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Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XI, núm. 240, 1 de junio de 2007
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


INFLUENCIA DE LAS POLÍTICAS DE SUELO SOBRE LA LOCALIZACIÓN DE INDUSTRIAS EN ÁREAS METROPOLITANAS: EL CASO DE ZARAGOZA

Ana Isabel Escalona Orcao
Universidad de Zaragoza
aescalon@unizar.es

Eugenio Climent López
Universidad de Zaragoza
ecliment@unizar.es

Belén Sánchez-Valverde García
Universidad de Zaragoza
belensv@unizar.es

Andrés Llanos Robles
Licenciado en Geografía

Recibido: 30 de noviembre de 2006. Aceptado: 5 de febrero de 2007.

Influencia de las políticas de suelo sobre la localización de industrias en áreas metropolitanas: el caso de Zaragoza (Resumen)

Hay numerosos interrogantes sobre la influencia de algunos instrumentos habituales en las estrategias locales para atraer industrias -en concreto, ofertar suelo a precios ventajosos y promover espacios adecuadamente dotados- sobre las decisiones de localización de las empresas industriales que se implantan en áreas metropolitanas. Se presenta un estudio de caso (la ciudad de Zaragoza, en España), que combina la encuesta y el análisis econométrico de tipo logit para identificar las características empresariales que explican dichas decisiones. Se concluye que el precio del suelo es altamente valorado por el conjunto de las empresas, mientras que la dotación del polígono industrial es un factor más selectivo, pues es especialmente valorado por las empresas que responden a un cierto perfil (tamaño medio, propietarias de sus naves, sedes centrales, recientemente instaladas, trasladadas de las coronas metropolitanas interiores y dedicadas a actividades industriales de demanda media).

Palabras Clave: área metropolitana, localización industrial, precio del suelo, polígono industrial, análisis logit.

Influence of land politics on firms location in metropolitan areas: the case of Zaragoza (Abstract)

The influence of some politic measures implemented by the local governments –supplying low cost land and promoting servicing of industrial land– on firms decisions concerning industrial location in metropolitan areas is an opened question. The city of Zaragoza (Spain) has been taken as study case and empirical material is given by a survey and a logit analysis in order to check whether or not such decisions vary according to the characteristics of the firms. The results indicate that the land cost is an important factor for all the firms, while the servicing of industrial land is important for some kinds of firms (medium sized, owner of their buildings, central premises, recently established, moved from the inner ring of metropolitan area and manufacturing intermediate demand products).

Key words: metropolitan area, industrial location, land costs, land servicing, logit analysis.

La localización industrial sigue siendo un tema atractivo no sólo para los investigadores sino también para los gestores de la política territorial. En efecto, la presencia de industrias en un determinado lugar ha constituido desde siempre un valioso indicador de lo que hoy se conoce como su competitividad territorial, así como un seguro de crecimiento económico. En consecuencia, el conocimiento sobre la cuestión no sólo tiene carácter académico o erudito sino que ha estado en la base de las diversas políticas de promoción industrial y de desarrollo local que los poderes públicos han ido poniendo sucesivamente en marcha.

Desde que Weber ideó su teoría basada en la minimización de costes, el avance en la explicación y modelización de la localización industrial ha sido notable y ha ido incorporando variables significativas en cada momento histórico. En el actual se asume que las propuestas explicativas deben tener en consideración la alta segmentación empresarial, la intensa competitividad –entre empresas y entre territorios– así como la impronta de la mundialización, aspectos todos ellos característicos de nuestra época. No menos importante es el ámbito de estudio, por la posible existencia de procesos y fenómenos que le son propios, como ocurre en las grandes ciudades y sus periferias.

En ese contexto se enmarca este trabajo sobre la localización industrial en Zaragoza y su entorno, como ejemplo de área metropolitana con una acusada macrocefalia, semejante a la observada en muchas grandes ciudades latinoamericanas. En un trabajo reciente se ha demostrado la influencia de algunas fuentes de economías de aglomeración, como el acceso a los mercados, sobre las decisiones de localización de las empresas (Escalona et al., 2006). El presente trabajo se centra en otro factor expresivo del atractivo local: la disponibilidad de suelo en cantidad suficiente, a bajo precio y bien equipado. La cuestión es relevante ya que la preparación de suelo industrial atractivo, tanto por precio como por condiciones productivas, es una estrategia habitual en las políticas locales para mejorar su competitividad, estrategia que no siempre se ve recompensada por la afluencia de empresas. De hecho, como después se verá, la presencia de industrias es mucho más selectiva espacialmente que la de suelo preparado para uso industrial. Por ello este artículo se plantea como objetivo profundizar en el estudio de la influencia efectiva de los factores citados sobre las decisiones de localización de las empresas en las áreas metropolitanas, mediante el ejemplo de la ciudad española de Zaragoza y su entorno.

El artículo comienza con la exposición del estado de la cuestión y la presentación de la zona de estudio. A continuación se exponen los resultados de una encuesta sobre los citados factores de localización a más de 300 empresas implantadas en la ciudad de Zaragoza y su entorno. Le sigue el análisis estadístico de las respuestas obtenidas mediante modelos de regresión logística. Con ello se aporta una información no habitual sobre qué características de las empresas explican las preferencias manifestadas en las respuestas y se mejora el conocimiento sobre la influencia de los factores considerados en la localización de empresas en las grandes ciudades y sus entornos. El trabajo termina con una breve reflexión sobre lo que los resultados implican de cara a las políticas que tienen por objeto impulsar la instalación de empresas y mejorar la competitividad territorial.

Cuestiones teóricas y metodológicas

La localización de industrias en las áreas metropolitanas no se ha considerado nunca como un fenómeno aleatorio y tampoco hay evidencias de que lo sea (García y Alamá, 2000; Callejón, 1997). Por el contrario son múltiples los factores que influyen en la dinámica y distribución espacial de las industrias metropolitanas y además varían con el tiempo. Este marco teórico ha dado lugar a diversas hipótesis y ha suscitado numerosas investigaciones.

Marco genérico para el estudio de la localización industrial en las grandes ciudades y sus entornos

Las ciudades y sus entornos constituyen un ámbito privilegiado para la actividad industrial; en ellas tiene lugar una alta proporción de las implantaciones de nuevas empresas, locales o no, y de los traslados de otras ya existentes. La dinámica y consiguiente transformación de esos espacios, tanto de su parte urbana o metropolitana como de la periurbana o rururbana es bien conocida (Caravaca y Méndez, 2003), así como sus tres efectos más característicos: extensión progresiva sobre el territorio, descentralización absoluta o relativa de población y actividades y, finalmente, eliminación creciente de las diferencias entre centros y periferias (Nel.lo, 1997 y 2004; Comisión Europea, 2004). Se han identificado también los agentes que impulsan tales procesos desde la propia metrópolis o desde las localidades de su entorno: empresas, promotores inmobiliarios, administraciones públicas y residentes. E igualmente se han descrito con carácter general las transformaciones ­–demográficas, sociolaborales, funcionales, paisajísticas, culturales, de movilidad– de los centros que se desindustrializan y de las periferias convertidas en espacios rururbanos (Llop, 1997; Méndez, 2002).

Se dispone, pues, de un marco adecuado para abordar análisis específicos, como el de la dinámica industrial. Hay que recordar que la actividad industrial es un elemento plenamente ilustrativo de las transformaciones funcionales y morfológicas de las grandes ciudades y de sus entornos. Por una parte, el estudio de la localización empresarial ayuda a explicar cómo se configura espacialmente la estructura urbana a partir de las decisiones de las empresas; a su vez tal estructura espacial urbana define los atributos de las distintas localidades y, por tanto, influye en la decisión de localización (Wu, 1999). No obstante, a largo plazo el origen de buena parte de los cambios visibles en la industria metropolitana se encuentra en los cambios macroeconómicos y en la adaptación de las empresas a las sucesivas pautas y modelos productivos (Comunidad de Madrid, 2004; Dicken, 2004). Uno de tales cambios visibles es la desconcentración o descenso de la proporción de actividad industrial en la ciudad principal y aumento en los núcleos de su entorno, aunque de forma selectiva. En la bibliografía se atribuye ese fenómeno al impacto combinado de fuerzas centrífugas y centrípetas o, lo que es lo mismo, de factores que expulsan a la industria desde las áreas centrales, y factores que la atraen para que se localice en áreas periféricas concretas, pero también en las centrales. Los primeros –entre los que se encuentran las llamadas deseconomías de aglomeración– son bien conocidos (altos costes de implantación, restricciones urbanísticas y ambientales, problemas de movilidad, deterioro y baja calidad del entorno del emplazamiento). A los segundos, objeto de este trabajo, va dedicado el apartado siguiente.

Factores de localización industrial en espacios urbanos y periurbanos: la oferta de suelo y otras políticas locales

Los factores de atracción de industrias hacia sus nuevos emplazamientos, entre los que puede seguir estando la ciudad central, consisten en características, tangibles o no, que concurren en un lugar y pueden procurar ventajas a las industrias que en él se instalen. En la bibliografía se les presenta como factores de competencia espacial, en alusión a que constituyen bazas de los territorios que los brindan en la estrategia para atraer empresas (Cotorruelo y Vázquez, 1997). La nueva economía geográfica es unánime al destacar, como ejemplo de lo que el territorio ofrece a las industrias (Hayter, 1997), las economías de aglomeración, esa forma particular de economías externas de escala de la que se supone que se benefician las empresas cuando están próximas unas de otras y que deriva de la disminución de los costes de transacción con proveedores y clientes, acceso a un mayor mercado, acceso a materias primas y mano de obra, suelo industrial y acceso a mejores servicios de transporte (Dicken y Lloyd, 1990; Callejón y Costa, 1995; Duranton y Puga, 2000).

 Para la Geografía industrial y la Geografía urbana no menos importantes son otros factores de localización como la calidad ambiental y residencial, los incentivos públicos de índole diversa y la oferta de suelo. A este último factor se le sigue reconociendo una importancia clara como condicionante de la localización en áreas urbanas y periurbanas, sobre todo teniendo en cuenta las necesidades de espacio de las empresas para realizar sus actividades y la problemática que generan las deseconomías de aglomeración en los centros industriales. Se asume que a la oferta de suelo le ha de acompañar la de inmuebles y servicios, competitivos ambos por su precio, condiciones de pago y funcionalidad (tamaño, calidad, diversidad, modularidad) (Comunidad de Madrid, 2004: 14). Por todo ello la provisión de una oferta de suelo diversificada en usos y condiciones de acceso –propiedad, alquiler, otras­– y con calidad y precio adecuados se ha convertido en el centro de las políticas de promoción industrial a nivel local, siendo también objeto de operaciones privadas. A modo de ejemplo, la base de datos de polígonos industriales diseñada y publicada por la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza confirma la alta frecuencia espacial de esta figura de política local y la notable densidad de polígonos a disposición de los empresarios. Además, si las administraciones locales son lo suficientemente agresivas, pueden incentivar la localización de industrias con medidas complementarias, de carácter infraestructural o fiscal o cualquier otra al alcance de sus recursos y encaminada a mejorar su potencial de crecimiento industrial (Esteban et al, 2001).

Hipótesis explicativas de la localización industrial en áreas metropolitanas

Según la teoría neoclásica de localización industrial, la oferta de suelo o los incentivos locales pueden orientar la localización industrial cuando –en un contexto de racionalidad plena– contribuyen a la minimización de costes o a la maximización de los beneficios empresariales (Hayter, 1997; Pallarés Barberá, 2002). En las teorías de localización más modernas la influencia de los factores de localización es función de la valoración realizada por la empresa al tomar la decisión sobre su emplazamiento, es decir, de lo que la industria busca en los lugares (Hayter, 1997; Mérenne-Shoumaker, 2002). Se destaca que dicha decisión, tomada en una situación de racionalidad limitada, depende a su vez de aspectos como los siguientes: el carácter de la empresa (local, nacional, multinacional; monoplanta, multiplanta), su tamaño, el sector de actividad, la etapa en la que se encuentra su producto según la teoría del ciclo de vida (si se trata de un producto nuevo o ya consolidado), la función del establecimiento al que se busca localización (fabricación, gestión, almacenamiento o todas) y la naturaleza de la operación de localización (apertura o traslado). En consecuencia “la elección de un determinado lugar para el emplazamiento de un centro de producción, se produciría en el momento en que la oferta de factores de competencia espacial de una localidad lograse satisfacer suficientemente, y en todo caso más que otra alternativa, las demandas de factores de localización de la empresa de que se trate, según el criterio y la lógica de selección del responsable o responsables de la decisión de localización” (Cotorruelo y Vázquez, 1997: 179).

A partir de tales condicionantes se pueden proponer diversas explicaciones del comportamiento locacional de las empresas industriales en las grandes ciudades y sus entornos. Las empresas pequeñas y medianas serían sensibles a los atractivos de lugares conocidos ­–de los que frecuentemente es originario el empresario– debido a su carácter conservador y a su menor propensión a incurrir en costes de información sobre los atributos de localizaciones alternativas (Méndez, 1988; Hayter, 1997; Figueiredo, et al. 2002).

Otros planteamientos teóricos sostienen que las economías de aglomeración, tanto las de urbanización como las de localización, constituyen el principal atractivo de las áreas centrales metropolitanas para las nuevas implantaciones foráneas, las empresas pertenecientes a sectores de intensidad tecnológica alta y las que ofertan productos novedosos y operan en contextos menos competitivos (Duranton y Puga, 2000; Figueiredo, et al. 2002; Comunidad de Madrid, 2004). Se ha apuntado, no obstante, que las empresas que ofrecen productos consolidados se descentralizan hacia espacios más especializados que ofrecen economías de localización  (Duranton y Puga, 2000). Movimientos de carácter centrífugo resultarían también de la aparición de deseconomías de aglomeración en los centros industriales, que impulsan la deslocalización hacia entornos periféricos y generan  procesos de difusión intrametropolitana. A ello contribuiría la mejora de la accesibilidad en las áreas periféricas y la consiguiente reducción de la necesidad de la aglomeración industrial (Lonsdale, 1985).

Para explicar la localización en los municipios periféricos de las grandes ciudades se dispone además de otras hipótesis (North, 1998): que les favorece su oferta de suelo, suficiente en calidad y cantidad para satisfacer las necesidades de empresas en proceso de expansión; que atraen a empresas movidas por estrategias de minimización de costes de producción, debido a sus diferencias con ámbitos urbanos en cuanto a costes salariales y de suelo principalmente; sería éste el caso de pequeñas empresas en sectores de media y baja intensidad tecnológica. Otras teorías realzan también las ventajas espaciales de estos municipios en costes de producción aunque relacionadas con la entrada de las empresas en fases más competitivas del ciclo de vida de sus productos y con procesos de disyunción funcional y descentralización de su actividad –con la consiguiente localización en municipios periféricos de las tareas más rutinarias de su cadena de valor. Por último, también se ha teorizado sobre la relación entre la creación de industrias y la inmigración de empresarios a los pequeños municipios por su mejor calidad de vida.

Verificación empírica de las hipótesis explicativas de la industrialización en los entornos de grandes ciudades

Diversos trabajos recientes basados en análisis econométricos han confirmado la influencia locacional de las economías de aglomeración, aunque con matices según tipos de empresas (Callejón y Costa, 1995; Costa et al., 2000; Trueba y Lozano, 2001; Arauzo, 2001; Arauzo y Manjón, 2004). Por ejemplo, se considera probado que “el tamaño de los municipios pierde peso como factor explicativo de las localizaciones al mismo tiempo que las actividades productivas iban alcanzando mayor nivel de madurez y preferían entornos menos densamente poblados” (Costa et al., 2000: 23). Por otra parte, mientras las pequeñas empresas muestran una mayor probabilidad de localizarse en municipios con escasos movimientos pendulares, así como una menor preferencia por los que acreditan una alta cualificación de su mano de obra, las grandes tendrían preferencias inversas (Arauzo y Manjón, 2004).

Tales resultados están condicionados, además de por el procedimiento econométrico específico aplicado en uno u otro caso, por cómo se han definido las distintas variables, así como por el número y tipo de variables explicativas seleccionadas. En este sentido, en los análisis econométricos, otras variables expresivas del atractivo municipal (precio y equipamiento del suelo, incentivos, calidad ambiental y residencial; domicilio del empresario) están subrepresentadas, debido a la dificultad de disponer de datos fiables o a que se omiten deliberadamente. Cuando no es así, como en el estudio de Trueba y Lozano (2001) sobre el entorno de Zaragoza –que incluye en el modelo a estimar variables expresivas de las diferencias de fiscalidad municipal –, se ha hallado que eran escasamente significativas, lo que sirve para deducir que “las empresas de la muestra no tuvieron en cuenta estos aspectos” (Trueba y Lozano, 2001: 185).

En las investigaciones realizadas a partir de encuestas, se somete a la consideración de las empresas un mayor número de factores potencialmente influyentes en su localización (Aurioles y Pajuelo, 1988; Galán, et. al, 1997; Cotorruelo y Vázquez, 1997; Iglesias, 1997). Como ocurre respecto de los análisis econométricos, los resultados se enmarcan en investigaciones de diseño muy heterogéneo y con muestras de empresas seleccionadas conforme a criterios que rara vez coinciden. Tampoco todos tienen como ámbito de estudio específico las grandes ciudades y sus entornos. No obstante hay hallazgos compartidos por todas las investigaciones (Galán, et. al, 1997: 159), como que nunca las economías de aglomeración superan en valoración a los factores de carácter subjetivo (origen local de la empresa, domicilio del empresario), pero que son más valoradas que factores clásicos de coste (mano de obra, transportes, distribución, suelo) y de regulación (subvenciones e incentivos diversos). El precio del suelo, en concreto, sería un ejemplo de factor que resulta determinante en la localización de categorías industriales específicas, como las pequeñas y medianas (Cotorruelo y Vázquez, 1997) o las situadas en áreas metropolitanas donde es escaso, como la de Madrid (Aurioles y Pajuelo, 1988). Esta circunstancia ha sido confirmada en estudios posteriores (Méndez, 2002) donde se alude a la existencia de suelo barato como factor de atracción esencial de los municipios de la periferia madrileña. Semejante es la conclusión del estudio sobre Zaragoza y su área metropolitana (Iglesias, 1997) donde “existencia de suelo industrial a precio atractivo” es el cuarto factor más valorado (los tres primeros son: “red de transportes y comunicaciones”, “tradición familiar” y “proximidad a clientes”).

Llama la atención en los resultados comentados la escasa valoración de los factores que reflejan el esfuerzo municipal en mejorar su competitividad y atractivo industrial, como son, los incentivos diversos y la promoción y equipamiento de polígonos industriales. Por el contrario, hay evidencias, como las apuntadas en un estudio sobre la periferia metropolitana del Suroeste de Madrid, de que los minipolígonos de naves adosadas, con una oferta de menor calidad urbanística-ambiental y facilidades de acceso, atrajeron empresas menos capitalizadas, con una elevada incertidumbre sobre su futuro a medio plazo e incapaces de acceder a promociones de mayor calidad (Comunidad de Madrid, 2004). Para justificar tales resultados se han apuntado dos razones: la ausencia de unos incentivos eficientes y realmente atractivos por parte de la administración y la importancia real de otras variables económicas distintas a la regulación (Galán, et al., 1997: 162). También cabría apuntar que la escala del estudio y las características empresariales o geográficas influyen en la apreciación de ese factor. De hecho, estudios en áreas metropolitanas de otros ámbitos reflejan que el movimiento de fábricas o de parte de los procesos productivos es muy selectivo y que afecta sólo a una pequeña proporción de todas las empresas (Aguilar, 2002). Y también se ha observado que, aunque las empresas puedan alejarse del centro metropolitano, no lo hacen o que se alejan, pero no mucho, siendo la centena larga de kilómetros –o una hora de tiempo– un umbral de distancia bastante estable en la configuración de las aglomeraciones industriales metropolitanas (Polese y Shearmour, 2004).

Con todo ello se confirma el interés de seguir profundizando en el análisis de si la oferta de determinados factores influye de forma efectiva en la localización de las empresas y en la determinación, si es posible, de en función de qué características empresariales específicas se valoran los diversos factores de competencia espacial en las áreas metropolitanas. Es lo que se hace en esta ocasión a partir de un estudio de caso, el de la ciudad de Zaragoza. El diseño metodológico de la investigación pretende aprovechar las ventajas de la encuesta a las empresas, para indagar de forma directa cómo valoran los factores de localización, y las del análisis econométrico, para identificar las variables explicativas de las respuestas dadas en la encuesta y modelizar su relación con las mismas. El trabajo se centra en el factor suelo, por sus implicaciones de cara a las políticas de desarrollo y competitividad industrial que diseñan los municipios englobados en las áreas metropolitanas, considerando tanto la cantidad disponible en relación con las necesidades, lo cual se refleja en el precio del suelo, como la calidad, entendiendo por tal la dotación de infraestructuras y servicios de los polígonos industriales.

El caso de estudio: el territorio y las empresas

Tomando como referencias el meridiano y el paralelo que pasan por Madrid, la península Ibérica queda dividida en cuatro cuadrantes de superficies comparables. Hacia los vértices del cuadrante nordeste, el más próximo a Francia y a los países centrales de la Unión Europea, se encuentran las aglomeraciones urbanas de Bilbao (vértice noroeste), Barcelona (nordeste), Valencia (sudeste) y Madrid (sudoeste). La ciudad de Zaragoza se sitúa precisamente en el punto central de dicho cuadrante, prácticamente equidistante de las cuatro aglomeraciones citadas, de las que la separan poco más de 300 kilómetros, pudiendo realizarse la conexión con ellas íntegramente por vías de transporte de gran capacidad (autopistas y autovías), excepto en el caso de Valencia, donde la autovía no está aún completa, aunque su construcción avanza a buen ritmo (figura 1). Esta situación, que puede calificarse como privilegiada en el contexto español, puede explicar casi por sí sola el hecho de que Zaragoza haya experimentado desde fecha temprana un importante desarrollo industrial, del que pueden dar una idea aproximada los más de 75.000 empleos que actualmente tiene el sector en el conjunto de la aglomeración urbana.

El peso de la industria zaragozana en el contexto nacional y su excelente situación han sido reconocidos y valorados como activos fundamentales por las instituciones locales, públicas y privadas, que al redactar el Plan Estratégico de la ciudad y su entorno metropolitano (Asociación Ebrópolis, 1998) plantearon como primera línea estratégica convertir a Zaragoza en una ciudad logística y como segunda potenciar el atractivo de Zaragoza como entorno empresarial idóneo.

 

Figura 1: Localización de las empresas industriales en Zaragoza y su entorno.

 

Zaragoza como área industrial

Desde mediados del siglo XIX la ciudad de Zaragoza ha experimentado un continuo proceso de desarrollo industrial, tanto a partir de iniciativas locales como por la atracción de empresas foráneas (Climent y Alonso, 1995; Hormigón, 1997; Hormigón y Ausejo, 1999). Pero a partir de los años ochenta del pasado siglo la actividad industrial se ha ido desplazando progresivamente hacia los municipios vecinos, en un proceso similar al experimentado por la generalidad de las aglomeraciones urbanas españolas (Méndez y Caravaca, 1993). Zaragoza tenía registrados 67.699 empleos industriales en el año 1981 (Renta, 1984), frente a 46.005 en 1993 (Diputación General de Aragón, 1994) y 42.124 en 2001 (Departamento de Industria, Comercio y Desarrollo del Gobierno de Aragón), cifra que equivale al 62,2 por ciento de la primera. El balance entre ambas fechas es de más de 25 mil empleos perdidos, que son casi exactamente los mismos en que se incrementó el empleo industrial de los municipios vecinos, en un proceso interpretado como de difusión axial por contigüidad, que ha generado la parte central del llamado “eje del Ebro”, una de las principales áreas de expansión industrial de España en las últimas décadas (Serrano, 1992; Villaverde, 2001).

El patrón espacial de la expansión metropolitana de la actividad industrial mantiene su carácter marcadamente axial, según el cual sólo están industrializados los municipios atravesados por  las infraestructuras de transporte que confluyen o emanan de la ciudad central (figura 1). A su vez, el ritmo de la expansión industrial es muy lento o, dicho de otra manera, el alcance espacial de la misma no ha variado de forma significativa en los cinco últimos quinquenios y el área representada en el mapa de la figura 1 tiene la misma amplitud que en mapas realizados con anterioridad (Climent y Alonso, 1995). En cuanto a la descentralización industrial, en el sentido de pérdida de peso del centro y aumento en la periferia, no ha alcanzado proporciones notables. Según un estudio reciente realizado sobre Zaragoza y 30 municipios de su entorno próximo, el término municipal de la ciudad albergaba todavía el 50,8 por ciento de las empresas implantadas en esa zona entre 1992 y 2006, así como el 47,9 por ciento de los empleos totales, proporciones claramente superiores a las esperables para municipios de su rango en economías avanzadas (Alonso, Climent y Escalona, 2006). A ello contribuye que frente a lo que ocurre en otras grandes capitales regionales españolas, Zaragoza -gracias a su extenso término municipal de 1.060 km2- dispone todavía de suelo para la industria, que recientemente está saliendo al mercado integrado en diversos polígonos, públicos y privados, bien equipados y a precios muy competitivos. En consecuencia, la propia ciudad central sigue captando una parte sustancial del crecimiento industrial de su propia área metropolitana.

Selección y caracterización de empresas industriales en el área metropolitana

Dados los objetivos del trabajo se consideró oportuno que las empresas encuestadas cumplieran los siguientes requisitos: tener 4 o más trabajadores, actividad principal de tipo manufacturero y fecha de alta en los municipios estudiados comprendida entre el 1 de enero de 1990 y el 31 de marzo de 2002. La fecha final elegida es la de comienzo del proyecto de investigación y la inicial se fijó con el propósito de contar con datos de un periodo de tiempo suficientemente largo como para neutralizar los efectos de cualquier coyuntura excepcional. En cuanto al requisito de tamaño, el propósito fue fijar un umbral mínimo que permitiera eliminar tanto a las empresas sin empleados (profesionales independientes o trabajadores autónomos) como a las microempresas y pequeños talleres estrictamente familiares (aquéllos en los que trabajan sólo el empresario y su familia más directa). El hecho de dejar fuera a estas empresas se basa en lo antes comentado de que en sus decisiones de localización intrametroplitana priman los factores personales y ello podría entorpecer la apreciación de la influencia de factores de carácter general, que es lo que aquí se pretende. Por lo que respecta a la actividad económica, se excluyeron las industrias extractivas, la energía y la construcción, cuya localización responde a factores muy específicos (como la existencia de recursos naturales o la demanda de nuevas viviendas u oficinas), limitando el estudio a las estrictamente industriales o manufactureras. Además, con objeto de que estas restricciones no comprometieran la viabilidad de la investigación por un insuficiente número de casos, se decidió ampliar la zona de estudio y añadir a los 23 municipios de la comarca de Zaragoza[1] los de tres comarcas de su entorno, hasta completar un total de 67 municipios, ninguno de los cuales supera el ya citado umbral de 100 kilómetros.

Como es habitual en este tipo de investigaciones, se recurrió al Registro de Establecimientos Industriales, fuente que permite obtener información sobre aspectos de interés para entender la decisión de localización y que han  quedado resaltados en el marco teórico, como el año de instalación de las empresas, si se trata de la creación de una nueva empresa o de un traslado (ambos casos son relevantes para esta investigación, pues se toma una decisión que implica valorar la idoneidad del emplazamiento actual frente a otras alternativas metropolitanas posibles), su localización exacta, la actividad que desarrolla y algunas de sus principales magnitudes económicas (empleo, potencia instalada e inversión realizada). En definitiva, se obtuvo una base de datos de 3.145 empresas. Con el fin de obtener una muestra representativa para la realización de la encuesta se estableció una estrategia de toma de contacto con las empresas conforme a criterios de proporcionalidad respecto al número de trabajadores, el domicilio, el año de instalación, la actividad económica y la condición de nueva empresa o empresa trasladada. Como resultado de esos contactos se realizaron 321 entrevistas, de las que se obtuvieron otros tantos cuestionarios, que equivalen al 10 por ciento del total de empresas que reúnen las condiciones indicadas.

En el cuadro 1 se recogen las empresas integrantes de la muestra clasificadas según la actividad que desarrollan, apreciándose un claro predominio de las ramas de fabricación de productos metálicos y maquinaria, que constituyen las actividades industriales más representativas de la parte central del eje del Ebro.

 

Cuadro1
Distribución de las empresas de la muestra por actividad

ACTIVIDAD INDUSTRIAL

EMPRESAS

Alimentación y bebidas

22

Textil, confección y calzado

21

Madera, muebles y manufacturas diversas

40

Papel y edición

15

Química

6

Caucho y plásticos

15

Productos minerales no metálicos

4

Metalurgia básica

4

Productos metálicos

68

Maquinaria y equipo mecánico

51

Maquinaria y equipo eléctrico, electrónico y de precisión

32

Material de transporte

27

Fuente: Encuesta a empresas.

 

En el cuadro 2 se clasifican atendiendo al año de instalación y al número de empleados, pudiendo apreciarse la mayor importancia de la segunda mitad de la década de los noventa por lo que respecta al primer criterio y, por lo que respecta al segundo, la fuerte atomización del tejido empresarial de la zona, dado que la mitad de las empresas tienen menos de 10 empleados y sólo el 12 por ciento supera los 30.

 

Cuadro 2
Distribución de las empresas de la muestra por fecha de instalación y tamaño
FECHA DE INSTALACIÓN
TAMAÑO

Año

Empresas
Empleados
Empresas

1990-1995

82

de 4 a 10

157

1995-1999

147

de 11 a 30

124

2000-2002

65

más de 30

37

Fuente: Encuesta a empresas.

 

En el mapa de la figura 1 se representa la localización de las empresas encuestadas. Es interesante notar que aunque son 67 los municipios del área de estudio, la existencia de empresas que cumplen los requisitos establecidos sólo se da en 27, lo que confirma el carácter espacialmente muy selectivo de esta actividad económica. Este 40 por ciento de los municipios inicialmente considerados configuran ese espacio metropolitano claramente axial al que antes se ha hecho referencia. El 24 por ciento de las empresas de la muestra están establecidas en la ciudad central, Zaragoza, y las empresas trasladadas suponen un porcentaje muy elevado del total, el 48 por ciento, si bien en varios municipios se supera dicha cifra, llegando en dos casos concretos al cien por cien (La Muela y Torres de Berrellén).

La encuesta a las empresas se basó en un breve cuestionario, cuya cabecera contenía los datos de identificación (razón social, domicilio, teléfono) y caracterización (rama de actividad industrial, fecha de alta y puestos de trabajo) de la empresa, que fueron previamente impresos, tal como figuran en el Registro de Establecimientos Industriales. Además se aprovechó el formulario de encuesta para solicitar a las empresas información sobre otras características empresariales de interés para interpretar sus preferencias locacionales intrametropolitanas, como el régimen de tenencia de la nave industrial en la que realizan su actividad (si es de propiedad, alquiler u otros[2]), la localización de la sede central (cuando se trataba de un establecimiento filial) y el domicilio anterior en el caso de los traslados.

El 18 por ciento de las empresas resultaron ser filiales de otras de origen local, nacional o multinacional. El 52 por ciento son propietarias de las naves industriales que ocupan y el 44 por ciento están en régimen de alquiler. Finalmente, se ha comprobado una alta movilidad intrametropolitana, sobre todo en la ciudad central y los municipios de la primera corona de la aglomeración (Zaragoza, La Puebla de Alfindén, Cuarte, Cadrete, María de Huerva, Utebo, La Muela y Villanueva de Gállego), origen y destino simultáneamente de las tres cuartas partes de las altas y bajas por traslado. Destaca Zaragoza que con su vecino La Puebla se reparte el 44 por ciento de las altas por traslado y es a su vez origen del 60 por ciento de las bajas. No obstante, como se ve en el mapa, el alcance del proceso es limitado ya que implica mayoritariamente a municipios colindantes o cercanos –a menos de 20 kilómetros de la ciudad central- que han mejorado recientemente su oferta de suelo industrial, como La Muela, Villanueva de Gállego y San Mateo de Gállego. La encuesta refleja también la existencia de traslados entre los municipios situados en el mismo eje intrametropolitano, como los producidos desde Cuarte a Cadrete (en el eje sur) o desde Utebo a Pinseque (en el noroeste). En el caso de Cuarte –municipio pionero de la industrialización metropolitana– salen empresas pequeñas desde los enclaves industriales más deteriorados y son sustituidas por otras de mayor dimensión que ocupan polígonos de nueva creación con suelo vacante. El patrón de empresa de mayor dimensión es el que domina en los traslados ya que su participación en el empleo total creado es más que proporcional (Alonso, Climent y Escalona, 2006)

Resultados del análisis de los factores de localización intrametropolitana

En el cuestionario distribuido a las empresas se le pedía al entrevistado que valorase mediante cuatro opciones de respuesta (“muy importante”, “importante”, “poco importante” o “no se consideró”) la relevancia que, al elegir el emplazamiento de la empresa, se dio al precio del suelo y a la dotación del mismo.

En el cuadro 3 se resumen las valoraciones otorgadas por las empresas a dichos  factores, pudiendo apreciarse la elevada valoración que reciben, pues la opción de respuesta más frecuente es “muy importante”, seguida de la opción “importante”; las empresas que se inclinan por cualquiera de estas dos opciones son: el 65,7 por ciento respecto al precio y el 64,2 por ciento respecto a la dotación del suelo industrial, es decir, cifras muy próximas a las dos terceras partes de las empresas encuestadas. Estos resultados coinciden plenamente con los obtenidos en otras investigaciones, como se ha visto en el apartado 2.4, en el sentido de que el suelo es un factor relevante en las decisiones de localización de las empresas. La cuestión que se suscita a continuación es si la importancia de estos factores varía o no según las características de las empresas.

Cuadro 3
Valoración de factores de localización (en tanto por ciento)

FACTOR

Muy importante

Importante

Poco importante

No se consideró

No contesta

Precio del suelo

40,8

24,9

7,8

20,6

5,9

Dotación del suelo

36,2

28,0

14,0

21,5

0,3

Fuente: Encuesta a empresas.

 

Breve presentación de los modelos logit y de las determinaciones adoptadas para su aplicación

Una vez conocidas las opiniones de las empresas de forma agregada se abordó un análisis de regresión para precisar de cuáles de sus características dependen o son función las respuestas dadas en la encuesta. La expectativa del análisis no es sólo la de obtener una ecuación algebraica expresiva de la relación de dependencia entre las variables, sino disponer de elementos fundamentados para poder establecer el perfil de las empresas que previsiblemente van a apreciar un determinado factor en su decisión de localización. Es claro el interés de esta información de cara al diseño de planes industriales adecuados por parte de las autoridades y gestores metropolitanos. Para ello resultan útiles los análisis de regresión, que permiten relacionar la naturaleza de las respuestas dadas en la encuesta (las variables a explicar o variables dependientes) con las características de las empresas (variables explicativas o variables independientes).

Cuando una variable dependiente no es de tipo numérico, sino categórica, como ocurre con las respuestas al cuestionario, y se presupone que depende de una o más variables independientes también de tipo categórico, es adecuado utilizar los modelos de regresión logística. Para garantizar la eficiencia del método es importante que las tablas de contingencia formadas al cruzar las variables independientes y dependientes tengan el menor número posible de celdas vacías o con valores bajos. Por ello se ha seguido el criterio de otros trabajos (McQuaid, Leitham y Nelson, 1996) y las respuestas dadas por las empresas en la encuesta (variables dependientes) se han reducido a dos únicos valores: 0, negativo, para las respuestas “poco importante”, “no se consideró” o “no contesta” y 1, o fuertemente positivo, para las respuestas “importante” o “muy importante”. Por el mismo motivo, las características de las empresas (variables independientes) fueron reducidas a un número limitado de categorías, como se ha visto en el apartado 3.2. y en el cuadro 2.

La variable actividad económica de la empresa (véase cuadro 1) se ha codificado en tres categorías, pero utilizando dos criterios de clasificación diferentes (de manera que se han obtenido dos ecuaciones para cada factor de localización): el de fortaleza de la demanda y el de tipo de bienes producidos:

Por lo que respecta al emplazamiento de la empresa y, en su caso, al origen del traslado, se han establecido cuatro categorías: la ciudad central, el eje sur de la primera corona (que engloba los municipios más próximos a la ciudad central), el resto de la primera corona[3] y la corona periférica.

Los modelos de regresión logística binaria o logit seleccionan de entre todas las características de las empresas aquéllas que influyen en las decisiones de localización, o sea, identifican las variables independientes, construyendo con ellas la función logística o ecuación que expresa dicha influencia. La peculiaridad de esta función es que no predice el valor de la variable dependiente, sino la probabilidad de que dicha variable adopte el valor 1 o el valor 0; en este caso, las ecuaciones predecirán la probabilidad de que una empresa que reúne las características que se han revelado como influyentes valore como importante o no el factor de localización de que se trate. De entre los métodos automáticos disponibles para el cálculo se ha elegido el método de Wald, con una significación de entrada para las variables independientes de 0,15 y de salida de 0,18. El nivel de confianza se estableció en el 85 por ciento. La bondad del modelo se puede juzgar por la significación de la variable chi-cuadrado, que contrasta la hipótesis global del ajuste realizado, así como por el valor con signo negativo del logaritmo de la verosimilitud. También es importante la capacidad del modelo para clasificar correctamente los datos de la muestra: cuanto más alto sea el porcentaje de casos bien clasificados mejor será el resultado obtenido.

El procedimiento de análisis consiste en probar diversas combinaciones de variables explicativas –características empresariales– para encontrar, en sucesivas iteraciones, la que proporciona el mejor ajuste conforme a los criterios establecidos. La aplicación del análisis logit se hizo mediante el programa SPSS.

Perfil de las empresas que valoran especialmente el precio del suelo

Tanto en el análisis del factor precio del suelo como en el factor dotación del polígono se ensayó la modelización con las dos clasificaciones de actividades económicas indicadas, por si pudieran dar lugar a la identificación de distintas variables explicativas.

En relación con el precio del suelo el análisis encontró que es prácticamente indiferente la clasificación de actividades industriales que se utilice, porque los modelos resultantes son muy parecidos: las variables seleccionadas son las mismas en ambos y los valores que toman apenas difieren de uno a otro; además, ambos modelos son igualmente satisfactorios porque incluyen el 80 u 83 por ciento de los casos y clasifican correctamente el 67 por ciento.

Se expone por ello sólo uno de los modelos: el obtenido con la clasificación de las actividades industriales según la fortaleza de la demanda (cuadro 4). Las variables que entran a formar parte del modelo son: el régimen de tenencia de la nave, el ser empresa trasladada y el municipio en que está establecida. Es decir, la importancia del precio del suelo parece aumentar si la empresa es propietaria de la nave que ocupa o si la ocupa en otro régimen de tenencia distinto del alquiler, si se ha trasladado desde un domicilio anterior y si su domicilio se encuentra en las coronas más periféricas del espacio metropolitano.

 

Cuadro 4
Valoración del precio del suelo mediante el análisis logit
Variables explicativas
Categorías
Coeficientes

Régimen de tenencia

Nave en propiedad

0,001

Nave en otro régimen de tenencia

0,001

Traslado

Empresa trasladada

0,578

Domicilio

Primera corona sur

0,411

Resto primera corona

0,863

Corona periférica

0,867

 

Constante

2.273,391

Fuente: Análisis logit, a partir de los resultados de la encuesta a empresas.

 

Aunque en la primera variable los coeficientes son bajos, los demás sugieren que tanto las empresas trasladadas como las domiciliadas en las coronas más periféricas son las más proclives a dar una respuesta fuertemente positiva, una alta valoración, al factor considerado. El resultado más claro lo ofrece el domicilio: que el valor más bajo del coeficiente sea el de la zona sur de la primera corona (el sector más saturado de la corona más próxima a la ciudad central) y que el más alto sea el de la corona periférica se interpreta como que las empresas que más valoran el precio del suelo son las que se han ubicado a mayor distancia de la ciudad central, que es donde los precios del suelo son más bajos, según la pauta general de las aglomeraciones urbanas.

La ecuación resultante queda como sigue:

P/Q = 2273,391 * 0,001 * 0,0012 * 0,578 * 0,411 * 0,8632 * 0,8673= 2621 * 10-10

Donde:

Como se ve, la ecuación resultante (habida cuenta del reducido valor de los coeficientes) presenta un valor próximo a 0, lo cual indica que el análisis no puede predecir una probabilidad teórica clara de que las empresas que reúnen las características señaladas tengan en cuenta el coste del suelo en sus decisiones de localización respecto a las que no las reúnen. No obstante, el precio del suelo es un factor importante o muy importante para casi las dos terceras partes de las empresas, como indican las respuestas al cuestionario, pudiendo afirmarse que las empresas caracterizadas por las variables recogidas en el modelo son más propensas a darle una valoración mayor.

Perfil de las empresas que valoran especialmente la dotación de los polígonos industriales

Por lo que respecta al factor de localización “dotación del polígono” en que se ubican las empresas, resultan dos modelos o perfiles empresariales distintos según qué clasificación de actividades industriales se utilice en el análisis. Si se adopta la basada en el tipo de bienes producidos (de consumo, intermedios o de equipo), el modelo incluye el 62,6 por ciento de los casos y clasifica correctamente el 60,7 por ciento. Las variables que entran a formar parte del mismo son: el régimen de tenencia de la nave, el ser sede central, el ser empresa trasladada y el número de empleados. En este caso el valor de todos los coeficientes supera la unidad, excepto el ser empresa trasladada (cuadro 5).

 

Cuadro 5
Valoración de la dotación del polígono mediante el análisis logit
(modelo 1: clasificación industrial según tipo de bienes producidos)
Variables explicativas
Categorías
Coeficientes

Régimen de tenencia

Nave en propiedad

1,242

Nave en otro régimen de tenencia

2,482

Sede central o filial

Sede central o empresa monoplanta

2,280

Traslado

Empresa trasladada

0,542

Tamaño

De 4 a 10 empleados

1,779

De 11 a 30 empleados

2,542

 

Constante

0,389

Fuente: Análisis logit, a partir de los resultados de la encuesta a empresas.

 

Los resultados indican que la importancia concedida a la dotación de los polígonos industriales es mayor en las empresas propietarias de sus naves. El resultado es coherente si se considera que adquirir en propiedad la nave supone una inversión superior a la necesaria para instalarse en una alquilada y que en tales casos el horizonte de permanencia en el emplazamiento elegido suele ser más alto, por lo que parece lógico que sean más exigentes con las condiciones que ofrece el polígono y que la calidad de los equipamientos sea un factor influyente en la localización. Por motivos semejantes resulta coherente que la dotación del polígono pese más a la hora de elegir emplazamiento para la sede central de una empresa, o su único establecimiento, que para un establecimiento filial.

También queda claro en el análisis que la valoración de la dotación del polígono aumenta con el tamaño empresarial, ya que el valor del coeficiente es más alto en las empresas de 11 a 30 empleados que en las de 4 a 10. Nuevamente el resultado parece fácil de interpretar: cuanto mayor es una empresa mayores son sus necesidades respecto a la dotación del polígono en que se ubican[4].

Podría resumirse lo anterior diciendo que la probabilidad de que una empresa tenga en cuenta la dotación del polígono a la hora de fijar su emplazamiento es mayor si es propietaria de la nave que si está en alquiler y si se trata de la sede central de una empresa que si se trata de un establecimiento filial; asimismo, dicha probabilidad será mayor cuanto mayor sea el tamaño de la empresa. El análisis logit permite cuantificar dicha probabilidad resolviendo la siguiente ecuación:

P/Q = 0,389 * 1,242 * 2,4822 * 2,280 * 0,542 * 1,779 * 2,5422 = 42,28

Donde:

El resultado obtenido (42,28) significa que la probabilidad de que una empresa valore como importante o muy importante la dotación del polígono es 42 veces mayor si reúne las características señaladas que si no las reúne. No hay que interpretar este valor de forma literal, sino como una indicación de que la probabilidad real de que una empresa valore para su localización la dotación de un polígono industrial es función de la probabilidad teórica, y que ésta depende de las variables seleccionadas por el modelo: conforme los coeficientes de las variables aumenten, lo hará la probabilidad teórica de que las empresas por ellas caracterizadas valoren positivamente la dotación de los polígonos en su decisión de localización, y también la probabilidad real de que sea así.

Los resultados son en parte coincidentes, pero en parte no, si en el análisis se utiliza la clasificación de actividades industriales basada en la fortaleza de la demanda (fuerte, media o débil). El nivel de satisfacción es ligeramente superior al anterior, pues incluye el 65,1 por ciento de los casos y clasifica correctamente el 64,6 por ciento.

Las variables que entran a formar parte del modelo en este caso son: el régimen de tenencia de la nave, el ser sede central, la fecha de instalación, el lugar de origen de la empresa, cuando se trata de un traslado, y la actividad industrial (coeficientes en el cuadro 6).

 

Cuadro 6
Valoración de la dotación del polígono mediante el análisis logit
(modelo 2: clasificación industrial según fortaleza de la demanda)
Variables explicativas
Categorías
Coeficientes

Régimen de tenencia

Nave en propiedad

0,793

Nave en otro régimen de tenencia

1,582

Sede central o filial

Sede central o empresa monoplanta

2,355

Fecha de instalación

Entre 1995 y 1999

2,410

Entre 2000 y 2002

1,400

Lugar de origen de la empresa trasladada

Primera corona sur

1,214

Resto primera corona

2,770

Corona periférica

0,427

Actividad industrial

Industrias de demanda media

3,834

Industrias de demanda débil

1,934

 

Constante

0,315

Fuente: Análisis logit, a partir de los resultados de la encuesta a empresas.

 

El régimen de tenencia de la nave y el ser sede central son variables que aparecen también en el modelo anterior, con valores no muy alejados de éstos, por lo que no es necesario ningún comentario adicional.

La inclusión de la fecha de alta sugiere que la dotación de los polígonos es más valorada en su localización por las empresas más modernas que por las registradas al principio del periodo de estudio. La explicación de este resultado no es sencilla, aunque podría estar relacionado con el ritmo de implantaciones –más intenso en el periodo de 1995 a 1999–, con las características de las empresas y con la relación entre la oferta y la demanda de espacios industriales con dotaciones adecuadas.

Nuevamente destaca el caso de las empresas que se han trasladado dentro de la propia zona de estudio, ya que el aprecio de la dotación del polígono industrial se relaciona positivamente con el área de procedencia de la empresa. Los resultados parecen indicar que la importancia de este factor locacional disminuye con la distancia al centro del domicilio anterior, pues son las empresas procedentes de la primera corona las que le conceden más importancia. La interpretación más razonable probablemente sea que la primera corona, por ser de antigua ocupación, presenta espacios industriales obsoletos y mal equipados por lo que uno de los factores que pesa en la decisión de las empresas, al trasladarse desde allí, es el disponer de espacios mejor acondicionados.

Finalmente, también hay variación en la importancia concedida a este factor según la rama industrial a la que pertenece la empresa. Las industrias de demanda media presentan un coeficiente sensiblemente más elevado que las de demanda débil, lo cual indica que valoran más la dotación del polígono[5]. Resulta coherente por tratarse de ramas de actividad más dinámicas y con más futuro, por lo que buscan entornos de mayor calidad en cuanto a las dotaciones que ofrecen.

Resumiendo, podría afirmarse que la probabilidad de que una empresa tenga en cuenta la dotación del polígono a la hora de fijar su emplazamiento es mayor si es propietaria de la nave que si está en alquiler, si se trata de la sede central de una empresa que si se trata de un establecimiento filial y si la empresa se ha trasladado desde la primera corona de la aglomeración urbana; asimismo, dicha probabilidad será menor cuanto más débil sea la demanda de los productos que elabora. La ecuación que permite cuantificar dicha probabilidad es la siguiente:

P/Q = 0,315 * 0,793 * 1,5822 * 2,355 * 2,41 * 1,42 * 1,214 * 2,772 * 0,4273 * 3,834 * 1,9342 = 72,324

Donde:

El resultado obtenido (72,324) significa que la probabilidad de que una empresa valore como importante o muy importante la dotación del polígono es 72 veces mayor si reúne las características señaladas que si no las reúne.

Conclusiones y consideraciones finales

En este artículo se ha analizado la relación entre determinados factores de competitividad industrial que operan a escala intrametropolitana (el precio y las dotaciones del suelo industrial) y las decisiones tomadas por las empresas sobre su emplazamiento. Se ha partido de una revisión teórica y metodológica, que ha confirmado el interés de la cuestión, lo que ha dado pie al estudio del caso de la ciudad de Zaragoza y de su entorno metropolitano. La aplicación de un análisis logit a los resultados de una encuesta a las empresas de la zona, ha permitido establecer una interesante relación entre éstos y ciertas características empresariales que, con las lógicas cautelas, pueden ser consideradas como las que tienen mayor influencia sobre la naturaleza de las respuestas. Son por ello resultados relevantes y coincidentes con otras investigaciones empíricas llevadas a cabo en entornos metropolitanos.

En relación con el precio del suelo, la encuesta indica claramente que se trata de un factor altamente valorado por las empresas, mostrando una propensión muy ligeramente superior las que son propietarias de la nave que ocupan y las que se han trasladado hacia la periferia de la aglomeración o establecido en ella su domicilio. De aquí se podría obtener una lección práctica concreta: si los municipios quieren ser más competitivos y atraer empresas industriales, en general, el suelo barato puede ser un buen incentivo, pero si se desea atraer a tipos determinados de empresas este factor no es adecuado. Quizá sea éste el sentido de las investigaciones empíricas que otorgan al precio del suelo (junto a otros factores de localización clásicos) un escaso valor como factor de localización actual: seguramente todas las empresas quieren suelo barato a la hora de establecerse dentro del área metropolitana, pero no buscan específicamente emplazamientos de suelo barato.

La dotación del polígono industrial se ha revelado también en las encuestas como un factor altamente valorado por las empresas, pero en este caso sí que el análisis logit ha identificado perfiles empresariales proclives a valorarlo más que otros, como se ha visto en el apartado anterior: empresas de tamaño medio, propietarias de sus naves, sedes centrales, de reciente instalación, trasladadas de las coronas interiores y dedicadas a actividades industriales de demanda media. Se trata, por tanto, de un factor más selectivo y, en consecuencia, se puede utilizar como elemento de atracción de empresas de determinadas características[6].

Notas

[1] A diferencia de otras grandes ciudades españolas, en Zaragoza no existe una delimitación oficial de área metropolitana, siendo la comarca la demarcación que más se aproxima a lo que en otras ciudades constituye el área metropolitana propiamente dicha.

[2] Se agrupan aquí otras fórmulas jurídicas poco frecuentes (corresponden sólo al 4 por ciento de las empresas de la muestra), que responden a una casuística variada.

[3] La distinción entre los tres municipios del eje sur o eje del Huerva y el resto de los que integran la primera corona se debe a que fueron pioneros en el desbordamiento industrial de la ciudad central y es un eje que hoy en día se encuentra bastante saturado.

[4] Recuérdese que las empresas de más de 30 empleados son una pequeña parte del total.

[5] Las empresas de demanda fuerte suponen un bajo porcentaje del total (el 12,5 por ciento)

[6] Los contenidos de este artículo se basan en el proyecto de investigación “Localización industrial y competitividad territorial en los municipios del área metropolitana de Zaragoza”, financiado por la Universidad de Zaragoza (España) en el marco del programa de apoyo a la investigación 2001, y en el proyecto BSO2003-07603-C08-04/CPSO, financiado por Ministerio de Educación y Ciencia de España, dentro del Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica, y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Los autores agradecen a dichas instituciones el apoyo recibido.

 

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© Copyright Ana Isabel Escalona Orcao, Eugenio Climent López, Belén Sánchez-Valverde García, Andrés Llanos Robles, 2007.
© Copyright Scripta Nova, 2007.

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