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Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. 
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 65, 1 de junio de 2000. 

ORDENADORES Y MICROANÁLISIS NOMINATIVO: ADAPTACIÓN INFORMÁTICA
DEL MÉTODO DE RECONSTRUCCIÓN DE FAMILIAS.




Francisco Ramírez Gámiz
Dr. en Geografía, Universidad de Granada
Profesor IES, Loja, Granada


Ordenadores y microanálisis nominativo: adaptación informática del método de reconstrucción de familias (Resumen)

La relación entre informática y demografía histórica tiene ya una larga tradición, aunque las experiencias cuando se trata de microanálisis nominativos no han sido siempre fructíferas. Presentamos la adaptación informática realizada del método de reconstrucción de familias para la elaboración de una investigación microanalítica de larga duración en dos parroquias grandes de la Andalucía interior. Se ha trabajado con dBase y el resultado ha supuesto aligerar considerablemente algunas de las tareas más rutinarias de la investigación y un ahorro importante también de tiempo. En el artículo, tras repasar algunas de las experiencias informáticas en microdemografía histórica, se analizan las opciones y pasos seguidos en la adaptación del método de Henry-Fleury y se explican las rutinas y algoritmos empleados.

Palabras clave: Adaptación informática/ reconstrucción de familias/ microanálisis nominativo

Computers science and nominative microanalysis: computer adaptation of the families reconstruction method (Abstract)

The relationship between computing and historical demography has already a long tradition, although experiments haven't always been fruitful when it's about nominative microanalysis. We present the computer adaptation of the families reconstruction method made for the elaboration of a long-lasting microanalytic investigation in two inner Andalucia big parishes. We have worked with dBase and the result has had the consecuences of shortening subtantially some of the most routine tasks in the investigation and of saving an important amount of time. In the article, after tackling some of the computing experiments in historical demography, we analyse options and steps followed in the Henry-Fleury method adaptation, and routines and algorithms used are explained.

Key Words: computer adaptation/ families recontruction/ nominative microanalysis


En el prefacio de su monumental Cataluña en la España moderna, Pierre Vilar (1987) señalaba que "el exceso de inquietud metodológica en la investigación será siempre preferible a la falta de inquietud". A veces no es más que una cuestión de necesidad. En nuestro caso, ésta nos llevó a indagar en la adaptación informática de una metodología clásica y contrastada como es la reconstrucción de familias, el denominado método Henry-Fleury, basado en la explotación sistemática de los archivos parroquiales y civiles. Dado a conocer en la década de los cincuenta, las investigaciones realizadas por sus autores y algunas de sus aplicaciones posteriores, dieron lugar a modificaciones y perfecciones del método, aparecidas algunas en las sucesivas ediciones del "pequeño libro azul". Se constituyó así un cuerpo metodológico muy claro y aceptado por la comunidad científica internacional en el ámbito de la demografía histórica.

Sin embargo, frecuentemente se ha planteado la cuestión de la rentabilidad en este tipo de trabajos, al considerar el enorme tiempo que requiere una investigación de estas características. Por ello, proliferaron los estudios sobre ámbitos locales muy concretos y definidos, lo que llevó a cuestionar la representatividad de algunas experiencias. La utilización de otras fuentes demográficas surgidas a lo largo de la Edad Contemporánea, que requieren menos tiempo en cuanto a su explotación sistemática, provocó que los estudios microdemográficos con base en el análisis nominativo de las fuentes dedicados a los dos últimos siglos se desarrollasen menos. Al mismo tiempo, estas investigaciones macroscópicas referidas a datos agregativos ganaban en globalidad y en generalidad, mientras que el microanálisis demográfico nominativo, o sea, el acercamiento microscópico, parecía quedarse en lo particular y local.

La experiencia desarrollada nos demostró que la rentabilidad y la representatividad de una investigación no están reñidas con la visión microscópica del objeto de estudio a partir del uso de una metodología tan inflexible como la adaptada, si se elige convenientemente el ámbito territorial, se desarrolla minuciosamente la recogida de la información y, tras la necesaria y rigurosa homogeneización de la misma, se ponen a punto una serie de rutinas o algoritmos informáticos que permitan el tratamiento de una gran cantidad de datos y de variables.

En nuestra tesis doctoral (Ramírez Gámiz, 1998) procedimos a la recopilación de los datos existentes en las partidas de nacimiento, defunción y de casamiento de dos parroquias andaluzas situadas en los municipios de Iznájar (Córdoba) y Loja (Granada). En el primero, el análisis nominativo abarca el periodo 1760-1930 y en el segundo, 1820-1900. En Iznájar, la parroquia del Señor Santiago fue la única existente en el municipio hasta el establecimiento de la auxiliar de Nuestra Señora del Carmen en una pedanía que servía en torno al diez por ciento de la población total (ésta ascendía a 6.011 habitantes en 1857 y a 10.644 en 1930). La parroquia de Santa Catalina de Loja se haya en el Barrio Alto de la ciudad y la población que pertenecía a ella en 1855 era de 4.718 habitantes, la tercera parte del total municipal. Nos encontramos, pues, con ámbitos grandes, con parroquias de considerable tamaño, pocas veces reconstruidas. La cantidad de fichas nominales informatizadas superó con creces las cien mil. Los apartados o "campos" en cada ficha de bautizados y de casados pasaban del medio centenar. En los registros civiles descubrimos algunos otros datos o incluso individuos que habían escapado del control religioso. En los censos, padrones, amillaramientos, listados de contribuyentes y listas de electores consultados, entre otra documentación, en los archivos municipales encontramos información de carácter socioeconómico que cruzamos con la anterior para analizar el comportamiento demográfico diferencial. Las familias reconstruidas fueron 2.746; las fichas MC1, base de nuestra investigación, ascendieron a 2.114. Manejar este volumen de información sólo fue posible gracias al ordenador y a la adaptación informática del método Henry-Fleury(1). En las páginas que siguen presentamos la adaptación metodológica realizada, que supuso aligerar considerablemente algunas de las tareas más rutinarias de la investigación y un ahorro importante también de tiempo.

A la hora de la recogida y el tratamiento de la información, el ordenador resultó ser un poderoso aliado. Realizar una reconstrucción manual por el método tradicional de unas parroquias de tales dimensiones como las investigadas hubiese llevado más de diez años a partir de los ritmos de trabajo observados en otros casos, como el paradigmático de Crulai realizado por Gautier y Henry. Luego vendría el tratamiento de la información, su tabulación y la realización de los cálculos que el método señala. En una tercera fase de análisis de los resultados se obtendrían las conclusiones. Nuestra investigación ocupó en total ocho años. En los inicios de la misma nos decantamos por el uso del programa dBase III Plus. En 1990 era uno de los productos dominantes en el mercado en cuanto a la gestión de bancos de datos. Su arquitectura es sencilla y flexible. Se trata de un software potente, fácil de aprender y fácil de usar(2). Además nos ofrecía prácticamente todas las posibilidades necesarias para la recopilación y el tratamiento de la información. Por último, una de las razones que nos impulsaron a elegirlo fue el hecho de haber sido el utilizado en otras innovaciones metodológicas que se habían puesto de actualidad dentro de la Asociación de Demografía Histórica, como por ejemplo, el método de reconstrucción de parroquias de Norberta Amorim. Igualmente, Lucchetti y De Iasio habían presentado al II Congreso Italo-Ibérico de Demografía Histórica de Savona (1992) una técnica de demografía histórica con ordenadores titulada "Reconstrucción de familias con Dbase III". Al III Congreso de la ADEH (1993) se presentó igualmente una propuesta de reconstrucción de familias asistida por ordenador por parte de Eduardo Sánchez Compadre y sus colaboradores para estudiar la importancia de la selección natural y la deriva genética en las poblaciones humanas.

Demografía histórica, análisis nominativo y ordenadores.

Sin lugar a dudas, la informática ha ayudado a resolver muchos de los problemas más acuciantes que se le han planteado a los investigadores en demografía histórica desde que comenzó a generalizarse su uso en la década de los sesenta(3). En los inicios de la siguiente aparecieron los primeros programas informáticos y las primeras grandes experiencias. El programa Forcod se hizo famoso en Francia, y también Hochelaga en Canadá, donde se realizaron varias versiones y se aplicó bastante a partir de un proyecto de investigación de la Universidad de Montreal(4). La aparición de las primeras investigaciones de carácter demográfico asistidas por ordenador en España se produce en la misma década de los setenta(5). En los años ochenta continuaron publicándose numerosos trabajos que pusieron de relieve la importancia del ordenador como artefacto al servicio del investigador(6). Pero ha sido en la década actual cuando el tema de la demografía histórica y el ordenador se ha tratado con mayor profundidad en los foros de debate demográfico y se ha caminado hacia una aplicación sistemática de esta herramienta(7).

Es cierto que aún no se ha logrado con entera satisfacción la reconstrucción automática de las familias y es de suponer que no será fácil que el ordenador identifique parentescos cuando se trata de datos nominativos en los que con cierta frecuencia aparecen diferencias notables a la hora de anotar a una misma persona. Sin embargo, no es menos cierto que la informática es un valioso instrumento que ayuda a la localización de potenciales candidatos a formar parte de una determinada familia cuando los datos no concuerdan, o a descartar individuos que, con el mismo nombre, no tienen nada que ver con la familia que pretendemos reconstruir. Indudablemente, también resulta de una inestimable ayuda en el tratamiento estadístico de la información. Se trata, por tanto, de una interesante aliada que ayuda a resolver algunas cuestiones metodológicas, pero que no constituye en sí, el método(8).

Reconstrucción de familias y ordenador: una experiencia.

En nuestro caso, hemos utilizado el ordenador en casi todas las fases de nuestra investigación. Para la recogida de los datos diseñamos una serie de bases donde se incluyó la información suministrada por las fuentes. Generamos así los tres primeros modelos de fichas que aparecen en el método clásico: una ficha para los registros de bautismos, otra para los matrimonios y una tercera para las defunciones. La informática, además de almacenar una mayor información nos permitía ordenarla de múltiples maneras y efectuar variadas relaciones con increíble velocidad. El fichero de los matrimonios constituiría la base de las futuras fichas de familia sobre las que realizaríamos la mayor parte de los cálculos. Aunque en esta primera fase el ordenador ya nos sirvió de importante ayuda para almacenar y presentar la información, es cuando nos disponemos a analizarla y a manejarla cuando la informática resulta de mayor utilidad.

Tras el almacenamiento de la información existente en los libros parroquiales, los registros civiles y los diferentes censos y padrones que se consultaron, el paso siguiente fue relacionar las bases de datos resultantes(9). Para la reconstrucción de familias propiamente dicha bastaba con rellenar las clásicas fichas de familia, que no es poco.

En primer lugar, se trataba de saber el número de individuos que aparecían en diferentes ocasiones, ya fuera en los libros de bautismo, defunción o matrimonio. Esa relación nos iba a proporcionar, en gran medida, la mayor parte de las familias para las que disponíamos de la fecha de nacimiento de la esposa, la fecha de casamiento y la fecha fin de observación. Se procedería por lo tanto a una selección de las familias a reconstruir. La selección sería informática sobre la base de que el cónyuge que muriera en primer lugar presentara los mismos datos nominales en el acta de defunción, matrimonio y nacimiento. El resultado de la relación produciría una cifra suficiente y significativa al referirse a una población muy numerosa(10). Para que esa relación fuese lo más fructífera posible habríamos de corregir las bases de datos y sanear la información existente en los diferentes campos.(11)

En segundo lugar, una tarea que nos llevó bastante tiempo fue la de identificar las relaciones verdaderas y depurar los ficheros resultantes de las mismas. Los primeros en ser relacionados fueron los archivos de bautismos y defunciones, y aparecieron los primeros problemas(12). Cuando un individuo (A) cuyo nacimiento consta en el fichero de bautismos tenía el mismo nombre que dos (B y C) que aparecían en el fichero de defunciones, en las nuevas bases de datos surgidas de la relación, aparecía como si se tratara de dos personas diferentes: por un lado A con B, y por otro A con C, como si el individuo A se hubiese desdoblado y hubiera muerto dos veces. Evidentemente lo hizo una vez, pero no disponíamos del acta de defunción. A las nuevas bases de datos, que incluían los mismos campos que las originarias de las que surgieron, se le añadió un nuevo apartado para consignar que la relación era verdadera o falsa, y esta decisión, que compete únicamente al investigador, se tomaba dependiendo de los demás datos que aparecían en el resto de los campos: nombres y apellidos de los padres y, fundamentalmente, edad del difunto y su correspondencia con la diferencia entre la fecha de defunción y la de nacimiento expresada en años, para lo que se creó un nuevo campo en el que se efectuaron estos cálculos. A veces no hubo más remedio que tomar una determinación arbitraria a la hora de reconocer un candidato con su homónimo. En estos casos, en los que siempre se consignó la duda que existía en dicha relación, se tuvieron en cuenta algunos datos que tienen por objeto disminuir la sospecha de error(13).

Los resultados de esta primera relación fueron los siguientes: en Iznájar encontramos 11.077 casos de individuos de los que disponíamos de la fecha de nacimiento y defunción. Suponía un 34,6 por ciento de los bautizados y el 48 por ciento de los enterrados entre 1760 y 1930. En el 97,2 por ciento de las relaciones se tenía la certeza de que los individuos que aparecían en los registros de bautismos y defunciones eran los mismos. En el resto de los casos, lo más probable era que la relación fuese verdadera pero existían algunas probabilidades de equivocación.

En Loja, como era previsible, los resultados no fueron mejores, ya que en este caso la movilidad interna de la población dentro de la misma ciudad dificultaría el trabajo, al disponer sólo de los registros de una de las cuatro parroquias municipales. Conseguimos 5.196 relaciones en las que seguramente los datos de bautismos y entierros correspondían a las mismas personas. Se trata del 30,9 por ciento de los bautizados en el periodo de estudio (1821-1900) en la parroquia de Santa Catalina, y del 52,7 por ciento de las defunciones registradas en su archivo parroquial. Sin embargo, aunque los porcentajes se parecen a los iznajeños, en esta ocasión la proporción de relaciones en las que se tiene la certeza de que se trata de registros pertenecientes al mismo individuo era del 92,2 por ciento.

Seguidamente, se efectuó una segunda relación entre los nuevos ficheros donde teníamos los individuos que habían nacido y muerto en la misma parroquia y los aquellos otros ficheros en los que habíamos recogido los matrimonios. La base de datos resultante contenía, por lo tanto, información de las fichas de bautismo, casamiento y entierro, suprimiendo algunos campos en los que se recogía información que, existente ya en las bases de datos primarias, no iban a ser de gran utilidad en la relación. Aun así, los nuevos ficheros contaron con más del centenar de apartados, al aunar tres bases de datos(14). Como en el caso anterior, se creó un campo para identificar las relaciones verdaderas y las falsas, teniendo especial cuidado en esta ocasión con aquellos casos en los que dudábamos sobre la relación entre bautizados y difuntos. Encontramos problemas con los individuos que se casaban en varias ocasiones, ya que aparecían una sola vez en las bases de datos que aunaban bautismos y sepelios y varias en las de matrimonios. La información existente en los apartados donde se recoge la edad de los contrayentes, o en aquellos delimitados para los datos del cónyuge del difunto, o en las observaciones donde aparecen, cuando una persona era viuda, los datos de su anterior cónyuge, fue de gran utilidad para identificar las relaciones verdaderas y descubrir las falsas. Una vez más nos dimos cuenta de la oportunidad de recoger el máximo de información posible que ofrecen las fuentes para realizar una satisfactoria reconstrucción de familias(15).

Tras despejar las dudas y aislar las relaciones verdaderas, nos encontramos con dos bases de datos que contenían 364 matrimonios en el caso de Loja y 3.082 en el de Iznájar. Como algunos matrimonios figuraban dos veces al relacionar el bautismo, el matrimonio y la defunción de ambos cónyuges, nos encontramos definitivamente con 329 parejas distintas en Loja y 2.422 en Iznájar. O sea, que en el primer caso contábamos con 35 matrimonios con todos los datos para los dos contrayentes, y en el segundo con 660. En cuanto al número de mujeres de las que habíamos logrado encontrar su fecha de nacimiento, matrimonio y defunción, fue de 1.462 en Iznájar y 233 en Loja. Ese fue el núcleo fundamental de nuestro trabajo, al contar fielmente con los datos fundamentales de las madres de las familias reconstruidas. Sin embargo, al llevar a cabo la reconstrucción localizamos nuevos datos que completaron la información de los esposos, con lo que algunas fichas que en origen no eran MC1 se convirtieron en tales a partir del rastreo de los ficheros.

Así, obtuvimos un núcleo importante de familias que en su mayor parte iban a constituir fichas tipo MC1, siguiendo la terminología de Louis Henry; o sea, con la fecha de casamiento; la fecha fin de observación, al disponer de la fecha de defunción del primer cónyuge que muere; y, finalmente, la fecha de nacimiento de la mujer según el acta de bautismo (estos datos estaban disponibles para más del 40 por ciento de los matrimonios iznajeños entre 1815 y 1880).

El siguiente paso sería rastrear en las bases de datos de bautizados y difuntos para localizar aquellos individuos en los que figuraran como padres los casados que habíamos identificado y para los que disponíamos al menos de la fecha de nacimiento y defunción de uno de los cónyuges. Esta tarea nos habría llevado bastante tiempo y de nuevo encontramos un buen apoyo en la informática. Se trataba ahora de crear una base de datos más gigantesca aún en la que a partir de la estructura anterior, que compaginaba los campos de bautismos, matrimonios y defunciones, tuviésemos todos los registros de bautizados y difuntos junto a ese núcleo de familias. El objetivo era conseguir una estructuración de los registros a partir de la cual éstos quedasen ordenados por familias, con lo que prácticamente tendríamos la reconstrucción realizada.

En primer lugar, creamos una serie de campos comunes a las bases de datos que íbamos a unir. Incluirían informaciones fundamentales para que, a la hora de ordenar el fichero definitivo, quedasen ubicados los registros por familias y, dentro de cada familia, por la fecha de los acontecimientos demográficos que vivieron (primero, fecha de casamiento de los padres; después, fecha de nacimiento del primer hijo, y, en tercer lugar, nacimientos sucesivos o defunciones de los hijos). Así, se creó un campo (NUMEROMAT) en el que se asignó un número a cada familia para la que disponíamos de la fecha de nacimiento y defunción de uno de los dos cónyuges. En las bases de datos de difuntos y bautizados llevaría unos signos determinados para identificar con rapidez el tipo de datos al que se refiriese el registro(16). En otro apartado (LETRAMAT) se asignó una letra para saber con rapidez si los datos conocidos de nacimiento, casamiento y defunción, se referían al marido o a la mujer. También se crearon dos más para identificar las familias: en uno (FAMILIA) se incluyeron el primer apellido del marido y el primer apellido de la mujer. En las bases de datos que se iban a añadir, y que corresponden a los bautizados y a los enterrados, este campo llevaría los apellidos del bebé o del difunto que le relacionan directamente con su familia. En el segundo campo (CABEZASFAM) se incluirían el nombre de pila del marido y de la esposa, si se trata de la base de datos de los matrimonios, y el de los padres del individuo protagonista del registro, si se trata de los ficheros de bautismos o de defunciones. Además de estos dos, un apartado que se convirtió en vital a la hora de ordenar los registros como queríamos fue aquel en el que íbamos a incluir la fecha del acontecimiento demográfico (FECHAACONT). Se trataba de incluir en él la fecha del casamiento cuando el registro se refería al matrimonio de los cabezas de familia, la de nacimiento (o en su defecto la de bautismo) cuando se trataba del bautismo de uno de los hijos de una determinada familia, y, por último, la fecha del sepelio, cuando el origen del dato era una partida de defunción(17).

Tras agregar los apartados referidos en cada base de datos y la información particular de cada uno, se procede a añadir, a la de los matrimonios seleccionados por la calidad de sus datos, los registros de los ficheros de bautismos y defunciones, dando lugar a dos nuevos bancos de datos que contaron con 58.171 registros en el caso de Iznájar y con 27.014 en el caso de Loja. Lo siguiente sería ordenar estas gigantescas bases a partir de tres de los campos anteriormente creados(18).

Se podrá actuar con el resto de los matrimonios de igual manera. A partir de la estructura de la base de datos en la que tenemos los matrimonios que cuentan, para uno de los cónyuges, de sus referencias de nacimiento y defunción, podemos crear otra que reúna todas las de nacimiento, casamiento y defunción para cada parroquia(19). Al eliminar las familias reconstruidas a partir de la fórmula anterior, nos quedará el resto de matrimonios y sus hijos, que constituyen en gran parte las fichas MA. Aquellos nacimientos y defunciones que queden libres porque no hayamos podido asignarlos a ninguna familia de las que se casan en la parroquia correspondiente, formarán parte de las fichas E.

A partir de ese tipo de ordenación, la reconstrucción de las familias es muy sencilla. Mediante la utilización de un simple formato presentaremos en pantalla los datos nominativos de cada registro y la fecha correspondiente al acontecimiento al que se refiera. Estos datos pueden ser transportados a una hoja de cálculo o directamente a una ficha de familia según el modelo propuesto por Henry. El objeto es realizar sobre ellas las operaciones correspondientes. Nos decantamos por esta segunda opción, dando lugar a una serie de fichas de familia que son la base de nuestra investigación. La razón principal que nos llevó de nuevo al papel fue la de controlar en todo momento el proceso y advertir la posibilidad de algún error o alguna laguna importante(20). El resultado final fueron unas bases de datos gigantescas que dieron lugar a una información bastante completa de la evolución demográfica de las familias que estudiamos(21).

Pero aún había que buscar más datos. En primer lugar, habríamos de localizar los matrimonios de los hijos de las familias reconstruidas. Se trataba de detectar aquellos casos en los que marido y mujer figuraban como padres de alguno de los contrayentes en un enlace matrimonial. Estos rastreos, fáciles a partir de las posibilidades de dBase, nos informaron sobre distintas variedades en cuanto a los nombres y apellidos de los miembros que ya constaban en nuestras fichas. Con estas variaciones pudimos recuperar más información que se nos había escapado en anteriores relaciones. La lista alfabética de variantes utilizadas en nombres y apellidos se fue agrandando, pero las posibilidades de que quedasen individuos sin controlar fueron disminuyendo. En segundo lugar, buscamos nuevos datos sobre nacimiento y defunción de los cónyuges que no teníamos controlados, así como la posibilidad de nuevos matrimonios del superviviente. También había que recabar el máximo de información sobre los hijos, con lo que aparecieron algunos que no teníamos consignados por acta de bautismo (nacimientos recuperados). La búsqueda de estos datos se realizó a partir de sucesivas variaciones en relación con los nombres y apellidos de los padres. Se presentaban en pantalla, mediante un formato, los datos de muchos individuos. La mayor parte de ellos correspondían a hijos nacidos en el seno de otras familias con parecidos patronímicos; sin embargo, en ocasiones estaba claro que pertenecían a nuestras uniones(22).

Se trata de realizar nuevas relaciones de las bases de datos primarias. Primero los bautismos con los matrimonios para saber la edad exacta de los contrayentes a la hora de casarse o la edad de la madre a la hora de tener los hijos, aunque no tengamos la fecha de defunción. También podemos relacionar las defunciones y los matrimonios para conocer la duración de la unión, la fecha fin de observación en algunas parejas, la celeridad en el acceso al segundo matrimonio, etc. Estas sucesivas relaciones hacen disminuir el porcentaje de individuos o de parejas que escapan a nuestro control.

Una vez completada en las fichas de familia, sobre el papel, toda la información relativa a los bautismos, defunciones y matrimonios que pudo obtenerse de las bases de datos, se efectuaron nuevas y definitivas relaciones para comprobar, finalmente, que no disponíamos de ningún otro dato referente a los individuos contenidos en las fichas de familia. En relación con los registros de bautismos, se utilizaron las informaciones nominales relativas a los abuelos, realizando diferentes variaciones sobre la base de los nombres de pila y los apellidos. Conviene actuar con cautela, dedicando el tiempo necesario a cualquier posibilidad por remota y extraña que parezca. Al final los resultados no pudieron ser más esclarecedores: no detectamos ningún individuo que no hubiésemos localizado con anterioridad.

En definitiva, agotadas las posibilidades de búsqueda pudimos realizar una valoración de la calidad de nuestra muestra. Además de completar la información relativa a los hijos, nuestro rastreo nos había permitido conseguir los datos que faltaban referidos a las fechas en las que habían tenido lugar los acontecimientos demográficos básicos de aquellos cónyuges en los que la relación informática no fue enteramente satisfactoria. De esta manera resultó que el porcentaje de fichas MC1 había aumentado (78,3 y 67,2 por ciento en Iznájar y Loja respectivamente), y lo hicieron igualmente el número de familias para las que disponíamos de fecha de matrimonio y de nacimiento y defunción de los dos cónyuges, y, por tanto, datos sobre el periodo de viudez del superviviente. A estas últimas fichas, que ascendían a 957, las denominamos MC1+, constituyendo un subgrupo de las 2.114 MC1.

Seguros de que con el apoyo informático los resultados no habían sido peores que los que habríamos obtenido con la reconstrucción manual, y tras un ahorro de tiempo considerable, procedimos en una siguiente fase a la creación de una nueva base de datos con la información básica existente en las fichas de familia elaboradas sobre el papel(23).

Los cálculos demográficos sobre las fichas de familia asistidos por ordenador.

El objetivo, a continuación, era el de servirnos del ordenador para llevar a cabo todos los cálculos a realizar sobre las fichas de familia. Si lo lográbamos, conseguiríamos un estimable ahorro de tiempo. Del mismo modo, lograríamos un sistema que podría ser utilizado en otras reconstrucciones. El reto no era fácil; sin embargo, una vez superado, nos ha parecido que la dificultad no era tan grande.

Los primeros cálculos fueron los más fáciles. dBase III Plus nos permitía obtener la edad real de cada cónyuge al matrimonio, a la muerte o al final de la observación, mediante una resta sencilla entre las diferentes fechas de los acontecimientos vitales(24). Los registros parroquiales nos ofrecen información sobre la edad al casamiento o al morir; la comparación con la edad real calculada a partir de nuestros datos nos permitió calibrar la extensión de la costumbre del redondeo de las edades, sobre todo en las defunciones, así como la de elevar la edad declarada de muchas de las novias menores de veinte años o la de disminuirla, sobre todo, cuando la futura esposa es mayor que el novio. Indudablemente, los cálculos sobre la edad real evitarán los problemas referidos a las incorrecciones en las fuentes, bastante frecuentes en el pasado(25).

Sin embargo, dependiendo de lo que fuéramos a estudiar se utilizarían algunos de los datos de los hijos o todos. Así, para el estudio de los intervalos proto e intergenésicos, habríamos de asignar una fecha de nacimiento para aquellos hijos que, sabiendo de su existencia por una partida de defunción o de matrimonio, no conocíamos su fecha de nacimiento al no constar la edad del mismo en el momento de consignar el suceso demográfico(26). Estos individuos no serían utilizados en el cálculo de la fecundidad matrimonial al constituir parte de los nacimientos perdidos que evaluaríamos por el método clásico, por lo que decidimos trabajar con dos bases de datos en función de la variable a estudiar(27). En la primera tendríamos los hijos cuyas fechas de nacimiento conocemos por el registro de bautismo y aquellos otros a los que se les asignó una fecha de nacimiento a partir de la edad que constaba en los registros de matrimonios o defunciones, al no disponer de la partida de bautismo (nacimientos recuperados). En la segunda tendríamos las fechas de los alumbramientos ordenados según las de nacimiento que aparecen en los registros de bautismo de los hijos, las fechas calculadas a partir de las edades al casarse o morir y las asignadas siguiendo el método clásico en aquellos casos en los que aparecían entierros o bodas de hijos sin que constara la edad(28). No obstante, antes de proceder de forma diferenciada con nuestros datos, calculamos el número de individuos por sexo que aparecían en cada ficha de familia, distinguiendo el tipo de información que teníamos en cada caso: niños y niñas para los que disponíamos del acta de bautismo, el total por sexo de los recuperados a partir de la edad consignada en un acta posterior y, finalmente, los varones y mujeres de los que no disponíamos de datos acerca del momento de su nacimiento.

La parte de la izquierda de las fichas de familia requiere una gran cantidad de cálculos. Gracias a las posibilidades de dBase logramos, a partir de numerosas órdenes sencillas, ir rellenando cada uno de los recuadros en los que se divide este área, que es fundamental para el estudio de la fecundidad y de la estructura matrimonial. Cada paso que dimos requirió de la comprobación empírica de que no nos estabamos equivocando. A veces detectamos algunas imperfecciones que nos llevó a repasar el trabajo desarrollado. Se realizaron a mano algunos cálculos para comprobar la fiabilidad de la labor desarrollada por el ordenador, y casi siempre que existían resultados dispares considerables, éstos eran producto de errores en los cálculos manuales, siempre tediosos y monótonos que había que repasar una y otra vez. Al final, creemos que ha valido la pena, ya que, rápidamente y con relativamente poco trabajo, hemos desarrollado una metodología sencilla que nos permitirá, una vez informatizados los registros y depurados los errores, realizar otras reconstrucciones en un tiempo bastante razonable(29).

¿En qué consisten esas órdenes con las que se han efectuado automáticamente los cálculos?

1. Partimos del diseño clásico de la ficha de familia con su división en columnas. Hasta ahora teníamos las 2.746 familias reconstruidas sobre el papel y pasadas al ordenador. Teníamos completa la parte superior referida a los esposos y las columnas relativas a los matrimonios de los hijos, las defunciones y los nacimientos. Nos falta, pues, la parte izquierda que, continuando desde la derecha, está formada por la columna de los intervalos en meses entre los alumbramientos, el momento del nacimiento de cada hijo según la duración del matrimonio, la edad de la madre en cada nacimiento, y, por último, el tramo vivido por cada unión o matrimonio en los grupos de edad de la mujer y en los grupos según la duración del matrimonio, así como el número de nacimientos en cada grupo quinquenal de la edad de la mujer y en cada grupo quinquenal de la duración del matrimonio. Consideramos la ficha como una monumental matriz de varias entradas. Para cada casilla se elaboró una orden. El primer programa nos permitió rellenar la columna de los intervalos(30). Lo llevamos a cabo una vez generada las bases de datos IZNANUE y LOJANUE. En ellas ordenamos las fechas de los alumbramientos. Se trataba de la misma columna ordenada de los nacimientos registrados por acta de bautismo, siempre que no hubiese nacimientos recuperados y/o partos múltiples. Tras ejecutar por primera vez el programa, asignamos una fecha posible de alumbramiento en aquellos casos en los que sabíamos que existían hijos por actas de defunción o matrimonio, pero que al no constar la edad no conocíamos el momento del nacimiento. No eran muchos estos casos y la mayor parte de ellos se resolvieron al constatar la existencia de intervalos muy grandes entre otros más cercanos a la media observada en la propia ficha, en los intervalos de rango inferior y superior, y en el resto de fichas en los intervalos del mismo rango(31). Las nuevas bases resultaron muy parecidas a IZNAOCHO y LOJAOCHO; sin embargo, en esta ocasión teníamos fechas de cada uno de los partos en vez de las de los nacimientos de los hijos. Tratábamos de evitar la interferencia de los alumbramientos múltiples. Una vez corregidos los datos generamos IZNADOCE y LOJADOCE donde se aplicó el programa, dando lugar a unos resultados que podían pasarse directamente a una hoja de cálculo para su tabulación, presentación y comentario.

2. La siguiente columna de la ficha de familia clásica se refiere al tiempo transcurrido para cada nacimiento desde la fecha del matrimonio. Constituye el primer paso para el estudio de la fecundidad matrimonial según la duración de la unión expresada en años vividos desde el casamiento. Trabajamos en IZNAOCHO y LOJAOCHO a partir de aquellos nacimientos cuya fecha conocíamos por un acta de bautismo. Previamente, en el momento de construir estas bases de datos, habíamos diferenciado entre estos nacimientos y los recuperados. En esta columna deberíamos atender en una fase posterior a los nacimientos recuperados que en la reconstrucción manual figuran en color rojo o en cursiva y que constituyen un dato esencial en el reparto de los nacimientos perdidos para el cálculo de las tasas corregidas. Las órdenes consistían en sustituir cada casilla de la columna de la duración del matrimonio por el resultado de una resta: la fecha de nacimiento menos la fecha del matrimonio(32).

3. Con los nacimientos recuperados, a partir de la edad manifestada en un acta de defunción o de casamiento, operamos de la misma manera, aunque como en soporte informático no podíamos utilizar colores, como se recomienda en el método clásico, preferimos crear una nueva columna virtual relativa a los nacimientos según la duración del matrimonio, atendiendo sólo a los recuperados. Las operaciones fueron las mismas que las llevadas a cabo en el paso anterior, aunque referidas a nuevos campos que fueron creados para los nacimientos recuperados(33).

4. Con la columna referida a la edad de la madre se ha operado de la misma manera. Ahora en vez de calcular el tiempo transcurrido desde la fecha de matrimonio, se hace desde la fecha de nacimiento de la madre. Las órdenes son bastante similares, aunque hemos de crear nuevos campos, tantos como casillas tengamos en la ficha de la familia más numerosa. En primer lugar, hemos procedido a partir de los nacimientos cuya fecha se conoce a través del acta del bautismo(34).

5. El siguiente paso es muy similar al 3. Se trata de generar una nueva columna en nuestra ficha informática para recoger la edad de la madre en cada nacimiento de sus hijos, de los cuales se tiene constancia a través de la edad manifestada en un acta posterior, al no figurar en los registros de bautismos. En las reconstrucciones manuales realizadas sobre las fichas tradicionales de papel esa edad constaría en rojo o en negrita o en cursiva(35). Los cuatro últimos pasos requerían una gran cantidad de campos por ficha, tantos como el máximo de registros de bautismo de los hijos existentes en una familia y el máximo de nacimientos recuperados, así como el número total de duraciones del casamiento y edad de la madre. Para ello construimos unas nuevas bases de datos IZNADIEZ y LOJADIEZ con todos los campos necesarios y sobre ellas se efectuaron los cálculos descritos.

6. Una vez comprobado que no se habían cometido errores en los pasos anteriores, procedimos a pasar la información a las nuevas bases de datos IZNAONCE y LOJAONCE donde eliminamos los campos ya innecesarios (H1 ... Hn y HR1 ... HRn) y creamos otros referidos a las celdas correspondientes a las dos columnas extremas de la parte izquierda en la ficha tradicional. Ese área es la básica para el cálculo de la fecundidad matrimonial. El número de casillas de estas columnas es siempre el mismo al estar referidas a los grupos de edad de la madre (desde 15-19 hasta 45-49) o la duración del matrimonio (desde 0-4 años hasta 30-34). Sin embargo, no todas las uniones cubren todos los grupos, ya que la fecha fin de observación se puede producir con anterioridad al quincuagésimo aniversario de la esposa o la duración del matrimonio puede ser inferior a los 35 años. Así mismo, no siempre los matrimonios culminan por entero cada tramo. De igual modo, lo que parecen dos columnas en realidad son tres, al diferenciar en la que se refiere al número de nacimientos entre los constatados a partir del acta de bautismo y los recuperados. Las operaciones informáticas en este caso son un poco más complicadas, aunque no en exceso.

Lo primero fue calcular los años que vive la esposa en cada grupo de edad de la madre. Nos estamos refiriendo al cálculo de las mujeres-año. Siempre y cuando la edad real de la mujer al matrimonio sea inferior al número inicial del grupo quinquenal y la edad real al final de la observación sea mayor o igual al número final de dicho tramo, el total de años vividos en el referido grupo es 5, o sea, se cubre por entero el periodo quinquenal(36). Así logramos rellenar las casillas de los grupos de edad que se logran culminar dentro del matrimonio. Nos falta calcular la cifra para aquellos tramos que no se culminan, que son el primero y el último(37). Hemos tenido que elaborar unas órdenes específicas para cada tramo anual de edad de la madre referido a cada grupo quinquenal, teniendo en cuenta la edad de la esposa al casarse o al final de la observación(38).

7. El cálculo de mujeres-año según la duración del matrimonio no fue tan complicado. Se realiza a partir del número de años que supera cada unión en los grupos quinquenales que se consideran (desde 0-4 años hasta 30-34). Como solamente nos podemos encontrar un tramo en el que el matrimonio esté presente parcialmente, las operaciones serán más simples. En primer lugar, siempre que la duración del matrimonio sea superior a 5 años algunos quinquenios se cubren por entero. En segundo lugar, habrá que asignar el valor correcto según el método cuando un grupo no se culmine totalmente(39).

8. Resuelto lo del número de años que las uniones superan en cada grupo quinquenal según la edad de la madre y la duración del matrimonio, ya sólo nos quedaba obtener el número de nacimientos en cada grupo de edad o de duración. Distinguimos entre los conocidos a partir del acta de bautismo y los recuperados a partir de la edad manifestada en las actas de matrimonio o defunción. Por lo tanto son dos columnas y dos tipos de agrupaciones quinquenales, por lo que este paso y los tres siguientes se refieren al cálculo automático del número de nacimientos consignados y recuperados según la edad de la madre y la duración del matrimonio.

Calculamos primero el número de nacimientos por grupos de edad según la de la madre en el momento del parto de sus hijos. Conviene recordar que debemos trabajar con formatos fecha en los que se inscriba el año del acontecimiento con los cuatro dígitos, ya que si no lo hacemos así puede dar lugar, en los cálculos de edad de la madre, a valores negativos que habremos de corregir antes de realizar otras operaciones. A la hora de calcular el número de nacimientos en cada grupo partimos de un valor inicial 0 en todos los tramos y fuimos añadiendo el valor 1 sucesivamente cada vez que se observaba la correspondencia entre el grupo quinquenal y la edad de la madre ya calculada en cada nacimiento de sus hijos(40).

9. Parecidos algoritmos desarrollamos para el cálculo, por grupos quinquenales, del número de nacimientos registrados por acta bautismal según la duración del matrimonio. Consideramos igualmente que el valor inicial en cada caso es 0 y, de nuevo, fuimos sumando unidad a unidad según se apreciara que el nacimiento del hijo tuvo lugar en un momento en el que se cumplía una determinada duración del matrimonio que se inscribía dentro de uno de los grupos quinquenales(41).

10. Seguidamente, nos encargamos de los valores que en las fichas tradicionales se inscriben en diferente color o carácter, o sea el número de nacimientos recuperados por grupos quinquenales. En primer lugar, nos ocupamos de los grupos de edad de la madre al nacimiento. Creamos una nueva columna para registrar estos nacimientos y procedimos prácticamente como en los casos anteriores aunque referidos a los campos en donde se realizaron los cálculos que tenían que ver con los nacimientos recuperados(42).

11. Lo mismo hicimos con los nacimientos recuperados en lo que respecta a los grupos quinquenales de duración del matrimonio(43).

12. Ya teníamos buena parte del camino recorrido. Nos faltaba contabilizar los casos fuera de observación. Consideramos más fácil realizarlo distinguiendo entre nacimientos consignados por el acta de bautismo y los recuperados. De nuevo debíamos rastrear todas las edades de la madre en el nacimiento de sus hijos. Aquellos nacimientos producidos tras el final de la observación (hijos póstumos) formarían parte de los fuera de observación, así como todos los que hubieran tenido lugar después de los 50 años de edad de la madre(44).

13. A continuación realizamos la misma operación con relación a los grupos quinquenales relacionados con la duración de la unión. Los nacimientos póstumos presentarían un valor ligeramente mayor que la duración del matrimonio. También formarían parte de este campo "fuera de observación" aquellos nacimientos que tuvieran lugar después de 35 años de matrimonio(45).

14. Procedimos de la misma forma con los nacimientos fuera de observación a partir de los nacimientos recuperados. Una vez más, el objeto de no realizar conjuntamente los cálculos responde al deseo de control sobre los programas que se iban elaborando. Se añadieron dos nuevos campos para recoger estos casos que no eran muy numerosos. En el primero, tendríamos aquellos nacimientos recuperados que quedaban fuera de observación según la edad de la madre al nacimiento del hijo fuera superior a la que tenía al final de la observación o sobrepasase los 50 años(46).

15. En el segundo campo, se incluirían aquellos casos "fuera de observación" según la duración del matrimonio y que provenían de los nacimientos recuperados(47).

16. Aún nos faltaba algún que otro cálculo. Por ejemplo, la edad a la última maternidad. No fue difícil. Se trataba de buscar el valor más alto encontrado en la columna de la edad de la madre en el nacimiento de sus hijos, fuera éste recuperado o no(48).

Llegados a este punto prácticamente lo teníamos todo resuelto. Una vez desarrollados todos los pasos en IZNAONCE y LOJAONCE nuestros datos estaban disponibles para ser trasvasados a una hoja de cálculo con objeto de realizar las operaciones relacionadas con el estudio de la fecundidad matrimonial. Sin embargo, aún faltaba un detalle para acelerar más los cálculos. Louis Henry opta en su metodología por recomendar la exclusión, en el cómputo de las mujeres-año, de aquellos periodos que no son cubiertos en su totalidad por el matrimonio, salvo el primero, siempre y cuando vaya seguido por un tramo totalmente cubierto. Los nacimientos habidos en dichos periodos incompletos pasarán a engrosar los casos "fuera de observación". La motivación es simple. Se pretende no alterar el estudio de la fecundidad a partir de las cortas experiencias llevadas a cabo por las parejas en estas fases que corresponden siempre a los momentos finales del matrimonio, así como a uniones de corta duración. Otros autores, en cambio, han realizado sus cálculos sin este sesgo metodológico dando lugar a unas tasas que son similares a las que se obtienen aplicando estrictamente el método(49).

Los diferentes planteamientos nos animaron a conservar IZNAONCE y LOJAONCE tal y como estaban y a buscar una nueva aplicación en nuestro programa para conseguir depurar aún más nuestros resultados y adaptarlos a las exigencias metodológicas clásicas y ortodoxas. Para ello pasamos nuestras fichas a unas nuevas bases de datos en donde realizaríamos las aplicaciones. Surgieron así IZNACATO y LOJACATO. Si lo lográbamos, podríamos calcular las tasas de fecundidad siguiendo ambos métodos y compararlas.

17. En primer lugar, habríamos de pasar todos los nacimientos existentes en tramos no cubiertos por entero a los campos fuera de observación, salvo si se trataba del periodo inicial, siempre y cuando éste fuera seguido por otro que se cubría por entero. Si no era así, se eliminaban los dos y los nacimientos producidos en esta corta unión pasaban al apartado "fuera de observación".

18. También deberíamos eliminar la proporción de años vividos dentro de un periodo que no se cubriera totalmente. No eliminaríamos esa proporción siempre y cuando correspondiera al primer periodo tras el matrimonio y el siguiente se culminase por entero. Si no se cumplía esta última condición serían eliminados los dos. Se procedería de la misma manera con los grupos quinquenales vinculados a la duración del matrimonio.

19. Una vez pasados a "fuera de observación" los nacimientos producidos en los periodos que no iban a entrar dentro del cálculo de la fecundidad, habríamos de eliminarlos de los campos o celdas que ocupaban(50)

Las operaciones dieron el resultado que buscábamos. Ahora nuestra información podía ser trasvasada a una hoja de cálculo sobre la que efectuaríamos las operaciones pertinentes para la obtención de las tasas de fecundidad. Henry y Fleury proponen ahorrarnos tiempo al no tener que inscribir siempre el valor 5 en aquellos grupos quinquenales que se cubren enteramente para lo que señalan que hay que tener cuidado a la hora de anotar cero nacimientos en un grupo o dejarlo vacío. Así se perciben con claridad aquellas uniones que han realizado todo el recorrido temporal del periodo (al final multiplicaríamos el número de esas uniones por 5 para hallar el total de mujeres-año en ese tramo). En nuestro caso el ordenador ha asignado el valor 5 en todos los periodos superados, por lo que podremos realizar el cálculo fácilmente sobre una hoja de trabajo sumando las columnas correspondientes a los años transcurridos en cada periodo. No es necesario, por tanto, que distingamos entre las anotaciones con 0 y las celdas vacías.

Una vez completado el proceso, creamos unas bases de datos temporales vacías para incluir en ellas los matrimonios que cumplieran una determinada condición. Por ejemplo, mujeres casadas antes de los 20 años en el periodo 1830-1849. Seguidamente pasamos los campos necesarios para el estudio de la fecundidad a una hoja de cálculo. Elegimos EXCEL de Microsoft Office porque, además de la compatibilidad, nos posibilitaba una gran cantidad de operaciones así como una buena calidad gráfica.

En definitiva, la adaptación informática del método, aunque algo tosca, nos ha servido para culminar con éxito y en el tiempo previsto la reconstrucción de una cifra superior a dos mil fichas de familia tipo MC1 que fueron las que utilizamos en nuestras operaciones. El entorno dBase III Plus se ha quedado un tanto atrasado en estos años; sin embargo, las instrucciones utilizadas son aplicables a versiones más modernas y a otros programas.

A partir de las bases de datos generadas se obtuvo la información requerida en cada una de las partes en las que dividimos nuestra investigación. Un aspecto básico fue el de relacionar las bases resultantes (sobre todo IZNAONCE, IZNADOCE e IZNACATO, junto a sus gemelas lojeñas) con los demás archivos en los que disponíamos de información relativa a los niveles sociales y económicos de los individuos y de las familias a partir de las demás fuentes consultadas: padrones, censos, amillaramientos, listas electorales, etc. Se trataba de agrupar estas familias según criterios socioeconómicos. En páginas anteriores explicamos el procedimiento para la relación de bases de datos. Así, finalmente, pudimos estudiar determinados aspectos diferenciales del comportamiento demográfico de la población.
 

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1.  Aunque hemos consultado muchas de las aportaciones teóricas y de las investigaciones de los formuladores del método, nos valemos principalmente de Fleury y Henry (1956, 1976) y Henry (1983).

2.  Somos conscientes que hoy en día se ha quedado un poco obsoleto. A pesar de ello es fácil su adaptación a otras versiones más modernas del propio dBase o de Access, por ejemplo. Nos servimos de las guías software de aprendizaje y referencia editadas por Anaya, principalmente Stultz (1991).

3.  Entre los pioneros, Perrot en Caen y Chamoux en Reims. Las dimensiones de sus áreas de estudio aconsejaban utilizar las técnicas nuevas. Vid. Perrot (1967). Uno de los trabajos más sugerentes en estos primeros tiempos fue el de Couturier (1967). También la comunicación presentada por Schofield al V Congreso Internacional de Historia Económica celebrado en Leningrado en agosto de 1970 titulada "Family reconstitution by computer" (Schofield, 1972).

4.  Las primeras experiencias hoy nos resultan bastante llamativas. Los ordenadores eran muy lentos y su capacidad de gestión limitada. Los programas resultaban excesivamente rígidos. Sin embargo iniciaban una era tecnológicamente apasionante (Daubeze y Perrot, 1972; Schofield, 1972; Chamoux, 1972). El propio Henry (1972) indagó en el tema. Pronto destacó la experiencia canadiense (Beauchamp, Charbonneau y Lavoie, 1973; Légaré, La Rose y Roy, 1973; Beauchamp, Roy, Légaré, 1974; Desjardins, Beauchamp y Légaré, 1977; Beauchamp, Charbonneau, Desjardins y Légaré, 1977). También se llevaron a cabo algunas experiencias en otros países (Ceppatelli, Corsini y Shilardi, 1974; Schofield 1972). Igualmente aparecieron los primeros textos de iniciación al tema desde una perspectiva geográfica (Tarrant, 1970; Mather, 1975). Destacamos, por último, el Geography Program Exchange establecido en la Universidad de Michigan.

5.  Ansón Calvo (1975) utilizó como herramienta un ordenador 1108 de UNIVAC y procedió al vaciado de la información en tarjetas perforadas BCD. Otros utilizaban IBM 7044 y para la programación se extendió mucho el sistema Fortran (Formula Translating System). Otras experiencias en España: Vincens (1976) o, en Andalucía, Rodríguez Sánchez (1978). En cuanto al área específicamente geográfica, véase Moreno Jiménez (1979).

6.  Entre las numerosas aportaciones internacionales convendría destacar el programa Casoar (Hainsworth y Bardet, 1981). La experiencia de los investigadores canadienses continuó dando sus frutos originando una rica e interesante colaboración entre miembros del Departamento de Demografía de la Universidad de Montreal, con Jacques Légaré a la cabeza y su Programa de Investigación en Demografía Histórica (PRDH), y el Grupo Rendu-Ósler de Lyon dirigido por Alain Bideau (Bideau, Desjardins, Brunet y Légaré, 1989). En España: Ferreiro Pérez (1981), Reher y Sanz (1982), Reher (1983, 1984) y, también, Lázaro y Martín (1984). Igualmente, aparecieron algunos trabajos en los que se aplicaba el ordenador a otras cuestiones demográficas diferentes de la reconstrucción de familias (Hernández, 1979; Torres Sánchez, 1987)

7.  En 1991 se celebró en Valencia el seminario "La utilidad de las series temporales para el conocimiento de la historia de la población" organizado por el Seminari d´Estudis sobre la Població del País Valenciá y la ADEH. Manuel Ardit Lucas presentó una ponencia sobre el uso del microordenador en la reconstrucción de la población. En noviembre de 1992 tuvo lugar en Murcia un encuentro internacional sobre la aplicación de la informática a los problemas de la historia de la familia y la genealogía social dentro del Seminario "Familia y Élite de Poder" (Vid. Chacón y García, 1992). En la II Sesión del Tercer Congreso de la Asociación de Demografía Histórica se plantearon interesantes novedades al respecto. Una de las aportaciones más debatidas recientemente en el ámbito de la demografía histórica ibérica es la de María Norberta Amorim sobre la reconstrucción informática de parroquias (Amorim, 1995). En el panorama internacional ha aparecido una interesante herramienta informática para el análisis demográfico y el tratamiento estadístico de la población. Se trata del programa SYGAP, producto de los trabajos desarrollados entre el Departamento de Demografía y los Servicios Informáticos de la Universidad de Montreal por un lado y por otro el Grupo Rendu-Osler dentro del Programa Plurianual Ródano-Alpes en Ciencias Humanas dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia (Bideau et al., 1991). Interesantes resultan casi todos los trabajos desarrollados en el ámbito de la demografía histórica por la organización internacional History and Computing fundada en el Westfield College, Universidad de Londres, en 1987. En sus congresos anuales se presentan novedosas aplicaciones. Por destacar uno de estos trabajos: Bouchard (1993). Otras aportaciones: Vignau (1990), Desama (1991), Harvard, Oris y Pasleau (1991) y Schofield (1992). En la Bibliographie Internationale de la Démographie Historique (B.I.D.H.) de los últimos años aparecen varias reseñas de los trabajos de Kuklo y Gruszecky en Europa Oriental. No queremos concluir esta relación sin hacer referencia a dos extraordinarias experiencias desarrolladas en los últimos años en nuestro país y que han compaginado fuentes y datos nominativos a través de la informática: Manuel Ardit Lucas es autor del programa ADF que permite la confección de una base de datos de fichas de familia y explota de forma automática la información contenida en ella siguiendo el método de Louis Henry. Aron Cohen (1999) trabaja los registros hospitalarios en una zona minera y relaciona a través del ordenador historiales médicos y población obrera a través de un enfoque longitudinal pionero en nuestra ciencia.

8.  Chacón Jiménez y García González (1992) lo explican claramente: "En definitiva, al margen de toda la parafernalia tecnológica, la informática es una inestimable herramienta para avanzar en la construcción de la historia como ciencia al combinar la teoría con la capacidad técnica para conseguir los objetivos propuestos".

9.  Esas relaciones se efectuaron a partir de las posibilidades que presentaba dBase III Plus. En este caso tras abrir las bases de datos a relacionar en sus respectivas áreas de trabajo se aplicó la orden JOIN. La secuencia sería la siguiente:
SELECT 1
USE IZNADEF
SELECT 2
USE IZNABAU
JOIN WITH IZNADEF TO IZNAUNO FOR NOMINATIF=IZNADEF->NOMINATIF
Siendo IZNADEF la base de datos donde tenemos los registros de defunción, IZNABAU donde se registraron los bautizados e IZNAUNO la base de datos resultante. NOMINATIF es el campo común a las dos que utilizamos para la relación.

10.  Las fichas de matrimonio superaban las diez mil. Reconstruirlas todas manualmente hubiera alargado excesivamente la investigación. Al final conseguimos una cifra considerable de fichas MC1, por encima de las dos mil. En Iznájar los matrimonios tipo MC1 a partir de la relación informática suponían el 32 por ciento de todos los que se celebraron entre 1780 y 1915 (fechas mínima y máxima de matrimonios reconstruidos).

11.  Se trataba de evitar que el ordenador considerase a dos personas diferentes por el mero hecho de presentar en una ocasión un nombre de pila sólo y en otras uno compuesto del anterior seguido de un segundo nombre. Lo mismo ocurría con los apellidos. Las relaciones se efectuaron a partir de un campo común en cada base de datos (NOMINATIF) en el que se consignaban el nombre de pila y los apellidos sólo, dejando de lado los nombres y apellidos compuestos que, como se presentaban en las fuentes, permanecían en los campos específicos de la base de datos (NOMBRE, APELLIDO1 Y APELLIDO2). Cuando el ordenador no encontraba relación alguna entre los ficheros se procedía a una segunda relación cambiando el contenido del campo NOMINATIF: la segunda parte del primer apellido, cuando éste era compuesto, se convertía en segundo apellido, o, en los nombres compuestos, el segundo patronímico hacía las veces de nombre de pila. Para realizar todas estas operaciones es necesario haber depurado al máximo nuestros ficheros. Se decidió mantener en los campos originales la información tal y como aparecía en las fuentes, y crear nuevos campos temporales en los que consignar las correcciones. Hay apellidos que presentan problemas de ortografía, de número, de género, preposiciones, etc. Se optó por eliminar las diferentes formas patronímicas que pudieran conducir a engaño, aunque la original se mantenía en los campos base. Así, por ejemplo, se mantuvo COBOS y se eliminó COBO, nos quedamos con JIMÉNEZ y excluimos GIMÉNEZ, etc. Algunos presentaron muchos problemas por las derivaciones fonéticas. Se realizó una lista alfabética con los apellidos en la que se anotaban todas las correspondencias observadas de cara a rastrear en nuestros ficheros las posibilidades de relación. Esta agenda es muy útil de cara a buscar, al final, las distintas maneras en las que podemos encontrar a una misma persona. Uno de los casos más llamativos ocurrió con los apellidos TAMAYO y MANJÓN, aparentemente inconfundibles: sin embargo, a veces, MANJÓN aparecía como TAMAJÓN que en ocasiones se convertía en TAMAYO. Esta parte de depuración y corrección es una de las más importantes del proceso. Actuar con el máximo de cuidado es fundamental para evitar perder la pista a los individuos.

12.  En IZNAUNO aparecen relacionados todos los registros que presenten la misma identidad en el campo NOMINATIF y esas relaciones se repetirán para un mismo individuo tantas veces como aparezca su nombre y apellidos en las bases de datos: si sólo aparece una vez en cada una de las bases de datos lo tendremos en una ocasión en IZNAUNO; si aparece una vez en IZNADEF y dos en IZNABAU, habrá dos relaciones y tendremos que decidir cual es la correcta; si lo hace en dos ocasiones en cada base de datos, aparecerán cuatro relaciones en IZNAUNO. A veces, con los nombres y apellidos más corrientes, se produce un considerable número de relaciones. Adivinar las verdaderas en estas ocasiones es tarea laboriosa y hay que echar mano de todas las informaciones que existen en el resto de los registros: padres, abuelos, edades, orígenes, profesiones, etc. Toda la información que ha ido anotándose en los campos de observaciones resulta de una gran utilidad en estos momentos. Conviene, no obstante, comenzar por desechar las relaciones equivocadas e ir despejando un poco la cuestión. Al final nos quedaremos con dos o tres relaciones candidatas, entre las que una es la verdadera. Puede darse el caso de que existe más de una relación verdadera al coincidir en el campo NOMINATIF la misma identidad en ambas bases de datos en varias ocasiones referida a distintas personas con el mismo nombre. Otras veces, por contra, todas las relaciones son equivocadas, ya que, aunque existe relación y el campo base tiene el mismo nombre y los mismos apellidos pertenecen a individuos diferentes en cada base de datos.

13.  Por ejemplo, cuando tenemos dos individuos bautizados con el mismo nombre y un solo registro de defunción en el que no consta la edad del difunto pero que éste ha muerto en una fecha posterior al segundo nacimiento, y partiendo de que los padres coinciden en todos los casos, se optó por la relación con el individuo nacido en segundo lugar, ya que se consideró como más probable la muerte del primer individuo con anterioridad al nacimiento del segundo que, hijo de los mismos padres, llevó el mismo nombre que el primero. Igualmente, cuando tenemos un bautizado y dos difuntos, si el bautizado nació en una fecha intermedia entre las de defunción de los dos candidatos no hay problema: se trataría del que muere en segundo lugar; si nace en una fecha posterior a ambas no es ninguno de los dos y si nace con anterioridad a la defunción del que muere en primer lugar, casi con toda seguridad se trataría de éste.

14.  Esta nueva relación se efectuó en dos etapas, primero relacionamos los maridos con aquellos registros existentes en IZNAUNO o LOJAUNO que correspondían a varones y posteriormente hicimos lo propio con las esposas y los individuos de sexo femenino. Se utilizó como campo de enlace el mismo de antes, NOMINATIF, que en el primer caso portaba el nombre del novio y en el segundo el de la novia. El procedimiento fue el mismo que anteriormente:
SELECT 1
USE IZNAUNO
SELECT 2
USE IZNAMAT
JOIN WITH IZNAUNO TO IZNADOS FOR NOMINATIF=IZNAUNO->NOMINATIF
Siendo IZNADOS el nuevo fichero donde aparecerían las relaciones. Al sustituir el nombre del marido por el de la esposa para efectuar la segunda relación se le dio un nuevo nombre a la base de datos resultante: IZNADOS2. Este archivo fue suprimido tras añadir sus registros a IZNADOS.

15.  En un campo nuevo creado para identificar las relaciones verdaderas expresamos en años la diferencia entre la fecha de casamiento y la echa de nacimiento del candidato. La comparación entre este dato y el campo en el que se recogía la edad de los contrayentes fue fundamental para identificar las relaciones falsas. De entrada, todos aquellos casos en los que esa diferencia entre las edades fuera inferior a 12 años (considerada como extrema para acceder al matrimonio) correspondían a relaciones falsas, o sea, a diferentes personas que encontrábamos en una misma ficha individual. La identificación en los casos en los que no se contaba con las edades de los contrayentes se hizo a partir de los datos sobre los padres y sobre los cónyuges que aparecen en las fichas de defunción y en las de matrimonio. Cuando el difunto es viudo en segundas o posteriores nupcias y no consta esta particularidad en el acta de defunción (sino que se nos dice que es viudo a secas), los cónyuges no coinciden, si sólo tenemos registrado el primer matrimonio; en este caso tenemos un problema y si no podemos resolverlo mediante la edad de los contrayentes el problema es aún mayor. Estos casos, si bien minoritarios, pueden resolverse rastreando en las bases de datos cuándo aparecen por última vez las personas implicadas; fundamentalmente, cuándo muere la mujer que aparece en el acta de matrimonio: si muere después que el marido la relación entre las fichas es falsa, el individuo que aparece en los datos de defunción no es el mismo, aunque se llame igual que el que encontramos en el acta matrimonial; si la esposa muere con anterioridad al marido entonces habría que investigar la disponibilidad de la que aparece como cónyuge del difunto a partir de esa fecha y hasta la muerte del presunto marido: por ejemplo, si durante ese tiempo esa mujer no ha superado los 12 años no es probable que estemos hablando de la misma persona. Si tenemos registrados varios casamientos del mismo individuo, lo normal es que en el campo observaciones aparezca el nombre del anterior cónyuge, con lo que el problema queda resuelto.

16.  Se eligió el símbolo [-----] para los difuntos y [11111] para los nacimientos. Así, en la posterior ordenación que se haría se identificaría con facilidad los datos de los padres y de la boda (acompañados de un número ordinal de cuatro cifras) y los de los hijos bautizados y/o fallecidos. Consideramos esta simbología más fácil de percibir que la que se deriva de utilizar las iniciales correspondientes al tipo de datos (B, D, M). En nuestro caso, también creamos un campo (ORIGDATOS) tipo carácter en el que con una sola letra se advirtiese el tipo de datos que contenía el registro según su origen: "E" para los registros provenientes de la base de datos donde se habían encontrado determinados enlaces a partir de las relaciones y donde encontramos matrimonios de los que disponemos de información sobre el nacimiento y la defunción de al menos uno de los dos contrayentes; "N" para los registros en los que se consignaba solamente datos relacionados con los bautismos; y "S" para los que provenían de los libros de defunción.

17.  El campo FECHAACONT debe llevar el formato de fecha dd/mm/aaaa para que, a la hora de ordenar nuestra base de datos definitiva por familia y fecha de acontecimiento demográfico, no haya ningún problema en cuanto a los años anteriores y posteriores al cambio de siglo. Cambiar de formato es bastante fácil a partir de las posibilidades de dBase. Para que nos conserve los cuatro dígitos del año, y éste sea el que corresponda según el siglo en el que se produce el acontecimiento, conviene utilizar:
REPLACE ALL FECHAACONT WITH CTOD(SUBSTR(FECHA,1,2) +"/"+ SUBSTR(FECHA,4,2) +"/"+ AÑO)
Siendo FECHA un campo temporal tipo carácter en el que hemos incluido la fecha del acontecimiento demográfico (REPLACE ALL FECHA WITH DTOC(FECHAACONT)), y AÑO, otro campo carácter en el que se incluye, según corresponda, el año del nacimiento, del casamiento o de la defunción. En principio este campo habrá de ser numérico para poder albergar los datos numéricos referidos.

18.  El resultado agrupa por familias a padres e hijos siendo bastante fácil pasar los datos a una nueva ficha de familia donde se consignarán las fechas de los acontecimientos demográficos sobre las que se realizará parte del análisis demográfico. Podemos añadir también un campo RANGO en el que se coloque el ordinal del nacimiento de los hijos. La presentación sería la siguiente:
ORIGDATOS FECHAACONT FAMILIA CABEZASFAM LETRA NUMERO
E 05-02-1883 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA A 998
N 14-01-1884 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
N 06-04-1886 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
S 24-09-1886 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA -----
N 02-03-1888 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
N 21-08-1890 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
N 19-06-1893 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
N 25-05-1895 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
N 01-12-1896 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
S 24-06-1897 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA -----
N 22-04-1899 JAIMEZ/BURGUEÑO ANTONIO/AMALIA 11111
La primera columna y la última son parecidas; nos informan sobre el origen de los datos. Se trata de la familia número 998 formada el 5 de febrero de 1883 cuando contraen matrimonio Antonio Jáimez y Amalia Burgueño. Los datos de bautismo y defunción que tenemos en nuestro registro de casamiento, producto de las sucesivas relaciones de bases de datos, son los de la esposa: nació el 15 de abril de 1863 y murió el 28 de noviembre de 1904, constando en el acta de defunción que era esposa de Antonio Jáimez, luego esa será la fecha fin de observación. Al añadir los registros de bautismos y defunciones y proceder a su ordenación resultan 10 acontecimientos en los que aparecen los casados como padres en ocho actas de bautismo y dos de defunción. Rápidamente, observando el resto de campos de cada registro (tenemos más de cien por registro), advertimos que el sepelio del 24 de septiembre de 1886 corresponde al primer hijo del matrimonio, y el que tiene lugar once años después, al del hijo que nació en cuarto lugar (21 de agosto de 1890). Una salvedad: a partir de esta ordenación, si han existido nacimientos con anterioridad al matrimonio, o sea fuera del mismo, éstos aparecerán en nuestro ordenamiento en un registro anterior al de la boda de los padres.

19.  Lo primero es crear la estructura de la nueva base de datos con los campos correspondientes. Posteriormente hay que añadir, a partir de la orden APPEND, los registros de los ficheros de bautismos y defunciones. Conviene añadir también los matrimonios de la base de datos anterior con lo que los tendremos repetidos y su localización para su posterior eliminación y la de sus familias será relativamente fácil. El objetivo de hacer dos bases aparte no es otro que el de tener separadas las familias en función de la calidad de sus datos. Una vez completados todos los campos, la orden a emplear para proceder a la ordenación será la siguiente:
SORT ON FAMILIA, CABEZASFAM, FECHAACONT TO IZNASEIS
Siendo IZNASEIS la nueva base en la que quedan agrupados absolutamente todos los registros existentes en los libros parroquiales y en los del registro civil.

20.  El modelo de ficha utilizado en Ramírez Gámiz (1998). Difiere muy poco del recomendado en Henry (1983), que es el clásico.

21.  El almacenamiento, el manejo de esa cantidad de información y la interrelación de los ficheros requiere unas mínimas prestaciones de nuestro apoyo informático. Se ocupó buena parte del disco duro y la relación entre ficheros tan grandes llevó bastantes horas a partir de un procesador Pentium a 120 Mhz. El resultado fueron las siguientes bases de datos fundamentales:
Nombre y tipo de datos: Nº de registros Tamaño
IZNAMAT: Registros de matrimonios 10.375 Registros 28.2 Mb
IZNABAU: Registros de bautismos y nacimientos 32.027 Registros 12.7 Mb
IZNADEF: Registros de defunciones 23.062 Registros 10.8 Mb
IZNAUNO: Relación IZNABAU-IZNADEF 11.077 Registros 15.6 Mb
IZNADOS: Relación IZNAUNO-IZNAMAT 3.082 Registros 6.7 Mb
IZNACINC: IZNADOS+IZNABAU+IZNADEF 58.171 Registros 123.4 Mb
IZNASEIS: IZNAMAT(*)+IZNABAU+IZNADEF 63.042 Registros 145.4 Mb
LOJAMAT: Registros de matrimonios 3.338 Registros 3.3 Mb
LOJABAU: Registros de bautismos y nacimientos 16.798 Registros 15.1 Mb
LOJADEF: Registros de defunciones 9.852 Registros 5.5 Mb
LOJAUNO: Relación LOJABAU-LOJADEF 5.196 Registros 7.4 Mb
LOJADOS: Relación LOJAUNO-LOJAMAT 364 Registros 0.8 Mb
LOJACINC: LOJADOS+LOJABAU+LOJADEF 27.014 Registros 59.3 Mb
LOJASEIS: LOJAMAT(*)+LOJABAU+LOJADEF 30.023 Registros 66.6 Mb
(*) Descontando IZNADOS Y LOJADOS, respectivamente.

22. Por ejemplo, para localizar toda la información de la familia formada por Juan Aguilera Gómez y María Dolores Lobato Arjona, se rastrearon todos los archivos de bautismos, defunciones y matrimonios a partir de sucesivas variaciones entre los nombres y apellidos. La orden sería:
EDIT FOR NOMBRE_PADRE="JUAN".AND.AP1PADRE="AGUILERA"
.AND.AP2MADRE="ARJONA"
El programa busca todos los registros que responden a esas condiciones y después presenta en pantalla la información completa del bautismo del bebé, junto con la de los padres. Ahora somos nosotros los que decidimos si corresponde a nuestra familia. Esta información nos ofrece numerosas pistas sobre casos en los que los datos de los padres no son idénticos a los de la ficha (a veces los apellidos están cambiados de orden). Pueden ser incorrecciones, variaciones nominativas o nuevas uniones. Cuando se detectaba un caso de estos, se rastreaban todas las bases para comprobar la existencia de nuevos datos a partir del nuevo patronímico. La orden anterior se varió cuanto fue posible en la búsqueda de los datos de las familias reconstruidas que iban a ser objeto de análisis. Hemos utilizado el nombre del padre, su primer apellido y el segundo de la madre. Después utilizaríamos los dos apellidos de él, luego los de ella, más tarde el nombre de la esposa, su primer apellido y el segundo del marido, se cambiaron el orden de los apellidos del marido, también los de la esposa, se realizaron variaciones con relación al nombre compuesto de ella, etc.

23.  Se originaron así IZNAOCHO y LOJAOCHO. Parte de la información, la relativa a los cónyuges, procedía directamente de IZNADOS y LOJADOS. Sin embargo, sobre el papel se habían añadido las fechas localizadas en las sucesivas relaciones. Se incluyeron los nuevos campos relativos a las fechas de nacimiento, defunción y casamiento de los hijos según el rango del nacimiento, procediéndose a la informatización de nuevo de los datos de las fichas de familia. Una vez realizado el trasvase se realizó una nueva corrección. Intentamos detectar los errores cometidos a la hora de pasar tantas cifras de un soporte a otro.

24.  El resultado se ofrece en días. Mediante una nueva orden se transforma en años cumplidos. Los decimales corresponden a la porción vivida del año siguiente. A partir de un sencillo programa que denominamos COMPEDAD completamos las edades reales de la parte superior de la ficha, la correspondiente a los cónyuges. Las órdenes no podían ser más simples:
REPL ALL EDADDREALO WITH FECHAENTIE - F_NACIMIEN
REPL ALL EDADDREALO WITH EDADDREALO/365.25
Siendo EDADDREALO la edad real del esposo al morir. FECHAENTIE y F_NACIMIEN corresponden a las fechas de defunción y de nacimiento del mismo. Además, se calculó la edad real al morir la mujer (EDADDREALA), la de ambos cónyuges al final de la observación (EDADFREALO y EDADFREALA) y la edad real también al contraer el matrimonio (EDADMREALO Y EDADMREALA). En relación con las fechas, conviene trabajar con el formato dd-mm-aaaa para evitar los resultados negativos, aunque también podemos corregirlos mediante la orden:
REPL EDADDREALO WITH EDADREALO+100 FOR EDADDREALO<0
siempre y cuando el individuo no haya muerto en el siglo n y haya nacido en el n-2. No tenemos ningún caso parecido y, en todo caso, hemos trabajado con el formato dd-mm-aaaa. También, con suma facilidad se puede calcular la fecha de enviudamiento del cónyuge superviviente, su edad y el tiempo que permanece viudo, que sería la diferencia en meses entre la fecha de defunción del superviviente y la fecha fin de observación, si es que no se vuelve a casar, o la fecha del nuevo matrimonio menos la fecha fin de observación del anterior si lo hace. Evidentemente, también podemos calcular la duración del matrimonio restando la fecha fin de observación a la de casamiento.

25.  Si lo que analizamos es el comportamiento demográfico, no cabe duda que hemos de basarnos en la edad real. En ocasiones, las desviaciones en las edades manifestadas en los registros parroquiales son de signo opuesto con lo que disminuye el error de cálculo. Las edades consignadas en las actas son muy útiles para abordar otras cuestiones relativas a las mentalidades dominantes en las comunidades del pasado.

26.  Como se indica en el método clásico, sobre el papel habríamos utilizado diferentes colores para diferenciar el origen de la fecha de nacimiento. En el ordenador se utilizaron distintos campos para señalar si la fecha correspondía a un acta de bautismo o era producto de la asignación a partir de una edad conocida o a partir de cualquier otro dato.

27.  Así, IZNAOCHO y LOJAOCHO quedarían como base para el cálculo de la fecundidad, mientras que dos bases de datos idénticas, IZNANUE y LOJANUE, servirían para analizar los intervalos entre los alumbramientos. Trabajando con dBase V para Windows podríamos realizar todos los cálculos en un gran banco de datos; sin embargo, preferimos continuar con la versión III Plus que aunque no nos permitía más de 128 campos por base de datos nos aseguraba un mayor control de cada operación debido al manejo adquirido a lo largo de esta investigación. Además, preferimos realizar cada operación paso a paso para detectar posibles errores.

28.  Para ayudar en la localización de las fichas que debíamos retocar a la hora de realizar unos determinados cálculos se incluyeron algunas contraseñas y algunos campos que nos sirvieran para encontrar rápidamente sobre el papel y en las bases de datos informáticas las familias en las que teníamos algún nacimiento recuperado, alumbramientos múltiples y casos de hijos conocidos por actas de defunción o matrimonio en las que no constaba la edad. Aun así, adaptar nuestras bases nos llevó bastante tiempo, ya que habíamos de mover mucha información. En Iznájar, por ejemplo, resultaron ser 574 (23,7 por ciento) las fichas de familia que presentaban nacimientos recuperados, 112 en las que se habían producido algún parto múltiple y la misma cifra, o sea el 4,6 por ciento, en las que teníamos algún hijo que no se sabía en qué momento había nacido. A la hora de asignar a estos últimos una fecha o año de nacimiento nos servimos de los intervalos protogenésicos e intergenésicos calculados previamente sin tenerlos en cuenta a ellos, por lo que se realizó una primera evaluación para inscribir estos alumbramientos en los momentos más sospechosos o desestimarlos cuando se tenía una alta probabilidad de equivocarse en la asignación.

29.  Esta última y más laboriosa fase la hemos logrado culminar en menos de media hora, una vez realizado el conjunto de programas diseñados para la realización de los cálculos. Nos estamos refiriendo a una cifra alta de fichas MC1: 2.114, que consideramos suficientes para fundamentar científicamente nuestra investigación. El rendimiento del trabajo manual en Crulai (Gautier y Henry) fue de 5,5 fichas diarias, en Meulan (Lachiver) de 2,5 (Dupâquier, 1984). José Manuel Pérez García consiguió un rendimiento en la última fase de la reconstrucción de 25 fichas diarias. Desde que corregimos nuestras bases de datos de bautismos, matrimonios y defunciones hasta que presentamos nuestras fichas de familias reconstruidas dispuestas para aplicarles nuestros programas, nuestro rendimiento medio diario superó el doble de la cifra de Pérez García (1995).

30.  En el Apéndice 1.2 de nuestra tesis doctoral (Ramírez Gámiz, 1998) se recoge la totalidad de las órdenes y de los programas que siguen la misma numeración que consta en los párrafos explicativos. No obstante, intentaremos aclarar en las notas a pie de página algunas instrucciones y el significado de algunos campos. La primera orden es muy simple:
REPL ALL IN1 WITH F1-FECHAMATRI
Siendo IN1 el intervalo protogenésico, IN2 el primer intervalo intergenésico e INn el último de la familia con un mayor número de alumbramientos. F1 es la fecha del primer alumbramiento, F2 la del segundo y Fn es la fecha del último de aquella familia cuya madre haya parido en más ocasiones, mientras que Fn-1 es la que corresponde al penúltimo alumbramiento. FECHAMATRI es la fecha del matrimonio. n siempre se corresponderá con el valor máximo que alcanza el rango del nacimiento o de los alumbramientos en este caso. Aquellas familias que no tienen hijos, al ejecutar el programa tendrán valor 0 en las casillas de los intervalos. Se rastreó la posibilidad de que existiesen nacimientos el mismo día de la boda para impedir que escapasen a nuestro cómputo. En realidad la posibilidad de que existiera algún caso era difícil; sin embargo, podría haberse dado debido a un fallo a la hora de consignar las fechas o en el momento de la recogida y tratamiento de la información. No encontramos ninguno. El resultado se expresa en días; para pasarlo a meses basta con dividir la cifra entre 30,42 (que es la media de días por meses: 365,25/12), a partir de la orden:
REPL ALL IN1 WITH IN1/30,42.
31.  Se siguió escrupulosamente el método a la hora de fijar una fecha a los alumbramientos recuperados. A veces nos ha sido muy difícil. Hemos hecho uso de los demás datos contenidos en la ficha así como de otras fuentes: padrones y censos. Louis Henry (1983: 170) llega a afirmar que "cuando el último nacimiento es un nacimiento recuperado, se evalúa el último intervalo del mejor modo posible, según los datos disponibles, fecha de nacimiento, edad de defunción en días, meses o años". En algunas ocasiones nos ha parecido que el mejor modo posible no es un buen modo. Han sido pocos los casos; hemos aplicado el programa en varias ocasiones para observar las diferencias de resultados y no se han apreciado apenas variaciones. Si queremos convertir algún intervalo en días basta con no ejecutar la segunda parte del programa.

32.  Las órdenes son similares a las anteriores:
REPL ALL DU1 WITH H1-FECHAMATRI
DU1 es el tiempo transcurrido desde el matrimonio hasta el primer nacimiento, DU2 hasta el segundo, y así hasta n que alcanzará el valor máximo de hijos cuyo nacimiento se conoce por el acta de bautismo (en nuestro caso 16 en Iznájar y 15 en Loja). FECHAMATRI es la fecha de matrimonio y H1, H2 ... Hn son las fechas de nacimiento según el acta de bautismo de los hijos del matrimonio ordenados a partir del rango de nacimiento. dBase expresa el resultado en días, como lo necesitamos en años hay que dividir por 365,25.

33.  REPL ALL DUHR1 WITH HR1-FECHAMATRI
n en este caso se refiere al número máximo de nacimientos recuperados encontrado en una ficha de familia (en nuestro caso 7 en Iznájar y 3 en Loja). HR1, HR2 ... HRn son las fechas asignadas a los nacimientos recuperados. Mientras que DUHR1, DUHR2 ... DUHRn es el tiempo transcurrido entre el matrimonio y cada fecha de nacimiento asignada a partir de la edad manifestada en una acta posterior. De nuevo dividimos por 365,25 ya que la duración del matrimonio a cada nacimiento se expresa en años.

34.  REPL ALL ED1 WITH H1-FECHANACCO
ED1 es la edad de la madre el día de la fecha del primer nacimiento (H1), ED2 es la edad en el segundo nacimiento y así hasta n, o sea el último nacimiento observado a partir del acta de bautismo de aquella familia que presente un mayor número de casos en los que los padres figuren como tales en los registros bautismales. Para convertir el resultado en años cumplidos basta dividir la cifra resultante entre 365,25, como hemos visto en los pasos anteriores. Evidentemente esta operación se puede realizar directamente a partir de la fórmula:
REPL ALL ED1 WITH ((H1-FECHANACCO)/365,25)
Ello constituiría una variante más depurada del programa. Sin embargo, nosotros hemos intentado en todo momento realizar paso por paso las operaciones para ejercer un mayor control sobre los resultados.

35.  A partir de la creación de los nuevos campos en los que se recoge la edad de la madre al primer nacimiento recuperado, la orden sería:
REPL ALL EDHR1 WITH HR1-FECHANACCO
Posteriormente habríamos de pasar el resultado a años cumplidos dividiendo entre 365,25.

36.  EM1519, EM2024... EM4549 son los nuevos campos que corresponden a los grupos de edad de la madre.

37.  Siempre y cuando la mujer no haya contraído matrimonio el día de su cumpleaños en sus aniversarios terminados en 5 o en 0 entre el 15º y el 45º, o el final de observación se haya producido el mismo día en que la esposa alcanzaba esos mismos aniversarios. En estos casos el primer y/o el último grupo de edad de la madre también es 5.

38.  La elaboración de estos programas ha sido más larga y tediosa aunque, evidentemente, los resultados tras su aplicación han supuesto un ahorro de tiempo apreciable, al librarnos de una serie de cálculos bastante monótonos. Debimos cubrir todas las posibilidades. Un primer grupo de órdenes se refería al grupo de edad en el que tiene lugar el matrimonio que, por regla general, nunca queda enteramente cubierto, salvo en el caso que se contempla en la nota anterior. Seguidamente, en segundo lugar, otro conjunto de órdenes se refiere al último grupo de edad en el que vive la mujer, que igualmente se cubre parcialmente, ya que casi siempre la fecha fin de observación tiene lugar en el transcurso del mismo. El primer grupo de edad (15-19) ya ha sido abordado a la hora de considerar los grupos iniciales. Los grupos finales que no son iniciales comienzan por tanto a partir del segundo tramo (20-24). En tercer y último lugar, nos hemos tenido que referir a aquellos grupos en los que se produce al mismo tiempo el matrimonio y el final de observación y que por lo tanto solo cubren un periodo bastante reducido del grupo de edad de la mujer. Este periodo se inicia con posterioridad a la edad que da inicio al tramo quinquenal y termina con anterioridad a que se cierre. DURACIONMA corresponde a la duración del matrimonio transcurrida en años. Los otros campos ya han sido definidos en páginas anteriores. Somos conscientes que algunas de estas operaciones podrían ahorrarse depurando las órdenes; sin embargo, la máxima cautela y el miedo al error nos llevó a desarrollar cada paso con sumo cuidado, observando en todo momento las imperfecciones.

39.  Creamos DM04, DM59 ... DM3034 que son los grupos quinquenales según la duración del matrimonio.

40.  Los mandatos de nuevo son largos y contemplan varias condiciones, existiendo una orden por cada uno de los hijos y para cada grupo quinquenal, con lo que el programa de nuevo se extiende. Los nuevos campos a tener en cuenta son NEM1519, NEM2024 ... NEM4549 que se refieren al número de hijos conocidos por acta de bautismo en el grupo quinquenal considerado (15-19, 20-24... 45-49) según la edad de la madre.

41.  Para ello utilizamos los nuevos campos NDM04, NDM59 ... NDM3034 en los que se registra el número de nacimientos producidos en los diferentes grupos de duración del matrimonio (0-4, 5-9 ... 30-34). El hecho de considerar la condición DU1>0 se refiere a la posibilidad de tener en una misma ficha de familia los nacimientos producidos con anterioridad al matrimonio. Por supuesto que estos casos no formarán parte de nuestro análisis de la fecundidad matrimonial. Si, como se recoge en el método clásico, utilizamos dos fichas, una para los nacimientos ilegítimos y otra para los legítimos, no habremos de plasmar esa condición, ya que todos los valores inscritos en la columna de la duración del casamiento serán positivos. Al principio trabajamos con una misma ficha de familia donde se consignaron todos los nacimientos. Para localizar rápidamente los anteriores al matrimonio y que no entrasen a formar parte del cálculo de la fecundidad marital, ordenamos:
REPL ALL NDM04 WITH -1 FOR DU1<0

42.  Para ello, una vez más, hemos creado una serie de campos: NREM1519, NREM2024... NREM4549, en los que se incluirán el número de nacimientos recuperados por cada grupo de edad de la mujer.

43.  Los campos creados para recibir esta información fueron: NRDM04, NRDM59 ... NRDM3034, o sea, número de nacimientos recuperados según la duración del matrimonio y los distintos grupos quinquenales (0-4, 5-9, ... 30-34). La condición DUHR1>0, como anteriormente, nos eliminará del cálculo a las parejas que han tenido hijos con anterioridad al matrimonio. Para una fácil localización de estas familias con nacimientos declarados ilegítimos establecemos la orden:
REPL ALL NRDM04 WITH -1 FOR DUHR1<0
No obstante, conviene trabajar con archivos separados donde se distinga a las familias con nacimientos ilegítimos de aquellas cuyos hijos nacieron todos dentro del matrimonio.

44.  Se añadió un nuevo campo para los registros fuera de observación procedentes de los nacimientos consignados por acta de bautismo (FUEOBE) y establecimos las siguientes órdenes:
En primer lugar, para los nacimientos póstumos:
REPL ALL FUEOBE WITH FUEOBE+1 FOR ED1>EDADFREALA
Seguidamente para aquellos nacimientos de madres que habían cumplido los cincuenta:
REPL ALL FUEOBE WITH FUEOBE+1 FOR ED1>=50.AND.ED1<=EDADFREALA
La última parte del mandato perseguía no contabilizar doblemente aquellos nacimientos póstumos de madres con más de cincuenta años.

45.  FUEOBD sería el campo en el que se incluyeran todos aquellos nacimientos fuera de observación provenientes de la columna relativa a la duración del matrimonio en relación con los nacimientos conocidos por acta de bautismo.

46.  Los algoritmos que calculan el nuevo campo FUEOBER son similares a los anteriores:
REPL ALL FUEOBER WITH FUEOBER+1 FOR EDHR1>EDADFREALA
REPL ALL FUEOBER WITH FUEOBER+1 FOR DHR1>=50.AND.EDHR1<=EDADFREALA

47.  Lo denominamos FUEOBDR y aplicamos las mismas órdenes con pequeñas modificaciones. Si queríamos saber el número total de nacimientos fuera de observación teníamos que sumar, en cada caso (edad de la madre o duración del matrimonio), los obtenidos de los nacimientos consignados por acta de bautismo y los recuperados. O sea, en el caso que nos ocupa, FUEOBD + FUEOBDR.

48.  Un campo más nos hacía falta: EDADULT; el valor que alcanzaría lo lograríamos automáticamente repasando todas las casillas de la columna edad de la madre al nacimiento del hijo. Primero, los nacimientos cuya acta de bautismo nos consta; después, pasaríamos a los recuperados.

49.  Nos referimos a algunas experiencias llevadas a cabo, entre otros, por investigadores canadienses como Charbonneau (1970) en Tourouvre-au-Perche. Decide calcular las tasas en función de todos los periodos en los que existe presencia matrimonial y considerando todos los nacimientos habidos en dichos periodos.

50.  En este caso también, la instrucción era bien simple gracias a que ya se habrían ejecutado las órdenes anteriores. Se convertirían en 0 el número de hijos en los grupos de edad que no iban a ser considerados en los cálculos siguiendo las directrices de los creadores del método.

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