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Geo Crítica
Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 175, 15 de octubre de 2004

EL PAPEL DE LOS CONTEXTOS SOCIALES Y RESIDENCIALES EN EL CAMBIO DE VIVIENDA EN EUROPA. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A PARTIR DEL PANEL DE HOGARES DE LA UNIÓN EUROPEA

Joan Alberich González
Universitat Autònoma de Barcelona
jalberich@ced.uab.es

El papel de los contextos sociales y residenciales en el cambio de vivienda en Europa. Una primera aproximación a partir del Panel de Hogares de la Unión Europea (Resumen)

El presente trabajo se basa en los resultados de una investigación realizada por el Centre d’Estudis Demogràfics por encargo de la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea. En él se pretende realizar una primera aproximación al análisis de las dimensiones sociales de la movilidad residencial a partir de los datos del Panel de Hogares de la Unión Europea, con el fin de evaluar su potencialidad para este tipo de estudios. La idoneidad de esta fuente viene determinada por la estructura de sus dados, que permite, aparte de subrayar las diferencias regionales entre los distintos países que lo componen, realizar un análisis temporal de los procesos analizados y, consecuentemente, establecer una posible relación de causalidad entre ellos.

Dos son los aspectos básicos que se han analizado en relación con el cambio residencial: en primer lugar, la inserción social de los individuos, entendiendo como tal tanto la participación formal en clubes, asociaciones, etc., como las relaciones cotidianas de amistad y vecindad; y, en segundo lugar, la calidad del entorno residencial medida por la presencia o no de disfunciones como la delincuencia, el ruido o la contaminación.

Palabras clave: movilidad residencial, inserción social, calidad de vida, Unión Europea.

The role of the social and residential contexts in the dwelling change of housing in Europa. A first approximation from the European Community Household Panel (Abstract)

This paper is based on the results of an investigation carried out by the Centre d’Estudis Demogràfics by the assignment of the General Direction of Employment and Social Matters of the European Commission. It aims at analyzing the social dimensions of the residential mobility using de data from the European Community Household Panel, in order to evaluate his potential for this type of studies. The suitability of this source comes determined by the structure of his data, which it allows, apart from underlining the regional differences between the different countries that compose it, realizing a temporary analysis of the analyzed processes and, consistently, to establish a possible relation of causality between them.

Two are the basic aspects that have been analyzed in relation by the residential change: first, the social insertion of the individuals, understanding as such so much the formal participation in clubs, associations, etc., as the daily relations of friendship and vicinity; and, secondly, the quality of the residential environment measured by the presence or not of dysfunctions like the delinquency, the noise or the pollution.

Keywords: Residential mobility, social insertion, life quality, European Union.

El objetivo del presente trabajo es avaluar el potencial de una fuente estadística como es la macroencuesta europea Panel de Hogares de la Unión Europea (en adelante ECHP) de cara a estudiar las interrelaciones entre la movilidad residencial y los posibles factores sociales y ambientales que pueden condicionarla[1]. Así, el estudio planteado pretende ser una primera aproximación a nuevos factores explicativos de las migraciones, buscando nuevos condicionantes más allá de las clásicas variables que tradicionalmente se analizan, más relacionadas con las características sociodemográficas de los individuos que no con su entorno social.

Este objetivo principal se desdobla, pues, en otros secundarios: en primer lugar, establecer las relaciones e interacciones existentes entre la inserción social de los ciudadanos y la realización o no de un cambio residencial; y, en segundo, el estudio de la interacción entre la calidad del entorno residencial y los niveles de movilidad de la población, analizando cuál es el papel del cambio residencial en dicha relación, así como analizar las implicaciones sociopolíticas (fomento de la movilidad residencial, políticas sociales...) de los resultados obtenidos.

Como se ha comentado anteriormente, la información estadística proporcionada del ECHP constituye la base del estudio[2] que se propone, pues dicha fuente ofrece resultados comparables para los quince países miembros de la Unión Europea, de los que, por motivos metodológicos, se han excluido en nuestro análisis los casos holandés y sueco. La principal ventaja de esta fuente estadística —derivada de propia configuración metodológica de la encuesta— es el hecho que permite, aparte de subrayar las diferencias regionales entre los distintos países que la componen, realizar un análisis temporal de los procesos residenciales y sociales de la población y, consecuentemente, establecer una posible relación de causalidad entre ambos.

Para avaluar las posibles implicaciones de los factores sociales en el cambio residencial, se han seleccionado tres variables del Panel de Hogares:

Por otro lado, en relación con la calidad del entorno físico de la vivienda, se han seleccionado tres variables que corresponden cada una de ellas a la presencia o no de tres problemas como son la delincuencia, el ruido y la suciedad o la contaminación.

El papel del cambio residencial en el proceso de inserción social

La mayor parte de las variables utilizadas durante la elaboración de este trabajo presentan datos para dos momentos distintos —el antes y el después del movimiento—, de modo que es posible realizar una comparación temporal entre ambos. De esta constatación se desprende la existencia de dos ópticas posibles para nuestro análisis:

·           En primer lugar, estudiar si tanto la movilidad residencial como la inserción social presentan valores distintos en función de la situación individual de partida. Es decir, analizar si, por ejemplo, los individuos presentan o no unas tasas de movilidad o de inserción social mayores en función de su situación previa al cambio.

·           Un segundo posible análisis es la comparación de la inserción social entre los dos momentos, atendiendo de forma particular a aquellas personas que han realizado un cambio residencial. En otras palabras, se trata de analizar cual ha sido el papel del cambio residencial en las pautas de inserción social, estudiando si éstas han sufrido modificaciones tras el cambio respecto la situación inicial de partida.

Intensidad de la movilidad según la inserción social previa

En la mayor parte de los países de la muestra del ECHP existe una aparente preselección de los «candidatos» a realizar un cambio residencial en función de su inserción social (Figura 1): las personas con una menor participación social presentan unas tasas de movilidad más elevadas. Este hecho puede interpretarse como un efecto del arraigo social en el territorio, pues parece deducirse que cuanto mayor es éste, menor es la propensión a cambiar de medio social y geográfico.

 

Figura 1. Tasa de movilidad según la pertenencia a club
o asociación previa al momento del cambio residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Dicha tendencia la confirma la tasa de movilidad en función de la frecuencia de la relación con los vecinos (Figura 2): aquellas personas que presentan un nivel menor efectúan en mayor proporción un cambio residencial. Por el contrario, el análisis según el nivel de relación con los amigos (Figura 3) ofrece la perspectiva totalmente contraria. Sin embargo, el hecho que en las relaciones de amistad la componente territorial no sea, aparentemente, tan importante como en las otras dos variables estudiadas, le resta importancia a esta constatación.

 

Figura 2. Tasa de movilidad según la frecuencia de la relación con los
vecinos previa al momento del cambio residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Figura 3. Tasa de movilidad según la frecuencia de la relación
con los amigos previa al momento del cambio residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Como se ha comentado anteriormente, la estructura de datos de ECHP permite también realizar la óptica contraria cuando se estudia la variable social: es decir, analizar la pertenencia a un club o asociación en función de la posterior realización de un cambio residencial (Figura 4). Así, se observa que la participación social es mayor entre aquellos individuos que posteriormente no realizarán un cambio residencial lo que confirmaría que la integración social en el territorio actúa como freno a la realización de un cambio residencial.

 

Figura 4. Pertenencia a club o asociación en función de la
realización posterior o no de un cambio residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Efectos de la movilidad residencial

La segunda de las perspectivas comentadas en la introducción permite evaluar el papel del cambio residencial en la evolución de la inserción social de la población europea, mediante la comparación de los niveles antes y después del cambio, para comprobar los efectos de éste en la permanencia, el establecimiento o el fin de las relaciones sociales.

Se han agrupado los resultados obtenidos en lo que podemos llamar como «entradas», «salidas» y «permanencias» en la pertenencia a clubes o asociaciones entre los dos momentos analizados, con los siguientes resultados:

·            «Entradas»: Aquellas personas que en el primer momento no eran miembros de un club o asociación pero que sí lo son en el segundo. En la mayoría de los países el porcentaje de entradas entre los hogares que han realizado un cambio residencial es ligeramente superior que entre los que no, lo que parecería indicar cierta voluntad de los recién llegados de integrarse en la vida social del lugar de destino.

·            «Salidas»: Es el caso contrario al anterior, es decir, personas que eran miembros de una organización social en el primer momento pero no en el segundo. Se observa una ligera pérdida de asociacionismo entre los individuos migrantes frente a los sedentarios, lo cual es un resultado lógico pues es evidente que con el cambio residencial se rompen ciertos lazos sociales, sobretodo aquellos en que la componente territorial es mayor.

·            «Permanencias»: Aquellos individuos que mantienen su misma relación social en los dos momentos, es decir, aquellos a los que, aparentemente, el cambio residencial no ha significado una modificación en su participación social. En vista de los resultados obtenidos, se puede afirmar que prácticamente no existen diferencias entre las personas que no se han desplazado y las que sí.

 

Figura 5. Comparación de los niveles de pertenencia a club o asociación
en función de la realización o no de un cambio residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Tampoco se observa un comportamiento diferencial entre el colectivo que ha realizado un cambio residencial y el que no: sólo en tres países (Finlandia, Italia y Luxemburgo), los hogares migrantes y los sedentarios presentan pautas de inserción social inversas. Los hogares que se han desplazado presentan las mayores diferencias en los niveles de integración social: el cambio residencial no actúa como un elemento diferenciador sino más bien como un agudizador de la tendencia general de la población.

Por lo que se refiere a las relaciones cotidianas —amigos y vecinos—, el análisis de los efectos de la realización de un cambio residencial se ha realizado comparando los niveles del segundo momento en relación con los del primero. De este modo, los resultados obtenidos se expresan siempre en términos cualitativos, bajo el criterio de que una mayor frecuencia en dichas relaciones es reflejo de una mejora en la inserción social. Así, en la comparativa entre los dos momentos, los resultados se han agrupado en las categorías de «ha mejorado» (mayor frecuencia de las relaciones cotidianas tras la realización del cambio residencial), «ha empeorado» (caso contrario al anterior) y «igual» (sin variación alguna en la frecuencia).

 

Figura 6. Efectos de la movilidad residencial en la frecuencia
de las relaciones con los vecinos. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Figura 7. Efectos de la movilidad residencial en la frecuencia
de las relaciones con los amigos. Países ECHP, 1995-1997
 Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Los resultados obtenidos muestran que la realización de un movimiento residencial es claramente una «ruptura» de las pautas de inserción social de la población, apareciendo como un elemento «desestabilizador», ya que el porcentaje de continuidad (de no modificación) en la frecuencia en las relaciones cotidianas es sistemáticamente menor en el colectivo que se ha desplazado (Figura 6 y 7). Sin embargo, no se puede afirmar que el cambio residencial tenga efectos positivos o negativos claros: la proporción de población que ve mejorada la calidad de sus relaciones cotidianas es prácticamente igual a la que la ve empeorar. Finalmente, existen ciertas diferencias entre las relaciones vecinales y las amicales. En éstas últimas los efectos de la movilidad residencial son menos evidentes porque un cambio residencial implica forzosamente un cambio en la vecindad, lo que no ocurre con los amigos.

Condiciones de calidad del entorno residencial

Como se ha comentado en la introducción, el segundo gran objetivo del trabajo es el análisis de las relaciones recíprocas existentes entre el cambio residencial y las condiciones del entorno residencial, que se realizará desde dos ópticas distintas: a) analizar la incidencia de la calidad residencial en la movilidad de los hogares mediante el cálculo de las tasas de movilidad de los hogares en función de la calidad de su entorno; y b) estudiar los efectos del cambio residencial en la calidad del entorno, mediante la observación de éste antes y después del movimiento migratorio del hogar.

Intensidad de la movilidad según la calidad del entorno residencial

El primer objetivo que nos hemos planteado en el análisis de la relación entre la movilidad residencial y la calidad del entorno es establecer si ésta última actúa como determinante de la primera, es decir, si a unos determinados niveles de calidad les corresponden una mayor o menor movilidad residencial. La forma más sencilla pero a la vez más práctica y efectiva para realizar dicho estudio es el cálculo de las tasas de movilidad en función de la calidad previa del entorno residencial, de modo que podamos establecer la posible relación directa entre ambos conceptos.

Una primera conclusión, como se esperaba a priori, es que aquellos hogares que disfrutan de un entorno exento de problemas cambian con menos frecuencia de vivienda que los que sí presentan alguno de los problemas analizados (Figura 8). La explicación parece clara, ya que es lógico que los hogares con problemas realicen un cambio de residencia con el objetivo, entre otros motivos, de mejorar su entorno residencial.

 

Figura 8. Tasa de movilidad según calidad
del entorno residencial. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

En los países del Sur las tasas de movilidad en función de la existencia o no de problemas en el entorno son más parecidas e incluso en el caso portugués tienen valores inversos. Una posible explicación pasaría por un análisis más detallado de la situación coyuntural de las características económicas y sociales de estos hogares, que seguramente nos mostraría que, en su mayor parte, se encuentran en zonas con cierto nivel de degradación y posiblemente con dificultades para cambiar de ámbito residencial; idea reforzada al tener en cuenta que son países en los que tradicionalmente la propiedad de la vivienda es la forma de tenencia más extensa, lo que dificulta el acceso a un nuevo hogar e imposibilita el cambio residencial como «vía de escapatoria» para aquellos hogares con ciertas carencias. Por el contrario, en los países del Norte la relación parece inversa, ya que los hogares con mayor número de problemas tienen una mayor movilidad residencial.

  Comparación de la calidad del entorno antes y después del cambio residencial

Como ya se ha dicho anteriormente, es interesante estudiar el papel que juega la realización o no de un cambio residencial en la calidad de la vivienda, es decir, estudiar si las condiciones residenciales han experimentado algún cambio después del movimiento, y, en caso afirmativo, analizar si se ha producido o una mejora o por el contrario un deterioro de dichas condiciones.

En relación con el conjunto de la muestra ECHP (Figura 9), existen notables diferencias entre los que se mueven y los que no, de modo que el cambio residencial se muestra como un elemento de desestabilización o ruptura respecto la situación vivida hasta entonces. Es decir, la migración se muestra como un proceso que implica no sólo un simple cambio en la localización física del hogar sino también en el modo y la calidad de vida de las personas que lo protagonizan.

Se puede observar que el cambio de residencia tiene importantes implicaciones en la calidad del entorno de ésta: mientras tres de cada cuatro hogares que no han realizado un cambio residencial declaran no haber visto modificada la calidad de su entorno, el mismo porcentaje se reduce al 59,1% entre los que sí que han modificado su lugar de residencia. Es una primera conclusión lógica porque si no ha habido un cambio de entorno residencial tampoco lo haya habido en la calidad de éste.

Entre los hogares que ven modificada la calidad de su entorno residencial, en todos los países —excepto en el caso finlandés—, mejoran su calidad residencial con más frecuencia que la empeoran, al contrario que los hogares que se mantienen sedentarios, en los cuales el porcentaje de los que ven empeorada su calidad residencial es mayor que los que la ven aumentar.

En los países del Sur, juntamente con Irlanda, las diferencias entre el porcentaje de los hogares que ven mejorar la calidad de su entorno residencial y los que la ven empeorar es menor que en el caso de los países del Norte, donde sí que existe una clara tendencia a la mejora.

 

Figura 9. Efectos de la realización de un cambio
residencial en la calidad del entorno. Países ECHP, 1995-1997
Fuente: Elaboración propia a partir de ECHP, ciclos 1995, 1996 y 1997

 

Por otro lado, hay que destacar que los hogares que han cambiado de residencia son los únicos que han experimentado una mejora en la calidad del entorno, mientras que el resto de hogares no móviles empeoran sus condiciones residenciales.

Existe, pues, una voluntad de mejora cuando se realiza una mudanza, aunque no se puede afirmar que la calidad del entorno residencial sea uno de los factores determinantes de la decisión. El uso del término «decisión» no es casual, ya que, a juzgar por los resultados, parece lógico que se trata de un proceso voluntario, decidido e interesado por parte de los individuos que viven la voluntad de mejorar el nivel de vida.

Conclusiones

El presente trabajo debe ser entendido tan sólo como una primera aproximación a las posibilidades que el Panel de Hogares de la Unión Europea ofrece de cara a analizar las interrelaciones de las migraciones con los aspectos más sociales y ambientales del individuo y del hogar. Así, mientras que tradicionalmente se analizan únicamente las características sociodemógraficas de los individuos protagonistas del movimiento, el presente artículo pone su énfasis en otro tipo de factores, relacionados, por un lado, con las relaciones sociales de éstos y, por el otro, de las condiciones ambientales del hogar donde habitan.

El ECHP se muestra como una herramienta de gran potencial para realizar un estudio de este tipo, por varios motivos: a) en primer lugar, por la presencia de distintas variables de tipo social y ambiental —de las que aquí se han seleccionado cuatro distintas— en el cuestionario, que se encuentran disponibles para la mayoría de países que forman la muestra; b) por la propia estructura de los datos, ya que, al proceder de hasta tres oleadas distintas, permite realizar análisis de tipo temporal para detectar las posibles relaciones de causalidad entre los fenómenos analizados; y c) por el alcance territorial de los datos, que permite una comparación entre los países europeos y detectar así las diferencias así las diferencias en la distribución territorial de la variable analizada.

En relación con los resultados de la investigación, respecto al primero de los objetivos planteados, sobre la participación social y el cambio residencial, podemos concluir que la mayor integración social de la población actúa como «freno» a la movilidad residencial: en la gran parte de los países, cuanto mayor es la participación formal en instituciones de carácter social, menor es la tasa de movilidad. La misma pauta de comportamiento se reproduce al analizar las relaciones cotidianas —cuanto más frecuentes son éstas, menor es la movilidad residencial—, si bien en el caso de las relaciones de amistad dicha relación es menos clara e, incluso, en algunos casos, inversa. El hecho, sin embargo, que en las relaciones de amistad la componente territorial sea menor, parece restar importancia a esta última constatación. Dichos afirmaciones requerirían un análisis más profundo de las posibles interferencias de las características (edad, sexo...) de los individuos encuestados a través de su estandarización.

Por otro lado, en relación con los efectos de la realización de un cambio residencial sobre los niveles de participación social formal, no se observan diferencias significativas en la mayor parte de los países, no pudiendo afirmar que el cambio residencial tenga efectos claramente positivos o negativos en este aspecto. Tampoco en las relaciones cotidianas con amigos y vecinos las implicaciones del cambio son destacables. Únicamente, el cambio residencial se erige como un punto de «ruptura» con relación a los niveles anteriores a la realización de éste, presentándose una clara desestabilización: la proporción de hogares que ven modificada la calidad y la frecuencia de sus relaciones cotidianas es sistemáticamente superior entre los hogares que se han movido que entre los que no.

Las conclusiones respecto al segundo gran objetivo del trabajo, es decir, la relación entre la calidad del entorno residencial y la propensión a realizar un movimiento residencial, parecen más claras, pudiendo afirmar que una menor calidad residencial favorece una mayor movilidad residencial. Así, los hogares con peores condiciones ambientales presentan unas tasas de movilidad mucho más elevadas que aquellos que disfrutan de un entorno más tranquilo, agradable y seguro, lo que se constata en los trece países de la muestra excepto en el caso portugués.

Dicha constatación parece confirmarse al analizar los efectos del movimiento residencial sobre la calidad del entorno: comparativamente, los hogares que han realizado un desplazamiento ven mejorada su calidad de vida en relación a los que se han mantenido estables, hecho que toma aun más importancia al comprobar que la tendencia general es hacia un empeoramiento en dicha calidad.

Desde esta perspectiva, pues, el movimiento residencial debe ser entendido, en la mayoría de los casos, como una decisión voluntaria e intencionada (una «vía de escapatoria») de los individuos la cual conlleva, a pesar de no ser seguramente una de sus intenciones principales, la mejora en las condiciones residenciales.

 

Notas

[1] El presente texto se ha realizado en el marco del proyecto BSO2000-0477, Población y migraciones en Cataluña. Estudio territorial, histórico y prospectivo, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, Programa Nacional de Promoción General del Conocimiento. Plan Nacional I+D+I 2000-2003.

[2] Este trabajo se basa en el tercer capítulo del informe titulado «Trabajo y residencia como factores de las migraciones internas: un estudio comparativo europeo», coordinado por un equipo del Centre d’Estudis Demogràfics y realizado por el encargo y la financiación de la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea.

 

Bibliografía

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© Copyright Joan Alberich González, 2004
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Ficha bibliográfica:
ALBERICH, J.
El papel de los contextos sociales y residenciales en el cambio de vivienda en Europa. Una primera aproximación a partir del Panel de Hogares de la Unión Europea. Geo Crítica / Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de octubre de 2004, vol. VIII, núm. 175. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-175.htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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