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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VII, núm. 146(105), 1 de agosto de 2003

ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y VIVIENDAS PARA PERSONAS MAYORES EN GÉNOVA, ITALIA

Alberto Capacci
Stefania Mangano
Università degli Studi di Genova, Italia


Envejecimiento de la población y viviendas para personas mayores en Génova (Italia) (Resumen)

Génova es la ciudad italiana que registra el mayor numero de ancianos. El porcentaje de población con más de setenta y cinco años es hoy cercana al 25 por ciento del total. Además aproximadamente el 20 por ciento de los mayores de setenta y cinco años vive en condiciones parciales o totales de no autosuficiencia. Muy elevado es también el número de ancianos que viven solos. Esto determina y determinará aún más en el futuro próximo la exigencia de viviendas especificas que conlleven a una mejora de la calidad de la vida. Esta exigencia tendrá también que adecuares a la demanda en términos de distribución territorial de manera que al anciano le sea dada la oportunidad de continuar viviendo en el barrio donde ha pasado la mayor parte de su vida.

Palabras clave: envejecimiento, Génova, viviendas para personas mayores.

Ageing population and residences for elder in Genoa, Italia (Abstract)

Genoa is the Italian city with the highest number of elder people. In fact, nearly 25% of the population is over 65 year-old and nearly 20% of it is not in condition of living by themselves. Furthermore, the number of elder people who lives alone is also very high. This situation determines and will determine much more in the next future a strong demand for specific residential structures, in order to improve their quality of life. However, that need might be also proportionate to the demand in terms of territorial distribution so as not to move elder people away from the quarters where they have lived for years.

Key words: Ageing population, Genoa, residences for elder people.

Génova es, entre todas las ciudades italianas la que tiene una cuota más elevada de personas ancianas. Un genovés de cada cuatro supera de hecho los sesenta y cinco años así como uno de cada veinte supera los ochenta[1]. No se trata de un caso particular, porque la ciudad representa el tope de una situación generalizada que desde hace unas décadas domina el cuadro demográfico de la mayoría de los países de Europa occidental. Sin tener en cuenta las numerosas evaluaciones estadísticas que podrían hacerse y que son bien conocidas, aquí es suficiente una consideración.

La sociedad moderna se enfrenta a una situación y unos comportamientos demográficos nuevos que tienen numerosos efectos y que inducen a la reinterpretación de varios parámetros sociales. Entre otros el del así llamado concepto de umbral es decir el limite de edad que tiene que ser identificado como termino de referencia relativo. Y también aquello relacionado con la adecuación de las viviendas frente a cambios tan radicales. O bien cuanto y como estructuras complejas, como las ciudades, tienen adecuarse a una alteración significativa de su tejido demográfico social.

La vejez es un concepto extenso y de difícil definición. A nivel individual es posible definir el anciano de muchas manera, a nivel colectivo se puede hablar de envejecimiento de la población desde abajo (a causa de la reducción de la fecundidad) y desde arriba (a causa de la reducción de la mortalidad en edad avanzada). Un posible anillo de conjunción podría ser el umbral, pero este parámetro (convencionalmente fijado en 60 o 65 años) no tendría que ser entendido como limite para individuar, tout court, la entrada a la vejez sino, como ya se ha anotado, como termino de referencia relativo.

Los avances de las ciencias medicas, así como en general la mejora de la realidad socioeconómica, han en un cierto sentido prolongado la vida y anulado relativamente la edad de la vejez y de la decadencia física. Al mismo tiempo al establecerse una escala de valores diferentes se han transformado la concepción tradicional, el significado y el mismo valor sociocultural del envejecimiento. Para la sociedad contemporánea el anciano tiene menos valor que un individuo en edad activa: al termino de la actividad laboral corresponde también una disminución de la importancia de su rol social.

El primer paso útil para establecer un anillo de conjunción puede por lo tanto ser, pasar de una análisis estático de la vejez como condición global a un análisis dinámico de los procesos del envejecimiento, es por ello que a algunos demógrafos les ha parecido más racional fijar el umbral de la vejez no solo en función de la vida transcurrida después del nacimiento, sino en función de la vida residual, es decir del numero de años que en media un individuo puede esperar vivir (Golini, Mussino y Savioli, 2000).

Según este criterio, considerando por ejemplo diez el número de años que todavía una persona tiene que vivir, el umbral se ha movido continuamente por delante: esta edad era de hecho sesenta y cinco (para los dos sexos) al comienzo del siglo veinte, para pasar hoy a setenta años para los hombres y a setenta y siete para las mujeres. Pero la simple referencia al riesgo de muerte no es suficiente para definir exhaustivamente el fenómeno. No se puede olvidar que según otras visiones seria necesario considerar el individuo anciano no en relación al número de años que le quedan, sino en relación al numero de aquellos que se puede esperar vivir con buena salud.

Como ya se ha dicho, el gran cambio en términos de envejecimiento en Europa se ha registrado en particular en las ultimas cincos décadas del siglo pasado. En Italia los ancianos que en 1950 no llegaban a los 6.000.0000 se han casi duplicado. El cuadro demográfico del país se ha alterado sensiblemente y se ha registrado un cambio numérico jóvenes-viejos: a tres jóvenes por cada anciano de 1950 corresponden hoy aproximadamente dos jóvenes por cada tres ancianos.

De particular relieve, por sus innegables consecuencias, el aumento de la población más que octogenaria que en el mismo periodo se ha cuadruplicado para registrar una duplicación ulterior (según razonables proyecciones estadísticas) en los próximos veinte años. El fenómeno es bastante generalizado aunque la variabilidad entre provincia y provincia y entre zonas especificas dentro de las mismas provincias es en algunos casos mucho más amplia (Golini, Mussino y Savioli, 2000).  El envejecimiento por ejemplo resulta concentrado por un lado en los pequeños y más que pequeños municipios, sobre todo de montaña, y por otro en las grandes ciudades donde el fenómeno se ha manifestado de manera particularmente rápida y intensa. En los últimos treinta años el índice de vejez se ha más que duplicado en la ciudades como Génova o Florencia mientras que se ha casi cuadruplicado en Bolonia.

El cuadro genovés

Desde más de treinta años, exactamente desde 1966, la población genovesa ha empezado a disminuir. Del máximo histórico registrado en 1965 (848.000 residentes) se ha pasado a los actuales 632.000: se trata de una disminución de más de 200.000 habitantes (Comune di Genova, 2002). Es decir que en treinta y siete años la ciudad ha perdido un cuarto de su población. 1966 representa el punto de inflexión entre los años del crecimiento y del sucesivo periodo de declinación demográfica. Esta flexión, ligada al comienzo a un saldo migratorio por primera vez negativo después de por lo menos quince años de incremento (entre 1951 y 1965 la inmigración total se acercaba a las 150.000 unidades). Esta situación se produjo en coincidencia de la crisis coyuntural de Italia que evidenció las primeras problemáticas ligadas a un modelo de desarrollo ciudadano fundamentado en la presencia de la industria pesada y en la expansión de la construcción residencial.

El saldo natural se mantuvo activo por dos años más para volverse negativo en 1968. A partir del mismo periodo la tasa de natalidad bajo del 13,4 por mil hasta situarse una década después en el 8,9 por mil, alcanzando en la siguiente (1995) su mínimo histórico: 6,4 por mil. Los valores nacionales correspondientes variaron del 18,7 por mil al 14,0 por mil al actual 9,4 por mil. La disminución de los nacimientos y la contextual disminución de la mortalidad se considera el origen del fuerte envejecimiento de la población genovesa, con incrementos en la tasa de mortalidad y registrando un saldo natural negativo en crecimiento.

Según los datos del censo de 1971 la población residente era de 816.872 habitantes, lo cual representa un 3,7 por ciento menos que en 1965. En la década sucesiva, a causa de los saldos naturales y migratorios constantemente negativos, se registró un decremento igual al 6,6 por ciento (determinado por dos tercios debido al decremento natural). En el periodo entre el censo de 1981 y 1991 la caída de la población residente fue muy importante,11,0 por ciento, registrando diez años después una caída del 6,9 por ciento. En síntesis entre 1965 y 2001, la disminución de la población genovesa en términos porcentuales superaba el 25 por ciento(Comune di Genova, 1994).

El centro de la ciudad es la zona urbana mayormente afectada por dicha disminución: de hecho los barrios más golpeados son los del Centro Storico y de Portoria (la zona de dirección y comercial de la ciudad). Superan el decremento medio ciudadano así como casi todos los barrios del levante. Mientras en el ponente y a lo largo de los dos valles fluviales del Polcevera y del Bisagno se registran disminuciones más contenidas. Estos últimos representan los sectores de la ciudad, que por lo menos parcialmente, han resentido de los fenómenos migratorios a los cuales ya se ha hecho referencia.

Sobre el caso Génova se ha hablado mucho y en varias ocasiones. Se contraponen dos tesis principales, la primera acentúa los aspectos fisiológicos del decremento de población típico de las grandes ciudades y atribuye la anticipación del fenómeno en Génova al nivel de las relaciones sociales y de las costumbres. La segunda, más tradicional que identifica en la caída  demográfica de la ciudad la manifestación patológica de una declinación que seria el preludio de una decadencia verdadera.

Si se vuelve al análisis de los datos se puede observar que las primeras señales de decremento demográfico en Génova presentan las características de un proceso irreversible: a partir de la segunda mitad de los años sesenta tanto los indicadores relativos a la natalidad, como a las migraciones, son negativos.

Muy distinto es el comportamiento de las otras grandes ciudades del noroeste de Italia. Turín registra una pequeña disminución entre 1964 y 1965, seguida de un nuevo incremento que se agota solo diez años después. En 1975 empieza una fase de decremento, causada en principio exclusivamente por los saldos migratorios negativos. Solo después del comienzo de la década de los ochenta también en Turín el saldo natural se vuelve constantemente negativo. Milán empieza a perder población en 1974 y aún en este caso a causa de la inversión de tendencia en los saldos migratorios y natural se registra en 1976 (Consiglio Nazionale delle Ricerche, 1998). En las otras dos grandes ciudades del llamado triángulo industrial el fenómeno por lo tanto se verifica con diez años de retraso respecto a Génova.

Después haber verificado esta situación hay que evaluar cuanto de fisiológico y cuanto de patológico existe en esta caída demográfica. En el caso genovés se evidencian por lo menos dos peculiaridades. La primera se relaciona a la descongestión demográfica del centro urbano gracias a una redistribución en el hinterland y más en general en la provincia.

Hasta el comienzo de los setenta, a excepción de Génova, el crecimiento demográfico caracteriza todas las provincias italianas y los municipios metropolitanos, independientemente de sus dimensiones. En las décadas sucesivas en las regiones del noroeste se manifiesta un crecimiento a rosquilla es decir con tasas negativas en los polos centrales y desarrollo de los municipios metropolitanos periféricos. Desde aproximadamente unos diez años la transformación se puede considerar terminada. En los municipios metropolitanos la inversión de la relación entre tasa de crecimiento y dimensión demográfica es casi perfectamente linear: mientras más grande es el municipio metropolitano más disminuye, mientras es más pequeño más crece. Los municipios con fuerte crecimiento aparecen ubicados en los alrededores de las nuevas estructuras metropolitanas.

Todo esto no se realiza según la misma dinámica en la provincia de Génova, donde a un incremento de los municipios de las áreas metropolitanas registrado en los años setenta sigue después una disminución que, aunque moderada, presenta un trend muy significativo. De los sesenta y siete municipios de la provincia solo veintidós registran incrementos de población, en la mayoría de los casos contenidos y por lo demás imputables a la inmigración producida del continuo trasiego de población desde la capital regional. No es así en Milán y en Turín, donde al decremento de la capital corresponden difusos incrementos en el resto de la provincia.

La segunda peculiaridad demográfica genovesa es representada por la estructura por edad y en particular del excepcional envejecimiento de la población. En 1971 se registra un índice de vejez ([over 65/ under 14] x 100) del 45,9 por ciento en la provincia de Milán, del 54,3 por ciento en la de Turín y del 89,9 por ciento en la de Génova. Diez años después los índices suben al 65,3 por ciento en Milán, al 73,3 en Turín y al 132,5 por ciento en Génova. El 1991 el índice de vejez es del 115,0 por ciento en Milán, del 128,2 por ciento en Turín, del 225,7 por ciento en Génova. Actualmente el mismo ha subido al 136,1 por ciento en Milán, al 153,0 por ciento en Turín y hasta el 239,8 por ciento en Génova.

Los datos demuestran que, aunque en una dinámica que registra porcentajes análogos de crecimiento, Génova presenta una situación de desequilibrio entre jóvenes y ancianos siempre más significativa.

Las mismas reflexiones podrían extenderse a los índices de dependencia ([over 65 + under 14/(población entre 15 y 64)] x 100) y de envejecimiento ([over 65/ población total] x 100) que en los treinta años considerados llegan casi a duplicarse, pero que de todos modos no registran valores de aumento fuertes como los del índice de vejez.

Por lo que se refiere a la distribución de la población anciana (tabla 1) se puede observar como ningún barrio de la ciudad presenta situaciones particulares o anómalas y como el fenómeno se encuentra repartido de manera bastante uniforme. En otras palabras es difícil identificar en términos netos y seguros barrios más o menos jóvenes, aunque si los fenómenos migratorios de los años sesenta y los de los más recientes años noventa (ligados sobre todo a llegadas de países extra comunitarios) han en cualquier manera redefinido las relaciones porcentuales entre las distintas clases de edad de algunos ámbitos, como por ejemplo en Centro Storico.

Pero en relación a esto merece la pena hacer una consideración más: la ciudad de Génova, en su fisonomía actual, ha sido constituida a través de la unión (en 1926) de un núcleo central histórico y de una serie de municipios periféricos localizados a lo largo de la costa, a ponente y a levante, y en concomitancia con los valles de los torrentes Polcevera y Bisagno. Esto ha dado origen a una ciudad que bien se podría definir policéntrica y en el contexto de la cual cada uno de los ex municipios ha mantenido una cierta individualidad estructural. Por lo tanto en cada uno de dichos ex municipios (hoy barrios) se pueden identificar toda una serie de situaciones diferenciadas en términos de estructura demográfica y de población residente (Comune di Genova, 1995).

Para concluir, un decremento demográfico generalizado de Génova y del conjunto de su hinterland y de su provincia y un índice de vejez constantemente dobles o casi a los de Milán y Turín no pueden ser archivados entre aquellos comportamientos fisiológicos característicos de las áreas metropolitanas. A menos que no se quiera dar una interpretación de Génova como ciudad anticipadora de fenómenos y comportamientos demográficos postindustriales es por lo tanto difícil negar un fuerte enlace entre fisiología y patología en su reciente evolución demográfica.

Del cuadro general se pueden deducir algunas cifras interesantes: el envejecimiento genovés es un hecho importante. En los últimos treinta años el porcentaje de ancianos sobre el total de la población ha pasado del 14,5 por ciento al 24,9 por ciento y con un resultado también cuantitativamente relevante de 118.880 a 157.741.

Uno de los principales inconvenientes ligados al envejecimiento es la reducción del grado de autosuficiencia. En un reciente congreso sobre el "Progetto strategico biologico dell'invecchiamento e delle sue conseguenze sul sistema asistenziale" ha sido mostrado como en Italia el 25 por ciento de los hombres y el 34 por ciento de las mujeres que han superado los sesenta y cinco años sufren de una forma cualquiera de inhabilidad en las actividades cotidianas y en la acción de cuidar de su propia persona.

Cuadro 1
Evolución histórica de la población genovés según barrio (1971-2001)
Fuente: Comune di Genova. Elaboración propia.

El Porto no es un barrio sino una unidad territorial particular, que, presentando una población aunque reducida, está incluido en las estadísticas oficiales de la ciudad de Génova.

Por lo que se refiere a las personas no autosuficientes los datos indican que entre los sesenta y cinco y los sesenta y nueve años lo son el 13 por ciento de los hombres y el 12 por ciento de las mujeres, mientras en la franja de edad entre ochenta y ochenta y cuatro años se sube hasta el 44 por ciento para los hombres y el 46 por ciento para las mujeres.

A esta contingencia hay que unir un proceso de verticalización de la familia a causa del reducido numero no solo de los hermanos y hermanas sino de los primos, y el aumento en proporción también del número de familias compuestas por una sola persona anciana. Mientras hace cincuenta años por cada mayor de sesenta y cinco se podía decir que existían por lo menos cinco adultos que idealmente se podían encargar de ellos, hoy para el mismo anciano haya solo dos y según las proyecciones dentro de unas décadas habrá menos que uno. A causa de esto aumentan los casos de personas mayores que viven solas y que no siempre son funcionalmente autónomas en el desarrollo de las actividades cotidianas. Para los ancianos que han superado los setenta y cinco años de hecho la esperanza de vida es hoy aproximadamente de once años pero de estos menos de dos, en promedio, transcurrirán con buena salud. Esta perspectiva demográfica pone por lo tanto una serie de preocupantes interrogantes también en relación a sostenibilidad del sistema asistencial y solícita nuevas intervenciones para gestionar la diferente relación entre las generaciones y sus exigencias.

El cuadro demográfico actual de Génova evidencia una situación aún más preocupante que la nacional, considerado que aproximadamente un cuarto de la población total supera los sesenta y cinco años y el 12 por ciento los setenta y cinco con una propensión a un ulterior envejecimiento en los próximos años. Por lo que se refiere a la situación de no autosuficiencia las previsiones no son positivas, a lo largo de los próximos cinco años por ejemplo se prevé un aumento de los actuales 33.000 a un número comprendido entre los 37.000 y 40.000 de los cuales 13.000 totalmente no autosuficientes.

Las viviendas para personas mayores en Génova

En virtud de la ley marco nacional para la realización del sistema integrado de intervenciones y servicios sociales, n° 328/2000, la administración municipal ha redactado hace dos años el "Piano Anziani per la città di Genova 2002-2004" (Plan Ancianos para la ciudad de Génova 2002-2004). Cada unidad municipal tiene que dar vida a sistemas que, a partir de los parámetros estándares y mínimos fijados a nivel nacional, tendrán que establecer reglas especificas capaces de responder eficazmente a las exigencias de la población de su propio territorio.

El plan nacional de las intervenciones y de los servicios sociales relativo a la ley 328/2000 prevé en efecto que las autoridades municipales promuevan proyectos dirigidos a sostener a los ancianos no autosuficientes para favorecer su autonomía y la posibilidad de vivir en casa y/o en ambientes con modelo familiar frente al riesgo del abandono, de la extirpación da las costumbres y del contexto social y finalmente de segregación en un hospicio.

En esta óptica el apoyo domiciliar y/o el relativo al núcleo familiar de pertenencia son indicados entre las intervenciones de integración como de particular importancia.

El "Piano Anziani per la città di Genova 2002-2004" apunta su atención en la necesidad de diferenciar los servicios dirigidos a la población anciana innovando e incrementando la oferta. Para este fin han sido promovidas unas iniciativas que se pueden esquematizar en: intervenciones domesticas, estructuras intermedias, intervenciones residenciales.

Intervenciones domésticas, son todas aquellas económicas, materiales, de relaciones, dirigidas a sostener la permanencia del anciano en su propia vivienda. La gama de estas iniciativas es bastante amplia previendo por ejemplo la asistencia directa de operadores, la adopción de ancianos (el empeño por parte de familias o de un individuo de proveer a las exigencias de los ancianos que han adoptado), la acción llamada de buenos vecinos (es decir la actividad desempeñada de ancianos a favor de otros ancianos, que consiste en el intercambio de control y apoyo amistoso), y finalmente intervenciones integradoras como el radio socorro o servicios de transporte para visitas medicas, terapias o ejecución de tramites burocráticos.

Estructuras intermedias, que en algunas medidas pueden ser consideradas una vía mediana entre la permanencia en su propia vivienda y la internación en un instituto. Las tipologías son dos: los centros diurnos (donde durante el día los ancianos, parcialmente o totalmente no autosuficientes, pueden ser asistidos a través actividades de recuperación y rehabilitación) y los apartamentos protegidos o comunidades de alojamiento (donde núcleos de ancianos pueden vivir juntos cuidándose recíprocamente y disfrutando de un servicio de asistencia directa prestado por operadores sociales).

Intervenciones residenciales, dirigidas a ancianos parcialmente o totalmente no autosuficientes y considera dos topologías principales:

- viviendas sanitario asistenciales: estructuras residenciales que, además de la asistencia tutelar y hotelera, ofrecen asistencia medica, de enfermería, y de rehabilitación para personas con graves minusvalías que no se pueden curar a domicilio;

- viviendas protegidas: estructuras residenciales, de asistencias tutelar y hotelera, ofrecen una asistencia sanitaria genérica para personas con niveles medio-bajos de minusvalía.

A estas se pueden añadir las residencias sociales, bien sea un complejo de apartamentos dirigidos a personas no autosuficientes en situación de grave malestar económico y social (Piano anziani..., 2002).

Todas estas iniciativas prevén dirigir una atención particular a la demanda y también a la operatividad en el territorio teniendo presente, como ya se ha evidenciado, que alejar un anciano de su propia vivienda y al mismo tiempo del barrio donde ha vivido por años es un hecho extremamente traumático. Esto pasa sobretodo si el individuo en cuestión es todavía autosuficiente y por lo tanto capaz de salir y de moverse fuera de los confines del instituido de acogida (Alzaghi, 2001). Una vez fuera, no encontrando en el paisaje circunstante algún punto de referencia, podría tener un impacto muy fuerte y como consecuencia registrar un trauma. Esta es sin duda una de las motivaciones, además de la falta real de espacios, que aflige todos los barrios genoveses y que ha empujado y en futuro continuará a empujar la administración local hacia formas de asistencia e intervenciones alternativas y menos impactantes que la internación en un instituto para personas mayores.

Los aspectos cuantitativos y cualitativos de la mejora de la calidad de la vida del anciano de hecho siguen estando ligados indistintamente. Dejar una persona mayor el mayor tiempo posible en un ambiente familiar tiene normalmente efectos positivos: el envejecimiento es visto como una consecuencia lógica del pasar de los años y no como una fase de la vida donde inactividad y soledad se convierten en protagonistas.

Por lo que se refiere a los problemas relativos a las viviendas se han tomado en cuenta la oferta relativa a las viviendas sanitario asistenciales, viviendas protegidas, residencias sociales y comunidades de alojamiento que, aunque entendidas como servicios intermedios, presuponen de todos modos una total instalación de los ancianos en un lugar distinto de su vivienda habitual.

Una primera consideración se refiere a la insuficiencia general de la capacidad residencial respecto a la población residente y sobre todo a la mecánica de su veloz envejecimiento. La dotación hasta hoy presenta un valor igual al 2,9 por ciento relacionado con la población con más de sesenta y cinco años y del 6,1 por ciento al relacionarla con la de más de setenta y cinco años. Valores modestos que son aún más evidentes si la relación se limita a la población anciana no autosuficiente: 13,4 por ciento.

Un segundo elemento de observación (gráfico 1) es la no balanceada distribución territorial de las estructuras, siempre entendida en términos de plazas. Además de cuatro barrios que no cuentan con ninguna dotación, siete no superan las cincuenta plazas, otros siete tienen un número comprendido entre los doscientas y los trescientas y finalmente tres registran valores mucho más elevados, respectivamente de 571, 971 y 977 y evidentemente alejado de promedio ciudadano, que se acerca a las 181 unidades

Una hipótesis ulterior de evaluación puede ser la relación entre los individuos que tienen más de setenta y cinco años que viven solos y la capacidad receptora de las mismas estructuras residenciales. Es necesario en relación a esto recordar que, paralelamente al crecimiento de la población a anciana también el número de las familias compuestas de un solo individuo que viven en Génova ha ido creciendo y en particular por lo que se refiere a los grupos que tienen una edad más elevada. En los últimos veinte años, frente a una reducción de la población total del 17 por ciento, las familias en su conjunto han disminuido solo el 5,8 por ciento. Además de un crecimiento de las compuestas de un solo individuo, pasadas de 89.308 a 109.755 (+ 22,8 por ciento) en el ámbito de las cuales las constituidas por personas de más de setenta y cinco años registran hoy una incidencia porcentual igual a más del 28 por ciento. Es decir que un genovés de cada seis, así como un individuo con más de setenta y cinco años cada dos, viven solos.

 
Figura 1. Oferta de viviendas para mayores (número de plazas) según barrio.
Fuente: Comune di Genova. Elaboración propia.

El panorama de la situación no es por tanto, muy bueno y especialmente en una perspectiva a medio o breve plazo que prevé un fortalecimiento del fenómeno.

Las familias con un solo componente con más de setenta y cinco años constituyen de hecho la franja más débil, es decir aquella de las personas que se piensa tengan mayor posibilidad de perdida parcial o total de autosuficiencia, con ninguno o de todos modos escaso soporte en ámbito familiar.

También en este caso la situación por barrio (cuadro 2) parece bastante desequilibrada y deja sencillamente intuir como las estructuras residenciales no están razonablemente relacionadas al peso de la población anciana residente.

Cuadro2
Población, familias y oferta de viviendas para mayores por categoría según barrio
 
Población over 75
Familias
Plazas VP*
Plazas VSA*
Plazas VS*
Plazas CA*
Voltri
1.623
716
 
 
 
 
Prà
2.134
894
21
 
 
 
Pegli
3.528
1.433
24
 
 
10
Sestri
5.755
2.360
115
 
 
 
Cornigliano
1.601
586
238
 
 
10
Rivarolo
3.600
1.598
 
80
 
 
Bolzaneto
1.718
810
 
 
 
10
Pontedecimo
1.469
631
48
 
 
 
Sampierdarena
5.450
2.237
38
 
 
10
S.Teodoro
2.535
1.013
52
 
 
 
Oregina
3.041
1.176
 
 
 
13
Centro Storico
1.853
918
70
 
 
10
Castelletto
4.138
1.536
515
462
 
 
Portoria
1.977
778
150
 
 
8
S. Fruttuoso
5.116
1.882
840
70
55
6
Marassi
4.897
2.056
334
 
 
 
Staglieno
2.321
1.200
 
 
 
 
Molassana
2.422
1.300
 
 
25
 
Struppa
1.178
379
571
 
 
 
S. Martino
2.121
844
100
 
 
13
Albaro
4.574
1.823
222
 
 
 
Foce
2.489
1.141
 
 
 
 
Valle Sturla
1.770
791
 
 
 
 
Quarto
4.156
1.658
282
 
 
 
Nervi
2.639
1.125
54
74
 
 
Porto^
2
2
 
 
 
 
Total
74.107
30.887
3.674
686
80
90
Fuente: Comune di Genova. Elaboracion propia.
VP= Viviendas protegidas
VSA= Viviendas sanitario asistenciales
VS= Viviendas sociales
CA= Comunidad de alojamiento
° se trata de familias compuestas de un individuo con más de setenta y cinco años
^ El Porto no es un barrio sino una unidad territorial particular, que, presentando una población aunque reducida, está incluido en las estadísticas oficiales de la ciudad de Génova.

Conclusiones

El panorama expuesto no es seguramente muy bueno. El envejecimiento de la población genovesa es un hecho cierto e irreversible, así como cierta es la modesta consistencia de las estructuras de ayuda a la población anciana y en particular de la residencial. El problema de los ancianos es mucho más delicado y complejo de cuanto se pueda pensar. Se trata además de una emergencia que llama la atención ciudadana desde hace muy poco, desde cuando las cuestiones demográficas, aunque latu sensu, han empezado a constituir una parte importante de la programación de los servicios. La novedad de este acercamiento provoca aún una serie de interrogantes a los cuales será necesario dar respuestas congruentes. Antes que todo la demanda que tendrá que ser adecuadamente examinada, aunque la definición de aspectos cualitativos y cuantitativos que permitan modular racionalmente la actuación no es algo fácil. En otras palabras, frente a dato suficientemente demostrado como el rápido incremento de la población anciana ligado a una variable demográfica muy estable, se pone la cuestión más delicada de la medición de la demanda que tiene que ser analizada de manera sistemática y no ocasional. En la evaluación de la demanda es necesario también percibir las señales más débiles que vienen desde el universo de los ancianos. Ellos de hecho constituyen a menudo una mayoría silenciosa que no siempre encuentra los canales para expresar su propio malestar. La oferta tendrá que ser estructurada en relación a estas exigencias y de todos modos comunicada en términos eficaces.

El "Piano Anziani per la Città di Genova 2002-2004", redactado hace dos años, esta en la primera fase de experimentación y una verificación de sus efectos en el territorio es todavía prematura. Las novedades más interesantes son  ciertamente la articulación en una serie de varias iniciativas, pero en cualquier medida integradas, y en el esfuerzo de apoyar la oferta en las múltiples variantes de la demanda. En términos más específicos se puede observar como las intervenciones están enfocadas, en relación a ancianos autosuficientes para prevenir eventuales patologías de aislamiento y de malestar así como también a aquellos que presentan problemas económicos, psicológicos y de salud hasta la total no autosuficiencia.

La primera tipología de intervención por obvios motivos ha sido hoy la mayormente percibida y en consecuencia la más conocida. La segunda es todavía vista por los demás con desconfianza, también porqué no se encuentra integrada de forma armoniosa, bien sea en términos espaciales como racionales, en el complejo de la ciudad.

Las viviendas para mayores en particular, heredas de una larga tradición ligada a situaciones de extremo malestar, y que en el imaginario colectivo representan generalmente un objeto de rechazo en cuanto extema ratio de un camino sin retorno, tendrán que abordarse con procesos de distribución o de cuidadosa redistribución territorial para así procurar evitar traumas ulteriores en los ancianos internados. Alejar un anciano del barrio donde ha pasado toda su vida activa es considerado evidentemente, un elemento negativo en el acercamiento a las problemáticas ligadas al envejecimiento y a la perdida de autosuficiencia.
 

Nota

[1] Aunque el articulo sea el resultado de un estudio conjunto, se debe a Alberto Capacci la parte relativa al cuadro genovés mientras a Stefania Mangano la parte relativa a las viviendas para personas mayores en Génova.
 

Bibliografía

ALZAGHI, L. Il progetto pilota urbano di Milano "Servizi e tempo per gli anziani e le famiglie". In COMUNE DI MILANO, La persona anziana nella grande città. Milano: Angeli, 2001, pp.37-46.

BALDI, S. y CAGIANO DE AZEVEDO, R. La popolazione italiana verso il 2000. Bologna: Mulino, 1999. 168 p.

COMUNE DI GENOVA. Andamento della popolazione nel comune di Genova. Genova: Comune di Genova, 2002. 131 p.

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© Copyright Alberto Capacci y Stefania Mangano, 2003
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Ficha bibliográfica:
CAPACCI, A. y MANGANO, S.
Envejecimiento de la población y viviendas para personas mayores en Génova (Italia) . Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(105). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(105).htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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