Menú principal

Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 331 (84), 1 de agosto de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

ç

REPRESENTACIONES SOCIALES Y DINÁMICAS BARRIALES EN ZONAS SEGREGADAS DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA. EL ROL DE LA POLÍTICA PÚBLICA EN ESTOS PROCESOS

Silvana Fernández
Universidad Nacional de Córdoba
fernandezsilvana2003@yahoo.com.ar

Representaciones sociales y dinámicas barriales en zonas segregadas de la ciudad de Córdoba. El rol de la política pública en estos procesos (Resumen)

El agrupamiento espacial de hogares con similares atributos socio-económico-culturales remite a la segregación socio-económica residencial si de ello resulta la conformación de áreas urbanas residenciales muy homogéneas en función de dichas características y con algo grado de heterogeneidad con el resto de las áreas circundantes. Si en esta configuración socio-espacial las dinámicas barriales se caracterizan por acentuadas diferenciaciones entre sus habitantes con escasos espacios de interacción plural estamos en presencia del fenómeno de segregación.

Los espacios segregados de pobreza con escazas posibilidades de relaciones plurales van achicando el círculo de oportunidades laborales, educativas y socio-culturales generando círculos de pobreza con empobrecimiento paulatino de los capitales sociales y comunitarios. Estas dinámicas barriales se fundan en las representaciones sociales o “construcciones simbólicas individuales o colectivas que los sujetos crean para interpretar el mundo, reflexionar sobre su propia situación y la de los demás…” (Vasilachis, 2003)

La formulación y análisis de las políticas públicas no contempla generalmente esta dimensión de análisis de modo específico existiendo en muchos casos la profundización de fenómenos de segregación a partir de ciertas acciones públicas.

Palabras claves: segregación residencial socio-económica, representaciones, dinámicas barriales, espacio social construido.

Social representations and neighbourhood dynamics in segregated areas in Córdoba city. The role of public policy in these processes. (Abstract)

The spatial grouping of homes with similar attributes partner - económico-culturales sends to the socio-economic residential segregation if of it it turns out to be the conformation of urban residential very homogeneous areas depending on the above mentioned characteristics and with a little degree of heterogeneity with the rest of the surrounding areas. If in this configuration spatial partner the dynamics mires are characterized by marked differentiations between his inhabitants by scanty spaces of plural interaction we are in presence of the phenomenon of segregation.

The spaces segregated of poverty with escazas possibilities of plural relations are dwarfing the circle of labor, educational and sociocultural opportunities generating circles of poverty with gradual impoverishment of the share and community capitals.

These dynamics mires are founded on the social representations or "symbolic individual or collective constructions that the subjects create to interpret the world, to think about his own situation and her of the others … " (Vasilachis, 2003)

The formulation and analysis of the public policies does not contemplate generally this dimension of analysis of a specific way existing in many cases the deepening of phenomena of segregation from certain public actions.

Key words: residential socio-economic segregation, representations, dynamics mires, social constructed space.

Segregación residencial socio-económica

Esta ponencia pretende dar cuenta de los avances de una investigación sobre la segregación residencial socio-económica en la Ciudad de Córdoba (Argentina) y reflexionar sobre las intervenciones públicas vinculadas al fenómeno. En este sentido cabe señalar que la segregación residencial se manifiesta en la proximidad y/o aglomeración espacial de familias pertenecientes a un mismo grupo social, sea que éste se defina en términos étnicos, etáreos, de preferencias religiosas o socioeconómicos (Sabatini, F. y otros 2001:27; Rodríguez J. y Arraigada, C. 2004:6), a lo que debe reconocerse la ausencia o escasez de interacciones sociales heterogéneas y plurales.

Las configuraciones que va adquiriendo una ciudad en su constante proceso de conformación van resultando de la localización de sus pobladores, el uso cotidiano del espacio público y el mundo de interrelaciones posibles. El tema de la segregación con fines analíticos puede ser abordado desde sus dimensiones objetivas como la localización o concentración espacial de la pobreza o la riqueza y desde sus dimensiones subjetivas que aluden a las interrelaciones mencionadas y a las representaciones que los habitantes tienen en su condición de vecinos sobre el propio barrio, sobre los barrios circundantes y como son considerados por los vecinos de otros barrios o zonas de la ciudad.

Para investigar la segregación en Córdoba se abordó en primera instancia la localización de habitantes con similares características socio-económicas y se definieron zonas homogéneas de segregación en base al análisis de ciertos datos socio-económicos considerados por radio censal (1.375 radios censales). Las variables utilizadas para la georreferenciación fueron: a) promedio del nivel educativo alcanzado por el jefe de hogar por radio censal y b) porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas por radio censal. En función de esas variables se definieron como las zonas más vulnerables a aquellas en las que coincidían (a partir de la superposición de capas temáticas cartográficas) los radios censales con un promedio de escolaridad del jefe de hogar de menos de 7 años y un porcentaje de nbi mayor al 20%.

A partir del trabajo de estos datos se seleccionaron cuatro zonas urbanas que presentaron índices altos de población pobre en situación de SRS y conformaban áreas extensas en la ciudad. Luego se construyeron bases de datos georreferenciadas sobre servicios públicos, infraestructura, equipamientos y programas de vivienda social de ejecución reciente y se consideró el efecto territorial de las intervenciones públicas y su potencial relación con la SRS.

 

Figura 1. Zonas segregadas identificadas a los fines del presente estudio.

 

En síntesis, de acuerdo a lo previsto, se avanzó en el análisis de la denominada “dimensión objetiva” de la segregación, utilizando información obtenida de fuentes secundarias (censos de población y otras).

En la segunda etapa de investigación (2006/2007) el equipo abordó el estudio de la denominada “dimensión subjetiva” de la segregación en tres zonas urbanas en las cuales se observaron elevados índices “objetivos” de pobreza con la metodología aplicada en la primera etapa de este proyecto. A tales efectos, la escala de análisis es necesariamente menor[1], razón por la cual se delimitó espacialmente la investigación a sectores de las zonas comprendidas por los barrios: 1) hacia el norte: barrio “Argüello Norte”, Cerrito, Autódromo; 2) hacia el oeste: Villa La Tela, Residencial San Roque, San Roque, Villa Martínez; y 3) hacia el sur: Villa Libertador, Comercial, Carbó, Residencial Santa Rosa.

La dimensión subjetiva de la SRS

Constatada la situación objetiva de SRS, los interrogantes que guiaron la indagación sobre la dimensión subjetiva son ¿Cuáles son las representaciones de los vecinos del espacio que habitan y de los lugares en que habitan personas pertenecientes a otros grupos sociales? ¿Se encuentran en una situación de aislamiento con relación a la sociedad global? ¿Sus espacios de encuentro e interacción social se localizan exclusiva o principalmente en la zona en la cual residen o, por el contrario, el espacio de vida cotidiana incluye el de otros grupos sociales y zonas urbanas? ¿Es el espacio segregado una fuente de ventajas o desventajas para sus propios habitantes? ¿De que manera se evidencia el rol de las políticas públicas en el proceso de segregación socio-espacial? El propósito es presentar las primeras conclusiones sobre cada uno de estos conglomerados barriales para caracterizar su dinámica a partir de las representaciones de los vecinos, sus estrategias de convivencia, los espacios de encuentro, interacción o aislamiento reconocidos y las consideraciones sobre infraestructura y servicios.

La zona norte.

Se realizó un reconocimiento de la zona identificando varios barrios que la comprenden y la decisión tomada fue centrarse en tres barrios colindantes de características disímiles. Barrio Autódromo es un barrio de clase trabajadora, propietarios, las viviendas son autoconstruidas, presenta baja densidad poblacional y sus residentes se instalaron en la zona desde hace 30 o 40 años. Barrio Cerrito tiene características similares a Autódromo pero su poblamiento es aproximadamente 10 a 15 años mas reciente. La última zona que se incorpora al estudio es un área con alta estigmatización entre los cordobeses, conocida como barrio IPV[2] Arguello. Este sector está conformado por un conjunto de viviendas pertenecientes a diferentes planes sociales construidos entre el año 1990 y 1994 aproximadamente y está comprendido por diferentes sectores según las identificaciones de los propios vecinos, identificaciones que están relacionadas a los diferentes planes, y la procedencia de las personas que se instalaron en cada sector.

La dinámica de esta zona estudiada será presentada a partir de 4 dimensiones analíticas que emergieron del análisis de las entrevistas y las observaciones, a saber:

Dinámica inter e intrabarrial

La zona abordada se presentó con un algo nivel de heterogeneidad en su interior, advirtiéndose la complejidad que encierran los espacios vividos por los vecinos en zonas que pueden ser identificadas homogéneamente desde la localización de un grupo de indicadores (socio-económicos en este caso). Aquello que se presentó como homogéneo en la primera etapa (y a otro nivel de análisis) comprende un campo social diverso, al que se decidió realizar una aproximación para indagar acerca de los modos de vida en zonas identificadas como “pobres”. Este nivel de análisis es necesario si nos remitimos nuevamente a la concepción de segregación que mas allá de la localización de grupos con similares características implica la ausencia o escasez de interrelaciones diversas entre sujetos con diferentes condiciones de posibilidad para el desarrollo de sus existencias. (Kaztman, 2001). Analizar el mundo de las relaciones entre vecinos, entre vecinos de distintos barrios, la construcción de sus identidades y la ocupación de los espacios públicos para el encuentro o para la diferenciación permite completar el análisis sobre la zona segregada en los términos de ventajas o desventajas para los sujetos que allí resuelven sus vidas cotidianas.

En los barrios comprendidos en la zona norte “segregada” los vecinos diferencian los barrios entre sí, como así también sectores al interior de los mismos, especialmente se diferencian sectores que han constituido diversos planes de vivienda según la modalidad de la operatoria o la procedencia de sus habitantes. Por ejemplo se distinguen aquellos que accedieron por una adjudicación luego de un procedimiento de inscripción y calificación para la vivienda con obligación de amortizar sus viviendas en plazos largos, de aquellos a los que se les entregó la vivienda por ser trasladados de una villa de emergencia.

La diferenciación barrial se refuerza con las identificaciones entre “mis vecinos” definidos “como uno”, que se auxilian en caso de necesidad, vecinos de “… conversar, contarnos las cosas que pasan en el barrio, donde se reconocen como parte de un estilo de vida común y los “otros” que son los que viven de modo diferente y se revela a través de expresiones como la siguiente:

“…la pobreza es una cosa, la mugre es otra”…”ves los chicos con los mocos hasta acá… porque son madres abandonadas…, porque no es que no tengan, porque si andan con el pucho en la mano.” (Vecina del IPV)

El planteo por parte de los vecinos con respecto a los motivos por los cuales viven en el barrio, las satisfacciones y la decisión de permanencia en él se presenta de modo paradojal, en el sentido de que la principal satisfacción de vivir en el barrio está dada por tener la “casa propia” y al mismo tiempo existe una sensación naturalizada de que “todos se quieren ir”, contradicciones reforzadas en las expresiones referidas a la identificación de un barrio de “toda gente buena acá” que en la profundización de la entrevista se transforma en la mención de la constante inseguirdad, delincuencia, presencia de droga, barras de jóvenes apoderados de sectores del espacio público a determinadas horas del día, etc.

Estrategias de convivencia

La casa propia y el asiento familiar es el factor que los retiene en cada barrio pero la inseguridad y la difícil convivencia entre grupos con diferentes formas de vivir (como actitudes ante el pago de los servicios, las costumbres familiares, el modo violento de resolver conflictos, etc.) son los factores expulsivos del lugar. Las estrategias y recursos para superar las sensaciones y vivencias relacionadas a la inseguridad están relacionadas al “enrejamiento y altas tapias, con llevar y traer a los chicos hasta la escuela o a la parada del ómnibus, no salir después de determinada hora, en definitiva tienen que ver con el aislamiento. Para sostener esas estrategias muchos apelan determinados recursos que les brindan seguridad, como el auto o el teléfono, ya que permiten la vinculación con otros o con otros lugares para superar el aislamiento con el entorno inmediato” (Fernández, 2007)

“Para mí el auto es indispensable, me sacan el auto y si ahí cierro todo y me voy a lo de mi vieja y me amontono y no me importa, pero yo acá sin auto no estoy acá”. (Vecino de Cerrito)

A estas estrategias se suma la percepción de que el barrio no va a mejorar, y cuesta que mejore. Esta perspectiva sombría sobre la posibilidad de modificar ciertas dinámicas que impulsan el aislamiento de varios vecinos acentúan la fantasía de irse si sus posibilidades económicas se lo permitieran. La falta de proyección futura sobre una vida con cierta armonía del vecindario impacta en el fortalecimiento de los compromisos colectivos y la consolidación de lazos sociales.

El acostumbramiento y el aislamiento son dos mecanismos necesarios para aceptar resignadamente la imposibilidad de elegir “otros lugares” para vivir, imposibilidades generadas en las condiciones económicas y las escasas oportunidades impuestas por el mercado de tierras para la clase media y media-baja.

Espacios de interacción

Se destaca en el relevamiento el uso del espacio público por parte de los jóvenes después de las seis de la tarde. Los jóvenes adolescentes en las esquinas o en las veredas fumando porros son parte del paisaje cotidiano.

Los vecinos manifiestan la gran disputa que existe entre jóvenes pertenecientes a distintos sectores de los planes de vivienda y que se materializa esa disputa en la ocupación de determinadas esquinas y la ubicación de calles que operan como fronteras barriales. Se construyen y reconstruyen las identidades a partir de la disputa por el control del territorio de modo exclusivo y excluyente. Los siguientes relatos lo ponen de manifiesto:

“por ejemplo yo vivo en lo que le dicen los 40, los 40 contra los de la 17 es una guerra total.- Hay enfrentamientos? , - no, no, entre los vecinos no, sino entre los chicos … en las esquinas es de terror“ (Vecina y madre de un alumno del IPEM de Barrio IPV).

“¿Cuáles son las relaciones de uds. con los de otros barrios? Y nos cagamos a tiros siempre, todo mal!! … se agarran a tiros todos los días, está la cana siempre… la 17 con los de la 40... Nosotros no!, son los que se juntan en la esquina… las esquinas tienen nombres también, esta se llama los `pisa cocos`…” (Alumnos de un IPEM de Barrio IPV)

Estas situaciones terminan de explicar las estrategia de aislamiento como por ejemplo la de proteger a los hijos y no permitirles que salgan a la calle, ni que tengan amigos de la zona, que vayan a escuelas que no están situadas en el barrio, llevarlos y traerlos a todos lados, etc.

Otro de los espacios que posibilitarían las interacciones intersectoriales e interbarriales es la escuela; pero este ámbito no es concurrido por los hijos de aquellos que se reconocen diferentes a ese modo de vida de la calle. No existe ese espacio de encuentro con otros modelos sociales ya que los padres buscan que sus hijos migren hacia escuelas de otros barrios como una estrategia más de aislamiento de ese entorno y de movilidad social.

Con respecto a las compras diarias, se hacen generalmente en el barrio y las compras “del mes” en algunos supermercados de la zona. Esto depende del medio de movilidad del que se dispone. Los lugares de esparcimiento de los adultos consisten en general visitar a los familiares ocasionalmente para no dejar la casa sola. Los jóvenes, a los que los dejan salir a bailar, asisten al centro. Al referirse a estas actividades de recreación, compras o trámites en lugares alejados, se manifiestan las dificultades provocadas por el deficitario sistema de transporte público de pasajeros con el que cuentan, y la negativa de los taxis y remises a entrar al barrio. No hay como llegar al barrio y las estrategias de estos vecinos son de las mas variadas, como acudir a los taxis y remises ilegales del barrio, establecer una rutina con algún conocido que los lleve para la realización de determinados trámites a cambio de unos pesos o indicar, al taxista o remisero, como destino un barrio cercano que cuente con mas aceptación para el traslado.

Estas situaciones reflejan que los espacios de interacción en los propios barrios no posibilitan la integración social sino que reproducen las fragmentaciones sociales existentes.

El aislamiento con el resto de la ciudad está dado por una cuestión de morfología urbana, ya que los barrios están ubicados en las zonas periféricas y alejadas de las grandes avenidas y de los lugares de importante circulación. El trazado de calles que posibilitaría la conectividad fluida con el entorno no se encuentran en buen estado y existen calles directas hacia las avenidas que están intransitables por ser basurales.

Infraestructura y servicios

El espacio público barrial se define y es definido por las prácticas que posibilita, por las vivencias y las actitudes que allí suceden- Este espacio particular se caracteriza por importantísimos déficits de infraestructura, principalmente:

En los planes IPV existen los espacios verdes de grandes extensiones y no cuentan con ningún tipo de infraestructura ni mantenimiento. No existe apropiación por parte de los vecinos y operan como fronteras entre los sectores del barrio. Cada etapa en que se fueron construyendo los diferentes planes se concretó previendo grandes extensiones sin ocupar para futuros espacios verdes, hoy estos vacíos se identifican, entre los jóvenes, como los límites entre, por ejemplo, los “40 guasos” y “la 17”[3].

El aislamiento, una perspectiva futura sombría y la resignación debilitan los lazos sociales y la posibilidad de encarar emprendimientos colectivos, los que permitirían fortalecer la identidad comunitaria (encontrando las cuestiones comunes del nosotros), fomentar las interacciones plurales intra e interbarrios y cimentar el fortalecimiento del capital social y el comunitario.

La zona oeste

El análisis cartográfico arrojó como una zona homogénea por la presencia de los indicadores considerados una basta extensión comprendida por los siguientes barrios: Las Violetas, Los Filtros, Villa Martínez, Villa La Tela, Residencial San Roque y San Roque.

Se decidió la inserción al campo por Villa La Tela, una villa de emergencia con forma longitudinal de dos cuadras de ancho por 10 de largo. Esta villa se extiende a lo largo de una “tela” alámbrica perteneciente a predios militares, de allí su nombre. Las tierras que la comprenden son de dominio fiscal, otras privadas, otras expropiadas con el objeto de completar la traza de una ruta circunvaladora de la Ciudad de Córdoba. Esta traza ha sido modificada debido a la existencia de este asentamiento, siendo muy compleja la situación dominial existente si el propósito futuro fuera la regularización de quienes tienen su tenencia.

El equipo de investigación decidió abordar este vecindario y sus barrios colindantes, barrio Residencial San Roque y San Roque para su estudio fundado en cuestiones de accesibilidad por estar ubicados sobre una Ruta[4] e ir penetrando hacia los barrios interiores hasta donde la factibilidad del estudio lo impusiera.

Colindantes con la villa de emergencia se hallan los otros barrios cuya característica es ser autoconstruidos, en la mayoría de los casos se reconocen como propietarios del terreno aunque también presenta serias irregularidades con respecto a la situación dominial. En los tres barrios analizados las menciones sobre el allegamiento refieren a las imposibilidades de pagar alquileres en épocas de crisis económicas y la posibilidad de contar con casa propia.

Muchos se identifican como propietarios aclarando que han comprado su casa pero diferenciando que el terreno no les pertenece, es fiscal. “yo vivía en Alberdi, y bueno me pidieron donde vivía y bueno el dueño me compró aquí, me compró la casa.- y el terreno? No, y el terreno es fiscal” (Vecino de Residencial San Roque)

En Villa La Tela viven 5600 personas aproximadamente según datos del Dispensario de Salud, y en el mes de diciembre del año 2003 un fuerte tornado afectó la zona, provocando destrozos totales en tres o cuatro manzanas puntuales del barrio y otros daños de importante consideración en el resto.

Dinámica inter e intrabarrial

La dinámica entre barrios presenta menos conflictividad que en el caso anterior pero si se evidencia a partir de las entrevistas el señalamiento puntual del barrio al que se pertenece como mecanismo de diferenciación para la constitución de sus propias identidades. Las menciones a calles que constituirían “el límite” de la villa y la puntualización de estar fuera de esos límites es reiterada.

Así mismo algunos entrevistados de la zona que comprendería el barrio residencial San Roque se identificaba como vecinos del próximo barrio, Ameghino.

En todos los casos la frontera fuertemente señalada es la calle Sargento Gómez donde comienza Villa Martínez, después de la cual se tornan intransitables los espacios por la inseguridad. Villa Martínez opera como el factor de diferenciación a partir del cual se construyen las identidades, en cada caso se señala que como barrio “no son Villa Martínez”.

“Acá somos todos trabajadores, eso es lo que nos diferencia de Villa Martínez. En Villa Martínez te arrebatan por daño, están todos los chicos al pedo, se drogan, se fuman un porrito…” (Vecinas de Residencial San Roque)

Las representaciones sobre los otros barrios también refieren a los ubicados al “otro lado de la Ruta 20”, como Villa Adela, barrios con los cuales señalan las semejanzas y no existencia de diferenciaciones.

Con respecto a como consideran que el barrio es caracterizado por otros ciudadanos que no son vecinos, en todos los casos, mencionan la imagen negativa que se tiene de la zona, la mención a ser considerados zona roja según lo dicen “las noticias”. Los conductores de taxis o remises mencionan “zona roja” cuando se les solicita estos barrios como destino del viaje, según manifiestan los vecinos. Esto se relaciona con el inmediato reclamo por la circulación constante de la policía. La inseguridad presente es un tema instalado y recurrente en las conversaciones sostenidas con los vecinos.

Estrategias de convivencia

Las catástrofes impactan fuertemente en las poblaciones que son víctimas de ellas. Los principales impactos tienen que ver con la salud física y psíquica ya que trastornos del sueño, hipertensión, diabetes, pánicos, etc. empiezan a manifestarse. Villa La Tela y Residencial San Roque no estuvieron exentos de estos efectos, según relatos de la enfermera del Dispensario, después del tornado que los azotó en el año 2003, donde hubo varias casas derrumbadas y 4 muertos.

En las conversaciones mantenidas con diferentes personas en los barrios es constante la mención a la experiencia ocurrida hace pocos años atrás, el tornado operó en distintos sentidos: uno de ellos es el otorgamiento de visibilidad de la zona ante el resto de la ciudad, ya que dejó de ser una villa mas para ser la villa destruida por el tornado. En el plano de las relaciones inter barriales se disiparon las diferencias y “todos ayudaban”, ahí si que “todos nos volvimos solidarios, no quedaba otra” sostenían. En el nivel comunitario esta experiencia consolidó lazos, obligó a la presencia institucional inmediata, generó las intervenciones para la reconstrucción, requirió de la organización comunitaria para su ejecución y esto es reconocido por los vecinos y también es importante señalar cierta referencia nostálgica sobre la pérdida de esas actitudes solidarias muy presentes en el momento de la catástrofe.

“Hoy la convivencia con los vecinos es buena, no me meto, nos saludamos pero nada mas”. “Cuando el tornado todos ayudábamos” (vecinos de Villa La Tela)

La traumática experiencia del tornado ha significado la constitución de lazos de solidaridad y organización comunitaria.

Espacios de interacción

La catástrofe climática implicó entre las intervenciones institucionales la instalación de un Centro de Integración Comunitaria (CIC) que está contemplado en un Programa Nacional con ejecución por parte de los gobiernos locales. La elegibilidad de la zona para su localización estuvo relacionada al proceso de reconstrucción después del tornado.

Se prevé la construcción de los centros de integración comunitaria por parte de cooperativas conformadas al efecto constituidas por vecinos con el propósito de capacitarlos en los oficios que requería la obra. En el caso de Villa La Tela, tres cooperativas se constituyeron pero no lograron permanecer mas allá de la construcción del centro.

El CIC consta de dos áreas, una de salud comprendida por el dispensario con médicos, enfermeros, trabajadora social y administrativo; y otra área referida a la gestión social y comunitaria gestionada por una Mesa de gestión con representantes de cada manzana de la villa y una encargada que es vecina y con nombramiento municipal.

El CIC constituye un importante espacio de interacción y convoca especialmente a los vecinos de la villa, y no es frecuentado por los vecinos de otros barrios. Aquí nuevamente se marca la diferenciación haciendo referencia la encargada que trabaja “para todos, el barrio y la villa; pero sólo vienen los de la villa, el barrio, no!”. Se diferencian en la asistencia a los respectivos dispensarios de salud.

Centros vecinales: Residencial San Roque cuenta con su centro, no Villa La Tela que tendría representación en el centro existente en el barrio vecino pero no son convocados ni existe la participación. Dicha participación se canaliza por el CIC, institución que ha generado una dinámica de revalorización en cuanto a la propia representación de los vecinos para con su barrio, La Tela. Desde ese espacio se organizaron sobre recolección de residuos, provisión de agua, de luz, asistencia a discapacitados, planes de documentación, etc.

Otro hecho destacable en cuanto a espacio de interacciones es la presencia de diferentes organizaciones promoviendo tareas comunitarias como la gestión de comedores, la organización de una murga, ayuda escolar, huertas, etc.

El rol de la escuela pública en las diferenciaciones barriales: En qué escuelas son admitidos los niños de cada barrio y qué escuelas eligen o desean los padres enviar a sus hijos van señalando el rol asignado a la escuela pública por los padres para garantizar el sostenimiento o el aumento del capital socio-educativo de la familia y sus hijos.

La matricula escolar de educación incial y primaria es numerosa para la disponibilidad de bancos en la zona a lo que se suma una alta deserción escolar en el nivel medio. Las escuelas próximas ejercen ante la demanda cierta selección de sus alumnos justificando sus decisiones en la pertenencia al radio, aunque con criterios discrecionales según se menciona por parte de las madres. La estrategia de enviar a los niños a escuelas de barrios próximos evitando su asistencia a las escuelas “degradadas” de la zona implica esfuerzos familiares que los padres realizan para garantizar “las mejores relaciones y educación” de sus hijos.

En cuanto al uso del espacio público se reconocen las esquinas como los lugares preferidos por jóvenes pero sin enfrentamientos entre barras y garantizando la transitabilidad del mismo y tampoco se evidencia un asilamiento con respecto al resto de la ciudad.

Las compras se realizan en los comercios del barrio (existen importante red comercial conformada por kioscos, despensas y algunas tiendas) y compras mayores en los supermercados de la Ruta 20 y el centro.

Infraestructura y servicios

El sector cuenta con importante cobertura de servicios:

Transporte público: importante cobertura en cantidad de líneas, recorridos y frecuencias según manifiestan.

Taxis y remises se niegan a entrar a los barrios pero si llegan hasta la Ruta, la accesibilidad es más dificultosa por la noche, por la frecuencia muy espaciada de los ómnibus y la resistencia de taxistas a ingresar.

Agua: los barrios contaban con la provisión regular, la villa logró en el proceso de reconstrucción la obra de agua para la provisión oficial aunque restan las conexiones domiciliarias y garantizar los niveles de presión adecuados. Hasta hace un año contaba con conexiones precarias y clandestinas a la red de agua de los militares (predio con el que colindan).

Servicio de luz: la provisión de energía eléctrica también se resolvió en la villa a partir de su reconstrucción con la instalación de medidores comunitarios cada dos familias.

Recolección de residuos: se organizó recientemente la recolección con frecuencia diaria y la cobertura de casi la totalidad de las calles en los recorridos para la recolección. Los vecinos organizados desde el CIC instalaron “tachos” comunitarios en las esquinas para organizar la disposición mas organizada de los desechos.

Espacios verdes: se ha conseguido la limpieza de un basural para disponer del terreno para futura plaza con la autorización municipal correspondiente. No están contemplados mas espacios en la villa ya que su conformación es espontánea pero existen pequeñas áreas con juegos pertenecientes a un comedor y canchas de futbol, inclusive un espacio para la práctica del deporte por parte de mujeres.

En los barrios no se reconocen los espacios verdes.

En esta zona de la ciudad las representaciones sobre el propio barrio responden a ser zona roja o peligrosa pero la conectividad con el resto de la ciudad es importante, se reconoce como un espacio degradado para los jóvenes no contenidos por la escuela y se destaca la importante presencia de instituciones, organizaciones, la capacidad organizativa de la comunidad, la relación no conflictiva entre barrios.

La zona sur

Con respecto este sector de la ciudad abordado en el trabajo de campo se puede señalar que el espacio segregado identificado era el de mayor densidad poblacional. La zona sur comprendida con un entramado barrial importante como Villa Libertador, Carbò, Residencial Santa Rosa, Comercial.

La zona se caracteriza por una fuerte centralidad de Villa Libertador en cuanto a servicios comerciales y por la presencia de una importante comunidad boliviana y peruana. Su poblamiento comenzó en los años 30 cuando el dueño de las tierras, Sr Forestieri, ofrecía una parcela con la compra de cada traje para la promoción de su sastrería, por lo que nace por una estrategia comercial. El Sr Forestieri construyó escuela y dispensario en la zona para propiciar su poblamiento.

Los otros barrios también cuentan con importante presencia de la comunidad boliviana pero la mayor actividad comercial y de provisión de servicios se encuentra en Villa Libertador.

En el recorrido se decidió hacer un recorte espacial en función del propósito de la investigación tomando una zona conocida como “Arpeboch”, y analizar su relación con Villa Libertador. La zona donde se realizaron los relevamientos es en las inmediaciones de la plaza, en Arpeboch y en una toma de tierras reciente en la zona realizada por parte de vecinos promovidos por una organización. Cercano al lugar existe un plan de viviendas de los denominados Plan Mi casa, Mi vida llamado Ampliación Cabildo. Sus habitantes son mayoritariamente familias jóvenes (conformadas por hijos de los vecinos de la zona).

Se destaca en el conglomerado de barrios conocidos como Villa Libertador la configuración de nuevas urbanizaciones a partir de la toma de tierras y la constitución de cooperativas para lograr la regularización y provisión de los servicios. En algunos casos es importante la presencia de organizaciones promoviendo estos procesos y se destaca la presencia de líderes e intelectuales militantes que promueven la organización comunitaria.

Cabe aclarar que el nivel de análisis de los datos de esta zona no está aun concluido por lo que se presentarán las características generales en base a las dimensiones que se trabajan en los casos anteriores y a los fines de esta presentación.

En cuanto a las dinámicas inter e intrabarriales, no se encontraron manifestaciones diferenciadoras y se supone que ello está relacionado con la funcionalidad de Villa Libertador como centro comercial de los barrios circundantes. En cuanto a las dinámicas intrabarriales es destacada en la entrevista al cura párroco las diferentes costumbres según las comunidades y la buena relación existente pero con escasa integración entre ellos. La comunidad boliviana se caracteriza por mantener sus vínculos familiares y las nuevas uniones se dan entre sus miembros, sus hijos tienen buenos rendimientos escolares y son iniciados en la educación sobre oficios por las propias familias. La contención familiar es un hecho destacado y diferenciador del resto de los vecinos.

Las estrategias de convivencia no se manifiestan en las entrevistas como necesarias ya que no se manifestó como dificultosa. Las iglesias cuentan con un rol importante comunitario, tanto la iglesia católica con el Padre Santos ya que congrega a los fieles con las fiestas religiosas propias de los practicantes argentinos pero también da lugar a las conmemoraciones de las comunidades bolivianas que fuertemente conservan sus costumbres y prácticas de veneración a la Virgen. La otra iglesia muy importante es evangélica, Medea, que convoca a gran cantidad de adeptos de la zona y de toda la ciudad.

Un tema sobre el que existen acuerdos y hay una organización difícil de abordar refiere a la organización de los puestos comerciales en la plaza, hecho no transparentado y se supone con una cierta complejidad en su trama, eludido en las entrevistas.

En cuanto a los espacios de interacción, es por excelencia la plaza y la calle, buena parte de la vida cotidiana transcurre en la calle. Las iglesias y el centro cultural también ofrecen sus lugares de encuentro y participación.

Como ya se mencionó existen organizaciones políticas con capacidad de movilización y organización de vecinos para la toma de decisiones en función de ejercer sus derechos a la tierra y vivienda.

La prestación de los servicios e infraestructura tienen buena cobertura, calles asfaltadas, la construcción de un hospital y cuenta con servicio de transporte, con buena conectividad con el centro de la ciudad y la transitabilidad por taxis y remises.

Los nuevos barrios que se van conformando y constituyéndose en cooperativas como el caso de Arpeboch logró la provisión de todos los servicios con demandas ante las autoridades, restándole solo la escrituración individual de cada vecino para la constitución en barrio.

Las dinámicas barriales y las representaciones

Siguiendo a Vasilachis se sostiene que las representaciones son “construcciones simbólicas individuales y/o colectivas a las que los sujetos apelan o que los sujetos crean para interpretar el mundo, para reflexionar sobre sus propias situaciones y sobre la de los demás y para determinar el alcance y la posibilidad de su acción histórica” (Vasilachis, 2003:107).

Se considera importante detenerse especialmente en la cuestión señalada por la autora cuando refiere al propósito de la representación, no sólo para “interpretar el mundo” sino también para “determinar el alcance y la posibilidad de su acción histórica”, o sea no solo otorgan coherencia a la realidad desde un marco explicativo para los sujetos sino que se vinculan a sus prácticas, son construcciones que plantean el marco de posibilidades de las prácticas y estrategias desarrolladas por los habitantes de un barrio determinado en este caso.

Las representaciones sobre el propio barrio, sobre los otros barrios y las construcciones simbólicas que se supone que los otros tienen del propio barrio van estableciendo el marco de posibilidades sobre el alcance de las acciones de los vecinos con respecto a su propio lugar de residencia, con respecto a las interrelaciones.

Estas construcciones se realizan desde espacios concretos, en este caso segregados, que a su vez estas construcciones simbólicas posibilitan o habilitan un marco de acciones que implican el constante proceso de construcción de este espacio al que se hace referencia. El espacio segregado no está dado y opera como mero soporte, está siendo construido y contribuye en las construcciones simbólicas o representaciones las que a su vez determinan las acciones o dinámicas que van produciendo constantemente ese espacio, este es el ciclo reproductivo del espacio y explica cierta estabilidad en las características que va asumiendo.

Las dinámicas barriales y las representaciones que las sostienen deben ser analizadas para comprender el ciclo reproductivo de la construcción del espacio segregado.

Las zonas segregadas referidas en este paper muestran el rol de las representaciones como construcciones simbólicas que definen el marco de relaciones y acciones colectivas. En el caso del barrio Arguello donde las representaciones sobre el propio barrio dan cuenta de un espacio muy degradado en lo social, intransitable y peligroso, se observa que sus estrategias responden a dicha construcción simbólica interpretativa de su realidad. Las estrategias son las del aislamiento y el encierro, lo que significa un empobrecimiento de las relaciones, un retiro voluntario del espacio público y ello permite un ejercicio de territorialidad por parte de los jóvenes casi exclusivo en términos de poder, no permitiendo el gozo y uso de dicho espacio por parte de otros vecinos. La sensación sobre la imposibilidad de que dicha situación mejore profundiza las estrategias de aislamiento y refuerzan el ejercicio de territorialidad por parte de los grupos de jóvenes que lo hacen de modo violente y excluyente. Otra cuestión es analizar porque lo realizan y como construyen sus identidades a partir de esas prácticas, pero la dinámica explica el debilitamiento de los vínculos y el espacio que se construye constantemente.

En los casos de Villa Libertador y Villa La Tela la situación de la segregación se ve atenuada ya que el marco de relaciones es mas plural, menos fragmentado, en comparación.

Las políticas públicas también forman parte del proceso de producción del espacio social, y el aislamiento que implica la segregación no siempre es contemplada como dimensión en el análisis y formulación de las mismas.

La constitución de espacios de interacción como los Centros culturales, el Centro de Integración Comunitaria, constituyen y construyen espacios de encuentros y permite concebir la estructura de oportunidades territoriales que deben propiciar.

La conectividad de la zona con el resto de la ciudad a partir de un buen sistema de transporte, la seguridad brindada para el tránsito de coches de alquiler, la provisión de infraestructura en equipamientos sociales, garantizar la igualdad en el acceso a la educación y la salud, etc.

Es importante mencionar que una política pública eficaz atenderá estas cuestiones y obviamente que las prestación insuficiente e inequitativa de servicios o provisión de infraestructura acentuará los procesos de segregación, o sea cuando la política es una acción positiva se supone que contrarresta los procesos y cuando la política consiste en la omisión de acción por parte de la instancia estatal la acentúa. A esta obviedad queremos derribarla ya que hay acciones concretas desde el Estado que profundizan la segregación y rompen tejidos sociales e imposibilitan las relaciones plurales.

El caso testigo aquí relatado se presenta en Arguello donde varios planes de vivienda social han sido ejecutados. Estos planes con traslados masivos de personas de diferentes procedencias tienen un impacto más negativo que positivo. Las identidades barriales originales no se respetaron, se transplantaron personas a nuevos sitios con otros grupos humanos y solo se atendió la cuestión de la vivienda. Las redes laborales se resintieron, los jóvenes ocuparon violentamente el espacio público para resolver la cuestión laboral a través de tareas ilegales como la distribución de drogas o el delito, ante la pérdida de identidad la reconstruyen desde estas nuevas prácticas para encontrar un reconocimiento ante pares y demás grupos, y los tejidos sociales se rompieron.

Otro ejemplo concreto en la construcción del espacio social que aisla es el permiso que el poder público otorga a los desarrolladores urbanos a través de la normativa de edificación para la construcción de barrios cerrados provocando el aislamiento de los barrios a los que se les cierran vías de acceso hacia importantes avenidas, quedando virtualmente encerrados con escasas vías de conexión.

La segmentación educativa profundiza también estos procesos con realidades escolares expulsivas para jóvenes con bajo rendimiento que a corta edad deben cursar de noche su nivel primario, generando altos niveles de desgranamiento. Jóvenes o niños que no hallan ocupación y pasan a ocupar las horas de su día en la calle o en las esquinas y deben reconstruir sus identidades desde la no inserción en las instituciones que les dan reconocimiento social.

Las políticas están presentes en la construcción cotidiana del espacio social de modo gravitante y esa dimensión no puede ser desatendida en las decisiones de políticas.

 

Notas

[1] La escala de representación cartográfica es mayor.

[2] Se suelen denominar barrios IPV a los construidos por el Instituto Provincial de la Vivienda, reemplazado desde el año 1995 por la Dirección Provincial de la Vivienda.

[3] Estas denominaciones de los sectores hacen referencia a los nombres de las villas  miserias de las que fueron trasladados: “Los 40 gûasos” y “17 de octubre”.

[4] La Ruta a la que se hace referencia es conocida como Ruta 20, salida a Carlos Paz, con importantísimo flujo vehicular y otorga alta conectividad de los barrios hacia el resto de la ciudad.

 

Bibliografía

BLANCO, I. Políticas urbana de inclusión socio-espacial. La experiencia de Barcelona. In X Congreso Internacional del CLAD. Santiago de Chile, Octubre de 2005. <www.clad.org.ve>.

BLANCO, I. y SUBIRATS, J. ¿Existen territorios socialmente excluyentes? Contra lo inexorable. In BLANCO, I.; FLEURY, S. y SUBIRATS, J. (Coord.). Innovaciones locales ante inseguridades globales: los casos de Brasil y España. Barcelona: Fundació CIDOB (Colección Interrogar la Actualidad), 2008. En prensa.

DÍAZ, C. y CARO, N. Estudio comparativo de la segregación residencial socioeconómica – periodo 1980 - 1991 - 2001 – a través del índice de disimilitud de Duncan y el análisis de la varianza en la ciudad de Córdoba – Republica Argentina. Ponencia presentada en las Primeras Jornadas de Estudios de Población y Sociedad de Córdoba. Córdoba, Centro de Estudios Avanzados (CEA), Universidad Nacional de Córdoba, 2002.

FERNÁNDEZ, S. Reflexiones sobre el mejoramiento de barrios carenciados: Aportes para la discusión sobre hábitat informal e intervenciones públicas. 1º Congreso de Geografía de Universidades Nacionales, Río Cuarto, 2007.

FERNÁNDEZ, S. Las políticas urbanas de relocalización de población de villas miseria y la segregación urbana residencial. Administración Pública y Sociedad, IIFAP-UNC, nº 15, diciembre de 2005.

GLASSER, B. y STRAUSS, A. The discovery of grounded theory: Strategies for Qualitative Research. Chicago: Aldine, 1967.

KAZTMAN, R. Seducidos y abandonados: el aislamiento social de los pobres urbanos. Revista de la CEPAL, Santiago de Chile, nº 75, 2001.

KAZTMAN, R. Segregación residencial y desigualdades sociales en Montevideo. [En línea]. 2001, <http://www.siempro.org.ar>.

OLIVER FRAUCA, L. La ciudad y el miedo. In NOGUÉ, J. y ROMERO, J. (eds.). Las otras Geografías. Valencia: Editorial Tirant Lo Blanch, 2006.

RODRÍGUEZ, J. y ARRAIGADA, C. Segregación residencial en la ciudad latinoamericana. EURE, vol. XXIX, nº 89, 2004, p 5-24.

RODRIGUEZ VIGNOLI, J. Segregación residencial socioeconómica: ¿Qué es?, ¿Cómo se mide?, ¿Qué está pasando?, ¿Importa? Santiago de Chile: CEPAL/ECLAC (Serie Población y Desarrollo), 2001.

SABATINI, F. et al. Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción. EURE, vol. 27, nº 82, 2001.

SEN, Amartya. Inequality Reexamined. Cambridge, Mass.: Oxford University Press, 2001.

SARAVÍ, G. A. Segregación urbana y espacio público: los jóvenes en enclaves de pobreza estructural. Revista de la CEPAL, nº 83, agosto de 2004.

TAYLOR, J.S. y BOGDAN R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires: Paidós Studio, 1986.

TECCO, C. Dime donde vives y te diré quien eres. Aportes para la discusión sobre segregación socioeconómica residencial e intervenciones públicas. Primer Congreso de Geografía de Universidades Nacionales, Río Cuarto, 5 al 8 de junio de 2007.

TECCO, C. Políticas públicas locales para contrarrestar los efectos negativos de la segregación urbana. VIII Seminario Nacional de REDMUNI, “Gobierno Local y Ciudadanía”, Viedma, Universidad Nacional del Comahue (CURZA), Octubre de 2006.

TECCO, C. y FERNÁNDEZ, S. Políticas públicas y segregación residencial socioeconómica en la ciudad de Córdoba, Argentina. VII Seminario Nacional de REDMUNI, Los Polvorines, Universidad Nacional de General Sarmiento y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), Setiembre de 2005.

TECCO, C.; FERNÁNDEZ, S.; VALDÉS, E.; SAPP, M. y OMAR, D. Segregación residencial socioeconómica y gestión urbana. El caso de la Ciudad de Córdoba, Argentina. IX Seminario Internacional de la Red Iberoamericana de Investigadores en Globalización y Territorio (RII), Bahía Blanca, Universidad Nacional del Sur, Mayo de 2006.

VELEDA, C. Entre querer y poder. Las clases medias y la elección de la escuela en el conurbano bonaerense. In NARODOWSKI, M. y GOMEZ SCHETTINNI, M. Elección de escuelas. Problemas de diversidad y justicia social. Buenos Aires: Ed. Prometeo, 2006.

WACQUANT, L. Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2007.

 

© Copyright Silvana Fernández, 2010. 
© Copyright Scripta Nova, 2010.

 

Ficha bibliográfica:

FERNANDEZ, Silvana. Representaciones sociales y dinámicas barriales en zonas segregadas de la ciudad de Córdoba. El rol de la política pública en estos procesos. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº 331 (84). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-331/sn-331-84.htm>. [ISSN: 1138-9788].

Volver al índice de Scripta Nova número 331
Índice de Scripta Nova