Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XIV, nº 825, 30 de mayo de 2009


CASTAÑO COLLADO, Cecilia.  La segunda brecha digital. Madrid: Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S.A.), 2008. [ISBN 9788437624754]

 

Mariña Pose García
Miembro investigador del  Grupo de Investigación Sociedade, Tecnoloxía e Territorio (GIS-T)
Instituto Universitario de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (IDEGA)
Universidade de Santiago de Compostela


Palabras clave: género, división digital, sociedad de la información, nuevas tecnologías

Key words: gender, digital divide, information society, new technologies


Los grandes descubrimientos científico-técnicos que han tenido lugar durante las últimas décadas, relacionados con el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, supusieron la entrada en lo que muchos teóricos denominaron Sociedad de la Información. Para Castells (2002) la Sociedad de la Información es una nueva estructura social construida en torno a redes de información. Los procesos y funciones se organizan en redes que constituyen la nueva morfología social y en donde la información y el conocimiento se convierten en poder. De hecho, el acceso a la información proporciona nuevas oportunidades para el desarrollo de las personas, los grupos y las organizaciones. En sentido inversa, se entiende que la desigualdad en el  acceso a la información y al conocimiento acentúa los desequilibrios sociales y económicos entre los territorios. Es el fenómeno de exclusión social conocido como “brecha digital” o “división digital” y que hace referencia a las diferencias de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (en adelante, TIC). Conforme la brecha de género en el acceso a Internet se va reduciendo, adquiere cada vez más importancia la segunda brecha digital, que refleja los diferentes  usos y habilidades que tienen hombres y mujeres respecto a las TIC. La segunda brecha digital afecta especialmente a las mujeres y  supone una barrera para su plena incorporación en  la Sociedad de la Información.

El libro, La segunda brecha digital, dirigido por Cecilia Castaño, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, recoge un estudio  reflexivo fundamentado en datos empíricos de las causas, consecuencias y posibles soluciones de la situación  de la mujer en la Sociedad de la Información, las oportunidades o barreras que dificultan o favorecen la superación de las desigualdades de género, así como su incorporación como creadoras de tecnologías y contenidos  en la Sociedad  de la Información.

La tesis del libro mantiene que la segunda brecha digital de género “no es un problema de acceso y uso de Internet y tampoco de habilidades informáticas y navegadoras consideradas de forma aislada. La segunda brecha digital está relacionada con el dominio masculino de las áreas estratégicas de la educación, la investigación y el empleo relacionadas con las ciencias, las ingenierías y las TIC, así como con la escasa presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad y toma de decisiones en dichas áreas” (página 10). Desde el primer momento, se manifiesta la intención, no sólo de evidenciar la existencia de una brecha digital de género en la Sociedad de la Información, sino también explicar las causas de la persistencia de esa desigualdad y sus consecuencias.  La división digital no puede ser entendida de forma aislada, sino como reflejo de la exclusión social que persiste en nuestras prósperas y avanzadas sociedades (página 17).

La obra se estructura en siete capítulos resultado de dos investigaciones financiadas y desarrolladas en convocatorias competitivas del Plan Avanza de Género, así como otros trabajos de investigación desarrollados por la profesora Castaño desarrollados como Visiting Scholar durante la primavera de 2007 en el Minda de Gunzburg Center for European Studies.

El primer capítulo, dedicado a presentar el marco teórico, es un capítulo importante donde se explican las diferencias entre la primera y la segunda brecha digital así como sus causas y repercusiones. La primera conclusión extraíble de su lectura es que la segunda brecha digital es muy difícil de superar, pues está constituida por barreras culturales e institucionales: estereotipos de género que alejan a las mujeres de los campos de  investigación y estudios técnicos, dificultades en el acceso de las mujeres a empleos con altos contenidos científicos y tecnológicos, programas educativos y de ocio que refuerzan estereotipos sexistas, en el deporte, videojuegos, etc. Todas estas barreras conforman un círculo vicioso de discriminación de género que aleja a las mujeres del uso de las TIC. La idea subyacente es que las mujeres encuentran mayores dificultades para incorporarse a un mundo creado por y a la medida de los hombres y sus intereses.  A partir de ahí se plantea una cuestión crucial, ¿es posible resolver la brecha digital sin antes resolver las desigualdades de género existentes en nuestras sociedades?, o, por el contrario, ¿el uso de las TIC por parte de las mujeres contribuye a reducir la inequidad social previamente existente? Se trata de una cuestión compleja para la que no hay una “receta mágica”. La autora reconoce que muchas de las cuestiones planteadas en el libro están por resolver y requieren de análisis más profundos que aporten luz sobre el motivo por el cual las mujeres se sitúen en una posición de desventaja respecto a los hombres en el uso de las TIC.  Las mujeres son una realidad muy diversa, y un análisis de las diferencias de género en el uso de Internet no puede realizarse de forma universal, entendiendo las mujeres como un grupo homogéneo, sino que se requieren análisis empíricos en función de los diversos contextos sociales, económicos y culturales de las mujeres.

En el segundo capítulo se presentan los resultados del análisis de género de los datos obtenidos de la Encuesta TIC Hogares 2006. El objetivo es determinar la dimensión de la brecha digital de género y en qué medida los  factores sociodemográficos (edad, estudios, situación laboral) tienden a intensificarla o reducirla. Para ello se realizan análisis transversales de edad, estudios y situación laboral en relación a las principales variables de acceso a Internet, sus usos, así como las principales habilidades navegadoras e informáticas. A partir de los datos se pone en evidencia la existencia de importantes diferencias de uso de las TIC entre hombres y mujeres. Estas diferencias se relacionan con la posición de las mujeres en el mercado de trabajo, problemas culturales, institucionales y de formación.

Los datos del estudio presentado en este capítulo son extraídos del Instituto Nacional de Estadística con metodología Eurostat, y desagregados por sexo. Los autores reconocen las limitaciones de la investigación, sobre todo a la hora de extraer información de carácter cualitativo sobre las diferencias de uso de las TIC. Es necesario un estudio más profundo que aporte información sobre las encuestadas y tenga en cuenta los contextos particulares de la población. Por ejemplo, mediante la definición de grupos o tipologías en función de las diversas características sociodemográficas y el nivel de acceso y/o uso de las encuestadas (habilidades, experiencia, etc). Lograr un mayor nivel de desagregación de datos, además de  permitir obtener mayor credibilidad, facilitará a los gestores públicos la toma de decisiones en materia de e-inclusión.

En el avance por conseguir una dimensión más cualitativa en el análisis de los datos estadísticos, el tercer capítulo propone un interesante indicador compuesto o sintético del grado de e-inclusión efectiva en la sociedad de la información, el Sistema de Indicadores de Género y TIC (SIGTIC). El objetivo es, además de poner de manifiesto la desigual situación de hombres y mujeres en la sociedad de la información, explicar las causas de la persistencia de esa desigualdad y sus repercusiones. El SIGTIC ofrece información nueva y más precisa mediante la agrupación de variables en función de su desigual naturaleza. Sin embargo, sin  desmerecer la utilidad del SIGTIC, los datos en los que se basa continúan mostrando información escasa sobre el contexto de la entrevistada, que permitiría alcanzar una mayor comprensión del problema.

El cuarto y quinto capítulo, comparten, como novedad,  el uso de metodologías cualitativas para la recopilación de información.  El capítulo cuarto pretende mostrar la diversidad de mujeres en su aproximación a la Sociedad de la Información. La información es obtenida a través de la organización de varios grupos de discusión compuestos por mujeres que responden a diferentes perfiles de usuarias. Del análisis de los testimonios de las entrevistadas se extrae información novedosa y muy valiosa sobre la relación de las mujeres con el medio tecnológico, así como de las causas de la situación de desventaja de las mujeres con respecto a los hombres en la Sociedad de la Información. La  población objetivo fue seleccionada entre mujeres que viven en áreas urbanas. Para ello se seleccionaron diversos perfiles de usuarias: estudiantes universitarias, profesoras de secundaria, teletrabajadoras, emprendedoras y empresarias, e ingenieras e informáticas. Sin embargo, la investigación adolece de algunas limitaciones. En primer lugar, la población objeto seleccionada no refleja la diversidad de las mujeres, sino que una gran variedad de perfiles han sido excluidos del análisis, comprensiblemente porque las mujeres forman un colectivo tan heterogéneo que sería muy costoso abarcarlo todo. No obstante, considero que sería valioso para el estudio incluir perfiles de mujeres más contrapuestos entre sí, lo cual, además de aportar mayor riqueza informativa a la investigación, ayudaría a la comprensión de la situación real de las mujeres en la sociedad de la información.  Por otro lado, la población fue seleccionada entre mujeres que viven en el medio urbano, quedando excluidas del estudio a las usuarias que viven en entornos rurales o periféricos. Desde mi punto de vista, es importante analizar la perspectiva geográfica en la evolución de la Sociedad de la Información pues las barreras que dificultan o favorecen la incorporación de la mujer en la sociedad de la información presumiblemente responderán a dinámicas muy diferentes.

En el capítulo cinco se analizan las trayectorias de varias mujeres que ocupan puestos de responsabilidad y toma de decisiones en empresas punteras del sector TIC. El estudio analiza el perfil de varias mujeres y hombres directivos mediante la realización de entrevistas en profundidad. Algunas de  las conclusiones extraídas de la lectura del capítulo son que las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en empresas punteras del sector TIC están consagradas tanto a su trabajo como a su familia, marcadas por una doble pasión de vocación y sacrificio. Sus discursos son positivos y, aunque afirman que en situaciones concretas se han encontrado con barreras por factores personales, familiares y organizativos, en general no reconocen problemas de discriminación por razón de género. Señalan el esfuerzo que deben hacer para conciliar su vida laboral y familiar. Las TIC y las nuevas formas de trabajo flexible tienen un papel fundamental a la hora de la conciliación. Sin embargo, existen numerosas contradicciones que rodean al teletrabajo en una cultura organizativa que valora a las personas, no por objetivos y calidad, sino por las horas que se pasan en la oficina; por otro lado, todas las informantes reconocen que muchas decisiones importantes se toman en el transcurso de una comida o “café”, por lo que el ausentarse en esos momentos, en cierta manera, te excluyes de la toma de decisiones. El estudio, muestra ejemplos excelentes de mujeres líderes, pero las entrevistas no ahondan en profundidad en los problemas de discriminación por razón de género. Por lo demás, no se da  información suficiente sobre sus contextos sociales, de manera que dificulta la medición del sacrificio real que una mujer debe hacer para dirigir su trayectoria profesional hacia la carrera directiva.

El capítulo sexto analiza la segunda brecha digital en el ámbito de la educación y la investigación, así como las principales barreras relacionadas con estereotipos y valores asociados a las profesiones, que desalientan a las mujeres hacia la elección de carreras técnicas y la disminución del número de mujeres a medida que ascendemos en la escala formativa. Los datos usados en la elaboración del estudio han sido extraídos de diversas fuentes estadísticas oficiales: Ministerio de Educación y Ciencia, OCDE, Erostat y CSIC. En el capítulo se constata la desigualdad en los estudios y las carreras profesionales. La razón está en una serie de obstáculos socioculturales y psicosociales que alejan a las mujeres de las profesiones técnicas. Como ocurre en la mayoría de las estadísticas agregadas, se echa en falta información de carácter cualitativo que, además de constatar la existencia de una desigualdad de género, nos proporcione más pistas sobre las causas por las que se originan.

El séptimo es un capítulo muy interesante, y en él se analizan estereotipos sexistas en el ámbito de los juegos de ordenador y sus repercusiones sobre los adolescentes.

El estudio es un resumen de la parte del proyecto E-igualdad, construyendo la sociedad de la información para y con las mujeres dedicada a ofrecer claves no sexistas para el desarrollo del software, que analiza el fenómeno de los videojuegos. Se realiza un estudio de campo de los contenidos de los videojuegos donde se constata la existencia de situaciones sexistas o de discriminación hacia las niñas. Se llama la atención sobre la necesidad de crear un software inclusivo, no discriminatorio. Esto es fundamental, pues, como refleja la autora, "el tratamiento de los modelos femeninos en los videojuegos tiene un gran impacto entre las niñas y los jóvenes, que ven en estos personajes una forma de competir en igualdad con los chicos, al compartir los recursos de fuerza y violencia y los códigos de comportamiento" (página 283). Además, las niñas y adolescentes están indefensas ante un "patrón androcéntrico que sustenta en una ideología belicista y de dominación sobre el más débil y, especialmente, de discriminación sobre las mujeres" (página 288).

El último capítulo resume las principales políticas públicas en la Sociedad de la Información para la igualdad, así como la dimensión de la sociedad de la información en las políticas de igualdad de género. En el capítulo se pone en evidencia la carencia de un marco global de género a nivel europeo, mientras que en el caso español se aprecia una firme apuesta de los poderes públicos para situar la igualdad como eje de la agenda digital. Sin embargo, esta visión positiva choca con la dificultad práctica para incorporarla de manera transversal en el conjunto de las políticas que impulsan la sociedad de la información, corriendo el riesgo de convertirse en un decálogo de buenas intenciones y no en verdaderas políticas con eficacia propia.

En definitiva, estamos ante un libro muy interesante que aporta ideas nuevas y valiosas sobre un problema crucial para el desarrollo de las sociedades y que supone una barrera para su plena incorporación en la sociedad de la información. Sin embargo, en el conjunto de la obra se echa en falta una mayor desagregación de los datos estadísticos que aporten más credibilidad a la investigación, así como un mayor énfasis en la información cualitativa para una mejor comprensión del problema.  Las mujeres son una realidad muy diversa, y un análisis de las diferencias de género en el uso de Internet no puede realizarse de manera universal, entendiendo las mujeres como un grupo homogéneo, sino que se requieren análisis empíricos en función de los diversos contextos sociales, económicos y culturales de las mujeres: ¿responderá a los mismos patrones una mujer que viva en un área rural ay aislada que en el centro urbano?,  ¿las mujeres tienen la misma relación con todas las tecnologías en general o se sienten más cómodas con determinadas tecnologías?, ¿tendrán la misma opinión sobre su trayectoria y futuro profesional una mujer empleada en una empresa grande de servicios tecnológicos que una mujer que trabaje en una pequeña empresa de carácter agrario?, etc.  Son muchas cuestiones por responder y que requieren de estudios empíricos que aporten luz sobre un problema  presente en todas las sociedades con el fin de conseguir, no sólo una mayor equidad social sino también, como queda reflejado en la obra, el aprovechamiento eficiente de su capital humano. Empero, se trata de una obra muy recomendable para el lector que abre muchas preguntas para futuras investigaciones.


Bibliografía complementaria

CASTELLS, Manuel. La Era de la Información. Vol. I: La Sociedad Red. México, Distrito Federal: Siglo XXI Editores. 2002.


[Edición electrónica del texto realizada por Miriam-Hermi Zaar]


© Mariña Pose García, 2009
© Biblio3W, 2009

Ficha bibliográfica:

POSE GARCÍA, Mariña. Castaño Collado, Cecilia. La segunda brecha digital. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XIV, nº 825, 30 de mayo de 2009. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-825.htm>. [ISSN 1138-9796].


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