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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 331 (79), 1 de agosto de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

CONSTRUCCIÓN DE TERRITORIALIDADES Y FRAGMENTACIÓN SOCIO ESPACIAL: AGENTES Y ACCIONES

Eduardo Gárriz
Universidad Nacional del Sur
ejgarriz@uns.edua.ar

Nidia Formiga
Universidad Nacional del Sur
nformiga@uns.edu.ar

Construcción de territorialidades y  fragmentación  socio espacial: agentes y acciones (Resumen)

En el espacio urbano fragmentado y segregado,  se materializan los  procesos de producción del espacio que van  determinando la formación de las diferentes áreas.

Bahía Blanca, ciudad intermedia,  ha evidenciado grandes cambios  en su estructura económica, en relación con los procesos nacionales y globales, con gran incidencia en la organización del territorio local. Un territorio segregado, con amplias áreas marginales se contrapone a las áreas residenciales de prestigio y nuevas tipos de urbanizaciones que se han consolidado en los últimos años. Las diferencias en cuanto a calidad y disponibilidad también son evidentes en el caso de áreas de consumo y recreación.

Por la significación de sus intervenciones, interesa destacar la participación de la gestión local en cuanto a las actividades relacionadas con la práctica urbanística. Recientemente, varios proyectos han sido presentados y están siendo considerados por el gobierno local y agentes de la comunidad.

Palabras clave: territorio, segregación, fragmentación, expansión urbana, dinámica inmobiliaria.  

Territorial construction and space and social spatial fragmentation: agents and actions  (Abstract)

In the segregated and fragmented urban space are materialized the processes carried out by different agents  as  they are determining the formation of the different areas.

Bahía Blanca, medium size and intermediate city, has shown large changes in economic structure, in conjunction with national and global processes, with considerable impact on the organization of the local territory.

Segregated territory with large marginal areas contrasts with prestigious residential areas and new types of developments that have been consolidated in recent years. The differences in quality and availability are also evident in the case of consumption and recreation areas.

For the significance of their interventions, is important to highlight the participation of interested local management regarding activities related to urban practice. In recent times, some projects have been presented and they are in consideration from local government and community agents.

Key words: territory, segregation, fragmentation, urban expansion, property dynamic.

La ciudad, como producto social, se manifiesta a través de diversas materialidades, las cuales surgen como marcas indivisibles de las diversas formas de habitar, siendo su  resultado un espacio fragmentado, diversificado y segregador que pone en evidencia las diferencias y distancias sociales entre sus habitantes.

Lombardo (2007) considera que, en la producción social del espacio urbano, el proceso de espacialización se realiza a través de:

Bahía Blanca, ciudad intermedia localizada en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires ha evidenciado cambios importantes en su estructura económica, en relación con los procesos nacionales y globales, que implican  la incorporación de agentes y actividades  cuyas acciones se desarrollan en el ámbito internacional, con significativa incidencia en la organización del territorio local. Y esa condición de intermedia se pone de manifiesto en la dinámica urbana pues, como indica Méndez (2006), “las ciudades intermedias cuentan con suficiente masa crítica y pueden actuar como intermediarios entre la gran ciudad y los espacios rurales. En tal sentido, pueden actuar como proveedores de bienes y servicios especializados, así como centros de interacción social, económica y cultural para su entorno”. En el contexto actual parecen estar mejor posicionadas para cumplir con estas funciones ya que disponen de ventajas tecnológicas, económicas, políticas y culturales,  que se refuerzan mutuamente. Como expresa Rodríguez, si bien hay ciertas condiciones de base indispensables que se constituyen en limitantes -capital económico, humano y social, densidad tecnológica, instituciones y gobiernos sólidos, etc.-, las ciudades intermedias presentan factores singulares  que “tienen un papel fundamental, como la articulación con su entorno, la conectividad física, la existencia de centros urbanos alternativos, la sostenibilidad de sus actividades productivas, etc.” (2002:39). Es por las disposiciones ventajosas/favorables, potencialmente importantes disponibles en su territorio, que “numerosos de estos núcleos urbanos emergentes se han convertido en ámbitos para la localización de población, inversiones o instrumentación de políticas alternativos a los tradicionales espacios de concentración metropolitana” (Ibídem)

El objetivo de este trabajo[1] es analizar las recientes transformaciones territoriales, que se relacionan con la dinámica económica e inmobiliaria, que se enmarcan en un proceso de segregación/fragmentación. Atendiendo a la territorialización de las acciones,  se lleva a cabo una revisión de proyectos orientados al desarrollo local y ordenamiento urbano, que se han presentado recientemente o en proceso de desarrollo, en cuanto a considerar la participación de la gestión local en la articulación de las acciones propuestas y sus implicancias respecto a tender a una ciudad más inclusiva e integrada.

Por la significación de sus intervenciones, interesa destacar la participación de la gestión local en cuanto a las actividades relacionadas con la práctica urbanística. La ciudad no es el territorio exclusivo del poder local, sino que el espacio urbano es un espacio de conflictos, alianzas y acuerdos entre los distintos niveles de gobierno y la comunidad, mediante la participación de sus representantes.

El proceso de crecimiento de la ciudad ha dado como resultado de la expansión periférica y la densificación/renovación del área central, la conformación de nuevas áreas residenciales vinculadas a nuevos estilos de vida, la extensión y la puesta en valor del centro tradicional y el surgimiento de nuevas centralidades, así como la extensión y profundización de los problemas en los asentamientos marginales, con la estructuración de espacios bien diferenciados en cuanto a infraestructura básica de servicios, equipamiento comunitario y calidad del hábitat.

A partir de estas consideraciones conceptuales, se trata en primer lugar, la territorialización de las acciones, abordando aspectos de la dinámica económica bahiense y  la actividad de la construcción en la ciudad en la última década. Por último se hace referencia a iniciativas de ordenamiento urbano con las cuales se pretender establecer un modelo territorial y una base de desarrollo local.

La información requerida para el desarrollo de esta investigación se obtuvo de informes técnicos, estudios particularizados y de mercado, trabajo de campo y entrevistas a promotores y agentes inmobiliarios, vinculados a los emprendimientos, información periodística y entrevistas a funcionarios municipales.

Territorialización de las acciones

Se considera el territorio a partir de los procesos que incidieron a través del tiempo en su estructuración actual y que se plasman, en lo formal, en los aspectos  morfológicos. Este territorio, territorio usado en la concepción de M Santos, también es el enlace entre pasado y futuro. Así es que la idea de territorio usado “puede ser más adecuada a la noción de un territorio en cambio, en proceso. Si lo tomamos a partir de su contenido, el territorio tiene que ser visto como algo que está en proceso. El territorio constituye el trazo de unión entre el pasado y el futuro inmediatos” (Santos, 1999:19). Milton Santos aplica el concepto de territorio usado para indicar que  la  Dialéctica sociedad-naturaleza solamente se realiza a partir de la naturaleza valorada por la sociedad. “Lo que se da es la relación sociedad  y sociedad en cuanto territorio, sociedad en cuanto espacio” (Santos, 1999:18). Es en este sentido de territorio usado, de territorio valorado por la sociedad que se incluyen los conceptos de territorio y territorialización.

Dos aspectos prioritarios y complementarios señala Bervejillo respecto de las estrategias territoriales: “construcción «interna» de capacidades y  posicionamiento e inserción «externa» en el escenario globalizado.” Las acciones de la primera corresponden a “conformar, estructurar; complejizar el territorio local, desde un enfoque multidimensional”; en tanto la “segunda supone: comunicar; insertar y posicionar el territorio local en las redes interterritoriales y en los sistemas globales. En conjunto, las nuevas orientaciones suponen una revalorización de la oferta territorial específica, y a la vez un impulso al protagonismo del sistema de actores local y regional.” (1996:28). Como resultado de los procesos de reestructuración global de la economía, se verifican complejos efectos y manifestaciones territoriales, en los cuales es tan importante la valorización de los recursos como la participación de los agentes, públicos y privados, así como de la comunidad.

Dinámica económica bahiense

Bahía Blanca es una ciudad media por su tamaño demográfico (aproximadamente 300.000 habitantes) e intermedia por sus funciones. Es un centro regional relevante en el sur de la Provincia de Buenos Aires por sus actividades portuarias, industriales y de servicios. Constituye un nodo de servicios calificados, particularmente en educación y salud, lo que se complementa con otros servicios y actividades comerciales diversificadas y especializadas.

 Las ciudades intermedias pueden desempeñar un papel importante en la organización y desarrollo de las actividades regionales y Bahía Blanca reúne condiciones para un buen desempeño, dado que  la capacidad para atraer actividades competitivas depende de la dotación  y del ritmo de  renovación técnica del lugar. Lo importante es considerar que, más que el tamaño demográfico,  este tipo de ciudades se caracterizan por sus funciones importantes como centro de servicios regional.

Como señala Llop, el concepto ciudades intermedias es transversal ya que incorpora a las dimensiones física y demográfica, “la intermediación, como dimensión intermedia o estar en medio de flujos y de espacios diversos”. “La doble cuestión a destacar en el momento de la definición de la ciudad intermedia, es que la talla mediana está en función del tamaño de la población… y que siempre tienen sentido y funcionan en y para un territorio regional, concreto y característico.” (2008:13)

En general, la situación económica para la ciudad, en el período de estudio, presenta rasgos similares a la situación nacional; en el caso de la estructura económica bahiense,  depende fundamentalmente de los aportes de la industria petroquímica y de los productos agropecuarios. En referencia al año 2009, se indica[2]: “De acuerdo  al indicador de situación general de la encuesta de coyuntura, el año transcurrió estable en bajo niveles después de la abrupta caída del 2008, con una leve recuperación de las ventas sobre el último trimestre, pero que no alcanza a modificar un panorama  de expectativas en el que no se alcanza a vislumbrar claras señales de mejoría.” (IAE 108, p.20)  Respecto al aporte de la industria petroquímica, es significativo y estable, tanto en su componente directo como indirecto. Por otra parte, un fuerte impacto en la actividad económica local tuvo la importante reducción en la producción agrícola regional, que alcanzó uno de los valores más bajos  que se tenga registro. Respecto a las perspectivas, se indica que “Pese a que no se encuentran muchos indicios que permitan trazar una perspectiva muy alentadora para la economía de la ciudad, los últimos meses del año [2009] aportan alguna novedades positivas que dan margen para no perder el optimismo:” (Ibíd. p.23)  Respecto a las novedades positivas, se hace referencia a la recuperación económica que se consolida en el resto del mundo, aunque con muchos interrogantes para el mediano y largo plazo. Este contexto abre oportunidades para el país y en particular para la región, en cuanto al incremento en la demanda mundial de alimentos.

 

Figura 1. Croquis Distribución componentes territoriales.

 

Cabe destacarse los siguientes componentes que dinamizan la economía local (Figura 1):

El Complejo Portuario es una de las piezas de vanguardia y se constituye en un motor fundamental del cambio, en cuanto a dos aspectos fundamentales: a) como nodo importante de transporte, que forma parte de una red multimodal; y b) en el desarrollo de actividades productivas, al promover la radicación de emprendimientos industriales en la zona portuaria y se transforma en una terminal con las condiciones más ventajosas en cuanto a puerto de aguas profundas. Por ello, se comporta como un elemento estructurador del área y la base para la introducción de nuevos emprendimientos. Se destaca en su segundo año de operación el muelle multipropósito “convirtiéndose en una experiencia sumamente exitosa para el puerto local que trae aparejados cuantiosos beneficios relacionados con la afluencia regular de líneas marítimas de transporte y con la diversificación del  perfil portuario”. (Ibíd. p.50). Es así que se incrementa en forma notable la salida de contenedores, principalmente destinados a exportación, que se prevé aumentará en forma significativa, en parte por productos petroquímicos.

En el ámbito portuario, en actividades cerealeras y agroindustriales, tanto en las terminales  como con plantas de procesamiento, se localizan empresas de primer nivel en el  orden mundial (Cargill y Glencore-Moreno, Compañía Mega y Profertil). Se indica que (Ibíd. p.49)  “Bahía Blanca aumentó su participación respecto al total de puertos del país en un 2,6 %, impulsado principalmente por el aumento en la comercialización de granos y aceites”.

El Polo Petroquímico (fundamentalmente PBB Polisur y Solvay Indupa, fuera del área portuaria)  incide en la jerarquización de la ciudad, al constituir Bahía Blanca uno de los  centros petroquímicos destacados a nivel internacional, en particular del Mercosur. El Polo Petroquímico de Bahía Blanca[3]  constituye una cadena productiva integrada, con importantes encadenamientos. “En años recientes se observa un progresivo desarrollo de varios eslabones de la cadena de valor. No solo se realiza localmente el procesamiento primario de hidrocarburos, sino que también han crecido considerablemente la producción de diversos petroquímicos que son a su vez utilizados por otros sectores…, los cuales también se han expandido sustancialmente.”[4] Ya se hizo referencia a la importancia  en la economía local, que se evidencia en algunos datos significativos (Ibíd. p.247):

En este sector, también un importante impulso ha tenido en los últimos años el Parque Industrial, con la ampliación del área y el incremento en el número de empresas allí instaladas.

Se puede concluir que el conjunto de inversiones que se han incorporado en el área, imprimen una nueva dinámica en la economía local y fortalecen el rol que desempeña Bahía Blanca en el sector petroquímico. Un aspecto que está en vías de completar es un adecuado sistema vial de acceso a este espacio portuario industrial.

Nuevas inversiones industriales  2010-2011

En cuanto al Complejo Portuario,  en el muelle multipropósito se está ejecutando la última etapa.  El predio no sólo servirá para la exportación sino también para la potencial recepción de mercaderías, teniendo en cuenta su condición de plazoleta fiscal. Desde el Consorcio de Gestión del Puerto se indica que" Es un lugar estratégico. El puerto no tiene otro espacio para crecer, como para tener una plazoleta fiscal. Hoy contamos con capacidad para 1.800 contenedores y pasaríamos a 2.800"[5]

También se valora el inicio de obras de la empresa Louis Dreyfus en Cangrejales, frente a Puerto Galván, con miras a la construcción de un muelle y  depósitos para cereales, principalmente soja y girasol. En la tercera etapa, vinculada con la construcción de una industria aceitera, Oleaginosa Moreno Hnos. se sumará a la inversión en infraestructura.

En cuanto al proyecto de la firma brasileña Vale do Rio Doce (ex Río Tinto), por el que se prevé exportar potasio desde un lugar situado en cercanías de la central termoeléctrica, las obras podrían comenzar entre julio y agosto. Ya se hizo un relevamiento del terreno y por ahora prosiguen los trabajos técnicos y preparatorios.

Estas inversiones son un indicador[6] de la importancia de este complejo portuario de aguas profundas, que continúa incorporando y diversificando actividades. 

Respecto a  Zona Franca Bahía Blanca Cnel. Rosales ya han comenzado las primeras tareas, según se informó, y se espera disponer de las  obras mínimas necesarias en el  primer cuatrimestre de este año, para iniciar con las operaciones. Respecto a la generación de empleo, va a depender del perfil de las empresas que se instalen, y se espera un mayor número de puestos de trabajo indirecto, vinculados a la prestación de servicios.

Por otra parte, se abren nuevas perspectivas que tendrían importantes efectos, ya que se ha informado de una reunión de un grupo de empresarios industriales con el gobernador  y el  intendente municipal[7] para coordinar estrategias de desarrollo a concretar en los próximos años en Bahía Blanca.  Representan a compañías de diferentes rubros industriales y el monto total de las inversiones alcanzaría  los 4.000 millones de pesos y se realizarían entre 2010 y 2011. Se hace referencia a “la manera en que el Estado provincial seguirá facilitando "la articulación de lo público y lo privado" para la llegada de inversiones "que son estratégicas" en la Provincia.”

Todas estas actividades reseñadas, fundamentales para la economía bahiense, tienen también un importante impacto territorial pues se concentran en un espacio portuario-industrial dotado de modernas tecnologías, vinculado al espacio global.

Diferenciación de áreas y agentes

Debe tenerse en cuenta que la dinámica de la construcción responde a un modelo “procíclico”, donde se producen fuertes impactos, en términos absolutos, sobre: 1) la cantidad de empleos (que en el caso local tiene una gran importancia por el porcentaje de personas ocupadas en la construcción sobre el total de las actividades económicas), 2) volúmenes de venta,  que dependen del período económico en cuestión y 3) niveles de inversión, que reflejan la posibilidad de orientarse a distintos tipos de segmentos y aprovechar la situación de cada momento.

Es de destacar que Bahía Blanca según el CREEBBA[8] (IAE 106, p. 9) ha tenido una importante dinámica en el sector de la “construcción planeada”, comparada con importantes

centros urbanos del país. Analizando datos del INDEC, del  período 2000-2009, (Cuadro 1), sobre 42 municipios,  la ciudad siempre ha ocupado un importante lugar, entre los 10 a 15 primeros lugares, según se consideren metros cuadrados autorizados o superficie per cápita. Esto indica cómo el sector ha tenido un fuerte posicionamiento  en la economía local,  que le ha posibilitado  a la ciudad captar importantes capitales de la región y seguir manteniendo su condición como espacio de inversiones.

A fin de presentar de manera mas gráfica la dinámica de la construcción y su relación con la actividad económica,  en la ciudad de Bahía Blanca con relación a las 42 ciudades en estudio se cuenta con información del CREEBBA[9] (IAE, 106, p.12) (Cuadro 2), que presenta información sobre la superficie total del período y los m2 p/cápita, pero también  la población, la inversión estimada, el peso relativo de la constricción y su aporte al PBI desde el sector construcción (2008).

Se destaca la importancia de la ciudad  a nivel país, considerando que sus características la hacen propicia para la inversión inmobiliaria, como resguardo de capital ante las cambiantes políticas económicas registradas a lo largo del tiempo en el país y, que en particular, reflejan la situación de su área circundante. Para el período 1998-2009,  (Cuadro 3), el CREEBBA[10] (IAE 104, p. 14) presenta las inversiones estimadas por proyectos, donde se establecen tres modelos constructivos- viviendas, locales y departamentos- con la superficie autorizada y las inversiones estimadas.

La ciudad de Bahía Blanca presenta una interesante diversidad de tipos vinculados con la producción del espacio urbano especialmente en la última década, producto de las diferentes estrategias de los agentes intervinientes, que resultan de la incorporación de nuevos productos inmobiliarios (Figura 2) y nuevas funciones que transforman espacios tradicionales, siguiendo la lógica de nuevas demandas.

Se considera importante destacar el curso que ha seguido la actividad de la construcción de vivienda, fundamentalmente, y su impacto en cuanto a áreas y productos, que ha variado teniendo en cuenta las demandas, en un contexto  donde se ponen en evidencia distintos factores tales como: las cambiantes situaciones económicas a nivel país  y con fuertes repercusiones en el ámbito local, las nuevas tendencias residenciales que se manifiestan en productos asociados a nuevos modos de vida, la vivienda u otro producto inmobiliario como inversión, vinculada al resguardo del capital

Por último, también cabe incluir a los sectores que si bien, presentan expectativas claras vinculadas a sus necesidades por sus ingresos, se ven limitados de participar en el mercado financiero para la adquisición de su vivienda y, en el punto más extremo, se encuentra el sector de la población que está al margen de toda posibilidad de integrarse al circuito formal de tierras y que, no obstante ello por necesidad construyen su vivienda y materializan ciudad de manera informal.

De tal forma la ciudad como producto social, particularmente en lo residencial, se construye por las diferentes pautas y fuerzas que actúan en el mercado de tierra urbano, los cuales influyen en los patrones de localización de los distintos grupos sociales. Los habitantes, como agentes que representan la demanda, van a participar de acuerdo a sus posibilidades de acceso a dicho mercado, lo cual determina para los grupos más pobres, estar sujetos a situaciones de ilegalidad y semi-ilegalidad, especialmente en asentamientos periféricos.

Verticalización y densificación

La evolución del crecimiento urbano a través de la dimensión de crecimiento vertical, con el consiguiente proceso de densificación, ha registrado un fuerte impacto  en el período 1998-2009, sobre el área central, incluyendo el área del macrocentro y, particularmente, sobre el sector denominado Barrio Universitario, como así también sobre los sectores norte noreste y noroeste. Debe tenerse en cuenta que el impulso en la construcción ha estado más vinculado a la valorización inmediata y resguardo como inversión a futuro, particularmente en lo que corresponde a unidades funcionales de pequeño tamaño. Un caso especial es  la  implantación de las urbanizaciones periféricas exclusivas, que se localizan en el sector noreste, con otro perfil de demandantes como de calidad de la oferta.

El negocio inmobiliario pone de manifiesto la competencia por la tierra, dado que ésta se presenta como escasa, tanto en cantidad de lotes, como en aquellas construcciones existentes que son objeto de interés para su demolición o nuevo acondicionamiento; ambas situaciones requieren que cada proyecto tenga la posibilidad y la viabilidad teniendo en cuenta lo que la zonificación permite construir,  condición que dimensiona su verdadero valor real o potencial en el mercado. A partir de allí surge la necesidad de oferta de productos conforme a segmentos específicos y determina que cada sector de la ciudad sea insertado en el mercado con diferentes posibilidades.

En los sectores del macrocentro y sobre el sector de borde de este, la tendencia más marcada fue  la inversión en edificios de 3 y 4 plantas, que se debe a los menores costos tanto de construcción, ya que no requieren ascensor, como de mantenimiento, dado que  generan expensas mínimas.  La actividad constructiva se apropia de las economías externas generadas por la acción pública en la construcción de amplios espacios recreativos,  que generan  un marco paisajístico muy agradable, así como  altamente  valorado para disfrutar en el tiempo libre. También debe destacarse la proximidad de las instalaciones universitarias y la incorporación de nuevas carreras que presenta un aumento en de estudiantes que prefieren el sector pues le brinda una rápida accesibilidad.

Por último, al observar los datos para el año 2009, presentados por el CREEBBA (IAE 108, 36 - 38) se pone en evidencia una nueva caída en la actividad. Utilizando otras variables como autorización de obras, que alcanza una cantidad de 1868  y representa un total de 174.1000 m2, significa una baja del 16%, tanto en permisos como superficie. Del total de permisos, el 40% corresponde  a departamentos y el resto, en cantidades iguales, a locales y viviendas. En cuanto a las superficies, el 38% es en viviendas, 32% en locales y 30% en departamentos. Y destaca “La distribución geográfica de los nuevos proyectos edilicios varía según se tome como criterio la cantidad de obras o la superficie cubierta. En términos de cantidad de construcciones y ampliaciones, el Centro se posiciona en primer lugar, concentrando el 28% de los permisos, con alta incidencia del rubro departamentos y locales. Le siguen en importancia el Norte, Noroeste y Noreste, con participaciones respectivas del 17%, 16% y 12%”. Con relación a las viviendas “el sector Este registra la mayor proporción, estimada en el orden del 40%. Luego figuran el Centro, Noroeste y Norte, con un peso relativo del 14%, 12% y 11% respectivamente”[11] (IAE108, 37-38)

El impacto de este “boom”  de verticalización transforma el paisaje, al introducir un perfil de edificaciones en altura que altera, definitivamente, el carácter de algunos sectores, especialmente el norte, al pasar de edificación baja a edificación en altura, en cuanto a que resta privacidad y se incrementa la movilidad, el tránsito y el estacionamiento.

Otro aspecto a tener en cuenta es la incidencia de la incorporación de estos productos inmobiliarios, en sectores con insuficiente  infraestructura de servicios, que ha tenido fuertes impactos en sectores como el denominado “Universitario”, a lo que se agregó la “crisis del agua”, como resultado del prolongado período de sequía que afectó a estos sectores de manera importante, así como al área central y a la ciudad en general.

Incorporación de nuevas áreas periféricas

Simultáneamente van ocurriendo cambios, importantes y de distinto sentido en la periferia,  donde el   sector norte y noreste han tenido una fuerte valorización en los últimos años, por las acciones de promotores o desarrolladores vinculados a  los nuevos estilos residenciales (barrio cerrado, club de campo). Es así que el período esta asociado a un proceso de difusión de arquetipos urbanos que adquiere una dimensión importante, por ser un formato adoptado a diferentes niveles de escala urbana,  a partir de mediados de los años noventa, por el cual “algunas formas urbanas típicas de la ciudad “norteamericana” se difundieron en las urbes del subcontinente. Los procesos de urbanización privada y la tendencia al aislamiento de complejos habitacionales y comerciales se impusieron en la mayoría de las metrópolis latinoamericanas y aún en las ciudades medianas. Así la ciudad total está siendo sustituida por la ciudad fragmentada, en donde las nuevas formas urbanas poseen un carácter marcadamente insular, con características que subrayan la tendencia hacia una ciudad extremadamente segregada y dividida”  (Frediani, 2006).

La materialización de las vías de penetración ha tenido distintos efectos sobre el área circundante y estableciendo diferencias importantes en la configuración y la valoración de las áreas residenciales próximas, así como en la generación de nuevos conjuntos.  En el caso del acceso por Sarmiento, se ha convertido en  un importante eje para el crecimiento urbano, incorporando y transformando definitivamente el sector periurbano bajo su influencia, particularmente para la localización de la actividad comercial (shopping centres, asociados a hipermercados), que  es  un importante atractivo no solo de habitantes de la ciudad sino también de la región.

La apuesta por el verde en ámbitos exclusivos se amplia con la generación de nuevas iniciativas y la continuidad de las  construcciones individuales. En  tal sentido se indica la materialización importante del country Bosque Alto y el barrio cerrado  Solares Norte, a los que se agrega en el último tiempo un nuevo emprendimiento denominado Barrio Privado La Reserva, cuya localización esta fuera de los límites del ejido, pero su ubicación próxima al anillo exterior de la ciudad le permite una muy buena accesibilidad.

Por último, es importante destacar que coincidieron algunas circunstancias particulares para el desarrollo de emprendimientos urbanísticos, tanto de tipo horizontal como vertical, como un momento económico favorable para la inversión de algunos grupos sociales, un estilo de vida que lo legitimaba y un segmento de la sociedad que deseaba diferenciarse y vivir en un contexto urbano pero de “puertas adentro y entre gente que tenía ese mismo sentir”, posiblemente formado el patrón cultural imperante a partir de la última década del Siglo XX.

Asentamientos carenciados  

Dentro de ese contexto, la problemática habitacional correspondiente a los hogares de menores recursos permanece como asunto pendiente en la agenda de la gestión local, con limitados avances en la última década  y propuestas que no logran concretarse. Estas iniciativas se concentran en un sector de la ciudad cuyos rasgos morfológicos y condiciones del sitio, son los menos atractivos y con menores condiciones para constituir un hábitat adecuado y que permita la integración a la trama urbana consolidada, así como el acceso a los servicios urbanos.

Gran parte del hábitat popular del sur, oeste y sudeste es producto de la acción del Estado- directa o indirectamente- a partir de los emprendimientos habitacionales para vivienda social. No obstante ello el resultado es un hábitat de baja calidad, con grandes limitaciones, donde se manifiestan las mayores desigualdades,  las carencias y la marginalidad, social y ambiental.

En la distribución geográfica de las inversiones[12], (IAE104, 16) (Cuadro 4), se  destacan en el espacio bahiense los sectores sur, oeste y sudeste en los que se registran las menores superficies autorizadas, como así los menores porcentajes de participación sobre el total de la ciudad, 3,6 % y 5,9 % y 5,5% respectivamente, coincidente con las En estos sectores se registran importantes intervenciones, debido a que es allí donde también se localiza una amplia disponibilidad de tierras del Estado, destinadas a programas de vivienda social. Desde hace algo más de una década, se iniciaron  acciones que han resultado en cambios importantes en ciertas áreas; sin embargo, la situación de precariedad prevalece en gran parte del sector, ya que los diversos programas y proyectos no alcanzaron a producir una transformación significativa en el hábitat.

Se puede establecer que, aunque se cuenta  con los instrumentos y normativas orientados a  una solución habitacional, la regularización en la tenencia de la tierra y al mejoramiento del hábitat, la discontinuidad en las acciones y las fricciones de poder entre distintos niveles del Estado, ponen en evidencia los inconvenientes que surgen en las distintas instancias de gestión y que imposibilitan arribar a una solución más integral, en parte ocasionados por la implementación de proyectos inadecuados a las necesidades y requerimientos de las familias afectadas.

Gestión y Ordenamiento Territorial

Como resultado de varias iniciativas gestadas desde el gobierno local, se plantean nuevas propuestas de ordenamiento urbano y acciones orientadas al desarrollo local, que si bien son de suma importancia en cuanto a establecer bases para la diversificación productiva mediante nuevas inversiones y  el ordenamiento espacial, se plantean como propuestas no articuladas y  que, en lugar de plantear sinergias, se manifiestan más como problemas de competencias.  Las más importantes son la Agenda de Desarrollo, la Reformulación del Código de Planeamiento Urbano, y la propuesta de Adefrance y el Plan con financiamiento del BID.

La Agenda de Desarrollo se crea en 2006 en el seno del Consejo Deliberante, Ordenanza Nº 14127 , como Comisión Especial de Desarrollo Local, que tendrá como función la coordinación y definición de un ámbito de participación público-privado tal que permita la definición de un Plan de Desarrollo Local, y la revisión y actualización del planeamiento físico de la ciudad. El Objetivo es configurar una alianza entre los actores sociales con la finalidad de caracterizar de manera compartida los problemas y potencialidades locales e identificar planes, programas y proyectos insertos en una agenda orientada por objetivos de desarrollo sostenible, democrático, productivo y equitativo.[13]

La Agenda es un instrumento que facilita los consensos, posibilita la identificación y priorización de proyectos para gestionar y trabajar desde la esfera pública y privada en el Desarrollo Local. También es el resultado de una construcción propia de consensos, promueve la fortaleza de sus objetivos por medio de su apropiación sustentable como meta de la comunidad toda, tendiendo a independizar este proceso de los cambios políticos de su gestión política, (cambia las bases de legitimidad de la condición de dirigentes locales).

Otra propuesta para la ciudad fue la presentación  en  setiembre  de 2008 en el ámbito de la Agenda de Desarrollo del Proyecto “Áreas de Oportunidades de Inversión en Bahía Blanca,” a cargo del titular del la Agencia para la Inversión Urbana de la Municipalidad de Bahía Blanca y un equipo técnico de la Agencia de Desarrollo.

Se destacó la necesidad de instrumentar áreas de oportunidades y la recopilación de proyectos, tomando como  modelo de organización el de Adefrance que a través de sociedades del estado adquiere una porción de territorio y la administra como una Sociedad Anónima.

Se planteó una ciudad a futuro con un modelo de gestión en el cual el Estado asume un rol gerenciador, mediante la inducción de la inversión privada, la coordinación y focalización de la inversión pública, la replanificación y articulación de los proyectos y actores públicos y privados con un objetivo común acotado a un sector territorial que permita evaluar con eficacia la gestión en el tiempo.

En lo que respecta a las Áreas de Oportunidades, desde lo físico territorial, son espacios sin consolidación urbana que por su ubicación estratégica en la trama suponen un alto impacto para la transformación y re-estructuración de la Ciudad y como Escenario Gerencial: desde la gestión política, son espacios donde la movilidad de la inversión privada en combinación con estímulos del Estado promueven la reconversión de áreas degradadas en una ciudad inclusiva con equipamientos de escala regional / global.

Finalmente se resaltó la necesidad de establecer instrumentos de gestión, como plusvalías y compensaciones, que constituirán un aspecto más de la visión integral y cuyo objetivo principal será evitar la superposición de esfuerzos a fin de avanzar en un mismo sentido y compatibilizar el trabajo de los equipos técnicos en pos del desarrollo de la ciudad.

Modificaciones al Código de Planeamiento Urbano es un proyecto que se pone en marcha en 2008[14]  con el propósito de elaborar una propuesta integral para  la reforma a los Códigos de Planeamiento Urbano y Edificación, de acuerdo a temáticas, áreas y criterios metodológicos que se acuerdan en el marco de la Agenda de Desarrollo Local. El equipo ha desarrollado sus actividades y en el 2009 se han presentado los avances en sesiones de la Agenda de Desarrollo Local. Como parte de estos avances, hacia fines de 2009 se presentó la propuesta de Plan Director del periurbano bahiense y centros de interés turístico ambiental del Partido de Bahía Blanca. En la actualidad el Proyecto de Ordenanza correspondiente se encuentra a consideración  del H. Consejo Deliberante.

Los proyectos y obras consideradas como disparadores del desarrollo sustentable del Area Metropolitana del Estuario de Bahía Blanca fueron presentados[15] en noviembre de 2009  para iniciar la búsqueda de inversores. El proceso se inició con un acuerdo de cooperación técnica (agosto 2008) entre el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, el municipio local y la empresa mixta Gie Adefrance, al que también se integraron el municipio de Coronel Rosales y su puerto. Adefrance asumió este proyecto a riesgo propio, como parte de un modelo de sinergia propio donde concurren los intereses del Estado y el empresariado francés. El proyecto presentado pivotea sobre dos grandes objetivos: la transformación del puerto local en puerto de cuarta generación y el desarrollo sustentable del estuario. Se proponen dos grupos de acciones para  el área metropolitana del Estuario de Bahía Blanca  (Bahía Blanca, Puerto de Ingeniero White, Punta Alta, Puerto Rosales, Base Naval de Puerto Belgrano, y Villarino), a materializarse en un plazo máximo de 20 años: por un lado un portafolio de inversiones  y  por el otro una serie de objetivos, de los que se destacan   * Posicionar a Bahía Blanca como segundo puerto del país; * La búsqueda del desarrollo económico y la generación de empleo, a partir de la ventaja de la relación Ciudad-Puerto; * Alcanzar un estatus ambiental del estuario que favorezca la identificación de sus habitantes con el entorno; * Jerarquizar el espacio público en función del objetivo de sustentabilidad.

En febrero de 2009, en el Municipio se dio inicio al  "Plan de Desarrollo Local para el Partido de Bahía Blanca", con un subsidio del  BID.[16], Bahía Blanca  es una de las  entidades beneficiaria del Programa Multisectorial de Preinversión II, entre la República Argentina y el BID,  que tiene por objeto incrementar la productividad de la inversión pública para contribuir al desarrollo económico y social del país, mediante la elaboración de estudios generales y la asistencia al proceso de organización y consolidación del sistema Nacional de Inversión Pública, incluyendo el apoyo a los sistemas de inversión de los gobiernos provinciales.

Se menciona en el informe de prensa que estas actividades se desarrollaron  simultáneamente con las ya mencionadas, orientadas al ordenamiento y planificación estratégica “Cabe destacar que este equipo se suma al espacio de planificación de la ciudad, conformado también por el equipo del Arquitecto Marcelo Lenzi desde la Agenda de Desarrollo Local y el equipo ADEFRANCE coordinado desde la Agencia de Desarrollo de la Comuna, a cargo del contador Jorge Longoni.”

En  Bahía Blanca el equipo multidisciplinario desarrolló sus actividades  para efectuar  la revisión y reformulación de los planes urbanos con vistas al proyecto de la ciudad del futuro y el Informe Final fue entregado en el mes de octubre  al Sr. Intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein.

Un aspecto muy positivo es el interés y los esfuerzos que se están invirtiendo en plantear una nueva perspectiva para la ciudad, que oriente las acciones hacia el desarrollo local y el ordenamiento territorial. Sin embargo, se observa una desarticulación entre las distintas propuestas, aun cuando todas están vinculadas o tienen su eje en el gobierno local. De consultas a personas  vinculadas  a los equipos surge que no se estableció una adecuada relación y no se comparten los criterios  establecidos como ejes del modelo territorial. Sin embargo, se observa una desarticulación entre las distintas propuestas, aun cuando todas están vinculadas o tienen su eje en el gobierno local. De consultas a personas  vinculadas  a los equipos surge que no se estableció una adecuada relación y no se comparten los criterios  establecidos como ejes del modelo territorial. En parte, los proyectos tienden o proponen acciones que  implican nuevas oportunidades para los sectores marginales del sur y oeste de la ciudad, tanto desde lo habitacional como para la inclusión de actividades dinámicas que modifiquen las condiciones de segregación actual, especialmente con la transformación de las relaciones ciudad-puerto o bien ciudad-franja costera.

Las Areas  de Oportunidad se vinculan con el proyecto del BID y de Adefrance  y tienen una perspectiva orientada al desarrollo local, que incluye un modelo territorial.  El proyecto de Modificación  del Código Urbano está más concentrado en la estructura urbana y es el que se ha impulsado durante el 2009 en el ámbito de la Agenda de Desarrollo,  cuyo equipo básico desarrolla sus actividades en dependencias de la MBB y es el que ha presentado las primeras ordenanzas. A este proyecto se le plantean críticas importantes desde el otro equipo local (BID), que tienen que ver entre otras con las prioridades a definir en la expansión urbana.

Consideraciones finales sobre la territorialización de las acciones

De la observación de los componentes que estructuran la ciudad de Bahía Blanca, se destaca la espacialización de las actividades productivas en expansión, por su impacto en la ocupación del territorio. Se produce espacio pero sin la adecuada proyección de las necesidades en cuanto a la expansión e incidencia sobre el entorno. Se tratan las localizaciones puntuales de las  actividades sin establecer una  adecuada evaluación de la compatibilidad con los usos existentes. De allí que se han planteado importantes conflictos desde el territorio, en cuanto a demanda de áreas adecuadas  para la localización de nuevos emprendimientos y los requerimientos en cuanto a infraestructura. Desde lo ambiental, la proximidad de las áreas residenciales al espacio portuario-industrial ha determinado mayores problemas generados tanto por fallas en las instalaciones como los derivados del funcionamiento de las nuevas plantas. Así, a los problemas técnicos y de control, se ha agregado un importante enfrentamiento comunidad-empresas.  También se han planteado situaciones conflictivas con las actividades recreativas localizadas en el estuario (clubes náuticos y de pesca) que ante la ampliación de las actividades portuarias hacen necesaria su relocalización. Además, los aspectos relativos a la imagen del área requieren una intervención inmediata para lograr cambios sustantivos y atractivos en el paisaje del  espacio colectivo.

El incremento del flujo vehicular ha convertido en ineficiente la infraestructura vial, que además muestra un importante deterioro como resultado del intenso tránsito, en especial del transporte de carga que en la actualidad esta siendo objeto de modificaciones y remodelaciones. También las trasformaciones de la estructura productiva  hace necesario el análisis de las condiciones de accesibilidad, la ampliación de funciones y la localización de nuevos emprendimientos, así como los aspectos logísticos vinculados a las actividades de estas áreas.

La fragmentación y segregado espacial, se pone de manifiesto en las amplias áreas marginales que se contraponen a las áreas residenciales de prestigio y nuevas tipos de urbanizaciones que se han consolidado en los últimos años. Las diferencias en cuanto a calidad y disponibilidad también son evidentes en el caso de áreas de consumo y recreación.

En cuanto a las iniciativas orientadas al ordenamiento urbano y desarrollo local, si bien se observa que están involucradas las mismas  instituciones y, en gran parte, los mismos especialistas, se considera que la diversidad de posibilidades de desarrollar este tipo proyectos,  se sobrepone al interés por encontrar nuevos rumbos y un modelo territorial para la ciudad. De allí que los recursos, tanto humanos como materiales,  no son adecuadamente aprovechados para la elaboración de un marco en el que confluyan y se inviertan las capacidades  y las potencialidades en un proyecto común. Esto resulta de la falta de articulación entre los equipos intervinientes  y de coordinación en cuanto a objetivos, en el marco de lineamientos compartidos y consensuados.

Desde lo territorial, los proyectos tienden o proponen acciones que  implican nuevas oportunidades para los sectores marginales del sur-oeste de la ciudad, con propuestas para transformar las relaciones ciudad-puerto o bien ciudad-franja costera, tendiendo a una ciudad inclusiva e integrada. El problema es respecto a la incertidumbre en cuanto a si se llegará a concretar algún  proyecto de los propuestos, dado las cambiantes condiciones políticas y los divergentes intereses en juego. En este escenario, la Agenda de Desarrollo, si continúa con sus actividades, se considera un espacio muy importante para la participación, presentación y debate de proyectos, así como la construcción de un ámbito en que se encuentra una amplia representación de las instituciones bahienses, abierto sin una directa filiación política.

Desde el caso de Bahía Blanca se considera, siguiendo a de Mattos, que el capital autonomizado, conglomerado y desarraigado en forma creciente,  se orienta hacia los territorios que se perciben menos riesgosos y más rentables (1998:18), incidiendo  en la decisión de localización, desde lo económico, los factores de atractividad  del lugar: calidad del tejido industrial local (importante por su incidencia en la contratación de servicios a terceros), la apertura del mercado de capitales y  los incentivos a la inversión,  dependiendo el potencial endógeno de la acumulación inicial de conocimiento y  capital (físico y humano).

La experiencia en ciudades intermedias, en el contexto latinoamericano lleva a señalar que si bien el dinamismo en la construcción y mercado inmobiliario genera un importante efecto positivo en la estructura económica urbana, con la materialización de nuevos proyectos, la segregación y la fragmentación son evidentes, especialmente hacia las áreas periféricas, donde se presentan condiciones muy diferentes y  fuertemente contrastadas,  con amplias áreas marginales que se contrapone a las áreas residenciales de prestigio y nuevas tipos de urbanizaciones que se han consolidado en los últimos años, siguiendo el patrón imperante en las grandes áreas metropolitanas. Las diferencias en cuanto a calidad y disponibilidad también son evidentes en el caso de áreas de consumo y recreación.

Es importante considerar que las ciudades intermedias se posicionan como territorios de amplias posibilidades y potencialidades para el desarrollo local y, en relación a su tamaño,  los problemas territoriales es posibles que no alcancen dimensiones inmanejables. En tal sentido es importante tener en cuenta lo indicado por Jaume Feliu Torrent para las  ciudades medias europeas, cuando indica que presentan “ciertas características cualitativas particulares”, destacando “el desarrollo de funciones territoriales de intermediación entre la ciudad grande y el territorio y, por lo tanto, de capitalidad territorial”; desde lo socioeconómico “su mayor anclaje en la realidad local (identidad), su alta diversificación social, un pasado histórico que les ha dado una solidez institucional, y una capitalidad territorial que les ha permitido albergar equipamientos y servicios de calidad (educación, sanidad, producción, comunicación)” (2007:87).

 

Notas

[1] La presente investigación se realiza en el marco del Proyecto de Investigación “TENDENCIAS Y DESAFIOS EN LAS CIUDADES MEDIAS Efectos dinamizadores, procesos sociodemográficos y territorialización de las acciones en la ciudad de Bahía Blanca”, que se desarrolla en el Departamento de Geografía y Turismo, con financiamiento de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur.

[2] IAE 108 enero 2010. p. 18

[3] TRADEPOINT BAHIA BLANCACR Argentina

[4] http://www.tradepoint.org/index.php?id=1031&L=3

[5] La Nueva Provincia 15 3 2010

[6] Ecodías ·310    feb 2010

[7] La Nueva Provincia 18 3 2010

[8] (IAE, 106 septiembre 2009 p. 9)

[9] (IAE, 106 septiembre 2009 p. 12)

[10] (IAE, 104 mayo 2009, p. 14)

[11] (IAE, 108 enero 2010, p. 36-38)

[12] (IAE, 104 mayo 2009, p. 16)

[13] http://www.hcdbahiablanca.gov.ar/agendadedesarrollo.php  consultada febrero 2010

[14] Ordenanza Nº 14708

[15] La Nueva Provincia  29/11/2009

[16] Informe de Prensa Municipalidad  de Bahía Blanca http://www.bahiablanca.gov.ar/prensa50/Informe.asp?id=30666

 

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