índices de natalidad y de supervivencia aumentaron considerablemente y se produjo un crecimiento demográfico jamás visto anteriormente.

 El fenómeno de las metrópolis basado en el desarrollo no logró los resultados conjeturados, es decir, no se ha producido el bienestar de la población, entendido éste como el aumento de las oportunidades individuales y la satisfacción de necesidades básicas tales como la educación, la vivienda, el sueldo, la seguridad y la salud. El efecto que estos modelos de crecimiento produjeron fue una desigualdad socio-espacial que se intensificó cada vez más, produciendo una serie de problemas afines.

En 2007, el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas  – UNFPA –,  dio a conocer en el documento subtitulado en portugués “Situação da população mundial em 2007 desencadeando o potencial para o crecimento urbano” que en el año 2008 más de la mitad de la población mundial estará viviendo en las ciudades. Mirando hacia el futuro, el documento prevé que para 2030 cinco mil millones de personas estarán viviendo en las ciudades, y esto representará el 60 por ciento de la población mundial. El  crecimiento de la población mundial prevista para  2050 está estimado en torno a los  2,5 mil millones de habitantes más que la población de 2007, es decir, en el año 2050 en el planeta vivirán aproximadamente nueve mil millones de personas.

El crecimiento de la población mundial seguirá las características actuales, es decir, en los países ricos el crecimiento demográfico sufrirá incrementos más pequeños comparados con los de los países pobres o en desarrollo. En los próximos 30 años, en los países ricos el incremento de la población puede llegar como mucho a 100 mil millones de personas. Sin embargo, en las ciudades de América Latina el incremento de personas que vivirán en las ciudades ascenderá a 200 mil millones de personas, y este crecimiento significará un aumento del 50 por ciento de la población de aquellas ciudades en el año 2007. La preocupación se hace más grande en los países asiáticos, que son y serán los principales responsables del crecimiento demográfico en las ciudades. En las ciudades asiáticas la población en el año 2030 será el doble de la de los últimos años. Resulta que este ritmo de crecimiento de mil millones de personas en dichos continentes hará que casi siete de cada diez ciudadanos urbanos sean asiáticos o bien africanos (UNFPA, 2007).

El proceso de urbanización en los países ricos tuvo sus comienzos en el siglo XVIII, y en los países pobres la urbanización comenzó a partir de la década de 1950. Desde el inicio del proceso de urbanización, en los países subdesarrollados el crecimiento de las ciudades se dio de manera desordenada, y esto se explica por la intensa migración de la población rural a las ciudades.

En los países considerados pobres o subdesarrollados, algunos factores de orden económico, social, político, climático y cultural, estimularon la disminución de la población campesina. Entre las causas del abandono del campo se destacan: la competencia entre el pequeño y el gran productor, la concentración de grandes cantidades de tierras en manos de grandes propietarios, la maquinización y mecanización agrícola, la ineficacia de las políticas públicas en las gestiones de apoyo al pequeño productor, las prolongadas temporadas de sequía, y todo lo referido a las necesidades básicas (asistencia sanitaria, educación, condiciones dignas de trabajo, etc.).

En los países pobres o subdesarrollados, el éxodo de los campesinos fue incompatible con la capacidad  económica de las ciudades para absorber los inmigrantes, ya que el crecimiento ilimitado de las ciudades condujo inexorablemente a profundas asimetrías sociales y al deterioro del ambiente. De hecho, las ciudades se volvieron víctimas de un crecimiento exponencial demográfico desordenado que provocó una multiplicación de problemas sociales (hambre, falta de trabajo, aumento del delito, etc.) y ambientales (polución hídrica, impermeabilización del suelo, deforestación).

En esta contextualización, la cuestión de las viviendas fue uno de los puntos de gran preocupación. El crecimiento exagerado de la población hizo que el número de viviendas fuese insuficiente. Claro que los inmigrantes no disponían de recursos propios para adquirir viviendas dignas. Entonces, formas alternativas de hábitat surgieron con ocupación ilegal de terrenos urbanos, asentamientos informales y favelas.

M. Davis (2005, p.27) afirma que “desde 1970, el crecimiento de las favelas en todo el hemisferio sur sobrepasó la urbanización propiamente dicha[2]”, es decir, bajo este punto de vista, en los países pobres y a partir de 1970, el número de personas instaladas en favelas es más grande que el número de personas que migran a la ciudad.

A este fenómeno se le suele denominar favelización, y este tema ha ganado la atención de varios investigadores científicos además de la de los organismos de gestión pública, ambos con el reto de apuntar las mejores decisiones administrativas hacia al éxito en los proyectos de urbanización y legalización.

En 2003, el Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas (UN-HABITAT)  publicó un documento bastante completo en términos de la distribución de las favelas en el mundo titulado “The Challenge of Slums: Global Report on Human Settlements”.  Los autores demostraron que 928 millones de personas en el mundo vivían en aglomeraciones de tipo favela. Por supuesto que ciudades cómo São Paulo o Rio de Janeiro no fueron olvidadas, ya que en ellas están las favelas más destacadas de Brasil.

Mike Davis, en su libro “Planeta Favela”, critica fuertemente el fenómeno de favelización en los países pobres y esclarece la responsabilidad que tienen los organismos internacionales, el poder público y los agentes inmobiliarios en este proceso imparable de caos urbano en las ciudades de los países pobres.

El término favela procede de Brasil y trata de designar aquellas áreas urbanas (la mayoría tomadas por invasión) donde es baja la calidad de vida de sus ocupantes, los cuales viven en edificaciones construidas con materiales impropios, inestables, sin servicios públicos mínimos tales como suministros de agua, energía eléctrica, recogida de basura, etc.

También podemos encontrar este tipo de aglomeración en otros países. Por ejemplo,  en Venezuela y en Colombia las favelas reciben el nombre de “Barrio” o “suburbio”, en Argentina, favela es lo mismo que “Villa Miseria” y en Perú,  “Barriada”. La diferencia no se da únicamente en el término. La localización de las favelas en Brasil sigue una tendencia distinta al estilo de otros países, aunque sean vecinos.

De hecho, las favelas en Brasil surgen en diferentes puntos de la ciudad, es decir, aparecen de manera descentralizada, y, en cambio, países como Venezuela o Colombia tienen sus favelas concentradas en determinadas áreas, de forma que diferentes favelas se amontonan y forman las llamadas “mega favelas” (Davis, 2005).  Por este motivo, las favelas de Brasil no aparecen en la lista de las favelas más grandes del mundo (ver el cuadro 1), y tampoco de América Latina. Sin embargo, la población de favelados llega a 52,3 millones de personas según el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatítisticas - IBGE/200, representando el 28 por ciento de la población del país.

Cuadro 1
Las diez  favelas más grandes del mundo (2005)

Nombre de la Favela

Ciudad

Población

(millones de habitantes)

Neza/chalco/Izta

Ciudad de México

4,0

Libertador

Caracas

2,2

Ciudad Bolívar

Bogotá

2,0

San Juan de Lurigancho

Lima

1,5

Cono Sur

Lima

1,5

Ajegunle

Lagos

1,5

Cidade sadr

Bagdad

1,5

Soweto

Gauteng

1,5

Gaza

Palestina

1,3

Comunidade Orangi

Karachi

1,2

Fuente: Davis, M. 2006

El IBGE constató que el número de favelas brasileñas sufrió un incremento del 22 por ciento en todo el territorio nacional, alcanzando 3905 núcleos desde 1991 a 2000. En la región nordeste de Brasil están localizadas las tres ciudades del país  con índices porcentuales más grandes de residentes en favelas. En  Recife el índice llega a representar el 46 por ciento del total de habitantes de la ciudad, seguida de Fortaleza y de Salvador. Estos datos reafirman la interferencia de las características socioeconómicas de la región como factor de contribución para el alto índice de personas que viven en favelas. De hecho, los indicadores socioeconómicos y los índices demográficos de personas que habitan en favelas son proporcionalmente inversos.

Cuadro 2
Ciudades con mayor población en favelas de Brasil-2000

Ciudad

Población favelada (%)

Recife

46

Fortaleza

31

Salvador

30

São Paulo

22

Rio de Janeiro

20

Belo Horizonte

20

Goiânia

13,3

Fuente: IBGE, 2000

En Brasil, la noción general de favela está fuertemente asociada a la idea de que ellas siguen patrones de formación al estilo de las de Rio de Janeiro. Pero esto no es así y esta confusión puede ser consecuencia del hecho de que los periódicos, escritos o transmitidos por televisión, hagan notar constantemente las denuncias de crímenes y acciones de la policía en las favelas de Rio de Janeiro. Además de los periódicos, últimamente se han utilizado favelas de Rio de Janeiro como escenario en varias películas, documentales o no.

Así que, por ejemplo, se ha creado un estereotipo intuitivo de favela en el cual ellas son construidas en morros. Las características estructurales de una determinada favela van a asumir ciertos aspectos particulares de acuerdo al área de su inserción.  Por ejemplo, en la costa nordeste de Brasil las favelas están localizadas en las áreas planas de las afueras de las ciudades medias o grandes. Otro ejemplo curioso es el caso de las “palafitas” que aparecen en la favela Brasília Teimosa, en la ciudad de Fortaleza, y que se trata de casas construidas sobre el mar. Este tipo de vivienda suele aparecer con bastante frecuencia en la región de Amazonia, donde las principales favelas están en las ciudades de Manaus y de Belém.

Por lo tanto, la caracterización de favela no se da exactamente por las características que acabamos de destacar, sino que son los rasgos de la  composición social los motivos que inducen a que una determinada área sea considerada favela, es decir,  los ocupantes de las favelas tienen un histórico de vida que es muy semejante. En las favelas, son muchos los casos de personas que abandonaron la vida en el campo con la esperanza de conseguir unas condiciones de vida más dignas.

Respeto a la composición social de dichas áreas, L. Kowarick (1979, p.80) afirma que Los llamados “problemas de vivienda”, entre ellos los de la propia favela, deben ser entendidos en el ámbito de los procesos socioeconómicos y políticos abrangentes, que determinan la producción del espacio urbano de una ciudad y reflejan sobre el suelo urbano la segregación que caracteriza la exclusión dinámica de las clases sociales[3].

La falta de cualificación laboral y de políticas de inserción social, además de una capacidad económica que, cuando mucho, llega apenas para comer, hacen que los inmigrantes ocupen las áreas públicas y privadas de forma ilegal para construir sus casas. Por tratarse de una ocupación ilegal, no pagan impuestos y tasas y, por consiguiente, no son beneficiados con servicios básicos de una infraestructura urbana. Por supuesto que buena parte de la población de la ciudad ve mal dichas áreas, de manera que queda claro el rechazo social hacia los ocupantes ilegales. Es más, les consideran como gentes antisociales.

Este razonamiento fue detectado por H. Ferraz (1999, p. 27) y su idea es que

“a medida que crece la ciudad,  a los pobres se les cierran las puertas del acceso a las viviendas, sobre todo  por culpa del aumento de los precios de los inmuebles. Los trabajadores de baja renta, por la misma razón,  tanto para la adquisición de una vivienda propia como para el alquiler, se ven obligados a ocupar casas al margen de la ciudad. (…) La valorización del terreno implica el aumento de cargas fiscales de la vivienda y, consecuentemente, expulsa incluso los que ya residían en determinadas áreas que pasan por dicho fenómeno”[4].

El concepto de favela en Brasil 

El significado más primitivo del término favela tiene que ver con una variedad vegetal de la familia de las euforbiáceas, Cnidoscolus phyllacanthus, la cual es muy frecuente en el nordeste de Brasil.  Otro planteamiento es que se trata de  cada una de las figuras geométricas que componen una colmena. Socialmente, tiene su origen en el hecho histórico denominado Guerra de Canudos (1893 -1897), siendo éste el que más interesa a este trabajo.

Según E. Preteceille y L. Valladares (2000), en la ciudad de Canudos había un morro llamado Morro de Las Favelas. Fue en las proximidades de Canudos donde tuvo lugar el conflicto y, acabada la guerra, los soldados retornaron a Rio de Janeiro y fueron autorizados para construir sus casas en un morro que pasó a ser conocido como Morro da Favela, y a dicho morro hoy se le conoce como Morro da Providencia.  Pero en cierto momento dejaron de recibir sus sueldos y las estructuras de las casas del Morro de la Favela siguió un prototipo habitacional de casas muy pequeñas y superpuestas unas a otras, construidas con materiales encontrados en cualquier sitio (trozos de ladrillos, de maderas, planchas de metal etc.), la mayoría sin pintar,  con tierra aplanada como suelo, y a estas casas se las conoce en Brasil como “barracos”. Estas estructuras fueron construidas al margen de cualquier planeamiento urbano, y el gobierno municipal no se ocupó de suministrar servicios considerados imprescindibles.

A comienzos del siglo XX la urbanización siguió un modelo con el fin de volver bella y moderna la ciudad de Rio de Janeiro, con fincas grandes y avenidas y calles anchas, sobre todo en el centro. Muchas personas pobres, sobre todo negros y mulatos, fueron desalojados de sus humildes casas y tuvieron que improvisar nuevos sitios de asentamiento en las laderas de los morros del paisaje de Rio de Janeiro. Fue entonces cuando las favelas proliferaron de forma desmedida, y la expansión demográfica en ellas fue cada vez mayor con la llegada de miles de  personas a la capital.

Aunque el término favela surgió en Brasil, no es tarea muy sencilla definir sus  límites en un concepto unificado. La complejidad es grande, como grande es la complejidad socioeconómica de este tipo de estructura. Las características de las favelas varían de una región a otra, incluso dentro de un mismo espacio urbano.

Socialmente el término favela es empleado, genéricamente, como un área pobre en el espacio centro-urbano, pero no hay criterios técnicos consensuados a la hora de definir favela. De hecho, cada grupo de investigación, según la manera de abordar el tema, lo hace de una forma particular.  Esto sirvió de excusa a algunos gobiernos municipales, estaduales y/o federales, para no empeñar en busca de mejoras de las condiciones de las favelas.  Actualmente hay órganos muy preocupados por establecer unos criterios  para clasificar favelas.

En 1953, el IBGE hizo el recuento de las favelas, y entones algunos criterios fueron definidos bajo la influencia del punto de vista popular, pues considera favela como aglomerados humanos que poseen, parcial o totalmente, las características que se siguen. a) proporciones diminutas: hay que tener como mínimo 51 casas en una aglomeración para que ésta pueda ser denominada favela; b) tipo de vivienda: aglomeraciones donde predominan las casuchas o “barracos”; c) condición jurídica de ocupación: ocupaciones de terrenos de terceros o de desconocidos con construcciones sin licencia y sin fiscalización; d) servicios públicos imprescindibles: ausencia parcial o total de agua potable, de distribución de energía eléctrica, de recogida de basura, de redes de comunicación telefónica, etc. e) urbanización: falta de calles, casas sin matrículas y, por lo tanto, sin dirección (Preteceille y Valladares, 2000[5]).

Desde entonces, el IBGE pasó a considerar favela como “un aglomerado de más de cincuenta viviendas, en su mayoría desprovistas de infraestructuras y localizadas en terrenos no pertenecientes a sus moradores” (Rodrigues, 1994[6]).

En el censo demográfico de 2000, el IBGE sustituyó  el término favela por “aglomerado subnormal”, pero el gran cambio fue la inclusión del criterio tiempo de posesión del terreno en la clasificación de área de favela. Así pues, el criterio favela o aglomeración subnormal pasó a considerar solamente las áreas con escasez de infraestructura y con más de cincuenta y una viviendas, las cuales sus registros legales tenían, como mucho, diez años.

Ante esta situación uno puede darse cuenta de que el concepto del IBGE de aglomerado subnormal es subestimado, ya que el número de aglomerados urbanos informales con menos de cincuenta y una viviendas es significativo en varias ciudades, y, por ejemplo, el alcalde de São Paulo considera como favela áreas de ocupación ilegal con menos de treinta viviendas.

Además, otro punto hace confundir el concepto de favela del IBGE y se trata del ítem carencia de saneamiento básico, ya que el IBGE no deja claro cuál es su medida de carencia. De esta manera, áreas que fueron ocupadas ilegalmente pero que están totalmente asistidas por el saneamiento no son consideradas  como aglomerado subnormal, según el IBGE. Desde este punto de vista del IBGE, no es un aglomerado subnormal  la Favela de Rocinha, en Rio de Janeiro, con una población de trescientos mil moradores,  y esto es un ejemplo de la subestimación provocada por el concepto adoptado por dicho órgano, pues una gran parte de las viviendas gozan de los beneficios del saneamiento básico. 

Hay todavía más incompatibilidades metodológicas en los datos del IBGE respeto al término favela. De hecho, el IBGE considera, para algunos casos, las caracterizaciones y conceptos de favelas adoptados por los ayuntamientos de algunas ciudades. Los conceptos municipales no son homogéneos y, por lo tanto, es incoherente adoptarlos de forma genérica.  Así pues, Rio de Janeiro no tiene el mismo patrón de favelas que São Paulo (ver cuadro 3), por ejemplo.

Estas críticas exprimen la necesidad de revisión del concepto de favela adoptado por el IBGE, como afirma E. Maricato

No hay números generales, fiables sobre la presencia de favelas o porciones de terrenos en condiciones ilegales en todo Brasil. Por fallos metodológicos o aún por una dificultad obvia de conocer la titularidad de la tierra sobre las cuales se instalaron las favelas, el IBGE presenta datos bastante subvalorados. La busca de números más rigurosos nos conduce a algunos diagnósticos elaborados por los gobiernos municipales, por las tesis académicas, o por los organismos estatales, sin embargo, son datos locales y restrictos (2000, p.154)[7].

Ante las imperfecciones del concepto de favela según el IBGE, el poder público municipal aparece, también, con nuevas conjeturas de lo que sería una favela. Así es que el poder público municipal considera algunos elementos particulares de un área para caracterizarla  como una favela. 

Costa y Nascimento (2005) hicieron una comparación entre las definiciones de favela teniendo en cuenta 16 capitales de Brasil,  la definición del IBGE  y de la Organización de las Naciones Unidas – ONU (ver cuadro 3), y concluyeron que los criterios más homogéneos en las definiciones de los ayuntamientos son: legalidad de posesión de la tierra (adoptado en 15 casos) y la falta de servicios básicos y urbanización (13 ayuntamientos). El tiempo de usufructo del terreno y la cantidad de viviendas (número mínimo de domicilios conforme cuadro 3) son utilizados solamente en un ayuntamiento, ratificando la idea de que dichos criterios en la definición de favela adoptado por el IBGE no hacen más que confundir, por lo inconsistentes que son.

Cuadro 3
Conceptos y criterios para la definición de favelas y similares utilizados por los ayuntamientos de  Brasil, IBGE y ONU

Instituciones

Nombre

Criterios

Nº mínimo de viviendas

Situación

Fundiária

Infra-estructura básica y  urbanística

Material de construc-ción

Sueldo

Riesgo ambiental

IBGE

Recuento

Aglomerados subnormales, favela y similares.

X

X

X

ONU

Asentamientos informales

X

X

X

AYUNTAMIENTOS

Belo Horizonte

Zonas especiales de interés social

X

X

X

São Paulo

Favela

X

X

X

X

Rio de Janeiro

Favela

X

X

João Pessoa

Aglomerados subnormales

X

X

Aracajú

Asentamientos subnormales

X

X

X

X

Teresina

Favela

X

X

X

Campo Grande

Asentamientos subnormales

X

X

Curitiba

X

Belém

X

X

Fortaleza

Favela

X

X

Recife

Zonas especiales de importancia social

X

Vitória

Invasiones

X

X

X

Florianópolis

Ayudas  a los pobres/áreas de interés social

X

X

X

X

Porto Alegre

Favela

X

X

X

X

Natal

X

X

Brasília

Invasión

Fuente: IBGE, perfil municipal, 1999. IBGE, manual de delimitación de sectores del censo 2000, Ferreira, A. M.
IBGE, CETE, examen hecho  junto a los ayuntamientos de Brasil, 2003. ONU: UM - HABITAT, 2002[8].

Otra parte interesante encontrada en el trabajo de Costa y Nascimento es el estudio comparativo que hacen con respecto a las definiciones de favela adoptadas por el IBGE y por la ONU. La ONU considera dos criterios que no son considerados por el IBGE, a saber, el tipo de material con el que se construyen las viviendas y el número mínimo de ocupantes por habitación. Por otra parte, el IBGE considera el tiempo de usufructo y la cantidad de viviendas, y estos datos la ONU no los toma en consideración.

Estos problemas causados por los criterios que clasifican  favelas según el IBGE se agravan cuando se estudia la presencia de favelas en  las ciudades medias. De hecho, el estudio del número de favelas en las ciudades medias es un fenómeno que ahora se encuentra en plena expansión pero que no sigue un patrón dentro de un espacio intra-urbano considerado en el que haya una constante transformación.

Utilizar el  criterio  cantidad de viviendas por área ocupada para clasificar un aglomerado como favela es complicado en las ciudades medias por considerar solamente aquellas aglomeraciones con más de 50 viviendas, ya que en muchas de estas ciudades las favelas son más pequeñas en comparación con las favelas de las ciudades grandes. En realidad, hay muchos casos en los que varios criterios se satisfacen, pero no el de número de domicilios, pese a que estos números estén  en expansión.

Favela en ciudades medias brasileñas

Tanto en Brasil como en otros países del mundo, es natural asumir la idea de que sólo existen favelas en las grandes metrópolis. Pero estudios más recientes del IBGE (1991 y 2000) han mostrado que el número de favelas en las ciudades medias está creciendo.

Hay varias definiciones de ciudades medias, pero, básicamente, se las puede caracterizar totalmente por dos tipos distintos de criterios rivales. Así, la primera definición utiliza criterios demográficos para definir las ciudades medias. Particularmente en Brasil, cuando se utiliza el criterio demográfico, uno dice, simplemente, ciudad de porte medio, y varios autores siguen esta cultura. Por ejemplo, Amorim Filho y Serra, además  del  IBGE y del  IPEA, consideran que una ciudad es de porte medio cuando su población varía  entre 100 y 500 mil habitantes.

La segunda definición utiliza el criterio funcional, es decir, el papel desempeñado por esa ciudad en la red urbana regional. Así, la ciudad media es, en realidad, el centro de convergencia económica y de personas de su región geográfica. En este sentido, los brasileños dicen que dicha ciudad es un polo regional.

Hay una relación lógica entre el crecimiento de las favelas en las ciudades medias y los cambios en la red urbana brasileña, en la cual estas ciudades están despertando intereses de maximización de capital, como es el caso de algunas industrias que levantan sus instalaciones en una ciudad media en lugar de hacerlo en una metrópolis porque los costes de producción en estas ciudades son más interesantes. En este sentido, las ciudades medias son cada vez más atractivas para las inversiones en los sectores secundarios y de servicios. 

Este (re)-direccionamiento del capital en el escenario  nacional influenció, directamente en los flujos migratorios, provocando un traslado de la población constante a las ciudades medias. Ese flujo es proporcional al crecimiento económico de esas ciudades medias.

E. Maricato alerta

“Las ciudades de porte medio, con población entre 100 mil y 500 mil habitantes, crecieron a tasas mayores que las metrópolis, en los años 80 y 90 (4,8 por ciento en contra de 1,3 por ciento). La aceleración extraordinaria del crecimiento de las ciudades de porte medio, y de las ciudades costeras, de un modo general, exige evidentemente tensión debido a las consecuencias socio ambientales derivadas de la velocidad del proceso de urbanización  (2000, p.25)”[9].     

Ante el gran crecimiento poblacional evidenciado en las ciudades medias a partir del año 1990,  surge y se intensifica positivamente la presencia de favelas. Merece la pena recordar que hay ciudades en las que las favelas existían independientemente de este fenómeno de crecimiento exagerado y en corto plazo. En el último censo demográfico del IBGE (ver cuadro 4) se constató que hay favelas en casi el 80 por ciento de las ciudades de porte medio (entre 100 y 500 mil habitantes), y en el 40 por ciento de las ciudades con población entre 20 y 100 mil habitantes.

Cuadro 4
Número de favelas en municipios brasileños (por intervalos de población) 2000

Intervalos de población

Total

Municipios con favelas

Unidades
registradas

Existencia

No

Total de
favelas

Total de viviendas en favelas

TOTAL

5 560

1 246

3 993

11 754

2 360 716

Intervalos de Población

Hasta 5 000

1 371

81

1 255

61

1 995

De 5 001 a 20 000

 2 688

477

2 052

436

39 104

De 20 001 a 100 000

1 275

504

653

1 693

132 834

De 100 001 a 500 000

194

152

33

3 373

532 047

Más de 500 000

32

32

-

6 191

1 654 736

Fuente: IBGE, 2000.
Org.: LEITE, 2007.

Uno puede notar, mediante los datos del cuadro 4, que  hay en Brasil 11 754 favelas registradas, de las cuales 3373 están en municipios con población entre 100.001 y 500.000 habitantes. Pero cabe matizar que estos están subestimados, ya que sólo se muestran las favelas registradas y hay muchas que no están reconocidas como tal.

El proceso de favelización de las ciudades es bastante particular y está relacionado con la historia política y económica de cada ciudad y región. El orden cronológico del inicio del proceso de favelización en las ciudades medias no puede ser generalizado. En realidad cada caso merece ser estudiado separadamente y tener de esta forma un conocimiento decente del origen de las favelas.

Consideraciones finales

La expansión de las favelas es naturalmente proporcional al crecimiento de las ciudades, y ese aumento de favelas que solía ser típico casi exclusivamente de las ciudades de porte grande, ahora alcanza a las ciudades de porte medio.

Aún en las ciudades grandes hay dificultades para clasificar un área como favela. Esto es así porque hay divergencia en los criterios de conceptuación de este tipo de aglomeración de viviendas y personas. Dichos problemas aumentan cuando se trata de definir favela en las ciudades medias, aunque el proceso de crecimiento de las favelas en ellas ya parece ser un camino sin vuelta. Las dificultades de conceptuación del término favela en las ciudades medias crecen, así como crece la necesidad de encontrar una solución al problema conceptual que sirva de ayuda para contener el aumento de los problemas sociales derivados y en proporciones nada esperanzadoras. De hecho, este proceso de crecimiento no controlado de favelas en las ciudades medias está carente de estudios y de medidas de inclusión social de sus habitantes.

Actualmente, los criterios gubernamentales para definir el término favela no permiten cuantificar el número de aglomeraciones de este tipo, motivo que podría retrasar la implantación de políticas públicas, especialmente en las ciudades medias, para mejorar las condiciones de vida en estas zonas.

 

Notas

[1] Student of PhD on Geography by IG/UFU. Professor of the UNIMONTES University. Scholarship support of the PCRH/FAPEMIG. Dirección: Calle Borges Hermida, 84, Major Prates. Ciudad Montes Claros, Minas Gerais - Brasil.

[2] Traducción del autor.

[3] Traducción del autor

[4] Traducción del autor

[5] Traducción del autor

[6] Traducción del autor

[7] Traducción del autor

[8] Brasília no definió el concepto y los criterios. Curitiba, Belém y Natal no hicieron mención al nombre.

[9] Traducción del autor


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© Marcos Esdras Leite, 2008
© Biblio3W, 2008


Ficha bibliográfica

LEITE, Marcos Esdras. Favelas en ciudades medias brasileñas: Expansión y dificultad de medidas de control. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XIII, nº 793, 15 de agosto de 2008. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-793.htm>. [ISSN 1138-9796].


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