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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 339, 20 de octubre de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

CAPITALES CULTURALES EUROPEAS. EL CONCEPTO EUROPEO DE CULTURA EN RELACIÓN CON ALGUNOS PROCESOS ACTUALES DE RENOVACIÓN SIMBÓLICA Y DE TRANSFORMACIÓN URBANA

Carmen Gil de Arriba
Dpto. de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio – Universidad de Cantabria
carmen.gil@unican.es

Recibido: 3 de febrero de 2010. Devuelto para revisión: 23 de junio de 2010. Aceptado: 15 de julio de 2010.

Capitales culturales europeas. El concepto europeo de cultura en relación con algunos procesos actuales de renovación simbólica y de transformación urbana (Resumen)

La manifestación “Capital Europea de la Cultura”, regida por unos parámetros organizativos precisos y repetida anualmente en diferentes ciudades del Viejo Continente, constituye en la actualidad uno de los principales fenómenos culturales desarrollados a escala europea. Para llegar a ser elegidas como tales, las ciudades pasan por toda una etapa de candidatura previa, relativamente dilatada en el tiempo, ya que en la mayoría de los casos su duración es superior a un lustro. A lo largo de este extenso período de gestación de capacidades tienen lugar procesos de transformación y de modernización de los elementos materiales y simbólicos de las ciudades candidatas, acompañados de dinámicas sociales, económicas y territoriales. Nuestra reflexión versa sobre los efectos y los significados de estos procesos y dinámicas, tanto en el caso de las ciudades españolas postulantes a 2016 como en el de otras europeas anteriormente nominadas.

Palabras clave: Capital Cultural Europea, transformación urbana, marketing territorial, imaginario urbano, identidad urbana.

European Cultural Capitals. The European concept of culture in relation to some recent processes of image-remaking strategies and urban revitalisation (Abstract)

Nowadays, culture has become central to urban regeneration programmes throughout Europe. In line with this context, the European Cultural Capital Event has developed, beyond its mainly cultural origins, to form an important part of urban economic regeneration strategies. After an account of the background of the European Capital of Culture (ECOC) programme, this article analyses the processes of change that have taken place in different candidate cities during last decade. The competition itself is an important process in which the contending cities have to define what culture can do for stimulating economic development, attracting inward investment and improving the image of a city.

Key words: European Cultural Capital event, urban marketing, urban revitalization, urban images, urban identity.

Para mi hijo Ismael

«La culture devenue intégralement marchandise doit aussi devenir la marchandise vedette de la société spectaculaire ».
Guy de Debord. La Société du Spectacle. Paris: Gallimard, 1992 [1967], p. 149.

La denominación de “Capital Europea de la Cultura” (CEC) es un título anual concedido, dentro de la Unión Europea (UE), por la Comisión y el Parlamento a las ciudades seleccionadas y pertenecientes a los países miembros establecidos por turno para desarrollar dicha celebración que supone, entre otros aspectos, el reconocimiento de sus actividades culturales y artísticas a escala internacional. A lo largo de los años, la manifestación, cofinanciada por el Programa Cultura, se ha convertido en uno de los principales acontecimientos culturales anuales a nivel europeo.

En la actualidad, lo habitual es la designación simultánea de dos ciudades, situadas cada una de ellas en el correspondiente Estado miembro, fijado de antemano por orden correlativo. No obstante, en los años 2003, 2005 y 2006 la selección recayó en una sola ciudad, mientras que excepcionalmente en 2000 fueron escogidas nada menos que nueve ciudades pertenecientes a otros tantos países europeos, no todos ellos miembros de la Unión[1]. Por su parte, ya en 2007 y en virtud de lo dispuesto en la Decisión nº 1419/1999/CE, se designó la ciudad rumana de Sibiu a la vez que Luxemburgo, a quien le correspondía según el orden cronológico previamente determinado[2]. A partir de este año y hasta la actualidad se ha continuado con esta doble selección anual de capitales culturales.


Una manifestación cultural y urbana a escala europea

La finalidad de este sistema de elección por Estados según un orden preestablecido es la de permitir que, consecutivamente, todos puedan acceder a la oportunidad de albergar la celebración. En este sentido, aunque partiendo de los precedentes indicados, ha sido de manera sistemática a partir de 2009 y con el fin de permitir la participación de los nuevos Estados, tras la ampliación territorial de la Unión Europea en mayo de 2004, cuando la designación oficial ha pasado a efectuarse en paralelo sobre dos ciudades, integrantes cada una de ellas de uno de los dos países señalados en el anexo de la Decisión 649/2005 CE del Parlamento y del Consejo de 13 de abril de 2005 (cuadro 1).

 

Cuadro 1.
Orden cronológico por países para la presentación de las candidaturas
al título de “Capital Europea de la Cultura”, período 2005-2019

Año

Estado/s miembro/s

2005

Irlanda

 

2006

Grecia

 

2007

Luxemburgo

Rumanía*

2008

Reino Unido

Noruega**

2009

Austria

Lituania

2010

Alemania

Hungría

2011

Finlandia

Estonia

2012

Portugal

Eslovenia

2013

Francia

Eslovaquia

2014

Suecia

Letonia

2015

Bélgica

República Checa

2016

España

Polonia

2017

Dinamarca

Chipre

2018

Países Bajos

Malta

2019

Italia

Bulgaria*

* Inicialmente bajo reserva de su adhesión a la UE, que se produjo en 2007.
** País tercero, no integrado en la UE.
Fuente: Decisión 649/2005/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de abril de 2005 (Diario Oficial de la Unión Europea 4.5.2005 L117/21) y Decisión no 1622/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 24 de octubre de 2006 (Diario Oficial de la Unión Europea 3.11.2006 L304).

 

Más en concreto, para este año 2009 las dos ciudades distinguidas fueron Linz (Austria) y Vilnia (Lituania)[3]. Sucesivamente, para 2010 el Consejo de la Unión Europea ha designado a las ciudades de Essen (Alemania) y Pécs (Hungría)[4] junto con Estambul en Turquía, esta última como Ciudad Cultural Europea suplementaria situada en un país tercero, es decir de fuera de la UE[5]. A su vez, las ciudades escogidas para 2011 son Turku (Finlandia) y Tallin (Estonia). Para 2012 la designación ha recaído en Guimarães (Portugal) y Maribor (Eslovenia), mientras que para 2013 se hallan nominadas Marsella (Francia) y Košice (Eslovaquia), siendo Umea (Suecia) y Riga (Letonia) las elegidas para 2014 (ver cuadro 2 y figura 1).

 

Cuadro 2.
“Capitales Europeas de la Cultura” designadas entre 2000 y 2014

Año

Ciudad

*

Estado miembro o país tercero

2000

Avignon

1

Francia

Bergen

2

Noruega

Bolonia

3

Italia

Bruselas

4

Bélgica

Helsinki

5

Finlandia

Cracovia

6

Polonia

Praga

7

República Checa

Reykiavik

8

Islandia

Santiago de Compostela

9

España

2001

Oporto

10

Portugal

Rotterdam

11

Países Bajos

2002

Salamanca

12

España

Brujas

13

Bélgica

2003

Graz

14

Austria

2004

Lille

15

Francia

Génova

16

Italia

2005

Cork

17

Irlanda

2006

Patras

18

Grecia

2007

Luxemburgo

19

Luxemburgo

Sibiu

20

Rumanía

2008

Liverpool

21

Reino Unido

Stavanger

22

Noruega

2009

Linz

23

Austria

Vilna

24

Lituania

2010

Essen

25

Alemania

Pécs

26

Hungría

Estambul

27

Turquía

2011

Tallin

28

Estonia

Turku

29

Finlandia

2012

 Guimarães

30

Portugal

Maribor

31

Eslovenia

2013

Košice

32

Eslovaquia

Marsella

33

Francia

2014

Umea

34

Suecia

Riga

35

Letonia

* Número correspondiente en el mapa elaborado (figura 1).
Fuente: elaboración propia a partir de las Decisiones del Consejo de la UE, publicadas en el Diario Oficial.

 

Los motivos de la designación conjunta de dos o excepcionalmente de tres o más ciudades como “Capital Europea de la Cultura” son los de posibilitar el establecimiento de vínculos entre los programas culturales de las ciudades simultáneamente escogidas. Además, estos vínculos o sinergias son promovidos por el Comité de seguimiento ya a partir de la fase de preparación de los programas. Asimismo, desde las propias instituciones europeas se trata de fomentar el funcionamiento de una Red de Capitales Europeas de la Cultura, a fin de proporcionar a las ciudades de nueva designación un servicio de apoyo y de facilitar el intercambio de experiencias pasadas.

 

Figura 1.  Las 35 ciudades designadas "Capital Europea de la Cultura" entre 2000 y 2014.
Fuente: elaboración propia a partir de las Decisiones del Consejo de la UE, publicadas  en el Diario Oficial
Recuérdese que para el caso de España, además de las dos indicadas en el mapa, Madrid fue Ciudad Cultural Europea en 1992.

 

Desde el punto de vista temporal, como ya hemos señalado, la iniciativa comunitaria se concentra en un año de duración, a lo largo del cual se desarrollan en la ciudad las actividades culturales contempladas y programadas de antemano. Sin embargo, el procedimiento previo a la elección y los efectos subsiguientes de la misma resultan bastante más dilatados en el tiempo. Así, con anterioridad a la selección definitiva, las ciudades aspirantes deben pasar por un relativamente largo período de candidatura, conforme al mencionado orden cronológico por países establecido para el conjunto de los Estados miembros[6].

En efecto, teniendo presente que la preparación de la candidatura y de los proyectos a desarrollar exige varios años, la lista de ciudades candidatas a la elección es presentada por cada Estado al Parlamento Europeo, al Consejo, a la Comisión y al Comité de las Regiones, al menos cinco años antes de la fecha prevista para el inicio de la manifestación. Dicha presentación, con independencia de llegar a alcanzar o no la nominación final, representa ya de por sí un importante elemento de notoriedad y un argumento reiteradamente utilizado para justificar la puesta en marcha de distintos procesos de transformación y de modernización de los espacios urbanos. De tal modo, durante todo este transcurso decisorio, que como mínimo se extiende a través de un quinquenio, se suceden no solamente una serie de actividades culturales sino también de proyectos de reforma urbana, vinculados directa o indirectamente con la puesta en valor de la candidatura. Partiendo de estas consideraciones, en este artículo nos planteamos en qué medida las potencialidades y expectativas estimuladas por esta iniciativa europea están contribuyendo, a lo largo de esta primera década del siglo XXI y en algunos casos más que en otros, a transformar los componentes materiales y simbólicos de las ciudades candidatas. En definitiva, a generar procesos y oportunidades de renovación urbana y cambios en la morfología socioespacial, pero también a remozar su imagen, sus representaciones sociales, sus valores emblemáticos o simbólicos y su identidad.

Más en particular en lo que atañe a nuestro país, 2016 es el año reservado para que la manifestación tenga su sede en una ciudad española, en paralelo con la que también sea designada como capital cultural polaca (recuérdese el cuadro 1). En la organización de este tipo de eventos, España cuenta con los precedentes de Madrid, la primera ciudad española que participó en la iniciativa en el año 1992, Santiago de Compostela sobre la que recayó la designación en el año 2000 y Salamanca que fue Capital Cultural en 2002.

Un primer aspecto llamativo para la próxima convocatoria es el número elevado de ciudades españolas que, ya a inicios de 2009, habían hecho pública su candidatura con el objetivo de llegar a convertirse en “Capital Cultural Europea” en 2016. En concreto, nuestro país ha batido el record al desarrollar al menos dieciséis candidaturas, todas ellas integradas en la Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura (incluso en algunos momentos han llegado a barajarse hasta diecisiete propuestas), cifra que se halla no solamente por encima de la de Polonia, donde para el mismo año que España inicialmente se presentaron nueve ciudades candidatas (que más tarde pasaron a once)[7], sino que es incluso superior a las de Reino Unido que para 2008 congregó doce candidaturas, Alemania con diez ciudades que se postularon para 2010 o Francia con ocho aspirantes presentadas para 2013[8].

Ello es prueba evidente del interés y de las expectativas despertadas[9]. Por orden alfabético estas ciudades españolas candidatas son: Alcalá de Henares, Avilés-Gijón-Oviedo en candidatura conjunta mantenida hasta marzo de 2010, Burgos, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Pamplona, San Sebastián, Santander, Segovia, Tarragona y Zaragoza[10]. Seis de ellas son ciudades Patrimonio de la Humanidad[11], lo cual constituye un atractivo particular pero no excluyente. La fecha límite para la presentación de candidaturas concluyó en septiembre de 2010. A finales de dicho mes y siguiendo las propuestas de un Comité de selección encargado de evaluar las solicitudes, se ha elaborado una lista restringida de seis ciudades candidatas que habrán de presentar su programa definitivo antes de octubre de 2011. Será entonces cuando el Comité de selección recomiende el nombramiento de una ciudad española como Capital Europea de la Cultura. A continuación, en 2012 España presentará la propuesta al Parlamento Europeo, a la Comisión, al Consejo y al Comité de las Regiones. Finalmente, el Consejo Europeo llevará a cabo la designación oficial. De esta manera, la ciudad elegida tendrá por delante cuatro años hasta 2016 para desarrollar el programa definitivo.

De acuerdo con los objetivos de análisis ya señalados, en nuestra reflexión tenemos en cuenta algunas de las dinámicas sociales, económicas, territoriales y urbanas que se han puesto en marcha en varias de estas ciudades españolas, en comparación con otras de sus homólogas europeas, que en fechas precedentes se propusieron o que en años sucesivos prevén presentarse también como candidatas.


Los orígenes y postulados de la iniciativa cultural comunitaria

La denominación inicial fue la de Ciudad Europea de la Cultura y su creación parte de una iniciativa de 13 de junio de 1985 del Consejo de Ministros europeo, promovida por la entonces Ministra de Cultura griega Melina Mercouri. Desde su nacimiento, la iniciativa viene planteándose como una actuación para el fomento de la cultura y de las actividades culturales y como método de conocimiento y acercamiento entre distintas ciudades europeas. Además, el concepto elaborado en 1985 se apoyaba en dos hechos primordiales: por un lado, la constatación de la riqueza y variedad cultural y artística de Europa, mantenidas a lo largo de su historia y por otro, la relevancia del fenómeno urbano en la formación y florecimiento de las diferentes culturas europeas.

Tres años antes, la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, celebrada en México en 1982 bajo el patrocinio de la UNESCO, había establecido en su declaración final una serie de principios relacionados con el patrimonio cultural, la creación artística e intelectual, la identidad cultural de los pueblos, la dimensión cultural del desarrollo, las conexiones entre cultura y democracia, así como entre cultura, educación, ciencia y comunicación, la cooperación internacional y por último, la planificación, administración y financiación de las actividades culturales. Varios de estos principios asumidos internacionalmente inspirarían de forma implícita la iniciativa europea. Así, por ejemplo la consideración de que “las peculiaridades culturales no obstaculizan, sino que favorecen, la comunión en los valores universales”, constituyendo “la esencia misma del pluralismo cultural el reconocimiento de múltiples identidades culturales” (art. 6 de la declaración internacional de 1982). Igualmente está el punto de vista según el cual “la cultura constituye una dimensión fundamental del proceso de desarrollo y contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad de las naciones” (art. 10), de manera que “sólo puede asegurarse un desarrollo equilibrado mediante la integración de los factores culturales en las estrategias para alcanzarlo” (art. 16). Para ello “la sociedad debe realizar un esfuerzo importante dirigido a planificar, administrar y financiar las actividades culturales” (art. 41).

Sobre estas bases generales defendidas por la UNESCO, en las décadas de los 80’ y 90’, fueron designadas dentro de la iniciativa de “Ciudad Cultural Europea” algunas importantes y conocidas ciudades del Continente, estimadas como estandarte cultural a escala mundial: es el caso de Atenas (en 1985), Florencia (1986), Ámsterdam (1987), Berlín (1988), París (1989), Glasgow (1990), Dublín (1991), Madrid (1992), Amberes (1993), Lisboa (1994), Luxemburgo (1995), Copenhague (1996), Tesalónica (1997), Estocolmo (1998) y Weimar (1999).

Conforme a este notable bagaje precursor, cada vez resulta una opinión más generalizada el considerar que una “Capital Europea de la Cultura” es una ciudad que se distingue internacionalmente por su valioso patrimonio, por poseer una relevante y dinámica agenda de actividades culturales y por estar dotada de unos equipamientos culturales de alto nivel. A simple vista, todos ellos son rasgos emblemáticos lo suficientemente atractivos, especialmente desde el punto de vista de la percepción colectiva y de la imagen, para que cada vez mayor número ciudades, menos conocidas o menos representativas que las iniciales, opten a postularse candidatas.

Durante el año que dura el nombramiento como “Capital Europea de la Cultura”,  la ciudad escogida tiene la posibilidad de mostrar públicamente su desarrollo y su vida culturales, con manifestaciones tanto artísticas como culturales de todo tipo. El objetivo esencial de dicha acción comunitaria sigue manteniendo la doble dimensión que ha tenido desde el principio: resaltar la riqueza, diversidad y rasgos que tienen en común las diferentes culturas europeas, por un lado y promover una mayor compresión mutua entre los ciudadanos europeos, por otro. De hecho, el Comité de las Regiones considera que la iniciativa, por su alto nivel de difusión y visibilidad, puede contribuir a la identificación positiva de los ciudadanos con la Unión Europea, promoviendo el sentido de pertenencia, la integración y la identidad europeas.

A este objetivo general se han venido uniendo otros complementarios y más específicos, relacionados con la cooperación y la movilidad cultural, la implicación de la población, la difusión, la puesta en valor del patrimonio urbano y la contribución a la calidad de vida (cuadro 3).

 

Cuadro 3.
Objetivos específicos de la iniciativa comunitaria en favor de la
manifestación “Capital Europea de la Cultura”

– resaltar las corrientes culturales comunes a los europeos que las ciudades en cuestión hayan inspirado o a las que hayan aportado una contribución significativa;
– promover aquellas manifestaciones que se asocien a actores culturales de otras ciudades de los Estados miembros y den lugar al establecimiento de una cooperación cultural duradera, así como favorecer su circulación en la Unión Europea;
– apoyar y desarrollar el trabajo de creación;
– garantizar la movilización y participación en el proyecto de importantes sectores de la población;
– promover la acogida de los ciudadanos de la Unión y favorecer una difusión lo más amplia posible del acto;
– fomentar el diálogo entre las culturas de Europa y las demás culturas del mundo;
– valorizar el patrimonio histórico y la arquitectura urbana, así como la calidad de la vida en la ciudad.

Fuente: Exposición de motivos de la Propuesta de Decisión del Parlamento europeo y del Consejo que modifica la Decisión 1419/1999/CE por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación “Capital europea de la cultura” para los años 2005 a 2019. Bruselas, 17.11.2003 COM(2003) 700 final. 2003/0274 (COD).

 

Conforme a la normativa establecida en octubre de 2006 para el período 2007-2019, la solicitud de cada país debe incluir un programa cultural, creado de manera específica para la manifestación y que ha de tener en cuenta dos grandes criterios (art. 4): su “dimensión europea” y las relaciones entre “ciudad y ciudadanos”. El primer criterio hace referencia a la programación de contenidos que favorezcan la cooperación entre agentes culturales, artistas y ciudades europeas en cualquier sector cultural, resaltando la riqueza y la diversidad culturales de Europa y poniendo de relieve los aspectos comunes. El segundo criterio pretende estimular la participación ciudadana, además de hacer que el programa planteado forme parte, a más largo plazo, del patrimonio y del desarrollo cultural y social de la ciudad. Igualmente, la normativa pretende que a partir de 2009 se establezca una conexión entre los programas culturales de las dos ciudades designadas para el mismo año.

Asimismo, para el período 2007-2019, el propio Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea han planteado la necesidad de seguir mejorando esta acción, particularmente en lo relativo a sus efectos a largo plazo en el desarrollo cultural de las ciudades y regiones implicadas[12]. En esta dirección, la iniciativa pretende implicar a las regiones próximas, llegando así a un público más amplio e incrementando la repercusión del acontecimiento.


Complejidad formal y problemática operativa: fases de solicitud, selección, designación, seguimiento y evaluación

Hasta el año 2004 la elección de las Ciudades Europeas de la Cultura se llevaba a cabo mediante un sistema intergubernamental: los Estados miembros seleccionaban por unanimidad la ciudad que iba a acoger la manifestación, siendo la Comisión Europea la encargada de otorgar una subvención a la ciudad elegida. Con respecto a este último aspecto, es decir al presupuestario, cabe constatar que hasta muy recientemente los niveles de ayuda económica proporcionados por la Unión Europea para el desarrollo de la iniciativa han sido más bien bajos. Además, con frecuencia, los presupuestos globales de las ciudades designadas también han sido limitados en su cuantía, sobre todo en el caso de ciudades pequeñas. A estas dificultades financieras se han sumado la considerable carga administrativa y la falta de asistencia técnica a las ciudades a la hora de elaborar y ejecutar sus programas culturales.

Por consiguiente, en distintos documentos, las partes interesadas en la manifestación y las propias instituciones europeas habían venido reconociendo la existencia de problemas, no sólo en el proceso de selección, establecido inicialmente para los años 2005 a 2010 por la Decisión nº 1419/1999/CE que entró en vigor en el año 2000, sino también en el desenvolvimiento posterior de la acción, una vez designada la ciudad. En consecuencia, los informes elaborados a partir de los primeros años del siglo XXI aconsejan, entre otras exhortaciones, tres recomendaciones principales: hacer un seguimiento de las propuestas para reforzar su dimensión europea, impulsar la competencia entre ciudades candidatas y redefinir las funciones del Comité de selección.

De tal manera, desde 2005 se inicia un cambio tanto en la denominación, que pasa a la actual de “Capital Europea de la Cultura” (CEC), como en la forma futura de elección. En la actualidad y conforme a la Decisión nº 1622/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se establece una acción comunitaria a favor de la manifestación para los años 2007 a 2019[13], la designación es efectuada por el Consejo de la Unión Europea, por recomendación de la Comisión que a su vez tiene en cuenta el dictamen de un Comité de selección integrado por trece miembros considerados independientes, es decir no directamente vinculados con los intereses de las ciudades candidatas y expertos en temas culturales o en la propia organización de la manifestación “Capital Europea de la Cultura”. De estos trece integrantes del Comité, siete son nombrados por instituciones de la Unión Europea y los otros seis por el Estado miembro. Además, el presidente del Comité ha de ser indispensablemente un representante comunitario.

El procedimiento de designación, supervisado por el Comité de selección, entraña que cada Estado tiene que llegar a proponer, en último término, una única candidatura. Dicha propuesta ha de ir acompañada de una justificación, de acuerdo con los informes del Comité de selección[14]. Finalmente, es el Consejo el que designa oficialmente a la ciudad como “Capital Europea de la Cultura” para el año establecido, siempre a propuesta del Estado miembro.

Pese a su evidente complejidad, todo este proceso pretende ser mucho más transparente que en la etapa anterior. Así, la normativa actual introduce el elemento de competencia como incentivo para las ciudades inicialmente seleccionadas, con el propósito de incrementar la calidad de sus programas culturales.

Además, una vez designada la ciudad, se establece un Comité de seguimiento y asesoría[15] cuya finalidad, como su nombre indica, es doble: seguir la aplicación de los objetivos y criterios de la acción y ofrecer apoyo y orientación a las ciudades desde el momento de su designación hasta el comienzo de la manifestación. Las reuniones de este Comité se apoyan en los informes intermedios remitidos por las propias ciudades. En concreto, antes del inicio de la manifestación, el Comité se reúne dos veces con el fin de ayudar a las ciudades a elaborar un programa de gran calidad y con una marcada dimensión europea. La primera reunión se celebra, a más tardar, dos años antes de la manifestación, mientras que la segunda tiene lugar al menos ocho meses antes de ésta. Después de cada reunión, el Comité de seguimiento y asesoría elabora un informe en el que se presta especial atención al valor añadido europeo de la manifestación.

De igual modo, anualmente y una vez concluida la acción cultural, la Comisión Europea garantiza la evaluación externa e independiente de los resultados de la manifestación del año anterior, siempre con arreglo a los objetivos y criterios establecidos en la Decisión nº 1622/2006/CE. Un informe sobre dicha evaluación es presentado por la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo y al Comité de las Regiones.

Otro de los aspectos también modificado a partir de mediados de esta década es el relativo a la dotación económica. En efecto, en la propuesta de Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo para los años 2007-2019 se prevé triplicar la contribución comunitaria concedida a cada ciudad. A su vez, esta proposición de ampliación económica se contempla en el Programa Cultura 2007-2013[16], cuya dotación financiera se ha establecido en un total de 400 millones de euros.

Hasta 2009, el apoyo financiero comunitario se ha planteado en forma de subvención, con una cantidad que desde 2007 ha sido de 1,5 millones de euros por Capital. A partir de 2010, lo que anteriormente era una subvención pasa a ser un premio en metálico, establecido en honor de Melina Mercouri y concedido por la Comisión a cada una de las ciudades designadas. Por el momento, la cuantía fijada para el premio es idéntica a la de la anterior subvención y su concesión se basará en el informe elaborado por el Comité de seguimiento después de la segunda reunión anterior al comienzo de la manifestación, siempre que los programas cumplan los criterios generales establecidos para el programa cultural y que se hayan puesto en práctica las recomendaciones formuladas por el Comité de selección y por el Comité de seguimiento y asesoría. Aparentemente este cambio permitirá sobre todo agilizar el acceso a la financiación.

Sin embargo, lo habitual todavía hoy en día sigue siendo que las ciudades designadas reciban la mayor parte de los fondos comunitarios una vez finalizado el año de la celebración. Dicho retraso se debe a las características rigurosas del sistema de autorización de los pagos de la Comisión Europea. Como resultado, estas restricciones administrativas no dejan de ser un obstáculo para que la acción comunitaria alcance una auténtica repercusión a más largo plazo, es decir una vez finalizado el año de designación.


Los beneficios materiales y simbólicos de la candidatura

Pero más allá de los pormenores del procedimiento administrativo de puesta en práctica de la iniciativa comunitaria a los que hemos dedicado el apartado anterior, otro aspecto a considerar es que la nueva normativa establecida a partir de 2007 se fundamenta en la evaluación positiva de la globalidad de actuaciones llevadas a cabo en el conjunto de la Unión Europea hasta el año 2004[17]. Algunos de estos factores de valoración positiva tenidos en cuenta en el análisis de esta etapa anterior han sido: su contribución al desarrollo de la cultura y del turismo en las ciudades en las que se ha llevado a cabo, su aportación al reconocimiento de la importancia de la ciudad por parte de sus propios habitantes y la elevada repercusión mediática alcanzada por las actuaciones. Llama poderosamente la atención que estos tres factores de valoración positiva tienen claros componentes simbólicos y guardan, todos ellos, una amplia relación con la creación y difusión de representaciones sociales e imágenes de los espacios urbanos implicados.

Hoy en día la “Capital Europea de la Cultura” es incontestablemente una marca de prestigio, por lo tanto cualquier ciudad que logre asociar su nombre con dicho acontecimiento aumenta su relevancia cultural de manera análoga, tanto a escala local como nacional e internacional e igualmente su potencial de atracción turística. Por tanto, el hecho de presentarse como ciudad candidata a obtener, por un año, la Capitalidad cultural de Europa se ha convertido en una considerable herramienta para la proyección interior y exterior de las ciudades, o más en concreto en un valorado instrumento de marketing urbano.

Como consecuencia de todo ello, desde comienzos del siglo XXI y como ya hemos apuntado para el caso español, se ha producido un notable incremento del número de ciudades que presentan oficialmente su candidatura. Así, en la actualidad se calcula[18] que en países como Francia, Alemania, Reino Unido o España una media de doce ciudades candidatas concurren al proceso de designación que dura, a su vez, unos cuatro o cinco años de media. Igualmente, según estos datos, entre 2005 y 2017 más de 250 ciudades europeas defenderán sus candidaturas. Las razones principales que han potenciado este incremento han sido la propia evolución de la normativa comunitaria aplicable, los nuevos criterios de selección y sobre todo, los beneficios que reporta la marca “Capital Europea de la Cultura” (CEC) para el posicionamiento estratégico de las ciudades a escala nacional e internacional, lo que supuestamente les convierte en más atractivas desde el punto de vista económico y de la captación de posibles inversiones[19].

En concreto, una de las prioridades más habituales de las ciudades nominadas y por ende de las candidatas es el desarrollo de la actividad turística en general y del turismo cultural más en particular, lo que va aparejado con una mejora de los equipamientos culturales y una expansión de la oferta de acontecimientos culturales. Tomando como ejemplo el caso de Lille, el total de turistas recibidos en 2004, año de la celebración, fue casi cinco veces superior a los registrados una década antes (véase figura 2). Asimismo[20], en Capitales Culturales como Copenhague 1996 y Helsinki 2000 se contabilizaron cerca de diez millones de visitantes respectivamente, de los cuales más de la mitad asistieron a actividades relacionadas con la programación específica de la Capitalidad cultural. También según dicho informe, en Salamanca la cifra de visitantes recibidos en el año 2002 se situó en torno a los tres millones, de los que 1,9 millones participaron en los acontecimientos culturales programados.

 

Figura 2. Lille, área metropolitana: Evolución del número de turistas y de la oferta hotelera (nº de habitaciones en hoteles de 3 y 4 estrellas) entre 1990 y 2004.
Fuente: Datos del CSEF (Comité Subrégional de l'Emploi et de la Formation), Liège; elaboración propia.

 

Previamente, la presentación de una candidatura conlleva la realización de tareas variadas como las de confeccionar un logotipo (ver figura 3) y una página web donde la tipografía y los colores utilizados resultan tan importantes como los propios contenidos, convocar sesiones informativas, conseguir que instituciones y personalidades de renombre se adhieran a la candidatura, obtener acuerdos de colaboración con distintas entidades culturales públicas y privadas para promover un mayor conocimiento exterior de la cultura local, lograr el patrocinio empresarial para la gestión de proyectos, efectuar hermanamientos con otras ciudades para conocer su experiencia o trabajar en común, incrementar la presencia en los medios de comunicación, promover publicaciones, organizar y colaborar en eventos culturales, diseñar campañas publicitarias y difundir la imagen corporativa, etc. Todas estas numerosas labores contribuyen a modelar y a renovar la imagen de la ciudad implicada y tienen evidentes dimensiones políticas e ideológicas. De hecho, cabría hablar de la representación política de los lugares, conformada por los dirigentes políticos para hacer valorar por parte de la población sus propias tomas de decisión y actuaciones.

 

Figura 3. Logotipos de varias ciudades españolas candidatas a 2016.
Fuente: Elaboración propia a través de las páginas web de las ciudades candidatas.

 

En buena medida, el provecho material y simbólico de presentarse como ciudad candidata, con independencia de llegar a obtener posteriormente o no la designación oficial definitiva, depende de las actuaciones llevadas a cabo por los representantes municipales y de la gestión realizada a lo largo de todo el período de consolidación del proyecto. Inicialmente, las repercusiones y la visibilidad de la candidatura se producen ante todo a escala local: se aumenta la oferta cultural y se mejoran los equipamientos. Paulatinamente, la notoriedad se va incrementando también a escala nacional y se alcanza una proyección exterior. Así por ejemplo, en el caso del Reino Unido, las ciudades preseleccionadas para la elección de la “Capital Cultural Europea” de 2008 (Birmingham, Bristol, Cardiff, Liverpool, Newcastle-Gateshead y Oxford[21]) recibieron la categoría especial de “Centres for Culture”, lo que a su vez conllevaba la concesión de ayudas económicas por parte de instituciones públicas como el Arts Council England.

En este proceso de puesta en valor de la imagen de la ciudad, los instrumentos de promoción y de comunicación desempeñan una función muy destacada a la hora de incrementar el interés del público local y de atraer visitantes. Los medios de comunicación utilizados para la cobertura mediática del acontecimiento van desde los más tradicionales como la prensa, la televisión y la radio hasta otros relacionados con las nuevas tecnologías como los videos promocionales colgados en Internet, las páginas web, los blogs o los mensajes SMS. Asimismo, la publicación de carteles, tarjetas postales, catálogos y folletos informativos resulta muy frecuente (véase figuras 4 y 5).

 

 

Figura 4. Postal de la marca “Málaga 2016”, ciudad candidata a Capital Europea de la Cultura.
Fuente: <http://www.malaga2016.es/es/index/descargas#postales>. [27 de enero de 2010].

 

Figura 5. Cartel “Bordeaux 2013”, ciudad candidata.
Fuente: Le journal d’information de la Communauté Urbaine de Bordeaux, nº 8, troisième trimestre 2008.

 

Además, en este proceso de puesta en valor de la candidatura a través de técnicas de comunicación y de promoción, algunos sectores sociales ocupan un papel relevante: se trata de aquellos grupos creadores y difusores de opinión como periodistas, intelectuales, artistas, profesionales de la cultura, políticos, empresarios y otras personalidades, a los que se solicita su apoyo material o simbólico que habitualmente se inicia con su inscripción en el listado de adhesiones a una candidatura.

También a otros grupos representativos, como los jóvenes, los niños, los ancianos, los discapacitados o incluso algunas minorías étnicas puede dárseles la oportunidad de intervenir o en todo caso de adherirse o de votar a favor de la ciudad candidata (ver cuadro 4 y figura 6), si bien su capacidad de intervención directa suele ser mucho más puntual o menos relevante que en el caso de los primeros. Sin embargo, teniendo en cuenta que la participación ciudadana resulta un factor cada vez más valorado para lograr la designación definitiva[22], las ciudades candidatas dan cada vez más importancia a la implicación directa de sus habitantes, patente por ejemplo mediante acciones de voluntariado[23] y colaboración en la puesta en marcha de eventos, realización de encuestas de opinión, contribución en bancos de ideas o foros de reflexión y de presentación de propuestas, inscripción en formularios de adhesión, etc. En definitiva, cada vez resulta más evidente la conveniencia de aglutinar a los ciudadanos en torno a una propuesta de candidatura, proponiendo acciones para movilizarlos y convirtiéndolos en “embajadores” de su ciudad.

 

Cuadro 4.
Ciudades españolas candidatas a ser Capital Europea de la Cultura 2016,
total de votos recibidos por Internet, a 13 de noviembre 2009, 27 de enero y 23 de julio de 2010
 

Noviembre-09

Enero-10

Julio-10

 

Nº de votos

%

Nº de votos

%

Nº de votos

%

Alcalá de Henares

50.507

2,4

55.014

2,3

75.231

2,6

Oviedo-Gijón-Avilés *

359.036

17,3

380.541

15,6

472.977

16,1

Burgos

119.404

5,7

156.450

6,4

175.175

5,9

Cáceres

279.509

13,5

306.703

12,6

346.748

11,8

Córdoba

203.935

9,8

233.135

9,5

281.259

9,5

Cuenca

47.451

2,3

102.319

4,2

115.503

3,9

Málaga

170.029

8,2

188.272

7,7

273.590

9,3

Murcia

36.681

1,8

41.927

1,7

70.194

2,4

Las Palmas de Gran Canaria

   

105.258

4,3

141.691

4,8

Pamplona

38.177

1,8

40.218

1,6

43.909

1,5

Segovia

61.080

2,9

65.543

2,7

77.414

2,6

San Sebastián

65.310

3,1

71.314

2,9

85.574

2,9

Santander

360.788

17,4

383.913

15,7

437.935

14,9

Tarragona

115.043

5,5

117.497

4,8

120439

4,1

Zaragoza

170.779

8,2

195.520

8

229.499

7,8

TOTAL

2.077.729

100

2.443.624

100

2.947.138

100

* En marzo de 2010, Gijón y Avilés retiraron su participación de la candidatura regional conjunta, manteniéndose a partir de entonces tan sólo la de Oviedo.
NB. A partir de agosto de 2010, la propuesta de Palma de Mallorca pasó también a formar parte de la Asociación europea de Ciudades Candidatas, aunque a inicios de septiembre había recibido tan sólo el 0,01% de todos los votos emitidos.
Fuente: Página web "Vota tu ciudad candidata favorita", Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura <http://www.candidatecities.com/>.

 

Por otro lado, todas las Capitales Culturales Europeas acostumbran a formular lemas específicos que sintetizan las orientaciones de sus programas culturales respectivos, en algunos casos centrándose en un único tema y en otros planteando una multiplicidad de ellos. Así por ejemplo, Bruselas 2000 eligió como línea temática las divisas “Celebrando la ciudad” (“Celebrating the City”) y “Reimag(in)ando la ciudad” (“Reimag(in)ing the City”); para el mismo año, Helsinki optó por los temas “La ciudad de los niños” (“The City of Children”), “La ciudad del Arte” (“The City of Art”), “Una ciudad internacional” (“An  internacional City”) y “Una ciudad para todos” (“A City for All”), mientras que Salamanca se caracterizó como “Ciudad del pensamiento, de encuentros y saberes”. Por su parte, el eslogan utilizado para Oporto 2001 fue “Puentes hacia el futuro” (“Bridges to the future”) y el de Luxemburgo 2007 “Ciudad de todas las culturas” (“City of all cultures”). Muchos de estos emblemas se plantean ya en la fase de candidatura; de este modo, algunas de las ciudades españolas candidatas para 2016 han elaborado eslóganes que hacen hincapié en los aspectos culturales o artísticos de su territorio, como Alcalá de Henares: “Ciudad de las Artes y las Letras”, Burgos: “Camino de Cultura”, Córdoba donde “El saber sí ocupa lugar” o Santander denominada por los responsables de la organización “Capital del conocimiento”. En otros casos, con el emblema escogido se busca resaltar la participación e implicación de la población en el proyecto, como igualmente ha sucedido en Santander para cuya candidatura “Todos somos capitales” o en  San Sebastián con sus “Olas de energía ciudadana”.

 

Figura 6. La posición como favoritas para la opinión pública de las ciudades españolas candidatas a Capital Europea de la Cultura 2016, datos de noviembre 2009 y de enero y julio 2010.
N.B.: Como ya hemos indicado, desde marzo de 2010, Gijón y Avilés dejan de formar parte de la candidatura conjunta, permaneciendo tan sólo la de Oviedo.
Asimismo, desde agosto de 2010, también se hizo oficial la candidatura de Palma de Mallorca, contabilizando, a inicios de septiembre, el 0,01% del total de votos emitidos hasta esa fecha (5 de septiembre 2010).
Fuente: Página web "Vota tu ciudad candidata favorita", Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura <http://www.candidatecities.com/>. [23 de julio de 2010]. Elaboración propia.

 

Además, la preparación de la candidatura y el posterior desarrollo de la manifestación, en caso de ser la Capital elegida, suponen la instauración de un ambiente festivo, de disfrute y celebración casi permanentes en diferentes espacios públicos de la ciudad, llegando en ocasiones a crear lo que podríamos definir como un ambiente “pseudocarnavalesco”. De esta manera, los lugares más representativos –plazas, calles céntricas, áreas peatonales, cascos históricos o zonas monumentales– se convierten en nodos de confluencia y escenario donde artistas, gestores culturales y representantes políticos se exhiben y manifiestan, en una avalancha reiterada de actos y eventos culturales; mientras que por el contrario, la intervención de la ciudadanía suele ser más restringida. Así, la cultura se identifica cada vez más con (se reduce a) grandes acontecimientos culturales programados, en los que la participación popular acostumbra a limitarse al mero papel de espectadores o de comparsa (ver fotos de la figura 7). Claramente se trata de una concepción de la cultura y de los espacios urbanos como escaparate o como espectáculo[24], donde lo real y lo ficticio se confunden y se entremezclan[25].

 

 

Figura 7. Santander, verano 2009. Concentración de público en diversos actos festivos celebrados con motivo de la candidatura a Capital Cultural Europea 2016.
Fuente: C. Gil.

 

Los procesos de renovación y transformación urbana. Candidatura y proyecto global de ciudad

Junto con los ya mencionados valores simbólicos que la iniciativa entraña, un segundo aspecto, que en los últimos años va resultando cada vez más significativo, es que las ciudades europeas designadas han aprovechado esta investidura o incluso la propia participación en la candidatura para transformar amplia o completamente sus estructuras culturales y tratar de ser reconocidas en el ámbito internacional.

Esta transformación de las estructuras culturales de las ciudades se halla también relacionada con procesos más amplios y complejos de renovación urbanística y transformación urbana. Así, las actuaciones desarrolladas en las Capitales en relación con la manifestación europea van desde la mejora de los espacios públicos y de la iluminación urbana o la creación de zonas peatonales, pasando por la reforma o restauración de monumentos o equipamientos ya existentes, hasta la construcción de nuevos edificios culturales como museos, bibliotecas, teatros y salas para conciertos o exposiciones e incluso la conformación de auténticos barrios y parques culturales. Además, también suele ser habitual la reforma de los centros urbanos, especialmente de los centros históricos, como fue el caso de Génova 2004, o de los frentes marítimos como sucedió en Patras 2006.

En la mayoría de las veces, la gestión de todos estos procesos se ha llevado a cabo desde instituciones, bien públicas o bien privadas, distintas a las de la propia organización del acontecimiento de Capitalidad. Con todo, en frecuentes ocasiones y con posterioridad al evento, se han planteado problemas para la gestión de los equipamientos creados, muy a menudo por la falta de fondos y por el elevado coste operativo; a pesar de lo cual, la mejora general de las dotaciones culturales constituye de por sí un patrimonio valorado y visible.

En esta línea, el propio Comité de las Regiones, en un dictamen previo a la Decisión del Parlamento y del Consejo para el período 2007-2019[26] considera que la manifestación “Capital Europea de la Cultura” tiene repercusiones muy favorables para las ciudades, no sólo en el ámbito cultural sino en lo que respecta a las oportunidades económicas y laborales en los sectores turístico, recreativo y deportivo, además de actuar como catalizador de la regeneración urbana.

Existen hoy en día múltiples ejemplos de ciudades industriales que han sido nominadas Capital Cultural Europea, pero el primero de estos ejemplos fue, en 1990, el de la ciudad escocesa de Glasgow, la cual a mediados del siglo XX había sido uno de los centros de producción industrial más importante del Reino Unido, si bien marcado por la crisis y la reconversión desde las décadas de los 50’, 60’ y 70’. Varios autores[27] han estudiado la experiencia de esta ciudad que, desde su nominación en 1986, utilizó el título de Ciudad Europea de la Cultura como acicate para transformar su imagen y desarrollar el turismo cultural.

Por otro lado, un informe reciente sobre el impacto de la designación de Liverpool como Capital Europea de la Cultura en 2008[28] muestra el destacado papel que la cultura ha desempeñado en el rejuvenecimiento de esta otra ciudad industrial. Así, el impacto económico obtenido en la región de Liverpool ha sido estimado en más de 800 millones de euros tan sólo para el año 2008. Del mismo modo, se calcula que unos quince millones de personas asistieron a alguno de los acontecimientos culturales programados a lo largo de dicho año. Por su parte la inversión total efectuada ha girado entorno a los cuatro mil millones de libras, dando lugar a unos 300 grandes proyectos desarrollados en la ciudad a partir del año 2000, en el que empezó a plantearse la candidatura. Asimismo, en el informe se expone que el programa llevado a cabo ha reforzado la imagen de Liverpool como centro creativo y cultural, contribuyendo a un incremento notable de la frecuentación de los museos y de otros espacios culturales de la ciudad.

 

Figura 8. Maison Folie de Moulins, antigua fábrica de cerveza, Lille (Francia).
Fuente: Mairie de Lille, Phonothèque.

 

Otro ejemplo ilustrativo, esta vez en Francia, es el de Lille que obtuvo el título de “Capital Cultural” en 2004 y donde los organizadores han estimado que cada euro invertido por el sector público en la manifestación ha generado otros ocho de actividad económica. En este caso, la ciudad de Lille, también vinculada a un pasado industrial, aprovechó el acontecimiento para transformar en espacios culturales algunos antiguos edificios industriales en desuso, situados en barrios relativamente distantes del centro de la ciudad. El resultado dio lugar a las denominadas Maisons Folie, proyecto líder de la Capitalidad 2004, que en la actualidad acogen conciertos, exposiciones, proyecciones, reuniones de artistas, etc. y que tratan de mantener una estrecha relación con la población local (figuras 8 y 9).

 

Figura 9. Maison Folie de Wazemmes, antigua fábrica textil, Lille (Francia).
Fuente: Mairie de Lille, Phonothèque.

 

Por su parte, la ciudad de Essen en la región alemana del Ruhr, nominada para 2010, incorpora también toda una serie de infraestructuras industriales a la manifestación cultural. Entre los proyectos previstos destacan la creación de un itinerario a través de antiguas galerías subterráneas que formaron parte de la red de comunicaciones de las explotaciones mineras o la colocación de globos gigantes como elementos de identificación (“Shaft-signs”) en las entradas de antiguas minas, situadas en el conjunto de municipios que forman parte del área metropolitana (figura 10).

 

Figura 10. Shaft Signs / SchachtZeichen. “Essen for the Ruhr 2010 European Capital of Culture”.
Fuente: <http://www.essen-fuer-das-ruhrgebiet.ruhr2010.de>. [27 de enero de 2010].

 

Igualmente la ciudad belga de Mons, candidata para ser Capital Cultural en 2015, ha apostado por la reestructuración de viejas construcciones industriales a fin de convertirlas en edificios para usos culturales. Por el momento, en la ciudad se han creado un nuevo teatro, un centro de exposiciones en un antiguo matadero y otro centro para música contemporánea a partir de un antiguo cuartel militar; de la misma forma se han renovado algunos de sus museos. Con todos estos nuevos edificios de estética contemporánea se pretende conformar todo un barrio cultural y tecnológico. Además, existe un proyecto a cargo del arquitecto español Santiago Calatrava, presupuestado en más de cien millones de euros, para construir una nueva estación de trenes[29], con una pasarela de 150 metros que sirva de lazo de unión entre la ciudad histórica y la nueva ciudad tecnológica en la extensión denominada des Grands-Prés. Se materializará así el objetivo de desarrollar vínculos de relación entre el patrimonio arquitectónico ya existente y las nuevas estrategias de desarrollo urbano; en este sentido, la trama temática elegida para la manifestación son las nuevas tecnologías, lo que se expresa en el eslogan: “Mons, donde la tecnología se encuentra con la cultura” (“Mons, where technology meets culture”). 

Sin embargo, posiblemente la prueba más palmaria de la importancia asignada a la cultura en los procesos de regeneración urbana, tanto en el plano económico, como social y territorial, sea la de Marsella 2013. Efectivamente, en este caso la Capitalidad cultural ha sido obtenida por una ciudad con indudables problemas en materia de empleo, de equipamientos, de integración y cohesión social o incluso de falta de identificación de una parte de su habitantes con la idea de Europa. Reconocidas y asumidas estas dificultades, el Comité de coordinación, autor de la memoria de candidatura presentada en 2008, ha sabido revertirlas en oportunidades para poder transformar el hipotético declive en oportunidad de progreso. Así, Marsella ha sido capaz de presentarse frente a sus competidoras, aparentemente mejor dotadas, como la metrópolis francesa “más necesitada” de obtener el título de Capital Cultural Europea[30], logrando con esta argumentación desbancar a otras sólidas candidatas finales como las de Burdeos, Lyon y Toulouse.

En efecto, la Capitalidad de Marsella se enmarca claramente en un proceso global de renovación urbana y de ordenación del territorio regional, planteado para el período 2008-2016[31]. Dentro de este proceso, el turismo cultural representa uno de los ejes prioritarios, con un plan de desarrollo específico.

En cuanto a las realizaciones materiales, la gran mayoría se concentra en la zona marítima de la ciudad, donde entre los nuevos equipamientos culturales previstos destacan el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo o MuCEM (Musée des Civilisations de l’Europe et de la Méditerranée), diseñado por el arquitecto Rudy Ricciotti (figura 11) y el Centro Regional del Mediterráneo o CRM (Centre Regional de la Méditerranée), ambos situados en la explanada del Fuerte Saint-Jean, contigua al viejo puerto marsellés[32].

 

Figura 11. Proyecto del Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, MuCEM, Marsella.
Fuente: Euroméditerranée, Crédit Ateliers Lion Architectes e Urbanistes.

 

Lo que se anuncia como un nuevo marco de relaciones entre la ciudad y su puerto prevé igualmente la transformación de los antiguos almacenes portuarios situados en el muelle de la Joliette, para convertirlos en galerías comerciales con tiendas, restaurantes y zonas de ocio, destinados esencialmente a turistas y pasajeros en tránsito. Además, más al Norte, en la zona de Arenc, un equipo de arquitectos y urbanistas se encarga de conformar un nuevo barrio cultural del que formarán parte, entre otros elementos, las torres diseñadas por dos arquitectos de prestigio internacional: Zaha Hadid y Jean Nouvel, varios edificios residenciales, las instalaciones de los nuevos archivos departamentales, un antiguo silo de grano construido en 1927 y rehabilitado como sala de conciertos con 2.200 plazas, así como todo un amplio complejo denominado Euromed Center, dotado de espacio para oficinas, catorce salas de cine y un establecimiento hotelero.

En definitiva, se propone de cara a 2013 una esencial transformación física de la fachada marítima de la ciudad, a lo largo de cerca de seis kilómetros de largo. Para ello la inversión total programada es de 230 millones de euros. Como impulsor de la mayoría de estos proyectos de renovación urbana se encuentra la institución pública  Euroméditerranée, creada por el Estado francés y las colectividades territoriales en 1995.

De hecho, en términos generales para el conjunto de Estados miembros de la Unión Europa, la financiación de todo este tipo de proyectos, relacionados con el desarrollo urbano, la innovación, la creación de infraestructuras, la inclusión y la cohesión social o el aumento de los puestos de trabajo, no sólo depende de las iniciativas de las distintas administraciones nacionales o regionales, sino que a la par puede beneficiarse de otras políticas comunitarias a parte de la cultural. Así, las Capitales Culturales disponen de la posibilidad de optar a fondos estructurales como el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE).

 

Figura 12. La manifestación cultural europea y el desarrollo urbano.
Fuente: El Día de Córdoba, 12 de diciembre de 2008.

 

Por lo tanto, puede decirse que el volumen de las inversiones efectuadas en materia de renovación urbana no depende tanto de la localización geográfica, del tamaño de población o del período de nominación, sino de otros aspectos que en definitiva resultan más importantes, como son la aptitud de la ciudad para identificar sus propias necesidades culturales y la habilidad de los responsables de la organización a la hora de movilizar los fondos requeridos para dar respuesta específica a estas necesidades. En este contexto, en países como España, el desarrollo de la iniciativa europea puede llegar a suponer un cambio considerable en las políticas urbanas (ver figura 12), generando procesos de reflexión y de debate e incrementándose las posibilidades de participación de la sociedad civil[33].


Las ciudades españolas candidatas a Capital Cultural Europea 2016. Rasgos distintivos y actuaciones

Centrándonos en el caso español, son varias las ciudades candidatas para 2016 que, habiendo superado o no la fase de preselección concluida a finales de septiembre de 2010, ostentan una amplia progresión del número de actividades culturales desarrolladas y de proyectos previstos, con diversas instituciones y comisiones creadas. En este sentido, siguiendo el orden alfabético que hemos utilizado anteriormente para su enumeración, parece interesante hacer un repaso de las principales actuaciones acometidas en cada ciudad candidata hasta septiembre de 2010, cuando tan sólo seis de las propuestas han sido preseleccionadas.

Así, Alcalá de Henares se ha presentado como una ciudad de servicios integrada en el entorno metropolitano de Madrid capital. Se trata además, dentro del acervo de candidatas españolas, de la única ciudad que no es capital de provincia. Su propuesta se ha fundamentado en su riqueza monumental y en su patrimonio artístico y literario, con especial atención al Siglo de Oro y a la figura de Cervantes; no en vano la Universidad y el recinto histórico de Alcalá fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

Sin embargo, con respecto a su visibilidad, la candidatura de Alcalá de Henares como Capital Cultural Europea se ha visto en parte eclipsada por los mayores esfuerzos centrados en la también candidatura de Madrid, en este caso para tratar de ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2016, mantenida hasta el 2 de octubre de 2009, cuando el Comité de Evaluación del COI optó por designar finalmente a Río de Janeiro para las Olimpiadas de 2016. Asimismo, desde el punto de vista de la distribución territorial a escala española, el hecho de que Madrid fuera ya Ciudad Cultural Europea en 1992 tampoco ha sido un elemento favorable para la propuesta alcalaína[34].

 

Figura 13. Ciudades españolas candidatas a ser Capital Cultural Europea en 2016.
N.B.: Como ya se ha señalado anteriormente, desde marzo de 2010, Gijón y Avilés han retirado su candidatura conjunta, persistiendo a partir de entonces la de Oviedo.
Fuente: Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura <http://www.candidatecities.com/>. [23 de julio de 2010]. Elaboración propia.

 

En cuanto a la candidatura asturiana, ha sido la única que inicialmente fue explícitamente planteada a escala regional, al agrupar el área metropolitana de Oviedo, Gijón y Avilés. No obstante, el desarrollo de la propuesta conjunta de estas tres ciudades ha sido escaso, de forma que a comienzos de 2010 no se había creado todavía un logotipo ni una página web y tampoco se había efectuado una presentación de proyectos específicos relacionados con la candidatura. Posteriormente, tras detectarse diversos problemas formales con respecto a la normativa oficial, en marzo de 2010, el Principado de Asturias anunció la retirada de la propuesta regional, si bien Oviedo, ya en solitario, ha seguido manteniéndose como aspirante hasta septiembre de 2010.

Pese a estos avatares y a su posterior eliminación, desde un primer momento y para el total español, la opción asturiana junto con la de Santander han sido las preferidas por la opinión pública, como durante bastantes meses ha testimoniado la página de Internet de la Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultura (recuérdense el cuadro 4 y la figura 6). Se comprueba así un evidente desfase entre, por un lado, las preferencias expresadas por votantes anónimos, por otro, la mayor o menor abundancia y visibilidad de actuaciones realizadas por los gestores en pro de cada candidatura y, ya en tercer lugar, los criterios de preselección utilizados por la comisión encargada.

Por su lado, Burgos, que ha superado dicha preselección, además de un logotipo y una página web ha desarrollado un número importante de actividades culturales. Algunos de los componentes de la propuesta son las improntas europeas generadas en la ciudad a lo largo de su historia por el Camino de Santiago y por el comercio con la liga Hanseática. Pero sobre todo destacan como elementos clave, claramente interrelacionados, los hallazgos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana (MEH); éste último inaugurado en julio de 2010, promovido por la Junta de Castilla y León y situado en el complejo cultural diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg en los terrenos del antiguo solar de Caballería, junto al río Arlanzón y bastante cercano al entorno de la catedral. Además, en dicho complejo cultural, de unos 26.000 m2, se prevé la apertura de un centro nacional de investigación arqueológica y de un palacio de exposiciones, de congresos y auditorio[35].

Otro notable proyecto urbanístico burgalés es la conversión del actual espacio ocupado por las vías de tren, que cortan la ciudad de Este a Oeste, en un bulevar de 11,5 kilómetros, diseñado por dos reputados arquitectos suizos: Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Sobresale también el Área de Rehabilitación del Centro Histórico, en la parte alta de la catedral, proyecto financiado conjuntamente por el Ayuntamiento, el Ministerio de la Vivienda y la Junta de Castilla y León.

En el caso de Extremadura, Cáceres ha sustentado simbólicamente su candidatura en las relaciones actuales e históricas mantenidas con América Latina. Pese a su eliminación en septiembre de 2010, la propuesta presentada ha sido también preliminarmente ambiciosa en lo que se refiere a la construcción de equipamientos culturales, destacando sobre todo el proyecto para construir un auditorio al aire libre, diseñado en 2007 por el arquitecto portugués Álvaro Siza. Según las previsiones iniciales, posteriormente paralizadas, dicho auditorio debería formar parte de una urbanización con cerca de cinco mil viviendas, en su mayoría de protección oficial, dotada además de un área comercial y de servicios y de amplias zonas verdes[36].

El proyecto ha sido concebido como un gran referente arquitectónico a escala internacional, pues pretende crear el mayor auditorio natural de Europa, al aprovechar la oquedad generada en los terrenos donde se localiza la cantera de Olleta, en funcionamiento hasta junio de 2010. De este modo se lograría transformar una zona, donde los usos extractivos han provocado un grave deterioro paisajístico y medioambiental, en una dotación de especial relevancia para la ciudad de Cáceres, lo cual encaja bastante bien con los planteamientos europeos a favor de la cultura como elemento de regeneración urbana.

Pasando ya a la Comunidad Autónoma andaluza, Córdoba expone una de las candidaturas más sólidas y atractivas, apoyada en su condición histórica de ciudad de las tres culturas y en un presupuesto de gasto considerablemente elevado, que en 2009 ascendió a un total de 7,5 millones de euros. Desde 2001, dispone de una comisión especial, creada para el estudio y la elaboración de propuestas e integrada por representantes de todos los grupos municipales, de la Universidad de Córdoba (UCO), de la Diputación provincial, de la Subdelegación de Gobierno, de los sindicatos, de asociaciones de vecinos y de distintas Consejerías de la Junta de Andalucía. Se trata pues de una de las primeras ciudades españolas en incorporarse a la iniciativa comunitaria. Además, el Ayuntamiento y la Oficina para la Capitalidad cultural vienen desarrollando numerosas jornadas, encuentros, seminarios y ciclos de conferencias que han contado con la participación de diversos expertos europeos. Descuellan por tanto las estrategias de comunicación y promoción llevadas a cabo en esta candidatura[37]; de hecho, en un estudio realizado en 2004 sobre los hábitos culturales de los cordobeses[38] se desprende que el 88,5% de los encuestados declaraban estar informados de la presentación de la candidatura por parte de su ciudad, además el 84,5% afirmaba sentirse identificado con el proyecto. Igualmente, dentro del II Plan Estratégico de Córdoba 2002-2010, denominado “Córdoba, Tercer Milenio”, se tiene muy en cuenta la candidatura a la Capitalidad al considerar la opción como proyecto estratégico de la ciudad[39].

Por su parte, Cuenca, la única candidata de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha que no ha logrado superar la primera fase eliminatoria, ha centrado su candidatura en su patrimonio histórico y natural, puesto que es otra de las ciudades declarada Patrimonio de la Humanidad. En este caso se ha resaltado especialmente su carácter de ciudad paisaje, donde la arquitectura popular ha logrado fusionarse con el entorno físico en el que se asienta[40]. Asimismo, en 2006, Cuenca se unió a la Red Nacional de Ciudades Catedralicias, entre cuyos objetivos se encuentran la promoción y defensa del patrimonio urbanístico, histórico y cultural de los municipios que la conforman, el establecimiento de políticas de intercambio que contribuyan a su proyección internacional y la planificación de una política conjunta de difusión de imagen.

Además, de manera similar al resto de candidaturas, la de Cuenca se ha planteado como una apuesta estratégica para el desarrollo económico, social y cultural. En este sentido se elaboró el denominado programa de “Ciudades Digitales” de Castilla-La Mancha, en el que participan además de Cuenca, Tomelloso, Alcázar de San Juan y Miguelturra. Dentro del mismo se trata de promover el comercio electrónico, la “telemedicina”, el “teletrabajo”, la “teleformación” o el acceso en línea a servicios de la Administración pública y a servicios sociales, todo ello mediante el uso de redes de telecomunicaciones a alta velocidad.

Continuando con este análisis somero de propuestas, la otra candidata andaluza que ha buscado convertirse en Capital Cultural Europea hasta su exclusión en septiembre de 2010, Málaga, se ha definido como ciudad milenaria, monumental e intercultural. Una vez más se tienen previstos distintos equipamientos culturales como un auditorio, un museo de la ciudad y un museo marítimo. Otro elemento material en el que se ha apoyado la candidatura ha sido el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). De la misma manera, el proyecto de planificación estratégica de la ciudad, emprendido a inicios de la década de los 90’, ha alcanzado en los últimos años una mayor importancia en torno a elementos como la cultura, el conocimiento y la revitalización urbana y litoral. Así, algunos de los proyectos formulados son los de “Ágora Mediterráneo” que pretende, entre otros objetivos, la creación de un megamuseo o museo abierto en el centro histórico de la ciudad, “Málaga Tur” enfocado a consolidar el papel de la ciudad como capital de turismo cultural urbano y “Málaga Innov@” en relación con el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Destacan también las obras acometidas en materia de infraestructuras de transporte para solucionar los tradicionales problemas de aislamiento: las conexiones en tren de alta velocidad con Córdoba y Madrid existentes desde 2007, el nuevo aeropuerto con la nueva Terminal T3 inaugurada en marzo de 2010, la autovía y autopista Córdoba-Málaga y la finalización de la autovía del Mediterráneo en la zona costera de Granada, previstos también para 2010. Por lo demás, desde el punto de vista de la articulación interna de la ciudad y de la relación de ésta con su entorno metropolitano, se han planteado proyectos como las dos líneas de metro ya iniciadas, la autovía de segunda ronda y el vial distribuidor, el acceso al puerto, el eje litoral y el nuevo ferrocarril costero entre Algeciras, Málaga y Motril.

De otra parte, lo mismo que en las dos ya mencionadas capitales de provincia andaluzas, la posición geográfica meridional de Murcia ha podido constituir a priori un factor favorable para su candidatura, ya que simbólicamente dicha situación espacial se asocia con la idea de convivencia histórica de culturas o con la más moderna de “interculturalidad”. Sin embargo, la propuesta, planteada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Murcia a partir de 2007, además de haber llegado a la fase de preselección con un desarrollo bastante incipiente (todavía a finales de 2009 no se había llegado a un consenso entre los distintos representantes municipales), no ha logrado tampoco la suficiente implicación ciudadana. Prueba de esto último es el escaso número de votos recibidos en la página web de la Asociación de Ciudades Candidatas: en concreto, menos del 2,5% del total de los emitidos en favor de unas u otras candidatas españolas (cuadro 4 y figura 6). Ello aparece también asociado con la falta de propuestas a escala regional, lo que hubiera permitido integrar en el proyecto a otras localidades como Lorca y Cartagena. Además, dentro de esta tendencia a la escasez de intervenciones, su logotipo como ciudad candidata ha sido de los últimos en elaborarse.

Otra propuesta que también ha tenido escaso desarrollo ha sido la de Palma de Mallorca, presentada conjuntamente con el resto de Islas Baleares. De hecho, esta última candidatura tan solo apareció en el mapa español de la Asociación de Ciudades Candidatas a la Capitalidad Europea de la Cultural a partir de finales de agosto de 2010. Más en concreto, el 5 de septiembre de 2010 la candidatura de Palma de Mallorca había recibido únicamente el 0,01% del total de votos en la encuesta de opinión realizada en línea por dicha Asociación, para que los votantes anónimos pudieran escoger su ciudad favorita. La página web, el eslogan (“Palma de Mallorca y las islas invisibles”) y el logotipo de dicha candidatura también han sido de muy reciente creación y confirman el parco desarrollo de la misma.

En lo que respecta a la única iniciativa insular en firme, la de Las Palmas de Gran Canaria, ha sido curiosamente la más tardía en plantearse, ya que hasta abril de 2009 y por procedimiento de urgencia no se votó la propuesta de su Alcalde, Jerónimo Saavedra, para asumir la candidatura a Capital Cultural Europea. Dicha propuesta, que ha superado la primera etapa eliminatoria a escala española, fue titulada “Las Palmas de Gran Canaria 2016: ciudad de mar y de culturas”, siendo aprobada con la unanimidad de los corporativos presentes. Hasta entonces, tan sólo había existido un intento previo  para la creación de un comité local de expertos.

A pesar de esta demora y aunque hasta finales de 2009 la ciudad no apareció en la página web de la Asociación de Ciudades Candidatas, un mes más tarde, es decir al acabar enero de 2010, la propuesta ya había recibido 105.258 votos de internautas (o lo que es lo mismo el 4,3% del total de los emitidos hasta la fecha), llegando así a aventajar en su posición a otras seis capitales españolas cuya candidatura se había hecho pública con anterioridad a la de Las Palmas (recuérdense el cuadro 4 y la figura 6).

En la citada propuesta municipal canaria se incide, una vez más, en la interculturalidad y en las potencialidades actuales e históricas de la capital de Gran Canaria, como puerto atlántico, para el contacto entre tres continentes: Europea, África y América. Además, la candidatura, que cuenta con una página web propia y con un logotipo de reciente creación, se plantea como pieza central en el proceso de reflexión, elaboración y ejecución de un Plan Estratégico (PROA) para dinamizar el futuro de la ciudad hasta el año 2020. En esta dirección, se ha creado también la Asociación Iniciativa para la Reflexión Estratégica (AIRE). De esta manera, se han conformado algunos proyectos, como el de retomar el ya formulado a finales de los años 80’ para la creación de un Parque de la Música, en el extremo oeste de la playa de Las Canteras o el denominado Parque de las Artes y la Cultura, en los antiguos acuartelamientos de Hoya del Paso. Igualmente, se pretende implicar en estos proyectos culturales al conjunto de municipios de la isla.

De vuelta a la Península, Pamplona, otra de las descartadas en septiembre de 2010, ha realizado su propuesta en alianza con la ciudad polaca de Torun, después de establecer un acuerdo de colaboración en mayo de 2008, con el objetivo de que dicha alianza fuese un factor favorable para ambas candidatas. No obstante, en el caso de Pamplona, como también sucede en otras ciudades analizadas, las actuaciones urbanísticas puestas en marcha ex profeso para la candidatura han sido más bien escasas; a pesar de lo cual, entre las obras efectuadas durante los últimos años o aún en ejecución cabe destacar la restauración del llamado frente de Francia de las murallas[41] y de la fortificación norte del antiguo Burgo de la Navarrería, en cuyo extremo se sitúa un palacio del siglo XII rehabilitado como Archivo General de la Comunidad Autónoma, conforme al proyecto del arquitecto Rafael Moneo.

Igualmente sobresalen en Pamplona la reurbanización del citado barrio medieval de la Navarrería, englobada dentro de la propia regeneración del casco antiguo, ya emprendida en sus primeras fases entre 1996 y 2001, y la también restauración del Portal Nuevo y de los restos de la muralla correspondientes al Baluarte Gonzaga, junto con la pavimentación y reurbanización del paseo de ronda. Además, otros trabajos acometidos son la restauración de los fosos de la Taconera, del revellín de San Roque y del de Santa Clara en el recinto amurallado de la Ciudadela o la pavimentación de esta última.

Por otra parte en 2010, recuperando un antiguo proyecto planteado en 2001, se ha producido la inauguración del Museo de los Sanfermines, también denominado Centro temático del Encierro y los Sanfermines, que según las previsiones tendrá en cuenta la evolución histórica de la ciudad.

A su vez, ya en el País Vasco, San Sebastián-Donostia apoya su proposición en componentes culturales bien conocidos y consolidados como son sus festivales de cine y de jazz. Además, la ciudad cuenta con varias iniciativas urbanísticas relevantes como la ampliación subterránea del Kursaal, bajo el paseo de la Zurriola y hacia la playa. La obra, supervisada por Rafael Moneo, autor del edificio construido a finales de los años 90’, se ha iniciado en octubre de 2009 y la finalización se prevé para principios de 2011. Con la ampliación se pretende ganar una nueva sala diáfana de más de 1.500 m2 útiles.

De igual forma, entre 2006 y 2008 se ha llevado a cabo la segunda fase de remodelación del Aquarium, cuyo edificio original data de 1928. Por su lado, en el Museo San Telmo también se lleva a cabo un profundo proyecto de reforma y ampliación desde 2007. Asimismo, otro proyecto urbanístico planteado en la ciudad es la renovación arquitectónica del antiguo edificio industrial de Tabakalera, puesto en marcha a través de un concurso internacional de ideas. El objetivo es su conversión en un futuro centro cultural dedicado a las artes visuales[42]. El inicio de las obras se ha previsto en mayo de 2010 y su final para 2013.

Continuando en el litoral cantábrico pero cambiando a la Comunidad Autónoma de Cantabria, el proyecto de Santander como candidata a convertirse en Capital Cultural ha tenido como principal peculiaridad el hecho de estar respaldado por el Banco Santander, que junto con la Fundación Marcelino Botín, el Ayuntamiento de la ciudad y el Gobierno Regional han sido las instituciones promotoras de la candidatura hecha pública en septiembre de 2008. Más adelante, en mayo de 2009 se constituyó la Fundación Santander 2016, con una inversión inicial total de 2,4 millones de euros, aportados a partes iguales por cada uno de los cuatro miembros, públicos y privados, ya indicados[43].

Lo mismo que en otras ciudades españolas, la candidatura a la Capitalidad europea ha inspirando en Santander toda una serie de iniciativas, no sólo culturales sino también urbanísticas. En este contexto ha empezado a formularse el Plan Estratégico 2010-2020, concebido como “la principal herramienta de planificación para la modernización y el desarrollo de la ciudad”[44]. Según el equipo de gobierno municipal, dicho plan habrá de integrar otros proyectos de transformación del entramado urbano, algunos ya iniciados como el Parque Científico y Tecnológico situado en el límite oeste del municipio y otros tan sólo enunciados, aunque aguardados desde hace décadas por distintos sectores de población, como la ordenación del actual espacio ferroviario o la integración en la ciudad de los espacios portuarios.

Además, dentro de estos anuncios relativos al modelo futuro de ciudad, se hallan las previsiones de construcción del no empezado Museo de Cantabria, que originalmente se iba a llevar a cabo siguiendo el diseño de los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla, elaborado en 2002 y para el que en 2004 el Ayuntamiento reservó y puso a disposición del Gobierno Regional una parcela de unos 16.000 m2, en el lado oeste del nuevo parque urbano de la vaguada de Las Llamas, cercano al campus universitario. Asimismo, en este línea de proyectos largamente debatidos y no emprendidos cabe mencionar el elegido en 2001, para la construcción de la nueva sede del Gobierno Regional, diseñado por el arquitecto ya varias veces citado Rafael Moneo. Para iniciar su ejecución, en 2006, se redactó un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) que posteriormente y tras suscitar una fuerte polémica, fue retirado.

Una proposición mucho más reciente ha sido la anunciada en julio de 2010 por el propio Emilio Botín para la construcción de un gran centro cultural en el frente marítimo de la ciudad, en terrenos de la Autoridad Portuaria. Con este fin, la Fundación Marcelino Botín y el Banco Santander habrían solicitado la colaboración del arquitecto Renzo Piano. Sin embargo, todas estas propuestas no han logrado evitar la exclusión de Santander de la lista de candidatas, elaborada por el comité de selección a finales de septiembre de 2010.

Nuevamente en la Comunidad castellano-leonesa, Segovia es la otra aspirante, a parte de Burgos, a convertirse en Capital Cultural Europea que ha culminado exitosamente esta fase inicial. La candidatura segoviana se planteó a partir de 2005 con la creación de la Oficina Segovia 2016. Un año más tarde, fue formada una comisión especial integrada por distintos representantes públicos. Entre los objetivos institucionales se encuentran los de promover la proliferación de empresas de carácter cultural, que creen nuevos puestos de trabajo y la instauración de una red de focos culturales en la ciudad, que repercutan favorablemente en su tejido social y económico. Para tratar de establecer propuestas concretas de actuación se han desarrollados varios foros de reflexión ciudadana en cooperación con distintos agentes culturales, entre los que cabe subrayar diversas veladas nocturnas[45] y la actividad “SegoviaExpresso”[46].

Además de la participación e implicación ciudadanas conseguidas, otra de las ventajas de esta candidatura es su localización central y su buena accesibilidad, ya que desde diciembre de 2007 la línea de tren de alta velocidad Madrid-Valladolid, sitúa a Segovia a poco más de treinta minutos de distancia de la capital de España[47].

Con todo, más allá de los escenarios históricos que por su carácter monumental ofrece Segovia para la celebración de eventos[48], en los encuentros y debates públicos celebrados se ha constatado la necesidad de definir y poner en marcha nuevos proyectos que amplíen la oferta cultural existente. En esta dirección se sitúan las reivindicaciones del propio Ayuntamiento a favor de la construcción de un palacio de congresos-auditorio, mediante un convenio en el que participen la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España. También existen propuestas a favor de la creación de un gran centro cultural que pueda ser sede de exposiciones y eventos en los terrenos municipales situados junto al nuevo campus universitario, en la plaza del Alto de los Leones. Asimismo, otras de las tareas pendientes son la ampliación del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, prevista para 2012 y la prosecución de las obras de rehabilitación del Teatro Cervantes, para convertirlo en sede de una futura filmoteca municipal y en escenario de todo tipo de acontecimientos relacionados con el mundo del cine.[49]

A la par, desde 2007 existe un proyecto para la creación en Segovia de un Museo de la Fotografía (MUSAF), cuya construcción aún no se ha iniciado por falta de dotación económica. De igual modo, otro proyecto museográfico planteado en 2007 y que tampoco se ha materializado es el del Museo de la Ingeniería Romana.

Retornando al Mediterráneo, la propuesta de Tarragona ha contado con el respaldo de la práctica totalidad de ayuntamientos catalanes, es decir más de cuatrocientos municipios. De hecho, la web oficial de Tarragona 2016 se ha presentado como “La candidatura de Catalunya a la Capital Europea de la Cultura”, toda vez que la mayor parte de sus contenidos han sido escritos exclusivamente en catalán. La iniciativa, desechada en septiembre de 2010, se planteó a finales de 2004 y desde entonces ha recibido numerosos apoyos, entre los que hay que señalar los del Parlamento de Cataluña y la Universidad Rovira i Virgili, el del parque de ocio temático Port Aventura o los del Barça y el Espanyol, ambos equipos de fútbol establecidos como patrocinadores. Además, paralelamente a la candidatura cultural europea, otro gran evento para el que la ciudad se postula como sede es la celebración de los Juegos del Mediterráneo en 2017 (Jocs del Mediterrani)[50].

Ambas iniciativas han tenido en cuenta una de las principales previsiones de intervención urbanística planteada en Tarragona a lo largo de los últimos años: la remodelación de su fachada marítima. Sin embargo, dada la ubicación y las características de este frente marítimo, cualquier proyecto de reestructuración del mismo que quiera plantearse atañe no sólo al Ayuntamiento, sino también a otras entidades como la Autoridad Portuaria y RENFE. Más en concreto, una de las pretensiones más reiteradas ha sido el soterramiento de las vías de tren que históricamente han representado una barrera de cerca de tres kilómetros de largo entre la ciudad y el mar. No obstante, cada organismo implicado ha manifestado criterios divergentes sobre la forma de llevar a cabo dichos trabajos y con respecto a los usos a los que podrían destinarse las aproximadamente 37 hectáreas de suelo que quedarían disponibles al cubrir las vías.

En 2003 el arquitecto Ricardo Bofill elaboró un proyecto que fue ratificado por el Ayuntamiento en 2004, con un coste inicialmente previsto de 150 millones de euros[51]. Dicho proyecto incluía el soterramiento de las vías de tren manteniendo su trazado actual. De hecho, se preveía que buena parte del coste total del proyecto fuera financiado gracias a las plusvalías generadas por el incremento de suelo disponible al tapar las vías. En principio, se proponía reservar un 10% de este suelo para edificios y el resto para zonas verdes y espacios públicos. Asimismo, el proyecto de Bofill también contemplaba la reordenación del entorno del Anfiteatro romano y la construcción de ascensores panorámicos y de una isla artificial para bañistas.

Tras varios años de paralización, en 2008, de acuerdo con los planteamientos del Plan Territorial Parcial del Camp de Tarragona, surgió una nueva propuesta consistente en desplazar el trazado de la futura línea férrea y la nueva estación al interior de la ciudad[52]. A grandes rasgos, lo laborioso e intrincado del proceso de planeamiento y de toma de decisiones demuestra la complejidad de la ordenación de los espacios urbanos de frente marítimo, con ejemplos en bastantes otras ciudades como el ya señalado de Marsella o el de Santander. Así, las soluciones técnicas no sólo pueden resultan costosas y difíciles de llevar a cabo, sino incluso conflictivas desde el punto de vista social y político.

Por último, Zaragoza como candidata de la Comunidad Autónoma de Aragón parte del precedente de la Exposición Universal celebrada en 2008, que dotó a la ciudad de diversos equipamientos culturales emblemáticos y de gran magnitud, tal es el caso del Pabellón-Puente, obra de la arquitecta Zaha Hadid construido sobre el río Ebro[53]. De la misma manera, otros edificios temáticos de la Expo sobre los que también se apoya la propuesta como Capital Cultural Europea son la Torre del Agua[54] y el Acuario fluvial[55]. Asimismo, distintas dotaciones culturales contempladas en la candidatura son el Centro de Historia inaugurado en 2003 en el antiguo convento-cuartel de San Agustín, el Museo del Fuego, diseñado dentro de las actuaciones del Plan Integral del Casco Histórico, en el antiguo convento de La Victoria o la ampliación del Museo de arte contemporáneo de Pablo Serrano, cuya finalización se contempla para 2010.

A los anteriores hay que añadir algunos otros proyectos de ejecución más o menos inminente como el Centro cultural de la Música en el barrio de San Pablo, integrado en un Plan Especial de Reforma Interior o el Caixa Forum en la antigua estación de tren del Portillo y cuya apertura se prevé en 2012. Además, después de su paralización en 2003, para 2011 se proyecta retomar las obras del edificio de la Sociedad General de Autores en el antiguo Teatro Fleta, con el fin de crear una sede de artes escénicas y audiovisuales que albergará una Filmoteca y las representaciones del Centro Dramático Aragonés.

En síntesis, como hemos visto a lo largo de este apartado, todas las ciudades españolas candidatas a la Capitalidad europea de 2016 presentan o han presentado, en mayor o menor medida, diversos proyectos culturales unidos a iniciativas urbanísticas que, en el caso de las preseleccionadas, irán incrementándose próximamente, con vistas a la recomendación definitiva de nombramiento por parte del Comité de selección. Al final, sólo una de las candidatas será la designada; sin embargo, para una buena parte de las participantes, el esfuerzo de este largo período de gestación de capacidades no será ni mucho menos en vano. Así, el tratar de demostrar su aptitud para acoger la celebración cultural europea habrá sido el incentivo para poner en marcha dinámicas sociales, económicas y territoriales y el justificante para desencadenar procesos de transformación y de modernización de los elementos materiales y simbólicos de las ciudades. De esta manera, la competición en sí misma habrá llevado a un buen número de ciudades españolas a definir lo que la cultura o más bien las manifestaciones culturales pueden hacer, no sólo para estimular su desarrollo económico y su crecimiento urbano, sino también y quizás sobre todo para mejorar y actualizar su imagen, tanto de cara al exterior como en la percepción de sus propios ciudadanos.


Conclusiones: la redención a través de la cultura y la ciudad como escenario, instrumentos de marketing urbano

Varias de las ciudades europeas escogidas como Capital Cultural a lo largo de las últimas décadas se han convertido en importantes destinos turísticos, incrementando así sus cifras de visitantes y pasando a formar parte destacada de las listas de ofertas de los principales operadores turísticos que actúan a escala internacional. Con todo, dentro de un mercado cultural y turístico cada vez más complejo y competitivo, ni la candidatura ni la propia nominación son de por sí una garantía perfecta de éxito. De hecho, en la actualidad y de cara a los próximos años, el exceso de candidaturas que se plantean simultáneamente para un mismo país y el número elevado de ciudades que ya han sido designadas –nada menos que treinta y cinco entre 2000 y 2014 (recuérdese la figura 1)– parecen conducir a una gradual desvalorización de la iniciativa. Además, con frecuencia, las ventajas y los beneficios generados por la manifestación se sitúan más en la inmediatez del acontecimiento que a medio y largo plazo, es decir una vez sobrepasado el marco temporal del año de designación.

Por otra parte, en las últimas décadas la cultura se ha convertido en un elemento central de los procesos de renovación y regeneración urbana[56]. Más aún, el entender la cultura principalmente como un recurso económico[57] y en concreto como un bien de consumo, lleva a numerosos gestores a utilizar y repetir expresiones con un cierto carácter grandilocuente, como la de “excelencia de la cultura”, término que bajo un supuesto dechado de virtudes, encubre la constante necesidad de seducir al público para fomentar e incrementar las demandas culturales y los flujos de actividad económica centrados en dichas demandas. De esta manera, con el fin de acrecentar el consumo y de producir plusvalías, ciudades, municipios y regiones rivalizan entre sí por verse atribuida la gestión de grandes acontecimientos y fiestas mediáticas, de las que Capitalidades culturales, Exposiciones universales u Olimpiadas son algunos de los ejemplos más evidentes, interpretados como una carrera hacia el pretendido progreso social y económico, empeño que lleva a unas y otras a entablar una competencia constante para la atracción de visitantes y de futuras inversiones[58].

Conforme a estas circunstancias, los productos culturales situados en un ámbito territorial determinado generan imágenes y evocaciones mediáticas, suscitadas por actores y agentes sociales y difundidas entre el gran público a través de los medios de comunicación. De esta suerte, muchos de los nuevos espacios culturales urbanos se crean pensados principalmente para los turistas potenciales que puedan captar y para actividades de servicios asociadas a prácticas de visitantes externos, y no tanto en función de las necesidades específicas de los residentes habituales o usuarios locales, que son sin embargo quienes sufragan, de forma directa o indirecta, buena parte de los costes ocasionados para su creación y mantenimiento.

Así pues, la gestión de grandes acontecimientos y la puesta en valor de lo local se han convertido en dos factores esenciales del llamado marketing territorial y de la planificación estratégica. Ambos sirven para el “posicionamiento” de las ciudades, o sea para privilegiar ciertas características y dimensiones que, combinadas, conforman las nuevas representaciones e imágenes del espacio urbano en cuestión y le diferencian del resto.

Al mismo tiempo, ante la amplitud creciente de problemas sociales, económicos y medioambientales que afectan a las ciudades en Occidente, la búsqueda de soluciones por parte de los responsables políticos y administrativos se plantea, indefectiblemente, en el ámbito de lo cultural. Este modelo, que sienta sus bases en la experiencia de los años 70’ y 80’ de algunas ciudades norteamericanas como Baltimore, Denver, Minneápolis o Seattle, se ha convertido hoy en día en una retórica y en un instrumento clave para lo que podríamos llamar “la redención a través de la cultura”. Al punto que en la actualidad es la puesta en escena de la ciudad, su puesta en espectáculo a través de eventos y manifestaciones culturales y artísticas, más que la cultura o el arte en sí mismos, lo que es visto como auténtica panacea para la regeneración de la sociedad, de la economía y del tejido urbanos. En este marco resulta expresiva la frase que se recoge en la página web de la candidatura de Pamplona 2016:

“Queremos ver y que nos vean, mirar y que nos miren, conocer y que nos conozcan y, en definitiva, querer y que nos quieran”.
<http://www.pamplona2016.es/pamplona_2016/VerPagina.asp?IdPag=31&Idioma=1>. [23 de julio de 2010].

Cada vez es más evidente que el título de Capital Cultural Europea se concibe como un proyecto, como un reto o desafío que permite avanzar. Por ello, parece lógico que para la elección definitiva no sólo se valore de lo que se parte o lo que se tiene, sino sobre todo a dónde se pretende llegar: objetivos, planes, programas, aspiraciones, ideales, iniciativas y propuestas.

Como ya hemos dicho anteriormente, en la práctica todo ello enlaza bastante bien con el prototipo de sociedad del espectáculo que definiera Guy Debord a finales de los años 60’. La escenificación de la Capitalidad cultural, desde la presentación de la propia candidatura hasta la contingente elección final, sirve a su vez para convertir a cada ciudad implicada en un espectáculo a gran despliegue. Se crean de esta manera una identidad y una imagen, necesarias para la diferenciación, promoción y comercialización de los atractivos culturales de la ciudad; rivalizando a su vez con otras ciudades pero, de forma paradójica, siguiendo todas modelos de actuación muy similares. De este modo, la construcción de simbolismo vinculado a la cultura y a su exhibición se ha convertido en un elemento acorde a las exigencias de la globalización y del actual contexto social, político y económico.

 

Notas

[1] La ciudades designadas en 2000 fueron: Avignon (Francia), Bergen (Noruega), Bolonia (Italia), Bruselas (Bélgica), Helsinki (Finlandia), Cracovia (Polonia), Praga (República Checa), Reykiavik (Islandia) y Santiago de Compostela (España).

[2] Luxemburgo es la única ciudad que ha sido dos veces Capital Cultural Europea, en 1995 y en 2007. Por su parte, en el siglo XII, la región de Sibiu fue destino de un número importante de inmigrantes luxemburgueses, aspecto que se tuvo en cuenta para la designación conjunta.

[3] Decisión del Consejo de 14 de noviembre de 2005 sobre la manifestación “Capital Europea de la Cultura” para el año 2009, 2005/815/CE (Diario Oficial de la Unión Europea, L 305/36, 24.11.2005).

[4] Decisión del Consejo de 13 de noviembre de 2006 sobre la manifestación “Capital europea de la cultura” para el año 2010, 2006/796/CE  (Diario Oficial de la Unión Europea, L 324/7, 23.11.2006).

[5] De acuerdo con el artículo 4 de la Decisión 1419/1999/CE, modificada por la Decisión 649/2005/CE. De igual modo, Stavanger, en Noruega, fue también Capital Cultura Europea en 2008, junto con Liverpool en el Reino Unido.

[6] La Decisión nº 1419/1999/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de mayo de 1999 (D.O. L 166 de 1-7-1999), establece una acción comunitaria a favor de la manifestación “Capital Europea de la Cultura” para los años 2005-2010. En el anexo I de dicha Decisión se fija el orden cronológico en que los distintos Estados miembros podían presentar su candidatura. Teniendo en cuanta la ampliación de 2004, dicho anexo fue modificado a partir de la propuesta de Decisión presentada por la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo, el 17 de noviembre de 2003, documento COM(2003) 700 – 2003/0274(COD) y más adelante por la Decisión nº 649/2005/CE de 13 de abril de 2005.

[7] Destacan las ciudades de Gdansk, Lodz, Lublin, Poznan, Szczecin, Torun y Varsovia.

[8] En Francia, tras la preselección, la lista restringida de ciudades candidatas que se mantuvo hasta finales de 2008 incluía las ciudades de Burdeos, Toulouse y Marsella; finalmente, como veremos más adelante fue esta última la elegida.

[9] Pese a lo cual, con datos de 1999, el porcentaje de gasto en cultura en nuestro país (del 3,3% sobre el total del gasto) se halla por debajo de los valores registrados en Dinamarca (5,8%), Suecia (5,6%), Alemania (5,4%), Holanda (5,2%), Finlandia (5,1%), Reino Unido (4,9%), Bélgica (4,5%), Austria (4,4%), Francia (4,2%), Irlanda (4%) y Luxemburgo (3,5%), cf. Eurostat: Cultural statistics, 2007 edition. Pocketbooks, pág. 127.

[10] Inicialmente también se planteó la posibilidad de candidatura para 2016 en Tenerife (aprobación por parte del pleno del Cabildo el 28 de septiembre de 2005), aunque finalmente no llegó a presentarse.

[11] Alcalá de Henares, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Segovia y Tarragona, de las trece ciudades Patrimonio de la Humanidad existentes en España.

[12] Declaración nº 1622/2006/CE de 24 de octubre por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación “Capital Europea de la Cultura” para los años 2007 a 2019.

[13] La Decisión del Parlamento y del Consejo para el período actual, nº 1622/2006/CE, se publicó el 3 de noviembre de 2006 en el Diario Oficial de la UE. Desde su entrada en vigor el 1 de enero de 2007, deroga la anterior Decisión nº1419/1999/CE, pese a seguir siendo ésta de 1999 de aplicación para las ciudades designadas “Capital Europea de la Cultura” para los años 2007, 2008 y 2009 y a mantenerse asimismo una serie de disposiciones transitorias para los años 2010, 2011 y 2012.

[14] En concreto, al menos cinco años antes del inicio de la manifestación, los Estados miembros correspondientes convocan a sus respectivos Comités para una reunión de preselección, con el fin de evaluar las solicitudes presentadas por las ciudades candidatas en cada país. A partir de esta reunión, se establece una lista restringida y un informe sobre las solicitudes y las recomendaciones a las ciudades que figuren en dicha lista restringida. Igualmente, el Comité de selección de cada país presenta al Estado miembro y a la Comisión un informe que servirá para aprobar formalmente la lista de candidatas. Nueve meses después de la reunión de preselección, el Comité de cada país realiza la selección definitiva junto con la recomendación de nombramiento, teniendo en cuenta los programas modificados de las ciudades candidatas previamente elegidas para formar parte de la lista restringida. Todo ello forma parte de un informe final que, a su vez, incluye las recomendaciones establecidas para la ciudad seleccionada sobre los avances y ajustes a realizar en el caso de ser designada por el Consejo.

[15] Este Comité de seguimiento consta de siete miembros, nombrados por el Parlamento Europeo, el Consejo, la Comisión y el Comité de las Regiones. El Estado miembro interesado puede, por su parte, nombrar un observador en dicho Comité.

[16] Decisión nº 1855/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de diciembre de 2006, en cuyo considerando número 13 se señala que “En aplicación de la Decisión nº 1622/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 24 de octubre de 2006, por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación «Capital europea de la cultura» para los años 2007 a 2019, conviene conceder una financiación significativa a esta manifestación, que goza de gran notoriedad entre los europeos y que contribuye a reforzar el sentimiento de pertenencia a un espacio cultural común. En el marco de esta manifestación debe hacerse hincapié en la cooperación cultural transeuropea.”

[17] Más en concreto, la Comisión Europea (Dirección General de Educación y Cultura) encargó a Robert Palmer, uno de los miembros del Comité de selección, un estudio sobre la Capitalidad Europea de la Cultura entre los años 1995 y 2004. Véase Robert Palmer et al. (2004).

[18] Cf. Prado, 2007.

[19] Lo que los anglosajones denominan “enhancing investability”.

[20] Según las estimaciones del mencionado informe de Palmer et al. 2004, p. 118.

[21] Como ya dijimos, inicialmente se habían presentado doce ciudades británicas como candidatas a la nominación de 2008. Éstas fueron: Belfast, Birmingham, Bradford, Brighton, Bristol, Canterbury, Cardiff, Inverness, Liverpool, Newcastle-Gateshead, Norwich y Oxford.

[22] Así aparece indicado en la Guía dirigida a las ciudades candidatas al título de Capital Europea de la Cultura, publicada por la Comisión Europea.

[23] Un precedente importante ha sido el “Volunteer Programme” desarrollado en Liverpool desde el año 2005, es decir tres años antes de la celebración. El proyecto permitió la formación de voluntarios en temas como el patrimonio urbano y la relación con los turistas.

[24] Lo que, como más adelante resaltaremos, nos recuerda los planteamientos de Debord, 1992.

[25] Véase también Palou, 2006.

[26] Dictamen del Comité de las Regiones sobre la «Propuesta de Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación “Capital europea de la cultura” para los años 2007 a 2019» (2006/C 115/12), publicado en el Diario oficial de la Unión Europea el 16 de mayo de 2006.

[27] Money, 2004 y García, 2006.

[28] Recogido en la publicación La culture en mouvement. Le Programme Culturel 2007-2013. Communautés Européennes (2009:45), el estudio se titula Impacts 08 – The Liverpool Model, y es resultado de un proyecto comisionado por el Ayuntamiento de Liverpool y dirigido por la University of Liverpool y la Liverpool John Moores University.

[29] La anterior estación de ferrocarril fue construida en 1948 y se ha previsto su demolición, una vez construida la nueva.

[30] Se dice en el apartado final de la citada Memoria: « De toutes les métropoles candidates, Marseille-Provence est sans doute celle qui a le plus besoin du titre de Capitale européenne de la culture […] De toutes les métropoles candidates, Marseille-Provence est la plus directement confrontée aux enjeux majeurs qui commandent pour partie l’avenir de l’Europe […] Ainsi, de toutes les métropoles candidates, Marseille-Provence est la plus interculturelle, celle où le dialogue des cultures est à la fois le plus ancien et le plus riche d’apports divers. Si Marseille a plus besoin d’Europe que les autres, elle peut aussi, par son expérience du partage et d’intégration, servir l’Europe mieux que les autres».

[31] Denominado Schéma de Cohérence Territoriale, abarca además unos 130 municipios (“communes”) y otras ciudades próximas como Aix-en-Provence, Arles, etc.

[32] La superficie total prevista para el MuCEM es de 26.000 m2, incluyendo el antiguo Fuerte Saint-Jean y el nuevo edificio obra de Ricciotti,  mientras que la extensión propuesta para el CRM es de 10.000 m2. El primero de estos equipamientos se finalizará en 2012 y el segundo en 2011.

[33] En el caso de Santander, el Colegio de Arquitectos de Cantabria organizó un ciclo de conferencias denominado “La participación social en el nuevo contexto urbano”, entre los días 9 y 11 de noviembre de 2009, dirigido principalmente a los interesados en el movimiento asociativo vecinal.

[34] Si bien cabe recordar que, en Francia, Avignon fue Capital cultural en 2000 mientras que Marsella, también situada en la región de Provence-Alpes-Côte-d’Azur, volverá a serlo en 2013. Ambas ciudades distan entre sí 104 kilómetros. La primera se encuentra en el departamento de Vaucluse y la segunda en el de Bouches-du-Rhône. Por su parte, entre Madrid y Alcalá de Henares hay sólo unos 35 kilómetros.

[35] Las cifras para el museo son cercanas a los 15.000m2 de superficie construida, distribuidos en cuatro plantas y de unos 35.000 m2 para el palacio de exposiciones. Por su lado, el centro de investigación abarcará algo menos de 9.000 m2.

[36] La urbanización fue inicialmente promovida por la Agencia Extremeña de la Vivienda mediante un Proyecto de Interés Regional (PIR), que recalificaba 103 hectáreas.

[37] Existe un trabajo de investigación titulado Estrategias comunicativas en la Candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural Europea de 2016, cuyo autor es Pedro Angel Luna Ariza y que fue defendido en enero de 2006 dentro del Programa de Doctorado “Innovación Curricular y Práctica Socioeducativa” de la Universidad de Córdoba. En dicho estudio se analizan las acciones comunicativas y la presencia de la propuesta cordobesa en la prensa local y en Internet en comparación con otras ciudades competidoras.

[38] El estudio se titula “Los hábitos culturales de los ciudadanos de Córdoba y el grado de satisfacción con la oferta” y forma parte del Informe Económico y Social de la ciudad de Córdoba de 2004.

[39] En este sentido, la Oficina de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento de Córdoba encargó la elaboración de un estudio sobre la Participación de Córdoba en proyectos culturales de ámbito europeo e internacional, presentado en enero de 2004. Entre las propuestas de dicho estudio se halla la de elaborar un plan de trabajo en relación con la estrategia cultural de la ciudad.

[40] Así aparece reflejado en el Manifiesto de candidatura aprobado por el Pleno Extraordinario del Ayuntamiento de Cuenca el 9 de Marzo de 2007.

[41] Las murallas de Pamplona se declararon monumento histórico artístico en 1939.

[42] En un artículo publicado en Noticias de Guipúzcoa, el 17/12/2008, se plantea al edificio como un “faro cultural”.

[43] En septiembre del mismo año se nombró a su director-gerente, Rafael Doctor, quien desde 2002 había sido director del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) en León y más recientemente había participado en el proyecto “La noche en blanco” de Madrid.

[44] Cf. artículo titulado “¿Cómo será Santander?” publicado en el Diario Montañés, 25 de octubre de 2009.

[45] Así, la manifestación cultural “Noche de Luna Llena”, de la que hasta julio de 2010 y desde su creación en 2007, se han llevado a cabo cuatro ediciones a fin de difundir el conocimiento de la candidatura y las principales líneas del proyecto, mediante la participación de agentes culturales, artistas e instituciones encargados de proponer diversos proyectos.

[46] La actividad, consistente en una iniciativa novedosa de comunicación, se planteó el 7 de noviembre de 2009 en la Plaza Mayor por parte de la Oficina Segovia 2016, con el objetivo de promover el debate y la exposición pública de ideas sobre la Segovia que los ciudadanos imaginan para el futuro. Dicha forma de encuentro, también denominada “World cafe”, con distintas mesas de trabajo y varios moderadores, giraba en torno al hecho de tomarse un café y su duración fue de una hora y media, entre las 11:30 y las 13:00. El conjunto de propuestas y conclusiones obtenidas se orientan a convertir Segovia en un potente centro cultural.

[47] Un estudio realizado a finales de 2009 entre cerca de 120 profesionales de oficinas de turismo de toda España, por parte de la empresa consultora vallisoletana Agio XXI, concluye que Segovia ocupa la segunda posición en el ranking de ciudades con más posibilidades de convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2016, sólo por detrás de Córdoba. El responsable de este estudio, José Miguel López Carmona, desempeña el puesto dedirector de Marketing de Lugares” en la citada empresa.

[48] El casco antiguo y el acueducto de Segovia son Patrimonio de la Humanidad desde 1985.

[49] En junio de 2009 el Ministerio de la Vivienda publicó, en el BOE (153 de 25/6/2009), una resolución convocando la licitación pública para la elaboración del estudio integral del edificio y la redacción del proyecto de ejecución.

[50]  Cuya candidatura también cuenta con una web oficial: http://www.tarragona2017.org/ideario.php.

[51] Otras estimaciones posteriores, de 2008, elevan el coste total a unos 300 millones de euros. Cf. Territori. Observatori de proyectes i debats territorials de Catalunya <http://territori.scot.cat/cat/viewer.php?IDN=158>.

[52] El 7 de noviembre de 2008 se publicó en el BOE el anuncio de licitación del contrato para la redacción del estudio de integración del ferrocarril en el núcleo urbano de Tarragona y de adecuación de la red arterial ferroviaria del Camp de Tarragona

[53] Durante la Expo 2008, el edificio albergó una exposición temática sobre el agua como recurso único. Posteriormente se hallaba prevista su conversión en espacio público con restaurantes y un área comercial. En la actualidad es propiedad de Ibercaja.

[54] Donde también se había previsto habilitar un espacio cultural con restaurante y mirador en la zona más elevada. Actualmente pertenece a la CAI (Caja de Ahorros de la Inmaculada).

[55] Con sus 3.400 m2 es el acuario de agua dulce más grande de Europa.

[56] Como ha señalado García, 2006 y 2008.

[57] En algunos trabajos recientes, como la Memoria del Ciclo de Conferencias sobre Capitales Culturales Europeas, celebrado en Córdoba los días 6 de noviembre al 11 de diciembre de 2008 (p.6), se señala que la cultura representa el 7% del PIB mundial.

[58] Como ejemplo reciente, en junio de 2009, coincidiendo con el año europeo de la Creatividad y la Innovación, tuvo lugar la manifestación cultural “Viva Europa” que supuso la transmisión simultánea de la opera La Valquiria de Wagner, desde el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, a través de grandes pantallas gigantes situadas al aire libre en todas las ciudades europeas que quisieron sumarse al evento.

 

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Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

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