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Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.  Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 90, 1 de junio de 2001 

  SEGREGACIÓN HABITACIONAL ETNICA EN LA CIUDAD SUECA. UN PROCESO DE RACIALIZACIÓN

Irene Molina
Departamento de Geografía Económica y Social
Universidad de Uppsala, Suecia


Segregación étnica residencial en la ciudad sueca.  Un proceso de racialización (Resumen)

Este artículo se basa en una parte de la tesis doctoral de la autora La racialización de la ciudad.  Segregación residencial en Suecia defendida en 1997, en la que se hizo una aproximación al fenómeno de la segregación residencial étnica en ese país desde una perspectiva crítica en la que son aspectos centrales las estructuras sociales y en particular las relaciones raciales.  La parte de  la Tesis que se presenta en este artículo es el análisis en el que se utilizan las técnicas de cluster sobre la ciudad de tamaño medio de Uppsala, que abarca casi cien distritos estadísticos.  Los modelos residenciales resultantes de dicho análisis indican que esa división espacial de la vivienda que tiene lugar en Uppsala pasa por líneas raciales, caso que puede también darse en otras ciudades suecas.

Palabras clave: Segregación residencial/ Uppsala, Suecia/ relaciones interraciales


Ethnic residential segregation in Swedish City.  A ratialization process (Abstract)

The article is based on a draft of the doctoral dissertation "Stadens rasifiering.Etnisk boendesegregation i folkhemmet. Molina, Irene, 1997, (The Racialization of the City. Ethnic Residential Segregation in the Swedish Folkhem)." This dissertation approaches the phenomenon of ethnic residential segregation in Sweden from a critical perspective in which the structures of social, and in particular of racial relations are central aspects. The part of the dissertation summarized in this article is a cluster analysis, which is carried out in the medium-sized Swedish city of Uppsala, in which more than one hundred urban statistical districts are involved. The resulting residential patterns from this clustering indicate that a spatial division of residence along racial lines to some extent is taking place in Uppsala, as it is can be the case in other Swedish cities.

Key words: residential segragation/ Uppsala, Sweden/ interracial relations


La Tesis de doctorado de la cual este artículo constituye un extracto, reúne los resultados de varios años de investigación en el tema de la segregación habitacional étnica, en el contexto de la Suecia contemporánea. (1) La inmigración es para la nación nórdica, un fenómeno relativamente nuevo, cuya magnitud experimentó un aumento considerable a mediados de los años cincuenta, con la importación de mano de obra industrial desde otros países nórdicos así como desde países de Europa del Sur, producto de las demandas generadas por la floreciente economía sueca de la posguerra. A esta inmigración de carácter laboral, siguió la recepción de refugiados políticos que se inició a comienzos de la década de los setenta, fundamentalmente con refugiados procedentes de países de América del Sur. Los conflictos políticos, bélicos y religiosos que han azotado diferentes regiones del mundo durante las últimas tres décadas, han ido conformando un cuadro altamente heterogéneo entre la población que ha inmigrado a diferentes países europeos y, en particular, a Suecia. Al cabo de casi medio siglo de inmigración, se puede decir que un 13 por ciento de la población sueca , que en total  alcanza hasta la fecha los ocho millones y medio de habitantes (Oficina Central de Estadísticas Suecia, 1998), tiene antecedentes extranjeros; es decir que uno de cada ocho residentes en el país es nacido en el exterior, o bien uno de sus progenitores lo es. A pesar de que las condiciones generales en que los refugiados han sido recibidos por el Estado sueco han sido humanitariamente dignas, se puede hoy día constatar el hecho de que ciertos grupos de imigrantes están siendo afectados por diferentes formas de discriminación étnico-racial, que los ponen en posiciones de desventaja respecto al resto de la población, en lo que se refiere a los mercados de trabajo y vivienda.

Durante los años setenta, el tema de la segregación habitacional en Suecia adquirió una vitalidad considerable en el debate público. La pregunta a contestar - aunque puede sonar un tanto de perogrullo a la luz de otras realidades urbanas a escala internacional, donde las expresiones espaciales de la injusticia social son evidentes - era si el fenómeno de la segregación habitacional en Suecia constituía un problema de suficiente relevancia para suscitar una discusión y análisis sistemáticos. Este debate tuvo su origen, principalmente, en la puesta en marcha del programa denominado "El Programa del Millón". Dicho programa que es considerado como el de la mayor envergadura en la historia de la política de vivienda sueca, tenía como objetivo poner término definitivo al déficit habitacional en la nación, a través de la construcción de un millón de viviendas a lo largo de todo el país, durante el decenio 1965-1975. Las opiniones representadas en este debate comprendían un amplio espectro, desde aquellos que negaban la existencia del fenómeno de la segregación habitacional, aduciendo que en Suecia las diferencias de clase habían sido borradas por el modelo socialdemócrata basado en el proyecto de construcción de "La Casa del Pueblo" (Folkhemmet) (2), hasta los que pronosticaban un desarrollo marcadamente negativo de éste, con la implicación de una serie de consecuencias indeseables, tanto para los habitantes de las áreas segregadas, como para la sociedad en su conjunto. Asimismo, las soluciones propuestas, una vez que se identificaron las áreas recién creadas por "El Programa del Millón" como las de mayor segregación en términos socio-económicos, variaban dentro de una amplia gama, desde no tomar absolutamente ninguna medida correctiva en un extremo, hasta aquellas que aconsejaban a los políticos la demolición de los edificios de departamentos recién construídos, en el otro. De cualquier forma, quedó establecido a partir de este debate, el hecho de que el problema de la segregación habitacional en Suecia, al igual que en la mayoría - si no en todas - las ciudades occidentales, sí existe y que éste se agudiza día a día. Antes de entrar en más detalles sobre el estudio mismo, es conveniente hacer un corto recorrido a través del marco conceptual en torno al fenómeno de la segregación habitacional en áreas urbanas en el que éste se inserta.

Segregación: una división socio-espacial de la población

El término segregación se usa casi exclusivamente para señalar la división espacial en áreas urbanas de distintos grupos de población. Así, la división espacial de la vivienda puede darse en función de distintas categorías de análisis, dependiendo de los aspectos a considerar; las tres formas principales de segregación habitacional son: la segregación socio-económica, la segregación demográfica y la segregación étnico/racial.

Un recuento histórico de los enfoques de análisis del problema de la segregación indica que éstos han sido muy variados, en la medida en que los diferentes investigadores y autores sobre el tema, han puesto su atención en distintos aspectos. Sin embargo, la corriente que ha tenido más resonancia en el estudio de la segregación habitacional puede decirse que ha sido la Escuela de Chicago, también llamada Ecología Social Clásica. (3) Esta corriente que se empezó a desarrollar a principios del siglo XX, como resultado de la gran influencia que el pensamiento social darwinista ejerció sobre la ciencia de la época, pone énfasis en la competencia por el espacio urbano. Los seres humanos, al igual que los animales, tenderían a competir por el dominio del territorio intentando ocupar las áreas más atractivas de la ciudad lo cual, en el caso de la vida urbana, significaría que los individuos más fuertes estarían capacitados para asentarse en los mejores sectores, mientran que los más débiles serían relegados al resto del espacio urbano. En el contexto de la segregación residencial urbana, esta interpretación del fenómeno se puede resumir en que los factores socio-económicos, fundamentalmente las diferencias en los niveles de ingresos, son los responsables de los patrones residenciales segregados. (4) Habiendo constatado esta relación entre niveles socio-económicos y patrones residenciales de la población urbana, los estudios de segregación, realizados tanto por sociólogos como por geógrafos, que siguieron a la Escuela de Chicago de los años veinte, se limitaron a describir la diferenciación socio-espacial urbana, a menudo expresada en modelos de diferenciación. Los modelos más renombrados fueron los de los sociólogos y geógrafos urbanos Burgess (1925), Hoyt (1939) y Harris y Ullman (1945). (5) Aún cuando estos modelos cumplieron un papel muy importante para el desarrollo de la disciplina geográfica, presentaban deficiencias evidentes en la explicación del fenómeno de la segregación residencial urbana.

En respuesta a dichas deficiencias, y dentro del marco de la revolución cuantitativa y del auge del positivismo en las ciencias sociales, los años cincuenta vieron surgir una nueva corriente en el estudio de la estructura social urbana en general, y de la segregación residencial en particular; dicha corriente se puede denominar Ecología Social Moderna. En un intento de abordar este estudio en forma deductiva, E. Shevky y W. Bell desarrollaron un análisis teórico multivariado, que recibió el nombre - un tanto erróneo - de análisis de áreas sociales. (6). Este modelo de análisis multivariado no dejó rastros considerables en la historia de la investigación de los procesos de segregación, pero sí fue un antecedente considerable para el posterior desarrolllo del análisis multivariado inductivo, en el cual se combinan numerosas variables para determinar con la ayuda de diversos métodos estadísticos las características sociales en ciertas áreas geográficas.

Entrando en los años setenta, se experimentó un vuelco importante en los estudios urbanos, en forma paralela al desarrollo político-ideológico de la sociedad en su conjunto. Las críticas suscitadas por el carácter esencialmente descriptivo y la consecuente carencia de un análisis que tomase en consideración los actores de los procesos de diferenciación social en las ciudades, dieron paso a dos nuevas corrientes que fueron paulatinamente añadiéndose al estudio de la estructura social urbana; la primera estuvo representada por los estudios de percepción del espacio urbano, en los cuales los individuos y sus percepciones, expectativas y preferencias asumieron un rol protagonista (7). Pero fue la entrada de la teoría social marxista en las ciencias sociales la que con mayor claridad se hizo notar en los estudios de segregación residencial. Los dos nombres más destacados en esta escuela han sido los del sociólogo urbano Manuel Castells y el del geógrafo social David Harvey. Por primera vez, el análisis de los patrones residenciales diferenciales comienza con estos científicos a enfocar las estructuras sociales en lugar de las preferencias de los individuos. Para Harvey, la explicación de la segregación residencial urbana debe ser buscada en los mecanismos de distribución desigual inherentes al sistema capitalista de producción, que son a la vez causa y efecto; es decir que los patrones diferenciales son causa de una distribución desigual de los recursos de la sociedad, al mismo tiempo que estos patrones contribuyen al mantenimiento y reproducción de la desigualdad e injusticias sociales. (8).  Para Castells, el fenómeno de la segregación residencial debe ser considerado en sus dos dimensiones, la de condición y la de proceso, así como que la vivienda debe ser estudiada como un bien de mercado como cualquier otro, que se produce, se comercializa y con cuyo valor se puede especular. (9)
 

Etnicidad y raza en la ciudad

Un aspecto, al que prácticamente todas las corrientes arriba mencionadas han prestado escasa atención, es la pertenencia etno-cultural y racial de los grupos aglomerados en áreas residenciales separadas unas de otras en la ciudad. ¿Es la segregación habitacional de los immigrantes en ciudades, por ejemplo, europeas y estadounidenses solamente una función de las diferencias en las condiciones socio-económicas de la población? ¿O es que elementos étnico/raciales desempeñan un rol específico en la configuración del espacio urbano?

Si aceptamos esta última alternativa, es decir que etnicidad y raza actúan en forma específica en la formación de la segregación habitacional de las minorías étnicas, contamos a la vez con al menos dos alternativas en lo que se refiere a la forma en que esta variable podría actuar. La primera es asumir que los immigrantes escogen vivir en determinados barrios residenciales, debido a una necesidad de cercanía a sus compatriotas y/o familiares o bien a una necesidad de protección social otorgada por el grupo de immigrantes en su totalidad, y el propio grupo étnico en particular, ante una sociedad hostil que les niega una igualdad de oportunidades en relación al resto de la población. La segunda alternativa es que la segregación no obedecería a un problema de elección de los propios immigrantes, sino más bien ésta sería en parte resultado de las diferentes formas de discriminación que la sociedad, desde sus diversas instituciones y personas privadas, ejerce sobre ciertas minorías étnicas en el mercado habitacional, imponiendo así diversas barreras a estas minorías para un acceso libre al mercado habitacional.

Como se verá más adelante, el estudio realizado en la ciudad de Uppsala, demuestra que efectivamente ciertas minorías de immigrantes son víctimas de la discriminación en sus diferentes manifestaciones, viendo extremadamente limitadas sus posibilidades de "escoger" vivienda y barrio residencial. Los immigrantes, o al menos una parte de ellos, son dirigidos, a través de diversos mecanismos institucionales, hacia determinadas áreas residenciales. Después, se desencadenan consecutivamente otros mecanismos que refuerzan la aglomeración de inmigrantes en las áreas donde ya se ha comenzado a generar una cierta concentración, consolidando así un patrón espacial de concentración de estos grupos de población inmigrante, remitida a determinados barrios, que, como veremos en el ejemplo de Uppsala, presentan ciertas características particulares. Esto no significa que los otros factores anteriormente mencionados no tengan incidencia en el origen y desarrollo del proceso de segregación residencial étnica; el problema es un poco del estilo "del huevo y la gallina"; es decir, que la población inmigrante puede sentir una mayor seguridad en el afianzamiento de los lazos sociales, e incluso afectivos, con otros inmigrantes, ya sea dentro del propio grupo étnico o con otros; pero, ¿no es acaso éste un resultado de la discriminación, y hasta marginalización, de ciertas minorías étnicas en las sociedades occidentales? Pues de otra manera, debemos aceptar el hecho de que si tal deseo o necesidad de cercanía no existiera, tampoco se produciría la segregación residencial étnica, a la vez que nos veríamos en la obligación de suponer que los hogares en cuestión cuentan con los recursos materiales y de otro tipo que les permiten el acceso libre al mercado de la vivienda, pudiendo escoger libremente la localización urbana deseada.

Una explicación alternativa al fenómeno de la segregación étnica en la ciudad sueca ha consistido en asociarlo a los procesos de generación de desigualdad socio-económica propios de las sociedades capitalistas; en otras palabras se trataría de un problema de pertenencia de clase. Esta postura asume que una vez que los inmigrantes accedan a niveles de bienestar socio-económico similares a los de la población receptora, sus patrones residenciales se asimilarán más y más a los de esta población. Hasta cierto punto esto se muestra efectivo, puesto que la población immigrante, tanto en Suecia como en la mayoría de los países de la Unión Europea, constituye el segmento situado en el extremo inferior de la escala de bienestar social y económico. En algunos países se habla incluso de la aparición de una "sub-clase" o "clase inferior" (underclass), que se encontraría en una posición inferior a la de la clase trabajadora tradicional y estaría principalmente constituída por población immigrante procedente de países no-europeos, en su mayoría desempleada y con un acceso limitado al mercado inmobiliario. Uno de los ámbitos en los que esta discriminación opera es indudablemente el mercado habitacional, en una especie de círculo vicioso: una posición insatisfactoria en el mercado de trabajo genera falta de acceso a una vivienda, la que a su vez es agente generador de estatus social; la falta de estatus social genera dificultades para el acceso a recursos crediticios, que a su vez imposibilita el acceso a capital para invertir en bienes raíces, lo cual simultáneamente genera falta de acceso a una vivienda, completandose así el circulo de causa y efecto. El problema de esta postura es que no reconoce la existencia de mecanismos discriminatorios que, sobre la base de la pertenencia étnica y racial de los inmigrantes, sitúa a éstos en determinadas posiciones en la escala jerárquica del mercado de la vivienda.
 

La racialización de la ciudad

La respuesta a los vacíos teóricos en la explicación del fenómeno de la segregación habitacional étnica, se puede encontrar en parte en una corriente postcolonialista de estudios sociales, y urbanos, que intenta explicar los fenómenos de diferenciación social basados en diferencias étnico-raciales desde la perspectiva de la discriminación institucional y el racismo tanto estructural como cotidiano. Esta corriente teórica ha sido denominada como el estudio de la racialización de la sociedad. (10).   No existe un consenso sobre el origen de este aparato teórico, pero el nombre más conocido en el ámbito de tales estudios es el del sociólogo Robert Miles, que se ha dedicado fundamentalmente a estudiar la segregación étnico-racial en el mercado laboral británico. (11)  En términos simplificados, se puede definir la racialización como el proceso que lleva a individuos e instituciones de una sociedad determinada a pensar, actuar y a ejercer discriminación a partir de la idea de la pertenencia racial. ¿Pero cuál es la categoría a la que esta corriente teórica se refiere? La existencia de diferentes razas en un sentido biológico ha sido largamente discutida y fuertemente criticada por una gran cantidad de científicos desde áreas tanto procedentes de las ciencias naturales como de las ciencias sociales. (12) No existen diferencias fenotípicas entre los seres humanos, relevantes para el estudio del comportamiento social, de tal manera que raza no es más que una construcción social. Tal constatación no resuelve, sin embargo, el hecho de que, en la práctica, la creencia histórica en la legitimidad de tales diferencias biológicas ha conducido a una gran parte de la humanidad a una condición social, política, económica y cultural subordinada y de opresión, en base a dicha creencia; en otras palabras, las razas no existen pero la discriminación racial es un hecho real con consecuencias materiales para millones de seres humanos. Aplicada al ámbito de la vivienda y de la segregación habitacional urbana, se puede decir entonces que la teoría de la racialización se refiere a los procesos a través de los cuales, los patrones residenciales urbanos muestran diferencias de acuerdo con la pertenencia étnico-racial de la población. (13)
 

Patrones empíricos de racialización: el caso de Uppsala

La ciudad de Uppsala está localizada unos 60 km al norte de Estocolmo, la capital de Suecia, y se sitúa, con sus 120.000 habitantes, en el cuarto lugar en el sistema nacional de centros urbanos. El objetivo de este estudio empírico con datos de corte cuantitativo, fue investigar la posible presencia de procesos de racialización en los patrones de vivienda de los distintos grupos étnicos en dicha ciudad. La base de datos utilizada se refiere a las variables de vivienda, educación, ingresos, categoría laboral, y país de origen de la población urbana de Uppsala en el año 1991. En base a esta información estadística, se ha procedido a la agrupación de distritos similares en "regiones" estadísticas. Han sido definidas dos clasificaciones: primero la ciudad se ha dividido en "regiones de clase", y luego en "regiones habitacionales", a partir de lo cual se sobreentiende que la variable vivienda no ha sido utilizada como variable dependiente en la definición de clase social. Los resultados de esta "regionalización de la ciudad", han sido luego comparados con la presencia de los diferentes grupos de población con antecedentes extranjeros. En 1991 se registraron 132 países de origen diferentes entre los habitantes de la ciudad estudiada, 52 de los cuales, sin embargo, estaban representados por menos de 10 personas. Esto significó que la matriz inicial de pertenencia étnica por distrito estadístico (en total 160 para toda la ciudad) resultó demasiado poco densa, dificultando seriamente el estudio comparativo entre distritos. Por esta razón, antes de proceder a la comparación de los patrones residenciales entre los diferentes grupos étnicos, cuando la representación ha sido de menos de diez habitantes, éstos han sido agrupados en categorías de países.

Existe una tendencia entre la población inmigrante, procedente de países del norte y centro de Europa así como de Estados Unidos y Australia, a presentar patrones habitacionales similares a los de la población nativa (cuadro 1). La población inmigrante con origen en Asia (excluyendo India, Corea y Tailandia, desde donde la inmigración corresponde fundamentalmente a niños adoptados por padres suecos nativos), Africa y Latinoamérica (Chile y Bolivia) así como algunos de los países de la Europa del Sur muestra, por el contrario, patrones de asentamiento propios y concentrados; es decir que esta población reside preferentemente en áreas periféricas, en su mayoría áreas pertenecientes a los complejos habitacionales del tiempo del ya mencionado "Programa del Millón" y, donde la población nativa sueca se encuentra escasamente representada. Por esta razón, a los patrones de asentamiento de esta población, se les ha denominado patrones "no-europeos", mientras que a los patrones presentados por la población nativa sueca, así como por la población procedente de países anglosajones, se les ha denominado patrones "europeos".

El patrón de asentamiento europeo está caracterizado por una pequeña proporción de la población viviendo en áreas donde los edificios de departamentos de alquiler son la forma dominante de construcción, áreas que se consideran de clase obrera de bajo estatus socio-económico, mientras que la mayor parte de la población, por el contrario, reside en áreas de tenencia cooperativa o privada. Las nacionalidades clasificadas com "no-europeas", en cambio, carecen casi totalmente de representación en éstas últimas dos áreas, concentrándose notoriamente en áreas periféricas de bajo estatus socio-económico.
 
 

Cuadro 1
Total de población de acuerdo a patrones de asentamiento de la población inmigrante en Uppsala, 1991
Patrones de asentamiento
no-europeos
Total
Patrones de asentamiento 
europeos
Total
Africa, al Sur del Sahara    430 Argentina
96
Bangladesh    301 Brasil
64
Bolivia    144 Dinamarca
281
Chile    684 Finlandia
2.741
Etiopía    619 Ex-Checoslovaquia
171
Ex-Yugoslavia    430 India
162
Grecia    436 Corea
825
Iraq    436 Noruega
825
Irán 3.276 Polonia
533
Islandia    261 Gran Bretaña
372
China    324 Suecia
36.865
El Líbano    422 Tailandia
125
Africa del Norte    241 Alemania
517
Palestina      73 Hungría
190
Siria    261 E.E.U.U.
475
Turquía    994 Resto países anglosajones
155
Asia Occidental    293 Resto de Asia
459
Resto de Europa, dentro de UE
616
Resto de Europa, fuera de EU
452
Resto de América Latina
408

Fuente: elaboración propia de la autora a partir de SCB (Oficina Nacional de Estadísticas de Suecia) 1991.

Clasificación socio-educacional

En el estudio aquí aludido, se han usado nuevos índices para la clasificación social y económica de la población. Como ha sido mencionado anteriormente, dado que la vivienda es la variable a estudiar, ésta ha sido excluida como variable dependiente en el análisis estadístico socio-educacional. En su lugar, se han usado variables de empleo y educacionales, a saber: hombres y mujeres en el intervalo de edades 16-64 años, según nivel educacional (educación básica completa, educación media completa, educación universitaria; obreros no-cualificados y cualificados, respectivamente, empleados de nivel bajo, mediano y alto, respectivamente, empresarios, y finalmente personas excluídas del mercado laboral).

Los datos estadísticos utilizados, se refieren al casco urbano de la ciudad de Uppsala que, en su totalidad, está comprendido por un sólo municipio con el mismo nombre. Por razones de tipo principalmente administrativo y de planificación urbana, el Municipio de Uppsala ha dividido la superficie urbana en 166 distritos estadísticos, de los cuales 57 albergan a una población nocturna inferior a los 100 habitantes, y han sido por tanto excluidos del análisis. Un distrito que carecía además de datos suficientes fue también excluído, descendiendo así el total de distritos a estudiar a la cantidad de 108 unidades territoriales. El método utilizado para la regionalización estadística de la ciudad es el análisis de cluster o agrupamiento, conocido como el Algoritmo de Ward. Este método es efectivo para la agrupación de unidades territoriales colindantes, pero a la vez, es un método muy sensible a las desviaciones extremas. (14).  Por esta razón se excluyeron del análisis un total adicional de cinco distritos, que mostraban valores extremos en algunas de las variables consideradas, resultando una cifra total de 103 distritos estadísticos a estudiar.

Del análisis de agrupamiento han resultado seis grupos de áreas residenciales, las cuales han sido enumeradas de A a F, donde A representa el tipo socio-educacional más bajo en la escala y F el más alto.
 
 

Cuadro 2
Porcentaje de población según patrón residencial representada en los agrupamientos socio-educacionales en Uppsala en 1991
Cluster Socio-educacional Patrón de asentamiento no-europeo 
(total=100%)
Patrón residencial europeo 
inclusive suecos nativos.
(total=100%)
Patrón residencial europeo
a excepción de suecos nativos. 
(total=100%)
A Obreros no especializados 40 23 18
B Obreros semi-especializados 29 24 25
C Areas mixtas 4 7 9
D Académicos 18 25 21
E No-académicos 8 14 16
F Elite local 2 8 12

Fuente: elaboración propia de la autora a partir de SCB (Oficina Nacional de Estadísticas de Suecia) 1991

Agrupamientos del tipo A se caracterizan por una proporción bastante alta de tanto hombres como mujeres, cuyo nivel educacional es el de la educación básica completa y educación media corta (2 años). Una proporción muy pequeña de los residentes en estos agrupamientos cuenta con educación media completa o algún tipo de educación universitaria. Estos agrupamientos acogen a una mayor proporción de mujeres que de hombres, a la vez que la categoría laboral mayormente representada es la del obrero asalariado sin especialización, razón por la cual estas áreas han sido denominadas de obreros no especializados.

La denominación áreas de clase obrera semiespecializada corresponde a la categoría B de agrupamientos. En estas áreas se registra una proporción baja de residentes que solamente han terminado su enseñanza básica, mientras una proporción relativamente mayor cuenta con educación media e incluso académica, sin alcanzar, sin embargo, los niveles educacionales de las restantes categorías, C y F. Las categorías laborales mayormente representadas en estas áreas son las del empleado no especializado y, en una medida algo menor pero mayor que en el agrupamiento B, el empleado con un grado medio y alto de especialización.

Las áreas del agrupamiento C o áreas mixtas, corresponden a una categoría de rasgos combinados, en la medida que la mayoría de los grupos tanto educacionales, como laborales, están representados de forma relativamente similar. La única categoría que resalta sobre las demás es la de mujeres con educación media completa de larga duración. Algunas de estas áreas muestran también una representación mayor de personas que se encuentran fuera del mercado de trabajo, lo cual, muy probablemente, se deba a la sabida presencia de áreas residenciales estudiantiles dentro de este cluster. (15)

Las áreas dentro del agrupamiento D, han sido denominadas áreas de académicos, dado que la sobre representación de personas, particularmente de hombres, con educación universitaria (ya sea con o sin título superior) es bastante notoria. En el caso de las mujeres en estas áreas, cuentan principalmente con educación media larga completa, mientras que la representación de personas con sólo educación básica completa, es casi insignificante. Estas áreas están además localizadas en sectores bastante centrales de la ciudad, y la alta representación de personas que se encuentran fuera del mercado de trabajo, es en parte reflejo de la presencia de estudiantes universitarios, pero se debe principalmente a la presencia de académicos retirados de la vida laboral.

En contraste con las áreas del agrupamiento anterior, las áreas E han sido denominadas áreas de no-académicos por su baja representación de personas con educación universitaria, la cual se asimila a la encontrada en las áreas mixtas del agrupamiento C. Estas áreas son sin embargo áreas de estatus socio-económico alto, dado que la representación de empresarios es bastante alta, así como lo es la de empleados de nivel medio y alto. La frecuencia laboral encontrada en estas áreas es la mayor entre todos los agrupamientos.

Las áreas F, finalmente, han sido denominadas áreas de élite local, dada la presencia absolutamente dominante de empresarios y empleados de nivel alto y, particularmente, de personas con nivel educacional muy alto, es decir educación de nivel de posgrado, con una proporción de personas con examen de doctorado cuatro veces mayor que en las áreas de los demás agrupamientos. Un hecho curioso es que al mismo tiempo, estas áreas presentan una proporción mayor de personas con solamente educación básica completa que en las áreas del agrupamiento D, donde los académicos estaban altamente representados. Una posible explicación a este fenómeno es que estas áreas están localizadas en sectores periféricos de la ciudad, en áreas que antiguamente eran habitadas por clase trabajadora industrial, y que han venido sufriendo cambios sociales, transformándose paulatinamente en áreas de alto estatus.
 

Clasificación habitacional

Para una mayor comprensión de la selección de las variables escogidas para el análisis de la estructura habitacional de la ciudad de Uppsala, cabe aquí hacer una breve referencia a las características muy particulares del mercado inmobiliario sueco. El sector habitacional en Suecia ha estado desde los años sesenta hasta comienzos de los noventa, altamente reglamentado en una suerte de semi-intervención estatal, la cual ha operado a través de una minuciosa reglamentación para la concesión del capital crediticio a las empresas constructoras, así como a través de la institucionalización de los procesos de distribución y administración de las viviendas, y la estatalización de al menos el 80 por ciento del mercado de alquiler. La construcción de viviendas ha sido, sin embargo, efectuada casi en su totalidad, por empresas privadas que han sido controladas por una serie de reglamentos que establecen los estándares de las viviendas, la localización de los proyectos y el tipo de construcción a llevar a cabo. Quizás el principal instrumento de control del mercado inmobiliario con que el Estado sueco ha contado es la propiedad de prácticamente la totalidad del suelo urbano y potencialmente urbano, tanto por parte del Estado como de los ayuntamientos. La falta de acceso al mercado del suelo ha imposibilitado, de esta manera, a la empresa privada de especular con éste, y así extraer plusvalía del suelo urbano. Esto, a su vez, ha permitido a los organismos estatales ejercer un control casi total sobre los niveles de precios y de alquileres en el mercado inmobiliario. El modelo político-habitacional que rige en Suecia desde los tiempos de la posguerra, ha dividido la tenencia en tres tipos principales, a saber: la propiedad privada (considerando sólo la vivienda; no el suelo); la propiedad cooperativa (una especie de derecho de uso de la vivienda), y el alquiler (reglamentado por el Estado y administrado por los ayuntamientos).

La situación del sector inmobiliario de Uppsala corresponde, a grandes rasgos, a la vigente para el país en su conjunto, con la única acotación de que la forma cooperativa de tenencia de la vivienda es la dominante en esta ciudad, al mismo tiempo que la proporción de hogares en la tenencia cooperativa es bastante mayor que el promedio nacional. Con el fin de analizar la relación entre la segregación socio-económica y las características habitacionales en Uppsala, se desarrolló una clasificación alternativa de las áreas estudiadas, usando también esta vez el análisis de cluster o de agrupamiento de Wards. Esta vez, fueron excluídas tres áreas con valores extremos. Las variables a combinar para las áreas estudiadas en este caso fueron solamente cuatro: 1) proporción de arrendatarios, 2) proporción de propietarios privados de bungalows y casas pareadas, 3) proporción de propietarios privados y dueños de viviendas cooperativas en edificios de departamentos, y 4) proporción de dueños de viviendas en cooperativas compuestas por bungalows y casas pareadas. Del análisis consecutivo resultaron un total de 6 clusters (cuadro 3).
 
 

Cuadro 3
Porcentaje de población según patrón residencial representada en los agrupamientos habitacionales en Uppsala en 1991
Agrupamiento habitacional Patrón de asentamiento no-europeo
(total=100%)
Patrón residencial europeo, a excepción de suecos nativos.
(total=100%)
Patrón residencial europeo, inclusive suecos nativos.
(total=100%)
I Alquiler 52 26 14
II Edificios de deptos. de tenencia mixta 15 12 13
III Cooperativa en casas pareadas y en línea 11 8 6
IV Cooperativa en edificios de deptos. 18 38 41
V Mixto (propiedad privada y cooperativa) 1 3 4
VI Propiedad privada 3 14 21

Fuente: elaboración propia de la autora a partir de SCB (Oficina Nacional de Estadísticas de Suecia) 1991.

En las áreas de tipo I, el tipo de vivienda claramente dominante es el de las viviendas de alquiler, lo cual, dada la estructura particular del mercado inmobiliario en Suecia, significa a su vez que son áreas representadas casi exclusivamente por edificios de departamentos. Más del 60 por ciento de las viviendas en estas áreas son de propiedad de la empresa inmobiliaria municipal (Uppalahem).

En el tipo consecutivo habitacional, tipo II, se observa un mayor equilibrio entre la proporción de viviendas de alquiler y la de viviendas cooperativas, pero aún con los edificios de departamentos como tipo de edificación dominante.

El tipo habitacional III presenta una proporción menor de viviendas de alquiler a la vez que la proporción de viviendas cooperativas en casas aisladas y pareadas es mayor.

El tipo habitacional IV está caracterizado por la tenencia cooperativa y privada en edificios de departamentos. Este es un cluster de alto estatus, dado que más del 70 por ciento de los departamentos en estas áreas corresponden a los más cotizados en el mercado inmobiliario local.

El tipo V representa una mezcla de viviendas cooperativas en edificios de departamentos y de propiedad privada en casas aisladas o pareadas.

Finalmente, en el tipo VI las viviendas privadas en casas aisladas son las dominantes, lo cual en el contexto del mercado inmobiliario sueco, significa que este agrupamiento es uno de muy alto estatus socioeconómico.
 

Clasificación cruzada habitacional y socioeducacional

El análisis de la tabulación cruzada de las áreas estudiadas en lo que se refiere a vivienda y niveles socio-educacionales mostró, tal como era de esperar, una correlación muy clara entre estructura habitacional y estructura socio-educacional. Sin embargo la correlación no fue perfecta. Areas de viviendas de clase obrera, en las que residen un alto número de trabajadores en labores no cualificadas, corresponden fundamentalmente a áreas en que el tipo de vivienda dominante es la vivienda de alquiler en edificios de departamentos, pero no se limitan exclusivamente a éstas; la clase obrera está también representada en áreas donde la proporción de viviendas cooperativas es bastante considerable y en grados variables, en áreas donde la la vivienda cooperativa y la vivienda de alquiler dominan aunque de forma relativa. Solamente en dos de las treinta y cinco áreas donde la propiedad privada en casas aisladas o pareadas es la forma de tenencia dominante existe una cierta representación de clase trabajadora no cualificada o semi-cualificada.

La correlación más clara ente vivienda y nivel socio-educacional se encuentra en las áreas dominadas por académicos (ya sea con o sin título superior), en las que once de un total de trece áreas corrresponden a áreas de viviendas cooperativas. La relación entre áreas mixtas y áreas donde la vivienda cooperativa es la dominante es, sin embargo, algo más débil pero todavía muy marcada. Se puede observar una casi igualmente clara correlación entre características habitacionales y estructura socio-educacional  en el caso de las áreas de élite local. En estas áreas, las viviendas en casas aisladas dominan notoriamente en once de un total de catorce áreas, mientras que dos de las tres áreas restantes presentan una composición mixta de casas propias aisladas y viviendas cooperativas, tanto en casas pareadas como en edificios de departamentos. El hecho de que se observe una estructura similar en el caso de las áreas no académicas, indica que los patrones de segregación residencial encontrados en el caso de la élite local no académica, no pueden ser explicados únicamente a través de la estructura del mercado inmobiliario.

Asimismo, en Uppsala se registra una relación entre los patrones de la segregación residencial étnica, y la estructura socioeconómica, mientras que se muestra aún más clara la relación observada entre los patrones de segregación residencial y la estructura del mercado inmobiliario. Esto significa que los inmigrantes y sus familias manifiestan un patrón de concentración relativa en las áreas con estatus socio-económico bajo, y donde la forma habitacional dominante son los edificios de departamentos construídos después de 1960. La concentración de personas con antecedentes extranjeros en áreas especiales, no puede ser entendida como un fenómeno aislado de los mecanismos de segregación residencial tradicionales observados en la mayoría de las ciudades del mundo occidental. Al mismo tiempo, esta concentración no debe analizarse en forma separada de los procesos de emigración desde estas áreas que protagoniza la población nativa sueca. Los procesos que conducen a la concentración de población inmigrante en determinadas áreas de la ciudad sueca, son procesos multifacéticos y dinámicos, y su grado de complejidad hace impropio caracterizarles como meros procesos de corte socioeconómico; esta forma relativamente nueva de segregación residencial en la ciudad sueca, que no puede ser explicada exclusivamente por elementos de carácter socioecónomico, ni tampoco por una simple segmentación del mercado inmobiliario, es el proceso que, adoptando la conceptualización de la geógrafa británica Susan Smith, se ha denominado la racialización del espacio urbano.(16)

La categoría estadística "personas con antecentes extranjeros" en la ciudad de Uppsala no se encuentra homogéneamente repartida entre las diferentes áreas residenciales, pero si se estudia la distribución de los distintas nacionalidades entre la población de origen extranjero, se encuentran claros patrones diferenciales de segregación residencial. Estos patrones residenciales, junto con los resultados del análisis de cluster arriba mencionados, están evidenciando el hecho de que la población inmigrante no solamente es un grupo heterogéneo en cuanto se refiere a la diversidad de sus países de origen, sino que también las posiciones que esta población ocupa en la estructrura del mercado inmobiliario local están relacionadas con el pais de origen. De esta manera, algunas de las nacionalidades de origen, presentan patrones residenciales similares a los de la población sueca nativa, mientras que en el caso de otras nacionalidades, estos patrones difieren de aquellos observados en el caso de los suecos nativos. En la búsqueda de elementos comunes dentro de estos dos grupos de patrones residenciales, los que aparecen más claramente representados son los fenotípicos; mientras que los patrones residenciales y la segregación habitacional de sectores de la población inmigrante en Suecia, parecen estar siendo estructurados fundamentalmente a lo largo de una jerarquía de tipo racial. La composición de las categorías "patrón europeo" y "patrón no europeo", corresponde muy cercanamente a lo que las autoridades canadienses denominan "minorías invisibles" y "minorías visibles" respectivamente. (17).  En este sentido, la caracterización del fenómeno de segregación residencial étnica como un proceso de racialización de la ciudad, tal como ha sido estudiado y establecido para el caso de otras ciudades europeas y norteamericanas, puede perfectamente ser aplicada al caso de la ciudad sueca.

No obstante, la segregación habitacional, tanto la socioeconómica como la étnico-racial, quizás no constituyen en sí mismas un problema urbano social. El problema principal se presenta cuando esta separación espacial entre diferentes grupos sociales conlleva o refleja una jerarquía social, donde el grado de poder de los individuos sobre sus propias vidas y las de otros, así como un desigual grado de acceso a recursos urbanos variados, son rasgos que acompañan a los patrones residenciales de segregación. Por esta razón es de gran importancia la perspectiva asumida para el estudio de la segregación habitacional de las minorías étnicas en ciudades europeas; una perspectiva étnico-cultural que exagera el papel desempeñado por los aspectos culturales y tiende a explicar el proceso segregacional como una autoelección de los grupos sociales (a los cuales considera más bien de carácter cultural), adopta una posición relativamente neutral cuando se trata de asociar los patrones residenciales a las condiciones de vida de los grupos estudiados; mientras que la perspectiva étnico-estructural, permite una comprensión más global de la realidad socio-residencial de la población inmigrante. Especialmente importante se vuelve la perspectiva temporal, en tanto que se ha demostrado, a través de diversos informes de investigación, que las tendencias a la segregación de minorías étnicas en los mercados de trabajo y de vivienda no desaparecen con el tiempo. Aún cuando sectores de la población inmigrante perteneciente a las llamadas minorías visibles, alcancen posiciones mejoradas en el mercado de trabajo, y su nivel de ingresos aumente, los patrones de segregación residencial, es decir su permanencia en áreas de bajo estatus socio-económico, donde predominan las viviendas municipales de alquiler, persiste a través del tiempo. Se puede decir que la movilidad social ascendente es, de un tiempo a esta parte, privilegio de los suecos nativos y de las minorías étnicas "invisibles". (18)
 

Uppsala y la racialización de la ciudad

Hoy día, no cabe duda de que las ciudades suecas presentan patrones residenciales segregados en términos de la estructura socio-económica de la población, y que los inmigrantes procedentes de países no europeos, se concentran en las áreas residenciales de más bajo estatus socio-económico. Por esto se ha analizado aquí la relación entre la segregación habitacional de los inmigrantes y la segregación socio-económica preexistente, en la búsqueda de la existencia eventual de un fenómeno independiente de segregación residencial étnica. El caso de Uppsala, muestra que existe una relación entre los patrones de segregación residencial socio-económica y la estructura del mercado inmobiliario local, así como éstos a su vez se asemejan a los patrones residenciales de las minorías étnicas "visibles", es decir la población inmigrante, fundamentalmente procedente de países no europeos y minorías "invisibles" respectivamente. Así, la división geográfica social observada en la ciudad de Uppsala puede ser perfectamente conceptualizada en términos de "la racialización de patrones anteriores de segregación socio-económica" o simplemente, la racialización del espacio urbano. Según diversos informes, es bastante probable que esta tendencia a la racialización, se esté manifestando - incluso con una mayor intensidad - en otras ciudades suecas, especialmente en las grandes ciudades de Estocolmo, Gotemburgo y Malmö. (19)

La heterogeneidad social encontrada en prácticamente todas las áreas donde la población inmigrante se encuentra residiendo, hace de la segregación residencial un fenómeno de primera relevancia a estudiar en el campo de los estudios urbanos. En la mayoría de estos barrios, además del alto número de nacionalidades diferentes, la población inmigrante comparte el espacio residencial con suecos nativos pertenecientes a los estratos más bajos de la jerarquía socio-económica. Los efectos en las dinámicas que esta composición social conlleva para los barrios en cuestión, son todavía un tema insuficientemente estudiado por los geógrafos y sociólogos urbanos en Suecia. El estudio de Uppsala sugiere la adopción de una perspectiva combinada de clase social y jerarquías étnico-raciales (así como probablemente también de género) para lograr un entendimiento holístico tanto de los procesos generadores del mismo, como de la problemáticas asociadas al fenómeno de la segregación residencial urbana.

El análisis de agrupamiento aquí descrito ha mostrado que los patrones de segregación residencial no presentan las mismas características en lo que se refiere a toda la población inmigrante, sino que dichos patrones se agrupan en una jerarquía étnico-racial, además de la ya conocida estructura socio-económica desigual, presente en las ciudades suecas en general. El material estadístico y los métodos cuantitativos, a pesar de sus bondades en el plano descriptivo y analítico, no proporcionan las herramientas necesarias para una comprensión de los mecanismos generadores del fenómeno de la segregación urbana; tampoco constituyen medios adecuados para la visualización de los efectos que estos patrones de segregación residencial pueden ejercer sobre las vidas de los individuos que residen en estas áreas, ni de sus generaciones futuras. Por esta razón, el resto del estudio de la tesis de doctorado en que el presente artículo está basado, se ha concentrado en métodos cualitativos de análisis, como son entrevistas en profundidad tanto con inmigrantes como con suecos nativos, residentes en una de las áreas de mayor concentración de inmigrantes en la ciudad de Uppsala; observación participativa y análisis del discurso, entre otros.
 

Notas

1. El presente artículo se concentra en la presentación y discusión de aspectos de corte metodológico así como de los resultados del análisis cuantitativo, fundamentalmente en base a uno de los capítulos de la tesis de doctorado en Geografía Urbana y Social de la misma autora, MOLINA, Irene (1997) Stadens rasifiering. Etnisk boendesegregation i folkhemmet (Racialización de la Ciudad. Segregación Residencial Etnica en la Casa del Pueblo), Uppsala universitet, Kulturgeografiska institutionen, Geografiska regionstudier nº  32, 260 páginas. En la mencionada tesis se utilizan en igual medida diversos métodos cualitativos de investigación, que, a pesar de no ser abordados en el presente artículo, han brindado nuevas luces al estudio de la segregación residencial en Suecia y en Europa.

2.El proyecto modernista social que se comenzó a gestar en Suecia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, resultó en un acuerdo político entre los dos sectores dominantes de ese entonces: la asociación de empleadores (SAF) y la central de trabajadores (LO), conocido como el "consenso entre capital y trabajo". Dado el auge de la economía sueca de la posguerra, que transformó a la nación en uno de los países más ricos del mundo, este proyecto socialdemócrata efectivamente significó una mejora notable en las condiciones de vida de la población en su conjunto. Dentro del marco de este proyecto social, que en el vocabulario de uno de sus principales gestores, Per Albin Hansson, se denominó "La Casa del Pueblo (Folkhemmet)", el acceso general a la vivienda ha sido uno de los principales objetivos políticos durante varias décadas.
3.Andersson-Brolin 1984, pp 29, Andersson & Molina 1996, pp 177-188, Molina 1992.
4.McKenzie 1971 [1926].
5.Short 1984, pp 128-131 y Cater & Jones 1989, pp 45.
6.Shevky & Bell 1955.
7.Knox 1994.
8.Harvey 1985 a, pp 123.
9.Castells 1977.
10.El término racialización corresponde a mi propia traducción, primero del inglés "racialization" al sueco "rasifiering", y luego al castellano, racialización.
11.Miles 1982, 1989, 1993.
12.Miles 1989, pp 70; Haraway 1991, pp 65-67.
13. Smith 1989 y Molina 1997.
14.Para una presentación más detallada del Algoritmo de Wards, ver Shaw & Wheeler 1985, pp 263-265.
15. Cabe señalar que en las ciudades universitarias de Suecia, existen áreas residenciales especiales destinadas a viviendas de estudiantes universitarios. Como resultado del desarrollo del mercado inmobiliario durante la década de los 90, el cual se ha ido inclinando hacia una mayor tenencia y administración privadas de las viviendas, éstas áreas ya no son en su totalidad de propiedad de las universidades ni de las organizaciones estudiantiles, como lo fueran en el pasado; tampoco son áreas exclusivamente habitadas por estudiantes y, más aún, algunas están en su totalidad siendo traspasadas al sector inmobiliario privado. Sin embargo, aún se encuentran en la mayoría de estas áreas una sobrerepresentación de estudiantes universitarios, y sus familias, por lo que aún son consideradas "áreas estudiantiles".
16. Smith 1992.
17. Borgegård 1996, p 34.
18. Una confirmación de esta tendencia se encuentra entre otros, en el Informe Final de la Comisión Nacional para la Política de Inmigración, SOU 1996:55, Sverige, framtiden och mångfalden, p 75-127.
19. Andersson (1997 y 1998) ha calculado el índice de segregación en 14 comunas suecas, encontrando patrones jerárquicos similares de segregación étnico-racial a los aquí descritos, en la totalidad de los casos estudiados.
 

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