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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. X, núm. 224, 1 de noviembre de 2006
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


AGRICULTORES URBANOS Y OCUPACIÓN DEL ESPACIO EN EL NORORIENTE DE SANTIAGO DE CALI

Hernando Uribe Castro
Universidad del Valle y Universidad Autónoma de Occidente
heruribe52@hotmail.com

Recibido: 7 de febrero de 2006. Devuelto para revisión: 13 de marzo de 2006. Aceptado: 10 de julio de 2006.

Agricultores urbanos y ocupación del espacio en el nororiente de Santiago de Cali (Resumen)

Desde finales de los años sesenta en Santiago de Cali, varios grupos de personas se vienen asentando sobre los diques de los ríos Cali y Cauca, áreas consideradas por las autoridades locales como espacios no aptos para procesos de urbanización. Aunque el fenómeno aparenta ser un simple proceso de toma ilegal de tierras, su trasfondo es más complejo, pues el curso que los hechos han tomado en los últimos años evidencia que el número de personas asentadas sobre estos espacios al 2005 superaban las 35.000 personas; algunos de ellos organizados en una asociación de agricultores urbanos, dedicando áreas a esta actividad, mientras que la mayor parte de la población asentada, no. Estos últimos se han convertido en el foco del problema de los jarillones y ha sido hacia ellos sobre los que se ha focalizado las políticas de desalojo del gobierno local. El interés es observar inicialmente la incidencia de los procesos migratorios y de urbanización y su incidencia sobre la configuración de lo que podríamos llamar una “agricultura urbana” en Cali, para luego observar el caso especial de los jarillones. Debido a que el fenómeno aun hoy en día continua, no podemos presentar en este documento conclusiones, razón por la cual decimos que este trabajo es apenas introductorio y de presentación del un fenómeno, que hace parte del debate actual académico, político y público.

Palabras claves: agricultura urbana, agricultores urbanos, acceso a tierra y ocupación del espacio.

Urban farmers and occupation of the space in the northeast Santiago of Cali  (Abstract)

Since final of the 60’s in Santiago de Cali, several groups of people have been seating on the dikes of the rivers Cali and Cauca, areas considered by the local authorities as non capable spaces for urbanization processes. Although the phenomenon pretends to be a simple process of illegal taking of lands, in the bottom it is more complex, because the course that the facts have taken in the last years evidence that the number of people seated on these spaces at the 2005, 35.000 people overcame; some of them organized in an association of urban farmers, dedicating areas to this activity, while most of the seated population no. These last ones have become the focus of the problem of the dikes and it has been toward them on those that it has been implemented the politicians of evict of the local government. The interest is initially to observe the incidence of the migratory processes and of urbanization and its incidence on the configuration of what we could call a "urban agriculture" in Cali, to later observe the special case of the dikes. Because the phenomenon even today continuous, we cannot present in this document conclusions, reason for which we say that this work is hardly introductory and of presentation of the phenomenon that makes part of the academic, political current debate and public.

Key words: urban agriculture, urban farmers, access to earth and occupation of the space.

De entrada, la necesaria distinción entre agricultura urbana y agricultores urbanos.

Es necesario presentar de entrada lo que aquí comprenderemos por agricultura urbana y por agricultores urbanos. Esto es importante porque hasta el momento no existe un consenso entre los estudiosos del tema frente a lo que se puede entender como agricultura urbana.

Frente a la primera noción diremos que una de las definiciones es la propuesta por la FAO, al considerarla como la producción de alimentos dentro de los confines de las ciudades: en patios, terrazas, huertos comunitarios y huertas frutales, así como en espacios públicos o no aprovechados. Es una actividad que incluye operaciones comerciales que producen alimentos en invernaderos y espacios al aire libre, pero, en la mayoría de los casos se trata de una actividad en pequeña escala y dispersa por toda la ciudad..., se refiere a superficies situadas dentro de una ciudad y destinadas a la producción de cultivos y la cría de ganado menor o vacas lecheras para el consumo propio o para la venta en mercados[1].

Otra definición es la que presenta El Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador, que la considera como “las prácticas agrícolas dentro de las ciudades y entorno a ellas, que compiten por recursos – tierras, agua, energía, mano de obra- que podrían destinarse también a otros fines para satisfacer las necesidades de la población urbana”[2] 

Una definición más reciente es la que han desarrollado las licenciadas Norha Uribe y Mary Zemanate en Colombia que la definen como una práctica agrícola y pecuaria en las ciudades, considerada como un sistema integral de manejo armónico y sustentable de los recursos contenidos en el medio construido, naturaleza transformada y en la población existente en al ciudad, en su área de influencia inmediata que puede ser de un pueblo, una ciudad y una metrópoli, generalmente en barrios marginados de dichos lugares[3]. Agregan además que el concepto de agricultura urbana es dinámico por cuanto varía de acuerdo a los lugares y a los fines u objetivos con que se desarrolla.  Dicen que:

“Mientras que en algunos países como Rusia, el término “agricultura urbana" se refiere más a actividades agrícolas de residentes urbanos, que a actividades agrícolas únicamente dentro de los límites de la ciudad; estas abarcan áreas ubicadas a una distancia  entre 6 y 60 Km. de la urbe. En Zimbabwe, es considerada como una actividad social y económica en un contexto mucho más amplio de tal manera que su importancia radica en el hecho de que brinda alimentos nutritivos, empleo e ingresos a un gran número de personas en las zonas urbanas, especialmente a las mujeres. En los países  en desarrollado, el objetivo principal de la AU (Agricultura Urbana) es la  de apoyar el manejo ambiental local y  buscar  estrategias con el fin de reducir la pobreza,  promover un estilo de actividad participativa, y aprovechamiento multifuncional de la tierra. En países de África y América Latina, donde las dificultades alimentarias y de desabastecimiento son cada vez mayores, la  agricultura urbana es una necesidad y es practicada para suplir las provisiones alimentarías domésticas.” (Uribe y Zemanate. 2005, 16)

Si logramos observar detenidamente estas tres definiciones, podremos establecer que entre ellas existen tres elementos que les son comunes: Primero, que la agricultura urbana necesariamente para ser urbana debe desarrollarse dentro del perímetro urbano de las ciudades; Segundo, que ésta corresponde no a grandes formas de tenencia de tierra urbana, sino a pequeños espacios que van desde solares o patios de las casas o propiedades hasta huertos; y tercero, que es considerada una actividad productiva que solo requiere de los servicios necesarios urbanos sino que además es una forma de acceder a recursos económicos y satisfacer necesidades alimentarias. Podemos expresar además que estas tres definiciones no se excluyen sino que por el contrario se complementan.

En cuanto a la noción de agricultores urbanos existe un consenso más claro, pues generalmente se entiende de la siguiente manera: como el grupo de individuos -hombres y mujeres-, que ocupando una vivienda o una unidad habitacional en el perímetro urbano de la ciudad, dedican parte de su propiedad, bien sea privada o colectiva, a la actividad agrícola, sea de autoconsumo o de comercialización. Estas personas ocupan buena parte de su horario cotidiano y sus energías corporales a la asistencia y puesta en práctica de esta actividad.

Instituciones académicas y algunos organismos internacionales como el CARE (Cooperativa para las Remesas Americanas a Europa) o como la Fundación Antonio Núñez Jiménez en Cuba se han interesado en estos temas. En este último país, autores como Caridad Cruz y Roberto Sánchez  han desarrollado interesantes trabajos sobre la agricultura urbana desde una perspectiva de ciudad sostenible y como una posibilidad para muchos ciudadanos de mejorar sus condiciones de vida y el medio ambiente urbano. El trabajo de estos investigadores se titula Agricultura y ciudad publicado recientemente por la Fundación Antonio Núñez Jiménez y la Red Águila Latinoamericana de Investigación en agricultura urbana.

En Zambia, por ejemplo, organizaciones como el CARE adelantan algunos proyectos en regiones que buscan explorar el papel que ellas cumplen para facilitar la resolución de disputas de tierras que afectan a los residentes periurbanos pobres. El enfoque que generalmente contienen estos estudios está encaminado a la resolución de conflictos por recursos, acceso a la tierra, participación y legalización de la actividad agrícola que se desarrolla en las áreas de la periferia urbana. Uno de los trabajos más destacados es el desarrollado por Gail Steckley (CARE Canadá) y Mike Muleba (CARE Zambia), titulado Facilitando el acceso a los agricultores periurbanos de Copperbelt a la tierra, y que consiste en estudiar el papel del CARE, a través de proyectos como el CULP (Proyecto de Modos de vidas urbanas de Cooperbelt), como organización que viene interviniendo en estos conflictos sociales. Como se puede apreciar el caso de la agricultura urbana cobra importancia en las Ciencias Sociales actuales, porque implica no solo una forma alternativa de economía agraria sino porque detrás de ellas se pueden apreciar conflictos por ocupación y acceso a tierras, seguridad alimentaria, pobreza y necesidades básicas como el acceso a vivienda.

En ciudades como Santiago de Cali, en Colombia, recientemente ha habido un interés por parte de la administración municipal de impulsar esta actividad y por parte de la academia por estudiarlo. Llama la atención porque en los lugares donde se viene desarrollando esta actividad, regularmente existen conflictos por el acceso a la tierra, problemas de titulación de propiedades, de invasión de áreas y de ocupación de espacios no aptos para procesos de urbanización. Aunque el caso pareciera ser exclusivo de la ciudad Santiago de Cali, se ha podido establecer que en otros lugares de Colombia, se están presentado problemáticas muy similares, tal como acontece con los pobladores asentados sobre las orillas del río Tunjuelito en Bosa –Bogotá D.C. En el caso de Santiago de Cali, además de estos elementos se suma uno muy especial y es que las tierras en donde se viene desarrollando esta actividad son los diques protectores de los cursos de los ríos Cali y Cauca, que fueron diseñados para evitar inundaciones y no para urbanizar y ser explotados a través de actividades tal se podrá apreciar en el siguiente apartado, la dinámica de la agricultura urbana en esta ciudad ha estado fuertemente marcada por el proceso de urbanización y de poblamiento de la ciudad, especialmente por las oleadas migratorias y el desarrollo industrial de mediados del siglo XX; pero también por los conflictos desencadenados por la necesidad de acceso a tierra y por la ineficiencia de los diferentes gobiernos locales que no lograron controlar  estos procesos de poblamiento.

La migración y el incremento poblacional en Cali

Hablar de crecimiento urbano en Santiago de Cali, es hacer referencia a la incorporación de espacios con vocación regularmente rural a una dinámica urbana mediante procesos de urbanización planificados o no planificados. Muchas serían las razones que influyen en este fenómeno, pero especialmente señalaremos dos que a nuestro parecer son las más destacadas: los procesos migratorios, entre las décadas de los setentas y ochentas, sobre todo por la activación industrial en el eje Cali-Yumbo y el crecimiento interno de la población en la ciudad. Este acelerado incremento poblacional se debe en buena parte al incremento que en las últimas décadas del siglo XX, tuvo el fenómeno migratorio. Cali pasó de ser la tercera ciudad colombiana con una población de 659.648 en 1964,  a segunda ciudad con 1.666.468 en 1993. Este acelerado incremento poblacional se debe en buena parte al incremento que en las últimas décadas del siglo XX, tuvo el fenómeno migratorio. Si bien, se evidencia un aumento continuo en el número de habitantes para la ciudad de Cali, también los datos arrojados por la tasa de crecimiento anual hace ver que la tendencia del crecimiento, sobre todo en el último periodo fue bajo con relación a la tasa de crecimiento exponencial registrada en 1964, tal como se muestra en el cuadro 1.

Esto es importante porque si bien la tasa de crecimiento exponencia de la población ha decrecido, la población ha seguido en aumento, pero no con la tendencia que presención durante la décadas de 1970 y 1980. Contradictoriamente a lo que se piensa, el momento en donde decayó considerablemente la tasa de crecimiento poblacional fue en el periodo 1973 y 1985, donde se pasó de una tasa de 44.10 a 36.55 respectivamente, para luego en 1993, ubicarse en una tasa de crecimiento exponencial de 23.18.  ¿A qué corresponde este fenómeno?

 

Cuadro 1
Crecimiento poblacional en Cali entre 1951 y 1993

AÑO

TOTAL

Tasa de crecimiento exponencial

HOMBRES

%

MUJERES

%

1951

284.186

         

1964

637.929

80.86

301.709

47,3

336.220

52,7

1973

991.549

44.10

430.765

43,4

487.292

49,1

1985

1.429.026

36.55

672.966

47,1

756.060

52,9

1993

1.801.820

23.18

841.285

46,7

934.103

51,8

Fuente: Censos de población 1985 y 1993. También: Alcaldía “Cali en Cifras 1996”. Anuario Estadístico del Valle del Cauca, 1992.

 

Si se mira detalladamente el cuadro 2, se puede observar que por ejemplo, la tendencia es que el aporte poblacional de la ciudad hasta 1973 provenía en su mayor parte de los migrantes, pues según los datos arrojados por el censo en 1985, este aporte del total de los migrantes era superado levemente por la población no migrante, es decir por aquellos considerados nativos, o que si bien habían sido migrantes ya habitaban en la ciudad desde hacía un tiempo considerable. Por ejemplo, ya en los registros de 1989, y sobre los que se soporta Gouesset, la población no migrante superaba en más de 200 mil personas a los migrantes; es decir, el aporte de la población no migrante al incremento poblacional de la ciudad tiende a congelarse.

En 1964, el total de población migrante llegada a Cali se aproximaba a los 365.510 migrantes, cifra que ascendió a 664.070 en 1980 y después a 682878 migrantes en 1989. En otras palabras, en 1985, el mayor aporte de personas de la ciudad provenía de la población no migrante con un 50.7 por ciento frente a un 49.3 por ciento de los no migrantes, pues la diferencia era mínima. Pero ya en 1989, esa diferencia se había ampliado de manera significativa donde los no migrantes aportaban el 55 por ciento de la población y los migrantes habían descendido a un 45 por ciento.

 

Cuadro 2
Población migrante en Cali (1964 – 1989)

POBLACION

1964

%

1973

%

1985

%

1989

%

Población no migrante

272419

42.7

431.467

44,6

683.396

50,7

836.047

55,0

Población migrante

365510

57.3

536.441

55,4

664.070

49,3

682.878

45,0

 origen próximo (1)

118649

18.6

175.879

18,2

226.188

16,8

241.047

15,9

origen lejano (2)

239433

37.5

354.361

36,6

429.414

31,9

434.597

28,6

origen extranjero (3)

7428

1.2

6.201

0,6

8.468

0,6

7.234

0,5

POBLACIÓN TOTAL

637929

100

967908

100

1347466

100

1518925

100

Fuente: Gouesset, Vincent. 1998. Pág. 59

(1). Población nacida en otro municipio del mismo departamento.

(2). Población nacida en otro departamento.

(3). Población nacida en el extranjero.

 

El cuadro 2 es significativo porque logra especificar el tipo de migrante que en un momento dado llega a la ciudad. Así pues, contrario a lo que muchas veces se piensa, el mayor aporte de los migrantes proviene de lugares lejanos a Cali, es decir de sitios, pueblos, ciudades por fuera del Departamento del Valle. Se evidencia que este aporte siempre ha superado de manera destacada el aporte de gentes llegadas del mismo interior del departamento. Pero el cuadro también muestra el escaso número de migrantes extranjeros o que provienen de por fuera del territorio nacional. Este aporte de extranjeros ha sido más bien estable a lo largo de los periodos intercensales.

 

Cuadro 3
Flujos migratorios para Cali, según origen de los migrantes, entre 1973 y 1989

1973

1980

1989

Origen migratorio

Total migrantes

%

Origen migratorio

Total migrantes

%

Origen migratorio

Total migrantes

%

Valle

175.879

33.2

Valle

226.188

34.5

Valle

241.0.37

35.7

Cauca

67.486

12.7

Cauca

85.900

13.7

Cauca

110.570

16.4

Caldas

43864

8.3

Tolima

48.489

7.4

Nariño

53.910

8.0

Nariño

40.999

7.7

caldas

48.115

7.3

Caldas

40.892

6.1

Tolima

34.055

6.4

Nariño

47.802

7.3

Antioquia

38.434

5.7

Quindío

29.269

5.5

Quindío

39.657

6.0

Tolima

37697

5.6

Risaralda

29.017

5.5

Antioquia

32.066

4.9

Risaralda

34.397

5.1

Antioquia

28.145

5.3

Huila

29.372

4.5

Quindío

30.630

4.5

Huila

19130

3.6

Risaralda

28.210

4.3

Bogotá

23.955

3.5

Otros

62.404

11.8

otros

69.803

10.6

Otros

64.112

9.5

TOTALES

530.240

100

TOTALES

655.602

100

TOTALES

675.644

100

Fuente: Gouesset, Vincent, 1998, p ág. 60

 

Ahora bien, la ciudad ha presenciado diversas olas migratorias. El cuadro no. 3 muestra claramente la diversidad de oleadas migratorias que ha recibido la ciudad de Cali en las últimas décadas. Pero han sido especialmente algunos departamentos los que más han aportado en ese incremento poblacional de la ciudad: por ejemplo, Cali ha recibido personas especialmente relacionadas por las áreas adyacentes o cercanas, bien del norte del Valle, pero sobre todo de la costa pacífica vallecaucana. Pero a nivel del aporte departamental, han sido los departamentos del Cauca, Nariño y Antioquia, los de mayor participación. Lo que se demuestra además, es que no ha sido un solo departamento el gran aportante de población migrante sino que estos se han “rotado”, aunque algunos se han mantenido como aportantes más permanentes. Es posible observar que el aporte de regiones tan apartadas como la Costa Atlántica o los Llanos Orientales ha sido mínimo. Buena parte de este fenómeno migratorio se concentró en las comunas orientales de Cali, lugar en donde a través de la construcción de unas obras de infraestructura como diques o jarillones, la ciudad había logrado recuperar un número importante de tierras que pertenecían a la zona de inundación del río Cauca. Los dueños de algunas de estas tierras eran políticos y gamonales que vieron e impulsaron las obras porque veían en eso la oportunidad para ampliar su fortuna. Estas personas se daban cuenta de la alta demanda por parte de la población por tierras y empezaron a vender los suelos de sus haciendas por metro cuadrado. Como no existió control alguno, el proceso de ocupación estuvo marcado entonces por fuertes luchas políticas clientelistas entre los dirigentes de los partidos políticos y los oportunistas que lograron ampliar sus riquezas.

Estos hechos generaron un desequilibrio entre la creciente demanda de espacio para la vivienda y la escasa posibilidad de acceder a ella, dando como resultado la aparición de un número creciente de barrios piratas (Construcción en áreas sin el cumplimiento de las normas legales básicas para urbanizar espacios) y la constitución de sectores o barrios de invasión (Ocupación ilegal de terrenos que hoy se conocen como asentamientos subnormales ). Pero también ocasionó que buena parte de los migrantes diseñaran estrategias que les garantizaran la alimentación, unos ingresos y la estabilidad habitacional. El déficit de vivienda que disminuyó del 34% en 1980 al 15.4% en 1987, se debió en buena medida a la constitución de estas formas de asentamientos subnormales y a la actividad constructora del Instituto de Crédito Territorial - ICT. (Vásquez. 2001, p. 292), de la cual los más pobres fueron excluidos e impulsados a urbanizar las áreas con mayores riesgos.

Las comunas orientales y la aparición de los agricultores urbanos

Es en este contexto surgen los primeros agricultores urbanos que tienen su entrada en la ciudad entre 1980 y los primeros años de los 90´s, sobre todo cuando son concluidas las obras de los diques sobre los ríos Cali y Cauca.

En este mismo periodo, muchos de los grupos migrantes al no poseer ingresos suficientes para acceder a una vivienda, decidieron ocupar aquellas áreas que no se habían urbanizado y sobre las que no existía ningún tipo de control por parte de la administración municipal. La ocupación de tierras se presentó en Cali de tal manera, que hacia el nororiente de la ciudad no sólo se urbanizó totalmente la parte plana, sino que también los diques construidos a mediados del siglo XX para impedir las inundaciones por parte del río Cauca, se vieron ocupados en toda su dimensión. Los diques son conocidos también como jarillones, construidos para evitar la inundación de las tierras urbanizables[4]. Estos diques no poseen las características técnicas y óptimas para ser ocupados pues sus suelos son inestables, con fuertes pendientes, altos niveles freáticos y su función esencial es evitar los desbordamientos de los ríos.

Los primeros residentes asentados sobre los jarillones empezaron a dedicarse a las actividades agrícolas[5]. Al parecer, la práctica de estas actividades podría considerarse como resultado de la necesidad de desarrollar formas complementarias de los ingresos económicos familiares, pero también se podría considerar como la única alternativa de los residentes, que al no estar capacitados para otras actividades laborales no podían emplearse en algo diferente al trabajo de la tierra. Sin embargo, estos parecen no ser los únicos motivos que los residentes tenían para adscribirse a ellas. Por ejemplo, un grupo de ellos, sobre todo los que se encuentran asentados en el jarillón del río Cali se organizaron y constituyeron la Asociación de Agricultores Urbanos del Paso del Comercio. Esta asociación se funda en 1988 y aun se encuentra vigente.

Desde esta asociación, los agricultores urbanos lograron importantes metas: una de ellas la titulación de las tierras de un sector del jarillón a través de acciones colectivas, alianzas estratégicas con políticos y gamonales y la incidencia en el Concejo Municipal de la ciudad. Es así como en 1988 el ISCREDIAL (Instituto de Crédito) entrega al Municipio de Cali los terrenos de un sector del jarillón para que estos a su vez los entregue a la Asociación. En diciembre 29 de 1989 el ICT (Instituto de Crédito Territorial), mediante escritura pública 1586, cede al municipio una franja de terreno destinada para zona de protección del río.

En 1990, el secretario del Concejo Municipal exige la legalización de estos predios a la Asociación de Agricultores Urbanos. De ahí en adelante, el problema del jarillón parece perderse del foco de atención de la administración y no vuelve a tocarse el tema de manera directa solo hasta el 2005, debido a la fuerte temporada invernal. Durante toda la década del 90, el proceso de ocupación de los jarillones ni se detiene, ni tampoco es tratado por los organismos responsables por controlar el problema de tierras en la ciudad, por consiguiente el número de asentamientos aumentó descontroladamente.

Pero otros grupos que ocuparon también los jarillones en tiempo posterior no lograron desarrollar formas estratégicas de organización para defender su estabilidad en el área sino que más bien han permanecido a la espera de una solución por parte de la administración del municipio. Como veremos más adelante la situación para este tipo de habitante que no se preocupó por organizarse tal como si lo hicieron los pobladores adscritos a la Asociación de agricultores, es que les va a cambiar la situación cuando en septiembre de 2005 acontece la tragedia en Nueva Orleans en Estados Unidos. Cuando los informes periodísticos, de los diarios locales empiezan a llamar la atención sobre el caso, el gobierno local se ve obligado a responder sobre la situación y agilizar la política de evacuación; la designación que la administración le va a dar a estos otros pobladores de sectores como Villa Moscas, las Delicias, Desepaz es el de invasores.

El escenario espacial de la ocupación

El fenómeno de la agricultura urbana no es solo una característica de los jarillones sino que en Cali existen varios lugares donde se vienen desarrollando. En el trabajo de Uribe y Zemanate, señalan que la práctica de la agricultura urbana está relacionada con los espacios marginales o en áreas del perímetro urbano de la ciudad. Algunos se encuentran en ecoparques, zonas de ladera, zonas de los jarillones, etc. El marco espacial de los jarillones de los ríos Cali y Cauca, ubicados al nor-oriente de la ciudad a la altura del sector de Floralia en Santiago de Cali, Valle del Cauca, tal como se muestra en la figura 1. Los jarillones fueron construidos por la C.V.C. como punto de impacto que contrarresta la fuerza del agua y evita inundaciones sobre las áreas aledañas a los cauces. La figura No. 2 muestra el punto de encuentro de los dos jarillones en la punta extremo norte de la ciudad.

 

Figura 1: Mapa de Santiago de Cali y área de los agricultores urbanos.
Fuente: www.alcaldiadecali.gov.co. Re-elaborado por el autor.

 

Primero se construyó el jarillón del río Cauca y luego el del Cali. El sector es considerado como parte del perímetro urbano de la ciudad, pues a unos metros de distancia de ellos se encuentran los cauces de las unidades hídricas ya señaladas. Las características físicas de los jarillones o diques son (ver figura no.2)

·                    La berma que es el espacio entre la orilla del río y la pata del jarillón.

·                    La pata húmeda es la pendiente cuyo frente es el cauce del río y la parte sobre la que se impactan las aguas crecidas.

·                    La pata seca es la pendiente contraria a la pata húmeda y que tiene por frente las áreas protegidas de las inundaciones.

 

Figura 2. Constirución inicial de jarillón.
Fuente: Elaboración propia.

 

Figura 3. Situación actual.
Fuente: Elaboración propia.

 

Los grupos migrantes apropiaron estas áreas y que nos aptas para la ocupación humana y lograron transformar el espacio a partir de rellenos para ganar espacio y ampliar la vivienda. Los predios se instalan sobre la cresta de los jarillones donde se construyen viviendas, granjas agrícolas, corrales para pequeños animales domésticos e incluso, en el lugar existe un zoológico privado, con variadas especies. Aunque aquí no existe ningún ente del gobierno que haya impulsado esta ocupación, la actividad surge por iniciativa de los propios pobladores. Actualmente los habitantes del jarillón río Cali cuentan con todos los servicios públicos, energía, acueducto, teléfono y gas, adquiridos a través de alianzas con gamonales y partidos políticos. No necesitan alcantarillado pues estos depositan los residuos hacia el río. Como se puede observar estas dos formas de acceso a la propiedad y explotación del suelo urbano con fines agrícolas son algunas de las manifestaciones de muchas dinámicas urbanas recientes.

El problema esencial no es tanto si existe una legalidad concreta en términos de escritura que avale la propiedad de la tierra -cosa que es muy significativa-, pues radica en que estos terrenos sobre la que están los agricultores urbanos y sobre las que tienen sus propiedades no son aptas para la vivienda, porque corresponden a un área sumamente frágil, transformado y modelado por la vida cotidiana de las personas, tal como se puede apreciar en la figura 2 a. El jarillón como tal ha sido afectado por la ocupación, su tamaño en altura ha disminuido, pero en anchura se ha ampliado por el constante depósito y relleno con escombros sobre la pata húmeda. Es sobre esta parte que se han construido más viviendas, regularmente en guadua y bahareque y que es causante de la disminución significativa de la berma.

El número de viviendas se ha incrementado en los últimos años, ya que antes de 1990, estas no superaban las 70 y hoy llegan a casi 6.000, con una población de 35.778 habitantes, según los datos dados por el Censo realizado por la Alcaldía Municipal en el 2005. esto se expresa claramente en el cuadro 4.

 

Cuadro 4
Asentamientos sobre el jarillón por número de viviendas y de personas

Asentamientos

No. Viviendas

No. De personas

Comuna 6

La Playa

450

2.700

La Playita :

600

3.600

Petecuy / Venecia

1.300

7.800

Petecuy / Las Vegas

950

5.700

Jarillón Paso del Comercio

650

3.900

Jarillón Floralia

400

2.400

Subtotal

4.350

26.100

Comuna 21

Brisas de un nuevo amanecer

983

5.898

Samanes del Cauca

73

365

Villa Moscas o Carbonera

119

595

Subtotal

1.175

6.858

Navarro

Navarro

400

2.820

Subtotal

400

2.820

Total asentamientos

5.925

35.778

Fuente: Boletín Alcaldía de Santiago de Cali. Informe especial. Sábado 17 de diciembre de 2005

Lo interesante del caso es que estas áreas que no deberían poseer ningún tipo de dedicación, ni siquiera a la agrícola, presentan además de los cultivos, otros tipos de actividades comerciales tales como talleres de industria pesada, talleres de autos, bodegas, viviendas de lujo, entre otros. Este jarillón ha sido técnicamente estudiado por entidades como la C.V.C. (Corporación autónoma Regional del Valle del Cauca), encargada del manejo de las cuencas hidrográficas del departamento del Valle, quien lo ha considerado como un dique deficiente por la falta de seguimiento una vez construido; esta entidad es la que más ha llamado la atención a la administración municipal para que estas áreas sean desocupadas.

El problema se acrecentó tanto que fueron los medios de comunicación los que primero llaman la atención sobre el fenómeno. Por motivo del Huracán Katrina que en septiembre de 2005 arrasó Nueva Orleans, no sólo revivió nuevamente el tema sino que además se relacionó con el caso del jarillón, pues la idea que  se puso al orden del día para la opinión pública era que tal situación podía repetirse en la ciudad. Este hecho volvió a agitar los debates que meses atrás, en el anterior periodo de lluvias, entre abril y marzo del mismo año, había tenido el tema en estos círculos periodísticos. Algunos reportes periodísticos, titularon en su primera página el 11 de septiembre de 2005: Tragedia de Nueva Orleans puede ocurrir en Cali[6]. El titular llamaba la atención sobre, las posibilidades de ocurrencia de inundación de un parte de la ciudad por parte del río Cauca[7], pues el jarillón del río, es impactado por la invasión de población y la erosión en el terreno.

En los últimos días el debate está centrado no solo en los procedimientos de evacuación y reubicación, sino también en las exigencias administrativas y de movilización de recursos por parte de las autoridades correspondientes[8]. La política propuesta es la reubicación de 1.200 familias que pasarán a ocupar las áreas compradas por la alcaldía para la construcción de las unidades de vivienda[9]. Pero una evacuación total de los jarillones llevaría por lo menos hasta el año 2012, tal como lo ha planeado la actual administración del municipio.

Estrategias a corto plazo.

Estrategias a mediano plazo para los años 2008 - 2010.

Estrategias a largo plazo para los años 2011 y 2012.

Este hecho generó que la ciudad esté presenciando tal vez una de las obras más grandes en cuanto a construcción de vivienda de interés social en la ciudad en tan corto plazo. El problema es que esta acción no dará por concluido el problema.

En términos generales, esto es importante porque pareciera que el debate sobre la ocupación de los jarillones por parte de los medios que son los que de alguna manera más impulsan el problema hacia la opinión pública se ha ido transformando con el paso del tiempo, al pasar de una problemática social causado por periodos invernales hacia un problema de ocupación que requiere de partidas presupuestales bastantes amplias para su solución.

Hacia una dimensión ambiental del fenómeno

Los jarillones, como construcción humana, están dirigidos a cumplir una función especial, particularmente, evitar que los ríos Cali y Cauca durante el periodo de lluvias se desparramen sobre las áreas adyacentes a su curso. El problema radica en que las áreas de inundación de estos ríos fueron pobladas y urbanizadas sin ningún control. Esta área de Cali ha sido mundialmente conocida como Distrito de Agublanca, que es una zona de exclusión, habitada por familia migrantes donde predominan hogares del pacífico colombiano, tal como lo han demostrado las investigaciones de Urrea y Murillo realizadas en Cali durante los últimos años[11]. El distrito alberga 6 comunas de las 21 existentes, pero que concentra más del 60 por ciento de la población de la ciudad.

Según documentos técnicos de la C.V.C., con la construcción de estos jarillones se habilitó una amplia zona al oriente de la ciudad para promover urbanización y actividades agrícolas. Sin duda alguna, el mejor negocio fue el de la compra y venta de tierras de las haciendas que prefirieron vender no por hectárea sino por metro cuadrado. De allí que muchos de los barrios del Distrito de Aguablanca llevo el nombre de algún personaje que promovió la venta de estas tierras.  El jarillón es un complemento de otras obras que se realizaron, sobre todo en el río Cauca, como lo fue la Represa de la Salvajina en el Departamento del Cauca, con el fin de regular las aguas del río, pues buena parte de los departamentos andinos se ven influenciados por esta unidad hídrica, desde el sur de Colombia hasta la región Atlántica, lugar donde desemboca el río Cauca al Magdalena.

El jarillón con la ocupación de los habitantes que se asentaron sobre su cresta y que rellenaron su pata húmeda, incidieron en la estabilidad del dique, afectando algunos sectores de tal manera que la C.V.C. no ha dejado de insistir en la necesidad apresurada de desocupar esas zonas. El desastre que estaría tras una ruptura del dique, llevaría a que buena parte del Distrito de Aguablanca fuera inundado, lo que equivale al 60% del territorio municipal. Lo otro importante por resaltar es que de darse tal fenómeno se vería afectado el 80% del acueducto y alcantarillado de la ciudad, pues sobre estas áreas se encuentra una de las plantas de tratamiento de agua potable más importantes de la ciudad, como lo es la Planta de Puerto Mallarino. El distrito de Aguablanca se encuentra actualmente por debajo del nivel río, pues con las actividades humanas y la sedimentación en el fondo del cauce ha elevado en más de 60 centímetros el nivel de base. También, el terreno donde se ubica el Distrito de Agua blanca por encontrarse en función de un Valle va en caída hacia el oriente de la ciudad, lo que se suma a las aguas freáticas existentes en el sector. En periodos anteriores al proceso de poblamiento estas zonas estaban ocupadas por lagunas y humedales.

 

Figura 4. Área posiblemente más afectada en caso de quiebre del dique o jarillón.
Fuente: www.alcaldiadecali.gov.co. Re-elaborado por el autor

 

La ocupación del jarillón ha generado tal fragilidad que en algunos sectores como Villa Moscas, son evidentes las filtraciones de aguas generadas por los lavaderos de las viviendas y letrinas construidas sobre el dique. Esto ha conllevado a que se hagan grietas que ablandan la tierra y que se dilatan con el paso del tiempo, influyendo en la resistencia de la estructura[12].

Lo más complejo de toda esta situación como se había mencionado es que en esta área se encuentra la planta de tratamiento de agua potable de Cali, como lo es la de Puerto Mallarino, de la cual se abastecen un millón de personas. Esto sin duda desataría una emergencia sanitaria incontrolable, pues quedarían fuera de servicios los equipos electromecánicos que hacen parte de la planta de tratamiento. Son estas razones que han motivado para que la opinión pública ubique el caso de Nueva Orleáns, muy próximo al caso de los jarillones de los ríos en Cali, lógicamente guardando las diferencias causales que se dan en cada caso[13].

Pero el jarillón también ha sido afectado por la presencia de la hormiga arriera, especie que construye túneles sobre las laderas del dique y que alcanzan grandes profundidades, dejando el subsuelo con grande grietas y perforaciones que pueden desestabilizarlo, pues la ocupación y el peso de las viviendas y construcciones asentadas sobre la cima conllevarían a que la tierra se hunda.

Todos estos elementos motivaron a que el gobierno municipal mediante decreto 0668 declara en jarillón del río Cali como zona de alto riesgo. El decreto determina como problema que[14]:

“Con el establecimiento de las invasiones en la orilla del río esta se ha  erosionado  y  el  dique  esta  debilitado en su estructura. Esta obra protege a la ciudad de Cali de inundaciones producidas por el río  Cauca,  en  la  actualidad  existe un tramo de aproximadamente 500  mts  de  longitud  donde  la  erosión  marginal  amenaza  la estabilidad del dique.”

En consecuencia, se tendría que:

“De colapsar el  dique  se  inundaría  el  oriente  de  la  ciudad  de Santiago de Cali, lo cual representa grave riesgo para la vida del 60 %  de la  población del municipio, así como la afectación de la infraestructura de acueducto y alcantarillado, además, del daño que pueda producirse a la planta de tratamiento de agua potable de Puerto Mallarino, que abastece de agua para consumo humano al 80% de los Caleños.”

El decreto establece lo siguiente:

Tal complejidad de este fenómeno es tomado por la administración municipal como un conjunto de problemas que aun tiene una solución política y técnica. Por ejemplo, propuestas como la de reubicación se ha convertido en la primera carta que juega el gobierno local, sobre todo para las áreas que presentan más deterioro. Pero sin duda esto no solucionaría el conjunto estructural del fenómeno. Como no es posible todavía una solución total a los diques, las agencias del gobierno y la C.V.C, han pensado en variadas posibilidades: algunas tienen que ver con la construir cable estacado a lo largo de cinco kilómetros de recorrido del río Cauca sobre el casco urbano.  Otra opción que han planteado es la de edificar espolones de piedra.[15]

Sin duda lo preocupante es que aun, hoy día, al redactar estas líneas al finalizar el mes de junio de 2006, la situación al parecer no ha tenido ningún tipo de cambio o transformación. En el mes de marzo y primeros días de abril, se adelantó la desocupación de una de las áreas más problemática como lo es Villa Moscas.

Figura 5. El proceso de evacuación del sector de Villa Moscas está a punto de concluir y las primeras casas serán entregadas en agosto.
Por cortesía de El País, 29 de marzo de 2006.

El problema radica en que una vez salió esta población con un subsidio de arrendamiento otorgado por la Alcaldía para que las familias paguen arrendamientos mientras se terminan las primeras viviendas, otro grupo de familias empezaron a poblar nuevamente el sector evacuado días atrás. Se ha planteado la reubicación de los residentes de Villa Moscas en el sector de potrero grande en la comuna 21 de la ciudad, pero tal reubicación solo se hará efectiva en el mes de enero de 2007. La proyección de la reubicación total de ambos jarillones se extiende hasta el 2012.

Un problema que apenas empieza y un fenómeno por estudiar

Lo que se puede decir hasta el momento, es que el fenómeno de los jarillones ha sido un asunto que si bien posee una larga historia de por lo menos los últimos cuarenta años de la historia de Cali, sólo hace un año – 2005- el problema parece haberse convertido en foco de atención por parte de la administración municipal. El problema radica además en que las acciones desarrolladas por este ente frente a los pobladores del jarillón no están dirigidas a una resolución ampliada sino muy focalizada y que afecta a solo una parte de la población asentada.

Esto pone a cuestionarnos sobre la posibilidad de un doble tratamiento de la administración frente al problema: por una parte dirige acciones de evacuación –reubicación a los pobladores no organizados y asentados sobre una de las áreas más criticas. Pero la política no se dirige hacia los otros pobladores que también ocupando los jarillones a través de su medio asociativo y sus estrategias de negociación parecen tener asegurada su habitacionalidad sobre el mismo jarillón aunque en otro sector, que en términos de riesgo es muy delicado pues están ocupando el área de confluencia de las dos ríos, El Cali y el Cauca. Esto lo planteamos como una de las muchas respuestas que seguramente tendrá el problema, pero que solo lanzamos aquí un poco cayendo en lo que no deberíamos, suponiendo respuestas. Sólo una investigación profunda socio geográfico podría dar cuenta de preguntas inquietudes tales como: Una cuestión central de la propuesta estará dada por el esfuerzo de comprender las estrategias utilizadas por los habitantes de algunos sectores del jarillón, frente a la administración municipal, para legitimarse como propietarios de la tierra en los jarillones de los ríos en Santiago de Cali. Si es cierto que existe un tratamiento diferente por parte de la Administración Municipal frente a los grupos de residentes, entonces es necesario establecer ¿Quiénes son y cómo surgen los grupos de habitantes asentados en los jarillones? Y en este mismo sentido, ¿Por qué unos residentes no han formado parte de las propuestas de desalojo de la administración municipal como si ha sucedido con otros residentes también ocupantes del jarillón, como sucedió con los de Villa Moscas en abril del 2006? Estos interrogantes ponen de manifiesto que desde los habitantes existen acciones encaminadas a establecer mecanismos de negociación con la administración municipal, pero esta negociación, suponemos, reposa en un soporte desde el cual, los habitantes legitimen su derecho a la propiedad, por lo que nos lleva a plantearnos si efectivamente ¿Existe una relación entre las actividades agrícolas urbanas que desarrollan y su estabilidad habitacional en la zona? Son preguntas que no tienen su respuesta en la presentación del problema que hicimos. Pero que muy seguramente las retomaré en una futura investigación.

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Notas

[1] FAO. La agricultura urbana y periurbana. Comité de agricultura. 15º período de sesiones. Roma, 25-29 de enero de 1999, Sala Roja.

[2] Ministerio de Agricultura del Ecuador. Cuestiones de Agricultura urbana. Quito: Presidencia de la República. 2003.

[3]. URIBE  y ZEMANATE, M. Agricultura Urbana: una propuesta para el mejoramiento socioambiental e ingresos complementarios a partir de la experiencia de a comuna 14 de Cali. Tesis. Universidad del Valle, 2005.

[4] Sobre la historia del dique ver el trabajo de Andrés Velásquez titulado “La gestión de riesgos en el ordenamiento territorial: inundaciones en Cali, la C.V.C. y el fenómeno ENSO”. La palabra jarillón es extraída por el historiador Edgar Vásquez, del documento de CVC  “Proyecto Aguablanca 1958-1960” en donde se usa este término.

[5] Sobre todo a la agricultura urbana. Sobre agricultura urbana existe una amplia información bibliográfica. Pero sin duda el trabajo que mejor desarrolla esta línea es el de Caridad Cruz y Roberto Sánchez.

[6] El País, 11 de septiembre de 2005. Primera página. El informe habla de más de 1.400 familias en la zona.

[7] En este mismo informe periodístico se dice que el cauce del Cauca está 1,70 metros por encima de las áreas urbanizadas.

[8] De acuerdo con la CVC, la reubicación de las familias que habitan en la zona se estima en $50.000 millones, recursos que tendrían que gestionarse en el ámbito regional y nacional. Dada la gravedad de la situación, se propuso elaborar un documento Conpes, con miras a la inclusión en el presupuesto nacional.

[9] Para la gobernación el trasladado de las familias debe hacerse en zonas próximas. La Secretaria de Vivienda municipal propone la construcción de apartamentos. Para unos más, la idea los apartamentos no es apropiada, pues son familias pobres que no pueden enfrentar deudas por apartamentos. El problema para la opinión pública recae en últimas en un problema de vivienda.

[10] El boletín 135 de la Alcaldía de Cali del 17 de diciembre de 2005, establece que: “Para atender la emergencia formulada en el Decreto N° 0668 del 4 de octubre de 2005 mediante el cual la Administración Municipal declaró el Jarillón del río Cauca como zona de alto riesgo debido a la ocupación del dique frente a Desepaz (Comuna 21) con aproximadamente 1.200 familias, la Alcaldía con el apoyo de la Dirección de Planeación Municipal, la Secretaría de Vivienda del Departamento del Valle, EMCALI EICE y la Caja de Compensación Comfandi, el pasado 18 de octubre, radicó ante FINDETER el proyecto POTRERO GRANDE para estudio de elegibilidad de 1.756 soluciones de vivienda, el cual de conformidad con las gestiones adelantadas, tiene la posibilidad de cierre financiero”.

[11] URREA, F.; MURILLO, F. Dinámica del poblamiento y algunas características de los asentamientos populares con población afrocolombiana en el oriente de Cali. En Fernando Cubides y Camilo Domínguez (eds.) Desplazados, migraciones internas y reestructuraciones territoriales. Observatorio Socio – Político y Cultural. Centro de Estudios Sociales. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia, 1999, páginas 337 – 405.

[12] Si los jarillones se rompen, se liberan 243m3 de agua por segundo, que se verterían sobre todo el oriente de la ciudad donde habitan 1.800.000 mil personas. El País, 11 septiembre de 2005.

[13] La revista Semana.com, en su edición de noviembre 23 de 2005 titula: “el dique está quebrado”. Y plantea en su contenido: “el jarillón de Cali, tiene la misma función que el dique de Nueva Orleáns, que falló el pasado 30 de agosto cuando el huracán katrina hizo que el río Misisippi inundara la ciudad. Aunque por el Valle no pasan huracanes, cada vez son mayores las crecientes del río Cauca”

[14] Ver página Alcaldía de Cali. www.cali.gov.co.

[15] Ver informe periodístico. El País. 12 de octubre de 2005. “Muros, salida para el jarillón”.

 

© Copyright Hernando Uribe Castro, 2006.
© Copyright Scripta Nova, 2006.

Ficha bibliográfica:
URIBE, H. Agricultores urbanos y ocupación del espacio en el nororiente de Santiago de Cali. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de noviembre de 2006, vol. X, núm. 224. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-224.htm> [ISSN: 1138-9788]

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