REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98 Vol. X, núm. 218 (29), 1 de agosto de 2006 |
LOS CAMBIOS EN
EL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y DE DISTRIBUCIÓN DE GAS
EN BARCELONA Y SU HINTERLAND (1930-1961).
ENTRE EL GAS DE HULLA Y EL GAS NATURAL
Mercedes
Arroyo
Departamento de Geografía Humana
Universidad de Barcelona
Los cambios en el proceso de producción y de distribución de gas en Barcelona y su hinterland (1930-1961). Entre el gas de hulla y el gas natural (Resumen)
Nuestra aportación presenta esencialmente los datos obtenidos en el Archivo Histórico de la empresa gasista Gas Natural SDG, S.A. empresa que hasta los años 1970 se denominó Catalana de Gas y Electricidad. Dicha empresa, fundada en 1843, es la decana de las empresas gasistas españolas. En nuestro trabajo presentaremos las variaciones en el consumo de gas en Barcelona y los núcleos de su hinterland que desde principios del siglo XX integraban el patrimonio gasista de La Catalana. Nuestro estudio se centrará en el período que transcurrió desde los años 1930, con el interregno de la Guerra Civil española (1936-39) que afectó de manera importante a la trayectoria de las empresas productoras de energías, como la electricidad o el gas.
Finalizaremos nuestro estudio en 1961, fecha en que se iniciaron los primeros contactos por parte de la empresa para sustituir los diferentes métodos de producción de gas utilizados hasta entonces por el gas natural procedente del norte de África. A ello no fueron ajenos los cambios en la cúpula de la dirección de la empresa, lo que nos permitirá mostrar que determinadas personas tienen la capacidad de hacer derivar la trayectoria de las empresas hacia derroteros escasamente explorados.
Palabras clave:
consumo doméstico de gas, hinterland de Barcelona, competencia
entre energías
Changes in the
processes of production and distribution of gas in Barcelona and its hinterland
(1930-1961) Between the coal gas and the natural gas (Abstract)
Our contribution presents the results of a research based on
the enterprise Archives of Gas Natural of Barcelona, the oldest gas enterprise
in Spain existing from 1843. In our work we will present the variations of
the gas consumption in Barcelona and the towns conforming its hinterland.
The gasworks of these towns were enclosed in the La Catalana industrial structure
from the beginning of 20th Century. Our study focuses the attention
on the period extended from 1930 along the Spanish Civil War (1936-39) until
1961, when a generational change in the enterprise direction was produced.
This circumstance will us permit think about the capacity of some people to
manage the enterprise trajectory to unexplored paths.
Key words:domestic gas consumption, Hinterland of Barcelona, competition between energies
El futuro de las empresas que actúan en el territorio por medio de
redes energéticas –gas y electricidad esencialmente- está supeditado
a ciertas condiciones, de las cuales, una de las más importantes es
la necesidad de llegar a las zonas con el mayor consumo posible, lo cual implica,
en general, extender su alcance a lugares progresivamente más alejados.
El crecimiento de las redes está, por su parte, limitado por el crecimiento
de otras redes, sean éstas del mismo tipo de energía o de diferentes
características, con lo que es fácil que el territorio sea el
lugar en que se desarrolle una situación de competencia, tanto entre
empresas como entre energías.En esa situación, la red de mayor
potencial económico terminará por dominar las menores, dominio
que exige disponer de importantes volúmenes de capitales que serán
mayoritariamente empleados en comprar patrimonios, extender y unificar las
redes y en adoptar en cada momento las innovaciones más adecuadas.
En nuestro trabajo presentaremos un ejemplo significativo de las estrategias empresariales llevadas a cabo en el sector gasista con el objetivo de iniciar una política de unificación y ampliación de redes que todavía no ha cesado.Han variado los métodos de fabricación y obtención de gas; han variado las condiciones de la demanda de gas –de la demanda industrial se pasó en los años que estudiamos a la demanda derivada del consumo doméstico- y ha variado el alcance real de las redes de gas. Los momentos iniciales de esa dinámica es lo que presentamos en nuestro trabajo.
Para ello, hemos
utilizado algunas series de datos obtenidos en el Archivo Histórico
de la empresa gasista Gas Natural SDG, S.A. continuadora desde los años
1970 de laempresa Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas fundada en 1843,
pionera en España de la producción gasista y conocida como La
Catalana.Finalizaremos nuestra intervención con las cifras correspondientes
a 1961, ya que el siguiente año, 1962, la empresa inició las
primeras gestiones para asumir un importante cambio tecnológico que
sustituiría con el gas natural procedente del norte de África
los diferentes métodos de producción de gas utilizados hasta
entonces.Ese cambio tecnológico permitió a La Catalana iniciar
una política de expansión, que finalizaría con la compra,
primero, de todas las empresas gasistas de Cataluña y más tarde,
mediante fusiones de capitales, con la implantación de una única
red en todo el territorio nacional.
A ello no fueron ajenos los cambios en la cúpula de la
dirección de la empresa hasta entonces.En 1962, la dirección
de La Catalana experimentó una importante variación en su trayectoria
empresarial.Ese año, el que hasta entonces había sido Director
General de la empresa desde los años 1920, Ricardo Margarit, sería
sustituido por Pere Duran Farell, que daría el impulso definitivo para
la sustitución del gas manufacturado por el gas natural, lo que nos
permite afirmar que, en determinados momentos, algunas personas tienen la
capacidad de hacer variar la trayectoria de las empresas hacia derroteros
escasamente explorados.
La expansión de las redes de energía y los avances tecnológicos
Como es sabido, la expansión, primero, de las redes de gas y, más tarde, de las redes de electricidad fue propiciada por el proceso de industrialización que experimentaron las ciudades del siglo XIX.El tejido industrial fue inicialmente la base de la demanda de gas como lo sería después de la demanda de electricidad.La generalización del uso de la electricidad en el ámbito industrial tuvo como consecuencia el retroceso del gas.En toda Europa, la industria gasista hubiese podido quedar en una situación marginal a partir de la entrada de la electricidad en el panorama energético; pero las empresas gasistas emplearon los medios técnicos y económicos necesarios para contrarrestar los efectos de la competencia que supuso la electricidad.
Los avances tecnológicos se aplicaron en la industria gasista europea a dos aspectos principales. Por una parte, se incorporaron métodos de fabricación de gas más eficientes y se utilizaron materias primas alternativas a las habituales cuya importancia fue decisiva para el desarrollo de las redes.Por otra, se inició una fuerte ofensiva dirigida a fomentar el uso del gas en determinadas funciones, como el consumo doméstico, un bloque de demanda escasamente explorado hasta entonces.
El consumo industrial quedó por el momento como un sector residual en el conjunto de la demanda de gas. No sería hasta bien entrado el siglo XX que el gas volvería a adquirir protagonismo con los procesos derivados del sistema de cogeneración[1] -que dejamos expresamente al margen de esta exposición; pero para ello sería necesario utilizar un gas diferente del que se producía a partir de la destilación, primero, de carbones de diversa procedencia y luego, por medio del aprovechamiento de algunos derivados del petróleo.En la actualidad, una importante parte de la electricidad que se consume en Europa se produce por medio del ya indicado proceso de cogeneración a partir del gas natural procedente de yacimientos situados en lugares tan alejados entre sí como el norte de África, el Mar del Norte, Siberia o el Mar Caspio.
El actual cambio de tendencia en la demanda de gas natural, ha conducido a que suvolumen, otra vez, vuelva a estar más centrado en la demanda industrial que en la doméstica.Un nuevo cambio tecnológico –la posibilidad de obtener energía mediante el ya citado proceso de cogeneración- ha permitido a las empresas gasistas volver a considerar el consumo industrial como una importante fuente de demanda de gas.
La sustitución del gas manufacturado[2] por el gas natural exigió un importante cambio tecnológico, magnitudes económicas muy superiores a todo lo anterior y, lo que puede ser más ilustrativo para nuestro trabajo: la unión final de todas las redes nacionales de los países europeos en una sola red integrada a escala continental.En los años que centran nuestro interés, se estaban poniendo las bases de esa integración y muchos delos adelantos técnicos que vendrían después estaban en vías de exploración. En esa época el gas se producía por medio de dos sistemas principales: la destilación del carbón, esencialmente de hulla o, a partir de finales de los años 1950, el proceso de cracking de naftas ligeras. por medio del sistema ONIA GEGI[3] La sustitución de la destilación de la hulla por elsistema de cracking produjo el consiguiente “paro tecnológico” como se conoce eufemísticamente la masiva salida del mercado laboral de los efectivos que hasta entonces debían de hacerse cargo de las numerosas operaciones que se realizaban en el proceso de obtención de gas a partir de la hulla.
Desde los años 1930 y sobre todo en la década de 1950, que coincidió en las ciudades europeas con el final de la Segunda Guerra Mundial, se produjeron ciertos cambios en los hábitos de las poblaciones urbanas.Se exigía un mayor grado de confort en el hogar (baño, calefacción, cocina) que generaría demandas de otros combustibles de los utilizados hasta entonces, como el carbón o la leña, y su sustitución por energías de más fácil manejo, como el gas o la electricidad. Los empresarios gasistas habían comprendido que a determinados sectores urbanos, progresivamente más numerosos, se les debía ofrecer mayores y mejores cantidades de gas puesto que la electricidad podía terminar por ganar la partida al gas, también en el sector del consumo doméstico.
Las estrategias empresariales y las variaciones en el proceso
productivo
Alrededor de 1930, se inició un período particularmente interesante para el consumo de gas en España.Fueron los años iniciales de las estrategias de divulgación de las ventajas del gas por parte de las empresas gasistas para fomentar sus utilizaciones sobre todo, en el ámbito doméstico.
Por entonces, el gas era producido por la destilación del carbón de hulla, método que sería sustituido en España por el proceso de producción por medio del ya señalado procedimiento de cracking de naftas derivadas de la industria petrolífera.El objetivo era el de producir mayores cantidades de gas y salir de la dependencia de los carbones, de difícil acceso para la mayoría de empresas gasistas europeas, por las dificultades del transporte que utilizaba rutas marítimas que, en parte, habían quedado desarticuladas por la Segunda Guerra Mundial. Para España, en pleno período de autarquía, el problema todavía presentaba tintes más dramáticos[4] . La primera fábrica de gas que instaló, en 1956, el procedimiento del cracking fue la fábrica de La Catalana situada en el distrito –y antiguo municipio-barcelonés de Sant Martí de Provensals, pero en muy poco tiempo ese sistema se extendió a la práctica totalidad de las fábricas de gas españolas[5] .
Una consecuencia directa
de los cambios en el sistema de producción y el avance tecnológico
que ello suponía, se encuentra en la progresiva disminución del
número de fábricas de gas en España y el aumento continuado
de los consumidores particulares.A mediados del siglo XX, un número progresivamente
más reducido de fábricas podía llegar a volúmenes
de población gradualmente mayores (figura 1).
Figura 1
Número de fábricas y evolución del consumo
de gas en España (1905-1969)
Fuente: Anuario Estadístico de la Ciudad de Barcelona
y
AHGN, Sindicato Nacional de Agua, Gas y Electricidad
En 1905, el total de fábricas de gas en España ascendía a 87[6] . En 1960, ese número se había reducido a 53 fábricas de las cuales 21 se encontraban en Cataluña.Muchas de ellas fueron clausuradas o bien quedaron como estaciones distribuidoras hasta su definitiva demolición en los años 1970. Solo quedaron las que pudieron ser remodeladas con nuevas instalaciones más eficientes o las que cumplían el papel de distribuidoras del gas producido en otras fábricas de las propias empresas.Por ejemplo, en 1963, en el hinterland barcelonés se contabilizaban nueve fábricas de gas, pero de éstas sólo tres producían gas[7] .Ese mismo año, en el territorio español se contabilizaban 36 fábricas, cifra que en 1969 se rebajó todavía más, hasta las 30 fábricas (cuadro 1 y figura 2).
En cambio, el consumo de gas no dejó de aumentar de manera importante.Si en 1960 los consumidores de gas en España eran 498.874; en el año 1963 su número alcanzaba los 546.475 y en 1969 llegaban a los 740.660 usuarios. La razón se encuentra en que ese último año el gas natural, aunque a título de ensayo, ya había entrado en el mercado energético en las regiones españolas más industrializadas y poco después, lo haría en el ámbito doméstico.Este bloque de consumo no dejó de crecer en esos años (de los 468.730 de 1963 pasó a los 716.321 de 1969) lo que nos permite afirmar que no sólo el gas ya se había hecho un lugar en el consumo doméstico sino que incluso era necesario un mayor volumen de producción que permitiese mantener una demanda en crecimiento y que hiciese posible ampliar la oferta, lo cual favorecía a las empresas gasistas que actuaban en España.
Provincia |
|
|
Abonados |
Barcelona
|
51,7
|
7
|
380.696
|
Madrid
|
30,9
|
1
|
192.967
|
Valencia
|
2,93
|
1
|
48.096
|
Baleares
|
2,5
|
1
|
29.696
|
Guipúzcoa
|
2,19
|
1
|
18.029
|
Zaragoza
|
1,54
|
1
|
9.171
|
Sevilla
|
1,35
|
1
|
10.864
|
Oviedo
|
1,26
|
2
|
13.173
|
Tarragona
|
0,99
|
4
|
9.669
|
Vizcaya
|
0,83
|
1
|
4.653
|
Málaga
|
0,69
|
1
|
6.697
|
Valladolid
|
0,67
|
1
|
6.139
|
Gerona
|
0,65
|
3
|
5.859
|
Lérida
|
0,59
|
1
|
3.329
|
Santander
|
0,5
|
1
|
5.634
|
Cádiz
|
0,35
|
1
|
2.916
|
Murcia
|
0,24
|
1
|
2.371
|
Santa
Cruz de Tenerife
|
0,1
|
1
|
1.029
|
Totales
|
30
|
759.661
|
Fuente: Sindicato
Nacional de Agua, Gas y Electricidad
Datos Estadísticos Técnicos de la Industria
del Gas (1969)
A partir de entonces, sólo fue cuestión de tiempo –y de dinero para comprar empresas y redes- llegar a la unificación del sistema gasista a escala, primero, provincial y, poco después, estatal.La implantación de nuevos procedimientos de fabricación de gas y la propia capacidad de las redes para extenderse en el territorio de manera continuada fueron los otros factores que lo hicieron posible.
No cabe duda, por
otra parte, que esos cambios tecnológicos vinieron marcados muy directamente
por los avances de la electricidad[8]
.La época iniciada en 1913-14 supuso la posibilidad de ofrecer mayores
cantidades de electricidad a precios progresivamente más ventajosos.Ello
fue debido a la capacidad para hacer llegar a las ciudades industriales la hidroelectricidad
que se producía en centrales estratégicamente situadas en zonas
montañosas con elevados caudales hídricos, sobre todo en las épocas
de deshielo[9] . 1913 es también
la fecha en que La Catalana iniciaría una política de concentración
de unidades productivas de gas.Las fábricas de gas de Barcelona y el
resto de fábricas de su hinterland constituirían un ensayo
de lo que se podría realizar cuando las condiciones económicas
lo permitiesen. La trayectoria de esas fábricas es fundamentalmente el
núcleo de información que analizaremos seguidamente.
Figura 2
Número de fábricas de gas en las provincias
españolas
y su participación en el total del gas producido (1969)
Fuente: AHGN, Servicio Sindical de Estadística.
Datos estadísticos técnicos de la industria
del gas.Producción, distribución y consumo, 1969.
Una vez unificada, la red de gas de Barcelona y su entorno, La Catalana estaría en condiciones de situarse en plano de igualdad con las redes eléctricas; y, de hecho, se puede comprobar que, a pesar de los avances de la electricidad, la demanda de gas no disminuyó sino al contrario.En una estrategia similar a la del resto de países europeos, las empresas gasistas españolas y, en lugar destacado, La Catalana, se aplicaron a adoptar las innovaciones que les permitiesen competir de manera ventajosa con la nueva fuente de energía, fuese por medio de la compra de fábricas de gas o por la fusión de redes en el territorio.
Esa dinámica económica muestra la necesidad de expansión constante de las empresas a través del crecimiento de las redes que ya hemos indicado y, para cumplir ese objetivo, era necesario introducir las oportunas innovaciones en cada momento histórico de los procesos de producción y de distribución. Esa dinámica muestra asimismo, un tipo de comportamiento empresarial que en términos económicos se podría definir como la producción de la oferta aún antes de que se crease la demanda, comportamiento muy diferente del de otros empresarios (gasistas o no), que esperaron a que se crease la demanda antes de aumentar la producción.En el mejor de los casos, eso supuso una precaria vida de la empresa y en el peor, el fracaso y la desaparición del negocio[10] .
Las cifras que presentamos a continuación permitirán observar dicho cambio tecnológico y las posibilidadesque se abrían para la generalización de un servicio esencial como el gas para una población que demandaba progresivamente mayores prestaciones a esa fuente de energía[11] .
En
lo que sigue, centraremos nuestra explicación en el área de la
ciudad de Barcelona y de su entorno más próximo, el área
al norte de dicha ciudad –el Maresme- y el área al noroeste –el Vallès-
ambas con un elevado grado de industrialización y, en consecuencia, con
cifras elevadas de población.A ello se añadirá la información
correspondiente a dos municipios limítrofes con Barcelona, Badalona al
norte y L’Hospitalet, al sur.En todos esos municipios en uno u otro momento
La Catalana se haría cono el control de las fábricas de gas existentes,
lo cual, aparte de otras consideraciones, muestra que el consumo de esas zonas
interesaba a la empresa
.
La expansión de La Catalana en los municipios próximos a Barcelona (1913-1952)
En otro lugar hemos aludido al papel que desempeñó el gas en el relativo retraso de la entrada de la electricidad en el espacio urbano a finales del siglo XIX[12] .Sólo cuando las concesiones municipales para las redes de gas vencieron –en muchos casos, ello no se produjo hasta bien entrada la década de 1920- la electricidad pudo avanzar en el territorio urbano. Ya hemos señalado que la entrada masiva de la electricidad en las ciudades industrializadas supuso la pérdida de capacidad de expansión de las redes de gas; y que esa fuese también una de las explicaciones de que las empresas gasistas debiesen buscar tramos de consumo alternativos al consumo industrial. El principal de ellos fue el consumo doméstico, no tanto ya como sistema de iluminación sino y sobre todo, en el ámbito de la cocina y el agua caliente, primero, y algo más tarde en la calefacción.
Al norte de la ciudad de Barcelona, se encuentra el municipio de Badalona; cuya fábrica de gas inició sus actividades en 1868.En esos años iniciales, la producción se realizó a partir del “Gas de Arbós”, un sistema que fue acogido favorablemente por las autoridades municipales de algunas ciudades españolas, ya que evitaba la dependencia del carbón[13] .Sin embargo, el sistema de Arbós pronto cayó en desuso por sus escasas prestaciones y en 1883 la fábrica de Badalona entraría a formar parte del patrimonio de ‘La Propagadora del Gas’ empresa que modificó el sistema de fabricación a partir de la hulla, y que en 1913, quedaría absorbida por La Catalana[14] .Desde Badalona el gas llegaba a los municipios vecinos de Sant Adrià de Besòs, Tiana y Montgat.
Más al norte, y ya en el Maresme,está situado el municipio de Premià de Mar[15] , que contaba desde 1884 con una fábrica de gas propiedad de la ya citada ‘La Propagadora del Gas’.Desde la fábrica de Premià de Mar se distribuía gas a los vecinos núcleos de Masnou, Vilassar de Mar, Sant Genís de Vilassar, Sant Pere de Premià, Alella, Teià y Cabrils.En 1913, junto con el resto del patrimonio de ‘La Propagadora del Gas’ también pasaría a constituir una parte de las empresas gasistas controladas por La Catalana(figura 3).
|
Ciudades con fábricas de gas
El Vallès Occidental está dominado por dos grandes núcleos industriales próximos, Sabadell y Terrassa, que tienen tras de sí una amplia historia industrial desde la segunda mitad del siglo XIX.En Terrassa, el gas se inició en 1866 y veinte años más tarde, en 1886 su fábrica de gas también fue adquirida por ‘La Propagadora del Gas’ e, igualmente, en 1913, pasaría a engrosar el patrimonio gasista de La Catalana[16] .
El Sabadell el gas estaba instalado desde 1858.Su primera fábrica fue la de dos farmacéuticos, que crearon la empresa gasista Prats y Benessat.La fábrica fue construida bajo las indicaciones técnicas del socio mayoritario de La Catalana, y hasta 1872 director de dicha empresa, José Gil.Desde 1878, dicha fábrica se mantuvo en el área de influencia económica de La Catalana. En 1913, junto a otra de más reciente construcción (La Energía) también quedó bajo el control de La Catalana[17] .
A todas esas unidades
de producción se deben añadir las tres fábricas del litoral
de Barcelona –cuyas actividades se iniciaron en 1842, 1884 y 1887 respectivamente
y que desde 1929 estaban unidas entre sí por un doble circuito que
aseguraba la continuidad del suministro-, y la del vecino municipio de L’Hospitalet
que, aunque de baja potencia y con épocas de inactividad, contaba desde
1883 con un gasómetro.Desde dicho gasómetro el gas llegaba desde
1929 al propio municipio de L’Hospitalet y en 1952, coincidiendo con el Congreso
Eucarístico Internacional de Barcelona y con las necesidades de ofrecer
la mejor imagen de la ciudad[18]
, se le dotó de mayor potencia para que su red se ampliase hasta
el cercano núcleo de Cornellà.
Se mantuvo en funcionamiento
hasta 1961 y a partir de 1962 quedaría como estación distribuidora
del gas producido por las tres fábricas de Barcelona, de igual manera
que también quedarían como estaciones distribuidoras las fábricas
de Badalona y Premià en el litoral y Terrassa y Sabadell en el interior[19]
.En el resto de la provincia, los siguientes municipios tuvieron fábricas
de gas hasta los años finales de esta década.Las ciudades eran:
Manlleu, Igualada, Vic, Sitges, Vilafranca del Penedès, Mataró
y Manresa.Entre todas, fabricaban un 7 por ciento del gas producido en la
provincia.
Como se ha dicho, el área de Barcelona y su entorno más próximo ofrecía un gran interés a los gestores de La Catalana, ya que en ella se concentraba algo más del cincuenta por ciento del consumo total del país[20] . Por ejemplo, en 1962, la cifra de consumidores de la provincia de Barcelona contabilizaba la cifra de 262.302 usuarios, es decir, el 50,3 por ciento de los 521.542 usuarios de toda España.De esa cifra, 243.274 (el 93 por ciento) correspondían al área de Barcelona y su hinterland.La tendencia se mantuvo en los siguientes años (cuadro 2).
Cuadro 2
Consumidores de gas en España (1962-1969)
Año |
|
|
|
1962
|
262.302
|
|
|
1963
|
271.841
|
|
|
1964
|
288.309
|
|
|
1065
|
305.024
|
|
|
1966
|
328.530
|
|
|
1967
|
351.288
|
|
|
1968
|
366.435
|
|
|
1969
|
380.369
|
|
|
Fuente: AHGN, Servicio Sindical de Estadística (1962-1969) cifras provinciales
Barcelona
y su hinterland era un área bien comunicada, con un elevado potencial
económico y la formación de una única red en esa zona se
mostró como núcleo esencial para efectuar futuras expansiones.Ciertos
municipios presentaban elevadas densidades de población mayoritariamente
trabajadora; otros, con menores densidades de población, se perfilaban
como lugares de veraneo de las clases mejor situadas de la propia Barcelona.A
ese tramo de consumo iría dirigida la producción de gas de las
fábricas de La Catalana.
El consumo de gas en Barcelona y su hinterland (1952-1961)
En 1955 La Catalana dominaba las fábricas y las redes de gas de Barcelona, las dos de Sabadell y una en cada uno de los municipios de Terrassa, Badalona, Premià y L’Hospitalet, como hemos indicado.Ante la entrada masiva de la electricidad, el gas ya se había desplazado desde la industria hacia el ámbito doméstico, en donde estaba en vías de afianzarse.Sin el interregno de la ya señalada Guerra Civil española se ignora el grado de aceptación que hubiese alcanzado el gas; pero es evidente que la proporción de consumidores de gas sobre el total de la población, en fecha tan cercana al final de la Guerra Civil como 1955, era ya importante y que también lo era la proporción de usuarios domésticos sobre el total de los consumidores de gas (cuadro 3).
|
|
|
|
|
|
habitante |
L’Hospitalet
|
|
|
|
|
|
|
Sabadell
|
|
|
|
|
|
|
Terrassa
|
|
|
|
|
|
|
Área
de Premià
|
|
|
|
|
|
|
Área
de Badalona
|
|
|
|
|
|
|
Barcelona
|
|
|
|
|
|
|
Fuente: AHGN Memorias del Servicio Exterior.
Es bien conocido que las necesidades de energía del tejido industrial son de muy distinto volumen del procedente del consumo doméstico. Sin embargo, en esa época las mayores diferencias de consumos, con todo y ser importantes, no se producían entre ambos tipos de utilización del gas, ya que el consumo medio por abonado industrial era 3,2 veces el consumo medio de los abonados domésticos, lo cual permite entender que las industrias que utilizaban gas lo hacían por motivos coyunturales a los que nos referiremos enseguida.Las diferencias más significativas se encuentran entre distintos municipios del hinterland barcelonés, lo cual permite conocer algunos detalles de su estructura económica(cuadro 4).
|
|
consumo doméstico |
|||||
|
|
|
abonado |
|
|
abonado |
|
Barcelona
|
192.833
|
93.335.181
|
|
13.138
|
18.026.827
|
|
|
L'Hospitalet
|
3.536
|
1.778.761
|
|
269
|
748.867
|
|
|
Badalona
|
6.560
|
3.183.494
|
|
411
|
733.431
|
|
|
Premià
|
5.211
|
1.812.425
|
|
99
|
96.464
|
|
|
Sabadell
|
7.865
|
3.685.918
|
|
395
|
382.312
|
|
|
Terrassa
|
5.528
|
2.364.181
|
|
304
|
200.008
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Fuente: Sindicato de agua, gas y electricidad, 1960
Para este período las circunstancias que se producían en los distintos municipios son difícilmente generalizables, por lo que deberemos efectuar un breve inciso para mostrar las diferentes condiciones que se producían en cada una de dichas poblaciones.
No cabe duda de que en 1955 el grueso de la producción del gas de Barcelona estaba dirigido en su mayoría al consumo doméstico, como corresponde a la ciudad que había instalado la electricidad en una época taninicial como 1878 y que desde 1911 había intensificado su aprovisionamiento merced a la traída de la hidroelectricidad[21] .No obstante, cinco años más tarde, y sin duda relacionado con las secuelas de la Guerra Civil, todavía persistía un grupo de industrias que tenían el gas como fuente de energía, lo cual es observable en las cifras de consumo por usuario, inferior en todo caso a los índices de L’Hospitalet y Badalona.
Una circunstancia favorable al consumo de gas, tanto a escala industrial como doméstica, fueron las restricciones de electricidad que por aquellos años de autarquía sufría la población española.Tanto en Barcelona como en los núcleos de su hinterland, que constituía una de las zonas de mayor actividad industrial del país, el proceso productivo se veía obligado a detenerse en determinadas horas de los días laborables, y esta es una razón que explica que muchas de las empresas –sobre todo del ramo textil- volviesen a instalar los antiguos métodos de obtención de energía basados en la utilización de los motores de gas pobre[22] .
Ese parece ser el caso de L’Hospitalet. En 1955, el porcentaje de consumidores de gas sobre el total de su población era el más bajo de todos los municipios analizados, lo cual sólo permite reconocer que ese municipio y el vecino Cornellà[23] quedaban en un área marginal de la propia ciudad de Barcelona.Debe señalarse que en los años cincuenta muchas zonas de L’Hospitalet no contaban ni tan siquiera con alumbrado público y que algunas de ellas estaban haciendo las funciones de grandes contenedores de la población inmigrante que acudía desde otros lugares menos favorecidos en busca de trabajo.Sin embargo, en 1960, este municipio era precisamente el que presentaba el índice más elevado de consumo de gas por abonado, tanto de carácter doméstico como industrial, con cifras muy superiores al de Barcelona.Eso parece indicar, además de la existencia de industrias que utilizaban el gas como fuente de energía, que éstas eran de tamaño considerable y que posiblemente, muchos de los abonados domésticos tenían en sus domicilios algún tipo de pequeña industria o taller.
Para otros municipios y áreas los datos ofrecen también valiosas informaciones.El área de Premià que, como hemos señalado, contaba con un elevado número de municipios a los que había abastecido de gas ‘La Propagadora del Gas’ hasta 1913, muestra la primacía del consumo doméstico de gas sobre el consumo industrial, lo cual se explica por la razón de que las necesidades industriales de energía en esa zona eran de menor volumen que las de L’Hospitalet o Badalona. La actividad mayoritaria era por entonces el cultivo de flor cortada (esencialmente claveles) que se iría incrementando a lo largo de los años, dando lugar –en los años sesenta- a la racionalización de dicho cultivo y la ampliación a otros sectores agrícolas relacionados, como algunos tipos de frutas de invernadero y especies muy seleccionadas de plantas ornamentales orientados a la exportación a gran escala.
Es evidente, pues, que el consumo de gas de mediados de los años cincuenta en el área servida por la fábrica de gas de Premià estuvo dominado por otro tipo de demanda que la industrial. Ya se ha indicado que algunos municipios de esa zona –con Masnou y Vilassar de Mar en lugar destacado- eran desde principios del siglo XX lugares de veraneo de determinados estratos de la burguesía barcelonesa, lo cual ayuda a situar en su debido contexto el tipo de consumo de gas que se producía en esa zona.Por tratarse de población mayoritariamente estacional venida de Barcelona, no es difícil suponer que el consumo debía de ser, como en la ciudad, procedente de las aplicaciones domésticas más habituales, como la cocina y el baño. Así parecen indicarlo las cifras del consumo doméstico. Precisamente el área de Premià está por debajo de la media del consumo demetros cúbicos por abonado, lo cual podría estar en relación con el uso estacional que hemos señalado (figura 4).
Figura 4
Usos domésticos y usos industriales del gas en Barcelona
y su hinterland (1955)
Fuente: AHGN, Memorias del Servicio Exterior (1955)
Badalona y su
área de influencia podrían constituir un caso intermedio entre
lo que se observa en el áreade Premià y lo que sucedía
en L’Hospitalet.Los cuatro municipios a los que se suministraba gas desde la
fábrica de Badalona no ofrecían características comunes:
Badalona, pero sobre todo Sant Adrià de Besòs, también
participaban de algunas características de L’Hospitalet en lo que hace
referencia a su papel de poblaciones de acogida de inmigración.En cambio
Montgat y Tiana eran por entonces núcleos de carácter eminentemente
rural con una incipiente estructura de viviendas de carácter estacional.El
consumo industrial del área servida por la fábrica de Badalona
era el segundo en importancia después del de L’Hospitalet.Cabe suponer,
pues, que tanto Badalona como Sant Adrià acogían sin duda algunas
industrias que consumían cierta cantidad de gas, aunque ello no implicase
que fuese utilizado de manera uniforme por sus habitantes.
En Sabadell y Terrassa, la situación era parecida a la de Barcelona.En 1955, alrededor de un cinco por ciento de los usuarios de gas de esos dos municipios estaba constituido por industrias, lo cual permite asegurar que el tejido industrial de ambas ciudades había optado decididamente por la electricidad.Por otra parte, tanto la proporción de metros cúbicos consumidos por habitante en el año 1955 (69 en Sabadell y 44 en Terrassa) como la relación entre metros cúbicos consumidos y abonados industriales, cinco años después, era la más baja de todos los municipios del hinterland barcelonés, lo cual es una prueba de que la electricidad estaba ganando la partida al gas e, indudablemente, más en Terrassa –en donde coinciden también las menores cifras de consumo por habitante- que en Sabadell.
Si se amplía el período a estudiar y se observa la década 1952-1961, es evidente que se produjo una cierta tendencia a ganar consumidores de gas de cualquier tipo (cuadro 5).
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Fuente: AHGN Memorias del Servicio Exterior.
Sin embargo, si se desagregan los porcentajes referentes al consumo doméstico, se observa que la pérdida de usuarios industriales se fue acelerando, pero ello no supuso la disminución de clientela para la empresa gasista, sino la clara derivación de ésta hacia el consumo doméstico (cuadro 6 y figura 5).
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Premià |
Badalona |
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Fuente: AHGN Memorias del Servicio Exterior (1952-1961).
De manera general, pues, se puede afirmar que hacia 1961 el grueso de la producción de gas había pasado ya decididamente al consumo doméstico con algunos espacios residuales centrados en el sector industrial.Los escasos consumidores industriales de gas lo fueron, seguramente, más a consecuencia de la combinación de unaescasa exigencia de energía –por el tamaño de la industria, por su actividad o por ambas razones- y de las restricciones de electricidad que de preferencias por un tipo de energía que por entonces se percibía claramente obsoleta para el consumo industrial.
Cabe
indicar que hasta las Navidades de 1966, Barcelona combinó el alumbrado
público por gas y por electricidad y que, todavía en 1969, Madrid
reforzaba el alumbrado público eléctrico con una parte de alumbrado
público por gas.En 1970, el gas había desaparecido definitivamente
del alumbrado público de las ciudades españolas –la última
fue Madrid-justamente cuando se inició el proceso de unificación
de redes a escala nacional.Eso sugiere que en el campo del alumbrado público
también la partida había sido ganada por la electricidad.Sólo
quedaba, pues, orientar de tal manera la producción hacia un tipo de
demanda escasamente desarrollado pero con muchas posibilidades, el consumo doméstico.
Figura 5
Porcentaje del consumo doméstico de gas sobre el total
consumido en Barcelona y su hinterland (1952-1961)
Fuente: elaboración propia a partir de Memorias del
Servicio Exterior (AHGN)
Los resultados de la apertura de nuevos mercados para el gas
Ya se ha indicado que una vez que la electricidad inició su expansión, las empresas gasistas debieron buscar nuevas áreas de consumo que supliesen la pérdida de abonados.Parece oportuno señalar ahora que las campañas de propaganda para hacer entrar el gas en el ámbito doméstico se iniciaron a finales de la década de 1920 y que fue por entonces cuando las empresas gasistas iniciaron en sus cuentas de resultados la diferenciación entre el consumo doméstico y el consumo industrial en una estrategia de largo alcance.
Dichas
campañas mostraron las ventajas del gas como sustitutivo del carbón
en la cocina y en la calefacción y subsidiariamente en el calentamiento
de agua para el baño.A todo ello no fueron ajenas las ideas de confort
doméstico y la adquisición de nuevos hábitos de higiene
por parte de la población urbana[24]
. A lo largo del período 1930-1961 se produjeron fluctuaciones importantes
en el consumo de gas; pero ya se había conseguido introducirlo en el
consumo particular, fuese éste doméstico o industrial.La figura
5 -referida al consumo particular (doméstico e industrial) correspondiente
a los municipios del hinterland barcelonés- permite observar que
en cada uno de los municipios que se representan la demanda y el consumo de
gas se había consolidado y presentaba una clara tendencia al alza, tendencia
al alza que quedaría truncada por la Guerra Civil (1936-39).Excepto en
los dos años posteriores a la finalización del conflicto las cifras
de consumo no alcanzarían ya las de los años anteriores a 1936.La
electricidad y las dificultades de acopio de carbones dejarían sentir
su influjo.
Figura 6
Consumidores de gas en Barcelona y en los municipios de su hinterland
(1930-1961)
Fuente: elaboración propia a partir de Memorias del
Servicio Exterior (AHGN)
Obsérvese la interrupción de las cifras de contabilidad de la empresa en el período bélico aunque se sabe que los Serveis de Gas Unificats de Catalunya –y su equivalente, los Serveis d’Electricitat Unificats de Catalunya- no sólo no dejaron decaer la producción de unos bienes considerados estratégicos sino que mantuvieron las unidades productivas en perfecto estado aunque con las limitaciones impuestas por las circunstancias del conflicto[25] .Cuando, después de acabada la Guerra Civil, muchos de los antiguos gerentes volvieron a sus puestos, ignoraron las cifras de esos tres años.
Después de finalizada la Guerra, las curvas correspondientes a Sabadell y en menor medida las de Terrassa y Badalona experimentaron un importante incremento en el número de los consumidores industriales y domésticos de gas.En las dos primeras ciudades, con una dilatada historia industrial, el final de la Guerra Civil coincidió con la vuelta de muchas familias que habían salido del país y con la necesidad de rehacer la maltrecha economía nacional que, en ambas estaba fuertemente vinculada a la producción textil, lo cual no sucedió, por ejemplo, en el área servida por la empresa gasista de Premià de Mar, cuyos núcleos estaban más vinculados al sectoragrícola.
Es evidente que el
peso de Barcelona –tanto por el número de sus habitantes como por su
estructura económica- sobre el resto de las áreas territoriales
restantes (Premià, Badalona, Sabadell, Terrassa y L’Hospitalet) minimiza
el volumen de la demanda de gas procedente de los municipios de su hinterland,
lo cual es una consecuencia directa de la presión de la ciudad sobre
su más inmediato contexto territorial.A pesar de la dificultad para representar
gráficamente los consumos en una comparación de carácter
general, incluimos los datos referentes a Barcelona para mostrar el peso de
la gran ciudad y para indicar, también, que la unidad de redes era –y
es- una forma de mantener el control del territorio, unificado o por unificar.
Conclusiones
A partir de los años 1930, el consumo doméstico constituyó la vía para continuar la expansión de la industria gasista dejando en un segundo lugar el consumo industrial.Más tarde, en 1962, la industria del gas entraría en la nueva dinámica que llega hasta la actualidad: la sustitución progresiva del gas manufacturado por el gas natural y la integración de todas las redes existentes hasta entonces en el territorio español en una sola red, con lo que la industria gasista entraría en otro estadio de desarrollo.
La disminución progresiva del número de fábricas en toda España se explica por dos circunstancias combinadas: por una parte, por el proceso de expansión de las redes a escala municipal -iniciado en 1914-1915- y por otra, por el ya aludido aumento de las posibilidades técnicas para aumentar la producción de gas sin perder potencia por la mayor extensión de las redes.Las innovaciones tecnológicas, sobre todo en lo que hace referencia al aumento de presión del gas en todos los tramos de las redes así como la capacidad de almacenamiento a un mayor grado de compresión permitía ofrecer un también mayor volumen de gas al consumo.
Ese proceso de expansión de la industria gasista en el territorio al que se unió el de la sustitución de energías –del gas de hulla al gas natural- tiene ya algunos años de vigencia, lo cual permite llegar a algunas afirmaciones de tipo general.
En primer lugar, se puede constatar que la progresiva disminución del número de fábricas de gas en España fue la consecuencia directa del aumento de las posibilidades que ofrecía la tecnología aplicada a la producción y distribución de gas, cuyo final, una vez agotadas las posibilidades del gas manufacturado, sería la sustitución de energías.El gas natural supondría la posibilidad de llegar a la actual situación: una sola red para todo el territorio español y su vinculación, por un lado, a la red de gas natural europea y, a través de ésta, a los yacimientos del mar del Norte y de Siberia y, por el otro lado, hacia el sur y a través del Estrecho de Gibraltar, a los yacimientos del Norte de ÁfricaEn esa situación, el cambio de energías supuso utilizar nuevas tecnologías para la distribución y dejar obsoletas las unidades de producción.
En segundo lugar, la adopción generalizada de la electricidad por parte de la industria española y europea obligó a las empresas gasistas a centrar sus esfuerzos en captar el consumo doméstico.El fomento de nuevos hábitos de las poblaciones urbanas aumentó de manera notable el consumo del gas en un ámbito, el doméstico, escasamente explorado hasta que las condiciones de competencia entre energías forzaron la búsqueda de nuevas formas de producción y distribución de gas más eficientes.
En tercer lugar, no es posible desestimar el papel desempeñado por los gestores de las empresas gasistas en el sentido de explorar las posibilidades que pueden ofrecer los avances de las técnicas, que, en el caso del gas, se centraron por entonces en el doble proceso de producción y de distribución.
Es
probable que sólo conociendo las innovaciones en el campo de la producción
se pueden corregir determinadas tendencias de consumo y, en consecuencia, de
distribución.Es decir, la facultad de expansión de las redes o,
mas tarde, la posibilidad de explorar las posibilidades de las prospecciones
de gas natural en los propios yacimientos no hubiese sido posible sin la capacidad
de integrar las innovaciones y la capacidad económica de determinadas
empresas –en nuestro caso, Gas Natural SDG, heredera de La Catalana- para emprender
una nueva trayectoria que durante unos años pareció de incierto
futuro.
Notas
[2] En contraposición al gas natural, que procede de la explotación de yacimientos naturales, se conoce como gas manufacturado el gas en cuya obtención ha intervenido un proceso de transformación de materias primas diferentes del propio gas, como el carbón, las pizarras bituminosas o algunos derivados del petróleo.
[3] La sigla ONIA-GEGI (Office National des Industries de l'Azote - Gaz a l'Eau et Gaz Industriel ) designa el procedimiento estudiado por dicha institución sobre la modificación de los hidrocarburos a mediados de los años 1950 en Toulouse.Dicho procesoestaba orientado precisamente a potenciar el consumo industrial de gas, sector que por entonces experimentaba importantes pérdidas de consumo en toda Europa(ONIA, 1970)
[10] En la Memoria de la Junta Directiva de La Catalana correspondiente al ejercicio de 1881, se afirmaba: “Aleccionados por el pasado y a previsión de lo que pudiese ocurrir en lo sucesivo, no conviene limitar la obra de ensanche de la fábrica a las necesidades del presente, sino que debe darse un sobrante de potencia productiva quenos permita surtir desahogadamente cualquier aumento de consumo”.
[16] El socio mayoritario de La Propagadora del Gas y hasta su fallecimiento director gerente de la empresa, Antonio Rovira y Borrell tuvo buen cuidado en comprar las unidades productivas de gas de los municipios en que se estaba desarrollando una importante industria vinculada a los procesos textiles.En Terrassa, la fabricación de tejidos y demás procesos vinculados, en Premià, los procesos relacionados con la estampación de los mismos.Otra circunstancia que asimila todas las compras de fábricas de gas por Rovira y Borrell es la cercanía de líneas de ferrocarril.
[18] Con motivo de dicho evento, La Catalana realizó un esfuerzo considerable para aumentar la producción de gas con el objetivo de iluminar determinados edificios oficiales, bancos y casas particulares (“verdadero derroche de buen gusto y suntuosidad en gran número de casos”, según la memoria de la empresa) así como algunas vías principales de la ciudad de Barcelona (el Paseo de Gràcia, la plaza Cataluña, la Gran Via, algunas calles del Barrio Gótico y la Avenida de la Puerta del Ángel, donde se encontraba la sede central de la empresa).
[21] Vale la pena señalar que precisamente una de las dos empresas que suministraban electricidad a la ciudad de Barcelona era la Catalana de Gas y Electricidad (la otra era la Compañía Barcelonesa de Electricidad, luego FECSA S.A.).En 1912, la antigua Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas (La Catalana a que nos estamos refiriendo) absorbió en solitario los dos tipos de energías, el gas y la electricidad y adoptó su nuevo nombre Catalana de Gas y Electricidad hasta finales de los años 1960 en que adoptó su actual nombre, Gas Natural, SDG S.A. Hemos tratado el tema más extensamente en Arroyo, 1996.Para la historia de la otra gran empresa eléctrica de Barcelona véase Capel, (dir) 1994.
[22] Tanto para las instalaciones para el Congreso Eucarístico de 1952, como para el mismo alumbrado público de Barcelona, La Catalana tuvo que instalar un motor de gas pobre para producir electricidad en los bajos de la Plaza de Cataluña, por entonces el centro de la ciudad.Dicho motor se encuentra expuesto en la entrada del edificio de la sede central de la empresa en la Avenida del Portal de l’Àngel de Barcelona.Ver para las restricciones de electricidad en Barcelona y su hinterland en esa época Bosch Bella, 2004.
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CID, S. Catálogo de la exposición Obras Públicas en
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355-376.Reproducido en Scripta Vetera Edición electrónica de
trabajos publicados, nº 91 [http://www.ub.es/geocrit/sv-91.htm]
©
Copyright Mercedes Arroyo, 2006
© Copyright Scripta
Nova, 2006
Ficha bibliográfica:
ARROYO, M.Los cambios
en el proceso de producción y de distribución de gas en
Barcelona y su hinterland (1930-1961). Entre el gas de hulla y el gas
natural. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía
y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1
de agosto de 2006, vol. X, núm. 218 (29). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-29.htm>
[ISSN: 1138-9788]