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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (8), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

CADENAS Y REDES EN EL PROCESO MIGRATORIO ESPAÑOL

Concha Domingo Pérez
Rafael Viruela Martínez

Departamento de Geografía
Universitat de València


Cadenas y redes en el proceso migratorio español (Resumen)

Las redes migratorias constituyen un sistema complejo de relaciones sociales que contribuye de manera eficaz al mantenimiento del proceso migratorio. En su formación y desarrollo intervienen diversos agentes individuales y colectivos: desde los apoyos personales basados en el parentesco, la amistad o la nacionalidad, hasta las asociaciones e instituciones de ayuda a la inserción del inmigrante. Aparte, los grupos que impulsan o aprovechan el flujo en su beneficio, tanto en los traslados como en el trabajo irregular. Estas redes son dinámicas y se hacen más densas o se debilitan en función de las mayores o menores necesidades y dificultades del migrante.

Palabras clave: redes migratorias / relaciones sociales / asociaciones / trabajo irregular.


Chains and networks in the spanish migratory process (Abstract)

The migratory networks constitute a complex system of social relationships that contributes efficiently to maintain the migratory process. Different individual and colletive agents intervene in its formation and development: from personal support based on kinship, friendship or nationality, to assotiations and institutions that help the immgrant's insertion. Besides, the are the groups that promote or make use of the flow for their own benefit both when moving and in the irregular work. These networks are dynamic and they become more compact or they weaken depending on the major or minor immigrant's needs and difficulties.

Key words: migratory networks / social relationships / associations / irregular work.


En las migraciones internacionales se conjugan cuatro factores primordiales (Gozálvez, 2000), dos de ellos de tipo económico: en origen, la situación de desequilibrio entre el crecimiento demográfico y económico y, en destino, las posibilidades de absorción laboral de mano de obra, junto a los atractivos sociales. Los otros factores se refieren al propio desplazamiento: las facilidades para efectuarlo y los recursos y apoyos necesarios en el traslado y la instalación. Estos últimos constituyen el objeto de este artículo, partiendo de la hipótesis de que se trata de diversos elementos que son dinámicos, están vinculados entre sí y pueden reforzarse o debilitarse con el tiempo, a tenor de las dificultades o posibilidades del migrante. Su exposición sistemática puede contribuir a explicar la importancia de estas relaciones en el proceso migratorio.

Numerosos estudios hacen referencia a las cadenas y redes migratorias y se reconoce la necesidad de contar con muchos más estudios de grupos concretos para analizar el funcionamiento de las redes en el conjunto de la inmigración española. Incluso se propone alguna definición, como "relaciones sociales que organizan y dirigen la circulación de trabajo, capital, mercancías, servicios, información e ideologías entre las comunidades de origen y destino de los emigrantes" (Colectivo IOE, 1999, 193). No obstante, se van conociendo mejor estos progresivos enlaces o cadenas, vinculados al parentesco y la vecindad, que suelen plasmarse luego en la concentración espacial de personas de procedencia similar. Además y de forma simultánea, se tejen redes cada vez más amplias y tupidas, en un sentido simbólico de mayor complejidad, formadas por elementos que interactúan: los propios migrantes de manera primordial, como agentes individuales del proceso, pero también diversas asociaciones y organizaciones implicadas en él, expresa o indirectamente. Por otra parte, sugerimos que las funciones de las redes, tanto pueden orientarse a la protección y la seguridad del migrante, como constituir una malla en la que éste se ve atrapado.

Al tratarse de cuestiones sociales y relaciones humanas, es obvio que las estadísticas no aportan información específica referida a la forma en que se ha realizado la migración, a la manera de abordar los problemas cotidianos, o incluso a las percepciones personales. Se añaden, por tanto, otras fuentes y métodos, sean encuestas amplias, cuyos datos se pueden cuantificar, o muestras reducidas de carácter cualitativo. En primer lugar, se ha entrevistado a inmigrantes de diferentes nacionalidades y a responsables sindicales y de otras organizaciones (Acoge, Cruz Roja, Cáritas, Médicos del Mundo). Por otra parte, contamos con la información sobre 966 mujeres inmigradas entre 1995-99 (Domingo y Viruela, 1999), recogida en el fichero del CITE-CITMI (Centro de Información de Trabajadores Migrantes. CCOO, Valencia), además de los datos aportados por este organismo en un informe local (Bastidas, 1999) y otro nacional (Fernández Franco, 1999). Por último, se ha realizado una amplia encuesta a 300 inmigrantes rumanos, cuya reciente afluencia a Castellón puede calificarse de espectacular. Esta información, inevitablemente fragmentaria, necesita contar con los múltiples testimonios y conclusiones publicados que se recogen en la bibliografía.

Los migrantes en la configuración de cadenas y redes

Es generalmente conocido y aceptado que los mismos protagonistas de los flujos migratorios son agentes muy activos en la conformación de los anclajes que sirven progresivamente de apoyo a otros. La aventura solitaria no está ausente y es propia de los calificados como pioneros, pero las redes se densifican gracias a lazos sociales de todo tipo que parecen estrecharse frente a las dificultades y situaciones de necesidad. En tales circunstancias, actúan favoreciendo mutuamente a los implicados y retroalimentando el proceso migratorio.

Las relaciones sociales...

En la corriente inmigratoria de las características que tiene la española, producida de forma un tanto súbita y acelerada, "inesperada", en palabras de Izquierdo (1996), las leyes y las actuaciones administrativas han ido a remolque de sus necesidades reales de organización y canalización. En un contexto de inseguridad, situaciones irregulares de residencia y trabajo, problemas de alojamiento, etc., el recurso a los lazos sociales representados por el parentesco, la amistad o la nacionalidad, ha actuado de manera primordial, confirmando la hipótesis de Comas y Pujadas (1991), referida a la migraciones internas españolas, de que estos vínculos adquieren un carácter más destacado e imprescindible, cuanto más difíciles son las circunstancias de los afectados.

"Si yo estuviera aquí y no tuviera a nadie, ya me habría muerto de hambre y me tuviera que haber puesto a hacer cualquier cosa..." (Celia. Colombiana. Castellón) Se manifiestan, por tanto, con mayor intensidad en los casos de los migrantes más desfavorecidos, mientras que tienen una menor incidencia para las personas de clase media con mejores perspectivas económicas y profesionales, por ejemplo, las migraciones argentinas de los años 80 (Domingo, 1997). Para muchos inmigrantes el propio concepto de familia tiene un contenido más extenso que el nuclear de las sociedades industrializadas y urbanizadas, supliendo las carencias de diversos servicios con la solidaridad fundamentada en el parentesco. "... allí somos más familiares, allí primos hermanos o primos segundos, lo mismo, es una familia. Aquí, bah, un primo!, como si fuera un particular" (Aura. Dominicana. Valencia) La familia en el país de origen también constituye un imprescindible apoyo para la migración, como se ha demostrado en los casos de mujeres con hijos que necesitan dejarlos a cargo de familiares, lo que es frecuente en las inmigradas latinoamericanas (Osó, 1998). Estos vínculos rebasan el marco del parentesco, cuando se trata de aprovechar todos los recursos posibles, haciéndose extensivos a los amigos, vecinos y miembros de la misma nacionalidad, de manera que sustituyen o refuerzan los lazos familiares y ejercen funciones de apoyo semejantes, al tiempo que consolidan el sentido de pertenencia a un colectivo propicio. "Vine a España porque mi madre tenía una vecina que tenía una hermana en Madrid" (Carmen. Dominicana. Valencia) El funcionamiento de estas relaciones crea las conocidas cadenas migratorias que tienen una evidente plasmación espacial. Ciertamente los grandes centros urbanos o las zonas económicas con una demanda específica de mano de obra, como la agricultura intensiva, constituyen áreas de atracción con entidad propia. Pero en la concentración de grupos de idéntica procedencia en barrios concretos o en determinados municipios y comarcas españolas, aparecen claramente tales vinculaciones de parentesco y paisanaje. Los ejemplos serían prolijos: dominicanas en Madrid (Gregorio, 1998; Romero, 2000), ecuatorianos y marroquíes en Murcia (Bel y Gómez, 2000) y el litoral valenciano, junto a los senegaleses (Gozálvez, 1995), caboverdianos en León (López Trigal y Prieto Sarro, 1993), rumanos en Castellón, etc.

... actúan en el proceso migratorio

Los vínculos sociales actúan en origen desde el momento de proyectar la emigración, cuando la información se difunde por diversos canales. Se habla del impacto que tienen los medios de comunicación, pero la información de otros emigrados a familiares y amigos, el envío de dinero o, si han conseguido establecerse, las visitas en vacaciones, confirman las posibilidades que ofrece la emigración, tanto en países vecinos como en los muy distantes. Un curioso ejemplo es el de los rumanos, que perciben y difunden como una gran ventaja su apariencia similar a los autóctonos, porque les confiere seguridad y libertad de movimientos.

Este efecto demostración es básico en la percepción de la mejora obtenida por los migrantes más antiguos, puesto que probablemente se maximiza el éxito y se ocultan las situaciones más penosas para evitar la preocupación de los allegados (Domingo, Clapés y Prats, 1995). Por el contrario, los candidatos a la salida tienden a minimizar los riesgos, aunque después reconozcan que la realidad encontrada no responde a sus expectativas. También es cierto que los pioneros no siempre animan directamente la emigración de otros compatriotas. La mayoría de los testimonios que hemos recogido la desaconseja, conscientes de las dificultades que ellos mismos han encontrado, a no ser que se trate de algún componente del núcleo familiar.

"Porque nosotros venimos con ese ánimo, con esa gana de salir adelante. Yo pienso que aquí el que tenga gana de salir adelante lo logra" (Celia. Colombiana. Castellón) En la decisión de migrar influye en muchas ocasiones el conjunto familiar, por una parte en la elección del miembro idóneo, porque el desplazamiento de familias suele ser posterior, en caso de alcanzar cierta estabilidad. Por otra parte, es frecuente la participación en la financiación del traslado, de manera directa gracias al ahorro del núcleo familiar, la venta de bienes comunes o, de forma indirecta, con préstamos de parientes. "...si son pobres, si son gente que vende cosas de ellos, vende lo de la mujer y vende animales, si tiene animales" (Muad. Marroquí. Castellón) La influencia de familiares y compatriotas ha sido decisiva, por ejemplo, para la salida de la mayoría de los rumanos encuestados: el 89 por ciento así lo afirma. Los enlaces con que se cuenta, o se espera contar, en el país de destino son fundamentales, especialmente para las mujeres (Vitale, 2000). Aunque se trate de un proyecto migratorio propio y no una reagrupación familiar, en cualquier testimonio aparece siempre alguna relación de parentesco, amistad o referencia concreta a la que acudir, e incluso los hombres que vienen solos, suelen iniciar sus contactos con compatriotas. El 76 por ciento de los rumanos contaba con familiares o conocidos al llegar y lo mismo indican todos los entrevistados. La mínima seguridad al llegar a un ambiente extraño es vital y el fallo de ese primer apoyo puede resultar dramático. "En Barcelona tengo familia y por eso dije: llego allí, porque en otro sitio no tenía familia y... qué sé yo, me sentía más segura". (Nancy. Peruana. Castellón)

"En mi casa yo he acogido a un chico que quería tirarse del décimo piso, no lo conocíamos, no sabíamos quién era, ha llegado a Castellón y ha llamado a amigos, llegó aquí y nadie ha contestado al teléfono..." (Ángela. Rumana. Castellón)

En cualquier circunstancia, los contactos suponen la garantía de poder solventar las necesidades primordiales, aunque sea provisionalmente: el primer alojamiento y referencias en la búsqueda de trabajo. En caso de no alojarse con familia, se suele recurrir a la vivienda compartida. En el informe sobre los inmigrados en la ciudad de Valencia (Bastidas, 1999), el 94 por ciento de ellos disponía de una vivienda, la mayoría (86%) de alquiler. El 41por ciento convivía con familiares y el 32 por ciento con amigos. Las diferencias entre hombres y mujeres se manifiestan en un mayor porcentaje de mujeres que viven con familiares (51%), frente al 30 por ciento de los hombres, los cuales comparten la vivienda con amigos (36%) o están solos (30%). En el estudio realizado por nosotros del conjunto de fichas de mujeres inmigradas, archivadas en el CITMI entre 1995-1999, la mayoría decía alojarse con familia, seguramente utilizaban también esta expresión las que trabajan como internas, mientras que residía con amigos el 19% y únicamente el 8 por ciento vivía sola.

En cuanto al acceso al trabajo, los familiares y amistades constituyen una de las vías más útiles, además de algunos centros religiosos, para conseguir información, intermediación y referencias. Si se trata de mujeres, hay que tener en cuenta que la mayoría trabaja en el servicio doméstico, bastantes de ellas internas, lo que requiere un cierto grado de confianza que suele basarse en el respaldo de personas conocidas. Incluso se busca y recomienda la sustitución por una persona conocida, cuando se deja un trabajo por otro mejor. En cualquier empleo es importante una garantía, sobre todo si se trata de trabajos con alguna continuidad, como en el caso de los rumanos trabajadores de la construcción.

"yo no puedo encontrar un trabajo sin decir otra persona de confianza: mira, ese es mi amigo... una carta de visita (...) aquí estamos unas gentes que estamos conocidos de españoles y puede decir: tengo un amigo que puede trabajar" (Nicolae. Rumano. Castellón) Un interesante ejemplo de la red de apoyo laboral es el de los senegaleses en Valencia pertenecientes a la cofradía musulmana murid. Aparte de la solidaridad en la acogida de los recién llegados, se ha organizado un sistema de autoempleo comercial en el que se integran los compatriotas, unos como proveedores de mercancías (importación y exportación), otros como vendedores ambulantes (Lacomba y del Olmo, 1996).

"Es el tiempo del tirón de las redes de parientes"

Esta frase de Antonio Izquierdo (2000, 239) podría expresar la densificación de los puntos de apoyo a la inmigración con protagonismo familiar y de amistades, puesto que es un proceso que ha eclosionado en estos últimos años, convirtiendo el goteo de hace apenas dos décadas en la corriente actual. Es importante el papel que juegan los antiguos migrantes como cabeza de puente, en unos años en que era más fácil la entrada como turista, incluso sin necesidad de visado para bastantes nacionalidades.

"Yo he venido solo, con dineros (...) yo cuando entro en el año 89 en la aduana, nada (...) yo le he enseñado el dinero y dice, sí, vale, y ni me ha mirado el pasaporte, como tres meses como turista" (Muad. Marroquí. Castellón) A partir de los pioneros, se suceden una serie de desplazamientos, sobre todo de familiares directos o indirectos, aparte de la vía de reagrupación familiar. En este sentido, es bien conocida la diferencia entre hombres y mujeres, con los marroquíes como paradigma de reagrupante masculino y diversas nacionalidades latinoamericanas, como femenino.

El envío de dinero a la familia es frecuente y regular, cuando ésta permanece en el país de origen, si se consigue estabilidad laboral y si es posible una cierta capacidad de ahorro, como es el caso de las mujeres que trabajan internas. En la encuesta del CITMI (Bastidas, 1999), alcanzan el 70 por ciento, las dominicanas de Madrid el 83 por ciento (Martínez Veiga, 2000), entre otros muchos ejemplos. Las transferencias de ahorro tienen el mayor interés en la inversión y mejora de las condiciones de vida en origen (Bacaria, 1998). Pero parte del mismo puede derivarse a la financiación de traslados de familiares directos, como se indica en algunas entrevistas. La migración se encarece cada vez más por las crecientes dificultades de entrada y el exagerado coste económico que supone la utilización de vías irregulares.

El incremento de los grupos nacionales multiplica contactos, puntos de reunión (Gregorio, 1998; Ramírez, 1998; Provansal, 1999), desde donde se difunde información, algo crucial para desenvolverse, buscar ocupación, conocer organismos e instituciones de ayuda, etc. Incluso se crean servicios, establecimientos de alimentación y comercios especiales que fortalecen las relaciones y la cohesión social. La densificación de las cadenas queda reflejada en una viva imagen expresada por los rumanos:

"Una persona adventista se ha llamado la prima, todos los grados de parientes, y después cuando se han quedado aquí todos, estos tienen otros amigos, y otros, entonces se, se... está como una poder(osa) distribuidora de llamadas" (María. Rumana. Castellón) Además, su creciente número propicia el nacimiento de asociaciones de solidaridad entre los mismos inmigrados. Los ejemplos serían interminables: ATIME (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España), con objetivos de organización laboral; ARI-PERU, que persigue la "integración social de ciudadanos extracomunitaros en la sociedad de acogida"; AMDE, Asociación de Mujeres Dominicanas en España, para la integración, orientación y actividades formativas; AMAL, asociación de mujeres marroquíes; la recientemente conocida agrupación de ecuatorianos Rumiñahui, etc. Estas asociaciones pueden suplir el déficit en las redes de apoyo naturales (Franzé y otros, 1999). Pero, en cualquier caso, complementan el respaldo familiar para enfrentarse a las situaciones de explotación laboral y marginación social, también en aumento a medida que crece el número de inmigrados.

El papel de las entidades religiosas

Algunos referentes religiosos tienen una considerable incidencia en el proceso migratorio, especialmente en la acogida y los contactos laborales, sin olvidar la cohesión social que significan. Entre otros, Gregorio (1998) y Martínez Veiga (2000), aluden al tradicional papel de entidades católicas en la mediación entre empleadores y trabajadoras del servicio doméstico y las primeras llegadas de dominicanas a España promovidas por religiosas con sedes en esa República, de manera que las inmigradas contaban con un empleo asegurado desde el lugar de origen. Aunque no se trate de una vinculación tan directa, la función de enlace para este tipo de trabajo se detecta en congregaciones de religiosas y parroquias de muchas ciudades españolas.

"En Barcelona fui a la iglesia...no sé si fue iglesia o fue convento, y hablé con unas monjas y como tuve la suerte de que me consiguieran trabajo, pues me lo consiguieron (...) allí acudía mucha gente que iban a conseguir trabajo" (Nancy. Peruana. Castellón) En Valencia destacan las Religiosas de María Inmaculada que ponen en contacto a inmigradas y solicitantes de empleadas de hogar. Aunque no permiten el estudio de sus ficheros, centenares de mujeres recurren a su intermediación, como se confirma desde la sede del CITMI, que se encuentra justo al lado, a donde acuden luego para gestiones burocráticas. Además, prestan ayuda otras asociaciones católicas como ASTI, creada por la Delegación Diocesana de Inmigrantes, o también Cáritas. "Yo he tenido suerte y gracias a las hermanitas y un grupo de personas de Cáritas me están ayudando (...) yo dije que era turista, que venía como turista y que tenía dinero y así fue como entré, luego las hermanitas de las Paulas, que son muy buenas, encontraron este trabajo para mí y me quedé" (Esperanza. Ecuatoriana. Alcoi) También los católicos filipinos en Madrid disponen de atención específica servida por sus propios religiosos. La parroquia no sólo es sede de culto y celebraciones sociales, sino que realiza actividades formativas, de gestión administrativa y laboral (Colectivo IOE, 1999). En el caso de los rumanos afincados en Castellón, la iglesia Adventista ha tenido un especial protagonismo. Siguiendo los principios de apoyo a correligionarios, han conseguido consolidar un importante núcleo religioso que, a su vez, genera una red de ayuda a los nacionales de ese país. "Entonces los adventistas españoles han ayudado los rumanos adventistas (...) alrededor de la iglesia han venido otros, y otros, y otros..." (Peter. Rumano. Castellón) La identificación de la religión con la honradez actúa como un aval para los empleadores, a partir del cual se encadenan sucesivas recomendaciones para otros familiares y amigos. "Yo sé segurísimo que estaban dos o tres mujeres adventistas, yo sé que estas señoras han ayudado más que otras cien mujeres que no estaban adventistas. Y ¿Por qué han ayudado? Porque la señora española (pregunta): ¿Quién es esta? Es amiga mía. Ah, si tu lo dices, como te creo que tu no robas, no haces cosas malas, entonces tu tienes buena cara, y por esa cara..." (Laura. Rumana. Castellón) Igualmente es notorio el papel de la religión en los diversos colectivos musulmanes. Por una parte, surgen las asociaciones islámicas de tipo cultural apoyadas por países árabes a través de sus embajadas (Lacomba, 1996). Por otra, la pertenencia musulmana, aunque sea bajo diferentes grados, configura una identificación social particular y también una forma de inserción en la sociedad de acogida, en la cual la figura del imam, también inmigrante, adquiere un singular relieve (Lacomba, 2000). Los centros de reunión y/o de culto sin duda funcionan también como puntos de información y solidaridad. "...cuando se muere alguien o cuando se trata de la mezquita, o sea, cuando es un tema religioso estricto, entonces esa solidaridad sí que existe (...) Ahora se está construyendo una mezquita y los domingos está llena, la gente colaborando, trabajando y aportando incluso dinero para comprar materiales..." (Boughaleb Mimí. CITMI-CCOO, Valencia) Redes de ayuda a los inmigrados

La principal preocupación del inmigrado es resolver con prontitud los problemas relacionados con su estancia en España: regularizar su situación jurídica, conseguir los anhelados permisos de trabajo y/o residencia, encontrar y mantener el empleo. Las redes de familiares, amigos y compatriotas intentan cubrir esas necesidades en la medida de sus posibilidades. Sin embargo, quienes se desplazan solos por sus propios medios y, en general, todos los extranjeros en situación irregular, al menos en algún momento del proceso migratorio, acuden a las asociaciones locales de ayuda. Con el tiempo, y a medida que superan las dificultades de los primeros momentos, los inmigrados desarrollan su propia red asociativa (Lacomba y del Olmo, 1996).

La proliferación de asociaciones y ONG de ayuda a los inmigrados ha sido paralela al fuerte incremento de la inmigración en España. Aparte de las religiosas, destacan las de colectivos profesionales, como Médicos del Mundo o las dependientes de las organizaciones sindicales mayoritarias: UGT y CCOO. Algunas forman parte de entidades supranacionales: SOS-Racismo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) o las secciones creadas por la Cruz Roja. Otras han surgido de la colaboración entre estas organizaciones y grupos de inmigrados, como la red ACOGE que nació gracias al apoyo de Cáritas Diocesana. Muchas cuentan con profesionales contratados: abogados, asistentes sociales, psicólogos, médicos, etc., pero se mantienen gracias a un gran número de colaboradores y voluntarios, lo que les permite atender a un amplio colectivo de extranjeros, pese a los siempre escasos recursos económicos que consiguen de las cuotas de socios, de las ayudas de entidades financieras y de las subvenciones de la Administración. En las grandes ciudades no es extraño encontrar extranjeros (magrebíes, latinoamericanos, etc.) entre el personal de estas asociaciones, ya que para el recién llegado, con dificultades de comprensión y comunicación, es fundamental poder contar con alguien, preferentemente un compatriota, que le pueda explicar lo que es el contingente, el proceso de regularización o cualquier otro trámite.

La mayoría de estas ONG tiene página en Internet, en la que exponen su oferta de servicios e información diversa, destacando la referente al proceso de regularización de 2000 y a la reforma de la Ley Orgánica 8/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España. Mantienen enlaces con websites de otras organizaciones y de centros de la Administración a donde acudir para resolver problemas, insistiendo en el carácter gratuito de estos servicios con el fin de evitar las injusticias y los abusos cometidos con los extranjeros. No hay duda de la importante labor informativa de estas páginas, una herramienta indispensable cuando se estudian temas como los abordados en este artículo; sin embargo, deben ser muy pocas las visitas que reciben por parte de aquellos a quienes se dirige la información, debido a los escasos recursos de los inmigrados. Lo habitual es que acudan a estas organizaciones por referencias de personas que se encuentran en la misma situación, el boca a boca es el principal canal de información entre los inmigrados (Fernández, 1999). Últimamente, muchos llegan a las ONG desde los servicios sociales de los ayuntamientos y gobiernos autonómicos.

La mayor parte de estas organizaciones ofrecen planes globales de ayuda para la integración sociolaboral de los inmigrados. Planes que comprenden desde el asesoramiento jurídico a la atención sanitaria, pasando por la información que les facilitará el acceso a los servicios de la Administración, a un centro sanitario o al mercado de trabajo. A este respecto hay que destacar la oferta de cursos de enseñanza del español y de formación o especialización profesional. La información y los servicios que ofrecen son muy importantes ya que permiten realizar gestiones de forma totalmente gratuita a unas personas cuyo objetivo es maximizar los ahorros (Colectivo IOE, 1996). Esto diferencia a las ONG de las asociaciones propias a las que el inmigrado satisface la cuota de socio, aunque sólo sea una vez y como pago por la resolución de algún problema (Ramírez, 1998).

Aunque estas organizaciones ofrecen una gran variedad de servicios sociales, algunas son más conocidas por tal o cual prestación. Esto explica que, según las circunstancias o necesidades, el inmigrante sepa a dónde acudir en cada momento. Para cuestiones legales relacionadas con la residencia o el trabajo prefieren las asesorías dependientes de las centrales sindicales, en especial el Centro de Información de Trabajadores Migrantes (CITMI) de CC OO, que en los años noventa atendió a miles de personas en las más de cien oficinas y puntos de información que tiene distribuidos por toda España. Los extranjeros conocen estos centros como "los de los papeles" y acuden a ellos para informarse de cómo obtenerlos.

"Pues voy a ver si me hago con mis papeles. Sí, a ver... me dijo [el encargado del CITMI] que viniera hoy. Sí, yo estoy viendo la posibilidad de sacar estos papeles porque para mí es muy importante. Claro, como Juana [la empleadora] me ha arreglado el precontrato... y a ella también le preocupa porque, dice, lo principal es que estés tú también con tus papeles..." (Celia. Colombiana. Castellón) Como han destacado otros autores (Ramírez, 1998), cuando las relaciones entre la trabajadora y la empleadora son buenas, ésta puede ayudarle en la obtención de los permisos de trabajo y residencia. Para problemas de salud muchos extranjeros recurren a la Cruz Roja o a los Centros de Atención Sociosanitaria a Inmigrados (CASSIM) que Médicos del Mundo mantiene en servicio desde 1994. Según el último informe de esta organización, entre enero y septiembre de 2000 se atendió a 8.569 inmigrados, lo que representó un incremento del 21,45 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, pese a que, en aplicación de la Ley 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros, muchos casos se desviaron a los centros públicos. Más de la mitad de los usuarios son mujeres y jóvenes procedentes mayoritariamente de América Latina (62%). La existencia de estos servicios es básica para el inmigrante ya que buena parte de las patologías observadas tienen un trasfondo de ansiedad y depresión, consecuencia del desarraigo y el desamparo que supone sustituir el entorno familiar y social, habitual, conocido y protector, por otro desconocido e inseguro. Asimismo, Médicos del Mundo cuenta con un programa de Atención Sanitaria a Prostitutas, que atiende fundamentalmente a mujeres extranjeras (más del 60%), la mayoría originarias del África subsahariana, y que consiste en aconsejarles en temas de salud y la distribución de preservativos para evitar las enfermedades de transmisión sexual.

La demanda de asilo permite la estancia regular en el país en el que se solicita. Para ello los inmigrados se dirigen a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, una ONG creada en 1979 (Santos, 1996) e integrada por diversas personas y organizaciones sociales, sindicales, religiosas y políticas, cuya finalidad es proteger a los refugiados. Se encarga de proporcionar asistencia legal y gratuita a los solicitantes de asilo en las diversas fases del procedimiento, así como de buscar vivienda, cursos de formación y trabajo a los asilados reconocidos. A finales de los años ochenta se pusieron en funcionamiento los Centros de Atención a Refugiados (dos en Madrid, uno en Sevilla y otro en Valencia), gestionados por el IMSERSO.

Diversas asociaciones organizan campañas de información para sensibilizar a la población receptora sobre la problemática del fenómeno migratorio. SOS-Racismo hace especial énfasis en la discriminación y marginación de que son objeto los inmigrados y denuncia las injusticias que emanan de las actitudes racistas hacia los extranjeros. En este sentido, interesa destacar los programas dirigidos a centros de enseñanza y la edición de material didáctico (del Álamo, 1997; Rico, 1997) e informes (AA VV, 1997; Bastidas, 1999; UGT, 1999) que explican las características de la inmigración. Los inmigrantes más necesitados suelen acudir a Cáritas y a la red ACOGE donde consiguen ropa y comida. Además estas asociaciones disponen de bolsas de vivienda y de trabajo.

Atrapados en la tela de araña

Víctimas del tráfico de seres humanos

Si admitimos que existe tráfico "siempre que un migrante se ve ilegalmente implicado, reclutado, vendido o trasladado... y siempre que intermediarios obtengan en cualquier parte del proceso beneficios económicos o de otros tipos por medio del engaño, la coerción y/u otras formas de explotación" (OIM, 1999), es evidente que miles de extranjeros han llegado a España y residen aquí por la intervención de redes dedicadas al tráfico de personas, y que muchos inmigrados han recurrido a esta vía ante las dificultades de emigrar de forma legal. Las políticas migratorias tan restrictivas no consiguen impedir las entradas y la insuficiencia de los convenios para trabajo temporal reducen los naturales movimientos de salida ante las enormes dificultades para volver a entrar.

Según los informes de la Dirección General de la Policía, la actividad de estos grupos se ha incrementado de forma notable en los últimos años: "desde 1998 se han desarticulado 622 redes que movieron a más de 60.000 inmigrantes" (El País, 28/1/2001). Un repaso a la prensa escrita (Observatorio Permanente de la Inmigración, Centro de Estudios sobre el Racismo y la Xenofobia) aporta abundante información acerca de las mafias que se aprovechan de las desigualdades sociales y económicas. Se trata de grupos organizados, algunos bajo la apariencia de ONG de ayuda a los inmigrados, que les ofrecen engañosas expectativas de trabajo y residencia y proporcionan las infraestructuras y la correspondiente documentación falsa para su traslado a España. Tales redes, por tanto, incrementan un tipo de flujo migratorio que, en parte, es atraído para el trabajo clandestino y la explotación laboral o sexual y, en general, está supeditado al fuerte endeudamiento que exige financiar el traslado. En tales circunstancias, el migrante se sitúa en una gran indefensión jurídica y laboral.

La inmigración irregular está ligada a la economía informal

Es cierto que las redes de inmigración clandestina han proliferado en los últimos años, sobre todo entre Marruecos y España (Goytisolo y Naïr, 2000); pero la creciente desregularización del mercado de trabajo y los obstáculos a la inmigración extracomunitaria han creado el ambiente propicio para la atracción de inmigrantes clandestinos, que a su vez refuerzan la economía sumergida. Como en otros países europeos (Ambrosini, 1999; Tapinos, 1999), el empleo de extranjeros "sin papeles" alcanza una gran importancia en España, aunque es imposible conocer con exactitud su número. Se han hecho algunas estimaciones, como la realizada entre finales de 1996 y principios de 1997 por Concha Carrasco (1998) a partir de una encuesta a 1.103 inmigrantes extracomunitarios representantes de las quince nacionalidades con mayor número de efectivos en nuestro país. Según esta investigación, aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores no poseía permiso administrativo para trabajar y el 29 por ciento no cotizaba a la Seguridad Social. Una encuesta más reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas eleva al 45 por ciento el porcentaje de trabajadores inmigrantes sin contrato escrito (Levante, 21/3/1999).

Para los inmigrados irregulares, el trabajo informal es la única posibilidad de obtener un salario. Los empleadores se aprovechan de su precaria situación para imponer unas condiciones abusivas, con salarios muy bajos y horarios interminables. Condiciones que también afectan a quienes tienen permiso de residencia y trabajo (Pajares, 1998). El trabajador extranjero queda a merced del empleador al que no se atreve a denunciar por temor a posibles represalias:

"No cobré en tres semanas y él no me daba razones. Ya no tenía dinero y robaba comida donde podía. Una noche fui a buscarle a un bar. Me dijo que me daría el dinero a la mañana siguiente. De madrugada apareció en la caseta donde dormía con otros dos. Me dieron una paliza, me cortaron un dedo y me dijeron que moriría si iba a la policía. Y no fui". (Mohamed Al Sadi, jornalero sin papeles. El País, 20/12/2000, p. 25) Entre el gran número de sectores de actividad que recurren a esta mano de obra destacan la agricultura, la construcción, la hostelería y, sobre todo, el servicio doméstico en el que la formalización de un contrato es muy excepcional. La prostitución es otra actividad que reúne a un gran número de mujeres extranjeras, en muchos casos víctimas de organizaciones criminales que han hecho de la trata de blancas un negocio rentable. Estas redes, que pueden alcanzar dimensiones considerables y una compleja estructura internacional, reclutan a las mujeres en sus respectivos países con la promesa de rápidas ganancias económicas. Sin embargo, una vez en España, las condiciones de vida y de trabajo rayan en la esclavitud, ya que viven aisladas y apenas tienen libertad de movimientos. Para conseguir la total sumisión de sus víctimas, les retienen el pasaporte y les amenazan con tomar represalias contra sus familiares. Esta presión disuade a las mujeres de emprender acciones legales contra las redes de proxenetas, algo que puede empezar a cambiar ya que la nueva ley (8/2000) garantiza el permiso de residencia a quien denuncie a los explotadores.

Pese a las precarias condiciones laborales, en la economía sumergida la competencia es muy fuerte, ya que cada vez hay un mayor número de inmigrados de diversa procedencia dispuestos a realizar cualquier tipo de trabajo por mal remunerado que esté. Las circunstancias personales y la propia idiosincrasia del trabajo informal realimentan la demanda de una mano de obra cada vez más asequible. El empresario tiene más donde elegir y sustituye a unos trabajadores por otros según la dedicación y disponibilidad del inmigrado. En este sentido son muy significativos los comentarios de una rumana que trabaja en el servicio doméstico y en el cuidado de ancianos:

 "Sabes que pasaba al principio? Todos pensando: quiero una cubana, quiero una colombiana. Pero, después de un tiempo, todos se han enterado de que son más frías. [En cambio] las personas rumanas, si toman cariño a alguien, después le está cuidando como a su madre o a su padre. Yo he estado ayudando (cuidando) a un matrimonio y ellos lo primero de todo te preguntaban de dónde eres. Si decías rumana, ya sí... las chicas rumanas son más cariñosas, son más limpias, son más... todo a superlativo para las chicas rumanas" (María. Rumana. Castellón) No hay duda de que estamos asistiendo a una dura competencia en el mercado de trabajo, aunque éste permanezca oculto, que conduce al reemplazamiento de unos trabajadores extranjeros por otros. En ocasiones, la sustitución traduce los prejuicios hacia determinados grupos étnicos: "los marroquíes sufren una marginación clara por parte de algunos encargados que se niegan a admitirlos incluso si están regularizados" (El País, 21/1/2001).

Conclusiones

Entendemos que en la configuración de las redes migratorias intervienen diversos agentes, individuales y colectivos, interiores y exteriores, que actúan de forma positiva o perversa para el migrante. En este amplio sentido, constituyen un aspecto básico en la concreción del proceso migratorio que, en el caso español, es tan acelerado y desordenado. De la trayectoria creciente de la inmigración en los últimos años se deduce el gran dinamismo de las redes, puesto que se densifican multiplicando los elementos que las conforman y reforzando sus vínculos.

Desde una perspectiva territorial, el papel de las redes se manifiesta en la ubicación en determinadas zonas de algunos grupos de idéntico origen o nacionalidad. Las concentraciones pueden ser muy numerosas, de manera que desbordan las relaciones de parentesco y vecindad, añadiendo otros nexos como los religiosos, las asociaciones propias o los servicios laborales y comerciales que los mismos migrantes generan y difunden.

Teniendo en cuenta la importante presencia de inmigrantes en situación irregular, se plantean numerosos problemas de inseguridad jurídica, laboral, sanitaria o, simplemente, vital, que no pueden ser resueltas de forma directa por la Administración, puesto que sería contradictorio con la propia legislación y sus restricciones para la permanencia legal. Por tanto, la continuidad del flujo, junto a las cadenas de información y ayuda entre individuos, se apoya en las funciones de prestación de servicios asumidas por un creciente número de organizaciones alternativas. Aunque se mantienen gracias a la voluntad y el trabajo de sus colaboradores, gran parte de los recursos proceden de los convenios y subvenciones públicas.

Por último, también es necesario tomar en consideración las redes que extorsionan al inmigrante. Por una parte, las que, en alguna medida, ocupan o suplantan los canales que deberían ordenar el flujo legal de mano de obra en el marco de las relaciones internacionales. Su utilización supone un coste insoportable para el migrante, tanto económico como humano. Por otra, las organizaciones criminales que trafican con personas y las introducen con engaño en un mundo de esclavitud sexual y/o laboral del que es muy difícil evadirse.
 

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