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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. X, núm. 219, 15 de agosto de 2006
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


ECOLOGÍA FACTORIAL EN ROQUETAS DE MAR (ALMERÍA).
LA IMPORTANCIA DE LAS MIGRACIONES EN LA CONFIGURACIÓN SOCIOESPACIAL

Juan Carlos Checa Olmos
Departamento de Historia, Geografía e Historia del Arte. Área de Sociología. Universidad de Almería
jcheca@ual.es

Ángeles Arjona Garrido
Departamento de Ciencias Humanas y Sociología. Área de Antropología. Universidad de Almería
arjona@ual.es

Recibido: 20 de marzo de 2006. Devuelto para revisión: 19 de junio de 2006. Aceptado: 3 de julio de 2006.

Resumen

Las migraciones siempre han producido un impacto en la configuración del espacio urbano. En este artículo se analiza este fenómeno en la configuración de la ciudad de Roquetas de Mar. Utilizamos la ecología factorial para dos fechas 1991 y 2001, las variables utilizadas son similares a las empleadas en la literatura internacional y nacional. Los resultados demuestran, en primer lugar,  que  en ambas fechas se aíslan cuatro ejes de diferenciación residencial y en segundo lugar, la llegada progresiva de inmigrantes conlleva un proceso de segregación residencial cada vez mayor.

Palabras clave: diferenciación residencial, ecología factorial, inmigración, segregación.

Abstract

This article analyzes the impact that the foreign migrations have in the configuration of the urban territory of Roquetas de Mar. We use the factorial ecology for two dates 1991 and 2001. The variables chosen are similar to those used in the international and national literature. The results demonstrate, on the one hand, that in both dates four axes of residential differentiation are isolated. And on the other hand, the progressive arrival of immigrants leads to a process of residential segregation every time more remarkable.

Key Words: residential differentiation, factorial ecology, immigration, segregation.

En diversas disciplinas el descubrimiento de la organización intraurbana, especialmente su desigual y heterogénea estructuración, ha provocado la aparición de múltiples investigaciones empíricas y conceptuales. El mosaico urbano, tal y como lo definió Timms (1976), esconde importantes desigualdades que, en ocasiones, pone en evidencia la justicia social y ambiental de nuestras ciudades. Aunque como señala el propio Timms, estas desigualdades traducidas en una ocupación disjunta del espacio no son un fenómeno reciente. Por la razón que fuere, caracteriza tanto a las ciudades preindustriales como a las ciudades industriales, y también a las ciudades planificadas capitalistas y socialistas. Signorelli (1999) lo resalta de manera similar cuando sostiene que las ciudades no han sido jamás, ni en el caso de la Polis griega, o de la comuna italiana, ni tampoco la pequeña capital del generoso e ilustrado medio europeo, sistemas equilibrados de relaciones humanas, sino todo lo contrario, ya que las ciudades han sido siempre el punto de máxima tensión de todo sistema social, a causa de la marcada división que las caracteriza.

No obstante, esta diferenciación se ha acentuado, más si cabe, durante el siglo pasado y comienzos de éste con la globalización de las migraciones (Castles y Miller, 1998). La llegada de inmigrantes de múltiples lugares, cada uno con su patrón cultural, ha dibujado a la actual ciudad como un crisol de culturas y étnias, cuya incorporación se ha producido de forma conflictiva y desigualitaria. Las diferencias sociales, políticas, religiosas, culturales, etc. han creado exclusión social, generando múltiples ghettos y conformándose una ciudad fracturada y polarizada (White, Buekery y Glick, 2002; Jaynes, 2000). De tal modo que a los estamentos, razas y profesiones, elementos básicos de segregación en otras épocas, se han añadido otros factores como son los demográficos, la división internacional del trabajo, la red de comunicaciones y, por supuesto, la etnicidad y sus contenidos culturales, que sustituyen a la raza.

Las comarcas almerienses de Campo de Dalías y Níjar no han quedado exentas de este proceso. El desarrollo de la agricultura intensiva bajo invernadero incentivada fundamentalmente por las actuaciones del Instituto Nacional de Colonización (INC) (Provansal y Molina, 1991; Rivera, 1997) ha favorecido la llegada de población procedente de múltiples lugares. En este proceso se distinguen dos grandes oleadas.

La primera se produjo a principios de los sesenta, los migrantes (colonizadores) llegaron desde la comarca de Las Alpujarras y el interior de la provincia de Almería, más tarde arribó población de las provincias limítrofes, especialmente de Granada,  atraídos por el crecimiento económico que provoca el “oro verde”.

La adecuación de las explotaciones familiares a un mercado internacional, el desarrollo de un gran abanico de empresas subsidiarias agrícolas, junto con el desarrollo de una economía sumergida que puede absorber un número importante de mano de obra, propició la llegada, a finales de los ochenta, de la segunda oleada migratoria. Aunque esta fue más diversa en cuanto a los lugares de procedencia de los migrantes, por un lado llegó población de todo el país –vinculada a las empresas de transformación, transporte y comercialización de los productos hortofrutícolas- y, por otro, de inmigrantes documentados e indocumentados de origen africano (Checa, 1995; Roquero, 1996), en la actualidad también de Latinoamérica y Europa del Este, que se emplean, sobre todo, en la siembra y recogida de los productos hortofrutícolas de invernadero (véase Arjona, 2005). Aportes poblacionales que han configurado un sistema de reproducción propio, con municipios con más del 90% de la población nacida fuera, incluso con tasas de extranjeros superiores al 25%, y un espacio residencial altamente polarizado y fragmentado.

En consecuencia, con este artículo, a través del análisis factorial, queremos conocer los ejes de diferenciación residencial que actúan en estos municipios. Para ello, el análisis se realiza de manera longitudinal (años 1991 y 2001), tomando como referencia el municipio de Roquetas de Mar[1] por ser el que mejor representa y resume el crecimiento urbano de ambas comarcas: en primer lugar, su crecimiento y morfología urbana actual es fruto del desarrollo agrícola y turístico. En segundo lugar, su estructura residencial es dual: centros urbanos y dispersos. Y, en tercer lugar, es la ciudad que mayor diversidad poblacional presenta, ya que entre sus calles y cortijos habitan más de cien nacionalidades. 

Aproximación teórica y conceptual

El estudio de la diferenciación espacial y residencial no es un tema de análisis reciente, han sido múltiples y de diverso calado las explicaciones que del fenómeno se han dado, fundamentalmente, desde principios del siglo pasado. Las principales explicaciones han sido ecológicas, económicas y psicológicas[2].

La explicación ecológica o neoecológica es la que más bibliografía ha generado, tanto por sus conceptos y aplicaciones empíricas, como por las críticas generadas.

Sus principios son el resultado de las investigaciones realizadas por la Escuela de Chicago. Autores como Park, Burgess, Mckenzie, Hoyt o Zorbaugh contribuyeron a su elaboración. Influidos por el darwinismo social realizan un análisis y proponen planteamientos propios de las ciencias naturales. Para explicar la diferenciación residencial recurren a conceptos como competencia y dominación, invasión-sucesión y áreas naturales. De tal forma que la organización social se lleva a cabo a través de la lucha. “Una vez establecida una ciudad es, según parece, un gran mecanismo de selección que (...) escoge infaliblemente del total de la población a los individuos mejor adaptados a vivir en una región o en un entorno particular” [Park, 1952, p.79].

En la actualidad y derivado de los escritos del neoecólogo A. Hawley (1972) se aplica para el estudio del crecimiento urbano el modelo de ecosistema social, donde se vertebran las variables población, tecnología, medio y organización.

El excesivo reduccionismo y mecanicismo natural de las ideas de la Escuela de Chicago tuvo como reacción la aparición de la teoría de los valores sociales. Firey (1947), principal representante de este nuevo paradigma, trata de resaltar la naturaleza social del espacio, ya que éste adquiere relevancia en la medida que es definido socialmente. Por tanto, la ubicación espacial de las diferentes poblaciones está en relación con sus preferencias y sentimientos hacia determinados lugares.

En la década de los cincuenta con las investigaciones de Shevky y Williams (1949) en Los Ángeles y Shevky y Bell (1955) en San Francisco se creó el modelo de áreas sociales. Es un constructo analítico que se hace operativo a partir de una serie de proposiciones generales sobre la sociedad industrial. Trata de explicar la evolución en los sistemas urbanos a partir de los cambios que van ocurriendo como consecuencia del incremento de escala de la sociedad (Shevky y Bell, 1955). Su principal aportación consiste en la relación que se establece entre la diferenciación residencial y la clasificación de la población en tres vectores básicos: rango social, urbanización y segregación. Cada área social contiene a un conjunto poblacional con parecidas puntuaciones en los tres factores. 

Los ejes están compuestos por una serie de variables. Así, el rango social incorpora variables tales como: clasificación laboral, valor de la vivienda, ocupantes por habitación, tasa de escolaridad, nivel de estudios alcanzado, etc. La urbanización lo constituyen variables como la edad, sexo, propiedad o arrendamiento del hogar, estructura de la vivienda, fecundidad, mujeres activas, unidades de alojamiento unifamiliares. Y la segregación está determinada por las variables de raza, origen, nacionalidad y grupo étnico de pertenencia. En general, estos autores intentan describir y analizar la estructura social de la ciudad, en lugar de centrarse en la estructura espacial.

La ecología factorial se ha convertido, posteriormente, en el instrumento básico para comprobar el modelo de Shevky y Bell, además de posibilitar la inclusión de otras variables propias de los distintos contextos, que pueden incidir en el proceso de diferenciación residencial (véanse, entre otros, Abu Lughod, 1969; Berry y Ress, 1969; Aurtenetxe, 1989; Castells, 1986). Aunque el análisis factorial no se basa en un modelo causal-explicativo, sino en un modelo comprensivo que trata de simplificar la compleja relación existente entre las variables con una serie de factores[3].

La explicación de la diferenciación residencial desde un punto de vista más económico toma dos visiones: en primer lugar, las investigaciones que explican la diferenciación a partir de los ingresos obtenidos por los individuos. O lo que es igual, la posición en el mercado de trabajo define posteriormente la posición en el mercado residencial. De tal forma que sus explicaciones se basaban en principios individuales y, por tanto, de éxitos o fracasos de personas (véase Bhardwaj y Rao, 1990).

En segundo lugar, destaca el enfoque marxista. En esta corriente autores como D. Harvey (1973) y M. Castells (1973) consideran a las divisiones espaciales de la ciudad como una consecuencia directa del modo de producción imperante, basado en la racionalidad económica contrapuesta a la racionalidad del bienestar de toda la masa social. Dicho de otro modo, se parte de la perspectiva del hábitat desde su visión mercantil y funcional y no desde el habitar como derecho humano universal –primacía del valor de cambio sobre el valor de uso del espacio y las viviendas-. La forma física de cualquier ciudad es, por tanto, un producto de las fuerzas del mercado y del poder  político. El espacio es el espejo del poder social y económico, pero no se adquiere de forma natural tal y como lo entendían los ecólogos clásicos, sino como resultado de un sistema económico particular: el capitalismo. Para los marxistas no existe sociedad sin relación con el espacio, de tal forma que el espacio está vinculado a la organización interna de cada uno de los modos de producción.

La explicación psicológica de la segregación tiene sus raíces en el modelo de valores sociales. Estas teorías explican la segregación residencial a partir de las preferencias y decisiones locacionales de los individuos. Por tanto, la segregación es voluntaria. El más notorio modelo psicológico fue el elaborado por Brown y Moore (1970) a partir del concepto de utilidad del lugar. Esta utilidad está relacionada con el nivel de satisfacción/insatisfacción que tienen las familias con el lugar de residencia. De tal manera que una insatisfacción con el lugar de instalación provoca un movimiento hacia el lugar que ofrece satisfacción.

Sin embargo, las preferencias por un determinado lugar, autosegregación, conllevan parejo también la predilección por unos vecinos concretos. Esto es, se puede discriminar/preferir la presencia de unos colectivos determinados frente a otros, lo que acarrea otro nuevo proceso de exclusión y segregación, derivado, normalmente, por la línea del color y etnia (Berry, 1979).

Datos y metodología

La aplicación del análisis factorial al estudio de la diferenciación residencial ha sido una constante desde la segunda mitad del siglo pasado. Aunque su aplicación y difusión estuvo marcada, como en este caso, por el contraste de la validez de los índices del modelo de Shevky y Bell. En la actualidad es utilizada, a veces, como una técnica desprovista de cualquier intento de fundamentación teórica. Nosotros aquí la vamos a utilizar no sólo para contrastar la viabilidad del modelo de áreas sociales sino que con ella también intentaremos aproximarnos a un modelo comprensivo de las características de la diferenciación residencial. Aunque sin olvidar, que los ejes obtenidos nunca son las causas de la diferenciación, sino dimensiones de la población que allí reside.

En cualquier análisis cuanto más pequeña o mejor acotada esté su unidad de análisis, se producirá una mejor aproximación a la realidad social que se trata de medir y “también será posible agregarla a unidades mayores dependiendo de los objetivos” [Schmid, 1960, p.170]. Esta situación se hace más patente cuando se estudia el ámbito urbano. Pero, ¿cuál es la unidad de análisis que describe mejor el dibujo de la diferenciación de un determinado lugar? En realidad, deberían destacar los elementos sociales e identitarios como son: la existencia de consenso por parte de la población residente sobre los límites de la unidad considerada. Segundo, solidaridad grupal. Tercero, sentimiento de identidad y pertenencia al lugar. Cuarto, desarrollo y participación en las organizaciones que existan. Quinto y último, uso de los equipamientos presentes en dicha unidad espacial.

Evidentemente, en España no se han tenido en cuenta dichos criterios sociales a la hora de dividir el espacio social urbano. Aquí se sólo se presta atención a criterios físicos, políticos, poblacionales o históricos, siempre dependiendo del municipio o ciudad. Lo que ha dificultado seriamente el análisis científico de lo urbano. Ahora bien, la dificultad para delimitar los espacios sociales provoca que aquí también nos decantemos por los criterios administrativos de división del espacio en distritos y secciones[4]. Se prefiere la sección puesto que se configura como un área más pequeña que, en teoría, nos debe aportar mayor precisión y homogeneidad interna.

Por tanto, y siguiendo la línea de investigación empleada en otros estudios españoles y extranjeros[5] sobre el fenómeno de la diferenciación residencial, utilizaremos los datos del censo de población y vivienda de 1991 y 2001 para observar los posibles cambios en los ejes con el  paso del tiempo.

En el año 1991 Roquetas de Mar estaba delimitada por dos distritos que, a su vez, se subdividían en nueve secciones cada uno. Sin embargo, en el año 2001 el municipio de Roquetas de Mar también está constituido por dos distritos, pero el  primero tiene doce secciones y el segundo dieciséis (véanse figuras 1 y 2 y tabla 1). También en Roquetas de Mar, como en cualquier división administrativa, podemos encontrar tres tipos de secciones censales: en primer lugar, secciones de núcleo, situadas en su totalidad en los núcleos urbanos. En segundo lugar, secciones de diseminado, que corresponden a los lugares del término municipal que contienen viviendas y población residiendo en diseminado. En último lugar, secciones mixtas, que ocupan espacios tanto en núcleo urbano como en diseminado.

 

Figura 1. Término municipal de Roquetas de Mar por distritos y secciones (1991).
Fuente: elaboración propia.

 

Figura 2. Término municipal de Roquetas de Mar por distritos y secciones (2001).
Fuente: Elaboración propia.

 

 

Tabla 1.
Distritos y secciones en Roquetas de Mar (2001) [6]

Lugar

Distrito

Sección

Tipo de Sección

Roquetas Centro

1

1

Núcleo

Roquetas (Romanilla)

1

2

Núcleo

Roquetas (Colonización)

1

3

Núcleo

Cortijos de Marín

1

4

Mixto

Roquetas (200 viviendas)

1

6

Núcleo

Roquetas (Pintores)

1

7

Núcleo

Roquetas (Ctra. La Mojonera)

1

8

Mixto

Roquetas (Antonio Machado)

1

9

Mixto

Roquetas (Campo de Fútbol)

1

10

Mixto

Roquetas

1

11

Núcleo

Roquetas (Ctra. La Mojonera-Joaquinico)

1

12

Mixto

Roquetas (El Puerto)

2

1

Núcleo

Las Marinas y El Solanillo

2

2

Mixto

Aguadulce Norte

2

3

Mixto

Campillo del Moro

2

4

Núcleo

El Parador

2

5

Mixto

Roquetas (Las Lomas)

2

6

Mixto

Aguadulce Sur

2

7

Núcleo

El Parador (Ctra. Alicún izquierda)

2

8

Mixto

Urbanización de Roquetas de Mar

2

9

Núcleo

Aguadulce Norte hasta la Rambla

2

10

Mixto

Campillo del Moro

2

11

Núcleo

Aguadulce (Urbanización)

2

12

Núcleo

Aguadulce

2

13

Núcleo

Aguadulce

2

14

Núcleo

Roquetas de Mar

2

15

Mixto

Campillo del Moro

2

16

Mixto

Fuente: Ayuntamiento de Roquetas de Mar. Elaboración propia.

 

La elección de las variables es otro de los momentos más importantes en la investigación, una incorrecta selección nos puede llevar a unas conclusiones lejanas a la realidad medida[7]. Basta con recordar que la ecología de la ciudad está definida a partir de la matriz de datos iniciales, antes que por el propio análisis factorial. Por tanto, una buena elección de las características a medir permitirá descubrir, de un modo más eficaz, las dimensiones de la diferenciación, realizándose una caracterización más provechosa. Es cierto que no existe un modelo de variables uniforme y universal, puesto que si estudiamos las variables elegidas en las múltiples investigaciones –nacionales e internacionales- nos damos cuenta que existe cierta disparidad, tanto en el número como en el contenido. Esto conlleva, a veces, que debido a la capacidad de admitir el análisis factorial un número ilimitado de variables, el investigador inserte una excesiva información, desordenada e indiscriminada, entorpeciendo más el resultado. Además, la selección de variables está condicionada por la disponibilidad de los datos. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece datos de manera agregada y no individualizada, lo que refleja en su definición concepciones diferentes y ajenas al investigador, puesto que lo ideal es que éste dispusiera de los datos de manera individual para tratar de evitar problemas de interpretación con alguna de las agregaciones. En suma, tal y como señala Timms (1976) la selección de variables nunca es neutra, lo cual significa que la pretendida objetividad y exactitud de lo medido puede distar de los resultados finales.

Teniendo en cuenta esos posibles sesgos de partida, en esta investigación vamos a tomar como referencia, por un lado, algunas de las variables utilizadas en el modelo teórico de áreas sociales y, por otro, variables utilizadas en otras investigaciones empíricas –nacionales e internacionales­­­– no contempladas en el modelo inicial de áreas sociales. Por supuesto, también variables derivadas del conocimiento previo del área de estudio (véase tabla 2).

Tabla  2.  
Variables utilizadas en el estudio de la diferenciación residencial de Roquetas de Mar

Número

Nombre de la variable

Abreviatura

1

Población menor de 14 años

P14

2

Población mayor de 65 años

P65

3

Población jubilada

JUB

4

Población soltera

SOL

5

Población nacida en otros municipios

PNO

6

Población nacida en el extranjero

PNE

7

Población sin estudios

PSINEST

8

Población licenciada

PLICEN

9

Población parada

PRO

10

Mujeres del hogar

HOG

11

Población dedicada al sector servicios

SSR

12

Empresarios agrícolas sin asalariados

EAGRI

13

Edificios con más de diez viviendas

EDI10

14

Edificios con más de 5 plantas

E5PL

15

Viviendas con más de 5 habitaciones

5HAB

16

Viviendas en régimen de propiedad

PRO

17

Viviendas en régimen de alquiler

ALQ

18

Viviendas secundarias

VSEC

19

Viviendas desocupadas

VDES

20

Viviendas de estado deficiente

DEF

21

Viviendas anteriores a 1950

1950

22

Viviendas entre 1950 y 1980

1980

23

Tenencia de ascensor

ASC

24

Viviendas con agua corriente

AGU

25

Viviendas con agua caliente

AGUC

26

Viviendas con teléfono

TLF

27

Viviendas con evacuación de aguas residuales

RESI

Fuente: Elaboración propia.

 

Una vez seleccionadas las variables, el siguiente paso consiste en elegir la técnica multivariante a utilizar. Para este trabajo se ha optado por el análisis de componentes principales. De este modo hemos obtenido la asociación entre las variables seleccionadas y la matriz factorial pura y rotada, de donde hemos realizado nuestras inferencias. No obstante, es necesario mencionar que algunos de los datos utilizados han sido previamente reelaborados y adaptados a las necesidades del estudio, para hacerlos coincidir de una fecha a otra y con los introducidos en otros estudios similares.

Resultados

Factores extraídos

En este apartado mostramos los resultados del análisis factorial de los años 1991 y 2001 en la ciudad de Roquetas de Mar, para ambos momentos hemos obtenido cuatro factores[8]. En el año 1991 el porcentaje de varianza explicada es de un 84%. Y para el año 2001 la varianza explicada es de un 86,3% (véase tabla 3).

Tabla 3.
Matriz de componentes rotados para Roquetas de Mar (1991- 2001)
1991
2001
I
II
III
IV
I
II
III
IV
Población menor de 14 años 0,905 0,805
Población mayor de  65 años 0,475 0,494 0,838
Jubilados 0,669 0,789
Solteros 0,914 0,875
Personas nacidas en otros municipios 0,804 0,883
Población nacida en el extranjero 0,707 0,892
Población analfabeta 0,741 -0,467 0,607
Licenciados 0,756 -0,468 0,424
Parados de mas de 16 años 0,778 0,537
Mujeres del hogar 0,925 0,669
Personas empleadas en sector servicios 0,537 0,751 0,632
Empresarios agrícolas sin asalariados 0,949 -0,775
Edificios con más de diez viviendas 0,981
Edificios con más de 5 plantas 0,931 0,663 0,582
Viviendas con más de 5 habitaciones 0,572 0,777 -0,345
Viviendas en régimen de propiedad 0,961 0,961
Viviendas en régimen de alquiler 0,530 0,755 0,361
Viviendas secundarias 0,981 0,704 0,387
Viviendas desocupadas 0,430 -0,473 0,392 0,822
Viviendas de estado deficiente 0,808 0,886
Viviendas anteriores a 1950 0,701 0,840
Viviendas entre 1950 y 1981 0,962 ,887 (*)
Tenencia de ascensor 0,805 0,653
Viviendas con agua corriente 0,969 0,900
Viviendas con agua caliente 0,968 0,859
Viviendas con teléfono 0,849 0,900
Alcantarillado de aguas residuales 0,868 0,879
% Varianza explicada 36,5 23,18 14,2 10,2 33,8 27,2 13,7 11,6
(*) Para el año 2001 la variable es viviendas posteriores a 1981.
Fuente: Elaboración propia.

 

El factor I en 1991 toma el nombre[9] de características y equipamientos residenciales. Las variables relativas a los equipamientos de la casa han sido las más determinantes en la configuración del factor, siempre con una correlación positiva. Las variables que saturan al factor por orden de importancia, como se puede observar en el tabla anterior son: viviendas secundarias, edificios con más de diez viviendas, viviendas con agua corriente y caliente, viviendas construidas entre 1950 y 1980, viviendas en régimen de propiedad, edificios con más de cinco plantas y alcantarillado de evacuación de aguas residuales.

La distribución del factor I en Roquetas de Mar muestra tres intervalos, que se disponen de menos a más desde el centro del municipio hasta la periferia en las direcciones suroeste y nordeste. De tal forma que la disposición geográfica de Roquetas nos impide hablar de un modelo concéntrico, pero sí desprende cierta jerarquización en tres niveles. En primer lugar, todas las secciones del termino municipal que están próximas al núcleo de Roquetas de Mar , excepto Las Marinas y El Solanillo (D2-S2) y El Parador (D2-S8). En segundo lugar, el nivel formado por los barrios de Buenavista, Campillo del Moro y Aguadulce norte. En último lugar, el nivel formado por la Urbanización de Roquetas de Mar y Aguadulce Sur. De lo que se deduce que las zonas más turísticas son las que mejores puntuaciones tienen.

El factor I para el año 2001 también toma el nombre de características y equipamientos residenciales. Queda saturado positivamente por las variables: vivienda en propiedad, vivienda con agua y teléfono, viviendas posteriores a 1981, viviendas con agua caliente y con evacuación de aguas residuales, viviendas con ascensor y viviendas con más de 5 habitaciones. Y en menor medida por licenciados y viviendas vacías[10]. En consecuencia, lo que diferencia a una fecha de otra es el menor peso de la varianza a la hora de definir el eje en el año 2001.

Su distribución es muy similar a la ocurrida en el año 1991, esto es, las mejores puntuaciones se dan en las zonas de nueva expansión que siguen la línea marítima que, a la postre, son los lugares más turísticos y de mayor atracción para la población del municipio con alto poder adquisitivo.

En los estudios internacionales los equipamientos y características residenciales suelen aparecer junto al rango social. Así lo muestran el modelo inicial de Shevky y Bell, los estudios de Sweetser (1960, 1965) para Boston y Helsinki o Weclawowicz (1979) en Varsovia. Gittus (1965) para Liverpool aisló en tercer lugar un eje que denominó viviendas múltiples y dotaciones, donde aparecían variables como viviendas sin uso de cocina y baño, viviendas con uso de baño o viviendas con comodidades. Herbert y Silva (1974) en Colombo aislaron, en tercer lugar, un eje que denominó casas no estándar, donde aparecen variables como viviendas con peores servicios, viviendas sin servicios o viviendas ubicadas en los peores lugares de la ciudad. Por último, Ortiz y Schiappacasse (1998) cuando analizaron el espacio social en el Gran Santiago, aislaron en cuarto lugar a un eje que llamaron vivienda, donde aparecían variables como adobe de las paredes, piso de parquet, baldosa, cemento y piso de plástico.

En España las investigaciones no incluyen, de manera general, variables relacionadas con los equipamientos de las viviendas, sólo Solá Morales (1970) en su estudio sobre el área de Besos, en la parte urbanística aisló un factor parecido al nuestro al que llamó equipamiento, aunque sus características eran para el barrio y no para la vivienda.

En suma, los equipamientos domésticos han sido elementos tenidos más en cuenta a nivel internacional, que nacional. Normalmente, aparecen vinculados al rango social, aunque nosotros los hemos separado debido a la importancia que toman dichas variables independientes.

El segundo factor aislado en 1991 lo hemos denominado ciclo vital e inmigración, debido a la importancia que tiene en la definición del eje las variables relacionadas con la etapa del ciclo vital y el lugar de procedencia, siempre con correlación positiva. Las variables propias del ciclo vital que saturan al factor, por orden de importancia, son: mujeres del hogar, solteros y población menor de catorce años. Las variables propias de inmigración son: población nacida en otros municipios y población nacida en el extranjero. Por último, aparecen variables relacionadas con el estatus social: parados mayores de 16 años y viviendas desocupadas.

La distribución geográfica de las puntuaciones factoriales por las secciones de Roquetas de Mar muestra que no hay valores extremos y su distribución se hace muy heterogénea. Los valores máximos se obtienen en algunas de las secciones del núcleo principal de Roquetas de Mar. Lo que significa que allí ha sido donde más inmigrados, especialmente nacionales, se han insertado. Por el contrario, los lugares con menos puntuaciones coinciden con las secciones más lejanas a la línea del mar, preferentemente ocupadas por inmigrados africanos.

En el año 2001 el factor II se llama inmigración y ciclo vital. Pasados diez años, las variables de migración toman un papel más importante en la saturación del factor que las relacionadas con el ciclo vital, de ahí la modificación del nombre del eje. Por tanto, las principales variables que lo saturan son población extranjera y nacidos en otro municipio, seguido de variables como población mayor de 65 años, jubilados, viviendas secundarias y viviendas en alquiler. Con correlación negativa aparecen mujeres del hogar. En este factor se muestra la gran diferencia de una fecha a otra. Ahora los migrantes extranjeros viven en zonas con población mayor y jubilada y con muchas viviendas en alquiler. Frente al año 1991 en el que la población migrante vivía en zonas de población joven. El cambio se debe fundamentalmente al origen de los migrantes, a principios de los noventa la población extranjera era fundamentalmente de la Unión Europea, frente a la población africana de la actualidad, donde la aceptación es menor y habitan en áreas con población nacional más envejecida. A lo que hay que sumar que los extranjeros comunitarios residentes en la localidad son, en su mayoría, jubilados.

La distribución espacial del factor, en esta ocasión, toma puntuaciones más importantes en las secciones de carácter mixto junto al núcleo y en las zonas más turísticas. Por tanto, los turistas extranjeros se ubican en las grandes urbanizaciones del municipio, frente a los inmigrantes económicos que se insertan en las secciones de más antigüedad y de carácter mixto, esto es, residen en zonas urbanas -pequeños microguetos- y en dispersos –gueto difuso-.

Comparando nuestro resultado con otras investigaciones encontramos que en la literatura internacional, de manera general, la vinculación entre ciclo vital y migración es muy reducida, de tal forma que las variables migratorias y étnicas cuando no se han aislado de manera individual aparecen saturando al factor rango social (véanse Sweetser, 1960, 1965; Davis y Barrow, 1973; Weclawowicz, 1979), aunque en otros casos aparecen vinculadas a factores como el educacional (Burgel, 1972) o la desorganización social (Abu-Lughod, 1969). Y, sólo en determinadas ocasiones, los valores migratorios y étnicos aparecen vinculados, de manera conjunta, a los factores de rango social y estatus familiar o urbanización (véanse Van Arsdol, Camilleri y Schmid, 1958 y Timms, 1973).

En los estudios de caso realizados en España, cuando el eje migratorio no es independiente, aparece también vinculado con el factor rango social o estatus socioeconómico. Así, en la investigación de Solá y Morales (1970) los inmigrantes aparecen en el factor nivel de madurez, que está saturado por variables del estatus económico. Por su lado, Fernández (1977) aísla para Granada el eje dinámica migratoria, que presenta correlación con las variables económicas. O cómo demuestra González (1987, 1990) para quien las características migratorias no aparecen fuertemente vinculadas a ninguno de los tres factores aislados.

Sin embargo, Ortiz (1987) en su estudio sobre la ciudad de Logroño presenta algunas variables de carácter migratorio vinculadas a factores del ciclo vital de la población[11], como son jubilados, ancianos, jóvenes, estudiantes, etc. Solamente los resultados obtenidos para la ciudad de Alcalá de Henares (Díaz, 1988) son parecidos al nuestro. En Alcalá de Henares las variables migratorias –referidas tanto al origen, como año de llegada- aparecen unidas a otras del ciclo vital. De tal modo que esta autora llamó al eje ciclo vital, origen e inmigración.

El tercer factor en el año 1991 se denomina estatus social y actividad agrícola, es un eje socioeconómico vinculado, sobre todo, a la agricultura en invernadero, de ahí que nos inclinemos a denominarlo también como actividad agrícola.

Las variables que saturan al eje de manera positiva son: empresarios agrícolas sin asalariados, población sin estudios, población jubilada y mayor de 65 años. Con correlación negativa al eje aparecen licenciados. Evidentemente, estas profesiones o cargos no se dedican a la actividad agrícola. Aunque, existe un importante número de ingenieros que trabajan en la actividad agrícola.

Las puntuaciones factoriales se distribuyen de manera uniforme en el término municipal, puesto que en todos los lugares del mismo encontramos viviendo a agricultores. Las mayores puntuaciones se encuentran en Las Marinas, Solanillo              -pueblos de colonización- y Cortijos de Marín. En consecuencia, lugares que están rodeados por la mayor extensión de invernaderos del municipio

También para el año 2001 el tercer factor se llama estatus social. Queda saturado positivamente por viviendas vacías y edificios de más de cinco plantas, población parada y viviendas secundarias. Y negativamente por empresarios agrícolas sin asalariados, personas analfabetas y viviendas con más de cinco habitaciones. Los pequeños agricultores –propietarios de menos de una hectárea de invernadero- viven en zonas más deterioradas que aquellos que son medianos o grandes propietarios, a su vez, suelen ser personas de edad más avanzada, con un nivel de estudios muy bajo. Al igual que ocurría en el año 1991 la distribución de este factor se produce por todo el municipio, ya que los pequeños propietarios –autónomos sin empleados- buscan una mayor proximidad a sus explotaciones.

El eje estatus económico o rango social es el principal eje que, tanto en el ámbito internacional como nacional, explica mejor y para más casos la diferenciación residencial. En casi todos los estudios aparece vinculado al nivel académico, cualificación ingresos, etc. pero en ningún caso aparece tan vinculado con la actividad agrícola como en el nuestro[12].

El último factor para 1991 ha sido denominado como infravivienda puesto que algunas de las variables asociadas a dicho factor describen a las viviendas con un estado insuficiente de habitabilidad. El eje queda saturado de manera positiva por variables como viviendas en estado deficiente, viviendas anteriores a 1950 y población mayor de 65 años. Y negativamente por viviendas desocupadas. Este factor queda muy vinculado al primer factor, puesto que las viviendas en estado deficiente están en relación con los equipamientos e infraestructuras de la vivienda.

La distribución espacial de las puntuaciones factoriales deja dividido al término municipal en dos. Por un lado, tenemos la parte norte –Parador, Aguadulce y Campillo del Moro- donde existe una puntación positiva. Y la parte centro-sur donde las puntuaciones son negativas. Aunque en ambos sentidos, las puntuaciones más extremas las tenemos dentro del propio núcleo de Roquetas de Mar. Así, la puntuación menor la encontramos en las Lomas y la mayor en El Puerto, uno de los barrios más antiguos de la ciudad, que prácticamente no ha sido remodelado.

El factor IV en 2001 también está relacionado con el estado deficiente de las viviendas –viviendas en estado deficiente y construidas antes de 1950-, pero su interpretación es más compleja, ya que también es saturado por variables del ciclo vital –población menor de 14 años y población soltera- y del estatus social –viviendas alquiladas y personas sin estudios-. Lo que vincula a este eje, no sólo con el primer eje, sino también con el segundo y el tercero. Su distribución espacial es muy heterogénea, aunque las mayores puntuaciones se encuentran, como para 1991, en las secciones del centro antiguo de Roquetas de Mar, especialmente el Puerto.

En resumen, a pesar del importante crecimiento del municipio en la última década los ejes de diferenciación que dibujan la trama urbana no han cambiado excesivamente. Sólo resaltar el papel de la variable inmigración y extranjeros que en la actualidad tiene más peso y la mayor complejidad del eje de estatus económico y, sobre todo, el de infraviviendas.

Áreas

La extracción de los factores, además de la información que nos aporta para la diferenciación residencial, constituye el paso definitivo para la elaboración de las áreas sociales o lo que es igual, la regionalización en función de las características poblacionales y urbanísticas.

Para ello, nosotros vamos a utilizar la técnica de análisis de cluster. Este análisis tiene como objetivo agrupar a individuos en función de su similaridad[13]. De manera que cada variable tiene el mismo peso en el proceso de clasificación. Aquí, con el fin de conseguir una definición lo más rica posible hemos utilizado los factores extraídos con el análisis factorial, en vez de las variables, puesto que de este modo se sintetiza y condensa mucho más la información y se evita que las distancias se hagan más agudas y dificulten la tarea de hacer grupos homogéneos.

A partir del dendodrama del cluster, hemos aislado para Roquetas de Mar en el año 1991 cuatro áreas sociales diferentes.

La primera área se corresponde a las secciones una, cinco y ocho del distrito dos y a las secciones seis, siete y nueve del distrito uno. O lo que es igual, el área coincide con el barrio del Parador y sus diseminados y con los barrios de las Doscientas Viviendas, Pintores, Antonio Machado y Puerto dentro del propio Roquetas de Mar. Zonas, todas ellas, que tienen puntuaciones similares en cuanto a los principales ejes de diferenciación residencial: características y equipamientos de las viviendas y ciclo vital e inmigración. Sin embargo, en los factores tres y cuatro existen algunas diferencias entre dichas zonas. Así, en el factor tres la zona del Parador creada por el INC y el barrio de las Doscientas Viviendas construidas por la OSHA tienen una puntuación mayor que los barrios de los Pintores, Antonio Machado, El Puerto y la zona de ampliación de El Parador. Dicho de otro modo, en los dos primeros barrios destaca más el carácter agrícola de sus habitantes. Por su lado, en el factor cuatro las Doscientas Viviendas y Antonio Machado tienen una puntuación más negativa –aunque escasa- que el resto y el Puerto tiene una puntuación positiva.

El área número dos está compuesta por las secciones tres y ocho del distrito uno. Secciones que corresponden a los barrios de Colonización y Carretera de La Mojonera en el propio Roquetas de Mar. Tienen similares puntuaciones en los factores primero y tercero y algunas diferencias en los factores dos y cuatro. Y más concretamente en el factor ciclo vital e inmigración en el que el barrio de Colonización tiene una puntuación negativa, frente a la positiva de Carretera de La Mojonera.

El área número tres queda definida por las zonas Centro, Lomas y Romanilla en el propio Roquetas de Mar, Aguadulce –norte y sur-, Campillo del Moro y la Urbanización de Roquetas de Mar. Esta zona es más compleja en homogeneidad interna que las anteriores, ya que existen algunas diferencias entre las secciones con respecto a los diferentes ejes, de tal modo que la zona, incluso, podría dividirse en dos subzonas; por un lado, Aguadulce, Urbanización de Roquetas, Campillo del Moro y Romanilla y, por otro, sección Centro y Las Lomas.

La última área se compone de los barrios de Cortijos de Marín, Las Marinas, El Solanillo, situados todos en puntos de la periferia del término municipal. Así, exceptuando al eje de infraviviendas presentan puntaciones similares. En este último caso El Solanillo y Las Marinas tienen una puntuación negativa alta y los Cortijos de Marín baja positiva.

 

Figura 3. Áreas sociales en Roquetas de Mar  (1991).
Fuente: Elaboración propia.

 

En el año 2001 aparecen también cuatro áreas, pero difieren en la configuración. La primera área está compuesta por el barrio de la Romanilla (D1-S2), Doscientas Viviendas (D1-S6), Carretera de La Mojonera-Barrio de Joaquinico (D2-S12), Urbanización de Roquetas de Mar (D2-S9). Zonas que tienen similares puntuaciones en el factor uno, dos y tres. Aunque en el factor dos existen diferencias en cuanto el origen de la población. Así, La Romanilla y Urbanización de Roquetas de Mar, barrios situados junto al mar y exclusivamente urbanos, están ocupados por extranjeros de la Unión Europea y de Europa del Este, frente a las Doscientas Viviendas y carretera de La Mojonera que están habitadas por población africana, más concretamente subsahariana, que viven también en disperso. Por su lado, en el factor infravivienda, tiene mayor puntuación en los hábitats ocupados por los africanos.

La segunda área la conforman las siguientes zonas: Cortijos de Marín (D1-S4), Campo de Fútbol (D1-S10), El Solanillo y Las Marinas (D2-S2), Aguadulce norte (D2-S3), Campillo del Moro (D2-S4), Aguadulce centro (D2-S13 y 14) y Roquetas (D2-S15).  Esta zona presenta puntaciones similares, aunque bajas, en todos los factores.

El área número tres la forman Roquetas centro (D1-S1), Roquetas Colonización (D1-S3), Roquetas Pintores (D1-S7), Carretera de La Mojonera (D1-S8), Roquetas (D1-S11), El Puerto (D2-S1), Las Lomas (D2-S6), Ctra. de Alicún (D2-S9), Aguadulce norte (D2-S10) y  Campillo del Moro (D2-S11). De esta forma se convierte en el área que más zonas congrega, de ahí que también sea la que mayor heterogeneidad interna presenta. El factor primero tiene puntuaciones más negativas en los barrios de Roquetas centro y Colonización, a la postre, barrios de mayor antigüedad. Lo mismo ocurre con el factor inmigración, ya que los migrantes africanos se ubican principalmente en esas zonas más antiguas, frente a los turistas que ocupan principalmente los barrios de Aguadulce norte y Campillo del Moro. El factor estatus económico alcanza valores más positivos en los barrios de Las Lomas y Pintores, frente a Aguadulce norte y Campillo del Moro. Por último, el factor infravivienda se manifiesta de forma más acentuada en las barriadas más antiguas de esta área.

La última área la configuran los barrios de Antonio Machado (D1-S9), El Parador (D2-S5) y Urbanización de Aguadulce (D2-S12). Con puntuaciones homogéneas en todos los factores. Aunque, como ocurre en el área número dos, los africanos se concentran más en Antonio Machado y El Parador, frente a los europeos que se insertan en Urbanización de Aguadulce.

En conclusión, a pesar del incremento poblacional y urbanístico de la ciudad en los últimos años existen cuatro áreas. Aunque la variación de las características de la población ha provocado que la configuración de las áreas sea algo diferente de una fecha para otra. Los motivos que explican ese cambio son fundamentalmente dos: por un lado, la diversidad de orígenes de la población, ya que en 1991 la mayor parte de la población extranjera era de la Europa comunitaria, sin embargo, en la actualidad los africanos y latinoamericanos son mayoría. Por otro, las preferencias residenciales de los autóctonos de vivir junto al mar y con personas de similares características económicas, sociales y culturales. Hecho que se traduce en una movilidad residencial de parte de la población española, configurándose el espacio de manera más compleja.

 

Figura 4. Áreas sociales  en Roquetas de Mar (2001).
Fuente: elaboración propia.

 

Conclusiones

Los resultados del análisis factorial nos muestran que el modelo de áreas sociales elaborado por Shevky y Bell no tiene una aplicación exacta en Roquetas de Mar. Así, el factor rango social aparece en tercer lugar y muy vinculado a la actividad agrícola. El factor ciclo vital e inmigración se manifiestan conjuntamente y no de manera aislada, tal y como indicaba el modelo. Y, por supuesto, el primer factor características y equipamientos residenciales se aíslan de manera independiente y no queda tan vinculado al rango social como lo mostraban Shevky y Bell.

De igual modo, tanto para el año 1991 como 2001 en Roquetas aparecen cuatro factores. Entre ellos la principal diferencia estriba en la importancia que adquieren las variables relacionadas con el origen de la población. De modo que si se mantienen los flujos migratorios actuales, éstos se configurarán como el eje fundamental a la hora de definir la configuración socio-espacial del municipio.

La otra gran conclusión del estudio, tras observar los lugares de concentración de los inmigrantes en el municipio, es la segregación atendiendo a la línea del color. En Roquetas de Mar los inmigrados africanos se concentran en las secciones o zonas de mayor antigüedad y de carácter mixto. De ahí, que un importante número de inmigrantes africanos vivan en diseminados entre los invernaderos[14], o en zonas urbanas más degradadas, donde viven españoles de edad avanzada o pequeños agricultores. No obstante, los inmigrantes con fines turísticos se insertan en las distintas urbanizaciones que junto al mar tiene el municipio. Con la diferencia que en este segundo caso la ocupación es voluntaria, frente a los primeros que por causas étnicas y económicas están abocados a nichos residenciales de peores condiciones.

En definitiva, se precisa de una planificación rápida y justa para albergar e insertar a la población de manera igualitaria por todo el espacio urbano, sin tener en cuenta el origen, etnia o ingresos. En la actualidad en Roquetas de Mar se realiza una revisión del proyecto inicial del plan general de ordenación urbana, donde se tiene previsto construir más de treinta mil viviendas, convirtiéndose en una oportunidad única para la administración para realojar y ofrecer viviendas dignas tanto a los inmigrantes que viven segregados en dispersos y chabolas, como a la población nacional con reducida capacidad de endeudamiento.

 

Notas

[1] Han sido diversos los estudios de diferenciación residencial sobre ciudades medias o agregados poblacionales no muy grandes. Así, por ejemplo, Solá y Morales (1970) realizan su estudio en Badalona y entorno, Arrién (1989) en el distrito seis de Bilbao, Prat (1989) realizó su investigación en Getxo, Múgica (1989) en Vitoria-Gasteiz, Arranz (1990) en Rekalde, Natera (2002) en Marbella, Santos (1986) en los municipios del sureste de Madrid, Lora y Aparicio (1991) en el barrio de la Concepción en Madrid, etc. Sin embargo, no han proliferado los estudios donde se realiza un análisis comparativo a través del tiempo. Aunque sí se han llevado a cabo algunos donde se comparan distintos ámbitos. Así, por ejemplo, Ocaña (1998) compara los ejes resultantes de las mayores ciudades andaluzas, Aurtenetxe y Lavía (1990) lo hacen con Bilbao y Vitoria-Gasteiz o Santos (1986) en los municipios del suroeste de la provincia de Madrid.

[2] Existen otras explicaciones del fenómeno (institucionalistas, managerialismo, etc.) pero son éstas las que más aceptación  han tenido en la bibliografía internacional. Para un desarrollo más profundo y amplio de las diferentes teorías explicativas de la diferenciación residencial véase Checa (2004).

[3] La aplicación del análisis factorial comporta principalmente dos fases. La primera la podemos denominar como técnica, en ella se hacen operativas las unidades de observación iniciales. La segunda fase es de interpretación que, como su propio nombre indica, consiste en la interpretación de los datos.

[4] Muguruza (1986) realiza una delimitación propia a partir de la fecha de construcción de los edificios.

[5] Díaz (1989) realiza un exhaustivo análisis de las investigaciones realizadas en España hasta los ochenta. Posteriormente se han hecho diversos estudios, especialmente en Andalucía. Véanse Ocaña (1998) o Natera (2002). Timms (1976) recopila las investigaciones más importantes realizadas en el ámbito internacional. En la actualidad la mayoría de los estudios de ecología factorial se realizan en las ciudades latinoamericanas. Véase, por ejemplo, Buzai y otros (2003).

[6] El ayuntamiento de Roquetas de Mar no incluye el distrito cinco de la sección una en sus mapas.

[7]La selección final de las variables se ha realizado en varios momentos tras observar su comportamiento en la matriz  factorial.

[8] En la mayoría de los estudios realizados para otros ámbitos el número de ejes oscila entre tres y cuatro, o en su defecto, se desechan aquellos que expliquen menos de un diez por ciento de la varianza total. Del mismo modo, aunque no hay una regla específica, se considera, cuando el número de observaciones sea alto, saturación baja, entre +/- 0.3 y +/-0.49; media, entre +/- 0.5 y +/- 0.69 y alta, mayor de +/- 0.7. De forma similar, en el caso que una variable sature a varios factores se puede seleccionar el dato para el factor/es que satura con más fuerza.

[9] La Ecología Factorial aplicada a la definición del espacio social en la ciudad no es ni objetivo ni neutro, está sujeto a las decisiones y apreciaciones subjetivas del investigador, como es el caso de los nombres de los factores. La amplia bibliografía sobre los factores de diferenciación residencial muestra que éstos, en muchos casos, toman nombres diferentes, aun estando saturados por variables similares.

[10] En ambas fechas participan, en la definición de este factor, variables no propias de los equipamientos y características de la casa, como son los licenciados -asociados tanto en los estudios americanos como europeos e incluso españoles al factor rango social-. Esto evidencia la estrecha correlación entre la posición social y los equipamientos del hogar, ya que a mejor rango social, mejores son las condiciones y equipamientos de los hogares. Situación que se repite también con las variables; viviendas construidas entre 1950 y 1980 y viviendas en propiedad. De tal forma que cuanto más recientes son las viviendas mejores son sus equipamientos.

[11] Ortiz (1987) le llamó nivel de madurez.

[12] Solá-Morales (1970) habla de nivel de peonaje para referirse a trabajadores manuales, pero no contempla a los agricultores.

[13] La medida elegida para la similaridad ha sido la distancia euclidiana. “Es una métrica que mide la distancia entre dos casos basándose en considerarlos como puntos en un espacio bidimensional y a la variable como la proyección de esos puntos sobre los ejes de coordenadas, con lo que la distancia entre los dos puntos se calcula según el Teorema de Pitágoras”  (Díaz, 1988:401).

[14] Situación que se da especialmente en los municipios de El Ejido, La Mojonera, Vícar y Níjar (véase Checa, 2004).

 

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© Copyright Juan Carlos Checa Olmos y Ángeles Arjona Garrido, 2006
© Copyright Scripta Nova, 2006

Ficha bibliográfica:
CHECA, J. C.; ARJONA, A. Ecología factorial en Roquetas de Mar (Almería). La importancia de las migraciones en la configuración socioespacial. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 15 de agosto de 2006, vol. X, núm. 219. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-219.htm> [ISSN: 1138-9788]


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