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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Nº 98, 1 de octubre de 2001

LA HABANA: TRANSFORMACIONES EN SUS VARIABLES DEMOGRÁFICAS

René A. González Rego
Sonia Montiel Rodríguez

Facultad de Geografía
Universidad de La Habana


La Habana: Transformaciones en sus variables demográficas (Resumen)

Entre los elementos que han influido en la evolución histórica de los ritmos de crecimiento de la población de La Habana se encuentran el descenso prolongado de la fecundidad, el comportamiento de los saldos migratorios internos, la participación de su población en el saldo migratorio externo, y el continuo ascenso de las tasas brutas de mortalidad, determinadas en gran medida por el proceso de envejecimiento demográfico capitalino, situación que se manifiesta de forma diferenciada en los 15 municipios que la componen.

Se realizó el diagnóstico de las transformaciones de las variables demográficas en base al comportamiento espacio–temporal de aspectos tales como el volumen de población, la estructura por sexos y edades, y las tasas de crecimiento poblacional, bruta de natalidad, de mortalidad y de saldo migratorio interno.

Palabras Clave: Crecimiento poblacional / baja natalidad / crecimiento de la tasa de mortalidad / proceso de envejecimiento / migraciones internas.


Havana: Transformations in its demographic variables (Abstract)

The elements that have been related to Havana’s population growth behavior are the prolonged reduction of the fertility, its participation in the external and internal migratory balance and the mortality’s rates prolonged increased, determinate for the continuous demographic oldness process. This situation is manifested in a differential form in the 15 Havana's municipalities.

In this article we elaborate a diagnostic for demographic variables transformations in Havana city based in spatial and temporal behavior analysis of the population volume, sex and age structure, and the rates of the population’s increased, birth, mortality and the internal migratory balance.

Key Words: Population increase / low natality / mortality rates increase / oldness process / internal migrations


En las últimas décadas el tema del crecimiento de la población de las ciudades capitales y sus repercusiones sobre el desarrollo han recibido especial atención por parte de la comunidad internacional, siendo en América Latina muy importante la toma de conciencia de que la evolución de las variables demográficas no pueden separarse de las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales de una sociedad concreta.

En Cuba, y en su capital, los mayores cambios en los indicadores demográficos han estado vinculados a las transformaciones políticas, económicas y sociales ocurridas a partir del triunfo revolucionario de enero de l959.

Entre los aspectos a destacar en la evolución de las variables demográficas de La Habana, se puede mencionar el logro en la reducción de las tasas de crecimiento de la población capitalina por debajo del crecimiento total del país; al punto de que la participación de su población con respecto al total nacional ha ido decreciendo.

Entre los elementos que han influido en el comportamiento de estos ritmos de crecimiento de la población capitalina se encuentran el descenso prolongado de la fecundidad, la participación de su población en el saldo migratorio externo, y el continuo ascenso de las tasas brutas de mortalidad determinadas en gran medida por el proceso de envejecimiento demográfico de la capital, situación que se manifiesta de forma diferenciada en los 15 municipios que la componen a partir de la división político–administrativa instaurada en el año 1976 y que le otorga la categoría de provincia.

El objetivo fundamental del presente documento es elaborar un diagnóstico de la problemática actual y más reciente de las transformaciones demográficas en la capital de la República de Cuba, toda vez que el análisis de este comportamiento es de suma importancia en las valoraciones que se puedan establecer para llevar a cabo el proceso de toma de decisiones en su desarrollo socioeconómico.  En éste, se abordan diversos aspectos tales como los volúmenes de población, la estructura por sexos y edades, así como el comportamiento temporal de las tasas de crecimiento poblacional, bruta de natalidad, de mortalidad y de saldo migratorio interno tanto a nivel general como de sus municipios componentes.
 

El proceso de crecimiento demográfico de La Habana

La Habana, la capital de Cuba, considerada como provincia a partir del año 1976 con la instauración de la actual división política - administrativa en el país, ha mantenido un ritmo creciente de su población a partir de los años 30, sin embargo, la proporción de su población con respecto al total nacional no ha presentado un comportamiento estable en el tiempo, aunque tampoco ha manifestado cambios espectaculares en su dinámica, no sucediendo lo mismo con las tasas medias anuales de crecimiento que han presentado grandes variaciones (cuadro 1).
 
 

Cuadro 1
Población y tasa media anual de crecimiento de La Habana en el periodo 1931-1999 (años seleccionados)
Años
Población

(miles)

%
Tasa media anual de crecimiento(%)
Cuba
La Habana
1931*
728,5
18,5
2,6
3,6
1943*
946,0 
19,8
1,6
2,2
1953*
1223,9
21,0
2,1
2,7
1960*
1529,8
21,9
2,3
2,8
1970*
1786,5
20,9
2,1
1,6
1975**
1917,5
20,6
1,6
1,4
1981*
1929,4
19,8
1,2
0,7
1985
2003,7
19,8
0,9
0,9
1990
2107,5
19,8
1,0
1,0
1995
2176,6
19,8
0,35
0,8
1996
2194,6
19,9
0,4
0,9
1997
2197,7
19,8
0,5
-0,3
1998
2192,3
19,7
0,4
-0,2
1999
2191,0
19,6
0,36
-0,12
(*) Años censales.
(**) Interpolación intercensal.
Fuente: Elaborado por los autores a partir de CEPD-ONE. Anuario Demográfico de Cuba 1999 e INSIE


Los valores de las tasas medias anuales de crecimiento poblacional para los períodos analizados (con la excepción del año 1931 en que se presentan los valores mayores tanto para Cuba como para La Habana) presentan un proceso de crecimiento continuo de éstas entre los años 1943 y 1960, manteniéndose en todo momento una primacía de la capital sobre el total nacional.

Sin embargo, a partir de 1960 se produce una inversión en ambos comportamientos, comenzando un proceso de descenso de los niveles de crecimiento (con una ligera recuperación en el período 1985-90) y produciéndose una pérdida de primacía del crecimiento de la capital sobre el valor nacional a partir del año 1970, situación que se mantiene hasta 1990, ya que a partir de esa fecha se producen alternancias notables en su comportamiento, incluido decrementos poblacionales.

Esta situación de disminución en los ritmos de crecimiento de la capital entre 1970 y 1990 obedece a los efectos de las migraciones hacia el exterior, acompañada desde 1971 del proceso de descenso de la natalidad, elementos que a su vez han incidido en el paulatino envejecimiento de la población nacional y en especial de la capital, a lo que se une el comportamiento de los saldos migratorios internos en el período, sin dejar de mencionar por supuesto, la influencia de la política de descentralización de la economía cubana que favoreció el proceso de desarrollo de las demás provincias y las posibilidades de acceder a servicios y empleos en otras regiones del país, sin necesidad de emigrar a la capital.

No obstante, en la primera mitad de la década de los 90, debido a la profunda crisis económica que ocurre en Cuba, la capital cubana se vio afectada por fuertes oleadas migratorias que procedentes en lo fundamental de las provincias orientales provocaron fuerte presión sobre la infraestructura existente, de por sí escasa y con un marcado deterioro, situación que provoca una preponderancia de los valores de crecimiento capitalinos sobre los nacionales, aunque sus valores no sobrepasan los valores históricos (con la excepción de 1991 donde se presentó un comportamiento similar al del período 1960-75), situación que pudiera estar dada por el accionar de los saldos migratorios al exterior, los cuales en buena medida contrarrestan la influencia del factor más relevante del incremento poblacional capitalino: las migraciones internas.

En 1997 con el propósito de controlar las migraciones internas hacia la capital, el gobierno aplicó el Decreto – Ley 217 que regula las migraciones hacia la ciudad.

La valoración del tiempo que necesitaría la población de la capital para duplicar su tamaño en correspondencia con el comportamiento de las tasas de crecimiento de cada período es un indicador importante del accionar de la variable crecimiento poblacional (cuadro 2).
 
 

Cuadro 2 
La Habana. Tiempo necesario para duplicar la población según periodos de análisis
Período
1931-1943
1943-1953
1953-1960
1960-1970
1970-1975
1975-1981
1981-1985
1985-1990
1990-1994
Tasa de
Crecimiento
(%)
2,2
2,7
2,8
1,6
1,4
0,7
0,9
1,0
0,8
Número de años necesarios
32
26
25
44
50
99
77
70
87

Fuente: Elaborado por los autores a partir de las fuentes citadas en la tabla anterior.

Como es de esperar, los efectos del proceso de reducción de las tasas de crecimiento de la población capitalina en el número de años necesarios para lograr duplicarse numéricamente se hacen sentir, al punto que de haberse mantenido constante la tasa de crecimiento del período 1975-81 La Habana necesitaría casi un siglo para duplicar su tamaño poblacional, si bien ha descendido en los períodos subsiguientes, los valores del tiempo necesario se mantienen altos.

A su vez, si se mantuvieran constantes las tasas del período 1990-94, en el intervalo de un siglo la población de la capital sería 2.7 veces la de 1990.

En general, el comportamiento de las variables demográficas que más han incidido en el crecimiento poblacional de La Habana pueden sintetizarse de la siguiente manera:

El crecimiento natural

El hecho de que se señale como una de las causas de la disminución de los ritmos de crecimiento de la capital cubana el continuo descenso de su crecimiento natural (nacimientos-defunciones) desde la década de los años 50, hace necesario enfocar la problemática de La Habana con la misma visión socioambiental a que se someten estos fenómenos en otras ciudades del mundo, más si se tiene en cuenta su magnitud al considerar que si en el período 1953-70 la tasa de crecimiento natural fue de 19.6 por mil y en el período 1981-89 de 6.1 por mil, el descenso continúa con creces en los 90 al presentarse valores que no sobrepasan el 4.0 por mil (ONE-CEPD.1999, p.25).

Sin embargo, en la década del 80, a pesar de que hubo un cierto incremento de la tasa bruta de mortalidad, la entrada en edad fértil de las generaciones nacidas en la explosión demográfica de los años 60 provocó una recuperación del crecimiento natural de la capital.

Así, los nacimientos crecieron de 21 547 en 1980 a un ritmo promedio de 28 874 durante toda la década (cuadro 3), lo que implicó además una relativa recuperación de las tasas brutas de natalidad, sin embargo, a partir de este período comienza una nueva tendencia al descenso del número de nacidos vivos, elemento que condiciona que se produzca un nuevo descenso de las tasas brutas de natalidad y que estas tasas continúen siendo las más bajas de Cuba.

Otro indicador que expresa los efectos del descenso de la natalidad es la tasa bruta de reproducción (número promedio de hijas por mujer) ya que en el período de que se disponen los datos (cuadro 3) no se llega al nivel de reemplazo, elemento que puede incidir en el comportamiento futuro de la fecundidad, el envejecimiento de su población y en el crecimiento de la población capitalina.

Así mismo, la tasa global de fecundidad (promedio de hijos por mujer) presenta un comportamiento similar al de Cuba en el sentido de que éste es menor de 2 hijos por mujer, sin embargo, sus valores son inferiores al promedio nacional en el período del que se dispone de información, comportándose con valores que oscilan entre 1.44 y 1.88.

En general, varios elementos pueden estar incidiendo en el descenso de la fecundidad en la capital, como el frecuente uso de anticonceptivos, el déficit de viviendas, la práctica del aborto, así como el comportamiento histórico de la divorcialidad, cuyas tasas ubican a la capital cubana entre las primeras provincias por el comportamiento de ésta proporción que refleja indirectamente inestabilidad en las relaciones sociales de la población.
 
 
 

Cuadro 3
Número de nacimientos, Tasas brutas de natalidad, tasas brutas de reproducción y tasa global de fecundidad. 
La Habana(1980-99)
Años
Nacidos vivos

(uno)

Tasa Bruta de Natalidad

(por mil)

Tasa Bruta de Reproducción

(hijas/mujer)

Tasa Global de Fecundidad

(hijos/ mujer)

1980
21 547 
11,0
(-)
(-)
1981
21 220 
11,0
(-)
(-)
1982
25 125 
12,9
(-)
(-)
1983
28 106 
14,3
(-)
(-)
1984
28 127
14,2
(-)
(-)
1985
30 061 
15,0
(-)
(-)
1986
28 606 
14,1
(-)
(-)
1987
30 985 
15,1
0,79
1,63
1988
32 464 
15,7
0,80
1,68
1989
31 921 
15,3
0,80
1,65
1990
32 122 
15,2
0,80
1,64
1991
31 053 
14,6
(-)
(-)
1992
28 098 
13,1
(-)
(-)
1993
26 543 
12,2
0,65
1,33
1994
27 146 
12,5
(-)
(-)
1995
27 460 
12,5
(-)
(-)
1996
26 245 
12,0
0,67
1,36
1997
27210
12,4
(-)
(-)
1998
27969
12,7
(-)
(-)
1999
27627
12,6
0,77
1,58

(-) No se dispone de la información.
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario demográfico de Cuba 1990-1999.

Con respecto al elevado número de abortos, se puede mencionar que "mientras que la tasa de fecundidad general para Cuba en el año 1990 era de 62,1 nacidos vivos por cada mil mujeres en edad fértil, la de abortos se estimaba en 60 por mil" (Alvarez.1992); siendo más complicado el problema cuando se conoce que la mayor parte de éstos se producen en edades jóvenes, siendo "aproximadamente 33,0% en menores de 20 años, de las cuales el 15,0% corresponde a menores de 18 años" (Alfonso.1996, p.66), situación que aumenta la complejidad de la situación demográfica de la capital dado su gradual proceso de envejecimiento poblacional. Como ha señalado M. Navarro,

"Del total de abortos realizados en Cuba en 1995(89 963) el 23,7 por ciento fueron en adolescentes(19 899), predominando en las mismas las mujeres comprendidas entre los 18 y los 19 años, más del 50,0 por ciento de las que decidieron interrumpir embarazos eran solteras, las cuales toman esa decisión ante la posible situación de pareja menos estable, economía familiar desequilibrada, así como que la mayoría eran estudiantes o tenían aspiraciones de continuar haciéndolo, a lo que se puede agregar la posible incidencia psicosocial en la decisión de asumir la condición de madre soltera" (Navarro.1998, p.3 - 4).
Analizando la información de 1998 para caracterizar la situación de la divorcialidad en la ciudad se tiene que la modal en la duración de la unión se ubica entre los 3 y 5 años, terminando el 71,0 por ciento de dichas uniones sin descendencia, predominando en el caso de estas mujeres, la "Inactividad" ya que el 53,0 por ciento de las mismas se dedicaban a los quehaceres del hogar (OTE.1999)

Del total de divorcios efectuados en 1998, el 19,0% de los mismos se constituían por mujeres que al casarse tenían entre 15 y 19 años y el 32.4 por ciento entre los 20 y los 24 años, edades en las que las aspiraciones personales de la mujer pudieran chocar con las responsabilidades del vínculo de pareja y contribuir a la toma de decisión en la disolución de la misma (OTE. 1999)

Sin embargo, se debe analizar también que la evolución de las variables demográficas hay que verlas en su interacción con otros factores socioeconómicos que han tenido un proceso de transformación profundo en el tiempo, por sólo citar algunos: La amplia cobertura del sector salud, donde se modela un nuevo método de atención primaria a la población sobre todo de carácter preventivo, basado en la extensión a todo el territorio del Plan del Médico de la Familia; un alto grado de escolarización de la población y una masiva incorporación de la mujer a la actividad productiva.

A propósito del planteamiento anterior se debe reflexionar con respecto a la futura evolución de la fecundidad capitalina si se tiene en cuenta la situación económica existente en Cuba desde el año 1990 y que pudiera extenderse en el tiempo ya que las familias pudieran inclinarse por posponer nacimientos, de los cuales muchos de ellos podrían perderse para siempre al avanzar la edad de las mujeres.

La mortalidad

Además de la fecundidad y sus implicaciones en el crecimiento natural es necesario conocer las tendencias de la mortalidad ya que este fenómeno demográfico reviste gran interés en dicho proceso, así como por la importancia que puede presentar para la salud pública al evaluar y establecer programas para mantener y mejorar el estado de salud de la población, también interesa el análisis socioeconómico, ya que permite identificar las diversas condiciones sociales que imperan en los diferentes territorios y grupos poblacionales.

En la capital, si se analizan los datos del período 1979-99 se evidencia que los valores de las tasas de mortalidad general han mantenido una tendencia creciente al igual que el comportamiento para el país; sin embargo, sus valores son superiores al promedio nacional, situación debida en gran medida al continuo proceso de envejecimiento de la población capitalina que lleva implícito el desgaste físico lógico de la edad y las secuelas de los sucesos ambientales ocurridos a lo largo de sus historias de vida (cuadro 4).

Para comprobar el efecto de la estructura por edades en la mortalidad capitalina, se realizó un ejercicio teórico en el cual se aplicó como patrón de menor mortalidad las Tasas Específicas de Mortalidad del país en 1994 a la estructura por edades de la capital en esa fecha, obteniéndose como resultado el hecho de que si Cuba tuviera una estructura etárea similar a la de La Habana, su tasa de mortalidad sería 1.13 veces mayor que la de ese año (7.2 vs 8.18), lo que comprueba el efecto de la estructura por edades en el comportamiento de la mortalidad capitalina.

No obstante, debe investigarse hasta qué punto puede estar influyendo la inmigración hacia la capital de residentes en edades avanzadas de otras provincias (buscando atención médica especializada) en el crecimiento de la tasa general de mortalidad (INSIE.1990).
 
 

Cuadro 4
Tasa de mortalidad general  (por mil). 
Cuba y La Habana(1979-99)
Años
La Habana
Cuba
1979
7.7
5.6
1980
7.5
5.7
1981
8.0
5.9
1982
7.5
5.8
1984
7.8
6.0
1985
8.4
6.4
1986
8.1
6.2
1987
8.3
6.3
1988
8.6
6.5
1989
8.4
6.4
1990
8.9
6.8
1991
8.7
6.7
1992
9.2
7.0
1993
9.4
7.2
1994
9.1
7.2
1995
9.0
6.3
1996
9.2
7.2
1997
8.8
7.0
1998
8.8
7.0
1999
8.8
7.1
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: ONE. Anuario demográfico de Cuba 1990-99


El componente migratorio en el crecimiento de la población de La Habana

A partir de la información del INSIE (op.cit) y de los anuarios demográficos de Cuba (1990-99) se pretende elaborar una caracterización de la evolución del comportamiento del proceso migratorio en la capital.

"Se estima en unas 358 mil personas el saldo migratorio interno de Ciudad de La Habana entre 1960 y 1990, compensando casi el saldo de migrantes externos de la capital, que fué de una 436 mil personas en igual período, siendo los años de mayor auge de las migraciones externas 1970 y 1980, cuando las tasas de saldo alcanzaron un valor de -16.2 y -40.3 por mil habitantes respectivamente. Los migrantes externos de los años 1971-89 representan el 52.7 por ciento de los saldos totales para cuba" (INSIE.1990).
El efecto de estos saldos migratorios externos sobre el crecimiento de la población de la capital se manifiesta en la disminución de los efectos de las migraciones internas a través del comportamiento de los saldos netos (migraciones internas menos externas) que en el período 1970-80 presentó valores que demostraron pérdida de población, con algunos de sus máximos valores en el año 1980, fecha en que se produjo éxodo de población a través de la ruta Mariel - Florida, y la "Crisis de Los Balseros" de agosto de 1994, en la que miles de cubanos emigraron hacia los Estados Unidos de Norteamérica en rústicas embarcaciones, crisis que provocó una tasa de saldo migratorio total de –7.0 por mil, a lo que se une la coincidencia de disminución del saldo migratorios interno entre 1997 y 1999 con la presencia de pérdidas de población que se representan con tasas de saldo migratorio de -6.6, -6.5 y –5.1 por mil respectivamente.

El promedio anual de los saldos migratorios internos de La Habana, fue disminuyendo en los diferentes períodos que median entre 1953 y 1993: 20 547 migrantes (1953-59), 14 144 (1960-70), 9 893 (1971-80), 11 746 migrantes promedio anual en el período 1981-90 y 12 746 migrantes en los años que median entre 1990 y 1993, entre 1994 y 1996 se produce un cambio en esta situación al ascender a 22 852 promedio anual, sobrepasando los valores de los períodos 1960-70 y 1971-80 con respecto al comportamiento anual de los saldos migratorios y por consiguiente de sus tasas promedios anuales (cuadro 5).
 
 
 

Cuadro 5
La Habana. Saldo migratorio y Tasa de saldo migratorio Interno(1981-1999)
Años
Saldo Migratorio
(uno)
Tasa de Saldo Migratorio
(por mil)
1981 
12 243
6,3
1982 
10 747
5,5
1983
11 334
5,8
1984
12 328
6,2
1985
12 281 
6,1
1986
12 524 
6,2
1987
11 219 
5,5
1988
10 980 
5,3
1989
10 469 
5,0
1990
13 338 
6,3
1991
14 458 
6,8
1992
12 268 
5,7
1993
10 921 
5,0
1994
16 541 
7,6
1995
28 103 
12,9
1996
23 913 
10,9
1997
- 4178
-1,9
1998
- 1436
-0,7
1999
3156
1,4
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario demográfico de Cuba 1990 - 1999.
Si se considera que la mayor tasa de saldo migratorio interno se había alcanzado en el año 1974 con 6.5 por mil (INSIE.1990), y que hasta 1994 no se había logrado sobrepasar este valor (a excepción de 1991), si se analiza el comportamiento del fenómeno migratorio hacia la capital entre 1994 y 1996 se puede asumir que en este lapso de tiempo se produce un boom migratorio producto de la crisis económica.

No obstante, se debe destacar el hecho de que si bien se producen períodos de disminución de los valores de las tasas de migración internas de la capital, si se examina con más detalle las cifras de aumento de su población por saldo migratorio interno de 1970 a 1996, la cantidad representa unas 332 557 personas, de los cuales el 67.2% corresponden al período 1981-96, procedente en su mayoría de las provincias orientales con el 43.4% y 47.0% en 1990 y 1996 respectivamente (ONE. 1996).

El presidente del Estado Cubano, Dr. Fidel Castro, ha expresado "es cierto que los problemas se nos han agravado con las inmigraciones" (Castro.1989), ya que "las provincias han llenado la Habana y complica la situación de la vivienda, el agua, de la electricidad (...) se han hecho decenas de miles de viviendas, se alivia, y vuelven a meterse los ilegales (...) no podemos permitir que la situación se agrave si no se pueden construir más viviendas que las personas que llegan" (Castro, 1995).

La anterior referencia al boom migratorio llevó a cuestionarse sobre la posibilidad de comenzar a referirse a los mismos problemas que aquejan a las grandes urbes latinoamericanas en Ciudad de La Habana, ya que si se toman en cuenta algunos de los resultados de la Encuesta Nacional de Migraciones Internas de 1996 (ENMI) se puede afirmar que la capital cubana se ha estado convirtiendo en una urbe de inmigrantes, tan es así que si "en 1977 el 40.7 por ciento del crecimiento poblacional se debía al saldo migratorio interno, ya en el período 1989-93 este representaba el 74.0 por ciento del mismo" (CEDEM. 1996, p.15),

A partir de esta situación se produce un hecho que marca una transformación radical en cuanto a la dinámica de los procesos migratorios más recientes hacia la ciudad:

El 22 de abril de 1997 se establece el Decreto–Ley 217 del Consejo de Ministros sobre las regulaciones migratorias internas para La Habana y sus contravenciones, el cual plantea la necesidad de establecer los requisitos que deben regir para garantizar condiciones mínimas de habitabilidad y el adecuado espacio habitacional de las personas que pretendan domiciliarse, residir o convivir con carácter permanente o trasladar su residencia hacia la capital, siendo los responsables de su ejecución las Direcciones Provinciales de Planificación Física y las Direcciones Municipales de Arquitectura y Urbanismo.

Ante la puesta en vigor de dicho decreto el 9 de mayo del propio año la respuesta de la dinámica migratoria no se hizo esperar con la presencia de saldos migratorios internos negativos entre 1997 y 1999 (cuadro 5), lo que unido a los valores de los saldos migratorios externos condicionaron disminuciones de población en este período.
 

Estructura por edades de la población

"El comportamiento diferenciado de las variables demográficas que actúan sobre la dinámica de la población capitalina (natalidad, mortalidad y migraciones) ha influido notablemente en la estructura por edades de dicha población". Así mientras en el período 1953-88 la población de Ciudad de La Habana menor de 15 años aumentó sólo 1.3 veces, el número de habitantes de 15-24 años casi se duplicó. En las edades de 25-54 años el aumento fue de 1.5 veces, pero a partir de los 55 años el incremento resultó superior (2.6 veces), fundamentalmente en las edades más avanzadas"  (INSIE.1990).

En el período 1990-95 el comportamiento se mantuvo muy parecido, con la diferencia de que el grupo de 55 años y más disminuyó algo su ritmo de crecimiento a 1.9 veces, siendo no obstante el grupo de edades que presenta los ritmos de crecimiento más altos (-3.7 veces el grupo de 15 a 24 años y 1.5 veces el de 25-54 años).

Lo anterior confirma que en La Habana se ha ido desarrollando un proceso de envejecimiento de su población que la ubica en el segundo lugar en el país, precedida de la provincia Villa Clara con el 16.4% de su población con más de 60 años, proceso que no es ajeno a lo que ocurre en Cuba (cuadro 6), a lo que se puede agregar el hecho de que si bien en 1981 la edad media de la población capitalina (32.9) era 5.9 años mayor que el promedio nacional (27.0) en 1970 y 6.8 mayor que en 1953 (26.1) "ya en 1996 este indicador aumentó a 36.7 años contra los 34.5 años de Cuba"(ONE-CEPD. 1996, p.56-58), con un comportamiento de su edad mediana que hace que el 50% de su población tenga más de 33 años contra los 31 años del país.

Según los resultados que arrojan estos indicadores, y teniendo en cuenta los postulados demográficos internacionales, ambas poblaciones presentan un serio proceso de envejecimiento, elemento que se torna más patente al analizar que si en Cuba, en 1999 había aproximadamente 46 personas de más de 65 años por cada 100 menores de 15 años, en el caso de La Habana esta situación aumenta a 59.3 personas de esas edades por cada 100 habitantes menores de 15 años, indicador que denota un incremento proporcional de la población de 65 años y más con respecto a los jóvenes(cuadro 6).

Este proceso de envejecimiento que va acompañado de la disminución del porcentaje de niños (por descenso de la natalidad) y adolescentes en la capital tiene y tendrá repercusiones en los servicios sociales así como en las actividades económicas, si se considera que "el tomar 60 años y más (o 65 y más) parte del criterio estadístico de que las personas con edades avanzadas se asocian con las enmarcadas en los sistemas de seguridad social, en las cuales éstas constituyen el inicio para el retiro de la actividad económica" (Alfonso. 1996, p.8), elementos que influyen desde el punto de vista social en la presencia de un paulatino envejecimiento de la población económicamente activa, la reducción cada vez mayor del tamaño medio de la familia y por consiguiente en los cambios a producir en la estructura social de la ciudad.
 
 

Cuadro 6
Indicadores de envejecimiento de la población. Cuba y La Habana
Indicadores
Cuba
La Habana
1990
1999
1970
1981
1990
1999
Proporción de personas en edad avanzada
(+ de 65 años)
8,76
9,91
7,7
9,3
10,6
11,84
Proporción de personas menores de 15 años
22,7
21,6
30,6
24,8
19,4
19,9
+ de 65/-15 años
38,6
45,9
25,0
37,0
54,6
59,3
Fuente : Elaborado por los autores a partir de: Anuario Demográfico de Cuba 1990 y 1999
Este proceso de envejecimiento de la población capitalina como se aborda más adelante, ha estado fuertemente influido por los niveles de descenso de la natalidad que se han dado a partir de la década del 70, "la cual se ha estabilizado en niveles bajos, provocando el incremento de la proporción de población de la tercera edad, situación que no debe cambiar ya que en Cuba, desde el año 1978 la fecundidad no alcanza el nivel de reemplazo, es decir, que cada pareja como promedio dejó menos de 2 hijos que los sustituyeran en su función reproductiva"(Alfonso. 1996, p.9).
 

Estructura por sexos

En la Ciudad de la Habana, a diferencia del comportamiento nacional, el índice de masculinidad presenta una preponderancia hacia el sexo femenino, fenómeno que se comienza a manifestar entre los años 40 y 50 con algunas variaciones en su intensidad en los períodos subsiguientes pero con una tendencia total al descenso (cuadro 7).
 
 

Cuadro 7
Indice de Masculinidad. Cuba y La Habana. Años seleccionados(%)

Años
 
 

1931
 

1943
 

1953
 

1970
 

1981
 

1985
 

1990
 

1995
 

1999

Cuba*
 
 

1,13
 

1,09
 

1,05
 

1,05
 

1,02
 

1,01
 

1,01
 

1,0
 

0,90

La Habana**
 
 

1,05
 

1,01
 

0,94
 

0,95
 

0,92
 

0,91
 

0,92
 

0,90
 

0,90
(*) Elaborado por los autores a partir de los datos del anuario demográfico de Cuba 1990, 1995 y 1999. (**) Construidos a partir de INSIE (op.cit), el período 1990-99 se elaboró a partir del Anuario demográfico de Cuba 1994, 1995 y 1999.


El índice de masculinidad presenta un comportamiento descendente de la proporción de hombres sobre mujeres en la medida que aumenta la edad de la población, dado fundamentalmente por la influencia de la sobremortalidad masculina; si se analiza como se comporta esta situación para La Habana y sus municipios se pueden plantear que éste también es un fiel reflejo del proceso de envejecimiento de la población capitalina, así como de la influencia de los procesos migratorios hacia la misma, ya que según los resultados de la ENMI, "si en 1989-91 el índice de migración de los inmigrantes era de 85.7 por ciento, ya en 1992 su comportamiento era del 65.8 por ciento" (CEDEM. 1996, p.19)

En La Habana el descenso de la masculinidad comienza en el grupo de edades 20-24 años al parecer por la influencia de la sobremortalidad masculina, la preponderancia del sexo femenino en las migraciones internas y "la salida del país de un mayor número de varones que de hembras en las edades intermedias adultas"(CEE-ONE. 1984, p.LX). Presentándose la situación algo parecida por municipios pero con algunas diferencias.

Estos elementos permiten concluir que la situación demográfica actual y perspectiva de la capital apunta a dos fenómenos previsibles e inevitables: El muy reducido crecimiento poblacional y el envejecimiento acelerado de la estructura etárea. El primero, consecuencia inmediata de una fecundidad muy baja, puede ser a corto plazo favorable, dadas las condiciones socioeconómicas actuales, mientras que el segundo, por sus implicaciones en todas las esferas del quehacer humano (económico, político, social, demográficos, etc.) hacen necesario conocer sus causas y consecuencias como medio eficaz de búsqueda de soluciones a las implicaciones que de él se derivan, como pudiera ser el costo emocional que implica para los ancianos verse sin su compañero(a) de toda la vida o al menos de sus últimos años.
 

Evolución de las variables demográficas por municipios

La población y su distribución espacial

En el caso de La Habana, con la nueva división político-administrativa se delimitan 15 municipios, que para los efectos del presente análisis, y teniendo en cuenta la clasificación de la Encuesta Nacional de Migraciones Internas (CEDEM.1996) se subdividen en centrales (Centro Habana, Habana Vieja, Regla, Cerro, Diez de Octubre y, Plaza de la Revolución) y en periféricos (Playa, Habana del Este, Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Marianao, La Lisa, Boyeros, Arroyo Naranjo y Cotorro)

Estos municipios, de por sí, teniendo en cuenta su extensión superficial introducen heterogeneidad en el marco de la ciudad, ya que coexisten municipios de pequeño tamaño como Centro Habana con 3.423 Km2 y de mayor dimensión como Habana del Este con 141.91 Km2, lo cual se hace todavía más evidente cuando se analizan los volúmenes de población al producir densidades de población según superficie residencial diferenciadas, así como la heterogeneidad en el poblamiento (cuadro 8).

"Se presentan desigualdades en el marco provincial desde que se observa también la presencia de municipios con altas densidades de población y totalmente urbanizados y otros, donde se incluyen áreas rurales o semirurales pero con estrechas relaciones con la ciudad central, todo esto como consecuencia de la diferenciada historia de asimilación económica y el consecuente proceso histórico de asentamiento y desarrollo del poblamiento"(Montano.1995)

 
Cuadro 8
Población y densidad residencial por municipios
 

Municipio
Población
1997
(miles)
Tasa media anual de crecimiento
1997
(%)
Superficie municipal

(%)

Superficie residencial

(%)

Densidad de población según superficie residencial
Provincia
2 193,3
-0,3
100,0
(-)
(-)
Habana del Este
182,3
0,4
19,7
21,4
5 833
Boyeros
183,7
0,5
18,0
35,6
3 879
Guanabacoa
106,7
0,7
17,9
10,6
7 629
Arroyo Naranjo
198,1
0,6
11,4
34,2
6 897
Cotorro
74,1
1,2
9,0
16,1
6 722
La Lisa
124,2
0,5
5,1
43,8
7 533
Playa
184,7
-1,2
5,0
78,5
6 871
San Miguel del Padrón
155,2
0,2
3,5
49,4
12 359
Marianao
137,9
-0,2
2,9
49,0
12 988
Diez de Octubre
237,5
-1,2
1,7
88,6
22 013
Plaza de la Revolución
173,2
0,8
1,6
83,9
16 501
Cerro
136,9
-0,8
1,4
84,8
15 859
Regla
43,2
2,4
1,3
53,0
7 797
Habana Vieja
97,9
-3,0
0,6
85,8
27 461
Centro Habana
157,8
-2,9
0,5
93,1
47 825

Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario demográfico de Ciudad de La Habana 1997 y Catastro Nacional.

Estas desigualdades intermunicipales e intramunicipales hace que se produzca un verdadero mosaico en la distribución territorial de la ciudad; al respecto y haciendo referencia a los municipios periféricos Montano establece una caracterización basándose en la estructura de su sistema de asentamientos:

1- Municipios cuyos núcleos fundamentales de poblamiento están constituidos por áreas urbanizadas centrales claramente identificables y unidas a la ciudad a través de vías de importancia regional y nacional (Rancho Boyeros y Carretera Central) y una franja de asentamientos de base tanto urbanos como rurales: Boyeros y Cotorro.

2- Municipios donde el núcleo fundamental de poblamiento está constituido por antiguos asentamientos asimilados por el proceso de expansión de la ciudad, aunque constituyeron municipios independientes de aquella en el seno del área metropolitana: Guanabacoa, Marianao, La Lisa y Arroyo Naranjo.

3- Municipios en que el poblamiento urbano fundamental se distribuye a lo largo de ejes viales y está conformado por barrios, repartos y antiguos asentamientos: San Miguel del Padrón y Habana del Este.

Del análisis de la información contenida en el cuadro anterior se infiere que el comportamiento en cuanto al número de población no es homogéneo en los municipios que conforman la capital, presentándose municipios con más de 200 000 habitantes como es el caso de Diez de Octubre y de menos de 50 000 como en Regla, existiendo como regularidad espacial el hecho de que los municipios más populosos se ubican hacia el oeste y sudoeste de la bahía de La Habana y del casco histórico(municipio Habana Vieja), lo cual responde en gran medida a la dirección del propio proceso histórico de crecimiento espacial de la ciudad.

Por supuesto, existen diferencias con relación a los volúmenes de población intraprovincial, pero no son menos importantes las variaciones temporales que se han ido produciendo en el monto de sus habitantes.

En el período 1970-81 se producen transformaciones en cuanto al comportamiento de las labores constructivas de viviendas en municipios de la periferia, así como de desconcentración poblacional en los centrales, elementos que marcan pautas en el comportamiento poblacional de los diferentes territorios en los períodos subsiguientes, elemento que condiciona que si se fuera a establecer una generalización del comportamiento municipal según la población entre 1981 y 1995 se podrían citar las siguientes regularidades o tendencias:

Pudiéndose explicar el comportamiento de los municipios centrales por la aplicación de medidas para regular su crecimiento poblacional, unido a la escasez de espacio para desarrollar la superficie residencial y, ¿por qué no?, la pérdida de capacidad de alojamiento por las condiciones de deterioro del fondo habitacional, condiciones presentes fundamentalmente en Habana Vieja y que pudieran estar incidiendo también en Centro Habana, a lo que se une las directrices en el desarrollo del poblamiento hacia los municipios periféricos.

Asociado también a la dirección del proceso de crecimiento espacial de la ciudad se encuentran los valores de densidad de población según superficie residencial

El hecho de que este proceso histórico de asentamiento y desarrollo del poblamiento haya incluido tanto la anexión de diferentes poblados preexistentes y el surgimiento de un gran número de repartos o parcelaciones con viviendas individuales, concebidas en muchos casos como urbanizaciones aisladas entre sí, como la existencia de un poblamiento no compacto en la periferia de la provincia hace que los municipios que la abarcan presenten situaciones diferenciadas en cuanto al comportamiento de su densidad residencial (cuadro 8), situación que se hace patente al analizar como en los municipios periféricos (Habana del Este, San Miguel del Padrón, Marianao, La lisa, Arroyo Naranjo, Cotorro, Guanabacoa y Boyeros) se concentran un total de 3378 viviendas dispersas (Montano.1995) y un total de 14 107 habitantes que no residen en la mancha urbana.

Así, Marianao concentra 697 viviendas dispersas, Guanabacoa 551, Boyeros 549, Habana del Este 488, Cotorro 458, La Lisa 307, San Miguel del Padrón 236 y Arroyo Naranjo 92.  Situación a la que se debe agregar que Guanabacoa ostenta 12 asentamientos rurales mayores de 200 habitantes, Boyeros 4 y 21 menores de 200 habitantes. Arroyo Naranjo posee 2 agrupaciones humanas de más de 200 habitantes y 21 menores, así mismo, Cotorro presenta 5 asentamientos menores de 200 habitantes, San Miguel del Padrón 2 y La Habana del Este 4 de este tipo (Montano.1995).
 

Natalidad

Teniendo en cuenta que desde la década del 80 no se han producido cambios de consideración en el comportamiento numérico de las tasas de natalidad al nivel de municipios, se consideran períodos quinquenales para analizar la evolución espacio-temporal de sus valores.

En el período 1981-85 se consideran muy bajos los valores generales de la natalidad (excepto San Miguel del Padrón en 1985 con 17.4 por mil), aunque se observa una tendencia general al ascenso de sus valores (cuadro 9), presentándose valores por encima del comportamiento provincial en 8 municipios en 1981 y en igual número de territorios en 1985.
 
 

Cuadro 9
Tasa de natalidad(por mil). Años seleccionados 
Municipios
1977
1981
1985
1990
1995
Playa
10,1
10,4
14,5
14,5
11,6
Plaza de la Revolución
12,1
10,6
12,2
13,2
10,8
Centro Habana
12,8
9,6
14,7
13,8
11,2
Habana Vieja
15,5
10,9
15,1
15,7
11,3
Regla
11,1
10,3
14,9
14,7
12,4
Habana del Este
14,1
11,6
14,2
14,9
12,3
Guanabacoa
18,2
11,3
15,1
17,1
12,7
San Miguel del Padrón
12,5
12,5
17,4
17,4
13,5
Diez de Octubre
12,4
9,3
13,8
13,7
10,7
Cerro
10,5
10,2
14,5
14,7
10,7
Marianao
21,2
11,6
15,7
14,6
12,8
La Lisa
13,0
12,2
16,5
15,3
13,4
Boyeros
14,6
11,6
15,1
17,4
13,8
Arroyo Naranjo
14,7
12,9
16,9
16,7
14,4
Cotorro
15,0
11,7
15,6
16,9
14,2
Total
13,8
11,0
15,0
15,2
12,5
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario Demográfico de Cuba 1990-95


Ya en 1990 se produce un nuevo aumento de la natalidad (aunque sigue con tendencia muy baja) para ese año, que continúa con un brusco descenso de las mismas hasta 1995, al parecer motivados por la situación de crisis económica que se acentúa a partir de 1990, así, si en 1990 tres municipios presentaban bajas tasas de natalidad (Boyeros, San Miguel del Padrón y Guanabacoa) y otros una tendencia bastante cercana al valor límite como Cotorro (16.9 por ciento.) y Arroyo Naranjo (16.7 por ciento.) ya en 1995 no se produce esa situación, quedando clasificadas todas como muy bajas.

En este proceso de descenso de la natalidad en el período 1990-95 deben señalarse como regularidades la presencia de relativamente mayores valores de sus tasas en los municipios periféricos Arroyo Naranjo, Cotorro, Boyeros, San Miguel del Padrón y Guanabacoa, así como que 3 de ellos (Boyeros, Arroyo Naranjo y Cotorro) son los que más contribuyen a la natalidad provincial al superar en todo momento la media provincial, sucediendo todo lo contrario en los centrales (Plaza de la Revolución, Centro Habana, Cerro, Habana Vieja y Diez de Octubre) donde se aprecian sus menores valores. Las diferencias, al parecer marcadas por las desigualdades existentes entre centro y periferia en cuanto a grado de urbanización, condiciones de vida urbana, densidad poblacional y juventud de la estructura de edades de los migrantes.

Elemento que se corrobora en los casos de Centro Habana y Habana Vieja por su coincidencia espacial con la presencia de "altos niveles de riesgo social por las proporciones de aborto por cada 100 nacimientos, las peores condiciones de la vivienda, las mayores proporciones de personas residiendo en condiciones extremas de hacinamiento y mayor proporción de desvinculados laboralmente" (González.2000).
 

Mortalidad

En el análisis de la evolución de la mortalidad en el ámbito municipal se debe destacar la coincidencia evolutiva al aumento en el período 1977-95 (cuadro 10) en 10 de los 15 municipios (Playa, Plaza de la Revolución, Habana Vieja, Habana del Este, San Miguel del Padrón, Diez de Octubre, La Lisa, Boyeros y Cotorro)
 
 

Cuadro 10
Tasa de mortalidad(por mil). Años seleccionados 
Municipios
1977
1981
1985
1990
1995
Playa
4,5
6,8
7,4
8,0
8,6
Plaza de la Revolución
7,6
9,5
8,8
9,5
9,5
Centro Habana
14,2
11,0
11,2
11,5
10,7
Habana Vieja
4,1
8,3
9,0
9,5
9,1
Regla
7,3
6,6
8,7
9,3
9,8
Habana del Este
3,7
4,0
4,3
5,1
5,4
Guanabacoa
10,4
8,7
8,5
8,6
8,7
San Miguel del Padrón
4,8
6,6
7,4
7,9
8,2
Diez de Octubre
10,.3
10,4
10,1
11,5
10,9
Cerro
7,9
9,5
10,1
11,3
10,6
Marianao
12,7
8,6
8,2
9,7
9,2
La Lisa
3,4
4,9
5,8
6,8
7,3
Boyeros
6,3
6,1
6,3
6,9
6,7
Arroyo Naranjo
5,6
6,9
7,1
8,2
8,4
Cotorro
6,8
5,9
6,3
7,0
7,4
Total
6,1
8,0
8,4
8,9
9,0
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario Demográfico de Cuba 1990-95


Coincidiendo los casos de Plaza de la Revolución y Diez de Octubre con la presencia de comportamientos superiores a la media provincial durante todo el período, sumándosele Centro Habana, Cerro, Marianao, Guanabacoa y Regla, municipios no periféricos (con la excepción de Guanabacoa) que presentan estrecha vinculación con sus niveles de envejecimiento poblacional (cuadro 12), situación diferenciada con los municipios periféricos, al parecer por la incidencia en la conformación de la estructura etárea de los flujos migratorios.

Con el objetivo de evaluar la incidencia de elementos socioambientales en la evolución de la tasa bruta de mortalidad se aplica la tasa tipificada, eliminando el efecto de la estructura de edades.

Así, se presentan con altos niveles de criticidad a pesar de eliminar los efectos de la edad los casos de Arroyo Naranjo, Cerro, Marianao, La Lisa, Centro Habana, Habana Vieja y Diez de Octubre, pudiendo estar incidiendo en los mismos el hecho de que los cuatro primeros presenten valores entre el 20.0 y el 28.0 por ciento de su población económicamente activa trabajando en la industria y la construcción, actividades que están asociadas a fuertes cargas físicas y de peligrosidad, que entre el 3.34 y el 4.0 por ciento de su población de 15 a 64 años no hayan terminado la educación primaria y que se encuentren entre los más críticos con respecto a las condiciones de hacinamiento en que residen sus moradores (González.2000).
 

Migraciones

De manera similar al comportamiento provincial, en el período 1985-95 se revelan ascensos continuos de los saldos migratorios para el conjunto de los municipios componentes, aunque con sus lógicas diferencias, marcadas por el emplazamiento geográfico de las actividades productivas y los servicios, así como por las condiciones de trabajo y vida de la población.

De tal forma, en el período 1985-90 se destacan por sus volúmenes de ganancia neta poblacional  (más de mil habitantes por año) y su rápido ascenso numérico los municipios periféricos Boyeros, Arroyo Naranjo y Habana del Este, así como Plaza de la Revolución en la zona central.

Entre 1990 y 1995 se revela una etapa de incremento continuo de los valores de saldo migratorio interno, con ganancias netas de 1000 a 3000 personas y las mayores tasas de saldo migratorio, destacándose nuevamente los territorios anteriormente descritos, a los que se unen Habana Vieja, Centro Habana y Playa (cuadro 11)
 
 

Cuadro 11
Tasa de saldo migratorio interno. 
Promedio del comportamiento(1990-95)
Municipio
Tasa (x 1000)
Habana Vieja
15,35
Habana del Este
13,20
Boyeros
12,21
Cotorro
12,01
Playa
10,74
Cerro
9,70
Marianao
9,27
Arroyo Naranjo
9,25
La Lisa
9,23
Plaza de la Revolución
8,90
Centro Habana
8,45
San Miguel del Padrón
8,32
Guanabacoa
8,24
Regla
6,13
Diez de Octubre
5,11
Fuente: Elaborado por los autores a partir de: Anuario demográfico de Cuba 1990-95.


Se debe tener en cuenta como posibles condicionantes el hecho de que Boyeros, Plaza de la Revolución, Habana Vieja y Playa se encuentren entre los municipios que mayor nivel de empleo ofrecen, así como la mayor disponibilidad de empleos en la categoría obrero, tanto industrial como agropecuario en los municipios periféricos Habana del Este, Boyeros, y Arroyo Naranjo, territorios de por sí extensos y con alternancias de espacios rurales y urbanos (González.2000, p.64-65).

Debiéndose considerar también en los casos de Playa y Plaza de la Revolución las múltiples opciones de empleo existentes en la actividad turística, construcción inmobiliaria y en las empresas de capital extranjero o mixto. Las cuales, en su etapa de creación de infraestructura generan una gran demanda de trabajadores para el desarrollo de las actividades constructivas.

Con relación al efecto del empleo en las actividades agropecuarias, aunque no existe una diferencia marcada en cuanto a la preferencia del asentamiento en el centro o la periferia según niveles de asentamientos de residencia anterior, si debe destacarse los 32.8 miles de personas procedentes de asentamientos rurales que se asientan en los municipios periféricos, contrario a los 19 300 que se ubican en los centrales, debiéndose suponer las preferencias por los espacios menos urbanizados de la capital, como forma de mantener en parte sus condiciones y calidad de vida anterior (González. 2000, p. 66)

A lo anterior se une el hecho que de los 22 700 inmigrantes procedentes de asentamientos rurales menores de 200 habitantes y dispersos, 14 500 prefirieron asentarse en los municipios periféricos (ibid.)

Como se planteó en la caracterización de la problemática provincial, a partir de la implementación del Decreto - Ley 217 se produce un cambio en la situación migratoria, al presentarse ya en 1997 en 12 de los 15 municipios saldos migratorios internos negativos (OTE.1997), siendo los casos más relevantes en cuanto a volumen de pérdida(más de 500 personas) Playa, Centro Habana, Boyeros, Habana Vieja y San Miguel del Padrón.
 

Estructura de la población
 

Estructura por edades

El análisis de los indicadores para los diferentes municipios que conforman la provincia según los patrones del coeficiente de envejecimiento de Sauvy dan cuenta de un comportamiento diferenciado de sus niveles de criticidad a escala jurisdiccional, siendo las entidades que clasifican como muy envejecidas Diez de Octubre, Plaza de la Revolución, Centro Habana(considerados entre los más envejecidos del país), Cerro, Marianao y Playa, comportamiento que se manifiesta desde el año 1970.
 
 

Cuadro 12
Indicadores de envejecimiento poblacional por municipios
Municipios
Proporción de personas en edad avanzada
Proporción de menores de 15 años
+65 / -15

(%)

1990
1998
1990
1998
1990
1998
Playa
11,0
12,3
18,0
19,1
61,1
64,6
Plaza de la Revolución
12,4
14,5
15,9
16,7
78,1
87,0
Centro Habana
13,2
14,5
17,4
18,2
76,0
79,4
Habana Vieja
11,4
12,2
19,0
19,7
60,0
61,9
Regla
11,3
11,7
19,6
20,9
58,0
55,9
Habana del Este
5,9
7,8
20,8
20,2
28,1
38,5
Guanabacoa
10,3
11,1
20,3
21,5
51,0
51,7
San Miguel del Padrón
9,8
10,8
21,8
22,3
45,0
48,4
Diez de Octubre
13,9
15,0
17,5
18,2
79,3
82,3
Cerro
12,5
13,5
18,4
19,1
68,0
70,6
Marianao
10,8
11,9
19,7
20,2
55,0
59,0
La Lisa
8,0
9,2
21,5
21,5
37,1
42,8
Boyeros
8,0
9,2
20,8
21,7
39,0
42,4
Arroyo Naranjo
9,3
9,9
21,7
22,2
43,0
44,7
Cotorro
8,4
9,4
21,6
22,4
40,0
42,0

Fuente : Elaborado por los autores a partir de: Anuario Demográfico de Cuba 1990 y 1998.

Utilizando una tipología similar a la elaborada por el Centro Latinoamericano de Demografía(CELADE) para clasificar a los países de la región, pero con ligeras variaciones en los rangos de valores del grado de envejecimiento, Marín(Marín.1997, p.135) ofrece una serie de cifras e indicadores sobre envejecimiento al nivel de municipios en Cuba para 1996 que permite apreciar la magnitud del fenómeno en La Habana y por supuesto en sus municipios componentes,

Así, el grupo III (15.0 por ciento y más de población mayor de 60 años) se conforma por 29 municipios del país, incluyéndose 8 capitalinos (Regla, Habana Vieja, Marianao, Playa, Cerro, Centro Habana, Plaza de la Revolución y Diez de Octubre), los cuales presentan los valores extremos de la relación población mayor de 60 años con respecto a los menores de 15 años, lo que significa que en Centro Habana (1.013), Plaza de la Revolución (1.136) y Diez de Octubre (1.045) se presente la situación de que por cada menor de 15 años hay una persona mayor de 60 años, lo que implica que en teoría existe la probabilidad de que cada menor de 15 años tenga al menos un abuelo vivo.

Se ha planteado con anterioridad que el comportamiento de la natalidad es uno de los principales causantes del proceso de envejecimiento, elemento que se corrobora a escala territorial al presentarse la regularidad de que aquellos municipios más envejecidos coinciden con los que presentan valores de nacimientos extremadamente bajos, así como que aquellos donde es relativamente menor el envejecimiento la natalidad se manifiesta relativamente superior como en los casos de Arroyo Naranjo, Cotorro, Boyeros y San Miguel del Padrón.

Por otra parte, si bien el aumento de las expectativas de vida al nacer han contribuido en gran medida a la reducción de la mortalidad general y a la probabilidad de que existan mayor cantidad de personas de la tercera edad, no es menos cierto que al aumentar la misma, las probabilidades de morir se tornan mayores, situación que se corrobora en Diez de Octubre, Centro Habana, Cerro y Plaza de la Revolución que son los municipios más envejecidos de la capital y que presentan a su vez las más altas tasas de mortalidad general, las cuales son superiores al promedio provincial.

Estructura por sexos

La Habana, en su calidad de centro político–administrativo nacional, ha sido tradicionalmente receptora de migrantes provenientes de otras zonas del país, proceso que muestra una marcada diferenciación por sexos favorable al femenino, lo cual ha creado un efecto acumulativo a través de los años que ha redundado en la presencia de una mayor cantidad de mujeres que de hombres en la ciudad y diferenciada por municipios, a lo que se une el efecto de la sobremortalidad masculina que se acentúa con la edad.

De forma general a partir de 1970 se produce un descenso paulatino de los valores municipales del índice de masculinidad, tan es así que si en 1970 Habana del este, Boyeros, Cotorro, La Lisa, Guanabacoa y Regla presentaban valores superiores al 100 por ciento ya en años posteriores esta tendencia desaparece (cuadro 13).

Como conclusión se puede señalar que al descenso de los valores del índice de masculinidad en el tiempo, se une la presencia de una mayor proporción de mujeres en los municipios centrales (Plaza de la Revolución, Centro Habana, Diez de Octubre, Cerro y Habana Vieja) que en los periféricos, dados a nuestro entender por el efecto combinado del proceso de envejecimiento poblacional (y por ende una mayor tendencia a la sobremortalidad masculina), y las posiciones con respecto al saldo migratorio externo e interno, como se analizará a continuación sobre la base de información del año 1995.
 
 

Cuadro 13
Indice de Masculinidad(%). 1970 – 1998
Municipios
1970
1981
1990
1995
1998
Playa 
0,92
0,89
0,89
0,89
0,88
Plaza de la Revolución
0,90
0,86
0,86
0,85
0,84
Centro Habana
0,92
0,86
0,87
0,87
0,87
Habana Vieja
0,98
0,91
0,90
0,91
0,90
Regla
1,01
0,95
0,96
0,96
0,92
Habana del Este
1,02
0,99
0,97
0,97
0,94
Guanabacoa
1,00
0,96
0,96
0,96
0,94
San Miguel del Padrón
0,99
0,94
0,95
0,95
0,92
Diez de Octubre
0,91
0,87
0,87
0,87
0,87
Cerro
0,95
0,89
0,89
0,89
0,88
Marianao
0,94
0,92
0,92
0,92
0,91
La Lisa
1,01
0,99
0,97
0,96
0,95
Boyeros
1,01
0,99
0,97
0,97
0,95
Arroyo Naranjo
0,99
0,96
0,95
0,95
0,93
Cotorro
1,02
0,98
0,99
0,99
0,97
Fuente: 1970 elaborado por los autores a partir de: Juceplan-DCE. Estimados de la población residente de la nueva D.P.A, 6 de septiembre de 1970,La Habana.1976
1981 a partir de CEE-ONE. Censo de población y viviendas, 1981. Provincia de Ciudad de la Habana, vol.III. La Habana.1984
1990, 1996 y 1998 a partir de los correspondientes anuarios demográficos.


Plaza de la Revolución: Efecto combinado de la sobremortalidad masculina al ser el municipio más envejecido en 1995 con su aporte al saldo migratorio externo y su posición como receptor en el saldo migratorio interno.

Centro Habana: Es el municipio de mayor saldo migratorio interno, encontrándose entre los 3 municipios más envejecidos y los que más aportan al exterior.

Diez de Octubre: Efecto combinado del envejecimiento poblacional, crecimiento natural negativo y los efectos de la recepción de migrantes internos.

Playa: Es el municipio que mayor número de migrantes aporta al saldo migratorio externo, a lo que se une su envejecimiento poblacional(5to lugar provincial) y su posición en la recepción de migrantes.

Cerro: Este municipio se encuentra entre los más envejecidos de la ciudad y del país, razón por la que sus valores de mortalidad no permiten que el crecimiento natural influya en la estructura por edades(mueren más personas que las que nacen).

Como resumen al análisis de la estructura por sexos se debe plantear el efecto diferenciado del mismo según grupos de edades, así, el descenso de la masculinidad a edades más tempranas (15-19 años) se produce en los municipios Habana Vieja y Cerro, presentándose un comportamiento similar al contexto provincial (20-24 años) en Plaza de la Revolución, Boyeros, Marianao y La Lisa, y a edades más tardías en los municipios Playa, Centro Habana, San Miguel del Padrón, Arroyo Naranjo y Cotorro (25-29 años) y en el grupo 30-34 años en Regla, Habana del Este, Guanabacoa y Diez de Octubre.
 

Conclusiones

En general, se puede señalar que la capital cubana está presentando una evolución de sus variables demográficas que es necesario seguir observando, ya que del comportamiento de éstas dependen en gran medida las estrategias a desarrollar en el proceso de ordenamiento territorial y de satisfacción de las necesidades cada vez más crecientes de su población.

Los elementos demográficos que más han incidido en la evolución de la dinámica del crecimiento poblacional pueden sintetizarse en el accionar de las bajas tasas de natalidad, la estructura cada vez más envejecida de su población, el efecto de las migraciones externas y, en los últimos años, de las migraciones internas.

El comportamiento diferenciado de las variables demográficas que actúan sobre la dinámica de la población también han incidido en su estructura por sexos y edades, lo cual confirma la presencia de bajos índices de masculinidad y un fuerte proceso de envejecimiento.

Las migraciones internas a través de la historia han desempeñado un papel compensatorio en el crecimiento poblacional, dados los efectos negativos de los valores de las migraciones hacia el exterior y la baja natalidad.

Existe un comportamiento diferenciado de las variables demográficas entre los diferentes municipios componentes de la provincia, pudiéndose en muchos casos señalar las diferencias marcadas entre el centro y la periferia.
 
 

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