Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (42), 1 de agosto de 2005

 

PUEBLA (MÉXICO): UNA CIUDAD HISTÓRICA ANTE UN FUTURO INCIERTO

 

Juan Francisco Salamanca Montes

Profesor investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

E-mail: jfsal@puebla.megared.net.mx

 


Puebla (México): una ciudad histórica ante un futuro incierto

En este trabajo se hace un balance de la ciudad de Puebla, desde un enfoque histórico, urbano y arquitectónico, con énfasis en su centro histórico, supuestamente protegido por la ley a través de un decreto de zona monumental, con ordenanzas específicas poco respetadas, esta zona se ha visto afectada por diversas y contrapuestas políticas de planeamiento urbano, con miras a un futuro que parece incierto. El centro histórico está reconocido, como patrimonio del mundo por parte de la UNESCO. Se explica en líneas generales un modelo de macroinventario de su patrimonio monumental, desarrollado a través de un sistema de información geográfico, con ejemplos del mapeo de información significativa. Se presentan muestras del inventario fotográfico, con vistas aéreas. Se hacen consideraciones generales de la realidad actual de esta ciudad, exponiendo finalmente algunas hipótesis y conclusiones acerca de un futuro previsible.

 

Palabras clave: Puebla, centro histórico, sistema, macroinventario.


Puebla (Mexico): A historic city faced with an uncertain future

In this study, a balance is made between the city of Puebla, from a historic, urban and architectural viewpoint, with emphasis in its historic downtown section, supposedly protected by the law through a monumental zone decree, with specific provisions which are not respected. This zone has been affected by various and conflicting urban planning policies, with a view towards an apparently uncertain future. The historic downtown section is recognized as world heritage by the UNESCO. In general terms, a macro inventory model of its monumental heritage is explained, developed through a system of geographic information, with examples of significant information mapping. Samples of the photographic inventory with aerial views are presented. General considerations of the current reality of this city are made, finally presenting some hypotheses and conclusions about a foreseeable future.

 

Key words: Puebla, historic downtown section, system, macro inventory.


 

Las ciudades mexicanas son complejas formaciones socio históricas poco estudiadas en términos de la significación simbólica de sus estructuras físicas espaciales. Es importante introducirnos en este ámbito de interés, a fin de contribuir en el conocimiento de características y tendencias morfológicas, generalizables al conjunto de las más importantes aglomeraciones urbanas del país. Logros en este sentido nos aportarían bases sólidas para realizar comparaciones pertinentes con otras ciudades, en el ámbito nacional e internacional, similares en algunos rasgos, según los intereses que lo animen.

 

Para los propósitos de este trabajo son cuatro los momentos en la evolución de esta ciudad los que -por ahora- se destacan: i) el fundacional, ii) durante el porfiriato, iii) en los cuarenta y iv) en los noventa

 

Figura Nº1

Plano indicativo de la ciudad de Puebla, durante los periodos aquí analizados

 

 

Elaboración propia.


i) Etapa fundacional

La ciudad de Puebla, actualmente reconocida como patrimonio cultural de la humanidad, en el conjunto de las ciudades reticulares iberoamericanas, fundadas y trazadas por españoles con la amplia colaboración de los indígenas nativos, es única y sobresaliente en su género por las razones que más adelante se podrán apreciar.

 

Echeverría y Veytia asegura que la vida licenciosa y la holganza de los españoles, así como la explotación de que éstos hacían objeto a los indígenas de su provincia, obligó al Obispo Garcés a proponer a la segunda Audiencia, presidida por Don Sebastián Ramírez de Fuenleal (Obispo de Santo Domingo), a fundar una nueva ciudad en el espacio que de antiguo ocupó una gran población indígena llamada Cuetlaxcohuapan[1], con base en la Real Cédula, fechada en Ocaña el 18 de enero de 1531 por la reina Isabel (de Portugal), esposa de Carlos V, madre de Felipe II, regente de España. La ciudad sería para cristianos españoles en la Provincia de Tlaxcala y para asiento del prelado de la diócesis.

 

El caso de la fundación de la ciudad de Puebla parece poco claro en los detalles, en términos de planeamiento urbano, excepto por el hecho de que se argumentó su creación para que: españoles deseosos de trabajar sin ayuda de las encomiendas que pudiesen habitarla (un interés socioeconómico y político), y por el propio interés ya mencionado del Obispo Garcés (interés religioso). (Figura 2)

 

Figura Nº2

Plano indicativo de la ciudad de Puebla (hipotético) poco después del periodo fundacional (1531)

 

Fuente: Urbanismo y Morfología de las ciudades novo hispanas, 1988, p. 160.

 

Es evidente que la estructura urbana de la inmensa mayoría de las ciudades del Virreinato se constituye -por lo general- sobre una superficie llana, o sea no accidentada topográficamente con el propósito de facilitar, en extremo, los movimientos expansivos de una fuerza colonizadora dispuesta siempre a implantar una nueva forma de actividad socioeconómica y política en la Nueva España, tal es el caso de Puebla de los Ángeles.

 

Para emprender la tarea de edificarla: a cada poblador español (aproximadamente cuarenta) se favoreció con un número de indígenas que oscilaron entre diez y treinta, viniendo de Tlaxcala unos ocho mil y un poco menos de Huejotzingo, Calpan, Tepeaca y Cholula[2]. Así nos podríamos dar una idea de que, a la larga, estos indios se habrían incorporado a la nueva ciudad, pese a la disposición de que ésta funcionase solamente para españoles. Kubler ha descrito el proceso con suficiente detalle[3].

 

¿Quiénes trazaron la ciudad: los funcionarios de la Corona o los frailes?   Lo más probable es que la decisión de la traza y disposición de los futuros edificios religiosos, administrativos, militares o civiles habría quedado tanto en manos de los funcionarios reales como de los franciscanos, en el primer período fundacional, en un acuerdo común que representaba integralmente la asociación inseparable de la Iglesia y la Corona.

 

A la traza recién referida puede considerársele como el primer cuartel histórico de Puebla; en 1543 se le asignaría el llamado fundo legal -destinado a dehesas, pastos y campo. En este casco original se habrían asentado indígenas que colaboraron en su fundación y obras de construcción; sin embargo, para estas fechas las áreas ocupadas por los indígenas aún no estaban reconocidas como barrios.

 

ii) Durante El Porfiriato

 

En la segunda mitad del s. XIX se advirtieron cambios notables, tanto en lo urbano como en lo arquitectónico. Fue notoria la densidad de construcción en lo que fueron los predios conventuales, sin que se afectara la traza esencial de la ciudad. Por otro lado, se destruyó un 50% de las antiguas casonas coloniales, para dar cabida a las modas arquitectónicas de habitación y servicios en boga.

 

Entre los edificios con cambios notables se citan: La Catedral, donde se acotó su atrio por el enverjado de hierro y bronce; el Zócalo; la reconstrucción de la penitenciaría; se inauguró la Estación de Ferrocarriles; se clausuraron los panteones de varias iglesias del centro y se definen los cementerios Municipal, Piedad y Francés. Un alumbrado de luz trementina fue modificado por el de luz de arco eléctrico, en 1888.

 

A fines de este siglo se advierten en la ciudad dos nuevas alamedas: la del Paseo de San Javier o Nuevo Paseo Bravo y la Alameda de Hidalgo o San Francisco, ambas abiertas al público. A estas alturas ya fueron notorios los cambios en la parte antigua del casco urbano: se construyeron nuevos fraccionamientos o colonias como la de Los Remedios y otras más; con estos nuevos sitios todavía se mantuvo la traza reticular, excepto en la avenida que partía de San Javier (Paseo Bravo), denominada Del Vencedor o de La Paz (hoy avenida Juárez). (Figura 3).

 

En lo que se refiere a la propia ciudad de Puebla se advierte que, entre los siglos XIX y  comienzo del XX, no hubo cambios fundamentales en lo que a su retícula concierne:

 

                                ...Según Enrique Juan Palacios, la parte edificada de la ciudad sólo cubría 423 hectáreas y al referirse al trazado urbano, el autor reconocía que "la ciudad no ha rebasado todavía el área que le marcó su insigne fundador".  El número de manzanas registradas en 1902 apenas llegaba a 333...   A diferencia de la ciudad de México, parece no haber existido en Puebla un proceso de creación de fraccionamientos y colonias a finales del porfiriato (administración dictatorial de Porfirio Díaz entre 1877 y 1911, exceptuando el período del Presidente Manuel González, entre 1880 y 1884) que fueran la base de la ampliación del espacio urbano. [4]

 

 

Figura Nº3

Plano 3, Nuevo Plano Topográfico Anunciador de la Ciudad de Puebla (1908) durante el Porfiriato.

 

 

Tomado del Plano No. 4, Cartografía Histórica de la Ciudad de Puebla, Vélez Pliego Francisco  y A. Guzmán (compiladores), 1997

 

Durante el porfiriato la retícula original se densifica con las variadas construcciones alzadas después de los conflictos armados que destruyeron un considerable número de edificios, es decir, cuando la guerra con Francia en 1838 y la intervención norteamericana de 1847. A una red importante de ferrovías externas (1869, Puebla-Apizaco-Veracruz: Ferrocarril Mexicano; 1888, México-Puebla-Veracruz: Ferrocarril Interoceánico, Puebla-Oaxaca: Ferrocarril del Sur, Puebla-Cuautla: Ferrocarril de Matamoros) se unió, dentro del modelo de retícula, el ferrocarril Industrial que sirvió a Puebla, Cholula, Huejotzingo y Fábricas, y el servicio urbano de tranvías tirado por mulas, o ferrocarril urbano de Puebla.

 

La riqueza de las clases prósperas influyó en la bonanza de la construcción. Gran número de edificios coloniales pronto fueron sustituidos por mansiones que siguieron el estilo romántico de la época, construcciones con costosos materiales, en ocasiones importados de Europa. La  vieja fisonomía urbana se transformó principalmente al poniente de la ciudad, a lo largo de las actuales avenidas Reforma y Juárez. A la antigua arquitectura le sucedió otra, a imitación de sus modelos franceses.

 

 Los cuarenta (hacia la modernidad)

 

El período de la Revolución Mexicana (1911-1920) frenó todo desarrollo urbano en la ciudad de Puebla, pero entre 1940 y 1960 se dio una rápida urbanización, igual que en toda América Latina, debido a la industrialización del siglo XX.  En este lapso aparecieron nuevos desarrollos urbanos periféricos, diseñados dentro de un patrón ortogonal emparentado con la retícula, entre las cuales destacaron las colonias Humboldt, Amor, la Libertad, Los Volcanes, El Carmen y Santa María, entre otras.

 

La ciudad creció ordenadamente hasta 1950, año durante el cual se observaron los primeros asentamientos espontáneos y sin control, desvinculados de la mancha urbana y rompiendo la unidad espacial de la ciudad. En los 60’s se da un crecimiento

urbano hacia el Norte y Noreste, como resultado de la construcción de la autopista México-Puebla puesta en funciones en 1962. Es en 1964 cuando desaparece el río San Francisco, a consecuencia de su entubamiento para dar lugar al actual bulevar Héroes del 5 de mayo. En 1965 se  establece cercana  a la ciudad de Puebla la planta automotriz Volkswagen y otras industrias más, aprovechando el parque industrial que  se produjo por la reciente autopista México-Puebla; la ciudad creció en una extensión de 25.8 km2, con un incremento de 77% en relación a 1950, con una tasa media anual de 3.8% acelerándose el proceso de urbanización. (Figura 4)

 

Figura Nº 4

Plano de La Ciudad de Puebla 1947 (1947).

 

 

Tomado del Plano No. 21, Cartografía Histórica de la Ciudad de Puebla, Vélez Pliego Francisco y A. Guzmán (compiladores), 1997.

 

El peso que ha soportado el modelo de la retícula, sobre todo a partir de 1950-1960, década del gran desarrollo industrial y urbanístico, ha sido muy grande, tanto en absorción de mayores usuarios peatonales como automovilísticos, aunque, por otra parte, se podía advertir que estaba quedando menos margen para soportar un crecimiento urbano, a todas luces sin control, a pesar de la expedición de planes urbanos periódicos que cubren, a mi juicio, solamente problemas operativos de carácter físico (vialidades, servicios de agua potable y alcantarillado, limpia, etc.) pero no de carácter social, en el sentido de promover o alentar una conducta colectiva en favor de controles efectivos del desarrollo urbano (preservación, conservación y mantenimiento).

 

Los noventa (fines del segundo milenio)

 

Ya en los noventas la ciudad de Puebla se caracteriza por su tendencia a la expansión del área urbana y a la suburbanización.  Por ello, a la fecha, en la ciudad se concentra aproximadamente el 35% de la población total del estado, el 60% de la inversión, el 55% de las industrias y el 50% del personal ocupado en tal actividad, además se concentra el 80% de los servicios educativos y el 90% de los bancarios.  Esta concentración de servicios crea problemas como: crecimiento urbano desordenado, altos déficits de vivienda, infraestructura vial inconexa, desajustes en el uso del suelo, actividad industrial dispersa, especulaciones con el  suelo y dificultad para dotar de empleos a la población rural proveniente del interior del Estado.

 

Dentro del Programa de Desarrollo Regional Angelópolis de 1993 (Figura 5) se incluyen tres proyectos urbanos específicos que

                                Apoyan la consolidación de la zona conurbada de la Ciudad de Puebla como un poderoso polo industrial, comercial, cultural y turístico."[5], siendo ellos: "zonas industriales, zona habitacional y de servicios Atlixcáyotl/Solidaridad, zona Histórica, Cultural, Turística y de negocios. [6]

 

Figura Nº5

Plano de Usos del suelo propuestos en el Plan Maestro, elaboración propia, según información proporcionada por el Fideicomiso del Paseo de San Francisco.

 

 

 

Las cuestiones que durante este periodo se manifestaron adversamente en la prensa local y regional, en relación a estos planes, se refirieron como:

 

            1. Un rechazo por parte de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, a una propuesta urbana suscrita por una firma extranjera, sin escuchar a arquitectos y urbanistas mexicanos (ignorar raíces provoca realizaciones antiurbanas, por el Arq. Fernando Abascal S., en: Arquitectura Mexicana, Órgano de los Arquitectos de la República Mexicana, FDCARM, en el Sol de Puebla, No. 118, p.11, agosto de 1993);

            2. La amenaza de que el tejido urbano de 5 siglos de la capital poblana pueda desaparecer, con la propuesta urbanística de una firma consultora de Estados Unidos

            3. Diversas protestas de vecinos amenazados de expulsión al aplicarse la mencionada declaratoria (aparecidas en diversos momentos entre agosto y octubre de 1993, mayormente en los periódicos Síntesis y la Jornada de Oriente).

 

Sobre el Centro Histórico

 

Después de etapas históricas como las antes referidas, cabe preguntarse ¿Cuál es el futuro de los cascos urbanos originales de ciudades coloniales como ésta, donde se ubica buena parte del patrimonio tangible e intangible de nuestra cultura hispanoamericana?

 

Desde cualquier enfoque, económico, político y sociocultural, la respuesta seguirá siendo unánime: que se conserven y se revitalicen los espacios que constituyen  una expresión tangible de nuestro pasado y una evidencia relevante de la evolución de nuestros diversos estadios socioculturales. (Figura 6).

 

El caso del centro histórico de la ciudad de Puebla, México, es particularmente importante en los diversos ámbitos: nacional, americano e internacional, razón por la que no es casual el reconocimiento que tiene de parte de la UNESCO como patrimonio mundial (1987). El valor de este espacio lo constituye una multiplicidad de factores, entre los que se pueden destacar:

 


Figura Nº6

Plano de la: Delimitación de la Zona Monumental de la ciudad de Puebla, según el decreto de 1977.

 

 

Fuente: Elaboración propia

 

 

·        Antigüedad, como ciudad fundada en el siglo XVI (1531) por españoles e indígenas;

·        Amplia extensión territorial de su llamada Zona Monumental, que abarca alrededor de 400 manzanas;

·        Cantidad y calidad de sitios y edificios que muestran los diversos estilos o corrientes arquitectónicos de cada época. El listado de sus edificios con valor patrimonial, solamente hasta el siglo XIX y de principios del XX, es superior a los 2,600 casos.

 

Cabe enfatizar que el patrimonio edificado contenido en centros históricos, como el de Puebla, está expuesto a todo tipo de riesgos, deterioros y hasta destrucciones derivados de causas diversas muy, tales como:

 

·        Incapacidad económica de sus propietarios o pobladores por mantenerlas en buen estado;

·        Abandono intencional y desinterés por conservar los inmuebles, sea para justificar una destrucción o porque ya no resultan un negocio rentable;

·        Acciones irresponsables de destrucción para un supuesto mejor aprovechamiento del terreno;

·        Incapacidad, económica, técnica y organizativa, de algunos organismos para consolidar una política de preservación de los inmuebles, sean de propiedad pública o privada;

·        Deterioro, por el uso y abuso descuidado y hasta vandálico de los espacios públicos y privados, por parte de habitantes y usuarios con poca o nula conciencia por cuidar los bienes con valor cultural y de interés colectivo;

·        Contaminación, deterioro físico y de imagen urbana o arquitectónica, sea por la acción de plagas o por la presencia de basura, ruidos y gases tóxicos, originados por el exceso de vehículos automotores;

·        Mala planeación, ejecución y evaluación de las obras, servicios y reglamentos públicos (vialidad, recolección de basura, control vehicular, transporte colectivo, control de los usos del suelo, etc.);

·        Inexistencia de una cultura de mantenimiento y prevención de daños en los edificios y en los espacios de uso colectivo;

·        Inaudita inexistencia actualizada y oficial de un Inventario y Catálogo de Monumentos y sitios, realizado con rigurosidad, de tal manera que sirvan como instrumentos precisos y eficaces para la legislación y el seguimiento de las obras.

 

A esta interminable lista de factores de riesgo y deterioro habría que agregar los imponderables e impredecibles desastres naturales, a los que están expuestas nuestras ciudades; es el caso de los sismos e inundaciones, como los que padecimos el año de 1999.

 

Hacia un Sistema de Información Geográfica del Centro Histórico (SUICH) de Puebla

 

En la perspectiva de conjuntar y coordinar esfuerzos por conservar y dignificar el patrimonio construido, desde el ámbito universitario creemos que es importante para nuestra ciudad la realización de un inventario visual como un instrumento útil para la planificación y la gestión urbana. En una gestión transformadora o urbanística, los aspectos visuales y formales son tan importantes como los indicadores numéricos o las descripciones literarias.

 

En este sentido, en 1991 se establecieron relaciones de colaboración con el Grupo Interuniversitario de Montreal (GIM) para el desarrollo de un Macroinventario de la ciudad de Puebla. Por la parte canadiense intervino el Dr. François Charbonneau de la U. de Montreal y por parte de la UAP un grupo de profesores e investigadores de la Facultad de Arquitectura y del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. De los principales componentes del Macroinventario puede decirse que: Con el desarrollo de cierta tecnología informática (multimedia), es posible concebir, a precios razonables, instrumentos prototipo videográfico-interactivos que permiten integrar los inventarios visuales a una base de datos, utilizando diversas tecnologías numéricas (CD-ROM) y analógicas (visión láser). Dos principales modelos de interacción entre el usuario y la base de datos pueden desarrollarse:

 

1.      Un modelo informatizado que involucre una codificación geomática de cualquiera de las imágenes y de los datos de utilización del suelo que permita hacer corresponder instantáneamente, en la pantalla, las imágenes y las referencias geográficas.

2.      La integración temática (valores inmobiliarios, categoría de los edificios, usos del suelo, entre otros) de una base de datos urbanos y de puntos de referencia instantáneos de las imágenes correspondientes y de sus respectivas coordenadas espaciales.

 

Para el caso del centro histórico de la ciudad de Puebla en el Área de estudios del Patrimonio Cultural (AESPC) hemos desarrollado un Sistema de Información que comprende tres componentes:

 

1.      Un banco de alrededor de 5000 imágenes urbanas, en las que en la gran mayoría proviene de fotografías aéreas tomadas a baja altitud y de una posición oblicua, de tal forma que los elementos verticales, como las fachadas, son visibles;

2.      Una arquitectura de sistema que permite reciclar las informaciones de diferentes fuentes e integrarlas en una base de datos que ofrece la posibilidad de especializar a diferentes escalas.  El prototipo actual utiliza un banco de datos experimental de las edificaciones, las manzanas, las calles y las secciones de calles;

3.      Los programas de utilización o módulos informáticos de investigación y de gestión interactiva de estos bancos de datos visuales e informativos, elaborados en función de una investigación multicriterio.

 

Estructura del sistema

 

Puede decirse que la estructura del sistema está fundada en la programación de módulos de aplicación profesionales que entran en comunicación con el programa comercial de geomática, acorde con el cambio dinámico de datos y la programación por objeto. El prototipo utiliza el programa geomático MAPINFO. Llegado el caso, este programa puede ser remplazado por otro.

 

Además de las funciones de base de MAPINFO, el Macroinventario comporta un cierto número de módulos especializados fácilmente modificables y que cada usuario puede controlar después de un breve tiempo. Los módulos pueden ser reagrupados en dos categorías: Por una parte, los módulos de gestión de demandas multicriterios y, por otra parte, de módulos de visualización y de análisis de datos.

 

Contribuciones del AESPC

 

La puesta en el sistema de la relación espacial de las fotografías con los datos urbanos permite organizar el conjunto de informaciones disponibles sobre un objeto y, en particular, asociar las informaciones visuales a las descripciones y evaluaciones de los edificios, de los espacios abiertos y de los conjuntos urbanos. Podemos igualmente  combinar la visualización de los objetos para hacer constataciones en un territorio más grande, hacer comparaciones, describir o generar rápidamente las informaciones complementarias. El sistema del macroinventario que sustenta los productos aquí propuestos, permite la presentación en secuencias ordenadas de información visual y descriptiva sobre todo objeto urbano catalogado en la base de datos. Esto se apreciaría de manera aproximada en el CD-ROM interactivo que produjimos en 2002 con el nombre de Puebla desde el aire (imágenes de macroinventario).

 

Uno de los principales aportes del Sistema es la integración de datos de los inventarios especializados del patrimonio arquitectónico con los otros datos urbanos (de planificación y de la gestión en curso).

 

 

 

Se piensa que con una colaboración interinstitucional es posible:

-         Reciclar un conjunto de datos urbanos existentes y pertinentes a los dominios de aplicación del macro-inventario.

-         Elaborar un modelo (unificado) de Base de datos pública a partir de la puesta en común de datos no confidenciales producidos por cada uno de los organismos participantes.

 

Ver a continuación imágenes fotográficas y cartográficas (figuras 7 a 12) representativas del Sistema de Información del centro histórico poblano:

 

Figura Nº7

Vista panorámica aérea del casco central de la ciudad de Puebla.

 

 

Foto Bureau-Charbonneau 1991.

 

 

 

Figura Nº 8

Vista aérea del atrio y conjunto conventual de Santo Domingo

 

 

Foto Bureau-Charbonneau 1991

 

 

Figura Nº 9

Mapeo del uso habitacional vivienda en la Zona Monumental de la ciudad, según el siglo en que fue edificada, del XVI al XIX.

 

 

 

Figura Nº10

Mapeo de la arquitectura religiosa en la Zona Monumental, según división barrial.

 

 


Figura Nº 11

Mapeo de la arquitectura con valor monumental, distribuida por categorías, según el INAH

 

 


Figura Nº12

Mapeo de la arquitectura con valor monumental, distribuida por épocas, según el INAH

 

 

Perspectivas del Centro Histórico poblano

 

Los promotores de los cambios modernizadores han logrado empezar a concretar algunos proyectos. El cambio en la imagen y en la estructura urbana-arquitectónica en el área es una realidad que los ciudadanos apenas empezamos a procesar y tal vez hasta aceptar, aunque con muchas reservas. Puede concluirse con plena certeza que el Centro Histórico sigue siendo un espacio público vigente. Luego entonces ¿jugará un rol estructurador con relación a la ciudad tradicional? Esta respuesta habrá de darse en el futuro. Sólo puede señalarse que algunos proyectos y sus realizaciones constituyen una ventaja para la ciudad y para sus habitantes, de manera directa o indirecta. El turismo y otras actividades paralelas podrían ser el impulso, más que un freno para la conservación del patrimonio arquitectónico y urbano de todo el Centro Histórico, siempre que sus políticas y acciones cuenten con el consenso de la ciudadanía,  de los sectores afectados y de opiniones calificadas.

 

El argumento de la pérdida de tradiciones de los habitantes de los barrios aledaños, así como de su producción artesanal, ha venido perdiendo fuerza, dado que para muchos -según versiones de los propios habitantes- el proceso de su deterioro y decaimiento ya se había iniciado y avanzado, aún antes de las últimas acciones en esta área. Ya en todo caso lo ven como una opción preferible a las condiciones en que se encontraban, incluyendo la calidad de vida en estos barrios.

 

Un balance serio y contundente de todos estos cambios, de la ejecución de los proyectos, no siempre consensuados,  y de sus correspondientes impactos aún es prematuro. Quedan muchas obras pendientes en relación a lo proyectado, las cuales para su concreción dependen del resultado de la correlación  de todas las fuerzas e intereses actuantes, en lo político y en lo social y, sobre todo, en función de los recursos económicos efectivamente disponibles para su realización.

 

A manera de corolario me parece oportuno rescatar parte de las conclusiones del Arq. Alberto González Pozo en su participación en el VII Symposium Internacional de Conservación del Patrimonio Monumental, sobre el uso contemporáneo de edificios antiguos, en 1986:

 

Me parece que si se quiere superar estos intentos incipientes por insertar una arquitectura contemporánea digna y compatible en las zonas de monumentos históricos, es necesario formular programas de desarrollo urbano con objetivos y estrategias concretas en materia de imagen urbana y patrimonio cultural, en las que las nuevas arquitecturas se conciban desde un principio dentro de planes integrales de conservación del patrimonio y de la imagen urbana. Sólo si las nuevas arquitecturas se nutren, desde su gestación, de los objetivos que se persiguen para el desarrollo urbano de los centros históricos. Es entonces posible pedirles a sus diseñadores que se preocupen por hacerlas más compatibles con su entorno...

Por último, se requiere elaborar normas y manuales para orientar este tipo de actividades de diseño para cada zona de monumentos en particular. Una vez expedidas esas reglas, deben eliminarse las instancias individuales de autorización y sustituirse por instancias colegiadas para los casos relativamente sencillos. En cambio, para las grandes construcciones que representan un impacto ambiental en las zonas de monumentos, su autorización sólo debe emanar de un amplio proceso de consulta ciudadana.  El patrimonio cultural es, al fin y al cabo, un patrimonio social, así que la inclusión en su contexto de un nuevo elemento significativo, sea edificio o espacio abierto, debe contar también con el consenso de la sociedad.[7]


 



Notas

 

[1] FERNÁNDEZ De Echeverría y Veytia, Mariano, Historia de la Fundación de la Ciudad de Puebla de los Ángeles en la Nueva España, su descripción y presente estado. Edición, Prólogo y notas de Efraín Castro Morales, Libro 1, Ediciones Altiplano, Puebla, 1962, p. 49.

 

 

[2] HIRSCHBERG, Julia, La fundación de la ciudad de Puebla de los Ángeles: mito y realidad, Smith Collage, edición del Ayuntamiento de Puebla, 1981-1984, p. 15

 

 

[3] KUBLER, George. Arquitectura mexicana del siglo XVI, op cit.,  86-87.

 

 

[4] CONTRERAS Cruz, Carlos, La ciudad de Puebla, estancamiento y modernidad de un perfil urbano del siglo XIX, cuadernos de la Casa Presno, Centro de Investigaciones Históricas y Sociales. Universidad Autónoma de Puebla, 1986., p. 58.

 

 

[5] Programa de desarrollo regional Angelópolis, Gobierno del Estado de Puebla, septiembre de 1993, p. 10.

 

 

[6] Ibid., pp. 10-11

 

 

[7] GONZÁLEZ Pozo, "Arquitectura contemporánea en el contexto de zonas de monumentos: el enfoque tipoógico y sus perspectivas" (ponencia), VII Simposium internacional de conservación del patrimonio monumental/Uso contemporáneo de edificios antiguos, 1987, p. 29.

 

 

 

Bibliografía

 

CONTRERAS C. La ciudad de Puebla estancamiento y modernidad de un perfil urbano en el siglo XIX, Cuadernos de la Casa Presno, Ed. Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México, 1986 151 p.

 

 

FERNÁNDEZ M. Artificios del Barroco México y Puebla en el siglo XVII,  “Nueva España en el siglo XVII”, “El nacimiento de la arquitectura barroca en las ciudades de México y Puebla”,  “La ciudad de Puebla”, Ed. Universidad Nacional Autónoma de México, México.1990.

 

 

GONZÁLEZ, H, Conservación urbana en el Paseo del Río San Francisco, Centro histórico de Puebla, México, Ed. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 1999.

 

 

GONZÁLEZ, A. "Arquitectura contemporánea en el contexto de zonas de monumentos: el enfoque tipoógico y sus perspectivas" (ponencia), VII Simposium internacional de conservación del patrimonio monumental/Uso contemporáneo de edificios antiguos, 1987.

 

 

HIRSCHBERG, J. La fundación de la ciudad de Puebla de los Ángeles: mito y realidad, Smith Collage, edición del Ayuntamiento de Puebla, 1981-1984.

 

 

KUBLER, G. Arquitectura mexicana del siglo XVII, Fondo de cultura mexicana, México, D. F., 1982.

 

 

© Copyright Juan Francisco Salamanca Montes, 2005

© Copyright Scripta Nova, 2005

Ficha bibliográfica:

SALAMANCA, J.F. Puebla (México): una ciudad histórica ante un futuro incierto. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (42). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-42.htm> [ISSN: 1138-9788]

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