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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (09), 1 de agosto de 2005

                                                                                                                                                                                                                                      

PROPIETARIOS DEL SUELO Y DE VIVIENDAS EN LA FORMACIÓN DE UN BARRIO POPULAR. SALVADOR – BAHIA, BRASIL*

 

 

Rosali Braga Fernandes

Profesora Doctora de la Universidade do Estado da Bahia, de la Estadual de Feira de Santana y de la Universidade Católica do Salvador;

E- mail: rosalifernandes@ig.com.br

 


Propietarios del suelo y de viviendas en la formación de un barrio popular. Salvador – Bahia, Brasil (Resumen)

Destácase la acción de los propietarios del suelo y de viviendas en la formación del Cabula, un barrio popular de la ciudad de Salvador de Bahia, Brasil.

Dicho texto forma parte de un estudio más amplio en donde hemos tratado de analizar las políticas de la vivienda en la ciudad de Salvador y los principales actores que participaron en el processo de urbanización del referido barrio. Se trata del tema central de la Tesis Doctoral de la autora (Fernandes, 2000).

Además de algunas referencias bibliográficas, nuestro estudio se centra en entrevistas concedidas por agentes importantes en el desarrollo del Cabula.

 

Palabras Clave: Propietarios del suelo, Propietarios de viviendas, Barrio popular, Salvador.

 


 

The role of land and house owners in the formation of a low/middle class neighbourhood. Salvador – Bahia, Brazil (Abstract)

This paper points out the role of land and house owners in the formation of Cabula, a low/middle class neighbourhood at the city of Salvador, Bahia, Brazil.

The text is part of a broader study that analyses the housing policies at the city of Salvador and the main actors that took part of the process of urbanization of this specific neighbourhood. This is the central subject of authors Doctoral Thesis (Fernandes, 2000). The research is based on bibliographic data and interviews with important actors within the development of Cabula.

 

Key Word: Land owners, House owners, Low/middle class neighbourhood, Salvador.


 

Introducción

 

Analizamos la acción de los propietarios del suelo y de viviendas en el caso concreto del barrio del Cabula, que se constituye en un excelente ejemplo de barrio popular en la ciudad de Salvador, donde hay de todo, desde promociones públicas significativas hasta ocupaciones residenciales de diversos tipos. Dicho Barrio, que tiene sus raíces históricas en siglos pasados, presenta una gran transformación en las cuatro últimas décadas hecho que se expresa, por ejemplo, en la ampliación de su densidad poblacional: en 1980 el barrio tenía 13.150 habitantes distribuidos en 3.247 viviendas y en 2000[1] la población total era de 47.238 moradores viviendo en 13.535 hogares.

 

El Cabula fue un área rural localizada en los alrededores de la ciudad y, por lo menos hasta la década de 1940, estaba constituida por grandes haciendas que tenían como principal producción las naranjas. El ambiente rural y la baja densidad demográfica han sido las causas de atracción de la primera promoción pública llevada a cabo en el Cabula, la cual estuvo vinculada al ejército de Brasil, que construyó en 1943 una importante área de operaciones militares, el 19º Batalhão de Caçadores. El ejército necesitaba para realizar sus entrenamientos de un espacio verde grande y alejado del área urbana densamente ocupada. A partir de la llegada del ejército el panorama empezó a cambiar lentamente. Merece la pena señalar que en la misma época llegó la energía eléctrica por iniciativa de la Companhia de Eletricidade do Estado da Bahia.

 

En la década de 1940 o a principios de los años 1950, sin que se pueda fijar bien una fecha, se produjeron serios problemas biosanitarios con los árboles y sus frutos, que acabaron por exterminar la plantación local y condujeron a la esterilización de la tierra. Este hecho fue un antecedente de gran peso para el cambio del uso del suelo que ocurriría a continuación.

 

Paralelamente a todo esto se debe citar el proceso de expansión horizontal que se realiza en la ciudad de Salvador a partir de 1950, por diversas causas, entre las que destacan: la evolución de los transportes, el desarrollo del centro urbano, la rigidez de la estructura de la propiedad del suelo en la ciudad y la fuerte especulación inmobiliaria. Cabe destacar que ya a partir de los años 1950 llega al Cabula el suministro público de agua, por iniciativa del estado de Bahia a través de la Empresa Baiana de Água e Saneamento. La ampliación de dichos servicios en los años 1960 se produjo lentamente, pero entre 1970 y 1980 este crecimiento aumentó notablemente para atender a la demanda generada por los diferentes polígonos de vivienda que ahí empezaron a ser construidos.

 

Los años 1960 señalan también cambios importantes en la infraestructura vial, entre los cuales, de manera destacada, la creación de la principal vía de acceso interno en el Cabula, la calle Silveira Martins (1965-1966). Entre finales de 1960 y comienzos de 1970 fue construida la Avenida Paralela. La ubicación entre dicha avenida y de la carretera BR 324 colocó el Cabula en situación estratégica, lo que contribuyó a acelerar su ocupación y estimular aun más la especulación inmobiliaria sobre el área.

 

El crecimiento de los servicios de una manera general fue acompañado por la llegada de grandes equipamentos públicos. En la década de 1970 el gobierno construyó seis edificios para servicios públicos en el barrio. En la misma época, el Cabula también empezaba a ser atractivo para la iniciativa privada y ahí se edificó, por ejemplo, la sede del periódico Correio da Bahia. En los años 1980 el gobierno ubicó en el barrio el Hospital Juliano Moreira, y hacia fines de la década de 1990 una agencia de la Caixa Econômica Federal.

 

En nuestros días el Cabula sigue siendo atractivo para la iniciativa privada; como prueba de ésto podemos señalar, por ejemplo, la llegada de la empresa de móviles VIVO.

 

En el campo de la vivienda, el cambio ocurrido a partir de la década de 1970 puede ser definido como vertiginoso. Respecto de la ocupación formal de los polígonos de vivienda es posible afirmar que la localización de éstos en el Cabula empezó en dicha década y que de los 34 polígonos ahí existentes hoy, 10 fueron construidos en los años 1970.

 

Merece la pena señalar también que, además del gran impulso de los polígonos, otras categorías de vivienda tanto regulares (loteamentos legales) como irregulares (loteamentos ilegales, parcelações e invasiones) también se han incrementado de manera muy importante a partir del decenio de 1970.

En las décadas siguientes el crecimiento del sector de la vivienda sigue a un ritmo muy fuerte.

 

A pesar de este crecimiento, es significativo señalar que el saneamiento básico no se ha desarrollado paralelamente a los demás servicios públicos sino que empezó a llegar al barrio sólo a partir de comienzos de 1990. En realidad, el problema con el saneamiento es común a muchas áreas de la ciudad. En la actualidad, al parecer, caminamos hacia una solución a través del programa destinado a esta cuestión, el llamado Bahia Azul.

 

El Instituto de Orientação às Cooperativas Habitacionais fue muy importante en el Cabula. Dicha institución, que atiende a grupos de trabajadores, analiza muy en profundidad el factor renta, tanto para definir el lugar y las características del polígono, como para evitar problemas posteriores con el pago de la hipoteca.

 

La Habitação e Urbanização da Bahia, también fue importante pero hoy ya no existe. Ella fue creada por el gobierno para actuar directamente en las cuestiones relativas a la vivienda social. Sin embargo, por lo que hemos observado en las entrevistas con sus empleados, la franja de renta atendida queda alrededor de los 5 salarios mínimos. Como la mayoría de la población de Salvador obtiene una renta inferior a dicha cantidad, lo que se observa es que la satisfacción de la necesidad de vivienda para los más pobres acaba por ser “solucionada” a través de las construcciones irregulares. En efecto, alrededor del 70 por ciento de dicha ciudad está constituida por obras irregulares, es decir, está fuera de los patrones establecidos por el ayuntamiento y no están reglamentadas oficialmente. Si obtener la información relativa a las construcciones legales representa una gran dificultad, para las ilegales la situación es más grave aún.

 

Son muchos los agentes involucrados en la formación de un barrio y varios son los papeles desempeñados por ellos. Las acciones de los propietarios de la tierra y la consecuente expansión del suelo urbano, elevan los precios de éste. Es sobre el “nuevo” suelo que se realiza la acción de los promotores inmobiliarios, y, como consecuencia directa de dichas acciones, se estructura la morfología urbana.

 

Inicialmente destacamos en referencias bibliográficas, características fundamentales atribuidas al agente “propietario del suelo”, destacando el papel de este en la formación del espacio urbano. A partir de estas informaciones, pasamos a analizar detenidamente los ejemplos de dicha categoría de agentes, en el espacio especifico del Cabula.

 

El otro apartado corresponde al papel desarrollado por los propietarios de viviendas. Aquí, buscamos características de los distintos tipos de habitantes del Cabula, analizando en detalle las entrevistas que hemos realizado con habitantes del barrio consolidado, del loteamento legal y, de tres categorías distintas de polígonos de viviendas. Además de todas estas entrevistas, el apartado contiene también importantes informaciones existentes en los relatos de otros personajes que, aunque no han vivido en el barrio, tienen mucho que decir sobre las categorías residenciales aquí analizadas.

 


Los propietarios del suelo

 

Breves referencias sobre el tema

 

La acción de los propietarios del suelo en la producción del espacio urbano es muy fuerte. Esta afirmación está, tanto en la bibliografía científica del tema como en la concepción de los habitantes del barrio. En el caso del Cabula, por ejemplo, 16 de los 34 entrevistados señalan explícitamente la importancia de dicho agente en la formación del barrio.

 

La adquisición del suelo es condición imprescindible para la promoción inmobiliaria y el promotor inmobiliario, como coordinador del proceso capitalista de producción inmobiliaria, tiene como función clave adquirir el terreno o asociarse con quien lo tiene (Ferreira, 1996). En otros términos, el primer paso para el inicio del cambio de determinado espacio es la propiedad del suelo, y el segundo es lo que se hace de ella.

 

Sobre el agente “propietario del suelo” en España, H. Capel destacó que desde el siglo XIX la preocupación básica del Estado es no causar problemas a la propiedad y a la iniciativa privada, lo que se traduce “en una total incapacidad de los poderes públicos para dirigir el urbanismo de las ciudades españolas. Más aún, puede afirmarse que la construcción de la ciudad - su expansión y transformación – se ha realizado esencialmente en función de los intereses de la iniciativa privada y ha venido determinada en gran manera por la estructura de la propiedad.” (Capel, 1983: 99).

 

La propiedad del suelo en la periferia urbana de las grandes ciudades, está directamente sometida al proceso de transformación del espacio rural en espacio urbano. Sin embargo, las posibilidades de dicho cambio dependen de una confrontación entre las rentas que pueden ser conseguidas con la producción agrícola o con la venta de las tierras para fines urbanos. Tarde o temprano el uso agrícola de la periferia es sustituido por un uso urbano, pasando, en muchos casos, por una etapa de esterilización de la tierra, seguida de su valorización (Corrêa, 1989). Dicho proceso se produjo en el Cabula, en donde las grandes y famosas haciendas de naranjas sufrieron la pérdida total de sus producciones.

 

Los propietarios del suelo actúan en el sentido de obtener mayor renta sobre sus propiedades, interesándose en que tengan el uso que sea lo más rentable posible. Ellos están particularmente interesados en la expansión del espacio de la ciudad, en la medida en que la tierra urbana tiene más valor que la rural. En Brasil, las estrategias de actuación de los propietarios varían también según la ubicación de la tierra. En el caso de las propiedades bien ubicadas, en términos de características físicas, es posible que los propios dueños se hagan promotores inmobiliarios, dividiendo y vendiendo sus tierras, y hasta construyendo viviendas para el mismo fin. En el caso de los propietarios de terrenos mal ubicados, la estrategia que les queda es el loteamento (la parcelación) para grupos populares, con el mínimo gasto en infraestructura. Debido al bajo poder adquisitivo de la población que se desplaza a estos espacios, dichos propietarios no tienen interés de convertirse en promotores inmobiliarios; o sea, en general, ellos realizan solamente el loteamento y las viviendas serán construidas después, por el sistema de la autoconstrucción, o por el propio Estado, a través de la implantación de enormes y monótonos polígonos de viviendas (Corrêa, 1983).

 

En el caso específico del Cabula, podemos decir que se han dado los dos tipos de estrategias. En las áreas mejor ubicadas y cercanas a las líneas de las cumbres de los montes, los propietarios se han beneficiado de una ocupación más rentable. Al revés, en las áreas más escarpadas y de acceso más dificil, la estrategia fue la de los loteamentos populares, de las parcelaciones mas pequeñas y posteriores a estos y el gran uso de la autoconstrucción.

 

 Propietarios del suelo del Cabula

 

Hemos realizado entrevistas específicas con propietarios del suelo, hijos de propietarios del suelo y antiguos propietarios que hoy no poseen ya tierras en el Cabula. La mitad de ellos vivió y aun vive en el barrio, pero la otra mitad ha tenido con el Cabula solamente una relación de ocio, pasando allí periodos de fines de semana, fiestas y vacaciones. Empezaremos el análisis de dichas entrevistas a partir de los puntos comunes entre ellas. De esta manera, señalaremos características fundamentales, principalmente en lo que se refiere a la evolución histórica del lugar.

 

Una de las cosas más destacadas que aparecen en todas las entrevistas ha sido el carácter inicialmente no urbano del Cabula. En las informaciones de Souza,[2] por ejemplo, desde el paseo para llegar a la hacienda, que era hecho por toda la familia a pie, hasta los largos periodos de fiestas y vacaciones pasadas allá durante cerca de 30 años, todo estaba marcado por la tranquilidad de la vida del campo, con mucha convivencia con la naturaleza. Ella señala la importancia de las extensas plantaciones de naranjas, además de citar la existencia de otros árboles frutales.

 

Para Queiroz,[3] que desde 1920 vive en el lugar, además de las pequeñas casitas que había cuando se subía la calle Cristiano Buys - antiguo acceso al Cabula y por donde ascendía el tranvía, único transporte público del lugar -, existían las grandes haciendas de naranjas; como las vías de tránsito no eran pavimentadas, había mucho polvo. Las relaciones con el vecindario eran intensas, lo que se reflejaba en muchas fiestas, principalmente con ocasión de la Verbena.

 

Según Gordilho,[4] que pasaba con su familia los fines de semana en una hacienda que tuvo allá por cerca de 30 años, el Cabula era una belleza como barrio de suburbio para recreo.

Viana,[5] que aun hoy tiene una parte de la antigua hacienda de su padre en el lugar, recuerda los detalles de la vida en el Cabula ayer y hoy, destacando la proximidad con la naturaleza, la tranquilidad, las dificultades de accesibilidad existentes en los comienzos y los vínculos establecidos con el barrio, desde 1944.

 

Otros aspectos muy marcados en las entrevistas son las cuestiones directamente relacionadas con el cultivo de la naranja. Todos afirman vehementemente que el área tenía como principal característica la naranja, tanto por la gran cantidad producida, como por la alta calidad del producto. La fama de dicho fruto era tan importante que se transformó en un slogan: Laranja do Cabula era sinónimo de la mejor naranja del Estado de Bahia. El producto, su fuerza y su fama siguen presentes, hasta cuando hubo graves problemas con las frutas y con los árboles. La fecha no queda muy precisa pero, por todo lo que hemos visto es posible decir que los problemas con el naranjal se producen entre las décadas de 1940 y comienzos de 1950. El motivo generador del problema, tampoco queda claro: hay quien cree en una plaga que atacó y exterminó el naranjal; hay los que echan la culpa a injertos contaminados, venidos de los Estados Unidos; y hay hasta quien atribuye la responsabilidad a experimentos químicos hechos por el ejército a través del 19º Batalhão de Caçadores (19BC).

 

Sobre esta última versión, buscamos informaciones en el propio Ejército y el entrevistado, Bastos,[6] que tiene formación en defensa química y biológica nuclear, afirma que en aquellos años, el ejército brasileño no disponía de este tipo de tecnología. Sea como sea, la tierra pasó por el proceso de esterilización, anteriormente citado por R. Corrêa; después de esto, las décadas siguientes estuvieron marcadas por grandes cambios en el uso del suelo del Cabula: hay registros de explotación de los recursos minerales, a través de canteras por ejemplo; existen también referencias sobre la invasión de tierras para la construcción de viviendas, por parte de los menos favorecidos económicamente; asimismo encontramos registros de ventas de tierra para la construcción de polígonos de viviendas populares, entre otros cambios, que acabaran por generar la gran transformación por que pasó el Cabula.

 

Con relación a la manera como las tierras han llegado a los entrevistados, en la mayoría de los casos los padres de estos hicieron la adquisición a través de la compra de las propiedades. Solamente en uno de los casos, la hacienda fue dada como pago por cuestiones de trabajo, directamente al entrevistado. Sobre lo que se hizo de las tierras, el panorama es distinto y, como este tema es fundamental para entender como ocurrieron los procesos siguientes de cambio en el barrio, vamos a tratar de cada caso más detenidamente.

 

En el caso de Souza, la hacienda entró en decadencia, inicialmente porque su padre la cedió para el uso de un funcionario que, juntamente con la familia, destrozaron la propiedad. Después de 13 años, el solar volvió a la familia de Souza pero, los sobrinos que en ella viven hoy, no la cuidan como hacienda y con esto la propiedad ha perdido completamente las características originales, entrando en un estado de decadencia total. Debido a dicho proceso de deterioro, la entrevistada ha perdido el gusto por el lugar. La tierra no ha sido subdividida, sigue siendo de la misma familia y, aunque ha cambiado de uso - hoy no es más rural -, no se registra la presencia de alteraciones en términos de subdivisiones de la hacienda para otras personas u otras finalidades.

 

En la hacienda de los padres de Queiroz, se produjo una división entre los hijos de la pareja que compró la propiedad. Sin embargo, algunas de las hermanas del entrevistado han vendido su parte a otros parientes. Así, aunque la tierra siga siendo de los Queiroz, no es ya una propiedad única. Lo que queda no tiene más utilización rural.

 

La propiedad de Gordilho ha tenido un destino distinto que las dos anteriormente citadas. Los problemas empezaron con los sucesivos robos y invasiones hechos por los vecinos. Ante dicho panorama, él quedó atemorizado y abandonandó el solar. Según el entrevistado la propiedad abandonada fue plenamente absorbida por la población local. Las construcciones existentes pasaron a tener usos completamente distintos y el espacio fue fuertemente invadido por una población de bajos ingresos, para la satisfacción de la necesidad de vivienda. El uso rural quedó extinguido y la densificación urbana se presenta como característica predominante del lugar, actualmente.

 

En el caso de Viana, los cambios empezaron a partir de los años 1960, cuando murió su padre. Una parte de la hacienda fue vendida para pagar los costes del inventario y lo que quedó fue dividido entre los 5 hijos; 2 de los herederos han vendido su parte pero los otros 3 aun se mantienen en el Cabula. En función de los altos impuestos tasados por el ayuntamiento de Salvador para el área del Cabula, los dueños de solares del lugar tuvieron que vender sus tierras, en general, a bajos precios. Según nuestra entrevistada, de los cerca de 300.000 m2 iniciales de su propiedad quedan hoy solamente 15.000 m2, sumando las tierras de los tres herederos. Ella informa que, en función de los bajos precios, los espacios fueron utilizados para la construcción de polígonos de viviendas populares y de loteamentos que, incluso cuando eran legales, se destinaban a personas sin mucha renta que, en general, fueron utilizadas para la implantación de viviendas populares, lo que denota grandes cambios. Como ejemplo de dichos cambios podemos señalar la transformación del espacio rural en urbano y el aumento significativo de la densidad de la población, entre otros.

 

La situación financiera de la familia quedó, por un buen tiempo, bastante complicada. Ultimamente una opción creativa ha mejorado bastante las cosas: nuestra entrevistada alquila su masía, la llamada “Chácara 165” para eventos sociales.

 

La presión inmobiliaria sobre los espacios verdes y abiertos actualmente, sigue siendo muy fuerte. Es lo que nos afirma Viana, considerando las ofertas tentadoras que recibe para negociar con su propiedad. Sin embargo, ni ella ni los otros 2 herederos que quedaron en el Cabula, tienen la intención de vender el que resta de la hacienda original.

 

En términos de las ventajas y desventajas del Cabula actual, las informaciones de los que aun viven allá son muy interesantes. Para Queiroz, aunque el naranjal haya acabado y que el progreso haya traído cosas malas como los atracos, hoy en día la vida en el barrio es mucho mejor. Señala las facilidades de los servicios, muy buenos hoy en el barrio.

 

Según Viana, vivir en el Cabula es maravilloso pues, incluso con la construcción de varios polígonos de viviendas, su paz no se ha acabado. Aunque oiga historias de violencia urbana, nadie de su familia ha sido atracado hasta hoy. Lo que le preocupa sobre todo es la violencia del hombre hacia la naturaleza y las consecuencias de dichos actos de agresión. De nuestra parte creemos que la preocupación de la entrevistada está directamente relacionada a su experiencia de vida, es decir, a la “pérdida” de importante área verde y la transformación de ésta en espacio densamente construido.

 

Para la entrevistada la gran desventaja y queja de todos los que todavía tienen tierras en el Cabula, son las altas tasas cobradas por el ayuntamiento, a través del impuesto llamado Imposto Predial e Territorial Urbano (IPTU). En términos generales, la estrategia del impuesto debe servir para evitar el mantenimiento de tierras sin ocupación en el centro de la ciudad; sin embargo, la presión producida por los altos precios pagados por los que todavía tienen terrenos, en nuestra opinión, acaba favoreciendo a la especulación inmobiliaria ya tan fuerte en nuestras ciudades.

 

Como se ha dicho en el apartado sobre las referencias bibliográficas del tema, el destino de propiedades como los de nuestros entrevistados, por ejemplo, ha sido el origen de los cambios que ocurrieron después.

 

Los propietarios de viviendas

 

Trataremos de los propietarios formales de las viviendas o sea, de los que llegaron al Cabula, después del término del periodo áureo de las haciendas de naranjas. Los informales, también pasaron a ser parte del barrio, más o menos en el mismo periodo.

 

 El barrio consolidado

 

Para empezar, hemos de definir lo que entendemos por barrio consolidado. Dicha expresión tiene sus raíces en nuestra investigación anterior (Fernandes, 1992), en donde hemos analizado cuatro categorías residenciales, entre las cuales estaba el llamado “barrio consolidado”. De hecho esta categoría ha sido la más difícil de identificar, en función de su alto grado de dispersión. En pocas palabras, podemos definir al habitante del barrio consolidado como aquel que vive en el Cabula pero no está ubicado ni en los polígonos de viviendas, ni en los loteamentos, ni en las invasiones.

 

Nuestro entrevistado, Cersosimo,[7] que vive en el corazón del Cabula desde 1951, constituye un excelente ejemplo de la transición desde las viviendas en las haciendas de naranjas, de las cuales tratamos en el apartado anterior, a las categorías que han venido después. Él llegó al Cabula cuando aun tenía 12 años de edad, y fue a vivir en una hacienda, que se llamaba Chácara Norma. Diez años después, cuando se casó, el suegro empezó la división de una propiedad suya, y les regaló una casa del otro lado de la misma calle Silveira Martins, principal vía del Cabula, donde él vive hasta hoy, con la familia.

 

Con relación al Cabula anterior a las grandes transformaciones, el detallado relato de Cersosimo confirma todo lo que dijeron los antiguos propietarios del suelo, en lo se refiere a las características del lugar. Él señala, por ejemplo, aspectos como la fama de las naranjas del Cabula, la tranquilidad, la convivencia fraterna entre los vecinos, las fiestas, y también apunta las dificultades de acceso al barrio, ampliadas por las lluvias.

 

Otras informaciones muy interesantes son aquellas que se refieren a la construcción del acceso norte de Salvador. Para el entrevistado, dicha construcción, ocurrida a finales de la década de 1970, por la falta de planeamiento y por la prisa, han supuesto una gran pérdida para el barrio. Se trata del corte del acceso original del Cabula, la calle Cristiano Buys, que hoy en día sirve solo para peatones. La interrupción del paso de coches en la vía que ligaba el Cabula al Acesso Norte, ha empeorado mucho el tránsito local y de los alrededores, además de perjudicar a los que viven en dicha calle y a la antigua escuela Antônio Eusébio.

Con relación a las transformaciones en la vía de acceso central del Cabula, la descripción también es bastante esclarecedora. La calle Silveira Martins, que era mucho más estrecha que hoy, era de barro, de arcilla y el asfalto, que llegó a finales de la década de 1960, se puso solamente hasta la altura del cuartel del Ejército, el 19BC. La acera ha sido construida mucho después.

 

Cuando nuestro entrevistado habla de los servicios, sus afirmaciones confirman los datos proporcionados por las empresas directamente responsables de ellos, o por los relatos que nos llegaron antes de Cersosimo. Él se acuerda que, mientras la gente utilizaba las muchas fuentes existentes, el agua de la Empresa Baiana de Água e Saneamento (EMBASA), existe en el Cabula desde que él fue a vivir allá en la década de 1950. La energía eléctrica también existía ya. Solamente los servicios sanitarios han llegado en 1999, a través del gran programa de saneamiento en ejecución para Salvador y ciudades vecinas, llamado Bahia Azul.

 

Con relación al crecimiento poblacional, Benito Cersosimo cree que, a partir de finales de la década de 1970, el Cabula ha sido uno de los barrios que más se amplió en términos de viviendas, mejor dicho, de polígonos de viviendas. El crecimiento poblacional fue acompañado de la expansión de los servicios, como por ejemplo, la ampliación del número y de las opciones de destino final de los autobuses, única forma de transporte público en dicho barrio. Sobre otros servicios tales como la salud, la educación y los espacios de ocio, las informaciones del entrevistado son muy positivas, indicando la existencia de todos estos tipos en el Cabula de nuestros días.

 

Sobre las alteraciones en el local en donde se hacían las compras, Cersosimo apunta un gran cambio. Inicialmente, con excepción de un punto de comercio general, de propiedad del Sr. Camilo, y de una carnicería, ambos ubicados en el llamado Largo do Cabula, o sea después de la subida del tranvía, no había más tiendas en el área del Cabula. Las compras se hacían en los puntos de compras de la ciudad. Hoy en día, con la llegada del progreso, hay diversos locales de comercio tanto en el mismo barrio como en los alrededores.

 

Cersosimo trata también de las alteraciones estructurales que hizo en su casa, haciéndola más grande y adaptada a las necesidades de la familia. A él le gusta mucho vivir en el Cabula, y no hay nada que pueda alejarle de allí.

 

 El loteamento legal

 

En lo que se refiere a la configuración de los loteamentos legales que corresponden a aquellas divisiones de terrenos que respetan las reglas establecidas por el ayuntamiento, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Oliveira,[8] que vive en el Loteamento Planalto desde que este empezó a entregarse, en 1972. Dicho loteamento se inició con la compra del área, que es aproximadamente 23.379 m2. Sin embargo, la manera encontrada para facilitar la venta de los lotes fue la contratación de la empresa en donde trabajaba nuestro entrevistado, para construir 110 casas. En aquel momento el acceso era difícil y el Cabula no ofrecía atractivos para que la mayoría de las personas tuviesen ganas de vivir allí. Cada lote tiene 7 metros de frente por 14 de lado, lo que corresponde a un total de 98 m2, y las casas fueron construidas con 42 m2. Actualmente existen 108 casas porque, 2 moradores compraron 2 unidades y las han transformado en una sola. Merece la pena señalar que las demás casas también han sido modificadas en función de las necesidades de cada propietario. En el caso del entrevistado por ejemplo, la casa, además de servir como local de vivienda, también funciona como restaurante y, por esto mismo, se efectuaron en ella transformaciones específicas.

 

La financiación de las propiedades se hizo por un órgano llamado Tradição S.A., y el periodo del pago variaba entre 15 y 25 años, a criterio del comprador. Los cambios de moradores en estos años fueron muy fuertes, por varios motivos; entre ellos el entrevistado señala que algunos tuvieron la necesidad de mudarse y otros no tuvieran condiciones de pagar los plazos. Lo cierto es que, actualmente, solamente cerca del 30 por ciento están en el loteamento desde el comienzo.

 

En opinión de Oliveira, los servicios en general han evolucionado de forma distinta en el Loteamento Planalto: el suministro de energía eléctrica siempre ha sido bueno; el agua, de responsabilidad de la Empresa Baiana de Água e Saneamento (EMBASA), antes era mejor que ahora y él cree que el motivo está en el hecho de que las instalaciones no acompañaron el desarrollo local; los servicios de telefonía han mejorado mucho; de acuerdo con la mayoría de los vecinos, el transporte es bueno. Aunque el loteamento que tratamos sea legal, y se reservaron y donaron al ayuntamiento, áreas para una plaza y para una escuela, en todos estos años, nada se construyó allá y el loteamento sigue sin sitio para ocio y sin escuela.

 

Nuestro entrevistado apunta como desventajas del lugar, las interrupciones en el suministro de agua que a veces se producen. Como ventajas él señala la tranquilidad y la seguridad existentes en la urbanización.

 

Otra contribución importante es la de Sacramento,[9] funcionario jubilado del ayuntamiento de Salvador que, como arquitecto, ha sido responsable de muchas intervenciones en la entonces gran área llamada Cabula. Él mismo, juntamente con el compañero Armando Pontes, han sido responsables del proyecto del Loteamento Planalto, que estamos analizando. Lo interesante es que, como el loteamento ha pasado por la construcción de las casas, dicho arquitecto lo cualifica de polígono de viviendas. De acuerdo con la entrevista, ellos han diseñado allí, proyectos para una empresa llamada Planalto, y por esto el lugar quedó con la denominación Residencial Planalto. Antes de dicha promoción, el entrevistado también participó del proyecto del Loteamento Jardim Brasília,[10] entre los años 1956-1957, que tenía lotes muy amplios, principalmente porque se creía que la región iba a tardar mucho en desarrollarse.

 

Sacramento ha trabajado solamente en las divisiones de tierras legales y regulares o sea loteamentos debidamente aprobados por el ayuntamiento, a través del llamado Termo de Acordo de Compromisso, del Decreto de aprobación, y después del debido registro en notaría. Para que un loteamento sea legal tiene que cumplir una serie de exigencias burocráticas, sin las cuales la iniciativa queda fuera de la legalidad. Inicialmente quien tiene un área y desea hacer allí un loteamento, debe contratar a un técnico, que compruebe en la Nova Lei de Uso do Solo (1998) de la ciudad, los parámetros de ocupación determinados para el lugar concreto en donde está el área. Es ahí que están fijadas variables como las medidas del lote mínimo, por ejemplo. Obtenidos y evaluados tales parámetros, el propietario firma con el ayuntamiento el Termo de Acordo e Compromisso, en donde se especifican las obligaciones del dueño del terreno de abrir calles, poner el bordillo de la acera, alumbrado, red de aguas pluviales, etc. En otros términos, a través de dicho documento, el propietario asume expresamente la responsabilidad de la instalación de la estructura básica del loteamento. Como garantía de que las obras van a ser ejecutadas, el ayuntamiento queda, temporalmente, con un 40 por ciento de los lotes y, mientras las obras se realizan, la notaría va fiscalizando y liberalizando, poco a poco, los lotes para la venta. Después de realizadas todas las obras previstas en el Termo el ayuntamiento expide un documento diciendo que las obras fueron concluidas. Con todos los lotes vendidos, la presencia del ayuntamiento es solicitada para una inspección final y, después de su aprobación, la responsabilidad por el mantenimiento de los espacios públicos, pasa a ser del municipio.

 

Aun sobre los tramites de los loteamentos legales, el entrevistado señala la Ley 6.766 de 1979, en donde está explícito que un 35 por ciento del total del área debe ser destinado al sistema viario, y que alrededor del 3 por ciento deben quedar reservados para construcciones posteriores, como para una escuela, por ejemplo. De acuerdo con esta Ley, después de definitivamente aprobado, el loteamento debe ser registrado en la notaría pues, en caso de que en 6 meses esto no haya ocurrido, todo el proceso queda sin efecto legal.

 

Sacramento afirma que el Cabula surgió en función de la necesidad de vivienda y de la acción del Banco Nacional de Habitação (BNH), a través de la promoción de muchos polígonos de viviendas allí ubicados. La presencia de tales polígonos de viviendas es tan significativa que, incluso con toda la espontaneidad de la ocupación, en el ayuntamiento, hoy en día hay más ocupación legal que ilegal en el Cabula. Sobre el tema de los polígonos de viviendas en el Cabula, vamos a tratar en el apartado siguiente.

 

De acuerdo con el estudioso Ramos,[11] los grandes cambios en Salvador empezaron a partir de mediados de 1970. Hasta las décadas de 1950 y 1960 la ciudad tenía aún su economía basada en la agricultura, desempeñaba el papel de almacén para el comercio y todo estaba concentrado alrededor del centro antiguo de la ciudad. En aquellos tiempos el Cabula, era una zona de haciendas cuya producción atendía al pequeño mercado local.

 

El proceso de descentralización de la industria en Brasil, llevó a la creación de unidades como el Centro Industrial de Aratu (CIA), y el Complexo Petroquímico de Camaçari (COPEC), cambiando la estructura de Salvador y del mismo Cabula.

 

El proceso de transformación se produjo de manera brutal, y en menos de 20 años, toda el área estaba completamente alterada. Con relación a los loteamentos, el entrevistado afirma que el Cabula pasó muy rápidamente de una área rural con haciendas, a un proceso de división del espacio, con razonable capacidad de valorización.

 

 Los polígonos de viviendas

 

Por todo lo que hemos visto en los trabajos de campo de la presente investigación, es posible afirmar que los polígonos de viviendas constituyen la categoría residencial más representativa del Cabula, hecho resaltado en muchas de las entrevistas. Entre los que tratan del tema de una manera más directa señalamos lógicamente, los órganos de acción en la vivienda o sea, la Caixa Econômica Federal (CEF), el Instituto de Orientação às Cooperativas Habitacionais (INOCOOP) y la Habitação e Urbanização da Bahia (URBIS). También encontramos referencias a los polígonos de viviendas en los testimonios de los responsables de diversas promociones ubicadas en el Cabula, como por ejemplo, en los relatos del representante del 19BC, de la EMBASA y de la Universidade do Estado da Bahia (UNEB). Habitantes de las demás categorías, señalan también la fuerte presencia de los polígonos de viviendas, bajo diversos aspectos. Los polígonos de viviendas también son muy detallados en los relatos de los arquitectos que han proyectado este tipo de residencia en el barrio del Cabula.

 

Existen 34 polígonos de viviendas en el Cabula, con 9.935 unidades domiciliarias. Considerando un total de cerca de 3,49 habitantes/residencia, hay en los polígonos de viviendas del Cabula cerca de 34.673 habitantes.

 

Aunque los polígonos de viviendas constituyan una gran categoría, hay una fuerte diversidad interna entre ellos, bajo diversos aspectos. Sobre el tema del año de inauguración, los polígonos empezaran con fuerza en la década de 1970 y siguieron su trayectoria durante las décadas de 1980 y 1990.

 

En las dos principales vías internas del Cabula, la calle Silveira Martins y la Avenida Edgar Santos, están ubicados un 67,65 por ciento los 34 polígonos de viviendas del barrio. Calles más pequeñas y que no tienen salida, como la Cristiano Buys, la Nossa Senhora do Resgate y el Beco da Coruja quedan, todas juntas, com 32,35 por ciento.

 

Los responsables de las promociones son muchos, pero se destacan las promociones de INOCOOP y de URBIS. Con relación a la financiación, resalta la acción de la CEF que esta involucrada, en el 94,12 por ciento de los casos. La cuestión de las constructoras refleja un panorama muy amplio y poco definido, habiendo solamente un pequeño destaque para la Construtora ERG, con 14,71 por ciento, la Fernandez Empreendimentos de Construções, con 8,82 por ciento, y para las empresas: Construtora Luis Pereira Araujo, Poly Construções, Góes Cohabita, y Andrade Mendonça Construtora, cada cual con 5,88 por ciento. Todas las otras han construido solamente una vez en el Cabula.

 

En cuanto al número de unidades residenciales de cada polígono de viviendas del Cabula, el panorama también es muy variado. Hay, por ejemplo, conjuntos con 34 unidades y otros con 1.288 unidades. Del total de 9.935, 4.336 están en las promociones de INOCOOP y 2.410 en los de URBIS. En otros términos, más de la mitad de todos los polígonos de viviendas construidos en el barrio, 67,90 por ciento, tienen que ver, directa o indirectamente, con la acción gubernamental.

 

Ante todo este panorama resolvimos entrevistar los representantes de los habitantes de un polígono directamente financiado por la CEF – el gran órgano financiero de la vivienda en Brasil -, de uno organizado por el INOCOOP, y de otro de responsabilidad de la URBIS, instituciones de acción fundamental en el Cabula. Es sobre estas distintas realidades, dentro de los polígonos de viviendas del Cabula, que vamos a tratar ahora.

 

 Los que viven en polígonos en Cabula

 

La persona del piso directamente financiado por la CEF, Neto,[12] vive en el Conjunto Residencial Recanto do Cabula desde 1982. Con relación a las mensualidades, las informaciones coinciden perfectamente con el relato del representante de la CEF, cuando trata sobre el proceso del pago de los que compran inmuebles a través de la CEF. Al final, el montante del préstamo acabará saliendo en la mayoría de las veces mucho más caro que el valor final de mercado del producto.

 

Sobre la estructura del piso, que son 2 habitaciones, sala, cocina, cuarto de baño y una galería, todos muy pequeños; la entrevistada afirma que atiende a las necesidades porque viven ahí solamente 2 personas. De una manera general reconoce como ventajas del Cabula, la presencia de muchos servicios de cercanías, y la tranquilidad del barrio en términos de la inexistencia de violencia. Sin embargo, apunta la necesidad de una mayor presencia de la policía y también de la mejora de los transportes.

 

La entrevistada en el polígono de viviendas organizado por el INOCOOP fue Dórea,[13] que vive en el Condomínio Solar das Árvores desde 1987. Ella compró el piso de manos de terceros y después de dos años saldó la deuda. Los motivos que han llevado a la entrevistada a esta casa han sido el intento de dejar de pagar alquiler, y el hecho de que el piso tenía un tamaño razonable para atender a la familia. Son 3 habitaciones, sala, cocina y 2 cuartos de baño. Con la habitación de la dependienta, que originalmente existía, ellos ampliaron la cocina y, después de mejoras en términos de los revestimientos, la casa estuvo al gusto de la familia.

 

Los elogios al Cabula son muchos. Entre las ventajas del lugar ella señala la tranquilidad, la buena calidad de los suministros de agua, energía eléctrica y telefonía, la existencia de plazas y de campos de fútbol en los alrededores, la presencia de farmacias, mercados, y otros pequeños comercios, y las relaciones de amistad con los vecinos. Ella señala también el buen trabajo de la actual asociación de vecinos que, con un coste muy bajo, ha hecho muchas mejorías en el polígono. Como desventajas cita cosas como la poca opción de transportes colectivos destinados a otros barrios fuera del centro de la ciudad y la carencia, tanto de equipamientos de salud, como de una escuela que tenga el nivel de la academia (Ensino Médio), en los alrededores.

 

Otra cuestión que queda clara es el intento de los moradores del área en no identificar el barrio en donde viven como perteneciente al Cabula. Los que viven en estas inmediaciones prefieren decir que viven en el Resgate – denominación que de hecho viene del nombre de la calle que es Nossa Senhora do Resgate.

 

Las compras grandes, la entrevistada las hace en un gran mercado ubicado no solamente fuera de los límites del Resgate sino incluso también fuera del propio Cabula. Sin embargo, las compras pequeñas se hacen en los pequeños mercados de los alrededores.

 

En el polígono de viviendas construido por URBIS, entrevistamos a Pinto,[14] que está allí desde la fundación de la promoción, en 1978. Ella fue para allá en busca de la casa propia y saldó la deuda en 1993, más o menos. El piso tiene 2 habitaciones, sala, cuarto de baño y una pequeña cocina conjugada con una galería aun más pequeña; en realidad no atiende a las necesidades de la entrevistada y de su familia por ser extremamente aprietado.

 

Merece la pena señalar que el polígono, denominado Conjunto Governador José Marcelino, también es conocido por la antigua denominación de URBIS, Cabula IV; está constituido por 20 bloques de 10 pisos cada uno - 200 pisos -, y 9 bloques de 10 casas – 90 casas, que son más amplias y ofrecen mejores opciones de cambios. De acuerdo con la entrevistada, el criterio para la división de las personas en pisos o casas fue el número de hijos o la influencia con alguien importante que pudiera intervenir en la decisión.

 

Además de no estar feliz con el propio piso, Pinto tampoco está satisfecha con la seguridad en el polígono, con el abandono de las pocas áreas para ocio allí existentes, ni con los vecinos, que estorban a los demás utilizando aparatos de sonido con el volumen muy alto. La entrevistada afirma que hace falta la unión de los vecinos y la detención de las peleas entre el antiguo y la nueva síndico para que polígono pueda, de hecho, mejorar.

 

Con relación al Cabula como un todo, la entrevistada considera buenos los servicios de educación y de salud, aunque estos últimos todavía tienen que mejorar. Informa también que el transporte ha mejorado mucho en estos años, pero que las opciones para momentos de ocio prácticamente no existen.

 

Con relación al lugar de las compras, nos informa que siempre las ha hecho fuera del Cabula; sin embargo, desde 1989, cuando los grandes mercados llegaron más cerca, ella pasó a hacerlas en los alrededores del barrio. En lo que se refiere al pequeño comercio existente dentro del propio polígono, las informaciones son de que, en la mayoría de los casos, los dueños son algunos de sus habitantes y que la situación esta legalizada por el ayuntamiento.

 

Conclusiones

 

Conseguimos construir un amplio panorama de la producción de la morfología urbana del Cabula, considerando tanto los aspectos relativos a la vivienda, como también aquellos elementos que han caracterizado la labor de los agentes fundamentales involucrados en el desarrollo de dicho barrio.

 

En el presente artículo tratamos de identificar y analizar el papel desempeñado por los diversos propietarios existentes en el Cabula. Empezamos por las características principales de los propietarios del suelo, destacando su papel en la formación del espacio urbano. Por lo que hemos visto en algunas publicaciones sobre el tema y de acuerdo con las entrevistas realizadas con cuatro tipos de propietarios del suelo del Cabula, podemos concluir que de la actuación de este agente respecto a sus terrenos va a depender mucho lo que se producirá en el espacio urbano; en otros términos, el destino de las propiedades se constituye en el origen de los cambios posteriores.

 

Aquí también tratamos de analizar los agentes que llegaron oficialmente en la fase siguiente a la del periodo de las haciendas de naranjas, me refiero a los propietarios formales. Para ello hemos estudiado algunos casos representativos. Inicialmente destacamos el barrio consolidado. A continuación señalamos el proceso del loteamento legal en donde entrevistamos también al responsable del proyecto. Concluimos que la burocracia y las exigencias involucradas en el proceso de producción de un loteamento legal son muy fuertes. Esto, sumado a los costes de la tierra y a los de la construcción posterior de la casa, determinan que solamente personas con cierto poder adquisitivo puedan buscar esta opción para solucionar la necesidad de la vivienda.

 

Otra categoría de propietarios entrevistados fueron los habitantes de tres tipos distintos de polígonos de vivienda, de acuerdo con los órganos que los promovieron, a saber: la Caixa Econômica Federal, el Instituto de Orientação às Cooperativas Habitacionais y la Habitação e Urbanização da Bahia. Cabe destacar que la magnitud de esta categoría residencial es muy importante. El Cabula demostró ser un espacio extremadamente interesante para los polígonos de vivienda; sin embargo, es incontestable que la gran llegada de dichas agrupaciones de vivienda se ha traducido posteriormente en diferentes atractivos para los sectores del comercio y de los servicios. Esta afirmación puede ser facilmente comprobada cuando nos fijamos, por ejemplo, en la cantidad represntativa de 29 escuelas ahí instaladas a partir de los años 1970, época en que se inició la llegada de los polígonos de vivienda en el barrio. Otro buen ejemplo de la ampliación del interés hacia el Cabula está en la masiva implantación de 9 centros comerciales en los límites del barrio en la década de 1990. Es decir, la demanda generada por el agente propietario de vivienda, y más específicamente la gran aportación de densidad poblacional por parte de los polígonos de vivienda ahí ubicados, han intervenido y lo siguen haciendo en la dinámica del Cabula.

 

Como podemos advertir, los agentes inmobiliarios son muchos y sus actuaciones bastante variadas. Es cierto que cualquier intervención actual que trate de disminuir la problemática de la vivienda tendrá que pasar por el entendimiento del proceso de producción capitalista de ella, y por consiguiente por el análisis detallado de sus agentes de formación.

 

Entre los muchos aspectos interesantes que nos revelan las entrevistas destacamos las referencias a los fuertes vínculos afectivos de gran parte de los agentes involucrados en la construcción del Cabula. Hablamos principalmente de los que participaron del importante cambio ocurrido a partir de la década de 1970, sea como habitantes del barrio o como trabajadores que tenían que desplazarse para dicho lugar todos los días laborables y permanecer allí muchas horas. En realidad, nos parece que el hecho de haber presenciado e intervenido directa o indirectamente en las transformaciones del barrio acabó por desarrollar en las personas sentimientos como el de pertenencia y de cariño hacia el Cabula. Apuntamos que este tipo de circunstancias es muy útil para la formación de organizaciones comunitarias. En este esquema, creemos que los proyectos de desarrollo local basados en las experiencias y deseos de las organizaciones comunitarias son los más reales y los que ofrecen mayores posibilidades de obtener éxito.

 

El Cabula comenzó a transformarse a partir de la década de 1940 y cambió significativamente desde los años 1970. Para el siglo que empezamos, los datos, las entrevistas y el panorama configurado en las décadas anteriores, apuntan a la ampliación de la densificación del barrio. Dicha tendencia está relacionada tanto a la implantación de nuevas promociones empresariales, como a la construcción de nuevas iniciativas en el sector de la vivienda. Por nuestra parte señalamos para la etapa que viene, la necesidad de un planeamiento que contemple aspectos como los puntos clave definidos por las personas que ahí viven, y también las cuestiones ambientales tan destacadas en el barrio y tan importantes para la calidad de vida de toda la ciudad.

 

Es posible afirmar que falta una mayor preocupación de la política nacional por las necesidades sociales en donde está incluida la problemática de la vivienda. En Salvador, así como en muchas otras grandes ciudades del llamado Tercer Mundo, las claras y graves distancias entre las diferentes capas de la sociedad se concreta en la ausencia del Estado de bienestar para la mayor parte de la población. Nos enfrentamos, entre otros problemas, con una fuerte concentración de renta; es decir, la riqueza generada no es repartida equitativamente, lo cual contribuye a aumentar la pobreza reflejada claramente en nuestras ciudades, principalmente en los barrios populares como el que analizamos.

 

En otros términos, en la sociedad capitalista en que vivimos una política que trate de alcanzar una distribución más equitativa de los recursos generados es la alternativa básica para la reducción de las desigualdades tan claras existentes en ciudades como Salvador. Si esto ocurriese, seguramente caminaremos hacia una sociedad mejor para todos.

 

Notas



* Este trabalho contou com o apoio da FAPESB

 

[1] 2000 – Datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística.

 

[2] ENTREVISTA FILHA DE FAZENDEIRO DO CABULA. Helena Pereira de Souza. Salvador, 15/01/1999.

 

[3] ENTREVISTA FILHO, EX - FAZENDEIRO E MORADOR DO CABULA. Theodomiro Ramos de Queiroz. Salvador, 03/8/1999.

 

[4] ENTREVISTA EX - FAZENDEIRO DO CABULA. Walter Veloso Gordilho. Salvador, 04/3/1999.

 

[5] ENTREVISTA FILHA E FAZENDEIRA DO CABULA. Hilza Doria Dias Viana. Salvador, 17/9/1999.

 

[6] ENTREVISTA EXÉRCITO – 19BC (EQUIPAMENTOS INSTALADOS). Marcos Augusto Costa Bastos. Salvador, 15/7/1999.

 

[7] ENTREVISTA MORADOR (BAIRRO CONSOLIDADO). Benito Cersosimo. Salvador, 29/7/1999.

 

[8] ENTREVISTA MORADOR (LOTEAMENTO LEGAL). Paulo Silva de Oliveira. Salvador, 10/8/1999.

 

[9] ENTREVISTA EX – FUNCIONÁRIO DA PMS. Orlando Anastácio do Sacramento. Salvador, 06/3/1999.

 

[10] El Loteamento Jardim Brasília, actualmente está ubicado fuera de los límites del barrio del Cabula pero, en la ocasión de su formación – 1956/1957 -, todo el área era así conocida.

 

[11] ENTREVISTA ESTUDIOSO DA CIDADE E DO MIOLO. Edgard Porto Ramos. Salvador, 30/8/1999.

 

[12] ENTREVISTA MORADOR (CONJUNTO HABITACIONAL FINANCIADO PELA CEF). Maria de Fátima Amaral Neto. Salvador, 27/8/1999.

 

[13] ENTREVISTA MORADOR (CONJUNTO HABITACIONAL - INOCOOP). Elma Vânia Dórea. Salvador, 10/8/1999.

 

[14] ENTREVISTA MORADOR (CONJUNTO HABITACIONAL - URBIS). Maria das Graças Pita Pinto. Salvador, 06/7/1999.

 

 

Bibliografia

 

CAPEL, H. Capitalismo y morfología urbana en España. Barcelona: Diamante,1983.

 

CORRÊA, R.L. O espaço urbano. São Paulo: Ática,1989.

 

FERNANDES, R:B: Periferização sócio-espacial em Salvador: análise do Cabula, uma área representativa. Dissertação de Mestrado FAU-UFBA. Salvador, 1992.

 

FERNANDES, R:B: Las políticas de la vivienda en la ciudad de Salvador y los procesos de urbanización popular en el caso del Cabula. Tesis Doctoral UB. Barcelona, 2000.

 

FERREIRA, A.L. de A. De la producción del espacio urbano a la creación de territorios en la ciudad. Tesis Doctoral UB. Barcelona, 1996.

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© Copyright Rosali Braga Fernandes, 2005

© Copyright Scripta Nova, 2005

Ficha bibliográfica:

BRAGA, R. Propietarios del suelo y de viviendas en la formación de un barrio popular. Salvador – Bahia, Brasil. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (09). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-09.htm> [ISSN: 1138-9788]

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