Scripta Nova  Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 45 (20), 1 de agosto de 1999
 

IBEROAMÉRICA ANTE LOS RETOS DEL SIGLO  XXI.
Número extraordinario dedicado al I Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

BIOCIUDAD: ALGUNOS CRITERIOS PARA UN DISEÑO AMBIENTAL URBANO

Luiz Alberto de Campos Gouvêa
Doctor en arquitectura y urbanismo
Profesor de la Universidad de Brasilia
Investigador visitante Universidad Politécnica de Cataluña 


Este trabajo presentado de manera sintética, es el fruto de una investigación donde se procura -tanto en la actividad profesional de proyectar núcleos urbanos en el Distrito Federal, como en un estudio sistemático sobre los procesos históricos de ocupación territorial en la Meseta Central brasileña- identificar problemas y ventajas con respecto a la organización de un conjunto de criterios de diseño ambiental urbano(1).

En dicha investigación, se intentó identificar cada factor histórico y sociocultural relevante, y por medio de un seguimiento de los micro-climas urbanos, así como analizarlos de manera científica y actual. De este modo, en el entrecruce de tres líneas de investigación -histórica, social y tecnológica de micro-climas urbanos-, se descubrieron conceptos y criterios de diseño que llegaron a transformarse en voces de alerta para quienes se dedican a estudiar y a desarrollar proyectos urbanos en regiones de meseta de clima tropical.

Entre los criterios elaborados se destaca la no retirada de la vegetación nativa del área que será ocupada, evitando así el tal vez más grave problema en la implantación de áreas urbanas en el Distrito Federal y la región circundante. Así, se recomienda que solo sea retirada la vegetación necesaria para el proceso de parcelamiento de vías y de sitios de construcción de edificaciones.

De la misma forma, se observaron ejemplos en los que tanto los indígenas de la región, como los colonizadores, tratan de situar los asentamientos humanos cerca de los ríos y de los bosques galerías (un tipo de distribución natural de la vegetación de la zona muy frecuente, en que se observa un crecimiento denso de árboles y arbustos a lo largo de las riberas de lagos y ríos), que en la Meseta Central son garantía de vida aun en los períodos de mayor sequía, lo que prueba la enorme importancia que tiene en esa zona la conservación de la vegetación. Allí donde este criterio no fue respetado, se constata que se ha producido un alto índice de impacto ambiental, tanto en el pasado como hoy en día.

Otro criterio importante para la implantación de ciudades lo constituye la adaptación del trazado urbano a los elementos geomorfológicos del terreno, como ocurre con el trazado de la ciudad colonial goiana (por ejemplo, Pirenopolis y Planaltina), adaptado al relieve accidentado de la región. Este principio fue posteriormente incorporado como factor cultural y natural relevante en la organización de trazados de tipo Ciudad Jardín, en la parte central de Goiâna, transformándose también en inspiración de las formas del Plano Piloto de Brasilia, que sigue las curvas del lago Paranoá. Esta providencia, así como la no retirada de la vegetación nativa, sirve como instrumento fundamental en la minimización del proceso de erosión de los frágiles suelos de la Meseta Central, dentro de una política de desarrollo sostenible, que busca, entre otros factores, lograr un bajo gasto de energía, así como costos e impactos ambientales reducidos.

Otro elemento que debe ser observado en la implantación de núcleos urbanos en la región es la organización del sistema vial principal, de modo que las calles reciban los vientos húmedos dominantes que posiblemente pasan antes por un lago o río, permitiendo el humedecimiento de la ciudad y minimizando el proceso de contaminación del aire en los centros de las ciudades y allí donde hay una mayor circulación de vehículos motorizados.

Todos estos seguimientos, desde los análisis iniciales de los impactos ambientales en los loteamientos implantados, pasando por una evaluación de la evolución ambiental urbana en el Centro Oeste, así como la investigación del micro-clima urbano, revelaron el destacado papel de la vegetación, la cual mostró de forma clara un desempeño superior al de los otros materiales investigados (asfalto, cemento, granitina/tipo baldosa). Más aún, se observó que cuando la vegetación está lozana, su potencial se incrementa notablemente. En efecto, se registró hasta un 26 por ciento más de humedad relativa en el aire sobre pasto verde y lozano, que sobre un prado resecado por el sol y el viento, durante el período seco. La temperatura irradiada por el pasto húmedo fue de hasta 7 grados menos que la del pasto seco.

El seguimiento de micro-climas urbanos mostró además que las grandes áreas verdes del Plano Piloto de Brasilia, a pesar de su excelente desempeño en las épocas húmedas, y pese a sus grandes extensiones, ven su potencial reducido durante las épocas secas, atribuyéndose este hecho al resecamiento de la vegetación. Se aconseja, por lo tanto, que las áreas verdes sean organizadas de manera que permanezcan lozanas durante todo el año.

El tratamiento del espacio con vegetación arbórea de copa densa y perenne, presentó el mejor rendimiento en este estudio, con costos de implantación y mantenimiento bajísimos. Es de notar que las áreas sombreadas alcanzaron índices de hasta 14 grados menos de temperatura que las asoleadas, en horarios de uso intenso de las áreas publicas (caminos, calles, plazas), corroborando el valor de esta observación. De esta manera, en lo relativo a la organización de espacios urbanos, se recomienda desarrollar las calles como "bosques galerías", es decir, densamente arboladas.

No obstante, el buen desempeño de la vegetación en los espacios urbanizados no se limita a potenciar los factores positivos del clima y a minimizar el proceso erosivo, pues la vegetación se muestra eficaz también en la retención de las partículas en suspensión (polvo), sin la necesidad de generar áreas impermeabilizadas y con un bajo costo, factores importantes que deben ser tomados en cuenta en un país tropical con muchos problemas sociales, como Brasil. En efecto, la utilización de zonas verdes tiene una importante función social pues induce al encuentro de las personas en la malla urbana.

Otro criterio que se constituyó en base de la investigación desarrollada, es que el espacio libre debe ser organizado observando la creación de micro-espacios con abundante vegetación, de modo que ésta permanezca verde durante la época seca. Estos espacios verdes deben, además, ser trabajados de forma sostenible. Por eso, se aconseja el uso predominante de vegetación arbórea, dentro de una perspectiva destinada a rescatar la flora regional y, al mismo tiempo, crear locales más húmedos y sombreados, aumentando la calidad del tejido urbano con un costo bajo.

De la misma manera, en la organización de plazas, se recomienda utilizar tanto la topografía como la vegetación gramínea, arbustiva y arbórea para disminuir la velocidad de los vientos fríos y secos y para retener el polvo en suspensión(2). Se aconseja estudiar también la posibilidad de instalar aspersores controlados (con grifos), con el fin de mantener húmeda la vegetación durante los períodos secos. Con relación al edificio y su entorno, se sugiere –en el caso específico de Brasilia—la creación de desniveles protegidos con vegetación (arbórea y o arbustiva) en pilotes, con el objeto de conseguir el humedecimiento del aire y la reducción de la velocidad del viento, además de la disminución de partículas en suspensión; características que harán al "pilote carioca" (usado con frecuencia en el litoral cálido y húmedo) implantado en Brasilia, más propicio para el encuentro y hasta la circulación de las personas en regiones de clima tropical de meseta.

El seguimiento de micro-climas urbanos reveló, además, la importancia de la humedad en las áreas contiguas a los edificios, mucho mayor que la de las zonas verdes y ajardinadas al lado de las calles, como ocurre en Brasilia, donde la distancia disminuye el buen rendimiento de la vegetación. En efecto, los datos no dejan lugar a dudas: los espacios con vegetación húmeda cerca, o incluso dentro del edificio, tienen mejor resultado, siendo recomendables tanto desde el punto de vista ecológico, como económico, y son posibles dentro de una perspectiva de desarrollo auto-sustentable de la ciudad.

Por otra parte, en lo que respecta al clima, se identificaron tres períodos climáticos a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre proyectos en el Distrito Federal. El primero consiste en la época seca (de mayo a septiembre), el segundo, en el período lluvioso (de septiembre a abril) y el tercero, se refiere al "enfriamiento nocturno" y ocurre tanto en la época lluviosa como en la seca.

En los dos primeros, se alerta sobre la necesidad de trabajar el espacio urbano y principalmente del edificio, para tener un control de la humedad relativa del aire, reinterpretando usos observados en varias sedes de haciendas coloniales construidas en la región, que organizaban el espacio del edificio de manera que contara con ambientes ventilados y abiertos para las épocas húmedas y espacios semi-cerrados y humedecidos frecuentemente (huertas) incluso medicinales, para los períodos secos.

De la misma forma, en el tercer período, el de la madrugada, que se denomina "enfriamiento nocturno", es importante atender la necesidad de trabajar los espacios de los edificios en el sentido de contar con un control de la ventilación. Se observó que, a diferencia de las regiones de clima ecuatorial, como la de la Amazonia, en el clima de meseta tropical la ventilación no puede ser totalmente libre, ni restringida, como en los climas secos del norte de Africa, sino que se necesita, en los meses secos, aumentar la humedad relativa del aire, permitiendo su penetración en los edificios.

Se puede notar, además, con relación a los edificios, que las formas recortadas, tales como varandas, quiebres de sol, platibandas, balcones, marquesinas, pérgolas, cajas de elevadores, etc., tienen un mejor desempeño, especialmente en las fachadas norte y oeste, que soportan una fuerte incidencia solar. Tales recursos, acompañados por la organización de la vegetación y el agua en los recortes desiguales (reentrancias) y en las proximidades del edificio, aumentan las posibilidades de dar sombra a estas fachadas y también mejoran el desempeño en términos de humedad relativa del aire en las edificaciones.

Los criterios presentados en este estudio definen algunas soluciones simples, que pretenden producir un diseño urbano que genere un menor impacto ambiental, así como bajos costos de energía en su implantación y mantenimiento. Entre ellos, los espacios vegetados se destacan como elementos de relevancia al tomar decisiones con respecto a proyectos y sistemas sostenibles en regiones de clima de meseta tropical de suelos erosionables, como los del Distrito federal.

Por otra parte, para la implantación de sistemas de este tipo se requiere un conocimiento profundo de las costumbres y usos cotidianos de la población. Se necesita de una gestión urbana que incentive acciones de reaprovechamiento y reciclaje de materiales, de implantación de sistemas alternativos de energía, y que al mismo tiempo contribuya a combatir la miseria de nuestras ciudades con gestos ecológicos de sostenibilidad, como por ejemplo, organizar el trueque de basura recogida selectivamente, en una favela, por alimentos, como se ha hecho en la Prefectura de Curitiba, estado de Paraná; o como organizar en las periferias urbanas huertos comunitarios de plantas medicinales, tan del gusto del pueblo goiano y nordestino, que es mayoría en el Distrito Federal y su región, o finalmente, como desarrollar un "paisajismo nutriente" que pueda al mismo tiempo alimentar, proporcionando los instrumentos necesarios para la recolección de frutos y enseñando a los niños a disfrutar de la generosidad de la naturaleza tropical.

En resumen, al proponer estos conceptos y criterios expuestos en el estudio "Biociudad" en este artículo y en el libro, de próxima publicación, se procuró rescatar los aspectos positivos de la relación de las formas urbanas con la naturaleza, utilizada desde hace siglos por nuestros antepasados de la Meseta Central brasileña, y al mismo tiempo, usar una tecnología ambiental para garantizar altos niveles de calidad de vida en la ciudad contemporánea, dentro de una perspectiva de sostenibilidad que, ciertamente, definirá la acción humana del siglo XXI.
 

Bibliografía
 

RUEDA S.; RIERADEVALL, J.; DOMÈNECH X. y REALES D: C: L. La ciudad sostenible. Barcelona: Servicio de Investigación y Exposiciones del CCCB/Institut d´Edicions, Diputació de Barcelona, 1998.

GOUVÊA, L. A. de Campos. Desenhando a Cidade com a Natureza: uma análise da importância dos fatores naturais nas desisões de projetos, em localidades de clima tropical de planalto.Tese de Doutorado. São Paulo: Universidade de São Paulo/USP, 1995

GOUVÊA, L. A. de Campos. Pirenópolis: uma proposta de desenho ambiental urbano. Dissertação de graduação en arqutetura e urbanimo. Brasília: Universidade de Brasília, 1979

GOUVÊA, L. A. de Campos. Brasília a Capital da Segregação e do Controle Social: uma avaliação da ação governamental na área da habitação. São Paulo: Editora Annablume, 1995.

ROMERO, M.A. B. Princípios Bioclimáticos para o Desenho Urbano, Dissertação de Mestrado, Brasília: Universidade de Brasília, 1985

RUEDA, S.P. Ecologia Urbana. Barcelona i la seva regió metropolitana com a referents. Barcelona: Beta Editorial S.A., 1995.
 

Notas
 

1. Biociudad es el título del trabajo (libro) en curso, que deberá ser publicado, próximamente.

2. Romero, 1985
 

© Copyright: Luiz Alberto de Campos Gouvëa, 1999

© Copyright: I Coloquio Internacional de Geocrítica, 1999



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