PREMIO INTERNACIONAL GEOCRÍTICA  2006 A ROBERT HERIN

Acta del Jurado
La trayectoria académica y las aportaciones científicas de Robert Herin
Elogio del Profesor Robert Herin
Robert Herin: Por una geografía social, critica y comprometida


ACTA DEL JURADO

El Premio Internacional Geocrítica 2006 a Robert Herin

El Jurado Internacional ha acordado conceder el Premio Internacional Geocrítica 2006 al profesor Robert Herin por sus relevantes contribuciones a la geografía social y agraria y su decidido compromiso con una geografía crítica y responsable.

Barcelona, 18 de enero de 2006



LA TRAYECTORIA ACADÉMICA Y LAS APORTACIONES CIENTÍFICAS DE ROBERT HERIN

 
   

El profesor Robert Herin es un destacado geógrafo francés que ha realizado valiosas contribuciones a la geografía social y a la geografía agraria, con una perspectiva abierta acuestiones variadas y  con un talante crítico que ha mantenido durante toda su trayectoria intelectual.

Nació en 1936 en departamento de la Sarthe. Realizó estudios secundarios en Le Mans (1952-54) y en Versailles (1954-1955), y estudios superiores en la École Normale Supérieure de St-Cloud (1957-1961), en la Université de Paris (1958-1959). Obtuvo el Diploma de Enseñanza Superior en 1960 con un trabajo sobre « La vie rurale dans la moyenne vallée du Loir », la Agrégation de Géographie en 1961 y el Doctorado en 1976, con una Tesis sobre el tema «  Le bassin de Segura. Sud-Est de l’Espagne. Recherches de Géographie rurale », dirigida por el profesor Pierre Brunet.

Desde 1961 y hasta su jubiliación en 2003 ha sido profesor de Geografía en la Universidad de Caen, y desde entonces es profesor Emérito de dicha Universidad. Entre las responsabilidades que ha tenido debe señalarse que ha sido Director del Centre d’Études Regionales et d’Aménagement, (convertido más tarde en Centre de Recherche sur les Espaces et les Sociétés 1982 -1994). Desde 1982 a 1992 ha tenido la dirección de la Unité de Recherche Associé (URA 915) del CNRS. Ha sido miembro del Comité Científico de la DATAR (1992-95)  y vice-presidente del Conseil scientifique de l’Université de Caen (1993-95 y 1999-2003). Entre 1995 y 2001 ha sido también director de la Maison de la Recherche en Sciences humaines de Caen, Basse-Normandie.Sus investigaciones se dirigieron inicialmente hacia la geografía agraria y las cuestiones agrarias en general. Ante todo sobre los cambios en la vida rural de las regiones del Oeste de Francia. Luego, también, en relación con la elaboración de su Tesis Doctoral, a la agricultura española, las poblaciones campesinas de las regiones meridionales españolas, y las estructuras de las sociedades rurales en el sureste de España.

La Tesis de Estado, de unas 900 páginas y abundante cartografía fue finalmente defendida en la Universidad de Caen y publicada en 1976 con el título Le Bassin du Segura (Sud-Est de l’Espagne). Recherches de géographie rurale. Sus trabajos anteriores y esa misma obra le convirtieron en un reputado especialista francés en las huertas españolas y mediterráneas en general. Los problemas de la gestión y ordenación de las cuencas fluviales, y de manera esencial la del Segura, dio lugar a diferentes investigaciones publicadas en revistas internacionales y a un libro excelente, concebido como “una invitación al viaje”, que proporciona una brillante descripción de los paisajes, la población y sus actividades en el ámbito surestino español (Les huertas de Murcie. Les hommes, la terre et l’eau dans l’Espagne aride, 1980).  A partir de ahí se atrevió a elaborar una teoría comparada de las huertas consideradas como oasis en medios áridos, con los ejemplos del sureste español, de Marruecos y del Oriente Próximo.

Temas tratados en relación con esta línea de investigación han sido los paisajes geográficos de las huertas y de las áreas de secano, la fragilidad de los espacios rurales, los conflictos en el desarrollo de nuevos regadíos, las alternativas que se presentan en la gestión del agua en medios mediterráneos con tendencia a la aridez, el control de las avenidas fluviales, la valoración social del agua, y las consecuencias imprevistas de la incorporación de nuevas tecnologías (entre las cuales la salinización).

Sus estudios sobre el ámbito semiárido del sureste peninsular español resultan, en conjunto, extraordinariamente precisos al detectar el inicio y primeras manifestaciones de los graves problemas que actualmente afectan a los regadíos emplazados en el área, en grave crisis de escasez de recursos y fuerte competencia con otros usos. Sin duda, debieron ser atendidos con más cuidado por los gestores políticos españoles de la época. Aunque posteriormente centrada su investigación en otras cuestiones, Robert Herin nunca ha abandonado la preocupación por los problemas que afectan el mundo agrario del sureste de España, tanto aportando las experiencias de su investigación en Francia en simposios como el organizado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Euromediterráneo de Hidrotecnia sobre “Aridez, salinización y agricultura en el Sureste ibérico”, como en particular respecto a las complejas cuestiones relativas al uso de los escasos recursos hídricos, recientemente abordadas en su trabajo “Consideraciones sobre la valoración social del agua”, publicado en el número 31 de la revista Investigaciones Geográficas, correspondiente a 2003.

Paralelamente, en la Universidad de Caen venía desarrollando una línea de investigaciones sobre las explotaciones familiares en Francia, y especialmente en las regiones occidentales. En relación con ella estudió los problemas de los cultivos forrajeros en Francia, y las mutaciones y permanencias del campesinado en la Francia del Oeste, lo que le llevó desde finales de los años 1970 al estudio de la homogeneidad y diversidad de los cambios en los espacios rurales y a las diversas formas de movilidad social en dichos espacios. Más recientemente ha dedicado atención asimismo a la difusión de las innovaciones agrícolas en Francia a partir del siglo XIX, y el papel de las grandes explotaciones en ello.

Esta orientación de sus estudios, reclamando una tradición que en la Geografía francesa tiene antecedentes en Elisée Reclus, Jean Brunhes y, más recientemente, en los estudios de Renée Rochefort sobre Sicilia y Armand Frémont a propósito de los campesinos normandos, le hizo enfocar también su interés sobre las dimensiones sociales de las cuestiones de desarrollo regional y rural, haciéndole dirigir de forma creciente su atención hacia las problemas de la inmigración estacional de campesinos (por ejemplo, del Sureste de España hacia Francia) y la despoblación de comarcas rurales en España y Francia. A partir de todos estos temas fue incorporando en sus investigaciones el cambio social, en general, y los lugares en que éste se realiza.

Las transformaciones políticas que se realizaron en España a mediados de los años 70 atrajeron también su atención hacia las cuestiones de geografía electoral, dedicando varios trabajos a los comportamientos electorales en las provincias de Alicante y Murcia. Tienen especial interés sus análisis de dichos comportamientos en las comarcas cuya estructura social campesina había estudiado anteriormente, tales como, por ejemplo Moratalla. Todo ello le fue introduciendo en el campo de la geografía política, de los comportamientos políticos y electorales y las diferencias regionales, especialmente en España y Francia. También en el análisis de los espacios sociopolíticos de las ciudades españolas, con el ejemplo de Cartagena y Murcia, y en de los comportamientos electorales en relación con las diferencias sociales en el espacio urbano y regional.

Se fue afirmando así su interés por la geografía social, especialmente en lo que se refiere a la geografía de las relaciones socio-espaciales, las desigualdades sociales, la precariedad y la pobreza. Cuestiones teóricas como la distinción entre geografía humana, geografía social, y su relación con las ciencias sociales, fueron también objeto de su atención, lo que implicaba la dialéctica entre lo social y lo espacial. También ha realizado estudios de grupos específicos como los gitanos españoles, la adaptación de los inmigrantes italianos y españoles en Francia y las dimensiones personales en la geografía social.

La presentación crítica de las grandes corrientes mundiales de la geografía social y los cambios en la geografía social europea a finales de los años noventa han contado con aportaciones destacadas de Robert Herin. Con toda esa experiencia, ha podido hacer contribuciones a una epistemología de la geografía social, y a la elaboración de una geografía social como geografía de las relaciones sociales. Sus alegatos para el desarrollo de una geografía social crítica y responsable han sido repetidos en contextos académicos diversos y su proyecto científico de desarrollar “una geografía humana con preocupaciones sociales (…) atenta a los hombres en sus paisajes, en su vida cotidiana, en las dificultades, dramas y alegrías de sus existencias” y que coloca “al hombre en sociedad en el centro de las preocupaciones y las investigaciones de los geógrafos”, ha tenido una amplia repercusión no solo en su país de origen sino también en los trabajos de numerosos especialistas de otros ámbitos.

Trabajos de especial interés en ese sentido han sido el titulado « Herencias y perspectivas en la Geografía social francesa », que se publicó en Geo Critica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana, (1982, vol. 41, disponible en http://www.ub.es/geocrit/geo41.htm, así como su participación en el libro Géographie Sociale, acompañado por Armand Frémont, Jacques Chevalier y Jean Renard y editado por Éditions Masson en Paris (1984), donde desarrolla en la primera parte una ágil y clara panorámica de las referencias, campo y métodos de la Geografía social. Ya desde la “Introducción” de este libro, que es al mismo tiempo una llamada de atención sobre un campo en buena medida marginado por la geografía francesa de etapas anteriores (“una geografía humana clásica y oficial, acantonada en las Facultades y con un ámbito bastante limitado”), se advierte vigorosamente sobre la imposibilidad de que los geógrafos ignoren “fenómenos como el paro, las crisis campesinas, el envejecimiento de la población en los países desarrollados, el estallido de la urbanización, en cuanto hechos sociales que son al mismo tiempo hechos espaciales”. “Social y espacial constituyen un binomio conceptual en el que cada término se enriquece al desentrañar el otro”, de manera que “estudiar las relaciones y combinaciones en las interrelaciones de lo social y lo espacial es el objeto de la geografía social”. Dentro de esta línea y en cuanto a la aplicación de sus ideas en un espacio concreto cabe destacar la participación de Robert Herin en el Atlas social de Basse-Normandie (1986-1991).

El tema del trabajo en su localización espacial fue emergiendo también como de especial interés en todas esas investigaciones. El análisis del trabajo y del empleo, las diferencias en la inserción laboral entre hombres y mujeres, los problemas del empleo entre los jóvenes, el papel de la familia, el empleo y dinámicas urbanas, el cambio social y cultural en las pequeñas ciudades obreras francesas fueron cuestiones crecientemente introducidas en sus trabajos. Así como el estudio de los espacios de la sociabilidad, especialmente en las áreas periféricas y en los nuevos grands ensembles y el crecimiento periférico de las ciudades francesas.

Los problemas de la geografía del trabajo y del empleo le condujeron asimismo hacia la inserción profesional, al paro y a la formación educativa. Desde mediados de los 80 sus investigaciones fueron centrándose en la escolarización, el aparato escolar y su influencia sobre el desarrollo personal y sobre las posibilidades de desarrollo regional. Su trabajo se dirigió de hecho hacia una geografía social de la escolarización.

Estas investigaciones se iniciaron con el estudio de las redes escolares y la organización de los colegios, así como el estudio de las redes y la escolarización en la Baja Normandía, y continuaron con la reflexión sobre los problemas del retraso escolar, la cuestión de los cambios tecnológicos y las mutaciones profesionales, con el ejemplo concreto de los cambios en Francia. Su participación como geógrafo fue muy apreciada en estudios sobre la demanda social de escolarización.

Las contribuciones que ha realizado en este sentido son muy relevantes: las oportunidades que ofrece el sistema educativo, y las salidas que proporciona en relación con las demandas de las estructuras económicas regionales; el papel del sistema escolar para facilitar la inserción profesional de los jóvenes; o la relación entre escolaridad y desarrollo regional se encuentran entre las cuestiones concretas que han sido tratadas por él. Las dificultades de los jóvenes para la inserción profesional; el papel de la escuela rural para contribuir al cambio en esos medios geográficos; la crisis de la escuela rural como consecuencia de las transformaciones y las nuevas necesidades han sido asimismo objeto de investigación. También ha prestado atención a la democratización de la enseñanza y la selectividad de los sistemas educativos, la medida geográfica de la desigualdad de oportunidades y su impacto en el desarrollo; los problemas del análisis espacial, la cartografía y la representación geográfica de todos estos fenómenos; o el desarrollo de la enseñanza privada en Europa, y hasta llegar a un esbozo de una geografía social de la enseñanza privada en Francia, en España y en Europa.

Una preocupación permanente de sus trabajos ha sido desarrollar un enfoque geográfico para el estudio de las desigualdades escolares y el análisis del significado de las desigualdades territoriales en la formación en Francia, el de las disparidades de la escolarización y, de manera general, la relación entre las desigualdades escolares y la injusticia social.

Robert Herin ha dedicado atención no solo al sistema escolar básico, sino también a los niveles medio y superior. En algunos trabajos ha investigado en el nivel de bachillerato cuestiones similares a las que abordó respecto a la escuela primaria. A mediados de los años 1990 ha sido el sistema universitario lo que ha pasado a primer término. Su participación en la dirección del Atlas de la France Universitaire (dirigido en colaboración con A. Frémont y J. Joly, 1992) es una importante aportación al tema, al que siguió la obra coordinada por él sobre  L’Université, la Région, les Villes en Basse-Normandie (1994), un buen ejemplo de esa orientación. En relación con ella ha dirigido su atención en direcciones diversas, desde el cuestionamiento de las pretensiones de excelencia de las universidades de París frente a las universidades regionales, hasta el impacto de la función universitaria y de los estudiantes en una ciudad.

Los rasgos regionales de la formación escolar y universitaria, el papel de la escuela rural y la ordenación del territorio,  y las relaciones entre la formación y la movilidad social y espacial son aspectos que él siempre ha abordado desde la preocupación por las desigualdades sociales.

Una nueva línea de estudio se relaciona con la geografía de las ciudades desde la perspectiva de las divisiones socio-espaciales, la evaluación de las políticas urbana, especialmente desde su impacto sobre la marginalización, segregación y exclusión y de las relaciones socio-espaciales en general. Las cuestiones de la vivienda aparecen aquí como tema de gran importancia. Todo lo cual ha podido tener también un reflejo en la participación en el planeamiento urbano de la aglomeración de Caen, la revisión del SDAU y en particular los mercados del suelo el mercado inmobiliario y las dinámicas sociales y migratorias. También ha colaborado en estudios de geoscopia, entre los que es modélico el que realizó en 1985 junto con Francisco Calvo García-Tornel sobre la ciudad de Murcia (España). Una obra pionera en muchos sentidos dentro del panorama geográfico español, tanto por su minucioso análisis socio-espacial del ámbito urbano y periurbano de Murcia, como por el gran numero de variables demográficas, sociales políticas y económicas manejadas y plasmadas cartográficamente, por separado y en mapas de síntesis, mediante programas de ordenador (Murcia. Geoscopia de una ciudad española a finales del siglo XX, Universidad de Murcia, 1986).

Sus investigaciones no se detienen con todo eso. Ha prestado asimismo atención al papel de las redes territoriales en la formación de la identidad, a la complejidad en geografía, a las diferencias espaciales y sociales en el acceso a la salud, o a la reconstrucción de ciudades destruidas por la guerra mundial, en un encuentro internacional dedicado a esa cuestión y celebrado en Saint-Lô.

Animador permanente de foros de discusión sobre aspectos de la Geografía social, sus esfuerzos se han plasmado en varios números de Les Documents de la Maison de la Recherche en Sciences Humaines de Caen,a través de la unidad mixta de investigación Unité Mixte de Recherche-CNRS 6590 que agrupa a las universidades de Angers, Caen, Le Mans, Nantes y Rennes. Sus iniciativas, sin embargo, han estado permanentemente abiertas a la presencia de investigadores de otras latitudes, singularmente del continente americano y España y sus contactos con el mundo universitario de habla española se han concretado en numerosas ocasiones en el desempeño de cursos y conferencias en distintos centros de uno y otro lado del Atlántico, como es el caso de su reciente estancia en Venezuela (2004), así como en la tutoría y dirección de trabajos de investigación en los distintos niveles académicos realizados por estudiantes franceses en el extranjero.

La trayectoria de Robert Herin refleja bien, sin duda, la evolución de la geografía francesa, a la vez que muestra una sostenida atención hacia los problemas del mundo hispánico. Pero también sus trabajos muestran una extraordinaria capacidad de ósmosis con la realidad circundante, una especial sensibilidad que le permite introducirse en lo más profundo del tejido social del espacio estudiado integrando así en el análisis geográfico aspectos inéditos. Capacidad que a lo largo de su prolongada vida profesional ha tratado de poner siempre al servicio tanto de la sociedad en su conjunto como de sus responsables y gestores.
 


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