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Geo Crítica
Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 161, 15 de marzo de 2004

EL ORIGEN GEOGRÁFICO DE LOS INMIGRADOS MARROQUÍES EN CANARIAS. MIGRACIONES EXTERIORES Y FACTORES DE REPULSIÓN

Josefina Domínguez Mujica
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
jdominguez@dgeo.ulpgc.es

Raquel Guerra Talavera
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
rguerra@becarios.ulpgc.es


El origen geográfico de los inmigrados marroquíes en Canarias. Migraciones exteriores y factores de repulsión (Resumen)

El análisis del origen geográfico de los marroquíes residentes en Canarias revela nuevas pautas migratorias. El flujo de mayor importancia proviene del sur de Marruecos y del Sahara. Predomina la población que ha nacido en entidades rurales y que ha realizado un proceso migratorio en el interior del país antes de trasladarse al extranjero y, por último, los desplazamientos más importantes tienen que ver con el eje costero suratlántico claramente vinculado con el Archipiélago a través de las relaciones comerciales y del tráfico marítimo, definido por los enclaves de Agadir, Tan-Tan, Laayoune y, hacia el interior, Guelmim.

Palabras claves: flujo migratorio, expedientes consulares, Protectorado, éxodo rural, escala geográfica.

Abstract

By the analysis of the geographical origin of Moroccan people living in the Canary Islands, new migratory patterns are revealed. The most important flows come from the southern Morocco and the Sahara region. The prevailing population among these flows has been born in rural entities and has carry out a migratory process inside the country before moving abroad. Finally, the most significant movements are related to the southatlantic coastal axis bound to the Archipelago by means of the commercial relationships and the maritime traffic, defined by the enclaves of Agadir, Tan-Tan, Laayoune and Guelmim on the inside.

Key words: migratory flow, consular files, Protectorate, rural exodus, geographical scale.

En el análisis de las migraciones internacionales no suelen considerarse las circunstancias que condicionan la movilidad interior de los países de expulsión. Sin embargo, éstas constituyen el primer paso de la aventura migratoria.

Las transformaciones que han tenido lugar en los últimos años en muchos de los países que más efectivos aportan a los flujos internacionales son de una importancia definitiva para interpretar el fenómeno en toda su dimensión. En el caso concreto de Marruecos se han producido cambios significativos en cuanto a la transición demográfica, los procesos de urbanización, el avance de la desertificación, los contrastes socio-económicos, los desequilibrios interiores, etc. siendo necesario reconocer la importancia que juegan todos ellos en los actuales procesos migratorios exteriores.

Esta comunicación tiene como objeto, precisamente, el análisis de las nuevas pautas migratorias en lo que respecta al origen de la población marroquí, pautas que reflejan nuevas tendencias y estrategias de movilidad, a las que intentamos aproximarnos desde un territorio frontera de la Unión Europea cual es el Archipiélago Canario.

Fuentes

Para la realización de este estudio nos vamos a servir de la información que aportan los expedientes de los marroquíes inscritos en la oficina consular de que dispone el Reino Alauí en Las Palmas de Gran Canaria, concretamente de los del año 1999, recopilados en el año 2000 (869 personas), de los datos del contingente de permisos de trabajo solicitados por marroquíes en ese mismo año en la provincia de Las Palmas (1.355 solicitudes que representaban el 45,24% del total de las presentadas por extranjeros en ese año) y, de forma parcial, de los datos del proceso de regularización del año 2000 en Canarias (4.754 expedientes).

Las inscripciones de los marroquíes residentes en España, custodiadas en las cuatro oficinas consulares que tiene abiertas el Reino de Marruecos en España, han sido utilizadas como fuente para la investigación de la inmigración marroquí en estudios anteriores, particularmente nos referimos a los trabajos realizados por el Profesor Bernabé López. Los datos del contingente y de los procesos extraordinarios de regularización, por su parte, han sido un importante recurso en la investigación de numerosos especialistas que han abordado la temática de la inmigración en España y, particularmente, en Canarias[1].

Las dificultades que entraña la utilización de los expedientes consulares ya fue puesta de manifiesto en la obra titulada Inmigración magrebí en España. El retorno de los moriscos (LÓPEZ, B. y otros, 1993). En ella se indica textualmente que “es un registro que no abarca a toda la población inmigrante, aunque puede aventurarse que se trata de uno de los más completos existentes en España”. Como es requisito indispensable para la permanencia en España la inscripción consular, tan sólo quedan fuera del registro los que en un momento dado no han conseguido regularizar su situación. En consecuencia, es frecuente que las inscripciones se produzcan al cabo de un cierto período, cuando dichos inmigrantes normalizan su estancia, de forma que hay una pequeña distancia temporal entre la realidad y la legalidad, además de un incremento notable de las inscripciones tras las resoluciones de los procesos extraordinarios de regularización. Ahora bien, dado que el objetivo de esta comunicación no es el de cuantificar exactamente la colonia marroquí residente en Canarias sino el análisis de su origen geográfico, los inconvenientes de la fuente se vuelven nimios, como así lo corrobora la información del contingente de permisos de trabajo, información que ofrece un gran paralelismo en cuanto al lugar de procedencia de dicha colonia.

Por último nos parece conveniente señalar que no conocemos ningún trabajo, como el que aquí intentamos realizar, en el que se hayan cruzado los datos referentes a la localidad de nacimiento de los inmigrados y a la localidad de procedencia. Las investigaciones desarrolladas con las fuentes anteriormente mencionadas, o con entrevistas en profundidad o encuestas, generalmente se quedan en el nivel del lugar de procedencia, sin que hayamos advertido que se haya hecho una especial pesquisa acerca de la movilidad interior que antecede a la emigración exterior.

La cronología de la inmigración marroquí

En los estudios acerca de la reciente inmigración marroquí en España, distintos autores han puesto de manifiesto que se advierten varias fases en este proceso a partir del fin del Protectorado español en 1956[2].

 El primer período se estima que se inició en aquella fecha y concluyó hacia mediados de los setenta y estuvo caracterizado por una corriente de escasa dimensión y de asentamiento inestable; una segunda etapa transcurriría, aproximadamente, entre 1975 y 1986, fecha esta última a partir de la cual España se convirtió, por primera vez, en un importante país de destino, tras el cierre de la frontera de otros países europeos. Una tercera etapa se abrió tras la incorporación del Reino de España a la Unión Europea, acontecimiento estrechamente vinculado a la promulgación de la Ley Orgánica 7/1985, de 1 de julio, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España. En este último período se incrementó vertiginosamente el número de llegadas al mismo tiempo que se advierte una cierta madurez del proceso, como pone de manifiesto el reagrupamiento familiar y la movilidad que se produce entre distintas zonas geográficas del país de destino.

En este punto de la explicación habría que plantearse si procede hablar en nuestros días de una cuarta etapa, tras la promulgación de la Ley de Extranjería (Ley 4/2000), una nueva Ley cuya formulación tiene que ver con la política de armonización en materia de inmigración por parte de los países de la Unión, de la que son un buen exponente los acuerdos de Schengen (Proceso extraordinario de regularización de 1991) y la cumbre de Tampere (Ley 4/2000 y Procesos de regularización subsiguientes según lo estipulado por los Reales Decretos de 18 de febrero de 2000 y de 16 de febrero de 2001). Para ello se hace necesario estar atentos a las consecuencias que de estas medidas hayan podido derivarse.

Cada una de estas etapas presenta unos perfiles definidos en cuanto al origen geográfico de los inmigrados. En la primera, los que llegan a España proceden, sobre todo, de Tetuán, Tánger y Nador, zonas que han tenido un contacto lingüístico y cultural intenso con nuestro país por su cercanía al Estrecho, a Ceuta y Melilla. Estas tres provincias contabilizan el 67% de los inmigrantes (LÓPEZ; B. y otros, 1993, p. 73). También aparecen en este momento algunos inmigrantes de Larache y de la provincia de Alhucemas.

Las características de la segunda etapa son algo diferentes. Se trata de una inmigración procedente de la provincia de Alhucemas y de la cordillera del Rif, una de las zonas más agrícolas y pobres de Marruecos. También vienen de núcleos como Larache, Xauen, y de otros centros del antiguo Protectorado español y, casi por primera vez, comienzan a llegar personas del sur del Atlas (RAMÍREZ GOICOECHEA, E., 1996, p. 5 y 6).

En la última etapa se sigue manteniendo la corriente migratoria anterior procedente del antiguo Protectorado, del Rif y de las ciudades del norte, pero nuevas provincias del interior se van incorporando (RAMÍREZ GOICOECHEA, E., 1996, p. 6). Alhucemas se sitúa en cabeza con una cuarta parte de las migraciones y otras ciudades del norte contabilizan un 30%. El resto procede de la costa atlántica (Casablanca, Rabat, Kenitra) y de regiones del interior, especialmente deprimidas por la sequía de los primeros ochenta (LÓPEZ; B. y otros, 1993, p. 78).

En el trabajo realizado por el Profesor Vicente Gozálvez en 1995, los 489 inmigrantes marroquíes encuestados procedían de áreas urbanas, sobre todo litorales. Predominaban los que habían llegado desde las ciudades del antiguo Protectorado español (56%), sobre todo desde Tetuán, Nador y Oujda, aunque también sobresalían los procedentes de Casablanca (10%) y Beni Mellal (10%). En Barcelona, concretamente, prevalecían los originarios de Tetuán, Tánger, Larache, Alhucemas, Nador y Oujda, ciudades todas inmersas en un radio de acción de 100 kilómetros respecto a Ceuta y Melilla.

Todo ello corrobora las características de la última etapa, al igual que también lo hacen los datos que ofrece el Profesor Víctor Morales en la investigación que desarrolló con 25 entrevistas en profundidad a marroquíes residentes en Madrid en las aquéllos señalan como lugares de nacimiento: Tetuán, Alhucemas, Kenitra, Casablanca, Tánger, Marrakech, Fez...

El origen geográfico de la población marroquí inmigrada en Canarias

Debemos preguntarnos si las características anteriormente mencionadas son comunes a toda la población marroquí inmigrada o si, por el contrario, los marroquíes establecidos en Canarias presentan otros rasgos en cuanto a su origen, lo que podría ser un signo de una “historia” diferenciada.

La investigación desarrollada por el Profesor Ramón Díaz en su trabajo “Análisis geodemográfico de la inmigración llegada a Canarias desde el África Occidental” establece distintas etapas de esa inmigración en función de su intensidad y de los acontecimientos políticos que determinan el incremento de ciertos grupos. Coincidiendo con el abandono español de Sidi Ifni y con la descolonización del Sahara aprecia un incremento de marroquíes a consecuencia del traslado forzoso de familias mixtas, mercenarios, hispanófilos, personas que vivían en aquellas zonas con pasaporte marroquí, etc. Por su parte, distintos especialistas en Geografía e Historia de las Universidades canarias han señalado en numerosas ocasiones que es muy importante tener en cuenta la emigración de canarios en Sidi Ifni y el antiguo Sahara español para poder comprender la inmigración marroquí, sahariana y mauritana actual. Los trabajos que se han realizado en relación con la “historia común” de España y el continente africano han hecho un menor hincapié en esta otra zona, relegada a favor de la fachada septentrional[3], lo que nos impide explicar con un mayor nivel de detalle estos lazos. 

Desde un punto de vista cuantitativo, la primera aproximación al origen de la población marroquí inmigrada en Canarias la ofrece en su Tesis Doctoral la profesora Josefina Domínguez. En ella se analizan las localidades de procedencia de los marroquíes establecidos en la provincia de Las Palmas según datos de los permisos de trabajo por ellos presentados en la Dirección Provincial de Trabajo de dicha provincia entre los años de 1988 y 1992. De los 1.298 consultados, 737 (70%) declaraban como entidad de origen Nador. A mucha distancia se situaba Tetuán (8,2%), Tánger (7,1%), Alhucemas (2,6%) y Casablanca (2,4%). Estos primeros datos dan por tanto, un perfil semejante al ya establecido para el conjunto español.

Una segunda aproximación se realiza en el Atlas de la Inmigración ya citado. El Proceso extraordinario de regularización de 1991 arrojó 846 expedientes en los que se reveló que, de acuerdo con la región de origen, el primer grupo por su volumen lo constituían los originarios de la región del Rif, particularmente los de Nador. La costa noroccidental le seguía en importancia, concretamente, Rabat-Salé, Casablanca, Mohammedia, Essaouira y el puerto de Safi. La región del Sahara se situaba en tercer lugar (Guelmin, Tan-Tan, El Aaiún y Tiznit). En cuarto lugar el Noroeste de Marruecos (Tetuán, Chefchaouen y Larache) y con proporciones de menos del 7% el Marruecos Central y la región montañosa del Atlas.

Cuadro 1. Regiones de procedencia de los inmigrantes marroquíes en Canarias

Número

Región

Contingente

%

Consulado

%

1

Oued Ed-Dahab - Lagouira

2

0,17

14

1,68

2

Laâyoune - Boujdour - Sakia El Hamra

41

3,44

140

16,77

3

Guelmin - Es-Semara

357

29,92

210

25,15

4

Souss - Massa - Daraâ

280

23,47

91

10,90

5

Gharb - Chrarda - Beni Hssen

9

0,75

6

0,72

6

Chaouia - Ourdigha

17

1,42

8

0,96

7

Marrakech - Tensift - Al Haouz

16

1,34

13

1,56

8

Oriental

262

21,96

208

24,91

9

Casablanca

49

4,11

39

4,67

10

Rabat - Sale - Zemmour - Zaër

15

1,26

13

1,56

11

Doukkala - Abda

24

2,01

11

1,32

12

Tadla - Azilal

12

1,01

5

0,60

13

Meknes - Tafilalet

7

0,59

7

0,84

14

Fes - Boulemane

14

1,17

8

0,96

15

Taza - Al Hoceïma - Taounate

19

1,59

5

0,60

16

Tanger - Tetouan

69

5,78

57

6,83

 

Totales

1.193

100,00

835

100,00

Las informaciones más recientes, sin embargo, dibujan un nuevo mapa. Según datos del contingente, los marroquíes que habían solicitado permiso de trabajo en la provincia de Las Palmas en 1999 y los que se habían inscrito en el Consulado, en ese mismo año, tenían como regiones de origen las que se ofrecen en el cuadro 1.

Como puede apreciarse, ambos registros presentan grandes similitudes. Están representadas todas las regiones y 42 provincias / prefecturas[4], siendo considerable la dispersión de procedencias. El origen del mayor número de marroquíes corresponde a la región de Guelmim – Es-Essmara, con más de un 25% en los dos casos. Se aproxima a esta cifra la región Oriental y le siguen la de Souss-Massa-Daraâ, según datos del Contingente, y la de Laâyoune-Boujdour-Sakia El Hamra, según datos del Consulado. Esta información indica que el foco de procedencia más destacado es el de las comunidades situadas al sur del Atlas, una zona desértica o de transición al desierto, si bien desde la zona más lejana del Archipiélago, la más cercana a la ciudad de Melilla proviene también un importantísimo grupo, como sucedía en el pasado, tal y como se ha indicado anteriormente.

 

Figura 1. Procedencias de los inmigrantes marroquíes en Canarias.

Si las comunidades meridionales ya aparecían despuntando con cierta importancia en el estudio realizado en 1995 por el Profesor Ramón Díaz para el Atlas de la inmigración magrebí, ahora queda clara su preeminencia (véase figura 1). Se trata, en parte, de territorios ocupados por Marruecos en el antiguo Sahara español. La región  nº 1 (Oued Ed-Dahab - Lagouira), en su integridad, la región nº 2 (Laâyoune - Boujdour - Sakia El Hamra), casi totalmente, y la región nº 3 (Guelmin - Es-Semara), en una pequeña parte, se hallan en los territorios del Sahara Occidental, tal y como puede apreciarse en el mapa. Otro pequeño sector de la región nº 3 corresponde al enclave de Sidi Ifni, que España cedió a Marruecos en 1969. Habría que preguntarse, por tanto, si se trata de una inmigración de saharauis, una inmigración muy difícil de reconocer con los datos administrativos de que disponemos en España[5], o de personas que establecieron algún tipo de vínculo con Canarias. Marroquíes y saharauis han estado siempre presentes en la realidad insular. Las relaciones de vecindad, los múltiples negocios compartidos de pesca, navieras, importación y exportación, avituallamientos, etc., la explotación de los caladeros del banco pesquero canario-sahariano... son signos de la presencia real e influyente de estos grupos desde antiguo[6].

“Se ha señalado con frecuencia la existencia de un cierto “determinismo” geográfico e histórico para explicar los circuitos migratorios que siguen los africanos en su camino hacia Europa. De acuerdo con esta hipótesis, la proximidad espacial entre países... es responsable de viejos lazos históricos, derivados de sucesivas fases de conquistas y reconquistas, culminadas con el fin de la etapa colonial” (GOZÁLVEZ PÉREZ, V., 1995, p. 190).

¿Podría ser responsable de este patrón la posición geográfica del Archipiélago, en el Atlántico, al sur de Marruecos o, por el contrario, la diversificación de orígenes en la procedencia de los actuales flujos y el predominio de los territorios meridionales es un signo de los nuevos tiempos?.

Al margen de la disputa por el Sahara Occidental, no cabe duda de que las comarcas del Sur de Marruecos, son un territorio depauperado, que exige una atención especial. Así, probablemente, lo entendió el Gobierno Alauí cuando aprobó un proyecto en agosto de 2002 para poner en marcha una agencia para el desarrollo de las provincias del sur[7]. Esta medida fue criticada por el Frente Polisario que estimó que esta nueva agencia de desarrollo para el Sahara “no era más que una fórmula colonial”, lectura ésta también adecuada dado que, probablemente, haya razones de tipo geopolítico en una decisión de estas características.

Desde nuestra perspectiva, hay circunstancias de carácter socio-económico que explican la creciente presencia de marroquíes provenientes del sur y, particularmente, de una zona que debemos reconocer como tal, ya que queda fuera de los territorios en disputa. Nos referimos al centro y norte de la región nº 3, a las provincias de Tan-Tan, Guelmim y Tata, situadas en un sector de transición entre la cordillera del Anti-Atlas y el desierto del Sahara, las provincias que más efectivos han aportado a la colonia marroquí residente en Canarias en estos últimos años. Las escasas perspectivas de la agricultura y ganadería de autoconsumo de esta región conducen a muchos jóvenes al desempleo. Además, la sequía de los años 1999 y 2000 disminuyó considerablemente la actividad agrícola y contribuyó a estancar su economía. Por otra parte, la posición geográfica de este sector lo deja fuera de las rutas de desarrollo turístico y carece, asimismo, de actividades extractivas o de otro tipo de industrias. En suma, un panorama de quiebra económica que tan sólo puede verse modificado si se llevan a efecto los ambiciosos proyectos de construcción de un gran puerto en Agadir (región nº 4) que pueda convertir este enclave en un polo de desarrollo.

Otra circunstancia más que debemos tener presente para explicar la presencia de un creciente grupo de marroquíes de este origen es el de los circuitos de la emigración ilegal que se efectúa desde las costas de todo este sector por medio de pateras, embarcaciones que se dirigen a las islas orientales del Archipiélago Canario en número cada vez mayor a medida que se ha ido blindando el Estrecho de Gibraltar y que, en el año 2002, transportaron a 9.756 pasajeros cuando dos años atrás tan sólo habían desembarcado por este medio 2.286 personas. A este respecto conviene recordar que el punto más próximo de Marruecos (Cabo Juby) se halla a poco más de 100 km. de distancia de Fuerteventura.

Por último, quisiéramos destacar en este apartado que la bibliografía que conocemos así como las fuentes consultadas ponen de manifiesto que es muy reducida la proporción de marroquíes que llegan a España desde otros países, y particularmente a Canarias. A ello hay que añadir que en la actualidad sigue siendo escaso el número de inscripciones consulares de los nacidos en el Archipiélago, lo que viene a refrendar que España y Canarias son un primer lugar de destino así como la propia naturaleza primoinmigrante de este flujo.

La movilidad que antecede a las migraciones exteriores de los marroquíes residentes en Canarias

Para profundizar en la aventura migratoria que protagoniza la población de nacionalidad marroquí establecida en el Archipiélago en los últimos años, debemos trasladarnos al país de origen e intentar caracterizar qué tipo de flujos migratorios internos se producen en él como paso previo a la emigración a un país extranjero y qué porcentaje de dicha población se ve afectada por los citados desplazamientos. Para ello nos hemos valido del análisis de dos campos concretos de las bases de datos creadas a partir de los expedientes consulares recopilados, la localidad de nacimiento y la localidad de origen, entendiéndose por ésta la última dirección residencial acreditada a nivel individual.

Todo ello nos permite realizar un análisis más completo de la movilidad interna de los inmigrados marroquíes en Canarias a partir del cruce de los campos originales y los que se derivan de éstos (provincias y regiones), como se representa en la figura 2. Recordemos que se trata de una información de gran valor estadístico a tenor de la elevada exhaustividad que tienen todas las variables, como evidencia el que ninguna de las empleadas en este trabajo presente un nivel inferior al 90% (DOMÍNGUEZ MUJICA, J. y otros, 2001, p. 14).

Entrando de lleno en materia, actualmente existe una gran corriente migratoria interna que afecta al conjunto de la población marroquí: el éxodo rural. Debemos tener en cuenta que la agricultura, aunque ocupa a más de la mitad de la población activa, no representaba apenas el 16% del PIB en 1998. Sin embargo, casi la mitad de la población de este país vive todavía en las zonas rurales en condiciones francamente difíciles, caracterizadas por el aislamiento y la falta de comunicaciones y por la ausencia de servicios tan básicos como el suministro de agua y luz o la atención sanitaria, a lo que debemos unir la pertinaz sequía y los graves efectos socioeconómicos derivados de la misma que se suceden desde finales de 1997.

El campo magrebí se convierte así en una fuente continua de emigrantes hacia las municipalidades y grandes urbes, fruto de la elevada natalidad, que llega a duplicar los indicadores de las ciudades, y propiciada por unas condiciones de vida marcadas, en numerosas regiones, por el arcaísmo8] (LÓPEZ, B y otros, 1993, p. 34).

 

Figura 2. Procedencias de los inmigrantes marroquíes en Canarias.

La historia que traen consigo los efectivos que llegan a nuestras Islas es fiel reflejo de todo lo que venimos contando. De este modo, si bien es cierto que la libertad de emigrar se adquiere a medida que aumenta el nivel de formación y que, no cabe duda, éste es mayor en las ciudades, un altísimo porcentaje de los marroquíes que dan el salto hasta Canarias ha nacido en el medio rural que venimos caracterizando, concretamente un 40,84%. En contraposición, sólo el 24,69% del colectivo residía en alguna comunidad rural antes de iniciar el viaje hasta el Archipiélago.

Profundizando en los datos, los contrastes se acentúan considerablemente puesto que mientras el flujo campo-ciudad se constata en un 47,18%, únicamente un 7,57% de los efectivos que habían nacido en una comunidad urbana o municipalidad, según los criterios establecidos por el Ministerio del Interior de Marruecos, habrían realizado desplazamientos en sentido contrario. En muchos de estos casos las ciudades de origen son localidades de menor jerarquía urbana que se sitúan en provincias del interior o del sur, donde comparativamente la entidad de estas ciudades no es equiparable a la de las grandes capitales de las provincias más pobladas.

Para ejecutar un análisis más detallado hemos trabajado en función de tres escalas distintas: la regional, la provincial y la local. Obviamente a medida que pasamos de entidades administrativas de mayor a menor rango los flujos se intensifican, pues las distancias se reducen y con ellas los costes económicos de los desplazamientos, a la vez que se conserva una mayor disponibilidad para un eventual regreso si las circunstancias así lo requieren, por ejemplo las cargas u obligaciones familiares. En el cuadro 2 se resume la importancia de las distintas tipologías de flujos de la población marroquí inmigrada en Canarias.

Cuadro 2. Tipología de los flujos de población en origen de los inmigrados marroquíes

Tipos de flujos migratorios internos

Nº de personas afectadas

% [9]

Flujos interregionales

155

21,03

Flujos interprovinciales

209

28,36

Flujos locales

327

44,37

Como podemos observar, nos encontramos con que en todas y cada una de las escalas de trabajo empleadas aparecen focos de expulsión y focos de recepción de efectivos. De la misma manera existen ámbitos en los cuales los flujos de entrada y salida se compensan entre sí (véase cuadro 3).

Más del 20% de la población marroquí objeto de estudio se ha trasladado a una región distinta a la de su nacimiento. Áreas regionales como Meknes - Tafilalet, Taza - Al Hoceïma - Taounate o Tadla - Azilal, en el interior del país, junto a la frontera argelina, y en el norte, de marcado carácter rural llegan a perder a 6 de cada 10 efectivos o más, en favor de  Guelmin - Es-Semara, la primera y la tercera, o de las regiones de Tanger - Tetouan u Oriental, la segunda.

 Frente a esto, las regiones del Sahara Occidental, sobre todo Laâyoune - Boujdour - Sakia El Hamra, tienen unos niveles de inmigración procedente de otras regiones del país de más del 40%, siendo el flujo predominante en este caso el que llega desde Guelmin - Es-Semara. Esta última región, con parte de su territorio inmersa en el conflicto por el autogobierno del Sahara, mantiene un equilibrio entre emigración e inmigración especialmente significativo ya que estos contingentes son los mayores en número, si bien su peso respecto al volumen total  de inmigrantes que llegan a las Islas desde ella sólo abarca en torno al 20 ó 22 por ciento, tanto en las corrientes de entrada como de salida.

Cuadro 3. Regiones de expulsión y recepción de los flujos migratorios interiores

Número

Regiones de expulsión / recepción

% que ha emigrado

% que ha inmigrado

1

Oued Ed-Dahab – Lagouira

  0,00

69,23

2

Laâyoune – Boujdour - Sakia El Hamra

10,39

42,98

3

Guelmin - Es-Semara

22,39

20,81

4

Souss - Massa – Daraâ

40,00

24,05

5

Gharb - Chrarda - Beni Hssen

57,14

25,00

6

Chaouia – Ourdigha

50,00

42,86

7

Marrakech - Tensift - Al Haouz

23,08

16,67

8

Oriental

  4,50

  2,05

9

Casablanca

23,08

20,00

10

Rabat - Sale - Zemmour – Zaër

36,36

22,22

11

Doukkala – Abda

46,15

22,22

12

Tadla – Azilal

60,00

33,33

13

Meknes – Tafilalet

66,67

  0,00

14

Fes – Boulemane

42,86

33,33

15

Taza - Al Hoceïma – Taounate

63,64

20,00

16

Tanger – Tetouan

  7,69

23,40

Cabe destacar además un último apunte a esta primera escala de trabajo, el papel de la región Oriental en las migraciones interiores queda relegado a un segundo plano con respecto a las del centro-sur del país. En este sentido, a pesar de ser la 2ª región de la que vienen más inmigrantes al Archipiélago ésta sólo conforma un foco de atracción para la población de las regiones colindantes mientras que el entramado que se dispone en torno a las regiones del interior y de la costa atlántica es mucho más complejo.

Un segundo nivel de análisis, el de la escala provincial, indica que la movilidad aumenta hasta un 28,36%, una media que esconde grandes disparidades. A modo de ejemplo, Khenifra (Meknes - Tafilalet) o Al Hoceïma (Taza - Al Hoceïma - Taounate) mantienen los patrones de las regiones en las que se localizan, con porcentajes de emigración superiores al 80%. Sin embargo, en el caso de la región de Guelmin - Es-Semara, la de más alta participación de cuantos grupos se censan en el Consulado de Marruecos en Las Palmas de Gran Canaria, tenemos provincias como Guelmim, con las cifras totales más altas tanto de emigrantes como de inmigrantes, con un saldo neto compensado. En esta misma región, en las provincias de Tata, Essmara y Assa-Zag el éxodo rural es especialmente significativo. Por el contrario Tan-Tan se ha convertido en un gran polo de atracción inmigratoria. A esta última provincia, con un 57,50% de población inmigrante, se unen Laayoune (al sur) con un 42,50% y Agadir Ida Ou Tanane (al norte) con un 72,41%, conformando un eje costero en el Atlántico claramente vinculado con el Archipiélago a través de las relaciones comerciales y el tráfico marítimo[10]. A estos contactos, que facilitan las corrientes migratorias exteriores de la población residente en dichas provincias, no ha sido ajeno el Gobierno de Canarias, que mantiene de forma permanente una oficina en Agadir[11] .

El estudio por localidades conforma el último escalafón en cuanto a la movilidad interior se refiere. A este nivel se constata que más del 44% de la población ha nacido en otra localidad distinta a la de residencia, existiendo más de 50 entidades en las que el 100% de la población (entre 1 y 6 inmigrantes marroquíes en las Islas) ha abandonado el lugar en busca de una oportunidad en otro pueblo o ciudad. Entre las más afectadas por el grado de abandono se hallan las comunidades rurales de Sbouya, provincia de Tiznit (Souss - Massa - Daraâ), Labyar, provincia de Guelmim (Guelmin - Es-Semara), El Borj, provincia de Khenifra (Meknes - Tafilalet), o Bni Sidel, provincia de Nador (Oriental).

Al otro lado de la balanza se sitúan las capitales provinciales que hemos venido destacando: Guelmim, Laayoune, Tan-Tan, Nador y Agadir en este orden en función del volumen de inmigrantes. Nuevamente el eje atlántico y la capital regional más importante de la costa mediterránea.

Tras este primer paso que supone la migración interior, y a pesar de que desde el gobierno se lleva años tratando de encauzar la economía del país hacia los sectores secundario y terciario, la población tropieza nuevamente con la precariedad laboral. La alta tasa de crecimiento urbano, estimada por el Fondo de Población de Naciones Unidas para el quinquenio 2000-2005 en un 2,8, se distancia de la tasa de crecimiento demográfico (1,8%) lo que demuestra la importancia del éxodo campo-ciudad. Por ello, la presión demográfica que propicia que abandonen masivamente las comunidades de origen no se canaliza hacia las ciudades de la región, saturadas demográficamente e incapaces de ofrecer medios de vida a sus propios habitantes. Consecuentemente la emigración magrebí hacia el extranjero va a ser fruto de una triple presión interna ejercida por unas estructuras agrarias inadecuadas, a lo que hay que sumar la escasez de empleo y un marco político y social opresivo. (LÓPEZ, B y otros, 1993, p. 34).

Conclusiones

1.- En Canarias se advierte en estos últimos años un nuevo mapa en cuanto a las procedencias de la población marroquí inmigrada, siendo muy alto el nivel de dispersión geográfica.

2.- El origen del mayor número de marroquíes corresponde a la región de Guelmim - Es-Essmara. Le siguen la región Oriental, la de Souss-Massa-Daraâ y la de Laâyoune-Boujdour-Sakia El Hamra.

3.- Marroquíes provenientes de los territorios meridionales y saharauis han estado siempre presentes en la realidad insular, un signo distintivo con respecto a la población inmigrada en el resto de España. Las relaciones de vecindad, los múltiples negocios compartidos de pesca, navieras, importación y exportación, avituallamientos, etc., la explotación de los caladeros del banco pesquero canario-sahariano... son signos de la presencia real e influyente de estos grupos desde antiguo.

4.- Más recientemente ha ganado importancia la procedencia desde estas áreas dada la escasa perspectiva de la agricultura y la ganadería de autoconsumo del sur de Marruecos, un sector de transición entre la cordillera del Anti-Atlas y el desierto del Sahara, fuera de las zonas de desarrollo industrial y turístico. La costa de esta región se ha convertido en el punto de partida de la emigración ilegal en pateras que se dirige al Archipiélago.

5.- Un altísimo porcentaje de los marroquíes que dan el salto hasta Canarias ha nacido en el medio rural, concretamente un 40,84%. En contraposición, sólo el 24,69% del colectivo residía en alguna comunidad rural antes de iniciar el viaje hasta el Archipiélago.

6.- Más del 20% de la población marroquí objeto de estudio se ha trasladado a una región distinta a la de su nacimiento. Áreas regionales como Meknes - Tafilalet, Taza - Al Hoceïma - Taounate o Tadla - Azilal, en el interior del país y en el norte, de marcado carácter rural llegan a perder a 6 de cada 10 efectivos o más, en favor de  Guelmin - Es-Semara, la primera y la tercera, o de las regiones de Tanger - Tetouan u Oriental, la segunda.

7.- Las regiones suroccidentales, concretamente la provincia de Tan-Tan, se han convertido en un gran polo de atracción inmigratoria. Se ha originado así un eje costero en el Atlántico claramente vinculado con el Archipiélago a través de las relaciones comerciales y el tráfico marítimo, definido por los enclaves de Agadir, Tan-Tan, Laayoune y, hacia el interior, Guelmim.

 

Notas

[1] Entre las publicaciones desarrolladas acerca de la inmigración irregular en España, que se sirven de los datos de los procesos extraordinarios de regularización, nos parecen muy importantes las del Profesor Izquierdo Escribano. En el caso de Canarias, el Grupo de Investigación de Geografía Económica y Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha llevado a cabo distintos trabajos en relación con esta temática en Canarias.

[2] Nos parece importante la cronología establecida por RAMÍREZ GOICOECHEA, E. en su obra Inmigrantes en España: vida y experiencias. y por LÓPEZ, B. en el Atlas de la inmigración magrebí en España. y en la ya citada Inmigración magrebí en España. El retorno de los moriscos., todas ellas referenciada en la bibliografía.

[3] Nos parece significativo a este respecto, que el rescate de la memoria histórica que representa el trabajo de NOGUÉ, J. y VILLANOVA, J. L. (Ed.) (1999): España en Marruecos (1912-1956). Discursos geográficos e intervención territorial. Ed. Milenio. haga tan poca referencia a estos otros espacios.

[4] Se ha utilizado la clasificación administrativa del país. En 1992 tras una importante reforma administrativa se establecieron 16 regiones que se subdividen en 71 provincias, de las que algunas tienen la consideración de prefecturas por tratarse de entidades urbanas.

[5] Dado que es necesario que los ciudadanos foráneos presenten cualquier documento acreditativo de su nacionalidad, no es posible reconocer la inmigración de saharauis que queda enmascarada con pasaportes marroquíes, mauritanos y, en unos pocos casos, argelinos. Sólo es posible identificarla cuando media algún tipo de reconocimiento de refugiado político, asilado, etc. o cuando se trata de registros menos exigentes como el de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias que inscribe como saharauis a los alumnos de dicho origen.

[6] Las relaciones comerciales de Canarias con las regiones del Sur de Marruecos se han reforzado en estos últimos años, como ponen de manifiesto algunas noticias periodísticas. A modo de ejemplo, la que aparece en La Provincia-Diario de Las Palmas en la sección de Economía el 21 de Septiembre de 2003, pág 29, titulada “Canarias y el Sur de Marruecos estrechan lazos comerciales”.

[7] www.afrol.com/es/Noticias2002/marr034_agencia_desarrollo.htm

[8] En estas condiciones, el crecimiento demográfico tiene una gran repercusión. El gobierno pretende fijar la población rural y frenar las sucesivas riadas migratorias mediante programas de inversión en dotaciones, servicios y comunicaciones para “re-ruralizar” a estas comunidades y detener el constante y masivo “éxodo”. Sin embargo estas iniciativas se estrellan con frecuencia en el muro de la corrupción, desaprovechándose las oportunidades a causa de la ineficacia de las distintas administraciones y de la desviación de recursos a cultivos de dudosa legalidad y de elevada rentabilidad, como es el caso del “cáñamo índico” o hachís (DOMÍNGUEZ MUJICA, J. y otros, 2001, p. 63).

[9] Porcentaje respecto a un total de 737 inscripciones consulares en Canarias para el año 1999, las cuales cubren un 90% del contingente total de ese año en el Archipiélago, el 10% restante queda excluido por tratarse de efectivos que han nacido fuera de Marruecos.

[10] La participación de estas provincias en los flujos interiores es de tal calado que 3 de cada 4 personas que se trasladaron a otra provincia distinta a la de nacimiento, del conjunto objeto de estudio, se ha establecido a lo largo de este eje costero y en torno a la provincia de Guelmim.

[11] En concreto se trata de una oficina de Proexca, empresa pública adscrita a la Consejería de Economía, Hacienda y Comercio del Gobierno de Canarias para el fomento de la internacionalización de las empresas canarias.

 

Bibliografía.-

DÍAZ HERNÁNDEZ, R. Análisis geodemográfico de la inmigración llegada a Canarias desde el África Occidental. Revista Espacio y Tiempo. Sevilla: Ed. Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, 1994.

DOMÍNGUEZ MUJICA, J., DÍAZ HERNÁNDEZ, R. y PARREÑO CASTELLANO, J.M. Inmigración extranjera e integración. La inmigración irregular en Canarias (1999-2000). Las Palmas de Gran Canaria: Consejería de Empleo y Asuntos Sociales. Gobierno de Canarias, 2001.

DOMÍNGUEZ MUJICA, J. La inmigración extranjera en la provincia de Las Palmas. Las Palmas de Gran Canaria: Ed. Centro de Investigación Económica y Social. Caja Insular de Ahorros de Canarias, 1995.

GOZÁLVEZ PÉREZ, V. (dir.) Inmigrantes marroquíes y senegaleses en la España mediterránea. Valencia: Ed. Generalitat Valenciana. Consellería de Treball i Afers Socials, 1995.

LÓPEZ, B. Atlas de la inmigración magrebí en España. Madrid: Ed. UAM. Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos, 1996.

LÓPEZ, B. y otros. Inmigración magrebí en España. El retorno de los moriscos. Madrid: Ed. MAPFRE, S.A., 1993.

MORALES LEZCANO, V.: Inmigración africana en Madrid: marroquíes y guineanos. Madrid: Ed. Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1993.

RAMÍREZ GOICOECHEA, E. Inmigrantes en España: vida y experiencias. Madrid: Ed. Siglo XXI de España Editores S.A., 1996.

 

© Copyright Josefina Domínguez Mujica y Raquel Guerra Talavera, 2004
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Ficha bibliográfica:
DOMÍNGUEZ, J. y GUERRA, R. El origen geográfico de los inmigrados marroquíes en Canarias. Migraciones exteriores y factores de repulsión. Geo Crítica / Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de marzo de 2004, vol. VIII, núm. 161. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-161.htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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