Menú principal

Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 331 (90), 1 de agosto de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

IDENTIDAD URBANA, TERRITORIO Y EMPRESA: UN CASO DE LA ZONA SUR DE LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES

Cintia Russo
Universidad de Buenos Aires
cintiarussop@yahoo.com.ar

Identidad urbana, territorio y empresa: un caso de la zona sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires (Resumen)

En el presente artículo estudiaremos la relación entre la industria y la configuración de la identidad urbana. Para ello, analizamos la trayectoria de una empresa productora de envases de vidrio, Cristalerías Rigolleau instalada al sur de la región metropolitana de Buenos Aires a la vuelta del siglo XX. Sostendremos que las marchas y contramarchas de esta empresa tuvieron una influencia significativa en la evolución de la urbe, en el entramado productivo, el mercado de trabajo, como en la construcción de la identidad industrial. Las preguntas que guían nuestro trabajo son: ¿Por qué se instalan las empresas en un determinado locus? ¿Cuál es la influencia material e inmaterial de la empresa en el tramado urbano? ¿De qué manera se entreteje la historia de la empresa y de la localidad de modo que resultará imposible separar el trabajo en la fábrica de la pertenencia a la comunidad?

Palabras clave: identidad urbana, territorio, industria, región metropolitana de Buenos Aires.

Urban identity, territory and enterprise: a case of the southern part of the metropolitan area of Buenos Aires (Abstract)

In this article we will study the relationship between industry and the configuration of urban identity. We analyze the trajectory of a glass prodution company, Rigolleau installed in the southern metropolitan area of Buenos Aires at the turn of the twentieth century. We argue that the marches and counter of this company had a significant influence on the evolution of the city both in the local labor market, and the construction of the industrial identity. The questions guiding our work are: Why companies are installed in a particular locus? What is the tangible and intangible influence of corporations in the cities? How interweaves the history of the company and the town so that it will be impossible to separate the work in the factory from belonging to the community?

Key words: urban identity, territory, industry, metropolitan area of Buenos Aires.

La relación entre el proceso de industrialización y la identidad urbana es el eje en torno al cual gira la presente ponencia. El punto de vista que adoptamos es el análisis del sendero evolutivo de las empresas y de la geografía industrial, lo cual nos permite revalorizar aspectos que no se incluyen en los estudios más tradicionales. La relación entre industria y territorio debe analizarse en dos niveles distintos y a su vez integrados: el de la acción de las sociedades sobre los soportes materiales de su existencia, y el de los sistemas de representación (C. Raffestin, 1986). Por ello, para estudiar la identidad de una localidad se deben considerar las condiciones de localización (infraestructura de transporte y comunicación, cercanía del mercado, etc.), el tejido productivo, el mercado de trabajo, la formación y disciplinamiento de la mano de la obra, la difusión en una región de de saberes específicos, de las formas de organización e instituciones creadas a partir de la empresa. A los elementos objetivos que estructuran el territorio (población, viviendas, instituciones, fábricas, ferrocarriles y espacios públicos) se incorpora el imaginario colectivo.

Las empresas que consideramos en el presente artículo son la Cervecería Quilmes y la Cristalerías Rigolleau, que cuentan entre las empresas más antiguas establecidas al sur de Buenos Aires a la vuelta del siglo XX. Esta localización de respondía, en general, a una política de expansión industrial implementada desde fines del siglo XIX  a partir de la expansión del ferrocarril que ubicaba el polo de desarrollo industrial hacia el sur de la ciudad de Buenos Aires. El partido de Quilmes ubicado a 20 km al sur de la ciudad ofrecía a fines del siglo XIX y principios del XX condiciones de atractividad territorial para la instalación de fábricas. La ecuación que sustentaba estas ventajas de localización combinaba: transporte barato (el ferrocarril), la cercanía de los mercados urbanos en expansión (Buenos Aires y La Plata) y de los puertos de Buenos Aires y Ensenada. Por otra parte, también contribuían a generar ventajas naturales: la accesibilidad a la ciudad de Buenos Aires, la disponibilidad de napas acuíferas y la presencia de innumerables arroyos que permitía la descarga de los desechos industriales.

Otto Bemberg  construyó en 1889 en el municipio de Quilmes, la Brasserie Argentine, luego Cervecería y Maltería Quilmes  junto a la estación del ferrocarril Buenos Aires-Ensenada. Desde entonces la cerveza se empezó a vender con la marca que rescataba el antiguo nombre indígena de la localidad: Quilmes. El ferrocarril marcó el comienzo de un periodo de grandes transformaciones sociales, económicas y territoriales. Con el tren llegaron personas, cargas, inquietudes, nuevas ideas y capitales. Este era el medio de comunicación más seguro para el transporte de pasajeros y para carga, facilitando además el establecimiento de fábricas a la vera de sus vías: la Destilería de Alcohol de las Conchitas (1886), Brasserie Argentine (1889), la Fábrica de hilados de algodón (1889), Cristalerías Rigolleau (1906) y Fabril Financiera y la Papelera (1908). Con las fábricas, los campos se transformaron en barrios obreros y se aceleró la mutación de una zona agrícolo-ganadera en uno urbano-industrial atrayendo la radicación de numerosas familias de inmigrantes (italianas, españolas, belgas y francesas.

El incremento de la producción y consumo de cerveza fomentado por la Cervecería Quilmes generaron las condiciones de localización y sinergia territorial para la instalación de un establecimiento elaborador de envases de vidrio. Gastón Fourvel Rigolleau trasladó en 1906 la empresa vidriera de la Capital a la localidad de Berzategui junto al municipio de Quilmes. Esta localización respondió a una dinámica productiva y territorial que se tradujo en un tipo de vínculo virtuoso entre la CMQ y la CR en un área casi despoblada. Esta forma de articulación productiva generaría condiciones de atractividad territorial para la industrialización de la zona.

El objetivo general del trabajo es el de estudiar el modo en que las relaciones productivas de la empresa fomentaron el entramado urbano e industrial de la zona sur de la región metropolitana de Buenos aires a la vuelta del siglo XX, transformando las perspectivas sociales, económicas y la identidad de una comunidad.

El objetivo específico es el de analizar la formación de la  identidad urbana local a partir de la instalación de las empresas y su influencia en la formación de las instituciones sociales del partido de Quilmes. En este sentido, la empresa y la urbe como objeto de estudio son el punto de partida obligado, para implementar este análisis. En torno a la fábrica y las formas de gestión de los empresarios se crean fuertes lazos identitarios –sociales y culturales-. Las prácticas productivas que introduce la empresa desde su origen se arraigan en la comunidad fabril formando parte de la identidad de la localidad. Por tanto, resulta necesario investigar esta temática a partir de fuentes primarias y secundarias: archivos de las firmas, memorias y balances, publicaciones locales, periódicas, guías y registros municipales y fuente oral (entrevistas de los trabajadores, directivos, funcionarios públicos y miembros de la comunidad local).

Las fábricas y la construcción de una identidad urbana

Desde la Plaza  de la Estación (H. Yrigoyen) ya se puede advertir la imagen inconfundible de las chimeneas de la Cervecería, la cual se identifica con nuestro nombre. En las breves líneas de una crónica sobre la Cervecería y Maltería Quilmes es imposible destacar fielmente toda la importancia y significación que en diversos ordenes encierra un establecimiento como el que nos ocupa y  que ha extendido su obra industrial poderosa  con una acción amplia de verdadero sentido social, marcando de esta manera inteligente y patriótica la orientación de la industria del país.” Caras y caretas Buenos Aires, 1938.

La historia de una fábrica y la geografía de un lugar son el marco, en nuestro caso, del proceso simbólico de construcción de identidades. Cervecería Quilmes, Cristalerías Rigolleau y sus trabajadores constituyen pequeños conjuntos que pueden dar cuenta de los mecanismos poco explícitos de la identidad y la construcción colectiva del espacio imaginario. Quilmes, como comunidad industrial está asociada a estas  fábricas que a lo largo del siglo XX le otorgaron sus rasgos más característicos. La fábrica de cerveza y la de vidrio son para la comunidad su sello y parte de una misma historia en donde se funden localidad y marca.

La apertura de la cervecería y la cristalería atrajo población y otras fábricas de la región, creándose así el mercado de trabajo y el tramado industrial de la localidad que fue adquiriendo la identidad de una población fabril. La planta de cerveza se instaló en una zona donde la actividad rural y la ganadera ocupaban a la mayor parte de la población. La zona urbana estaba restringida a unas pocas cuadras. Luego fueron construyéndose los barrios obreros, fundamentalmente, hacia la zona oeste donde estaba instalada la cervecería.

Con la urbanización y el poblamiento de la localidad se complejizaron las relaciones sociales y se crearon numerosas instituciones -Sociedades de Socorros Mutuos, sociedades de fomento, clubes deportivos, asociaciones por nacionalidades que preservaban tradiciones y costumbres, iglesias, etc-. Junto a estas asociaciones se formaron otras vinculadas con la condición del trabajador fabril de contenido más ideológico: tal el caso de los sindicatos. En todos los casos los trabajadores eran el motor de estas instituciones y constituían la masa crítica de sus afiliados.

Desde el establecimiento de la cervecería y la cristalería se generaron sinergias entre fábrica y comunidad. La industria necesitaba una infraestructura que la localidad aún no tenía. Se hicieron entonces una serie de inversiones y se fueron instalando los servicios más esenciales para el funcionamiento de las fábricas y vida del pueblo. La electricidad se instaló en Quilmes cuando se tiró el primer chop en la fábrica de cerveza en 1890; el agua, una de las materias primas esenciales en la elaboración de la cerveza se extraía de pozos semisurgentes y se distribuía, gratuitamente a la población anticipando lo que, décadas después, sería la Compañía de Obras Sanitarias de Quilmes y Extensiones (COSQUE), fundada en 1929 y constituida por accionistas de CMQ[1]. Los caminos se mejoraron y, la familia Bemberg, dueños de la cervecería, fundaron la empresa de Tranvía de carga y de pasajeros Quilmes-Buenos Aires que mejoró la comunicación con la capital.

De la identificación de la empresa con la localidad pueden dar prueba cabal la creación de instituciones como el policlínico, la maternidad del Hospital de Quilmes, los Bomberos Voluntarios, escuelas, cooperadoras, etc. Los Bemberg donaron para 1919,  una suma equivalente a la colecta pública realizada para construir del Hospital de Quilmes. En la década de los 20 los dueños de la cervecería construyeron el barrio cervecero, Villa Argentina, con todos servicios (escuela primaria dentro del barrio cervecero)

El tejido productivo y la construcción de la identidad

Por la naturaleza del proceso productivo, CMQ ejerció una influencia más directa en la infraestructura urbana de servicios. Determinó en la instalación de la electricidad en la localidad de Quilmes; invirtió en la creación de una línea de tranvía entre Quilmes y Buenos Aires que funcionó hasta los 60 -convirtiéndose luego en la línea de colectivos 22-; desarrolló la distribución de agua y participó de la creación de la compañía de aguas de Quilmes (COSQUE). Urbanizó la zona cercana a la fábrica con la construcción en distintas etapas del barrio residencial y el club deportivo y de recreación de la CMQ.

Dada la estrategia de integración vertical que desarrolló la empresa cervecera, los Bemberg  fundaron tempranamente compañías para la producción de insumos para la industria. En 1920 la Primera Maltería comenzó a funcionar en la localidad de Hudson, vecina a  Quilmes. Se generaba una articulación productiva local a gran escala que vinculaba la maltería con la cervecería por el ferrocarril y luego los camiones. En esta línea de integración vertical, CMQ instaló en Quilmes la compañía de Tapas corona evitando la importación de este insumo. La propia instalación de la cristalería en Berazategui, como hemos señalados ya es una consecuencia de la instalación de CMQ.

“Me crié ahí...y siempre decía que Cristalerías Rigolleau era una vaca lechera. El día que deje de echar humo, Berazategui muere...y sí...todo dependía de Rigolleau y Ducilo, pero más de Rigolleau.” “En una palabra, Rigolleau dió mucha vida al pueblo en el sentido de todos los talleres que vivían de CR”Claudio Buffevan.

Desde mediados de los años 40 hasta comienzos de los 60 CR tuvo su periodo de mayor expansión. La fabricación de vidrio de borosilicato (pirex) fue uno de los ejes dinámicos de esa expansión empresarial. Por otra parte el plástico no constituía aun una competencia importante para el vidrio.

Con el cierre de la sección de trabajo a mano en los 40 se multiplicaron los talleres afuera de la fábrica. En Berazategui en los 60 llegaron a existir más de 40 talleres en torno al gran establecimiento vidriero. “Yo pude poner el taller recién en el año 60, cuando la fábrica (CR) me vendió todo el material” La proliferación de talleres fue favorecida y potenciada porque la empresa dio muchas facilidades para la adquisición de los equipos en desuso y la mano de obra era muy calificada y estaba en condiciones de trabajar en talleres propios. La empresa vendió los equipos a sus trabajadores que se decidieron a instalar talleres en la zona. Los obreros podían comprar tornos, piedras y los equipos que no se usaban más para poner sus propios talleres en actividades que no competieran con CR. “Muchas reparaciones se hacían en la fábrica pero cuando el volumen de trabajo superaba sus posibilidades se enviaba a reparar afuera. Así se desarrollaron talleres externos que pertenecían a los mismos trabajadores de CR: algunos conservaban su trabajo en CR y otros dejaban la fábrica por el taller. También había grandes talleres 5 o 6 que dependían de la demanda de CR “así que competíamos entre nosotros” (Claudio Buffevant). CR solicitaba presupuesto a varios talleres pero si alguno estaba inactivo se le otorgaba la reparación para equilibrar la distribución de trabajo y “que todos los talleres pudieran sobrevivir y mantener sus puertas abiertas”(C. Buffevant).

La cristalería le compraba a los pequeños y medianos talleres fundamentalmente moldes y demandaban reparación de las máquinas automáticas. Había talleres que dependían totalmente de la demanda de la fábrica vidriera sobre todo en la fabricación de piezas para las máquinas especiales.

Las políticas anti industrialistas de los 70-90 minaron este tramado productivo y así como a CR le fue difícil superarlas, los talleres más pequeños no pudieron resistir su embate y tuvieron que cerrar. “Con la apertura económica y la importación de piezas de vidrio y plástico muchos talleres fueron afectados. La importación fue una catástrofe para CR y para los talleres que vivíamos de ellos. ¡Una barbaridad¡ ¿Cómo se puede competir con los productos de afuera? El vidrio, vestimenta, textiles todo murió en Argentina. Así fueron desapareciendo los talleres. Y la propia CR empezó a traer mercadería de afuera hasta los moldes eran de Checoslovaquia.” (Claudio Buffevant)

Los talleres de matricería y tornería que pudieron sobrevivir a la apertura económica fueron muy pocos y lograron en algunos casos vincularse con el mercado externo con cierto éxito. Tal el caso de Metalúrgica Buenos Aires que exporta moldería y accesorios para cortadoras y grúas de doble gota a Perú Colombia y Venezuela.

El paternalismo industrial y la construcción de la identidad urbana

La modalidad de gestión de los Bemberg y los Rigolleau se caracterizó por presentar dimensiones extraeconómicas que trascendían el proyecto empresarial. Esta definición de paternalismo hace referencia a una realidad social en determinado territorio. Es sobre esta modalidad de gestión empresarial que se establecen los asentamientos obreros organizados y estimulados por los Bemberg y los Rigolleau como símbolo de su dominio socio-territorial.

En principio, el paternalismo nace como una respuesta al desarrollo del sistema de fábrica y sus consecuencias a nivel social. El paternalismo, por tanto, se vincula a la gran industria allí donde ésta generó efectos disruptivos de la sociedad tradicional.

Si consideramos a la estabilidad de la fuerza de trabajo como una condición determinante del desarrollo industrial, el paternalismo constituyó,  básicamente, una respuesta a la necesidad de disponibilidad de mano de obra de la industria, es decir, su traspaso del sector tradicional al industrial. Por lo tanto, el establecimiento de la gran industria implicó, en los países de la revolución industrial, la decadencia de la comunidad tradicional y su disgregación. En el caso de un país “nuevo” como la Argentina se vinculó a su necesidad de poblamiento atrayendo mano de obra inmigrante. El pasaje de la mano de obra fluctuante a la estable exigía su disciplinamiento. La fábrica implicaba una jornada laboral marcada por ritmos bien precisos de trabajo ininterrumpido, todos los días de la semana, en espacios cerrados y en colaboración con decenas de otros hombres  Este sistema de fábrica resultaba de una intervención directa del empresario a fin de organizar la vida productiva a nivel micro-territorial. Por lo tanto, la novedad de la producción industrial, a la vuelta del siglo XX, en Argentina se basaba en la estructuración de relaciones sociales, evidenciadas en la división del trabajo y en el orden de la fábrica. Paralelamente, esta mutación penetraba la vida entera, individual y asociativa. “La Comunidad  no debe distinguirse por su falsedad o legitimidad sino por el estilo con el que es imaginada “Benedict Anderson. Comunidades imaginadas, 1993.

Una comunidad fabril y la pertenencia a una localidad se imaginan como un espacio de intercambio social con límites que trascienden muchas veces sus fronteras materiales. Esas relaciones sociales se imaginan más horizontales. Aquellos que se reconocen como miembros de una comunidad se saben vinculados con personas por lazos imaginados alguna vez de manera particular como redes extendidas en un territorio. En última instancia es esta percepción la que genera desde el imaginario relaciones que se traducen materialmente en las redes sociales en el territorio En definitiva, la pertenencia es a una comunidad imaginada y no objetiva (B. Anderson, 1993). Donde existen intereses compartidos (interacción social) y experiencias comunes que otorgan identidad

Comunidades fabriles, como Quilmes y Berazategui, son entendidas, en este marco como una pluralidad de hombres y mujeres dotados de intereses, sentimientos, comportamientos y finalidades comunes en virtud de la pertenencia a un mismo grupo social. Este tipo de concepción comunitaria puede resultar una caricatura de la Gran Familia en la cual domina la voluntad del Gran Padre (como Otto Bemgberg, y Gastón Fourvel Rigolleau) (Guiotto, 1979).

A los elementos objetivos que estructuran el territorio como población, vivienas, instituciones, fábricas, ferrocarriles y calles se debe agregar el imaginario de la comunidad. y las experiencias de los habitantes. La conjunción de estos dos espacios, objetivo y subjetivo configura la identidad de una comunidad que reconoce en nuestro caso a la industria y en particular a las fábricas de vidrio como su centro vital.

En Quilmes y Berazategui se desarrollaron los pequeños comercios y talleres de diferentes oficios que se alimentaron con los salarios de los obreros cerveceros y vidrieros. Se establecieron panaderías, verdulerías, tiendas, peluquerías, almacenes etc. que dependía de los ingresos de la población trabajadora. En la urbanización del partido de Quilmes se entretejían casas, calles (pocas empedradas) plazas, pequeños negocios y fondas con terrenos baldíos. La urbanización fue empujando a los márgenes estos terrenos vacíos y se establecieron otros espacios: clubes deportivos, club de fútbol, sedes de asociaciones vecinales, bibliotecas populares, sindicatos, escuelas, bancos. Las urbanizaciones se extendieron hacia la zona oeste de las vías del ferrocarril porque hacia el este estaba limitada por el río.

“Los encargados con la responsabilidad  de dirigir las empresas tienen una importancia fundamental pues sino cumplen con su función tampoco logran que las empresas obtengan el éxito necesario tanto para los patrones como para los obreros.” Enrique Shaw  (1921-1962) Notas y apuntes personales, ACDE, 1999.

“(Siempre tuvimos)... la plena conciencia del valor social y económico que trasciende el de la fábrica.” Otto Federico Bemberg, discurso de inauguración de la maternidad Otto Sebastián Bemberg en Quilmes, 1944.

La concepción que se expresa en estas afirmaciones de Enrique Shaw[2] y de Otto Sebastián Bemberg, sólo puede comprenderse desde la práctica paternalista. Los Bemberg y los Rigolleau no se limitaron a funciones defensivas, de salvaguardia del nivel tradicional y estático de la producción, su función se insertó en la del emprendedor en el sentido más amplio de organizador de la sociedad.

Las fábricas son el trasfondo del imaginario social en el que se sustenta la cultura del trabajo reflejada en: el gran edificio de la cervecería y la cristalería, la maquinaria, el moviendo de las materias primas y los cajones de envases, botellas,  y vajillas saliendo en tren o en camiones, la movilización de la mano de obra de sus casas a la fábrica, las bicicletas, la ropa de trabajo. Todo ello constituye en conjunto el escenario de la vida cotidiana local. Con la instalación de la cervecería y la cristalería inicia en la región sur de Buenos aires la formación de la mano de obra y los hábitos y disciplina del trabajo, las formas de organización del trabajo. Los ritmos productivos y los turnos de la fábrica con su silbato marcaron la comunidad durante más de un siglo. Los Rigolleau y los Bemberg como impulsores de sectores industriales prácticamente inexistentes en un país debieron crear de la nada el mercado de trabajo y capacitar la mano de obra. En un principio trajeron los artesanos de los centros de tradición cervecera y vidriera más importantes de Europa y así se fueron conformando las comunidades fabriles locales. Esa política de estabilización y formación de la mano de obra fue la tarea más importante que realizaron los propietarios de la fábrica en los inicios de la comunidad de Quilmes. Con el tiempo crearían, además, las instituciones educativas y de capacitación que fortalecerían esta tarea a lo largo del siglo XX.

La cervecería y la vidriería como paradigmas de referencia de una zona urbano-industrial uniforman las relaciones sociales en el territorio común. El momento productivo de elaboración de cereza y vidrio, esencial de todo el proceso se convierte en el punto de justificación para la ampliación del dominio empresarial más allá de los confines propios del lugar de trabajo. Se eliminan las fronteras entre fábrica y comunidad, integrándola en la organización particular y específica del trabajo, involucrando el destino de los trabajadores y sus familias.

La gestión paternalista y el tiempo libre

“Movida por los propósitos que siempre distinguieron a esta Sociedad Anónima está terminando la construcción de un gran campo de deportes en Quilmes creado para el disfrute del vecindario de su zona de influencia. La Cervecería Argentina Quilmes con su iniciativa se hace acreedora al reconocimiento de sus obreros y el aplauso en general de la prensa “Semanario Crónica de Bernal. 19 de enero de 1924.

“Es conveniente que los obreros dispongan de plazas o descampados para tomar aire y sol. Debe también haber sitio de recreo para niños y adultos pues no todo ha de ser trabajo” Eduardo Wilde, Curso de Higiene Pública, Lecciones del Dr. Eduardo Wilde en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Imprenta y Librería de Mayo 1885.

El deporte y la recreación alimentan la percepción de pertenencia a una comunidad, a una familia y de unión entre la empresa y los asalariados. Cuando los obreros se instalaron en un radio próximo a la cervecería se facilitó el control de su tiempo libre. Las actividades de recreación, la ocupación del tiempo libre del obrero y su familia formaron parte de las preocupaciones de los empresarios paternalistas. Los Rigolleau crearon el Club Deportivo de CR que fue el primero en Berazategui hasta los años 40. La construcción del club en la planta industrial de Berazategui, conocido como el Parque comenzó en los años 30 y ocupaba siete hectáreas. Los obreros, empleados y sus familias utilizaban ese espacio para recreación y deportes estaba abierto a la  comunidad de Berazategui y sobre todo a las escuelas del partido. Para la construcción del centro recreativo se utilizó la mano de obra desocupada de la empresa en los 30. Estos espacios de deporte se convierten también en los lugares de reunión para festejar grandes acontecimientos de las empresas. Para el centenario de la fundación de Cristalerías Rigolleau, el 8 de octubre de 1982 se organizaron festejos en el Parque del Club Rigolleau y en la arboleda, convertida en atractivo paseo, levantaron un monumento dedicado al fundador de la empresa: Gastón Fourvel Rigolleau. La conmemoración estuvo coronada por una misa de campaña y un gran despliegue de autoridades municipales, provinciales y nacionales además del personal de la compañía. (A. Humier).

Para estimular actividades, deportivas y recreativas los Bemberg construyeron el Parque de la Cervecería, fundado en 1924 y ubicado en terrenos de la empresa, cerca de la planta. Este club deportivo se convirtió en el espacio privilegiado del encuentro y de integración de los obreros y sus familias extendiéndose sus beneficios a toda la comunidad quilmeña. La construcción del Parque estaba prevista por los Bemberg y formaba parte del plan de urbanización original que abarcaba también el barrio residencial de Villa Argentina. El objetivo era generar un lugar de recreación para los empleados, obreros y sus familias. Se trata de un espacio verde con zonas de recreo de muy fácil acceso, escenario de bailes populares, torneos de fútbol, almuerzos y distintas actividades es actualmente visitado por más de 3,000 personas los fines de semana.

Se festejaban allí numerosos eventos (el día del niño, navidad o año nuevo)[3]. Para los 100 años se reunieron, gerentes, empleados, obreros, jubilados, políticos (senadores provinciales, el intendente de Quilmes, diputados provinciales de UCR y PJ, y miembros de la familia Bemberg. (Noticias y Cerveza Nº 33, diciembre 1990) [4] [5].

El Parque de la Cervecería fue sede de importantes eventos de la vida de la empresa y sus trabajadores. Se realizaban las asambleas del sindicato durante los escasos conflictos obreros y el emblemático 4 de febrero de 1955, J. Domingo Perón, todavía presidente entregó al sindicato cervecero el manejo de la empresa expropiada a los Bemberg.

Las instituciones sociales y la construcción de la identidad

Toda la modalidad de encuadramiento en una comunidad, en tanto colectividad “armónica” y funcional se da a través de las instituciones –escuelas, organización del tiempo libre, control del ahorro y el consumo, organización de sociedades de socorros mutuos-, y la difusión de una cultura estandarizada.

Prácticamente, hasta mediados del siglo XX no había institución en Quilmes en que la cervecería y la cristalería no hubieran tenido alguna participación. La creación del tramado institucional en las comunidades de Quilmes y Berazategui caracteriza la gestión de CMQ y CR. Cristalerías Rigolleau, a una escala diferente de CMQ respondió a las necesidades sociales de los obreros en vivienda, recreación, salud y educación. Ejemplo de ello son la escuela técnica que creó las CR, Rigovisor, o la escuela de educación primaria que fundó CMQ en el barrio Villa Argentina para los hijos de los empleados y obreros. En estos casos, la escuela fue establecida y financiada por los industriales y no estaban, directamente, relacionadas con la actividad productiva. Cubrían la ausencia de escuelas públicas en la zona. Otras instituciones asistenciales sí estuvieron más vinculadas a la productividad de la industria. El objetivo era, efectivamente, el de aliviar la vida del operario fuera del taller permitiéndole dedicar toda su energía física y psíquica a la productividad en la fábrica. El ahorro, institución de carácter sutil que completa el esquema paternalista permite establecer una relación particular entre empresario y operario adoptando una forma de pseudoasistencial. Tanto CMQ como CR crearon un sistema de ahorro para la vivienda u otros consumos que era pactado puntualmente con cada operario. “Todos sabían que podían recurrir a los Bemberg. Daban préstamos con bajo o ningún interés.” (Luis Álvarez). Por ello, la pérdida del puesto de trabajo en la fábrica podía significar la pérdida del propio rol en la comunidad y de la vivienda.

La primera institución que contó con el apoyo financiero y el impulso de CR fueron Los Bomberos Voluntarios. Miembros del directorio de CR integraban la comisión directiva de los bomberos realidad que se prolongó hasta  hace pocos años. Evidentemente, en este aporte había un interés concreto de preservar cuestiones de seguridad industrial. Por eso mismo, CR aportó el financiamiento para equipar la unidad de bomberos con la primera motobomba en 1949, además de comprar los vehículos y sostener su mantenimiento. Incluso los bomberos era personal de CR y en épocas de inundaciones colaboraba materialmente con los damnificados.

La educación fue uno de los terrenos de intervención paternalista donde los Rigolleau se destacaron más que los Bemberg. En principio contribuyeron con material y dinero, desde épocas tempranas, para construir las escasas escuelas de la zona. En conmemoración del 75 aniversario, en 1957, además de realizar una importante donación a la Biblioteca Popular Manuel Belgrano, la compañía donó al Ministerio de Educación de la provincia, la construcción de una escuela primaria que funciona actualmente en el barrio San Juan de Berazategui con el nombre de Gastón Fourvel Rigolleau. “En un barrio de familias obreras se levanta la escuela Gastón Fourvel Rigolleau”, así intituló Rigovisor, revista institucional de la empresa, esta iniciativa (Rigovisor Nº 69. Enero 1958).

EN 1940 Cristalerías Rigolleau fundó la escuela de artes y oficios Ateneo Rigovisor que contribuyó a la enseñanza oficial dando ayuda escolar y cultural con alcance a toda la comunidad. Dada la carencia de escuelas secundarias, esta iniciativa tuvo gran importancia como formadora y centro de difusión de artes y oficios en Berazategui y zonas cercanas. La escuela formó aprendices de vidrieros, mecánicos, grabado y escultura, artistas, algunos de los cuales de gran notoriedad. Los hijos de los obreros asistían al Ateneo Rigovisor para adquirir oficios de técnico, carpintero, cocinero,  se daban clases de música, canto coral, además, de oficios como costura, decoración, “labores domésticas femeninas”, y la enseñanza de idiomas.

El Ateneo funcionó treinta años y cumplió un papel destacado, no sólo formando y capacitando obreros para la industria del vidrio sino para la demanda de mano de obra calificada de las industrias en general. Los primeros egresados del Ateneo habitualmente ingresaban a CR y otras fábricas de la zona sobretodo en sus primeras épocas.

El Politécnico de Berazategui se fundó en 1967 con apoyo de las empresas CR, Ducilo, Peugeot y Alpargatas. El colegio era gratuito y los gastos los pagaba la industria. El mayor aporte y la administración estaban en manos de CR. El Politécnico es la Escuela Industrial del partido que forma la mano de obra especializada para la industria de la zona. Al principio, los egresados eran absorbidos por las grandes empresas que aportaban a su mantenimiento. Luego esta tradición se fue perdiendo y  depende, desde 1980, del estado provincial y CR dejó de hacer aportes a la escuela industrial y en los 90 se desvinculó de su gestión[6]. Sin embargo, en la actualidad los alumnos del Politécnico realizan pasantías en CR y muchas veces la empresa luego los contrata (asistente social del Politécnico de Berazategui).

La participación de CR en la formación de la mano de obra no se restringió a su escuela de aprendices y al politécnico. Adentro de la fábrica había una sección  de capacitación donde los obreros terminaban la escuela primaria y se capacitaban en diferentes oficios. Entre 1970 y 1985, se desarrollaron cursos de alfabetización a los que asistieron más de 500 trabajadores disminuyendo, notablemente, el número de analfabetos y semianalfabetos (Lucarelli, 2004). La mano de obra así calificada pudo acceder a mejores puestos de trabajo e interpretar las tecnologías en uso.

El origen católico de los Bemberg y los Rigolleau les facilitó una buena relación con la iglesia local. En 1966 los Bemberg construyeron la Iglesia San José Obrero del Villa Argentina. La familia cuando se encontraba en Argentina asistía a misa los domingos en la capilla del barrio cervecero.

Cuando en 1944 se puso la piedra fundamental de la iglesia “La Sagrada Familia”, León Fourvel Rigolleau y su esposa, Yvonne Nicole de Fourvel Rigolleau fueron sus padrinos. Se daba misa de campaña en el Parque para el día del trabajo 1° de mayo y otra cuando se entregaban las medallas a obreros por los años cumplidos. En general todos los obreros y empleados asistían a la misa. La infraestructura asistencial que pusieron las empresas a disposición de la comunidad industrial se completa con el servicio de asistencia médica. Los Bemberg  consideraron la salud de los trabajadores como un aspecto importante de su bienestar, por ello invirtieron en asistencia a la salud. A fines de los treinta, la cervecería disponía de una sala de primeros auxilios y consultorios gratuitos, además funcionaba un consultorio para niños y consultorios odontológicos. Luego construyeron el Policlínico de la Cervecería levantado frente a la fábrica sobre la calle 12 de octubre e inaugurado en 1947. El Policlínico contaba con un amplio plantel profesional y un equipamiento muy completo, allí se otorgaban los medicamentos gratis para la familia y el 50% para el que trabajaba en relación de dependencia.

En el contexto de cambios de gestión y organización del trabajo que marcaron el resquebrajamiento del estilo empresarial más paternalista, en los 90 se creó la Fundación Bemberg En 1990, como parte de la conmemoración del Centenario de la empresa, la Fundación donó la remodelación del pabellón de maternidad, “Otto Sebastián Bemberg”, al Hospital General de Agudos de Quilmes[7]. Esta donación consistió en obras de reacondicionamiento total del área de quirófano, sala de partos y salas de reanimación y recuperación. Años después en el 2004, la Fundación Bemberg realizó otra importante donación al Hospital Materno infantil Ramón Sarda de Quilmes... Hoy  es el Centro Perinatológico público de más alta complejidad del país. Por su propósito integra y atiende a la población prioritaria, proveniente de zonas carenciadas del partido de Quilmes y alrededores[8].

La salud también fue un tema de incumbencia de los Rigolleau que construyeron en los 30 la sala de primeros auxilios de Berazategui. Además, de tener dentro de la fábrica un sistema asistencial para el trabajador, la empresa colaboró con el Sindicato de Obreros del Vidrio y Afines (SOIVA) en la creación del Policlínico del vidrio, establecido en la localidad de Don Bosco cercana a Berazategui. El Policlínico del vidrio fue construido en los 50 con apoyo del gobierno de Perón, el sindicato y el sostenimiento y CR.

A modo de cierre

“La localidad vivía de CR y cuando la fábrica atravesaba etapas de reestructuración, Berazategui casi se paraba. La denominación de Berazategui como Capital Nacional del vidrio tiene que ver con que todo giraba en torno a la fábrica de vidrio ya que gran parte de la población trabajadora había aprendido a elaborar muy bien el vidrio” (Hugo Casares).

La irrupción de la fábrica en una zona despoblada implica una aceleración del desarrollo. En este proceso se crea ex nihilo la estructura urbana en un todo orgánica que responde a los requerimientos relativos a la relación directa en la división espacial de lugares productivos y el hábitat. En este sentido, resulta significativa la instalación de la fábrica, Se está creando un objeto de admiración una, catedral de la industria.

Las relaciones sociales tanto dentro de las plantas como la proyección de las empresas hacia el ámbito externo marcaron la identidad fabril de las localidades. La CR y la CMQ, las fotografías, las publicidades y los relatos de los trabajadores sostienen el imaginario espacial de Quilmes y Berazategui.

La presencia del paternalismo empresario se hacía sentir en el terreno de la organización familiar, en los lugares de encuentro y sociabilidad, en las instituciones asistenciales y en toda actividad social. Los trabajadores industriales y sus familias desarrollaban la vida a la sombra de la fábrica.

La identidad se conforma dando nuevos significados al pasado se lo resignifica y se legitima. Esta resiginificación y legitimación del pasado de la comunidad se sintetiza en el ejemplo de la municipal de establece que en 1970 fue declarada Capital Nacional del Vidrio. En ese periodo Cr había comenzado a perder su peso relativo en el aparato productivo  de partido. Se generó desde entonces una práctica social de conmemoración estimulada por el municipio, el Día Nacional del Vidrio en donde participan  todos los actores de la comunidad y se festeja la tradición e identidad artesanal y obrera de la localidad.

La fábrica de cerveza y la de vidrio fueron los signos distintivos de sus localidades por más de un siglo, formando parte del mito fundador de las comunidades fabriles donde se instalaron. El trabajo y las fuentes de trabajo locales son datos objetivos que se perciben desde lo subjetivo.

Con la expansión de la cervecería y la cristalería, la instalación de otras fábricas y el desarrollo de instituciones locales y  regionales se fue conformando una sociedad multifacética.

Los primeros problemas que empresarios, como los Bemberg y los Rigolleau debieron enfrentar en la temprana industrialización fueron el de la estabilidad de la mano de obra y la necesidad de disciplinar el mercado de trabajo según los requerimientos de la industria. La motivación ideológica y la justificación del paternalismo se pueden resumir en la doble perspectiva de necesidad de fijación y disciplinamiento de la mano de obra.

La construcción del barrio residencial (Villa Argentina), un centro deportivo, una escuela, una iglesia, un policlínico todo en las cercanías de la fábrica respondía a una visión de la empresa que trascendía lo económico concediéndole una función social. La gestión paternalista de los Bemberg y los Rigolleau apuntó a la organización del consenso.

Las primeras formas de involucramiento de los empresarios con la cuestión social se tradujeron en la construcción de casas, en la creación de escuelas técnicas y de sociedades de socorro mutuo. El carácter esencial de este tipo de asistencia se asemejaba (aunque contraponiéndose en el plano ideológico como en el plano de la aplicación práctica) a las asociaciones corporativas medievales, primer ejemplo de providencia y asistencia comunitaria y recíproca.

La ausencia del estado para resolver la llamada cuestión social, en los inicios de la industrialización, facilitó la influencia del empresario sobre la mano de obra. No había leyes que lo limitaran pero al mismo tiempo estaban solos para enfrentar las consecuencias negativas de la concentración urbano-industrial. De alguna manera, en esta etapa el estado delegó la solución de la cuestión social a los empresarios[9].

La convicción de vivir en una ‘isla de felicidad’ se realimenta continuamente con la propaganda que ejerce el mundo circundante y la seguridad que se vive en el contexto de la vida de la fábrica. En la búsqueda del consenso social la organización patronal encuentra un válido apoyo en la instrumentalización de la religión. La fábrica y su entorno se vuelven una especie de isla de paz social. Esta armonía entre fábrica, iglesia y escuela  constituye el triángulo que sustenta el imaginario colectivo.

 

Notas

[1] En el 50 aniversario de la inauguración de los servicios sanitarios y de aguas corrientes (COSQUE) se reunieron, en un homenaje conjunto a Otto Sebastián Bemberg, los directivos de la empresa y de la municipalidad. El evento fue organizado por la Dirección de Servidos Sanitarios de la Municipalidad de Quilmes.  (Noticias y cereza nº 2, 1981).

[2] Enrique Shaw, sobrino de León Fourvel Rigolleau, ingresó a CR en 1945 y para 1960 llegó muy joven, a ser Director Delegado. “León Fourvel Rigolleau ya dejaba las cosas en manos de este hombre, por el afecto y confianza que le prodigaba” (Adelina Humier). Enrique Shaw fue un destacado y reconocido dirigente empresario con gran actividad gremial y significativa presencia en la gestión estratégica de CR[2]. Por su participación en el terreno de la organización empresario cristiana fue considerado líder entre sus pares y en la actualidad la curia argentina está promoviendo su canonización ante el Vaticano.

[3] En las grandes fábricas se organizaron hacia fines de los 30 los clubes.  Grafa, la empresa textil del grupo económico, Bunge y Born, tenía su campo de deportes en la Av. De los Constituyentes 6030 en CF. Ducilo,  fábrica textil en la localidad de Berazategui, poseía una agrupación deportiva en un terreno que donó la compañía dentro de su perímetro.  Una vieja casa se transformó en club social hasta que en 1949 se inauguró un nuevo club próximo a la fabrica (Mirta Lobato,  2004).

[4] El Parque de la Cervecería tiene una extensión de 8,5 hectáreas con jardines, dos canchas de fútbol, una de básquetbol, dos abiertas de pelota paleta, dos cerradas y dos abiertas de bolos, seis de bochas, dos “lawn tennis”, una gran piscina de natación y otra pequeña para niños y un gimnasio. “En el centro del parque se levanta una amplia glorieta estilo gótico, donde se ubicaba una banda de música en los días de fiestas deportivas” (M. Lupano, 1993, p. 13)

[5] La tradición de las bandas de música de las empresas se importó de Europa. Una de las más famosas, la Rerum Novarum, fue creada en 1936 y perteneció a la ya clausurada Algodonera Flandria.  Lo singular del caso y que se vincula con la temática de identidad entre fábrica y localidad es que la Banda sigue tocando con sus viejos músicos aunque la fábrica cerró hace más una década.

[6] En la actualidad, la empresa colabora con la municipalidad en la coordinación de algunas actividades. Destina un presupuesto para ayuda a comedores escolares de la zona. “En el 2004 se hizo una donación de 100 litros de pintura para mejorar una escuela de chicos diferenciados y se dono también a los comedores escolares o no escolares vajilla” (Raúl Cajade).
[7] Los directivos son miembros de la familia Bemberg y su asesora principal es Cristina Miguens nieta de Otto Federico Bemberg. Las áreas de influencia de la fundación son aquellas donde están instalados los establecimientos industriales de las Empresas del Grupo, de la provincia de Buenos Aires en Quilmes, Tres Arroyos y Zárate, además abarca zonas de las provincias de Corrientes, Mendoza, Misiones, Tucumán. Las acciones de la Fundación se refieren a donaciones y programas relacionados con salud y educación de la niñez, desde la concepción a la pubertad. 
[8] Asimismo, se remodeló la planta baja, se crearon salas de internación  y redistribución de consultorios externos, de ginecología y pediatría. Se donó tecnología moderna al sector de quirófanos, sala de partos, neonatología. La dirección de la obra estuvo a cargo del área técnica de  CMQ. La Fundación Bemberg entregó a la maternidad más de 350000 dólares en construcción y equipamiento realizado con la supervisión del equipo de proyectos de CMQ. Asistieron al acto el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, el intendente de Quilmes, Eduardo Camaño, y autoridades de la Fundación Bemberg,  las autoridades del Hospital Isidoro Iriarte.

[9] Los empresarios católicos están influidos por la encíclica Rerum Novarun de 1891, que representó, ciertamente, el primer documento de la jerarquía de la iglesia  católica referido al conflicto social. Su visión del problema era más bien ambigua y preocupada por la tranquilidad moral de los operarios “preludio de un fraterno abrazo entre las clases”, evitando de alguna manera, la efectiva clarificación de los derechos y los deberes recíprocos.

 

Bibliografía

ASOCIACIÓN ORÍGENES DE BERAZATEGUI (AOB). Información sobre la localidad de Berazategui en la página web de la Asociación. 2005. <www.aob.org.ar/begui.htm>.

AZPIAZU, Daniel, BASUALDO, E. y KHVISSE, M. El nuevo poder económico en la Argentina de los años 80. Buenos Aires: Ed. Legasa, 1986.

BANCO PROVINCIA DE BUENOS AIRES (BAPRO). Reseña histórico-económica de los partidos de la provincia de Buenos Aires. Febrero 1981.

BARBERO, M. I. Mercados, redes socialesy estrategias empresariales en los orígenes de los grupos económicos. De la Compañía General de Fósforos al Grupo Fabril. Estudios Migratorios Latinoamericanos, año 15, nº 44, 2000.

BARBERO, M. I. en colaboración con KOSACOFF, J., FORTEZZA, A., STENGEL y PORTA, F. Globalizar desde Latinoamérica. El caso Arcor. Buenos Aires: Mc.Graw Hill, 2001.

BECATTINI, G. Mercado e forze locale : il distretto industriale. Bolonia: Il Mulino, 1987.

BISANG, R., BONVECCHI, C., KOSACOFF, B. y RAMOS, A. La transformación industrial en los noventa. Un proceso con final abierto. Desarrollo Económico, n° 36, 1996.

BORELLO, J. FRITZSCHE, F., VIO, M. La industria de la Regió Metropolitana de Buenos Aires: una mirada global, regional y local. In FEDERICO SABATE, A. (coord.). Economía y Sociedad en la Región Metropolitana de Buenos Aires en el contexto de la reestructuración de los ’90. Buenos Aires: Ed. al Margen-UNGS, 2002.

BRUNETTIN, S. I. y DONOSEVICH, E. Rigolleau dese su fundación a la actualidad. In Actas de la I Jornada Histórico-Geográfica y Genealógica de Berazategui. Berazategui: Asociación Orígenes de Berazategui, 28 de septiembre de 2002.

CARAVACA, I. MENEDEZ, R. Organización industrial y territorio. Madrid: Editorial Sintesis, 1996.

CENTRO DE ESTUDIOS BONAERENSES (CEB). Informe de coyuntura: crecimiento y dinámica industrial. La Plata, Año 9, nº 83. noviembre/diciembre 1999.

CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA PRODUCCIÓN (CEP). El nuevo empleo industrial en la Argentina. Educación, calificaciones y organización del trabajo en los noventa. Buenos Aires: Serie Estudios de la Economía Real, nº 12, agosto de 1999.

CONSEJO TÉCNICO DE INVERSIONES. Tendencias Económicas. Anuario de la economía Argentina. Buenos Aires y La Plata, ediciones anuales entre 1976-1995.

GRECO, J. Historia e Berazategui. 2ª ed. Berazategui, 1988.

GUIBER Publicidad. Guía profesional industrial y comercial de Berazategui. 2ª ed. Berazategui, 2º semestre de 1979.

GUTIERREZ, C. Atractivos y paradojas del éxito tecnoindustrial en la periferia: el caso de una empresa transnacional argentina de ingeniería. Revista Ciclos de la Historia, la Economía y la Sociedad, IIHES-FCE-UBA, año XIII, vol. XIII, nº 25-26, 1er y 2do semestre de 2003.  

HEYMANN, C Las fluctuaciones de la industria manufacturera argentina. 1950-78. Santiago de Chile: Cuadernos de la CEPAL, 1980.

INDEC. Censos nacionales de Población (1914, 1947, 1960, 1970, 1980 ,1991, 2001). Censo Industrial (1935, 1954, 1964, 1974, 1985, 1997).

INDEC. Información de Serie Históricas referidas a la Evolución de la tasa de Desocupación obtenida del sitio web. 2005. <www.indec.gov.ar>.

KOSACOFF, B. y GOMEZ, G..Industrialización en un contexto de estabilización y apertura externa. El caso argentino en los noventa. In KOSACOFF, B. (ed.), YOGUEL, G, BONVECCHI, C., RAMOS, A. El desempeño industrial argentina. Más allá de la sustitución de importaciones. Buenos Aires: Ed. CEPAL, marzo 2000.

LOMINAD, A.G. Geografía e historia. 2ª ed. Madrid: Editorial Universitaria, 1981. 206 p.

LUCARELLI, O. Historia de Cristalería Rigolleau S.A. 110 años en la industria del vidrio en el país. Período 1882-1992. Ed. por Asociación Orígenes de Berazategui, Berazategui, 1993.

MINISTERIO DE HACIENDA Y FINANZAS. Información Económica de la Argentina, nº 57. Buenos Aires, enero 1973.

MONSTUSCHI, L. Los cambios en la estructura del empleo industrial en un contexto de caída global de la ocupación del sector. Anales de la Asociación Argentina de Economía Política, Buenos Aires, 1998.

RIGOLLEAU. Información general de la empresa en su sitio web. 2004. <www.rigolleau.com.ar>.

RUSSO, C. La Argentina de los ’90: transformaciones macroeconómicas y reestructuración productiva. In NOCHTEFF, H. (ed.). La economía argentina a fin de siglo: fragmentación presente y desarrollo ausente. Buenos Aires: Ed. Flacso-Eudeba, 1998.

SAEZ, Zacarías. Cambios en los entornos metropolitanos. Revista Urbana, 1985, vol. 42, nº 12, p. 126-133.

SCVARZER, J. La industria que supimos conseguir. Buenos Aires: Ed. Planeta, 1996.

TORRES, Horacio. El mapa social de Buenos Aires: 1940-1990. Buenos Aires: Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires, 1993.

UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA. Promoción industrial argentina. Buenos Aires, 1984; El mapa territorial-sectorial de las Pymis. Buenos Aires, octubre de 1999.

UNIÓN INDUSTRIAL DE BERAZATEGUI. Separata de información histórica general de las industrias y del partido. 2004. <www.uib.org.ar>.

VILLANUEVA, Javier. El origen de la industrialización argentina. Desarrollo Económico, IDES, n° 47, vol. 12, 1972.

WALKER, Richard y STORPER, Michael. Capital y localización industrial.  Documents d’Analisi Geografica, nº 8-9, 1986.

WRIGT, EA. Industria y territorio. In STEEL, DJ. Geografía económica. Barcelona: Ediciones Alfa, 1990, vol 1, p. 124-199.

YOGUEL, Gabriel. La dinámica del empleo industrial desde la crisis del modelo sustitutivo. KOSACOFF, B. (ed.), YOUGEL, G, BONVECCHI, C., RAMOS, A. El desempeño industrial argentina. Más allá de la sustitución de importaciones. Buenos Aires: Ed. CEPAL, 2000.

Periódicos, diarios y revistas

El Sol. Suplemento especial de la industria nacional. Septiembre 1986.

Periódico Ambito Financiero. Buenos Aires, 11 de mayo del 2004.

Periódico La Palabra. Suplemento Día de la Industria Nacional. Berazategui, diferentes años

Revista Aqui Berazategui. Mayo 1961.

Revista Mercado. Buenos Aires, Año XII n° 586, 665.

Revista Prensa Económica. Buenos Aires, Año XIX, nº 206, octubre 1994.

Revista Prensa Económica. “Las más grandes empresas de la Argentina”. Buenos Aires, 1977.

Entrevistas

Octavio Lucarelli, ex gerente de higiene y mantenimiento trabajó entre 1967-1992.

Adelina Humier, empleada de la administración en ventas y expedición, trabajó entre 1939-1981.

Claudio Buffevant ex trabajador de Rigolleau. Actual presidente de la AOB.

Diego Pazos Bermejo, obrero matricero, trabajó entre 1957-2005.

Claudio Buffevant, obrero de moldería, trabajó entre 1940-1957.

Hugo Santos Casares, ex-obrero, trabajó entre 1948-1990.

Ing. Raúl Cajade: Gerente de Relaciones Industriales, trabaja desde 1991.

Dr. Oscar Deina de la Director de la Industria Secretaria de la Producción y el empleo de la municipalidad de Berazategui.

Presidente de la  Asociación Orígenes de Berazategui.

Directora del Museo de Historia  y del vidrio de Berazategui.

 

© Copyright Cintia Russo, 2010. 
© Copyright Scripta Nova, 2010.

 

Ficha bibliográfica:

RUSSO, Cintia. Identidad urbana, territorio y empresa: un caso de la zona sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº 331 (90). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-331/sn-331-90.htm>. [ISSN: 1138-9788].

Volver al índice de Scripta Nova número 331
Índice de Scripta Nova