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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (80), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

ACUMULACIÓN DE TIERRAS, CAMBIO SOCIO-ECONÓMICO Y MOVILIDAD ESPACIAL EN LOS MIGRANTES WOLOF DEL BOSQUE DE PATA (SENEGAL)

Mamady Sidibe (Senegal)
UMR Dynamiques Rurales
Université Toulouse le Mirail
sidibe@univ-tlse2.fr


Acumulación de tierras, cambio socio-económico y movilidad espacial en los inmigrantes Wolof del bosque de Pata (Resumen)

A través de una migración que han emprendido desde 1978 en el bosque de Pata (sur de Senegal), los Wolof que han venido de Saloum han dado un nuevo giro a su vida. Los beneficios sacados del cultivo de cacahuete, al cual son particularmente apegados, les han permitido hacer varias realizaciones y algunas inversiones. Así, después del refuerzo de medios de producción agrícola (aumento de material agrícola, de animales de tiro, reclutamiento más importante para los trabajadores de temporada), cambian de estatuto matrimonial (el primer matrimonio para unos, el inicio a la poligamia para otros) e invierten en bienes inmobiliarios (construcción de casas ladrillos u otras actividades como ganadería, comercio o transporte. El cambio socio-económico se produce también por una movilidad espacial dentro del espacio migratorio Saloum-Pata. Este espacio integra pueblos, ciudades, mercados rurales y dos países : Senegal y Gambia. Para los emigrantes, esta movilidad es una manera de consolidar el cambio socio-económico, nacido de la acumulación de tierras y el cultivo del cacahuete. Constituye también la ultima etapa del proyecto migratorio.

Palabras clave: migración / bosque de Pata / acumulación de tierras / Senegal


Land accumulation, socio-economic change and spatial mobility among Wolof’s migrants of Pata forest. (Abstract)

Since their migration to Pata forest (South of Senegal), which began in 1978, the Wolof people whom came from Saloum, gave a new aspect to their life. The benefit they are making with peanut culture is used for many achievements and investments. Thus, they could enlarge means of production, change matrimonial status (first wife for ones, second, tird or fourth for others) and invest properties (building houses) or other activities like cattle, trade or transports. Socio-economic change has, also, pushed a large spatial mobility into the migratory space Saloum-Pata. This space integrate villages, cities, rural markets and two countries : Senegal and Gambia. For the migrants, this mobility is a way to consolidate the socio-economic change born from land accumulation and peanut culture. It's also a superior level of their migratory project.

Key words:  migration / Pata forest  / Senegal / Socio-economic change


En Senegal, la mayoría de la migración rural esta ligada a la expansión del cultivo del cacahuete. Desde los desplazamientos individuales del agricultor hasta los movimientos de grupos organizados, el grano oleaginoso ha ocasionado el desplazamiento de miles de campesinos. Es gracias a esta capacidad para renovar en otro lugar sus espacios de producción que los campesinos han sabido perpetuar la cultura de cacahuete.

A principios del siglo XX, el Saloum, centro del Senegal, era la destinación de todos los campesinos y trabajadores temporales. Así a finales de los años 1970, esta región que durante  tres décadas había sido objeto de numerosas inversiones se satura impidiendo a los campesinos  ampliar más  sus superficies o adquirir nuevos campos. Respecto a esta situación del espacio, oleadas sucesivas de Saloum – Saloum (habitantes de Saloum) han ido tomando el camino de Fouladou en general y del bosque de Pata en particular. Entre 1979 y 2000, asistimos a la llegada de cerca de 21.000 inmigrantes de los cuales el 69,7%  son Wolof. Estos inmigrantes acuerdan una gran importancia al cultivo del cacahuete. Gracias a los beneficios que obtienen, este cultivo les abre numerosas perspectivas.

En este texto estudiaremos como la vida de la mayoría de los inmigrantes se ha transformado  por la migración en un nuevo espacio y por la cultura del grano oleaginoso. La migración  no es percibida en este caso como un simple cambio duradero de residencia, sino como el sustrato de un proyecto. Ella es analizada a partir de su capacidad para concretizar los diversos proyectos conducidos por los inmigrantes. En efecto, cuando estas poblaciones dejan sus espacios tradicionales para ir hacia otros, es porque esperan encontrar condiciones mejores para poder concretar su proyecto. Esto traduce lo que prevén hacer (lo que proyectan)  de allí la  importancia de la  tensión de realización. Las manifestaciones de esta tensión en los Wolof las analizaremos a través de tres factores :  en un primer lugar, el entusiasmo que ponen y las estrategias desplegadas en la búsqueda del máximo de tierras. Luego, la mejora de las condiciones de producción, la evolución de los estatutos matrimoniales, las inversiones y la diversificación de las actividades consecutivas de la cultura del cacahuete. Por ultimo, los nuevos horizontes que estos diversos cambios  abren en términos de movilidad espacial. Antes de exponer las tres etapas del razonamiento, quisiera presentar brevemente los  inmigrantes Wolof.
 

Los inmigrantes wolof del bosque de Pata

Los Wolof constituyen una etnia mayoritaria en Senegal. Son los grandes cultivadores del cacahuete. Poseen una larga tradición del cultivo de esta oleaginosa que se ha ido forjando  desde la introducción del mismo y su desarrollo a partir de 1840. Para cultivar el cacahuete en las mejores condiciones posibles, miles de entre ellos han emigrado al bosque de Pata. Ellos representan más de tres cuartas partes de la población total emigrante, es decir 15.750 personas, 29 de los 47 pueblos o aldeas  que están hoy en el bosque  son  pueblos wolofs.

Repartidos entre diferentes pueblos, pertenecen a tres cofradías religiosas principalmente ; los Tidianes, los Mourides y los Niassènes. La estructura demográfica  de los emigrantes es variada. Las mujeres son más numerosas. Su número no ha influido en nada a la función motor que ellas habían jugado en la colonización  del bosque.

De hecho a nivel de las propiedades las mujeres son totalmente dependientes de sus maridos. La mujer no puede explotar nada más que la superficie otorgada por su marido.

En el plano matrimonial es tradicional que  los Wolof  Saloum-Saloum  sean poligámicos.

A nivel de la estructura por la edad, ha habido cierta evolución. En los años 1980 los adultos, eran mayoritarios en el bosque, la media de edad de los inmigrantes giraba entorno a los 40 años.

En los anos 1990, esta tendencia sufría una inflexión, notamos así una llegada en masa de jóvenes. Este rejuvenecimiento de los flujos migratorios no es independiente del fenómeno de los trabajadores temporales. En general, son los jóvenes cuya edad varia entre 15 y 25, venidos a Pata para invernar, ellos han tomado conciencia del enorme potencial de tierras que había en este bosque. Después del primer invierno en el bosque, vuelven a Saloum, y preparan su inmigración a Pata. (Este movimiento de migración estacional a Pata y de regreso a Saloum y luego migración a Pata se ha desarrollado mucho. )
En los pueblos wolofs la población varia entre 170 y 2.120 habitantes. Por cada pueblo, la población ha aumentado los diez primeros años. De forma que hoy en los primeros pueblos, excepto en Darou Pakathiar, hay una estabilización de los flujos migratorios. Los pueblos que reciben la mayor parte de inmigrantes son los que fueron creados entre 1995 y 1996.

Los inmigrantes viven en grandes concesiones cuya superficie es variable, al principio las concesiones tenían 50 por 50 metros cuadrados. Luego la llegada en masa de nuevos inmigrantes asistimos a la disminución de la dimensión de las concesiones para permitir la acogida de los nuevos  inmigrantes. En adelante, las dimensiones varían entre 40 por 40 metros o 30 por 30  metros. Relativamente grande  de estas concesiones es debido al hecho de que ellas acogen muchas personas; El tamaño medio de las familias por concesión gira entorno a 11 personas, con un máximo de 32 y un mínimo de 5 personas.
 

La acumulación de tierras

Conforme a la ley sobre “ le Domaine  National ”, el bosque de Pata es  propiedad  del Estado; por lo tanto él no puede ser objeto de una apropiación. Sin embargo, después de 1979 lo van ocupando los  inmigrantes. Esta no intervención del Estado lo convierte en una zona de libre acceso donde las poblaciones pueden encontrar tierras propicias al cultivo del cacahuete. Factor raro a Saloum, la tierra se convierte en Pata en un medio de producción relativamente abundante. La realización del proyecto migratorio pasa en primer lugar por  una buena acumulación de tierras. Como lo recuerdan bien los inmigrantes, el cultivo del cacahuete es rentable si éste es practicado sobre una superficie amplia. La destacada técnica de conquista de la  propiedad y la determinación  que  muestran los agricultores constituyen las expresiones más  significativas de esta voluntad de acumular tierras. Esta voluntad muestra también que la tierra se ha convertido, a causa de su escasez progresiva, en un elemento determinante de primer orden, como en todas partes en Africa (Raynaut y al, 1997).

En Senegal, la región de Fouladou en la cual se encuentra el bosque de Pata es una de las últimas reservas de propiedades; de modo que su adquisición se ha convertido en primordial para los inmigrantes. En general, todos los agricultores de cacahuetes cultivan de la misma manera, tienen el mismo nivel técnico, globalmente, solo la importancia de las superficies cultivadas introduce una diferenciación entre los productores. La toma de conciencia de este dato fundamental les empuja a lanzarse a la búsqueda permanente de otras tierras. En esta búsqueda, los inmigrantes del bosque de Pata parten todos teóricamente a igual suerte ; de hecho en las zonas de colonización agrícola, como es el caso aquí, la roturación constituye el principal medio de acceso a la tierra. No obstante, esta modalidad de acceso es bastante dificultoso porque introduce una notable diferenciación en el ritmo de las roturaciones y en la cantidad de superficies roturadas. Por consiguiente, la acumulación de las propiedades no se produce de la misma velocidad para todos. En este sentido hay dos perspectivas posibles : unos cuentan con el tamaño de la familia y otros con los medios financieros. Tener una mano de obra familiar permite acceder rápidamente a importantes superficies. En Pata, las familias más grandes (que cuentan con al menos 6 u ocho activos masculinos) son aquellas que disponen de más tierras.

A falta de mano de obra familiar, está la solución de los trabajadores temporales. La contratación de trabajadores temporales “especialistas de la hacha” es también un buen medio de acumulación rápida. Pagados entre 1250 y 1875 Pesos por hectárea roturada, estos trabajadores han permitido a los inmigrantes colonizar importantes superficies, las cuales pueden llegar hasta 100 hectáreas.

Los que no tienen medios para contratar trabajadores temporales, ni disponen de mano de obra familiar, utilizan otro método, denominado “attrapes”, es decir roturan algunos árboles para delimitar el terreno que van a ocupar en cuanto dispongar de mejores medios.

Esta estrategia es utilizada hasta contratar personal temporero para roturar o bien cuando se produce la llegada de algunos parientes. Para los inmigrantes, la elección del pueblo de residencia es importante. Desde su llegada, los inmigrantes intentan saber si hay todavía posibilidades de roturar tierras en ese pueblo. La respuesta a esta cuestión determinará su instalación definitiva o no. La roturación, independientemente del medio utilizado para llevarla a cabo se hace a lo largo de los años. Las sucesivas etapas de roturación, están ligadas al hecho de que, por una parte los inmigrantes no quieren tener problemas con los guardas forestales y, por otra parte, al hecho de que los campos no están roturados de forma continua.

Estos cambios en las zonas de roturación, introducen paradas necesarias en el proceso de acumulación de la propiedad.

La evolución de la superficie por inmigrante, por concesión y por pueblo muestra bien la distribución de las roturaciones en el tiempo. Durante los primeros tres años tras su instalación, los inmigrantes roturan cinco hectáreas por termino medio, es decir la misma superficie que habían dejado en Saloum;  Al  cabo del cuarto año cuando comience  el proceso de acumulación. Con el producto de  la cosecha ahorrado de los  años precedentes, ellos consiguen ampliar sus campos; entre los cuatro y los diez años siguientes a la instalación, la superficie adquirida en los primeros tres años  llega a duplicarse (62 %), a triplicarse (27 %) o incluso a cuadriplicar (9,4%).

De esta forma si consideramos el año de instalación de los inmigrantes, podemos obtener una idea de la cantidad de tierras acumuladas. Ellos nos permiten comprender por qué son los fundadores de los pueblos los que ocupan la mayor parte de las tierras. Las superficies de que estos disponían en el año 2.000 giran en torno a 65 hectáreas por termino medio (Fanchette, 1999; Sidibé, 2000). Para el Senegal, eso significa una gran propiedad. Por ejemplo, los jefes de los pueblos de Touba Tiéckène, Médina Passy, Fass Ndienguène, Darou Pakathiar, han acumulado respectivamente 75, 83, 90 y 105 hectáreas. El jefe de Médina Ndiao dispone por si sólo de un cuarto de la superficie del pueblo.

Los únicos inmigrantes capaces de rivalizar en tierras con los jefes y los primeros ocupantes  son aquellos que han recurrido a profesionales de la hacha para roturar; es por ejemplo el caso de un inmigrante venido a instalarse en el nuevo pueblo de Mina en 1999, quién ha pagado de una sola vez 87.500 pesetas a trabajadores temporales  por la roturación de 70 hectáreas.

En cuanto a las concesiones el nivel y la velocidad de acumulación están ligados a la  presencia de muchas personas. De hecho muchos de los jefes de concesión vinieron al principio con una parte de su familia. Así, en el curso de  algunos años, la llegada de la otra parte de la familia permite una mayor acumulación de  propiedades.

En líneas generales, el ritmo anual de roturaciones en el conjunto del bosque, entre 1979 y 1990 fue de una media de 1.230 hectáreas. Este aumento esta relacionado con el hecho de que fue en los años 1990 cuando se registraron un mayor número de flujos migratorios.

Esta mayor posibilidad de acumulación a Pata la podemos atestiguar a través de la comparación entre  las superficies en manos de los inmigrantes en el Saloum con respecto a las del bosque de Pata. En la zona de partida, los inmigrantes wolofs que hemos  interrogado tenían campos cuya superficie total giraba entorno a las 3,2 hectáreas.

No obstante, habría que precisar que esta no es la media de tierras en el Saloum, sino la media de tierras de aquellos que forman parte de la inmigración. Las medias hay que recordarlo,  esconden casi siempre notables diferencias. Así podemos encontrar que entre los inmigrantes interrogados, el 37 % declara haber tenido, entre 0 y 1 hectárea. En cambio de manera general, las superficies del conjunto de inmigrantes interrogados oscilaban entre 0 y 28 hectáreas en el Saloum.

Estas cifras relativamente débiles se deben al hecho de que la mayoría de los agricultores  había  obtenido sus campos por herencia, es decir fruto de numerosas divisiones, teniendo en cuenta la importancia que los Saloum-Saloum acuerdan a las grandes superficies, estas cifras muestran que la falta de tierras, como hemos podido notarlo en la mayor parte de las entrevistas efectuadas, es una de las causas principales de la inmigración.

En Pata los inmigrantes disponen de más espacio. Por ejemplo la media por inmigrante es casi tres veces mayor; cifrándose en 8,4 hectáreas; No obstante, hay grandes diferencias entre los  inmigrantes, como lo prueba el tamaño variable de los campos, los cuales varían entre 3,5 y 105 hectáreas.

Estas estrategias de acumulación de propiedades observadas en Pata, no son  independientes de la representación que los inmigrantes Wolof tienen del bosque, quienes  declaran: “Dejar este  bosque hubiese sido un enorme desperdicio” ; “Nuestra llegada aquí es una oportunidad para dar nuevo impulso al cultivo del cacahuete”.
Su lógica es revalorizar el bosque, hacer posible el cultivo del cacahuete. El control de amplias superficies es percibido como un elemento de seguridad.

Como veremos  a continuación, existe una correlación chocante entre el nivel de acumulación de las tierras y la amplitud del cambio socioeconómico observado entre los  inmigrantes: el acceso a la tierra favorece la emancipación socio-económico.
 

La emancipación socio-económica

La segunda etapa del proceso migratorio gira entorno al cultivo del cacahuete. Este cultivo, constituye desde hace mucho, la principal fuente de ingreso de los agricultores Saloum – Saloum. En nuestra muestra de población, la evolución de los niveles de  ingresos es variable; pero por mínima que esta sea para algunos, todos reconocen que la venida a Pata les ha traído beneficios. Los inmigrantes, entre todos aquellos que hemos interrogado nadie se arrepiente de haberse desplazado. Se trata de un elemento muy significativo que pone de relieve las importantes mutaciones producidas.

Entre Saloum y Pata los ingresos se han multiplicado por 3,5 en promedio. En un año, en Pata, el inmigrante puede ganar entre 75.000 y 625.000 pesetas según el número de hectáreas consagradas al cacahuete, contra  23.750 o 157.500 en Saloum. Este cultivo constituye una importante fuente de ingreso para los inmigrantes. Por ejemplo Ibrahima Bayo obtuvo 1.800.000 pesetas con la venta de sus 60  toneladas de cacahuetes. Igualmente gracias a sus 30 hectáreas cultivadas de cacahuete, el jefe del pueblo de Fass Ndienguène ganó en 1997, 978.750 pesetas  y  el de Touba Tiéckène 725.000 pesetas.

Los diferentes logros de unos y otros dependen de la importancia de las tierras acumuladas y valorizadas. En otras palabras, cuando la agricultura es practicada sobre grandes superficies, este cultivo de renta permite a los inmigrantes  alcanzar  beneficios sustanciales.

Los ejemplos que acabamos de dar conciernen a inmigrantes cuya edad superar los 55 años pero hay también jóvenes de menos de 30 años que han igualmente sacado partido de este cultivo de renta. No existe por lo tanto correlación entre el éxito económico y la edad de los agricultores; lo que se explica también por el hecho de que no hay edad para cultivar el cacahuete. Desde muy jóvenes los Wolof se lanzan de una forma u otra a cultivar; ayudando a sus padres o bien  participando en la cosecha o el empaquetado.

Con los beneficios obtenidos los inmigrantes reforman las bases de la producción del grano oleaginoso e invierten en otros sectores de actividad.
 

Consolidación de las bases de la producción del cacahuete

Esta consolidación pasa en primer lugar por la compra de más animales de tiro (caballos, asnos principalmente) imprescindibles para la actividad.

La valorización de grandes superficies sería imposible sin la utilización de la cultura de tiro; tener buenos animales de tiro constituye una gran ventaja en la medida en que ellos permiten realizar todas las operaciones necesarias en un tiempo relativamente corto.

Como media encontramos dos o tres en cada concesión de Pata a diferencia de 0 o 1 en el Saloum (este intervalo concierne solamente a los inmigrantes interrogados, no disponemos de datos para generalizar esta afirmación al conjunto de la población).

Además de los animales de tiro, hay igualmente una renovación de los aperos de labranza como las azadas, para sembrar. En relación con el número de que disponían en Saloum, los agricultores han triplicado sus instrumentos de trabajo, resulta normal ver hoy en el bosque un inmigrante con  4 azadas, a diferencia de una o ninguna en el Saloum.

Igualmente ha habido un enorme aumento del numero de carretas. Un viejo habitante del pueblo de Soboulde - junto al bosque -  nos comentaba que era raro, muy raro ver una carreta en la zona antes de la llegada de los inmigrantes, hoy es diferente, se ven por todas partes.

En el 72% de las concesiones del bosque hay una carreta, lo que nos daría la cifra total de 1.512 carretas, en la realización de los trabajos agrícolas estas resultan imprescindibles, ya que permiten traer los trabajadores temporales y las semillas en los campos. Durante el periodo de la cosecha, aseguran el transporte de los sacos de cacahuetes entre los campos y el lugar de comercialización a menudo implantado en  el pueblo.

Todos estos materiales que acabamos de citar  permiten a los agricultores abordar la campaña con más serenidad; no obstante, ésta es aún mayor si hay una contratación considerable de trabajadores temporales (sourga, mbindane y firdou).

De hecho, la contratación de personal de apoyo procede también de esta voluntad de producir más. En consecuencia, los contratos de trabajo son cada vez más numerosos, en Pata ha habido casi una triplicación de los  trabajadores temporales que se explica por la mayor disponibilidad de tierras. Antes había solamente 1 a 2 temporeros de media en Saloum, ahora encontramos 3 a 4 en el bosque. Esta situación recuerda exactamente la de Saloum a principios del siglo XX, cuando esta era la región que acogía el mayor numero de trabajadores temporales; hoy es el Fouladou.

Hasta los años 1970, los temporeros estaban constituidos esencialmente por inmigrantes  internacionales, originarios de países limítrofes como Malí, Burkina Faso, la República de Guinea y Guinea Bissau (David, 1981); actualmente son senegaleses pero su aportación es igualmente determinante en la producción del cacahuete.
Para revalorizar importantes superficies, el empleo de estos trabajadores constituye un imperativo; su juventud y su dinamismo hacen de ellos elementos fundamentales  durante la campaña agrícola  del jefe de la concesión.
Esencialmente son ellos los que  dirigen las operaciones agrícolas, pasan todo el periodo de campaña con sus patrones, es decir  de 7 a 8 meses.

El sourga no es pagado en dinero, sino que el propietario le da un campo, semillas  y le presta material agrícola como contrapartida él trabaja para su jefe cuatro mañanas y dos tardes durante la  semana. En cuanto a los mbindane, estos no tienen terrenos suyos trabajan únicamente para su patrón quién le paga al final de la campaña, su salario es mejor en Pata (entre 23.750 y 31.250 pesetas en lugar de 22.500 pesetas como cobraban en el Saloum). El tercer tipo de temporeros lo constituye los firdous, los cuales son contratados únicamente durante el periodo de la trilla.

Los inmigrantes han comprendido bien la importante aportación de estos trabajadores y no dudan en contratar los máximos posibles.

Así, para obtener buenas cantidades de cosecha es indispensable tener grandes campos, cuya explotación requiere suficiente material agrícola y de animales en  buen estado de salud. Una vez que los inmigrantes han conseguido que la producción se asienta en bases sólidas, estos comienzan a invertir en otros sectores de actividades.
 

Diversificación de actividades

La primera actividad a la que se lanzan los inmigrantes es sin duda la ganadería. Hemos contado al menos 23 rebaños entre todos los pueblos wolofs.

Sin embargo los Wolof no son ganaderos, la compra de cabezas de ganado representa para ellos un modo de capitalización. Por ejemplo, el rebaño del jefe del pueblo de Fass Ndienguène tiene cerca de 153 cabezas (cifra aproximada puesto que a los propietarios  no les gusta dar le numero exacto, según  ellos  produce malasuerte).
La mayor parte del rebaño, ha sido comprada con los beneficios del cultivo de los cacahuetes. En concreto, la compra de una vaca cada tres meses (de la raza ndama propia de la zona), lo que nos demuestra la cantidad de dinero que llegan a recoger ya que por ejemplo  un gobra (raza  que se  encuentra en las regiones del Centro y Norte del Senegal) puede costar hasta 50.000 pesetas.

En lo que respecta al jefe del pueblo  de Touba Tiéckène, su rebaño se aproxima al centenar  de cabezas. El cacahuete le ha proporcionado los medios para comprar 80 cabezas que se han sumado a las 20 que ya poseía cuando llegó al bosque.

Los inmigrantes invierten también en otros sectores como el comercio y el transporte. En los pueblos, hemos contado 33 tiendas de las cuales 8 son grandes y pertenecen todas ellas a inmigrantes cuya actividad  principal se limitaba a la agricultura en general y al cultivo del cacahuete en particular.

El comercio se ha convertido  en una actividad próspera  sobre todo  gracias a la proximidad de Gambia lo que permite comprar (de manera fraudulenta) las mercancías a precios relativamente bajos.
Junto al comercio, el transporte también se ha desarrollado, durante los 10 primeros años de la inmigración, no  había autobús de transporte en los pueblos, hoy cuentan con 21autobuses lo que por otra parte ha contribuido enormemente a la movilidad de los inmigrantes; en la tercera parte del texto volveremos a abordar esta cuestión.
 

Evolución del estatuto matrimonial

El cacahuete ha permitido la multiplicación de los matrimonios puesto que gracias a la expansión del cultivo se han podido concretar las dotes; el cacahuete ha dinamizado el proceso de reproducción  social y ha contribuido a ampliar las unidades familiares. Para los Saloum - Saloum es muy importante ya que es revelador de un envidioso nivel de vida. Los jóvenes no dudan en guardar sus primeros beneficios conseguidos con el cultivo del cacahuete para casarse. El número de matrimonios va aumentándose cada año. Esta evolución del estatuto matrimonial es manifestada por la importancia de los primeros matrimonios en los jóvenes y el paso a la poligamia para los mayores. Otro signo de esta evolución es el número de niños que podemos encontrar en los pueblos “los niños del cacahuete”(es decir, los provenientes de los matrimonios celebrados gracias a la venta del cacahuete) es cada vez mayor.

Sin embargo, los matrimonios son costosos entre los Wolof ; cuesta entre unos 75.000 y 150.000 pesetas pedir la mano de una muchacha.

A pesar de esta dote tan elevada en el medio rural (en la ciudad es prácticamente el mismo importe), los matrimonios no son raros. Los Saloum - Saloum no dudan en ahorrar todo este dinero, a menudo reunido tras dos o tres campañas de cacahuetes (para los pequeños productores) es porqué el matrimonio es también una forma de inversión, además es un signo de emancipación y permite  obtener el derecho a una concesión en el pueblo.
Por ejemplo en el pueblo de Medina-Ndiao, un joven esperaba que su padre se casara con su sexta mujer para tomar él una segunda.
 

Inversiones y gastos ligados al nuevo estatuto socioeconómico

Normalmente sólo los más ricos tienen la posibilidad de hacer frente a estas inversiones y gastos.
Es el caso  de los inmigrantes que avalan su producción comprando camiones de diez toneladas; la evacuación de la producción es muy delicada en invierno, la existencia de un camión a mano facilita la evacuación del cacahuete, algunos han comprendido la importancia de este vehículo. De forma que invirtiendo 1.000.000 o 1.500.000 pesetas en la compra de un camión, estos se han convertido en eslabones muy importantes de este sector productivo; actualmente hay unos ocho camiones en el bosque.

Por otra parte, la multiplicación de construcciones en ladrillo es un signo elocuente del dinamismo económico generado por el cacahuete. En las tres cuartas parte de los pueblos, hay al menos una casa construida con ladrillo. Esencialmente los jefes de pueblo tienen  una casa de ladrillo y cinco de ellos han podido comprarse un coche personal. Un habitante de Nguer Mandakh (pueblo de Saloum) no daba crédito: "aquellos que ni siquiera podían tener una carreta aquí (en Saloum) se han comprado un coche allí (en Pata)".

Aunque su frase sea un poco exagerada, ella resume bien un hecho: las posibilidades de los inmigrantes han mejorado en Pata, los inmigrantes que financian la peregrinación a la Meca a sus padres son también un buen ejemplo. La migración no solo ha traído cambios socio-económicos, sino también ha introducido una mayor movilidad espacial entre ellos.
 

Acentuación de la movilidad espacial

El espacio de movilidad del 72,5% de inmigrantes wolofs se reducía a los pueblos colindantes y a los mercados rurales semanales. Al margen del Saloum, la frecuentación de otros espacios u otras ciudades era rara. Los cambios económicos que acabamos de citar han multiplicado las posibilidades de movilidad, las destinaciones también se han diversificado a causa de varios factores.

En primer lugar, los desplazamientos en el bosque no han computado una ruptura de los múltiples lazos con el Saloum; Al contrario, el número de viajes registrados ha aumentado. El 93,7% de los inmigrantes van menos una vez al año al Saloum. Dos veces el 56% y un 43% más de tres veces. Para algunos el número de viaje puede llegar hasta una vez por mes, sin duda los favorece la  relativa proximidad de los dos espacios.
Gambia representaría la frontera entre el Saloum y el bosque de Pata. Esta situación geográfica hace de este país una etapa obligatoria en la trayectoria de los inmigrantes, los cuales no se limitan a atravesar el país, también aprovechan las oportunidades de tipo comercial, de sanidad, etc.

Esta movilidad espacial creciente se explica también por la voluntad de los inmigrantes de hacer del comercio una de las actividades para la diversificación de sus actividades. Si las ciudades de Gambia se han convertido en destinaciones muy frecuentes, las ciudades senegalesas como Kolda, Ziguinchor o Kaolack forman también parte del itinerario de los Wolof aunque por otro motivo. De hecho las empresas del cacahuete están implantadas allí. Teniendo en cuenta la extrema importancia que los Wolof dan a la obtención de las semillas de cacahuetes, estos no dudan en ir personalmente a negociar lo mejor posible.

Es también el cacahuete la principal razón por la cual cada vez más trabajadores temporales dejan el Saloum para ir a pasar el invierno en el bosque. Las idas y venidas de estos temporeros confieren una gran movilidad dentro el espacio migratorio.
Pero esta movilidad sería sin duda menor, si no hubiese autobuses en los pueblos que aseguran la conexión entre el bosque y otras destinaciones, estos autobuses juegan también un rol esencial en la presencia casi sistemática de muchos inmigrantes durante los mercados rurales semanales.

Así vemos como el miércoles o el domingo, días de mercado en Bureng y Farafeni (Gambia), cientos de inmigrantes dejan los pueblos., estos mercados son una ocasión para establecer contactos, comprar, vender, etc.
Esta movilidad espacial de los inmigrantes forma parte del proyecto migratorio y permite la inserción en otros circuitos comerciales, la posibilidad de coger las mejores ofertas para  comprar los animales de tiro y establecer contactos con otros socios etc.
 

Conclusión

Intentar demostrar en este texto que existe una relación entre la acumulación de tierras, la emancipación socioeconómica y la movilidad espacial, es también para nosotros una forma de mostrar que la emigración aporta a los inmigrantes cambios de naturaleza ciertamente diversa, y más o menos profundas, pero fundamentalmente interconectadas.

Los Wolof que han formado parte de la inmigración en su mayoría han sabido encontrar (o crear) con perseverancia en la roturación espacial, con trabajo intensivo  en el cultivo del cacahuete y con inteligencia en la diversificación de actividades, las condiciones favorables para mejorar su situación socioeconómica. La tierra y el cacahuete han cambiado sus vidas. Esta inmigración es sinónimo de éxito para muchos y símbolo de esperanza para todos aquellos que han iniciado el camino hacia el bosque.

A la pregunta: piensas que los parientes y amigos los consideran de la misma forma? Un inmigrante del pueblo de Touba Tiéckène nos respondía: "no, yo creo que ha habido cambio. Ellos me preguntan ahora: ¿ Cuándo una casa de ladrillo?; ¿Cuándo la peregrinación a la Meca ? En Saloum este tipo de preguntas no me las hacía".
 

Bibliografía

DAVID, Ph. Les navétanes. Histoire des migrants saisonniers de l’arachide en Sénégambie des origines à nos jours.  Dakar - Abidjan: NEA, 1981. 525 p.

FANCHETTE, S. Colonisation des terres sylvo-pastorales et conflits fonciers en Haute Casamance. Publication IIED. Coll. Tenures foncières pastorales n°13, 1999. 31 p.

RAYNAUT, Cl.  (dir.).  Sahels: Diversité et dynamiques des relations société-nature. Karthala: GRID, 1997. 430 p.

SIDIBE, M. Forêt classée de Pata : les arachidiers dictent leur loi aux éleveurs. L’Espace géographique, nº 4, tome XXI, 2000, p. 349-362
 

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