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Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIII, núm. 301, 10 de octubre de 2009
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

LAS URBANIZACIONES “EUROPEAS”. UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LAS NUEVAS SOCIEDADES DUALES EN EL MEDITERRÁNEO

Alejandro Mantecón
Departamento de Sociología I – Universidad de Alicante
alejandro.mantecon@ua.es

Raquel Huete
Departamento de Sociología I – Universidad de Alicante
r.huete@ua.es

Tomás Mazón
Departamento de Sociología I – Universidad de Alicante
tomas.mazon@ua.es

Recibido: 15 de enero de 2009. Devuelto para revisión: 23 de febrero de 2009. Aceptado: 26 de marzo de 2009.


Las urbanizaciones “europeas”. Una investigación sobre las nuevas sociedades duales en el Mediterráneo (Resumen)

La caracterización de los procesos de formación de sociedades duales en el contexto turístico - residencial mediterráneo español es el objeto del presente estudio. Se han seleccionado tres municipios en la provincia de Alicante (Castalla, San Fulgencio y Santa Pola) como casos de estudio en los que puede apreciarse esta dinámica de dualización espacial y social. La investigación está basada en el análisis de datos secundarios, tanto visuales como demográficos, y en datos cualitativos primarios. Se identifican tres tendencias: a) una dualización relativa a la función socioeconómica del espacio, dedicado bien a la producción bien al ocio, b) una dualización sociodemográfica que cristaliza en la sobre-representación de determinados grupos de edad, y c) una dualización sociocultural basada en la desigual distribución de determinadas nacionalidades. Las consecuencias de estos procesos trascienden la dimensión geográfica y se hacen patentes en la vida social, cultural y política de los municipios.

Palabras clave: sociedades duales, guetos, urbanizaciones, turismo residencial, migración internacional de retirados.

"European" housing estates. A research into the new dual societies on the Mediterranean coast (Abstract)

The aim of this study is to characterize the process of development of certain dual societies in the residential tourism areas of the Spanish Mediterranean. Castalla, San Fulgencio and Santa Pola, three towns in the province of Alicante where the dynamics of spatial and social dualization are particularly clear, have been chosen as case studies. The study is based on the analysis of secondary data, both visual and demographic, and primary qualitative data. Three trends have been identified: a) a dualization of the socio-economic role of space, which is devoted either to production or leisure, b) a socio-demographic dualization that crystallizes in the over-representation of certain age groups, and c) a socio-cultural dualization based on the unequal distribution of certain nationalities. The consequences of this process go far beyond the geographical dimension, and become patently obvious in the social, cultural and political life of these towns.

Key words: dual societies, ghettos, urbanizaciones, residential tourism, international retirement migration.

Introducción

El turismo residencial ha transformado la estructura física y social de las ciudades, pueblos y territorios mediterráneos. En concreto, aquí se hace referencia al proceso de modernización iniciado en España, y especialmente en sus costas mediterráneas, a principios de la década de 1960, cuyo leitmotiv más evidente ha sido la instrumentalización inmobiliaria de la actividad turística (Mazón, 2001; Vera y Marchena, 1996) y su plena incorporación al engranaje de la industria de la construcción por parte de elites políticas y económicas, productoras de suelo urbano, interesadas en hacer pasar por urbanización turística lo que muchas veces simplemente ha sido crecimiento de la edificación. De esta manera, al analizar el caso español algunos autores han preferido hablar de un triunfo del sector inmobiliario-turístico sobre el turístico stricto sensu (Bote et al., 1999). Este proceso ha cambiado sociedades basadas en modos de producción preindustriales y en sistemas de interacción comunitarios por nuevos sistemas sociales, propios de una etapa madura del capitalismo inmobiliario, que en este caso se caracterizan por asentar sus bases socioeconómicas sobre la actividad que rodea a la construcción, venta y acondicionamiento de las segundas residencias, por la intensificación, diversificación y flexibilización de los flujos turísticos y migratorios, por la drástica alteración de los espacios naturales y por la total modificación del entorno construido, expansivo en las periferias de los núcleos urbanos y transformador de los centros históricos.  

Más allá del turismo

La distinción dicotómica entre el espacio de la vida cotidiana y el de la vida turística no es útil para entender el significado del turismo residencial desde el punto de vista de quienes se trasladan. Los estilos de vida emergentes en las sociedades occidentales requieren la elaboración de esquemas más flexibles, orientados a situar las diferentes formas de movilidad en un continuo que va desde un extremo en el que se hallaría al exiliado político a otro en el que se encontraría al vacacionista hotelero más convencional (Hall y Müller, 2004; Urry, 2002; Williams y Hall, 2002). Entre ambos extremos se identifica una amplia gama de formas de movilidad y, en muchas de ellas, la distinción entre su carácter migratorio o turístico se torna borrosa. Los estudios realizados en las regiones turísticas mediterráneas revelan varios grupos sociales que en algún momento han sido etiquetados como representantes del turismo residencial.

El primero está integrado por los veraneantes, es decir, turistas que en el periodo vacacional se trasladan a un apartamento (prestado, alquilado o del que son propietarios) ubicado en un entorno donde disfrutan de un tiempo en el que la experiencia del ocio domina sobre las demás. Se hace alusión, esencialmente, a las familias españolas que cada verano hacen que la población de estas ciudades se multiplique por tres, cuatro o cinco (Callejo et al., 2004). No cabe duda de que la naturaleza de la estancia de estos veraneantes es turística del mismo modo que lo es la de quienes optan por alojarse en un hotel, un hostal o un camping.

En las próximas páginas la atención se centra en un segundo grupo mucho más heterogéneo. Tras estudiar las formas de vida de los jubilados británicos asentados en la Costa del Sol, Karen O’Reilly (2000, 2003, 2005 y 2007) identifica, por un lado, un grupo principal de migrantes retirados, que se subdividen en “permanentes”, “temporales” y “estacionales”, y, por otro lado, dos grupos muy reducidos de inmigrantes empresariales (propietarios de pequeños negocios que ofrecen diferentes servicios a los residentes norte-europeos) y de inmigrantes económicamente activos (casos poco frecuentes de individuos que realizan su trabajo desde la distancia o yendo y viniendo desde sus países a España). El grupo principal de los “inmigrantes retirados” acoge a una amplia variedad de casuísticas. De tal manera, si en el subgrupo de los “permanentes” se pueden observar rasgos más parecidos a los que se reconocen en los procesos migratorios que en los turísticos, en los subgrupos de “temporales” y “estacionales” puede ocurrir lo contrario[1]. Otra tipología reciente es la presentada por Raquel Huete (2008), quien considera que partir del análisis de los datos sobre el empadronamiento y sobre la tenencia de la vivienda es el mejor camino para lograr la representación de cómo el binomio turismo/migración se distribuye en la provincia de Alicante. Su propuesta permite establecer diferencias significativas considerando las motivaciones para el traslado y el estilo de vida. Tras asumir que el término “turista residencial” es el concepto en el que se engloba a estos ciudadanos europeos y la forma en la que mayoritariamente son percibidos por la población local (Mazón et al., 2006) identifica una variable que llama “tipo de turista residencial” cuyas categorías son las siguientes: residentes permanentes (aquellos extranjeros que poseen una vivienda en propiedad y están registrados en el Padrón Municipal de Habitantes), residentes temporales (aquellos extranjeros que se alojan en una vivienda que no es de su propiedad, la tienen en régimen de alquiler o multipropiedad o es de amigos o familiares, y están registrados en el Padrón Municipal de Habitantes), propietarios de vivienda secundaria (aquellos extranjeros que poseen una vivienda en propiedad sin estar empadronados) y turistas estacionales (aquellos extranjeros que ni poseen vivienda en propiedad ni están registrados en el Padrón Municipal de Habitantes). Los residentes, tanto “permanentes” como “temporales”, tienen en la búsqueda de una mejor calidad de vida el factor de motivación principal para el traslado, mientras que los turistas, propietarios de segunda residencia o no, son atraídos sobre todo por el clima.

Debe precisarse que los veraneantes no han de confundirse con los protagonistas de las distintas formas de movilidad vinculadas a las migraciones de retirados y procesos residenciales asociados[2]. Unos y otros se alojan en viviendas privadas, pero sus comportamientos y, principalmente, los significados que asignan a su experiencia residencial o de ocio difieren bastante. Los que aquí se han llamado veraneantes “construyen” en torno a su vivienda vacacional un espacio-tiempo transitorio que trata de romper con algunas de las rutinas básicas que caracterizan la vida cotidiana/laboral. Para los inmigrantes retirados la vivienda turístico-residencial no implica tanto una ruptura con la “normalidad” como la base de un intento por redefinir su cotidianeidad en un marco personal o familiar uni-, bi- o multi-residencial.

Perspectiva teórica: hablando de guetos y sociedades duales

En el transcurso de un estudio cuyo propósito general era entender qué significa el desarrollo turístico-residencial para los habitantes de los municipios en los que este proceso se ha manifestado más intensamente (Mantecón, 2008), resultó llamativo reconocer discursos que señalaban la existencia de “guetos” y “sociedades duales”. Con estas expresiones los entrevistados aludían a las comunidades de norte-europeos –habitualmente británicos– que se forman en las urbanizaciones localizadas en las periferias de los términos municipales. En las próximas líneas se precisan ambos conceptos para, en un segundo paso, constatar su existencia en la provincia de Alicante.

La introducción del término “gueto” al discurso sociológico se remonta a los años 20 y al contexto del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, especialmente al artículo de Louis Wirth “The Ghetto” (1927). Durante cinco siglos, hasta el primer tercio del siglo XX, la expresión hizo referencia a la institución urbana por medio de la cual las comunidades judías eran segregadas en asentamientos aislados del resto de la población. Wirth nos muestra cómo el gueto puede cobrar diferentes significados a partir de una interpretación del mismo desde una doble perspectiva ecológica y psicosocial: a) el término se utilizaría para explicar situaciones de aislamiento prolongado de una población respecto a las demás poblaciones que conforman la sociedad, donde un grupo minoritario es subordinado y socialmente controlado por un grupo mayoritario; b) el gueto también se articula como una estrategia o forma de tolerancia que sirve para establecer un modus vivendi entre grupos enfrentados; c) es también indicativo del modo por el que un grupo relativamente homogéneo y recién llegado logra expresar su singularidad cultural en un entorno que le es extraño; y d) asimismo, la expresión se vincula a los caminos casi invisibles que una comunidad cultural minoritaria recorre lentamente antes de fundirse con la sociedad en la que está inserta. Visto así, el gueto se relaciona con formas de vida comunitaria que abarcan desde los guetos judíos a las Little Sicilies, las Chinatowns o las Gold Coasts. Wirth presenta el término “gueto”, desde un punto de vista valorativo neutro, como un concepto sociológico polisémico.

Por su parte, el holandés Julius H. Boeke (1953) fue el inspirador del enfoque de la “sociedad dual”. Este investigador consideraba que cada una de las sociedades coloniales del sureste asiático estaba dividida en dos: una primera, urbana, industrial, capitalista, dirigida al mercado y a la exportación, que se distinguía de otra, rural, basada en el comercio a pequeña escala, en sistemas de intercambios precapitalistas y con una presencia más significativa de las creencias religiosas. La segunda sería un tipo de gemeinschaft de campesinos y artesanos sin alfabetizar, unidos por valores comunitarios tradicionales, sin apenas margen para la movilidad social y cuya actividad económica se supeditaba al autoconsumo necesario para la reproducción de la estructura social. El sistema de la sociedad dual enriquecería a las metrópolis europeas y reforzaría el empobrecimiento de las colonias. La tesis de la “sociedad dual” influye después en los campos de la Economía, la Sociología y la Geografía (por ejemplo Evers, 1980; Germain, 1997; o Lewis, 1955, 1988). En una línea interpretativa similar a la de Boeke, y para el contexto latinoamericano, Mitchell A. Seligson (1972) define las sociedades duales como aquellas en las que las diferencias económicas y de valores separan a la clase media de la clase baja y a los modernos vecindarios urbanos de las tradicionales y semi-feudales comunidades rurales. José A. Sotelo (2001) explica que en las sociedades duales es frecuente detectar estructuras territoriales también diferenciadas que justifican la alusión a una “geografía dual”. En ellas se hallan espacios polarizados a diversas escalas (inversiones institucionales, modos de vida, necesidades ciudadanas…) que generan desajustes en la relación población-recursos. La heterogeneidad y las diferencias sociales quedarían así representadas en el espacio.

Otra expresión familiar es la de “segregación”. Al respecto, Michael J. White (1983) aborda los procesos de segregación también desde un enfoque que aúna la perspectiva territorial con la social. La primera alude a la desigual distribución de los grupos sociales en el territorio y la segunda tiene que ver con la ausencia de relación entre esos grupos. El concepto de “segregación” está íntimamente ligado al de “gueto” y al de “sociedad dual” y en ocasiones se han utilizado indistintamente para hacer referencia a realidades muy similares.

Sociedades duales y urbanizaciones turísticas

La hipótesis que relaciona la proliferación de urbanizaciones turísticas en las costas mediterráneas con los procesos de dualización social no es nueva. De hecho, la preocupación por el desarrollo de estos procesos se remonta a los propios orígenes del fenómeno turístico-residencial. En 1972 Rafael Nasarre escribía: “a lo largo de más de una década, España ha contemplado cómo no sólo sus núcleos tradicionales, sus ciudades de siempre, han visto aumentar su superficie urbana e incrementado sus servicios de infraestructura, sino que, separados de aquellos, fuera de sus zonas de ensanche, han ido apareciendo nuevos núcleos o urbanizaciones particulares que no tienen ningún nexo de unión con el núcleo principal, como no sea el de pertenecer al mismo municipio y el de estar bajo la jurisdicción del mismo Ayuntamiento. Tales núcleos han aparecido principalmente en zonas de nuestro litoral, calificadas –sin duda, a consecuencia de ello- de turísticas” (1972: 24). A partir del  trabajo de Nasarre y de su propia investigación en el municipio de Mijas, en 1979 Francisco Jurdao sistematiza nueve rasgos característicos de las nuevas urbanizaciones: 1) se trata de nuevos núcleos urbanos, 2) no están conectados con el núcleo tradicional, 3) el único lazo que une el nuevo espacio con el viejo es estar bajo el control administrativo del mismo Ayuntamiento, 4) la mayoría de los habitantes de las nuevas urbanizaciones son propietarios de los inmuebles, 5) el mayor porcentaje de propietarios es extranjero, 6) es una población heterogénea y no permanente, 7) a lo que se une el hecho de existir frecuentes transacciones de propiedad, 8) todo ello dificulta la vida comunitaria, 9) finalmente, la renta de lo habitantes en los nuevos núcleos es más alta que la del resto de residentes en el término municipal. No obstante, el intenso proceso de urbanización que ha tenido lugar en la franja litoral durante los últimos años ha provocado que muchos de los enclaves originalmente segregados hayan terminado por unirse a los núcleos tradicionales de los municipios.

Las sociedades duales van a entenderse en este artículo como aquellas en las que coexisten al menos dos órdenes sociales que pueden diferenciarse. Éstos compartirán un mismo espacio sociopolítico, pero el análisis de su localización y estilos de vida (valores, intereses, necesidades y comportamientos) permitirá distinguir dos pautas ciudadanas de movilidad y residencia, determinadas por variables básicas como la nacionalidad, el idioma, la concentración espacial o las redes sociales. El objetivo de este estudio es poner de manifiesto algunas características concretas que actualmente muestran la existencia de procesos tendentes a la formación de sociedades duales en contextos urbanos municipales ubicados en la región mediterránea española conocida como “Costa Blanca”, en la provincia de Alicante.

Planteamiento metodológico

El diseño del estudio fue planteado desde un enfoque metodológico capaz de integrar aspectos territoriales y sociológicos. En este sentido, se siguió la recomendación de Wirth, antes apuntada, de acercarse al análisis de las comunidades urbanas desde una doble perspectiva ecológica y psicosocial. El trabajo quedó ordenado en las siguientes fases:

1º) En primer lugar se configuró el caso de estudio. Se procedió a la selección de tres municipios alicantinos que dieran forma a un caso múltiple con valor instrumental, es decir, capaz de ilustrar las características de las sociedades duales en el Mediterráneo. La representatividad de este caso no es estadística sino analítica pues, en lugar de permitir generalizaciones sobre una población o universo más amplio, lo que hace es enfrentar los hallazgos encontrados con unos supuestos teóricos (el reconocimiento de las mencionadas sociedades duales). El análisis de los datos del Padrón Municipal por secciones censales y las experiencias investigadoras previas en la provincia de Alicante (Huber, 2001; Huete, 2008) llevaron a identificar en los términos municipales de Castalla, San Fulgencio y Santa Pola tres casos excepcionales en los que, a priori, podrían apreciarse de manera agudizada algunas tendencias más o menos desarrolladas en el contexto más amplio de la región turística en la que se localizan. Cada uno de estos municipios se halla en tres espacios diferentes con respecto de la costa: interior (Castalla), prelitoral (San Fulgencio) y litoral (Santa Pola), lo que remarca el alcance de las tendencias duales objeto de estudio en las regiones turísticas mediterráneas.

 

Figura 1. Términos municipales de Castalla, San Fulgencio y Santa Pola en la provincia de Alicante.
Fuente: elaboración propia.

 

2º) A continuación se procedió a recopilar los datos necesarios para cumplir el objetivo propuesto. Desde el punto de vista territorial se buscaron datos visuales, específicamente fotografías aéreas, que permitieran constatar la existencia de dos espacios urbanos claramente diferenciados en cada uno de los tres municipios seleccionados.

3º) Seguidamente se revisaron fuentes de datos secundarios, principalmente estadísticas de los padrones municipales con las que probar la característica composición sociodemográfica de esos espacios urbanos.

4º) Finalmente, se llevó a cabo una investigación etnográfica entre los meses de abril y junio de 2008 ante la necesidad de obtener datos primarios que ayudasen a comprender las dinámicas sociales duales existentes en esos espacios. Durante esta fase se completó un trabajo continuado de observación directa sobre los espacios urbanos que constituyen el caso de estudio. Se entró en contacto con sus habitantes, con quienes se mantuvieron conversaciones informales, y con informantes clave, a los que se realizó entrevistas en profundidad. De este modo, se consiguieron registrar elementos objetivos básicos de la realidad social y, también, aspectos subjetivos acerca del punto de vista de los residentes. A través de este trabajo fue posible obtener una descripción de la vida cotidiana de la comunidad.

Resultados

A continuación se presentan los resultados obtenidos para cada uno de los municipios que conforman el caso de estudio.

Castalla

El municipio de Castalla está situado en el interior de la provincia de Alicante, a 36 kilómetros de la capital. En las últimas dos décadas la evolución de su población ha pasado por dos momentos muy diferentes. En el año 1986 contaba con 7.045 habitantes, situándose diez años después, 1996, en 7.631, es decir, con un crecimiento del 8,4% en esta década. A lo largo del último decenio Castalla ha registrado un incremento demográfico mucho mayor, alcanzando, en 2007, los 9.673 habitantes, un crecimiento del 26,7%. La economía de Castalla se basa en la industria del juguete, los materiales de construcción, el mueble y la metalurgia en frío, además de la agricultura de secano. La presencia de actividad turística ha sido prácticamente nula hasta hace pocos años. Es a partir de la construcción de una vía rápida de comunicación con la capital de la provincia cuando se favorece el desarrollo residencial de la zona. Así, desde 2004 hasta la actualidad se construye a 5 kilómetros de distancia del núcleo urbano tradicional una macrourbanización llamada “Castalla Internacional” en la que se promociona la venta de villas, chalets y adosados en un espacio natural rodeado de montañas. Este desarrollo turístico-inmobiliario ha propiciado el asentamiento de una nueva población, sobre todo jubilados y prejubilados procedentes de la Unión Europea. De esta forma, la relación entre la población europea y la población española ha pasado de ser prácticamente nula -apenas llegaba al 1% en 2003- a tener una cierta significación: en 2007 reside en Castalla un 10,5% de europeos sobre el total de la población (cuadro 1).

 

Cuadro 1.
Evolución de la población de nacionalidad europea y su relación con la población total en Castalla

Años

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

23

28

53

85

223

566

794

1.014

0,3%

0,5%

0,7%

1,0%

2,6%

6,3%

7,3%

10,5%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Figura 2. Fotografía aérea del término municipal de Castalla. Año 2006.
Fuente: Geonet Territorial, S.A.

 

La primera impresión que recibe el visitante al llegar a la urbanización “Castalla Internacional” es la de una ausencia casi absoluta de todos los elementos que caracterizan la vida social urbana: comercios, cafeterías, bares, oficinas, etc. Asimismo, ese vacío, adornado por los carteles de viviendas en venta escritos exclusivamente en inglés, no ha sido sustituido por parques, jardines o centros recreativos al aire libre. El paisaje urbano solamente se compone de filas de adosados y, conforme se aproxima el final de la macrourbanización, un sin fin de solares decorados con las habituales grúas que hacen presagiar la inminente edificación. Al respecto, hay que señalar que las construcciones previstas contrastan con el gran número de anuncios que indirectamente advierten del excedente de oferta inmobiliaria. Lo que eufemísticamente podríamos llamar área comercial se concreta en una manzana donde, exactamente, se encuentra un bar, un kiosco que hace las veces de tienda de ultramarinos, una oficina de la Caja de Ahorros del Mediterráneo y una aseguradora. Resulta de interés indicar que uno de los entrevistados empleado de la Caja de Ahorros señaló el problema que supone la despreocupación que manifiestan los ciudadanos británicos, potenciales compradores de un inmueble, tras ser advertidos de que algunas de las edificaciones no tengan una situación jurídica totalmente legal.

 

Figura 3. Urbanización “Castalla Internacional” con las montañas al fondo.
Fuente: Raquel Huete.

 

En el momento en el que se realiza el trabajo de campo no hay un centro de servicio médico o asistencial. Sin embargo, sí hay proyectada la construcción de un colegio bilingüe privado (español-inglés) en las proximidades de esta urbanización. Aunque las estadísticas del Padrón a las que se ha podido acceder solamente discriminan a la población residente por continentes de procedencia, la información cualitativa recopilada durante la investigación etnográfica ha permitido profundizar en las realidades que conforman estos espacios. Castalla está dividida a efectos estadísticos en dos secciones censales: una corresponde al núcleo urbano y la otra a las viviendas dispersas. Consideramos que la mayoría de viviendas dispersas que no son viviendas secundarias pertenecen a la urbanización. Así, la lectura de los cuadros 2 y 3 permite observar que el 63,27% de los extranjeros empadronados en el municipio (889) residen en la sección censal a la que pertenece “Castalla Internacional”, donde, por otro lado, solo habitan el 16,38% de los españoles (1.354).

 

Cuadro 2.
Castalla: datos poblacionales del núcleo urbano tradicional
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

1276

1175

101

31

21

48

1

0

16-64 años

4989

4591

398

111

115

157

15

0

65 ó más

1165

1148

17

15

0

2

0

0

Total

7430

6914

516

157

136

207

16

0

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Cuadro 3.
Castalla Internacional: datos poblacionales de la nueva periferia
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

288

227

61

53

4

2

2

0

16-64 años

1654

1001

653

629

7

15

2

0

65 ó más

301

126

175

175

0

0

0

0

Total

2243

1354

889

857

11

17

4

0

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Ahora bien, la composición sociodemográfica del componente de extranjeros que se localiza en el centro tradicional es muy diferente del que lo hace en la macrourbanización de la periferia. Como se aprecia, los 516 extranjeros del núcleo urbano se reparten en un 30,43% de europeos (157), un 26,36% de africanos (136), un 40,12% de americanos (207) y un 3,1% de asiáticos (16). Bajo esta distribución puede reconocerse un espacio articulado en torno a una función productiva en la que desempeña un papel protagonista la población latinoamericana. Por su parte, el 96,4% de los extranjeros registrados en “Castalla Internacional” son europeos. Aquí, en cambio, el espacio se ordena en torno a una función mucho más cercana al ocio que a la producción. En este caso, se reconoce un proceso crucial de inmigración residencial de británicos jubilados o en edades próximas a la jubilación. Esta tesis queda reforzada si se tiene en cuenta que solo el 1% de las personas de más de 65 años residentes en el centro tradicional son extranjeros (17), mientras que este porcentaje en la urbanización de la periferia es del 58% (175).

Es probable que el desglose de los grupos de edad quinquenales revelase que la mayor parte del grupo de los 629 europeos de entre 16 y 64 años localizados en “Castalla Internacional” tienen más de 50 años. Una investigación futura podría corroborar las informaciones facilitadas por los entrevistados sobre lo habitual de las situaciones de prejubilación o de “preparación del terreno” para la cercana jubilación. Esta hipótesis igualmente serviría para explicar por qué en la macrourbanización hay un porcentaje de población en edad activa del 73,74% frente al 67,15% de la vieja Castalla (ver cuadro 4). Una hipótesis alternativa apuntaría la existencia de un flujo significativo de migración británica empresarial, aunque no parece muy factible.

 

Cuadro 4.
Comparación por grupos de edad en Castalla
 

Núcleo

Urbanización de la periferia

Porcentaje de 0-15 años

17,17%

12,84%

Porcentaje de 16-64 años

67,15%

73,74%

Porcentaje de 65 ó más

15,68%

13,42%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Hay una tercera hipótesis, elaborada tras la aplicación de las entrevistas en profundidad, según la cual la práctica totalidad de los residentes extranjeros de la urbanización periférica son británicos retirados de más de 50 años, no obstante habría un grupo importante de británicos de mediana edad que trabajan en su país y residen durante periodos vacacionales más o menos ocasionales en su vivienda de “Castalla Internacional”. Estas personas percibirían como una ventaja fiscal el hecho de empadronarse en Castalla. Se produciría de esa manera cierto trasiego habitual de británicos con al menos dos dinámicas definidas: por un lado, la de aquellos que residiendo la mayor parte del año en España, durante el verano retornan al Reino Unido huyendo del ascenso de las temperaturas, y, por otro lado, la de aquellos británicos que aprovechan determinadas fiestas y vacaciones para pasar unos días al sol. Aunque la variedad de casuísticas es considerable, se puede acordar que, para el caso de Castalla, el primero de los grupos citados se esfuerza por integrarse. Son personas que se hipotecan para comprar su casita o adosado y que cobran sus pensiones en la oficina de la Caja de Ahorros, intentan aprender español y participar en las fiestas que organiza el ayuntamiento, pero no llegan a adaptarse a los ritmos sociales españoles y prefieren mantener los horarios y costumbres británicas. Las entrevistas realizadas también nos informan de que los 1.354 españoles que residen en la sección censal tienden a localizarse en las viviendas dispersas o incluso en las zonas periféricas de la macrourbanización, reservando el centro de la misma a los británicos. Para la mayoría de estos ciudadanos la urbanización cumple la función de ciudad dormitorio puesto que desarrollan su vida cotidiana bien en el centro urbano de Castalla o bien en municipios cercanos como Alcoy o la propia capital alicantina.

San Fulgencio

San Fulgencio es un municipio localizado en el sur de la provincia de Alicante. Aunque el término municipal no tiene costa se encuentra en una zona prelitoral muy próxima al mar, como puede apreciarse en la fotografía (figura 4). La localidad contaba en 1986 con 1.565 habitantes, sufriendo en la década siguiente un notable crecimiento, al alcanzarse en 1996 los 2.888 habitantes. Pero es en los últimos años cuando San Fulgencio da un salto demográfico, ya que en 2007 su población censada se sitúa en los 10.583 habitantes (Padrón Municipal 2007).

 

Cuadro 5.
Evolución de la población de nacionalidad europea y su relación con la población total en San Fulgencio

Años

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

1.322

1.652

2.224

3.065

3.937

5.379

6.746

7.640

36%

40%

46%

54%

59%

66%

70%

72%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Al igual que Castalla, este municipio carece de tradición turística. La agricultura ha sido durante décadas la actividad económica más representativa de la comarca de la Vega Baja del Segura, donde se encuentra San Fulgencio. La agricultura dedicada principalmente al cultivo de cítricos y, en menor medida, algodón, maíz y patatas, ha dejado de ser la principal fuente de riqueza que, hoy, gira en torno a las actividades económicas ligadas al sector de la construcción. En los años 90 se construyen a 3 kilómetros del núcleo urbano tradicional dos macrourbanizaciones yuxtapuestas llamadas “El Paraíso” y “El Oasis”, en las que también se promociona la venta de casitas y adosados en un espacio que es presentado como un paraje natural. La verdad es que semejantes etiquetas mercadotécnicas además de anular cualquier vinculación cultural de las urbanizaciones con España, la Comunidad Valenciana o la provincia de Alicante, propician la construcción psicosocial de una imagen en la que resultan patentes las connotaciones de aislamiento respecto al entorno más amplio en el que están ubicadas[3]. No obstante, hay una confusión generalizada sobre el nombre de la zona. Así, el topónimo “La Marina”, popularizado en los últimos tiempos, englobaría estas urbanizaciones y también la zona de la costa que pertenece a los términos municipales de Elche y Guardamar; de tal modo que la mayoría de los habitantes de la zona se refieren a su lugar de residencia con ese nombre.

La dinámica de San Fulgencio es verdaderamente espectacular en todas sus dimensiones. Desde un punto de vista territorial la fotografía aérea (figura 4) muestra como la nueva periferia creada por las urbanizaciones citadas es diez veces más grande que el núcleo urbano tradicional. En la actualidad el 75,89% de los residentes empadronados es de nacionalidad extranjera. Éste es el porcentaje municipal más alto de España y uno de los más elevados de la Unión Europea. El inglés es la lengua más hablada, al ser de origen británico más de la mitad de los habitantes.

 

Figura 4. Fotografía aérea del término municipal de San Fulgencio. Año 2006.
Fuente: Geonet Territorial, S.A.

 

La vida social de “El Oasis” y “El Paraíso” se organiza en torno a una oferta abundante de bares y restaurantes, tres grandes supermercados, dos supermercados pequeños especializados en productos de consumo habitual en el Reino Unido pero difíciles de encontrar en España, varias carnicerías y pastelerías típicas británicas, tres peluquerías, dos clínicas veterinarias, seis oficinas bancarias, una asesoría y un consultorio médico público en el que trabajan dos médicos y un enfermero (uno de los médicos habla inglés). Todo este entramado está adornado por carteles publicitarios en los que domina de forma abrumadora la lengua inglesa.

 

Figura 5. Carteles en el centro comercial de “La Marina”.
Fuente: Raquel Huete.

 

El 95,18% de los extranjeros que residen el municipio (7.644) lo hacen en las macrourbanizaciones de la nueva periferia. De ellos, el 97,8% son europeos (7.476). Por su parte, el 4,82% de los extranjeros ubicados en el centro tradicional (387) se divide entre un 42,37% de europeos (164), un 44,44% de africanos (172) y un 13,18% de americanos (51). Además, el 6,22% de las personas de más de 65 años residentes en el centro tradicional son extranjeros (23), mientras que este porcentaje en las urbanizaciones de la periferia alcanza el 92,31% (2.497, de los cuales 2.492 son europeos). La dicotomía entre un espacio orientado por una función productiva frente a otro orientado por una función de ocio parece volver a repetirse. Sin embargo, aquí la realidad es más compleja. Las hipótesis que se apuntaron a propósito de la situación de Castalla también son aplicables a San Fulgencio (población prejubilada mayor de 50 años y visitantes propietarios que se empadronan).

 

Cuadro 6.
San Fulgencio: datos poblacionales del núcleo urbano tradicional
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

319

239

80

14

56

10

0

0

16-64 años

1185

901

284

128

115

41

0

0

65 ó más

370

347

23

22

1

0

0

0

Total

1874

1487

387

164

172

51

0

0

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Cuadro 7.
El Paraíso y El Oasis: datos poblacionales de la nueva periferia
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

711

149

562

537

21

2

2

0

16-64 años

5293

708

4585

4447

68

44

26

0

65 ó más

2705

208

2497

2492

1

3

0

1

Total

8709

1065

7644

7476

90

49

28

1

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

El cuadro 8 nos informa de una población de las urbanizaciones más envejecida que la del centro urbano. Pero esas hipótesis dejan sin explicar el hecho de que en las urbanizaciones de San Fulgencio se hallen empadronados nada menos que 537 europeos menores de 16 años. Inevitablemente, la respuesta es que en “El Oasis” y “El Paraíso” de este singular municipio se hallan perfectamente instalados un número importante de núcleos familiares de origen británico y, también, de alemanes. 

 

Cuadro 8.
Comparación por grupos de edad en San Fulgencio
 

Núcleo

Urbanización de la periferia

Porcentaje de 0-15 años

17,02%

8,16%

Porcentaje de 16-64 años

63,23%

60,78%

Porcentaje de 65 ó más

19,74%

31,06%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

El trabajo cualitativo añade algunas cuestiones significativas relativas a posibles problemas de integración social. La oficina de turismo hace en las urbanizaciones las funciones de una oficina municipal de atención general a las más diversas quejas y problemas de los ciudadanos. La información recogida por medio de las entrevistas con el personal que trabaja en ellas resultó muy valiosa. Algunos asuntos esenciales son los siguientes:

a) el ayuntamiento organiza cursos para aprender español, pero muy pocos extranjeros se apuntan y asisten de forma regular;
b) los niños pequeños no tienen demasiadas dificultades para adaptarse a los colegios españoles y aprenden el idioma rápidamente, sin embargo a los adolescentes recién llegados les resulta complicado;
c) se aprecia que especialmente para las familias jóvenes la decisión de realizar el traslado residencial a San Fulgencio no es el resultado de un proceso reflexivo muy meditado y, en muchos casos, se trata de personas con escasa formación que no han dispuesto de las referencias necesarias para decidir correctamente. El resultado es que la adaptación no se produce y regresan al país de origen.    

Santa Pola

Santa Pola es un municipio costero ubicado al sur de la ciudad de Alicante que, al contrario de los dos anteriores, posee una tradición turística reconocida cuyo origen más evidente se remonta a la década de 1960, cuando propietarios ilicitanos y del Vinalopó Medio, beneficiados por el crecimiento de la empresa del calzado, promueven un intenso proceso de construcción de segundas residencias en la franja litoral que da por finalizada la etapa de veraneo anterior asociada a las antiguas barracas (Vera, 1987).

La economía de Santa Pola ha estado históricamente determinada por la presencia de unas salinas que se localizan en la zona húmeda adosada al abanico aluvial del río Vinalopó, conocida como la Albufera de Elche-Santa Pola. Es a finales del siglo XIX cuando se instalan las primeras explotaciones salineras en la zona. Con el tiempo llegarían a ocupar casi la mitad de la superficie albufereña. Este espacio fue declarado por la Generalitat Valenciana como Paraje natural, según Decreto 190/1988 de 12 de diciembre (GOGV número 992 de 26 de enero de 1989). También ha desempeñado un papel crucial su flota pesquera que, en la actualidad, se encuentra en plena fase de retroceso. En el año 1972 contaba con un total de 155 buques que desplazaban 11.757 TRB, mientras que en el año 1996 se dispone de 98 barcos que desplazan 6.109 TRB.

 

Cuadro 9.
Evolución de la población de nacionalidad europea y su relación con la población total en Santa Pola

Años

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

1.613

712

1.085

1.652

2.145

3.456

4.541

5.444

9%

4%

5%

7%

9%

14%

17%

19%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

En los últimos veinte años la población de Santa Pola ha pasado de 13.208 habitantes en 1986 a 17.099 en 1996, hasta llegar en 2007 a los 29.221 (Padrón municipal, 2007). Su dinámica urbanística es sintomática de lo ocurrido en la mayoría de los municipios turístico-residenciales del litoral alicantino: la consolidación de un modelo territorial basado en la expansión lineal y paralela a las playas a partir de la continuación del centro urbano (Navalón, 1995; Vera, 1987). Al mismo tiempo, conforme se expande el territorio al que llega el suministro de agua potable, surgirán a finales de los 60 y durante los años 70 asentamientos de segundas residencias alejados del centro: el Plan Parcial de “Gran Alacant” se aprueba en 1975 y hace referencia al conjunto de urbanizaciones que se construyen en la ladera del cabo, a 2,5 kilómetros del núcleo tradicional.

 

Figura 6. Fotografía aérea del término municipal de Santa Pola. Año 2006.
Fuente: Geonet Territorial, S.A.

 

En “Gran Alacant” se repite una vez más la misma lógica de producción de suelo urbano destinado a la construcción y venta de chalets y adosados, aquí integrados en conjuntos independientes equipados con piscinas, pistas de tenis, etc. que inicialmente se ofertan como espacios para disfrutar del ocio turístico. En este caso la vida social es hoy bastante más animada y cosmopolita que en los otros dos municipios comentados, pues no es difícil hallar lugares transitados indistintamente por españoles y norte-europeos. A propósito de este punto, se tomaron como objeto de observación sistemática las dos avenidas principales de “Gran Alacant” y se contabilizó un 40% de carteles publicitarios escritos en español frente a un 60% redactado en inglés.

 

Figura 7. La configuración urbana de “Gran Alacant” con espacios vacíos entre los conjuntos residenciales favorece el aislamiento.
Fuente: Raquel Huete.

 

La situación de Santa Pola es menos espectacular que la de San Fulgencio, sobre todo porque hay un mayor porcentaje de europeos en el núcleo urbano tradicional, pero ofrece algunas características comunes a los dos municipios anteriores. En todo caso, se aprecia que solo el 14,42% de los españoles empadronados residen en “Gran Alacant”.

 

Cuadro 10.
Santa Pola: datos poblacionales del núcleo urbano tradicional
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

3668

3258

410

279

16

104

11

0

16-64 años

16014

13027

2987

2106

165

626

90

0

65 ó más

3756

2982

774

748

2

23

1

0

Total

23438

19267

4171

3133

183

753

102

0

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Cuadro 11.
Gran Alacant: datos poblacionales de la nueva periferia
 

Total

Total Españoles

Total Extranjeros

Europa

África

América

Asia

Oceanía

0-15 años

705

530

175

146

8

17

4

0

16-64 años

4130

2334

1796

1607

33

120

36

0

65 ó más

948

383

565

558

0

5

2

0

Total

5783

3247

2536

2311

41

142

42

0

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

El 20,61% de las personas de más de 65 años residentes en el centro tradicional son extranjeros (774, de las cuales 748 son europeas), mientras que este porcentaje en las urbanizaciones de la periferia casi se multiplica por tres para dar un porcentaje del 59,6% (565, de los cuales 558 son europeos). Para este grupo de edad, que es el que concentra el mayor contingente de inmigración residencial, los españoles son cuatro veces más numerosos que los europeos en el núcleo tradicional (2.982 frente a 748), mientras que en “Gran Alacant” hay más europeos de más de 65 años que españoles (558 frente a 383), lo que vuelve a poner de relieve, aunque de un modo considerablemente menos acusado que en Castalla y San Fulgencio, la especialización funcional de la macrourbanización.

 

Cuadro 12.
Comparación por grupos de edad en Santa Pola
 

Núcleo

Urbanización de la periferia

Porcentaje de 0-15 años

15,65%

12,19%

Porcentaje de 16-64 años

68,32%

71,42%

Porcentaje de 65 ó más

16,03%

16,39%

Fuente: elaboración propia a partir de las Estadísticas del Padrón con fecha 1-1-2007.

 

Discusión

A lo largo de las últimas dos décadas se ha podido apreciar en las regiones turísticas del Mediterráneo un incremento de los tipos de desplazamientos que, más allá de los flujos turísticos tradicionales, se vinculan a nuevos estilos de vida y estrategias residenciales relacionadas en primer lugar con las funciones del ocio. La intensificación de estos nuevos procesos sociales de alcance nacional e internacional ha corrido pareja en las sociedades receptoras de las regiones mediterráneas españolas con el crecimiento de un negocio inmobiliario que se sustenta en una serie de operaciones, repetidas una y otra vez, destinadas a transformar el suelo rústico en suelo urbano mediante la aprobación de planes parciales o mediante las conocidas políticas de “hechos consumados”. En este contexto, y desde el laboratorio sociológico que constituye la provincia de Alicante, se han constatado cambios sociales que han seguido una lógica muy similar en muchas otras regiones del mundo mediterráneo, principalmente en su ribera norte.

En referencia al caso de la migración de jubilados europeos a las costas mediterráneas españolas, distintos estudios (King et al. 2000; Timothy, 2002) han llamado la atención sobre una serie de cuestiones relacionadas con la distribución socioespacial de estos ciudadanos. Primero, el idioma del principal grupo inmigrante domina en muchos casos el marco lingüístico local debido, entre otras razones, al escaso interés por aprender español de los nuevos residentes porque, en realidad, tampoco les resulta necesario en su vida cotidiana en España. De hecho, en los enclaves británicos y alemanes estas personas pueden acceder con frecuencia a servicios facilitados en inglés y alemán o con asistencia de intérprete, incluida la asistencia sanitaria. Segundo, estas personas tienden a vivir en urbanizaciones en las que la mayoría de los vecinos son de su misma nacionalidad, preservando así la lengua y la identidad nacional. Finalmente, la intensa presencia de extranjeros conforma un paisaje cultural distintivo del de la sociedad receptora: la proliferación de pubs, restaurantes, tiendas de comestibles, supermercados y servicios de asistencia técnica trasmiten la sensación de estar en el Reino Unido o en Alemania, dando lugar a una aparente sociedad paralela.

Estas comunidades se asientan en macrourbanizaciones situadas en la periferia del centro urbano o, como se ha visto, en nuevos núcleos urbanos físicamente aislados del centro urbano tradicional. En este sentido, la investigación muestra que hay tanta o más población residente en las afueras como en el núcleo, siendo éste mayoritariamente poblado por españoles e inmigrantes laborales (y en el caso de los municipios costeros por los turistas tradicionales) y el exterior por inmigrantes retirados norte-europeos. La complejidad de casuísticas provoca pautas de interacción entre españoles y norte-europeos que van desde un extremo que consistiría en la total inmersión de una minoría que incluso participa en la vida política municipal y aprende a relacionarse en castellano e incluso en valenciano, hasta el extremo opuesto, más habitual, reflejado en las colonias de pseudoturistas extranjeros asentados en las urbanizaciones, que algunos han llamado guetos, en las que se articulan tipos singulares de lo que más arriba se han definido como sociedades duales. La controversia en torno a si se ha de utilizar la expresión gueto para nombrar a estas urbanizaciones aparece en el debate académico en el que se recogen posturas contraria a su uso (King et al. 2000: 150) pero es una palabra utilizada habitualmente por los ciudadanos en el contexto de esta investigación, especialmente por aquellos entrevistados que se declaran más a favor de la integración del colectivo extranjero en la sociedad española.

La irregular lógica residencial de los protagonistas de estos flujos de personas, a medio camino entre el turismo y la migración residencial, provoca confusiones. Los inquilinos de las “viviendas secundarias” (muchas de las cuales acaban por convertirse en principales, conforme su propietario evoluciona desde un estatus de turista a otro que se ajusta mejor al de inmigrante) responden a un perfil sociológico un tanto peculiar que complica la gestión administrativa del uso y mantenimiento de los recursos públicos. Las diferencias socioeconómicas y culturales y, sobre todo, la barrera idiomática en ocasiones genera procesos tendentes a la creación de sociedades duales organizadas en torno a comunidades cerradas y casi autosuficientes de residentes norte-europeos, con unas relaciones intracomunitarias más o menos intensas y unas relaciones intercomunitarias con los españoles bastante pobres (Izquierdo y Martínez, 2001; O’Reilly, 2007; Simó y Herzog, 2005).  

Todo este proceso queda enmarcado en una situación de subregistro administrativo, lo que supone un problema grave, pues se desconocen las cifras reales de residentes. Entonces, las autoridades municipales no pueden justificar debidamente el coste de la implantación de más recursos humanos e infraestructuras que garanticen el suministro de la electricidad y el agua, la recogida de basuras, etc. El hecho de que muchos de estos residentes vivan en urbanizaciones desperdigadas por las periferias municipales complica aún más la aplicación práctica de estos servicios básicos, ya no sólo por cuestiones logísticas evidentes sino porque las necesidades de los habitantes de las urbanizaciones se diferencian ligeramente de las que tienen los vecinos del casco urbano tradicional, cuestión que, por otro lado, puede llegar a plantear dilemas sociopolíticos si se tiene en cuenta que los ciudadanos de la Unión Europea pueden participar en las elecciones municipales[4]. Estos posibles problemas están ligados a temas muy trajinados desde el ámbito de los estudios urbanos. David Harvey (1973) explicó algunas de estas cuestiones hace casi cuatro décadas, cuando analizaba las dificultades de gestión de una ciudad en contextos en los que los diferentes grupos sociales que la habitan reconocen espacios de acción distintos, a los que dotan de significados y funciones a veces enfrentadas, dando lugar a un escenario en el que no hay acuerdo en cuanto a las “reglas del juego”. El argumento de Harvey deriva hacia un asunto de interés para este trabajo. Explica el autor que en condiciones sociales de cierto aislamiento pueden encontrarse subpoblaciones especializadas con conocimientos pertinentes para un determinado tipo de ambiente urbano (piénsese aquí en las referidas urbanizaciones). Esos conocimientos no dependen sólo del ambiente, pues el capital de los residentes desempeña un papel clave, pero aquellas personas cuyo capital acumulado no alcance determinados niveles se verán incapaces de hacer un uso activo del espacio y de manejarlo como un recurso, lo que probablemente provoque que se vean atrapados en sus límites.

La investigación realizada documenta un proceso de dualización espacial ligado a otro de dualización social. Este último se articula mediante al menos tres tendencias: a) una dualización relativa a la función socioeconómica del espacio, que es orientado dicotómicamente hacia las funciones de ocio o bien hacia las funciones productivas, b) una dualización sociodemográfica que cristaliza en la sobre-representación de determinados grupos de edad en cada uno de los espacios considerados, y c) una dualización sociocultural basada en la desigual distribución de las personas de unas determinadas nacionalidades. Esta última tendencia sugiere a su vez nuevas líneas de investigación relacionadas con el análisis tanto de los procesos endógenos de agrupación voluntaria como de los procesos externos de producción y fragmentación del espacio, o, también, del estudio de los “caminos casi invisibles” de los que hablaba Wirth para referirse a los mecanismos formales e informales de interacción entre los distintos grupos.

 

Notas

[1] El grupo más numeroso, el de los “inmigrantes retirados internacionales”, tiene ciertas similitudes, sobre todo en el plano de las motivaciones para el traslado, con los retirados españoles que se desplazan desde las regiones del interior y del norte de España hacia las provincias mediterráneas.

[2] Otra expresión importante es international counter-urbanization, que hace clara referencia a los traslados de población desde las ciudades norte europeas a los enclaves turísticos localizados en las islas y costas del sur de Europa (Leontidou y Marmaras, 2001). La “contraurbanización” se define como el traslado de población y actividades económicas desde entornos urbanos a otros rurales, y se opone al tradicional concepto de “urbanización”. La literatura sobre este tema indica que los protagonistas de la “contraurbanización” son una variada amalgama social en la que es frecuente encontrar un grupo principal de jubilados en búsqueda de lugares tranquilos y medioambientalmente sanos, grupos alternativos relacionados con las “filosofías verdes” y profesionales liberales que ejercen su trabajo desde espacios alejados de las grandes ciudades (Ferrás Sexto, 2000).

[3] “Paraíso” significa pared alrededor (del iranio “pairi + daeza”): un recinto cerrado.

[4] En la mayoría de los municipios alicantinos los principales partidos políticos han integrado a residentes europeos en sus filas y en 25 ayuntamientos hay una concejalía exclusivamente dedicada a los asuntos de este colectivo (Diputación Provincial de Alicante, <http://www.residenteseuropeos.com> [2 de octubre de 2008]). Sin embargo, en algunas localidades, como San Fulgencio, las asociaciones de vecinos europeos se han organizado políticamente y han conseguido 3 concejales de nacionalidad británica en las últimas elecciones municipales. Estas fuerzas políticas presentaron una moción de censura contra el Partido Popular que acabó dando el poder al PSOE. Tras la detención por presunta corrupción de la alcaldesa y los dos primeros tenientes de alcalde en octubre de 2008 se dio la circunstancia de que el alcalde accidental por cuatro días fue un británico que no habla castellano. El papel de los británicos en la política local española es frecuentemente recogido por la prensa, por ejemplo, en esta noticia de la BBC del 12 de mayo de 2007 que se hace eco de la participación extranjera en los últimos comicios municipales: <http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/1/hi/world/europe/6647443.stm> [10 de noviembre de 2008, 13:00].

 

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[Edición electrónica del texto realizada por Gerard Jori]

 

© Copyright Mantecón, Huete y Mazón, 2009.
© Copyright Scripta Nova, 2009.

 

Ficha bibliográfica:

MANTECÓN, Alejandro; Raquel HUETE; Tomás MAZÓN. Las urbanizaciones “europeas”. Una investigación sobre las nuevas sociedades duales en el Mediterráneo. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 10 de octubre de 2009, vol. XIII, nº 301. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-301.htm>. [ISSN: 1138-9788].


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