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Geo Crítica
Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 174, 1 de octubre de 2004

INTENSIDAD Y CALENDARIO DE MOVILIDAD RESIDENCIAL EN LA UNIÓN EUROPEA

Antonio López Gay
Universitat Autònoma de Barcelona
tlopez@ced.uab.es

Intensidad y calendario de la movilidad residencial en la Unión Europea (Resumen)

El presente artículo pretende mostrar las divergencias existentes en las estrategias y comportamientos residenciales de la población de trece países miembros de la Unión Europea. El trabajo se construye a partir de los datos extraídos de la encuesta European Communitiy Household Panel, realizada a escala europea y que contiene información sociodemográfica común para todos los países miembros.

El análisis de la intensidad con la que los individuos realizan desplazamientos residenciales sobre el territorio, así como el estudio del momento vital en el que los individuos cambian de residencia son los principales ejes de la investigación. El enfoque comparativo que se le ha dado al análisis de ambos fenómenos ha permitido detectar la existencia de importantes contrastes en el comportamiento residencial de los europeos. De esta manera, las conclusiones giran alrededor de la existencia de un heterogéneo mapa europeo en el que se subrayan los contrastes entre los comportamientos residenciales de la población del norte y del sur.

Palabras clave: movilidad residencial, ciclo de vida, estrategia residencial, Unión Europea, demografía urbana residencial.

Intensity and timing of the residential mobility in the European Union (Abstract)

This work aims at analysing the differences in the residential behaviour of the population living in thirteen countries of the European Union. The paper is based on data extracted from the European Community Household Panel, an European survey that contains the same social and demographic information for all the member countries.

This investigation comprises two main topics. First, the analysis of the level of residential mobility among all the selected countries, and second, the study about the influence of age and life cycle in people’s residential behaviour. The comparative approach to both topics points out the existence of many differences in the residential behaviour of Europeans. In this way, the conclusions of this work are about an heterogeneous European map where there are many contrasts between the behaviour of Northern and Southern people.

Keywords: residential mobility, life cycle, residential strategy, European Union, urban and residential Demography.

Aprovechando la existencia en la Unión Europa de una encuesta con información sociodemográfica común para todos los países miembros, el European Community Household Panel (en adelante ECHP), se ha elaborado en el Centre d’Estudis Demogràfics el estudio Trabajo y residencia como factores de las migraciones internas: un estudio comparativo europeo, una investigación con vocación comparativa en que se analiza el comportamiento residencial de la población de trece países de la Unión Europea durante el periodo 1995-1997 (por cuestiones metodológicas se ha excluido el análisis de los datos de Holanda y Suecia). El presente artículo es una síntesis del primer capítulo de la investigación, centrado en el análisis de los indicadores de intensidad y calendario de la movilidad residencial en los países de la Unión Europea[1].

En este trabajo se ha superado el obstáculo que normalmente ha supuesto para este tipo de estudios la presentación de indicadores homogéneos de movilidad residencial de diferentes países del continente. El diseño de la encuesta ECHP permite realizar un análisis profundo de la movilidad residencial en Europa basado en datos comparables extraídos de una misma fuente de información y recopilados en base a unos mismos criterios metodológicos y conceptuales.

Así pues, este enfoque comparativo estará presente a lo largo de todo el trabajo y permitirá detectar la existencia de diferentes pautas de comportamiento con relación a dos cuestiones principales:

·      La intensidad de los procesos de movilidad residencial; a partir de aquí se detectarán comportamientos residenciales diversos en lo que respecta al número de cambios de residencia que realiza la población europea.

·      El calendario de la movilidad residencial, es decir, el estudio del momento vital en el que los individuos realizan los desplazamientos residenciales.

Esta última línea de análisis dispondrá a lo largo del artículo de un mayor peso explicativo que la anterior, pues el grado de estabilidad o inestabilidad residencial está directamente relacionado con los niveles de movilidad residencial que se alcanzan a lo largo de las diversas etapas y transiciones que el individuo atraviesa dentro de su ciclo de vida.

Intensidad de la movilidad residencial. Un análisis comparativo europeo.

Anualmente, entre 7 y 8 ciudadanos europeos de cada 100 cambian de residencia (ciudadanos de los trece países analizados en este trabajo, integrados en la encuesta ECHP en el periodo 1995-1997). Pese a no ser un valor tan elevado como el que presentan otros ámbitos del globo, por ejemplo, en Estados Unidos el 16% de la población cambia de vivienda en un año, sí que implica la existencia de un intenso proceso de renovación de población sobre el territorio, sobre todo cuando éste se analiza a escala local.

Sin embargo, este valor medio europeo no es un buen indicador para reflejar el comportamiento de la población de los diferentes países que componen la encuesta ECHP, ya que existe una gran heterogeneidad de conductas residenciales en el continente. En la bibliografía específica sobre movilidad residencial, se pueden encontrar valiosas aportaciones en las que se ponen de relieve los diferentes niveles de movilidad residencial en Europa (BÖHEIM, 1999; GREENWOOD, 1997; GREGG, 2000; LONG, 1991). Es evidente que las características residenciales, económicas, sociales, culturales, o políticas de cada país se manifiestan de forma diferente, hecho que justifica la existencia de una significativa variedad de comportamientos y estrategias residenciales entre la población europea.

Cuadro 1. Tasa anual de movilidad residencial (%). Tasa bruta y tasa estandarizada
según la estructura por edad del conjunto de países. Países ECHP 1995-1997

País

Tasa

Tasa estandarizada*

Alemania

8,20 %

8,47 %

Austria

4,46 %

4,36 %

Bélgica

6,68 %

6,74 %

Dinamarca

12,97 %

12,86 %

España

4,66 %

4,57 %

Finlandia

12,68 %

13,11 %

Francia

9,55 %

9,48 %

Grecia

4,27 %

4,43 %

Irlanda

4,15 %

3,94 %

Italia

3,50 %

3,53 %

Luxemburgo

5,86 %

5,72 %

Portugal

4,86 %

4,86 %

Reino Unido

11,24 %

11,14 %

Países ECHP

7,52 %

7,52 %

* Tasas estandarizadas a partir de la estructura por edad del conjunto ECHP.
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

Las diferencias en la intensidad de la movilidad de los países analizados, calculadas a partir de la encuesta ECHP, son claras (Cuadro 1). Dinamarca es el país que presenta el nivel más elevado, casi el 13% de la población vive un cambio residencial durante el transcurso de un año. En el otro extremo se encuentra Italia, con una tasa casi cuatro veces menor: únicamente el 3,5% de la población realiza un cambio residencial en un año. Por encima de la media del conjunto de países ECHP aparecen, por este orden, Finlandia, Reino Unido, Francia y Alemania, mientras que, por debajo de la media, se encuentran Bélgica, Luxemburgo, Portugal, España, Austria, Grecia e Irlanda.

Si las condiciones de movilidad residencial de cada país del periodo 1995-97 se mantuviesen idénticas a lo largo de la vida de los individuos, se obtendrían los Índices Sintéticos de Movilidad que se muestran en la Figura 1. Un europeo realizaría una media de 6 movimientos a lo largo de su vida, pero al igual que ocurre con las tasas calculadas anteriormente, existen grandes contrastes entre los países estudiados. Los resultados giran en la misma línea que los obtenidos anteriormente: los más de 10 cambios de domicilio que realizaría un danés o finlandés, quedan lejos del comportamiento sedentario de los italianos, que apenas realizarían 3 desplazamientos residenciales si se mantuviesen las condiciones de movilidad actuales.

Figura 1. Ranking de los países según el Indicador Sintético de Movilidad
(movimientos residenciales realizados a lo largo de una vida). Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

La representación de las diferencias de movilidad residencial en un mapa europeo nos insinuaría la existencia de un patrón territorial. Sintetizando, los países con los niveles de movilidad residencial más elevados se localizan en el norte de Europa, los países que presentan tasas que oscilan muy poco alrededor de la media se sitúan en Europa central, mientras que los países con los valores más bajos corresponden a los de Europa meridional y a Irlanda.

La encuesta ECHP también permite calcular la intensidad de la movilidad para las regiones NUTS 3 de los países integrados en la encuesta. En general, no se han detectado diferencias notables dentro de los países; únicamente, en algunos estados se ha apreciado un ligero incremento de las tasas en las áreas más urbanizadas. Pese a estas pequeñas diferencias, se puede afirmar que las pautas que rigen el comportamiento residencial de los individuos están más condicionadas por ciertos aspectos estatales que por elementos regionales.

En lo que respecta a la distancia recorrida en los desplazamientos residenciales, la explotación de la encuesta no permite un análisis muy profundo de esta variable. Sin embargo, cabe destacar que la mayoría de los movimientos residenciales que se registran en Europa son de corto radio. Más del 80% de los desplazamientos no superan la frontera administrativa delimitada por la figura NUTS 3. Por tanto, la población no está fija en sus ubicaciones locales pero tiende a permanecer en ámbitos próximos. Las diversas definiciones de las entidades NUTS 3 en los diferentes países de la Unión Europea no permite analizar contrastes entre estados sobre la distancia recorrida en el desplazamiento residencial.

Los datos observados hasta el momento han dejado de manifiesto la heterogeneidad de los comportamientos residenciales adoptados por la población europea. De la misma manera, estas diferencias tienen su reflejo en los desplazamientos y cambios de vivienda que los individuos realizan durante las diferentes etapas de su ciclo de vida. Estos elementos, y sus vinculaciones, se desarrollan a partir del próximo capítulo.

Calendario y ciclo de vida de la movilidad residencial

La edad es una variable demográfica que selecciona el comportamiento residencial de los individuos. Los niveles de movilidad alcanzados a lo largo de la vida de las personas se asocian con el desarrollo de su ciclo de vida: los desplazamientos residenciales se relacionan con ciertos cambios y transiciones que el individuo realiza a lo largo de su vida, en los terrenos familiar, residencial y laboral.

En la Figura 2 se presentan las tasas específicas de movilidad residencial para los países ECHP. En todos ellos, la forma general de la curva se ajusta notablemente a la clásica curva de movilidad residencial, con un primer pico de movilidad en las edades de 0-4 años que desciende rápidamente hasta la edad de 10-14. A partir de este grupo, los niveles se recuperan para registrar entre los 20 y 29 años las tasas de movilidad residencial más elevadas, que indican que es la etapa es la de mayor inestabilidad residencial del individuo. A partir de ese momento los niveles disminuyen de manera rápida hasta llegar a las tasas de movilidad residencial más bajas, que se alcanzan normalmente antes de la jubilación. Después de los 65 años de edad, la tasa vuelve a incrementarse ligeramente. (ROGERS, 1982).

No obstante, y pese a la reproducción de una curva de movilidad residencial similar, existen diferencias muy relevantes entre países que afectan sobre todo a la intensidad y al momento vital en el que se realizan los desplazamientos residenciales. Con el objetivo de examinar las diferencias de movilidad residencial que se registran a lo largo de la vida del individuo, se ha estructurado el apartado de acuerdo con las diversas etapas y transiciones que transcurren dentro del ciclo de vida de las personas.

En otro nivel de análisis, existen ligeras diferencias en el comportamiento residencial según el sexo de los individuos. Éstas únicamente se aprecian en el calendario de la movilidad y no en la intensidad del fenómeno (Cuadro 2). En la mayoría de los países ECHP, las mujeres jóvenes alcanzan los niveles más altos de movilidad residencial ligeramente más temprano que los hombres, fenómeno contrarestado en el análisis de las tasas de los hombres de más de 35 años, que presentan mayor movilidad residencial.  Probablemente, la inferior edad de la mujer en la pareja es uno de los principales elementos que explican este hecho. Por otro lado, a partir de los 75 años de edad, se detecta una ligera sobremovilidad femenina, motivada por la mayor probabilidad de la mujer a perder el cónyuge, acontecimiento que, como se observará posteriormente, provoca una alta propensión a moverse (LONG, 1991).

Figura 2. Tasas anuales de movilidad residencial según edades quinquenales. Países ECHP, 1995-1997.
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

 

Cuadro 2. Tasas anuales de movilidad residencial
según sexo y edad. Grandes grupos de edad. Países ECHP, 1995-1997

Edad/Sexo

0-14

15-24

25-34

35-49

50-64

65 y más

País

H

M

H

M

H

M

H

M

H

M

H

M

Alemania

9,5 %

9,3 %

9,5 %

15,5 %

16,0 %

16,0 %

8,8 %

6,2 %

3,5 %

3,3 %

2,9 %

3,0 %

Austria

5,1 %

4,2 %

7,8 %

13,1 %

7,7 %

7,7 %

3,4 %

2,1 %

1,1 %

1,2 %

1,1 %

1,4 %

Bélgica

9,0 %

7,0 %

8,7 %

11,1 %

13,8 %

13,6 %

4,7 %

5,1 %

3,2 %

2,8 %

1,6 %

2,4 %

Dinamarca

13,4 %

13,5 %

23,0 %

25,7 %

25,1 %

22,0 %

9,6 %

9,4 %

5,8 %

7,2 %

4,1 %

4,1 %

España

5,3 %

4,9 %

3,9 %

5,5 %

11,1 %

10,2 %

4,0 %

2,9 %

2,2 %

2,0 %

1,5 %

2,3 %

Finlandia

12,6 %

12,3 %

21,4 %

29,9 %

23,6 %

19,7 %

9,7 %

9,6 %

7,6 %

7,0 %

4,8 %

4,4 %

Francia

9,4 %

9,5 %

15,0 %

18,6 %

20,1 %

16,8 %

7,1 %

6,1 %

4,8 %

5,0 %

2,8 %

3,5 %

Grecia

4,9 %

4,4 %

6,4 %

8,8 %

7,5 %

8,6 %

5,2 %

3,3 %

1,7 %

1,2 %

1,1 %

0,9 %

Irlanda

4,3 %

3,9 %

5,5 %

8,4 %

8,6 %

9,6 %

2,1 %

1,8 %

0,9 %

1,3 %

1,3 %

1,3 %

Italia

5,0 %

4,0 %

3,0 %

4,3 %

7,0 %

7,3 %

3,5 %

2,9 %

1,3 %

1,4 %

1,4 %

1,7 %

Luxemburgo

7,3 %

5,1 %

7,0 %

13,5 %

7,9 %

7,4 %

7,2 %

4,4 %

3,5 %

2,3 %

1,2 %

4,4 %

Portugal

5,6 %

6,9 %

6,3 %

7,7 %

9,4 %

8,3 %

4,1 %

3,3 %

2,6 %

1,4 %

1,3 %

1,8 %

Reino Unido

11,9 %

9,6 %

20,9 %

26,5 %

18,7 %

15,3 %

8,3 %

9,1 %

6,9 %

5,7 %

3,8 %

4,0 %

Países ECHP

8,5 %

7,8 %

10,3 %

13,9 %

14,6 %

13,2 %

6,6 %

5,6 %

3,7 %

3,4 %

2,5 %

2,8 %

Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

 

Movilidad residencial en la infancia

Para explicar el comportamiento residencial diferencial de la población infantil europea, deben analizarse los elementos que inducen a los padres a tener una mayor o menor estabilidad residencial, ya que los movimientos de la población infantil  son consecuencia directa de la toma de decisiones de los adultos. No obstante, la presencia de hijos en el hogar es un elemento que interviene intensamente en el proceso de toma de decisión adulto.

La movilidad del grupo 0-4 años es, en todos los países ECHP, superior a la movilidad del grupo 5-9, y ésta a su vez a la del grupo 10-14. Esta tendencia podría ser únicamente consecuencia del descenso de la movilidad de los adultos, ya que éstos a medida que avanzan en su edad presentan un mayor grado de estabilidad residencial. Sin embargo, diversos autores han demostrado que la presencia de hijos de más edad hace aumentar la estabilidad residencial de la familia. Los aspectos relacionados con la vida académica de los hijos se presentan como principales factores explicativos (BÖHEIM y TAYLOR, 1999).

Pese a que en todos los países se reproduce esta misma tendencia (una mayor estabilidad residencial a medida que avanza la edad del niño), el número de desplazamientos residenciales realizados presenta grandes contrastes en este grupo de edad. De esta manera, mientras que en Dinamarca se realizan dos cambios residenciales antes de cumplir los 15 años de edad, en los países mediterráneos e Irlanda no se alcanza un único desplazamiento residencial (Cuadro 3).

Cuadro 3. Aportación absoluta de cada grupo de edad al ISM
(desplazamientos residenciales realizados en cada grupo de edad). Países ECHP, 1995-97.

País

0-14

15-24

25-34

35-49

50-64

65 y más

ISM

Alemania

1,5

1,2

1,6

1,1

0,5

0,8

6,7

Austria

0,7

1,0

0,8

0,4

0,2

0,3

3,4

Bélgica

1,2

1,0

1,4

0,7

0,4

0,7

5,4

Dinamarca

2,0

2,3

2,4

1,4

1,0

1,0

10,1

España

0,8

0,5

1,1

0,5

0,3

0,6

3,7

Finlandia

1,9

2,6

2,2

1,5

1,1

1,4

10,6

Francia

1,4

1,7

1,8

1,0

0,7

0,9

7,5

Grecia

0,7

0,8

0,8

0,6

0,2

0,3

3,4

Irlanda

0,7

0,7

0,9

0,3

0,2

0,4

3,2

Italia

0,7

0,4

0,7

0,5

0,2

0,4

2,9

Luxemburgo

0,9

1,0

0,8

0,8

0,4

1,0

4,9

Portugal

1,0

0,7

0,9

0,5

0,3

0,5

3,9

Reino Unido

1,6

2,3

1,7

1,3

0,9

1,2

9,0

Países ECHP

1,3

1,2

1,4

0,9

0,5

0,7

6,0

Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

 

Emancipación y formación de la pareja

En los países del norte y centro de Europa la tasa de movilidad residencial del grupo 15-19 experimenta un aumento importante respecto al intervalo de edad anterior, el de 10-14 años (Figura 2). Este repunte de la movilidad a partir del grupo 15-19 años está mostrando un temprano proceso de emancipación, asociado, como se verá posteriormente, al inicio de una fase de elevada inestabilidad residencial. Los países meridionales, así como Alemania, Bélgica e Irlanda, presentan una tasa de movilidad residencial en el grupo 15-19 años muy similar a la del grupo anterior. Si se tiene en cuenta que parte de estos movimientos son todavía de arrastre familiar, se puede afirmar que estos países presentan bajos niveles de emancipación temprana. Es muy significativa la situación de España, único país en que el grupo de edad 15-19 presenta una tasa de movilidad residencial inferior a la del grupo 10-14.

En todos los países, a excepción de España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal, entre los 15 y los 24 años de edad, un individuo realiza, de media, un mínimo de un cambio de residencia. En Dinamarca o Finlandia, el 40% de los jóvenes de entre 20 y 24 años realiza anualmente un desplazamiento residencial. Estas cifras ponen de manifiesto que los países nórdicos y centroeuropeos, además de caracterizarse por una emancipación temprana, presentan en la juventud una fase de gran inestabilidad residencial. Es significativo que entre los 15 y los 34 años un danés o un finlandés realicen casi cinco cambios de residencia.

Las tasas de movilidad residencial del grupo 25-29 confirman la hipótesis de una emancipación tardía en los países mediterráneos. En Italia, España y Portugal se alcanza en este grupo de edad la mayor movilidad de toda la vida del individuo. En Italia y España, además, las tasas del grupo de edad 30-34 años son superiores a las tasas del grupo 20-24. Además, el hecho que entre los 15 y los 34 años de edad se registre poco más de un único movimiento residencial parece indicar que una vez realizado el movimiento de salida del hogar familiar, el individuo se incorpora a una etapa de elevada estabilidad residencial.

Resulta igualmente interesante analizar el comportamiento residencial de los individuos una vez emancipados. Se han detectado diferencias significativas de movilidad en todos los países entre las personas menores de 30 años que viven en un hogar unipersonal respecto a los individuos de la misma edad que continúan en el hogar familiar (Cuadro 4). Para el conjunto europeo, la tasa de movilidad residencial de los primeros alcanza el 31% mientras que la tasa de los que viven en el hogar familiar se sitúa alrededor del 8%. Las diferencias son especialmente intensas en los países del Mediterráneo, como en España, donde la tasa de los que se han independizado es 7 veces superior a la de los que viven en el hogar familiar. Parece ser, pues, que la vida independiente en un hogar unipersonal está asociada a una fase de fuerte inestabilidad residencial.

Cuadro 4. Tasas anuales de movilidad residencial
de individuos emancipados y no emancipados. Países ECHP, 1995-1997.

País

Emancipados*

No emancipados**

Alemania

24,3 %

9,3 %

Austria

9,4 %

9,0 %

Bélgica

23,6 %

6,2 %

Dinamarca

35,9 %

22,6 %

España

29,6 %

3,9 %

Finlandia

34,4 %

16,5 %

Francia

34,8 %

12,1 %

Grecia

15,8 %

7,3 %

Irlanda

21,1 %

4,9 %

Italia

7,4 %

2,5 %

Luxemburgo

4,4 %

7,9 %

Portugal

2,2 %

3,4 %

Reino Unido

50,6 %

21,3 %

Países ECHP

31,3 %

8,1 %

*Emancipados: Individuos menores de 30 años que viven en hogar unipersonal.
** No emancipados: Individuos de entre 15 y 30 años, solteros y sin cohabitar que viven en hogar de dos adultos con hijos dependientes.
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

El inicio de la vida en pareja es otro acontecimiento que se puede asociar a un comportamiento diferencial de la movilidad residencial. El individuo puede acceder directamente a la vida en pareja desde el hogar familiar, o bien desde un hogar independiente, como resultado de una previa emancipación. A la vista de los datos analizados, parece ser que en los países meridionales existe una mayor propensión a seguir la primera estrategia. La transición a la vida en pareja, con o sin matrimonio, está asociada a una mayor movilidad residencial en todos los países analizados (Cuadro 5). En el conjunto europeo, el 75% de los jóvenes entre 15 y 24 años que comienzan la vida en pareja cambian de residencia en el año que han realizado esa transición. El porcentaje es menor en el grupo 25-34 años, probablemente debido a que se registran más casos en los que uno de los dos miembros de la pareja aporta su vivienda previa. Por otra parte, una vez establecida la pareja, sus miembros presentan un notable grado de estabilidad residencial, sobre todo a partir de los 35 años de edad.

Cuadro 5. Tasas anuales de movilidad residencial de los individuos que han pasado
a la vida en pareja en el transcurso de un año y de la población que permanece en pareja.
Países ECHP, 1995-1997
 

Tasas anuales de movilidad residencial

Transición a vida en pareja
Sin transición a vida en pareja
Individuos que continúan la vida en pareja durante un año

País

15-24

25-34

> 35

15-24

25-34

> 35

15-34

> 35

Alemania

81,2 %

52,5 %

34,1 %

9,3 %

14,9 %

4,8 %

14,2 %

4,0 %

Austria

30,9 %

34,4 %

12,3 %

4,0 %

5,1 %

1,9 %

4,9 %

1,0 %

Bélgica

77,8 %

63,1 %

40,5 %

4,0 %

14,0 %

4,1 %

11,1 %

2,3 %

Dinamarca

74,4 %

54,9 %

32,7 %

20,3 %

21,5 %

6,6 %

21,0 %

5,6 %

España

59,7 %

73,1 %

29,0 %

2,2 %

4,6 %

2,3 %

7,8 %

2,0 %

Finlandia

90,8 %

72,8 %

62,0 %

19,6 %

12,3 %

6,9 %

21,3 %

6,0 %

Francia

89,9 %

68,5 %

34,3 %

10,9 %

13,8 %

5,1 %

16,5 %

4,2 %

Grecia

36,3 %

53,2 %

21,4 %

5,2 %

3,6 %

1,3 %

6,1 %

2,1 %

Irlanda

79,4 %

51,3 %

20,1 %

4,4 %

6,0 %

1,5 %

8,5 %

1,1 %

Italia

50,8 %

52,6 %

20,7 %

2,4 %

3,0 %

2,2 %

6,6 %

1,8 %

Luxemburgo

90,5 %

66,8 %

28,7 %

6,3 %

3,0 %

3,6 %

5,5 %

2,7 %

Portugal

58,4 %

62,2 %

18,7 %

2,8 %

2,7 %

2,2 %

8,7 %

2,3 %

Reino Unido

83,6 %

54,3 %

29,5 %

20,4 %

13,6 %

5,9 %

14,1 %

5,8 %

Países ECHP

74,9 %

57,9 %

30,5 %

8,2 %

9,9 %

4,2 %

12,3 %

3,5 %

Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

 

El descenso de la movilidad residencial en las edades adultas

A partir del grupo de edad 20-24 años en los países septentrionales y del grupo 25-29 en los meridionales e Irlanda, los niveles de movilidad residencial experimentan un rápido y progresivo descenso. Pese a que las tasas descienden en todos los países respecto a los niveles alcanzados en la juventud, se manifiestan de nuevo las diferencias de intensidad. Así, mientras que en Finlandia, Dinamarca y Reino Unido una persona realizaría una media superior a los 2 cambios de residencia entre los 35 y los 64 años, en los países mediterráneos realizaría poco más de un único desplazamiento residencial, y en Irlanda se registra un valor medio extraordinariamente bajo: sólo una de cada dos personas cambia de residencia en ese periodo de 30 años (Cuadro 3).

En el transcurso de la vida adulta pueden producirse diversos acontecimientos que están relacionados con un incremento de la inestabilidad residencial. Así, diversos autores han relacionado el aumento del tamaño del hogar con un incremento de las probabilidades de realizar desplazamientos residenciales, como consecuencia de la necesidad por reajustar ciertas características de la vivienda y del entorno a las nuevas necesidades del hogar (MULDER, 1993; CLARK, DIELEMAN and DUERLOO, 1989). En el caso europeo, se ha observado que la tasa de movilidad residencial de los individuos adultos pertenecientes a hogares en los que en el transcurso de un año ha aumentado el número de hijos dependientes duplica la tasa de los individuos que viven en hogares en los que no ha habido cambios en el tamaño del hogar de un año para otro. Para el conjunto de países de la encuesta, la primera tasa se sitúa próxima al 15%, mientras que la segunda no alcanza el 8%. En los países nórdicos la diferencia entre ambas tasas es intensa; en el ámbito del Mediterráneo, en cambio, se observa menor sensibilidad residencial al aumento del tamaño familiar (en España, por ejemplo, la diferencia es casi inexistente, una tasa del 4,9% de los que aumentan frente a una del 4,8% de los que no) (Cuadro 6).

Cuadro 6. Tasas anuales de movilidad residencial de los adultos de 15 a 49 años que viven
en hogares donde ha aumentado el número de hijos dependientes en el transcurso de un año.
Países ECHP, 1995-1997

País

Aumentan tamaño hogar

Mismo tamaño hogar

Alemania

18,6 %

10,0 %

Austria

6,1 %

3,4 %

Bélgica

13,0 %

5,9 %

Dinamarca

26,2 %

12,3 %

España

4,9 %

4,8 %

Finlandia

23,1 %

11,7 %

Francia

18,1 %

9,5 %

Grecia

6,3 %

4,5 %

Irlanda

9,3 %

4,2 %

Italia

2,6 %

3,4 %

Luxemburgo

4,7 %

3,7 %

Portugal

9,3 %

5,2 %

Reino Unido

19,7 %

9,4 %

Países ECHP

14,5 %

7,7 %

Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

La disolución del hogar en pareja también es un acontecimiento que está asociado a un incremento de la movilidad residencial de los individuos. Obviamente, la ruptura de la convivencia en pareja está ligada al abandono del hogar por uno de los dos miembros de la pareja. El análisis de la encuesta ECHP pone de manifiesto como entre los individuos que cesan su convivencia entre los 15 y 34 años de edad son las mujeres las que presentan tasas de movilidad residencial más elevadas. En cambio, entre los individuos de más de 35 años, los hombres presentan tasas de movilidad superiores.

Una vez disuelto el hogar en pareja, es interesante analizar si los individuos separados o divorciados tienen comportamientos residenciales diferentes a los de la población casada. En todos los países analizados la tasa de movilidad residencial de separados y divorciados es notablemente más elevada que la de la población casada. Para el conjunto europeo, los primeros presentan una tasa del 12,8% mientras que los segundos alcanzan el 5,2%.

Jubilación, vejez y senectud

Tras los 65 años de edad se producen nuevos acontecimientos en la vida del individuo, jubilación, deterioro del estado de salud y pérdida del cónyuge fundamentalmente, que provocan un ligero aumento de la movilidad residencial en todos los países (Cuadro 3). Se puede observar, también, que en la mayoría de los países la movilidad residencial del grupo de edad 75 y más es mayor que la movilidad de los recién jubilados (Figura 2). Son relevantes las elevadas tasas que presenta España a partir de los 65 años de edad: por primera vez las tasas de movilidad son similares a la media del conjunto europeo.

La pérdida del cónyuge suele ser uno de los últimos acontecimientos del ciclo de vida de las personas, y puede provocar una modificación del comportamiento y estrategia residencial del individuo. La escasez de efectivos en la encuesta que hayan perdido a su cónyuge en el último año imposibilita el análisis del comportamiento residencial en el momento inmediatamente posterior a la muerte de la pareja. No obstante, y con el objetivo de aproximarse al comportamiento residencial de las personas que en cualquier momento del pasado han perdido a su cónyuge, se ha comparado la movilidad de los viudos de más de 65 años con la del resto de individuos del mismo grupo de edad (Cuadro 7). Salvo la excepción de Finlandia y Alemania, en todos los países de la encuesta, la movilidad residencial de los viudos es superior a la del resto de individuos. Para el conjunto de los países, la tasa anual de movilidad residencial de la población viuda es del 3%, mientras que la tasa del resto de individuos no supera el 2,4%. Así, parece ser que la movilidad asociada a la pérdida del cónyuge provoca en la mayoría de los países un aumento de la movilidad residencial. Podría ser que en estos resultados esté oculto un efecto de la variable edad, ya que las personas viudas son, en principio, de mayor edad que el resto, y como se ha visto en apartados anteriores éstas muestran unas tasas de movilidad residencial ligeramente superiores. No obstante, la pérdida de la pareja supone la entrada del individuo en una nueva realidad: la voluntad de no vivir solo, la necesidad de atención, o el reajuste a una vivienda de menores dimensiones son elementos importantes que pueden motivar la realización de un cambio residencial dentro de esa nueva realidad.

Cuadro 7. Tasas anuales de movilidad residencial de los individuos
de 65 años y más según su condición de viudedad. Países ECHP, 1995-1997

País

Viudos

Resto de individuos

Total individuos

Alemania

2,7 %

2,8 %

2,8 %

Austria

1,4 %

1,1 %

1,3 %

Bélgica

3,2 %

1,5 %

2,1 %

Dinamarca

4,3 %

4,0 %

4,1 %

España

2,8 %

1,5 %

1,9 %

Finlandia

3,5 %

4,8 %

4,3 %

Francia

3,7 %

3,0 %

3,2 %

Grecia

1,0 %

1,0 %

1,0 %

Irlanda

1,2 %

1,2 %

1,2 %

Italia

1,8 %

1,4 %

1,5 %

Luxemburgo

2,1 %

1,5 %

1,7 %

Portugal

2,6 %

1,2 %

1,6 %

Reino Unido

4,5 %

3,6 %

3,9 %

Países ECHP

3,0 %

2,4 %

2,6 %

Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997.

 

Conclusiones

Se ha mostrado a lo largo del artículo que se registran notables diferencias entre los niveles de movilidad residencial de los países europeos estudiados. Los datos reflejan que existe un patrón territorial, un modelo en el que los países del norte del continente destacan como los ámbitos con mayores índices de movilidad residencial, y en el que los países mediterráneos presentan unos niveles que apuntan hacia un comportamiento de la población significativamente más sedentario. Mientras que en Dinamarca cada año el 13% de sus habitantes realiza un cambio de residencia, en Italia esta cifra apenas alcanza un 3,5%. Es importante asociar la idea de elevada movilidad residencial con la existencia de un intenso proceso de renovación residencial de la población a escala local, ya que más del 80% de los movimientos no superan la figura administrativa NUTS-3.

Se observa, pues, que las estrategias residenciales adoptadas por la población europea son muy diversas según el ámbito al que pertenece el individuo. Evidentemente, determinadas características económicas, culturales, sociales y políticas condicionan de manera clara el comportamiento individual.

Las estrategias residenciales adoptadas por la población europea se manifiestan en un comportamiento residencial muy diverso a lo largo de la vida. Así, y pese a que todos los países presentan una curva de movilidad residencial con una forma bastante similar, existen claras diferencias en las conductas residenciales de los individuos en cada etapa de su vida. La juventud es una de las fases vitales en las que más intensamente se pueden observar los contrastes. En los países nórdicos, la emancipación es temprana, y con ella se inaugura un periodo de gran inestabilidad residencial. En los países meridionales, en cambio, el abandono del hogar familiar se produce en edades posteriores y, además, una vez realizado ese cambio residencial de emancipación, el individuo se incorpora a una fase de gran estabilidad residencial. Es significativo observar como un joven danés efectúa cinco cambios de vivienda entre los 15 y los 34 años, mientras que un italiano realiza un único movimiento residencial.

Las diferencias entre el comportamiento residencial de la población del norte y del sur continúan presentes cuando se analiza la movilidad de los adultos. La presencia de hijos en el hogar parece ser un obstáculo mayor para cambiar de residencia en el sur, a la vez que estos hogares son menos sensibles a un aumento del número de hijos. Separación y divorcio provocan un aumento de la movilidad residencial de los que viven este acontecimiento en todos los países analizados.

Finalmente, la llegada del individuo a la tercera edad está asociada en todos los países de la encuesta a un ligero aumento de la movilidad. Jubilación, deterioro del estado de salud, defunción del cónyuge, y necesidad de atención se configuran como los principales elementos que explican la mayor movilidad de la población de más de 65 años.

 

Notas

[1] El presente texto se ha realizado en el marco del proyecto BSO2000-0477, Población y migraciones en Cataluña. Estudio territorial, histórico y prospectivo, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, Programa Nacional de Promoción General del Conocimiento. Plan Nacional I+D+I 2000-2003.

 

Bibliografía

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CLARK, W.; DIELEMAN, F.; DUERLOO, M. Housing consumption and residential mobility. Annals of the Association of American Geographers, 1984, nº 74, p. 29-43.

GREGG, P.; MACHIN, S.; MANNING, A. Mobility and joblessness. National Bureau of Economic Research, 2000, p. 1-51.

LONG, L. Residential mobility differences among developed countries. International Regional Science Review. 1991, nº 14, p. 133-147.

GREENWOOD, M. Internal migration in developed countries. In ROSENZWEIG, M.R.; STARK, O. [ed.], Handbook of population and family economics. Amsterdam: Elsevier Science, 1997.

MULDER, C. H.  Migration dynamics: A life course approach. PhD thesis Utrecht: Utrecht University, 1993.

MYERS, D. Housing Demography. Linking demographic structure and housing markets. Madison: University of Wisconsin, 1990. 315 p.

ROGERS, A.; WILLEKENS, F.; LEDENT, J. (1982). Migration and Settlement: a multiregional comparative study. GeoJournal Library, nº 7.

 

© Copyright Antonio López Gay, 2004
© Copyright Scripta Nova, 2004

Ficha bibliográfica:
LÓPEZ GAY, A.
Intensidad y calendario de la movilidad residencial en la Unión Europea . Geo Crítica / Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de octubre de 2004, vol. VIII, núm. 174. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-174.htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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