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Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XVIII, núm. 471, 10 de marzo de 2014
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

NUEVAS SERIES ANUALES DE POBLACIÓN DE AMÉRICA LATINA DESDE EL SIGLO XIX HASTA EL 2000

César Yáñez
Dpt. d’Història i Institucions Econòmiques – Universitat de Barcelona
cesar.yañez@ub.edu

Rodrigo Rivero
Dpt. d’Història i Institucions Econòmiques – Universitat de Barcelona
rodrigoriverocn@gmail.com

Marc Badia-Miró
Dpt. d’Història i Institucions Econòmiques – Universitat de Barcelona
mbadia@ub.edu

Anna Carreras-Marín
Dpt. d’Història i Institucions Econòmiques – Universitat de Barcelona
annacarrerasmarin@ub.edu

Recibido: 16 de mayo de 2013. Devuelto para correcciones: 26 de septiembre de 2013. Aceptado: 10 de octubre de 2013.

Nuevas series anuales de población de América Latina desde el siglo XIX hasta el 2000 (Resumen)

El estudio de la población en América Latina es un tema central en la historiografía de la región, sin embargo, las distintas estimaciones existentes muestran importantes discrepancias para los siglos XIX y XX. A partir del contraste de distintas bases de datos, la principal contribución del artículo consiste en ofrecer nuevas series de población homogéneas para el conjunto de países de América Latina, junto a una detallada explicación de la obtención de los datos, así como un análisis de las discrepancias que las distintas fuentes muestran. Los países que aborda este trabajo son Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Ecuador, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela; a lo que se agrega la suma de todos ellos para obtener la población latinoamericana. Estas nuevas series pueden resultar de gran utilidad para reinterpretar la historia económica de América Latina en el largo plazo.

Palabras clave: América Latina, Caribe, demografía, población, historia económica.

New annual series of population in Latin America since the nineteenth century until 2000  (Abstract)

The analysis of population levels in Latin America plays an important role in the regional historiography. The estimated series appeared until now offers huge discrepancies, therefore, we believe essential to provide homogeneous series for the 19th and the 20th centuries. In our work we shed new light on this issue, from an exhaustive study of the existing Latin American historical sources for the region. Along with a detailed explanation of the data collection, we also provide an analysis of the discrepancies and the accuracy of sources. The study offers data from 21 countries in Latin America: Argentina, Brazil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Ecuador, Haiti, Honduras, Mexico, Nicaragua, Panama, Paraguay, Peru, Dominican Republic, Uruguay and Venezuela. This new evidence can be a crucial information to revisit Latin American Economic History in the long run.

Key words: Latin America, Caribbean, demography, economic history


La falta de series de población de largo plazo para América Latina ha determinado su ausencia en la historia intelectual que nos habla de una población estancada como señal de una economía estancada; mientras que la superación de este estancamiento poblacional se asocia a la superación de las trabas al crecimiento económico[1]. Los trabajos seminales de Sánchez-Albornoz[2]  Pérez Brignoli[3] el campo de la demografía histórica no han tenido continuidad.

Con este trabajo queremos contribuir a mejorar esta carencia, ofreciendo 21 series anuales de población que se remontan retrospectivamente todo lo que los datos disponibles nos permiten (1810 los más antiguos). Los países que aborda este trabajo son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela; a lo que se agrega la suma de todos ellos para obtener la población latinoamericana. Estas nuevas series de datos pueden resultar de gran utilidad para reinterpretar la historia económica de América Latina en el largo plazo.


Los repertorios de población

Los datos existentes sobre el tamaño de la población de los países de América Latina en términos históricos son los que proceden de: Mitchell, Maddison, SALA-MOxLAD y la CEPAL. Mitchell, en su “International Historical Statistics. The Americas, 1750-2000”, de 2007 y sus ediciones anteriores[4], tiene series anuales de población desde mediados del siglo XIX para Chile (desde 1850), Brasil (1851), Argentina (1865) y Perú (1877), siendo sistemático en cubrir a todos los países desde 1900 hasta 2000. Paralelamente, informa de los censos de población, comenzando en ocasiones en el siglo XVIII, como es el caso de Colombia (1770, 1778 y 1782), Cuba (1774, 1792) y Guatemala (1771). Las otras tres bases de datos son recursos electrónicos que se encuentran en formato “web”. Maddison recopiló el producto interno bruto (PIB), la población y el PIB por habitante. Su Statistics on World Population, GDP and Per Capita GDP, 1-2008 AD[5], es un esfuerzo por evaluar el desempeño de la economía mundial en una mirada de largo plazo. En este ambicioso propósito, ofrece datos para todos los países de América Latina desde 1820. No obstante, en la mayoría de los países se trata de cortes temporales para 1820, 1850 y 1870, iniciándose las series anuales sistemáticas en 1900. La excepción es Chile, que cuenta con una cobertura anual desde 1820 en adelante. Por su parte Brasil, México, Uruguay y Venezuela comienzan en 1870 y Perú en 1896. A diferencia del trabajo de Mitchell, que ha usado abundancia de datos censales para proceder a interpolar en los periodos inter-censales, Maddison utiliza los datos publicados por Sánchez-Albornoz[6] para los años 1900, 1850 y 1820 procediendo a interpolar entre ellos, lo que hace que sus series sean más homogéneas pero también más rígidas. Un tercer repertorio es el que se encuentra en las bases de datos de MOxLAD (The Montevideo-Oxford Latin American Economic History Database), localizada en la Universidad de la República (Montevideo, Uruguay) y que ha contado desde sus orígenes con el respaldo del Centro Latinoamericano y del Departamento de Desarrollo Internacional, de la Universidad de Oxford. Esta base de datos contiene series de población desde 1900. Simultáneamente a MOxLAD debemos considerar el trabajo realizado por James W. Wilkie en Statistical Abstract of Latin America –SALA-, pues ésta es la referencia en la que se basa MOxLAD para dar datos demográficos.

Por último, la base de datos CELADE-CEPAL, cubre todos los países de América Latina y el Caribe, con el valor agregado, respecto a los repertorios anteriores, que da cifras de población en unidades -no en miles de habitantes como lo hacen las anteriores series-. Además cuenta con la legitimidad que le otorga el hecho de provenir de una fuente “oficial”, respaldada por las Naciones Unidas y por extensión por los estados latinoamericanos. En contrapartida, es la serie que se inicia más tarde. Solamente nos ofrece una serie anual de población total a partir de 1950, llegando hasta 2008.

El pobre historial censal de América Latina, que supone que países como Ecuador y Haití no hiciera su primer censo hasta 1950, El Salvador hasta 1930 y Nicaragua hasta 1906, explica en parte que la cantidad de series anuales de población disponibles disminuyan a medida que retrocedemos en el tiempo.


Las discrepancias en las series y el problema de la omisión

El esfuerzo por conocer el número de habitantes de América Latina se enfrenta a la dificultad de la ausencia de censos para algunos países para largos periodos. Además, existen diferencias entre los valores ofrecidos por los cuatro repertorios de series de población existentes. Incluso para los años más actuales, las series de población no ofrecen un número coincidente de personas que viven en cada país. En la figura 1 se expresa el porcentaje promedio en que discrepan las dos series que más se alejan entre sí en los periodos 1900-1949 y 1950-2008. El grado de discrepancia difiere de un país a otro, reflejando un promedio del 4 por ciento regional, pero alzándose sobre el 15 por ciento en casos como los de Guatemala o Nicaragua.

Se puede comprobar que, al contrario de lo que se podría esperar, la discrepancia no se reduce con el tiempo. Doce de los veinte países aquí representados aumentan el promedio de la diferencia en el periodo 1950-2008 respecto del anterior (1900-1949). La discrepancia está acreditada, pero su causa no es fácil de descifrar. Nuestra idea, después de analizar los cuatro repertorios de series, es que han incurrido en un error aquellos que han dado por válidas las cifras de los censos de población, ya que pese a los esfuerzos de los organismos nacionales e internacionales responsables de su realización, ha sido imposible acabar con su principal deficiencia: la omisión censal[7].

 


Figura 1 Porcentaje promedio de discrepancia entre las series de población.
Fuente: CELADE-CEPAL (2010), Maddison (2010), Mitchell (2007), SALA-MOxLAD (2010).

 

La omisión censal está siempre presente y no mejora con los censos más modernos, y su magnitud tiene una relación directa con la calidad del censo realizado. El censo es una operación masiva de cobertura nacional, que depende en gran medida de las características de los encuestadores, es decir, de su nivel de capacitación, motivo por el cual con frecuencia contiene errores. Éstos tienen que ver con la cobertura del territorio y con la profesionalidad de los encuestadores así como con la forma en qué se formulan las preguntas, siendo frecuente la existencia de un margen para que los encuestados no respondan con exactitud (ya sea porque el encuestado se sienta invadido en aspectos íntimos de su vida o por que la pregunta se interpreta incorrectamente). Por este motivo, las Naciones Unidas recomienda desde los años 50 –en el marco del programa COTA- la evaluación de los datos censales respecto al grado de integridad y calidad de la información recogida por los encuestadores[8]. La crítica de los datos censales, en consecuencia, es un paso previo indispensable, que según CELADE, no deja margen al error: “El solo hecho de incorporar en las recomendaciones internacionales los principios antes mencionados, supone un reconocimiento a la importancia de evaluar los resultados censales. Es más, la evaluación de la información constituye un paso previo a cualquier utilización de la misma, y es responsabilidad del organismo encargado del levantamiento señalar el grado de confianza que merecen los resultados censales”[9]. Chamy, en su estudio sobre la omisión censal en América Latina desde 1950 a 2000, nos ofrece una estadística fundamental para comprender el impacto de ésta (véase el Cuadro 1). Las conclusiones son bastante evidentes: a) la omisión censal está siempre presente; b) es heterogénea, tanto en la comparación por países como en su dimensión diacrónica; c) no disminuye con la mejora de las técnicas censales; d) y tiene causas tan variadas que no responden a una única razón.

La heterogeneidad en su dimensión, hace que la omisión censal sea difícil de describir regionalmente: las expresiones concretas dominan sobre el conjunto. Su escala puede variar del 15,6 de Guatemala en 1980 al -0,1 de Cuba en el 2000.

 

Cuadro 1.
La omisión censal alrededor de 1950, 1960, 1970, 1980, 1990 y 2000

País

Década

1950

1960

1970

1980

1990

2000

Argentina

1,4

3,3

2,8

1,1

1,1

2,8

Bolivia

0,7

 

6

 

7,7

4,5

Brasil

3,8

4,2

3,4

2,6

3,8

2,9

Chile

5,9

4

5

1,6

2

3,8

Colombia

8,3

2,8

13,9

5,8

11,3

 

C. Rica

6,7

2,2

4,1

7,8

 

2,9

Cuba

5

 

0,7

0,2

 

-0,1

Ecuador

6,5

6,1

2,6

5,3

6,9

3,2

E. Salvador

4,7

5,1

3,8

 

4,4

 

Guatemala

10,5

7,9

13,8

15,6

14,5

5,8

Haití

5,2

 

6,1

9,3

 

n/d

Honduras

0,7

3,2

8,3

7,2

 

n/d

México

6,9

5,3

3,4

1,6

3,1

2,5

Nicaragua

3,5

6,3

11

 

1

 

Panamá

13

5,7

4,8

6,1

3,1

3,5

Paraguay

11,4

6,6

4,6

8,4

7,1

n/d

Perú

 

3,1

2,7

4,2

3

 

R.Dominicana

9,5

6

8,2

5,8

6,3

n/d

Uruguay

 

1,7

1,4

1,9

2,3

n/d

Venezuela

2,8

3,1

4,5

7,4

8,9

7,5

Fuente: CELADE. Tacla Chamy (2006)

 

Una estrategia de corrección de las omisiones censales

Con el propósito de elaborar unas nuevas series de población que ofrezcan totales anuales para los países de la región, con la perspectiva histórica más larga posible, se parte de las series de CELADE-CEPAL para el periodo 1950-2000[10]. En nuestro caso, se reconstruyen series retrospectivas utilizando los censos de cada país anteriores a 1950 y cuando no existen, se recurre a estudios específicos sobre la población de los países concretos. Sobre esa base, se interpolan los datos de los periodos intermedios, estimando su tasa de crecimiento anual acumulada[11] y, por último, se corrigen esas series según la omisión censal conocida de 1950[12]. En unos pocos casos, se aceptan como buenas las estimaciones hechas por otros autores que ofrecen series que se considera no se pueden mejorar.

La mayoría de las series, en consecuencia –exceptuando las que se aceptan de otros autores-, se componen de la series CELADE-CEPAL de 1950 en adelante, a la que se agrega retrospectivamente una nueva estimación basada en “censos e interpolaciones” (CI) y, en ocasiones, cuando se dispone de datos confiables para el periodo pre-estadístico, se proyecta hacia atrás con una “Estimación con Fuentes no Censales” (EFNC)[13]. Las series que se consiguen para antes de 1950 invariablemente son de una calidad menor que las de CELADE-CEPAL, generando un problema de empalme entre ambas. Estas últimas han sido corregidas para resolver la omisión censal, mientras que las series hasta ahora obtenidas, en una primera instancia, no. Debido a que es imposible conocer la omisión censal anterior a 1950, se ha resuelto proceder como CELADE-CEPAL, incrementando las series mediante un criterio uniforme de empalme que se aplica a toda la serie: calculando el porcentaje de diferencia entre los censos de 1950 (o el más próximo del programa COTA) y la cifra aportada por la serie CELADE-CEPAL para 1950. Ese porcentaje facilita un empalme correcto entre ambas series, véase cuadro 2.

 

Cuadro 2.
Procedimiento

 

El cálculo del porcentaje de empalme se obtiene mediante la siguiente fórmula:

donde Pcepal 1950 se corresponde a la cifra del total de población presente en la serie de CELADE-CEPAL en 1950 y PCI 1950 a la cifra calculada de la población en la nueva serie para el mismo año. Una vez calculado el porcentaje de empalme entre las series, el siguiente paso, consiste en sumar a la cifra de población año a año el porcentaje de empalme obtenido para cada país, a partir de 1949 hacia atrás, de la siguiente manera:

donde PC corresponde a la población absoluta anual corregida según el porcentaje de empalme existente entre las series en 1950. PCI-EFNC corresponde a la cifra absoluta de población calculada para cada año a lo largo de la serie, sin corrección, y E corresponde al porcentaje de empalme en 1950 entre ambas series.

Aplicando esta corrección, se obtiene finalmente una nueva serie de población para cada país, que se compone de tres partes sucesivas: la más antigua, “EFNC” para el periodo pre-estadístico de duración variable según cada país; seguido de “CI” –periodo estadístico, que comienza con el primer censo realizado y finaliza en 1949-; y en tercer lugar CELADE-CEPAL, de 1950 a 2000[14]. El empalme entre “CI” y CELADE-CEPAL se ha resuelto elevando la serie anterior a 1950 según el porcentaje de omisión de “empalme” estimado en el Cuadro 3. El resultado no difiere de manera importante de la omisión estimada en la ronda COTA-1950. En promedio para América Latina, se han incrementado las series un 7,39 por ciento, cuando COTA 1950 lo hacía en un 5,92 por ciento[15]. Las diferencias aparecen por países, por lo que se ha preferido aplicar la estimación en el empalme. A las 20 nuevas series de población resultantes se les denominará en adelante PAMLAT + (“sigla del país”) y PAMLAT20 cuando se refieran a la suma de los 20 países latinoamericanos.

 

Cuadro 3.
Porcentaje de omisión censal y empalme

 

Ronda 1950

Omisión CELADE

Empalme

Argentina

1,4

*

Bolivia

0,7

0,36

Brasil

3,8

3,91

Chile 1952

5,9

6,62

Colombia

8,3

3,98

Costa Rica

6,7

11,98

Cuba

5

8,17

Ecuador

6,5

5,74

El Salvador

4,7

5,12

Guatemala

10,5

12,72

Haití

5,2

4,00

Honduras

0,7

8,65

México

6,9

7,56

Nicaragua

3,5

22,52

Panamá

13

6,79

Paraguay

11,4

10,88

Perú

 -

1,29

Rep. Dom

9,5

13,63

Uruguay

 -

0,51

Venezuela

2,8

1,18

América Latina

5,92

7,39

* Para Argentina se acepta la estimación de Ferreres (2010).

 

El testeo de la calidad de las nuevas series: Collver y Bulmer-Thomas

¿Pueden las nuevas series sustituir a las anteriores sin temor a incurrir en nuevos errores? Sería imprudente decir que las series que se presentan son definitivas, pero se puede afirmar razonablemente que son mejores que las de los repertorios anteriores. Esta afirmación se sostiene en los datos de Collver[16], para los quinquenios de 1850-55 a 1960-65. Para ello se ha realizado un testeo que consiste en comparar la serie PAMLAT+(país) con los resultados que consiguió Collver para 14 países de la región, analizando sus censos, sus tasas de fecundidad y mortalidad y sus movimientos migratorios. Para este ejercicio se ha seguido el siguiente procedimiento:

  1. A las cifras estimadas por Collver (censos + natalidad – mortalidad +/- migraciones), se ha aplicado el porcentaje de empalme calculado con anterioridad. El resultado es un incremento en la misma proporción que la serie elaborada con los censos de población de cada uno de los países.
  2. A continuación se comparan los resultados conseguidos con las cifras de las series elaboradas en este trabajo, con el objetivo de comprobar si estos datos de población coinciden con los estimados por Collver para cada quinquenio.
  3. Si ambos datos coinciden con el año de comparación o los 2 anteriores o posteriores, se considera que la prueba da resultados positivos (consignándolo con la “D” -dentro- en el Cuadro 4) mientras que si no coinciden se considera que la prueba da resultados negativos (consignándolo con la letra “F” –fuera- en el Cuadro 4).

 

Cuadro 4.
Test de las nuevas series PAMLAT con los datos de  Collver (1965)

 

ARG

BOL

CHI

COL

C.RI

ECU

Cuba

E.SAL

GUAT

HON

MEX

PAN

Perú

VEN

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

Collver

Pamlat

1850-54

       

1.599

F

                                           

1855-59

       

1.695

D

                                           

1860-64

1.400

D

   

1.807

D

                                           

1865-69

1.571

D

   

1.924

D

                                           

1870-74

1.768

D

   

2.041

D

                                           

1875-79

2.064

D

   

2.183

D

                                           

1880-84

2.314

D

   

2.308

D

                                           

1885-89

2.695

D

   

2.478

F

                                       

1.602

F

1890-94

3.544

D

   

2.648

F

   

221

D

                               

1.709

F

1895-99

3.943

D

   

2.830

D

   

247

F

                   

13.373

D

       

1.866

F

1900-04

4,589

D

   

3.045

D

4.591

D

276

F

   

1772

D

991

F

1.612

D

   

14.252

D

243

D

   

2.001

F

1905-09

5.292

D

   

3.252

D

4.983

D

312

D

   

2014

D

1.064

F

1.698

F

   

15.166

D

267

D

   

2.134

F

1910-14

6.642

D

   

3.443

D

5.341

D

353

D

   

2371

D

1.130

D

1.781

F

625

D

16.134

D

296

F

   

2.292

F

1915-19

8.062

D

   

3.672

D

5.946

D

404

D

1.566

F

2756

D

1.210

D

1.906

F

688

D

15.704

D

356

F

   

2.493

D

1920-24

8.812

D

   

3.907

D

6.540

D

435

D

1.699

F

3199

D

1.220

D

1.929

F

739

D

15.058

F

411

F

   

2.647

D

1925-29

10.270

D

   

4.126

D

7.262

D

483

D

1.866

F

3756

D

1.308

D

2.075

F

821

D

16.295

D

431

F

   

2.858

D

1930-34

11.795

D

   

4.500

D

8.130

D

545

D

2.071

F

4141

D

1.396

F

2.254

D

912

D

17.604

D

469

F

   

3.148

D

1935-39

12.971

D

   

4.868

D

9.026

D

711

D

2.322

F

4424

D

1.496

F

2.423

F

1.010

D

19.361

D

525

D

   

3.442

D

1940-44

14.065

D

2.059

D

5.237

D

10.022

D

693

D

2.594

F

4812

D

1.619

F

2.593

F

1.116

D

21.458

D

595

D

6168

D

3.799

D

1945-49

15.257

D

2.329

D

5.734

D

11.198

D

786

D

2.895

F

5349

D

1.760

D

2.818

D

1.233

D

23.905

D

681

F

6673

D

4.242

D

1950-54

16.853

D

2.680

D

6.321

D

12.542

D

915

D

3.296

F

5963

D

1.965

D

3.156

D

1.401

D

27.266

D

781

F

7380

D

4.952

D

Fuente: Andrew Collver.
* Contraste entre población estimada por A.Collver y la serie PAMLAT. D  = población PAMLAT dentro del rango dado por Collver F = población PAMLAT fuera del rango dado por colver. 
* A los cálculos hechos por A. Collver se les aplicó el porcentaje de discrepancia que figura en el punto dos de este mismo capítulo para cada pais desde 1950 hacia atrás pues asumimos que en sus calculos no tuvo en consideración la omisión censal.

 

A partir de los resultados de este contraste se puede concluir lo siguiente:
  1. Las cifras para cada quinquenio y país son mayoritariamente coincidentes.
  2. Los casos fallidos responden a particularidades de países. Así, Ecuador no registra ninguna concordancia por el hecho que no tiene ningún censo anterior a 1950 y no está claro que fuente usó Collver para su estimación.

Si bien el contraste con Collver en general es satisfactorio para las nuevas series, conviene volver sobre las cifras de población de El Salvador y Guatemala, pues éstas solo están parcialmente dentro del rango esperado. Para este segundo testeo se ha seguido el siguiente procedimiento:

  1. Utilizando los datos de población de Bulmer-Thomas[17], se procede de la misma manera que en el anterior contraste, es decir, aplicándole el porcentaje de empalme.
  2. Las cifras resultantes se comparan con  las nuevas series de población para los mismos años que antes habían sido escogidos.

De este segundo contraste se puede concluir lo siguiente:

  1. La similitud de las cifras de El Salvador entre Bulmer-Thomas y PAMLAT-SAL es evidente, por lo que se despejan las dudas surgidas con el contraste anterior, -véase Cuadro 5-.
  2. Por otro lado, Guatemala presenta una dificultad mayor a la hora de despejar las dudas, pues para 1920 la diferencia es considerable, de un 55,66 por ciento superior en PAMLAT-GUA, sin embargo, en 1950 esta diferencia casi ha desaparecido, e incluso Bulmer-Thomas ha remontado, siendo un 0,6 por ciento mayor que PAMALAT- GUA, lo que equivale a una tasa de crecimiento para el periodo 1920-1950 del 2,56 por ciento. Si se toma en consideración que tan solo transcurren treinta años, Bulmer-Thomas se adjudica una tasa de crecimiento excesiva e injustificable,  que discrepa del 1,2 por ciento anual de PAMLAT para el mismo periodo, tasa de crecimiento más razonable.

 

Cuadro 5.
La población de El Salvador y Guatemala (en miles de hab.)

 

E. Salvador

Guatemala

 

BL-TH

PAMLATSAL

BL-TH

PAMLATGUA

1920

1.230

1.239

1.432

2.229

1925

1.367

1.379

1.702

2.352

1930

1.514

1.507

1.984

2.173

1935

1.609

1.608

2.232

2.599

1940

1.714

1.715

2.480

2.705

1945

1.829

1.829

2.751

2.917

1950

1.956

1.951

3.168

3.146

Tasa periodo

1,56

1,52

2,68

1,16

Fuente: Bulmer-Thomas (1987).

 

La reconstrucción de las series de población de América Latina desde el siglo XIX a 2000

En este apartado se presentan los resultados de la reconstrucción de las series de población de los 20 países incluidos en la presente investigación y la del conjunto regional. En él se procede a explicar en detalle las fuentes utilizadas en cada una de las series, las opciones que se han tenido que tomar para reconstruirlas y la extensión temporal que representan respecto a las anteriores series disponibles. En ocasiones, se hace referencia también a los cambios de tendencia y nivel que se observa entre las nuevas series y las precedentes.


Argentina

A diferencia de cómo se ha procedido en la mayoría de los países, en el caso argentino se ha decidido aceptar las cifras de población de Orlando Ferreres[18]. Esta serie es parte de un compendio de estadísticas que abarca toda la vida independiente del país y contiene una estimación de la población anual de Argentina entre 1810 y 2010[19]. El hecho excepcional de haber admitido la serie de población propuesta por Ferreres, se fundamenta en que el autor siguió los mismos criterios que se han seguido en esta investigación. En primer lugar,  entre 1950 y 2004 su serie no tiene discrepancia con la serie de CEPAL. Por otro lado, la serie de Ferreres, aunque no lo menciona, corrige parte de los censos anteriores a 1950 publicados por INDEC.

La corrección se lleva a cabo en los dos censos inmediatamente anteriores a 1950. El total de población para el censo de 1947 que figura en INDEC corresponde a 15.884.000 de habitantes, mientras en la serie de Ferreres figura 16.009.000. Lo mismo ocurre con la cifra total para el censo de 1913, para el que el INDEC da 7.904.000 de habitantes, figurando en la serie de Ferreres 7.615.000. De lo que se desprende que mientras el censo de 1913 se corrige a la baja el de 1947 lo hace al alza.


Bolivia

Sin duda el caso más difícil de resolver en esta investigación ha sido el de Bolivia. A la escasa información disponible acerca de su población, se debe sumar que Bolivia es el país de la región que más movimiento ha experimentado en sus fronteras: las guerras del siglo XIX y XX le restaron territorio y población. La Guerra del Pacífico (contra Chile) y la Guerra del Chaco (contra Paraguay) no se pueden omitir en el momento de realizar los cálculos. De esta manera, la serie sobre la población de Bolivia se compone de la serie CEPAL entre 2000 y 1950 y de una nueva reconstrucción desde 1949 a 1826, gracias al rastreo, indagación y evaluación de los datos censales.

Se han estimado las pérdidas de población de la Guerra de la Confederación entre 1836-1839, la Guerra contra Perú 1841-1842, la Guerra del Pacífico 1879-1883, Guerra del Acre 1899-1903 y la Guerra del Chaco. Para la reconstrucción se han usado los censos de 1831, 1845, 1882, 1936 y 1950 publicados en el tercer Censo Demográfico de Bolivia de 1950 y por el resultado del primer censo levantado por Bolivia en 1900. La cifra que nos entrega el censo de 1950 para 1826, corresponde al “Bosquejo Estadístico” de Dalance[20], al que se ha sumando el territorio de Tarija, cuya población se ha estimado en 15.000 habitantes sobre la base del conteo hecho en 1831,  publicado por el censo de 1950. Para 1882 se ha aceptado la cifra publicada en el censo de 1950 corregida a la baja por el resultado de la Guerra del Pacífico, es decir, restando al total de población boliviana arrojado por el censo de 1882, el coste territorial que significó la guerra traducido en población, la cual se estima en 74.000 personas. Esta estimación se ha contrastado con la información del censo de 1885 levantado por Chile. De esta manera se suma a la población dada para 1882, la estimación de 74.000 habitantes al año anterior 1881. Por otro lado, pese a la escasa población que habitaba en el territorio del Chaco, esta guerra tuvo un coste importante debido al gran despliegue militar que llevó a cabo Bolivia, el cual se estima en 25.000 bajas.

Una vez corregidos los datos obtenidos en las fuentes según el criterio anterior, la serie de población boliviana que aquí se presenta comienza 75 años antes de las precedentes (Maddison) y la mejora reduciendo un 10 por ciento su nivel entre 1900 y 1949.


Brasil

La nueva serie brasileña comienza en 1819. Se compone de las siguientes tres partes: entre 2000 y 1950 consiste en la serie de CEPAL; entre 1949 y 1872 se recurre a la interpolación censal, y entre 1871 y 1819 se obtiene a partir de las interpolación entre estimaciones de fuentes no censales[21].

Las fuentes con las que se ha contado para hacer la interpolación censal se corresponden a los censos de 1872, 1890, 1900, 1920, 1940 y 1950, publicados en el “VI Resensamento Geral do Basil” de 1 de julio de 1950[22]. El periodo con datos no censales se ha reconstruido con la información entregada por el “Resumo histórico dos inqueritos censitários realizados no Brasil” publicado por el Conselho Nacional de Estatística en 1951, de donde se obtienen los totales de población para los años 1854, 1839, 1819. En este documento se habla de una población para 1864 de 11.780.000 habitantes, cifra que parece exagerada. Esta impresión es confirmada con el resultado del primer censo de población de 1872, que arroja 9.930.478 habitantes. Además de estos documentos, en el “Anuario Estatístico do Brasil” de 1961, se publicó una estimación de población total anual entre 1851 y 1960. Sin embargo, se ha preferido seguir con la metodología de rastreo de censos oficiales realizados para la elaboración de la nueva serie.

Por efecto del empalme con la serie de CEPAL en 1950, la nueva serie se incrementa en forma lineal un 3,9 por ciento. Comparando estos resultados con la serie que ha publicado Maddison, se ha elevado su nivel entre 1904 y 1949 en un 8,2 por ciento en promedio.


Chile

La serie chilena se compone con la serie CEPAL entre 2000 y 1950. A partir de ese año la serie ha sido elaborada íntegramente sobre la base de interpolaciones censales entre 1949 y 1813. Gracias a que Chile comenzó a realizar censos desde muy temprano y al trabajo de recopilación hecho por el Instituto Nacional de Estadística -INE-, se puede ofrecer la serie de interpolaciones más larga de esta investigación, cuyo porcentaje de empalme ha sido de 6,62 por ciento entre los años 1949 y 1950.

Los datos censales de Chile, fueron recogidos por el INE en “Los censos de población en Chile y su evolución histórica hacia el bicentenario”, en donde se publican los resultados de los censos de 1813, 1835, 1843,1854, 1865, 1875, 1885, 1895, 1907, 1920, 1930, 1940, 1952, 1960, 1970, 1982, 1992, 2002[23].


Colombia

El caso de Colombia es uno de los más singulares en este estudio, de forma similar a lo que se ha comentado anteriormente para el caso de Bolivia. En este caso también los cambios territoriales han tenido un gran impacto. Por este motivo, la atención se ha centrado en la región históricamente conocida como Cundinamarca, que comprende los territorios de los actuales estados de Colombia y Panamá. Esta última se escinde de Colombia para formar un estado independiente en 1905, estando presente en la investigación como país independiente desde esta fecha en adelante[24]. De esta forma, la serie que se ofrece de Colombia se nutre para el periodo 2000-1950 de la serie de CEPAL, mientras que entre 1949-1825 procede de la interpolación censal.

El Censo de población de la República, levantado el 14 de Octubre de 1918, informa de los resultados de los censos de 1825, 1835, 1843, 1851, 1870, 1905, 1912 y 1918. A estos se han sumado los censos de 1938 y 1951, aportados por Mitchell[25]. El censo de 1918 también da datos de población para 1913 y 1923, que no se han usado en la estimación. Lo mismo se ha hecho con los datos parciales de Ocampo[26] y Roca y Ramírez[27]. Una vez empalmados con los datos de la CEPAL en 1950, la serie eleva en un 12 por ciento los datos recopilados.


Costa Rica

Esta serie se compone de los datos de la CEPAL entre 2000 y 1950 y entre 1949 y 1864 por interpolaciones censales. Para cubrir el periodo 1824-1863, se ha reconstruido el número de habitantes recurriendo a información no censal[28]. Los censos utilizados para esta elaboración son los levantados en 1927, 1892, 1883 y 1864. El censo de 1950 ha sido utilizado exclusivamente para determinar el porcentaje de discrepancia con CEPAL en mismo año. Gracias a los sustanciosos datos proporcionados por el Centro Centroamericano de Población (CCP), se cuenta con los recuentos de población de 1844, 1836 1824, elaborados por Bernardo Thiel[29], los que constituyen la base para la elaboración del periodo con datos no censales.

En la nueva serie desaparecen los abruptos cambios de nivel que se observan en la de Maddison, lo que le da una mejor calidad a los resultados, observándose un crecimiento más rápido de la nueva serie entre 1920 y 1949, 2,1 por ciento anual acumulado versus el 1,7 por ciento anterior.


Cuba

La serie cubana, tras el periodo CEPAL 2000-1950, está construida en su totalidad a base de censos (1949-1817). La fuente principal de información han sido “Los Censos de Población y Vivienda en Cuba 1907-1953” publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba en 2007. En ella se hace un repaso de la historia censal del siglo XX y sus anexos contienen tablas seleccionadas de los censos realizados entre 1907 y 1913. Se publican además los resultados de los censos practicados durante el siglo XIX. Gracias a esto se dispone de  la totalidad de los censos levantados en la isla desde 1817 y hasta 1953, que son los que interesan para esta investigación. El cálculo del empalme se hizo sobre la base del censo de 1953, es decir, la discrepancia entre el valor de CEPAL para 1953 y el entregado por el censo de ese mismo año, de lo que resultó un 8,17 por ciento, aumentando la serie en este porcentaje desde 1949 en un sentido retrospectivo. Antonio Santamaría[30] propone una serie de población entre 1900 y 1960. Para el siglo XIX, Antonio Santamaría y Alejandro García[31] dan cifras para los años 1817, 1828, 1847, 1862, 1877, 1887, 1899. Los censos de 1899 y 1953 son respetados por Santamaría. No obstante,  se ha seguido nuestro procedimiento de recurrir a los censos de población siempre y cuando éstos estén disponibles.


Ecuador

Que el primer censo de Ecuador se realizara solo en 1950, plantea una dificultad añadida. Aunque abundan las fuentes que hablan de la población, en su mayoría se entregan datos parciales y de escasa fiabilidad. Para reconstruir el periodo anterior a 1950, la serie que aquí se propone se basa en las cifras de Rodolfo Barón Castro[32], quién aporta datos para los años 1825, 1850 y 1900. Además de estas cifras, se cuenta para 1892 con la de Teodoro Wolf[33] en la publicación de la Dirección Nacional de Estadísticas, “Ecuador en Cifras, 1938-1942[34]. En esta obra se refleja la incipiente preocupación por la estadística demográfica del país durante la primera mitad del siglo XX, y en ella se toma como base la población calculada por Wolf. También se han considerado otras fuentes que ofrecen información acerca de la población de Ecuador, que aunque no se han utilizado en la elaboración de la nueva serie, se han tenido en cuenta a la hora de validar las cifras que forman parte de ella[35]. Adicionalmente se ha considerado el Informe de la Dirección General de Estadísticas, Registro Civil y Censo al Sr. Ministro del ramo de 1933 y 1934.

De la comparación con las series precedentes, resulta que la serie que aquí presentamos es mayor que la de Maddison hasta en un 25 por ciento, diferencia que se observa en el año 1930.


El Salvador

Gracias al trabajo de Rodolfo Barón Castro[36], se ha podido reconstruir una serie desde 1810 hasta 1929, empalmando con el primer censo de El Salvador de 1930. Con esta fuente se reconstruye el periodo no censal usando las estimaciones de población de 1807 y 1821 – a partir de 1810-, y los datos de 1855, 1878, 1882, 1887, 1892 y 1899. También se ha usado el trabajo de Barón Castro para interpolar entre 1900 y 1941, pero  solo hasta 1929, para llegar al censo de 1930. Entre las fuentes que ofrecen otros datos de la población de El Salvador, se encuentran  dos publicaciones con estudios parciales de la población de la sub-región centroamericana: Notes of Central America[37] y Bosquejo Histórico de las Revoluciones de Centro Americanas[38]. El primero es un estudio de geografía física y política de la región y el segundo una historia de la República de Centroamérica tras la independencia. Barón Castro[39] conoce ambas publicaciones, pero no da crédito a sus datos. Otro estudio sobre la sub-región que no se incluye en la nueva serie es el Historical Atlas of Central America[40] pues sus cifras son demasiado elevadas, no pudiendo comprobar el origen de éstas al no conocerse con exactitud la fuente de información. Desde 1950 en adelante, igual que en los otros casos se recurre a la serie de la CEPAL.

Con pocas diferencias respecto a las series precedentes, y con la salvedad que la estimación de Maddison anterior a 1950 se eleva en un 5 por ciento (que compensa la omisión censal empalmando con la serie de la CEPAL) el principal mérito de la nueva serie de población para El Salvador es su larga duración, cubriendo desde 1810 hasta el 2000.


Guatemala

El censo de población de Guatemala de 1964 es la principal fuente para documentar la población censada en 1880, 1893, 1921 y 1940. Con esos datos se ha podido reconstruir la serie que permite empalmar con la de CEPAL[41]. Para elaborar la serie que va desde 1821 a 1879, se usa el dato de 1821 de Barón Castro[42], que a su vez se basa en Marure[43], y la cifra de 1855 que aporta Squire[44] en su “Notes of Central América”.

En este caso, la comparación con la serie de Maddison ofrece grandes diferencias de nivel. En el periodo 1900-1949, por ejemplo, la nueva serie es un 28,4 por ciento mayor en promedio. La diferencia se reduce al 6 por ciento en 1950 y desaparece en 1963.


Haití

De los 20 países que incluye este estudio, Haití es el único caso en el que no se ofrecen nuevos datos respecto a los repertorios precedentes. La presente aportación se ha limitado a aplicar la metodología propia a la información previamente conocida. De esta forma, tras el periodo con datos de la CEPAL (2000-1950), se ha recurrido a la serie anual estimada por Maddison entre 1949 y 1900 y sus cifras para 1820, 1850 y 1870, que sirven para interpolar.

Los cambios se concentran en las diferencias entre la serie que propone Maddison y la CEPAL a partir de 1950: la de la CEPAL un 10 por ciento mayor en promedio, siendo la diferencia más grande en 2000 que en 1950.


Honduras

La serie de población de Honduras arranca en 1821, usando los datos de Barón Castro[45], como se ha hecho con otros países centroamericanos. El dato de 1855 se ha extraído de Squier[46], empalmando con el primer censo de 1881. A partir de este año hay abundantes recuentos censales en Honduras, por lo que se utilizan los de 1881, 1887, 1895, 1905, 1910, 1916, 1926, 1930, 1935, 1940, 1945 y 1950[47]. A diferencia de otros países, aunque se eleva un 8,6 por ciento la serie anterior a 1950 para reducir el efecto de la omisión censal, la nueva serie es menor a la que estima Maddison en un 7,6 por ciento entre 1920 y 1931. Con posterioridad a 1950, la serie de la CEPAL que se ha aceptado en este trabajo, elimina los cambios arbitrarios de tendencia que se observan en la serie de Maddison, sobre todo a fines de 1960 e inicios de 1970.


México

Con los censos mexicanos de 1895, 1900, 1910, 1921, 1930, 1940 y 1950 se ha podido reconstruir el periodo anterior a los datos de la CEPAL (1950-2000). Para antes de 1895, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) oficializa los recuentos de población que se hicieron desde 1820[48]. La nueva serie poco cambia las precedentes, elevando el nivel en torno al 2 por ciento por efecto de la corrección de la omisión censal. Sin embargo, considerando que México es el país con más población de América Latina en el siglo XIX, haber comenzado la serie en 1820 contribuye significativamente al conocimiento del conjunto latinoamericano.


Nicaragua

Para reconstruir la serie de población de Nicaragua anterior a la CEPAL (1950-2000), se ha consultado el VIII Censo de Población de 2005, que informa de los censos de 1906, 1920, 1940 y 1950. El siglo XIX, por su parte, ha tenido que ser abordado en su totalidad con fuentes secundarias, comenzando con el dato que aporta Barón Castro[49] para 1821 y Squier[50] para 1855. Entre 1855 y el censo de 1906, solo se dispone del dato de 1900 aportado por el trabajo de Hall y otros[51]. Otras fuentes para conocer la población de Nicaragua del siglo XX son el Anuario Estadístico de la República de Nicaragua (DGE y C, 1947) y el Resumen Estadístico, 1950-1960 (DGE y C, 1960).

El resultado de la nueva serie cambia la historia de la población de Nicaragua hasta ahora conocida. Con los nuevos datos de población, Nicaragua estaba más poblada de lo que se creía. En el periodo 1900-1949, la nueva serie es un 24,5 por ciento mayor que la de Maddison, alcanzando la mayor diferencia de nivel en 1932 (33,7 por ciento). En el periodo siguiente, desde 1950 a 2003, los datos de la CEPAL son un 11,8 por ciento en promedio mayores que los de Maddison, alcanzando la mayor diferencia en el años 1959, con un 18,2 por ciento. Al final del periodo, de 2004 a 2000, la diferencia de nivel en promedio se mitiga, siendo la serie de la CEPAL solo un 2,9 por ciento mayor que la de Maddison. No obstante, se debe considerar que esta aproximación entre ambas series tiene su origen en la repentina caída de nivel de la serie de Maddison en 2004. El origen de estas diferencias se debe buscar en el alto nivel de omisión censal que se registró en 1950, la mayor de América Latina.


Panamá

Panamá es el país más joven del conjunto de países considerados al haberse segregado de Colombia en 1903. Su historia censal se inicia en 1911 y desde ese año hizo censos cada decenio (1920, 1930, 1940 y 1950), con los que se ha reconstruido el periodo 1911-1950. Los datos han sido consultados en el compendio estadístico “Panamá en cifras” que publicó en 1971 la Dirección de Estadística y Censo. Con el objeto de tener una serie que se iniciara junto con el nacimiento de la República, se ha utilizado el dato de Hall y otros[52], para el año 1900, con el que se reconstruye el periodo 1904-1910[53]. La serie resultante es un 6 por ciento más alta que las anteriores, básicamente por la omisión censal registrada en 1950 y proyectada hacia atrás.


Paraguay

Los Censos de población de 1887 y 1936 publicados en La población de Paraguay[54], han sido la base para elaborar la serie anterior a 1950. Para ir más atrás, se ha recurrido a las cifras que aporta Gabriel Carrasco[55], donde se hace una recopilación y crítica de las cifras que han dado distintos autores sobre el número de habitantes. De Carrasco se obtiene el número de 300.000 habitantes para 1852 y 525.000 para 1865, cifra esta última que coincide con la afirmación de CICRED, en cuanto a que la población no superaba los 600.000 en 1865. Por su parte, Juan Carlos Herken Krauer[56]  da la cifra para 1873 de 221.070 habitantes, la cual ha sido publicada originalmente por Keith Johnson en un informe sobre la situación económica y demográfica tras la guerra, para el cual se desplaza hasta Paraguay y se hace eco de un recuento de población realizado en 1872. Gracias a ello, se puede determinar el gran impacto que tuvo la Guerra de la Triple Alianza (1860-1874) para Paraguay. Los nuevos datos recogen estos cambios y permiten disponer de la serie más larga existente para la historia paraguaya. Empalmada con la serie de población de la CEPAL (1950-2000), se han elevado las series precedentes por efecto de reducir el efecto de la omisión censal calculada.


Perú

Para tener una serie de población de Perú anterior a 1950, se ha aceptado la que publicó el Censo Nacional de Población y Ocupación de 1940 (Dirección General de Estadística, 1944) para el periodo 1836-1940 y se ha extrapolado su tasa de crecimiento hasta 1950. La Dirección Nacional de Estadística hace un exhaustivo estudio sobre la historia censal de Perú, llegando a contrastar sus resultados con el de otros países de América Latina que tenían niveles de crecimiento de la población y la economía similar al peruano. Para empalmar con la serie de la CEPAL, se extrapolan los datos de esa serie hasta 1950, debido a que el censo que debería haberse hecho ese año nunca llegó a realizarse. La calidad de los datos que propone la Dirección General de Estadística, queda reflejada en el hecho que la estimación para 1950 apenas difiere en un 1,29 por ciento con la de la CEPAL; y en que la curva que describe es consistente con lo que se sabe de la población peruana (por ejemplo con la pérdida de población derivada de la Guerra del Pacífico). Ambos factores justifican confiar en el conjunto de la serie que ellos proponen. Otra fuente sobre la población de Perú, que no ha sido incluida en esta investigación, es el documento de trabajo publicado por Seminario y Beltrán[57] en donde se adjunta una serie anual de población entre 1896 y 1995.


República Dominicana

Tras el periodo (2000-1950), en que se usa la serie de la CEPAL, los nuevos datos se fundamentan en el primer censo realizado en 1920, el segundo de 1930 y el tercero de 1950. El siglo que va de 1820 a 1920 se cubre de tres formas diferentes: 1900-1920 con una estimación publicada en el estudio La población de la Republica Dominicana de la Dirección General de Estadística (1945), que originalmente va desde 1900 hasta 1950, pero que se acepta solo entre 1900 y 1920; la cifra de población de 1888 citada por el mismo estudio anterior extraída de José Ramón Abad, “Reseña Geográfica y Estadística de la Republica Dominicana” (1890); y la parte más antigua de la serie que llega hasta 1820, interpolada con la estimación hecha por Barón Castro[58], que cita el censo español de 1819. La serie así compuesta, eleva el nivel de la población de la República Dominicana en un 12,9 por ciento entre 1910 y 1949 (en comparación con la serie de Maddison), que recoge el grado en que se ha estimado la omisión censal en 1950 (13,6 por ciento).


Uruguay

Para tener una serie de población de Uruguay que comience en 1852, se ha comenzado por aceptar la que estima Luís Bértola[59] para 1870-1908 sobre la base de los datos que propone Juan Rial[60]. Este autor tiene datos estimados para 1870, 1880, 1890 y 1900 y el censo de 1908, con los que Bértola interpola linealmente. Para 1908-1936, el mismo autor estima la población total anual con tasas de crecimiento constante entre las estimaciones quinquenales de Pereira y Trajtenberg[61]. A partir de los datos de Bértola, se proyecta hacia adelante y hacia atrás. Hacia adelante, usando el censo uruguayo de 1960 que permite conectar 1936 con 1950; y hacia atrás con los censos de 1860 y 1852, que es el dato más antiguo que se ha podido documentar.


Venezuela

La historia censal de Venezuela ayuda a componer una serie anual entre 1873 y 1950 con ocho censos de población (1873, 1881, 1891, 1920, 1926, 1936, 1941 y 1950),  que están disponibles en la página de Internet de Instituto Nacional de Estadística del país. Con la interpolación de esos datos se llega hasta la serie de la CEPAL (1950-2000). Para ir hacia fechas más tempranas se recurre a las cifras aportadas para los años 1810, 1825, 1840 y 1860 por José Vandellós[62].


América Latina: los veinte países de forma conjunta

Este trabajo ofrece una serie anual de población para América Latina compuesta por 20 países entre 1852 y 2000. Probablemente esta sea la serie anual más larga de la historia latinoamericana disponible. Antes de 1852,  se dispone de 5 países con registros de población que comienzan en 1810 (Argentina, Chile, Cuba, El Salvador y Venezuela) y a la altura de 1820 ya son 15 los países con series de población, completándose el mapa de 20 en 1852.

Las fuentes utilizadas para la reconstrucción de la población para el periodo 1950-2000 han sido las estimaciones de la CEPAL. La razón de escoger esta alternativa frente a la de otros repertorios de datos, es que el organismo de Naciones Unidas pudo corregir la omisión censal existente en los censos. Para antes de 1950, se ha recurrido a los censos de los países (excepto en el caso de Ecuador, cuyo primer censo es de 1950). Por ello el año en que se hizo el primer censo ha condicionado el tratamiento de las series de cada país. Casos excepcionales, por existir estudios específicos que ofrecen garantías de calidad, son los de Argentina, gracias al trabajo de Ferreres[63], el de Perú que dispone de una serie estimada por La Dirección General Estadística (1944), y el de Uruguay, para el que se cuenta con el trabajo de Bértola[64]. Con el objeto de iniciar la serie en la fecha más temprana posible, se ha recurrido finalmente a información no censal aportada por trabajos especializados o fuentes primarias que se interesaron por el recuento de habitantes en la época.

En unas pocas ocasiones se ha optado por no usar series de población disponibles debido a que o no ofrecían garantías de calidad, a partir de lo que se conoce de la historia demográfica de cada país, o porque su empalme con las series anteriores o posteriores era menos verosímil que la opción adoptada.


Conclusiones

La principal contribución de esta investigación consiste en presentar veinte nuevas series anuales de población para otros tantos países  latinoamericanos, incluyendo el periodo anterior a 1950,  que empalmadas con las series de CELADE-CEPAL permiten cubrir la segunda mitad del siglo XIX (desde 1852), todo el siglo XX y hasta el 2000.

La calidad de las series de los veinte países y la del total latinoamericano se sustenta en una metodología transparente, fundada en el conocimiento y crítica de los datos censales y fuentes secundarias, así como la aplicación de técnicas estadísticas que permiten reproducir los cálculos en su totalidad.

Las nuevas series de población obtenidas implican cambios en los niveles y las tendencias, respecto a los repertorios de población precedentes. Estos cambios son perceptibles solo cuando existe la posibilidad de comparar, es decir, fundamentalmente durante la primera mitad del siglo XX y en muy pocos casos desde fines del siglo XIX.

Desde el punto de vista del crecimiento de la población latinoamericana, los resultados muestran una América Latina que crece, en términos demográficos, a un ritmo más alto que otras regiones del mundo entre 1820 y 1973. Migraciones, una mortalidad en retroceso y una relación población recursos naturales que mantenía alto el “techo maltusiano” (con una natalidad elevada), se combinaron para explicar un crecimiento excepcionalmente alto (véase el cuadro 6). América Latina multiplicó su población 26 veces en 180 años, mientras que el Mundo la multiplicaba solo por 6 y Europa Occidental lo hacía por menos de 3.

 

Cuadro 6.
Evolución de la población mundial

 

Europa Occ.

Asia (sin Japón)

América Latina (20)

África

Mundial

Millones de habitantes

1820

133

679

  21*

74

1.042

1870

188

731

39

90

1.272

1913

261

926

82

125

1.791

1950

305

1.299

161

227

2.524

1973

358

2.140

300

390

3.916

2001

392

3.527

518

821

6.149

Tasas de crecimiento en  por ciento

1820/1870

0,8

0,1

1,3

0,4

0,4

1870-1913

0,9

0,6

1,7

0,8

0,8

1913-1950

0,7

0,9

1,8

1,6

0,9

1950-1973

0,6

2,2

2,7

2,4

1,9

1973-2001

0,3

1,8

2,0

2,7

1,6

Nota: * el dato de 1820 se ha extraído de Maddison.
Fuente: América Latina, estimaciones propias; los otros datos de Maddison (2010).

 

En segundo lugar, esta investigación ofrece datos de población anuales para el conjunto latinoamericano desde 1852 y en algunos casos,  desde los albores de la independencia. Las tendencias describen el rápido crecimiento de la población latinoamericana en los dos últimos siglos, en que se pasó de un 2 por ciento a un 8 por ciento de la población mundial. Los resultados de esta investigación pueden sustentar futuras reinterpretaciones de la historia económica de América Latina en el largo plazo.

 

Notas

[1] Boserup, 2006.

[2] Sánchez Albornoz, 1994.

[3] Pérez Brignoli 1989.

[4] Mitchell, 1983,1993, 2003, 2007. 

[5] Maddison, 2010.

[6] Sánchez Albornoz, 1994.

[7]  Como hemos podido ver hasta aquí, los censos tienen una influencia directa en la calidad y en  parte de las falencias presentes en los repertorios, tales como la escasa información para el siglo XIX y la discrepancia entre las series a consecuencia de la omisión censal. No obstante, respecto a esta última, debemos hacer matices, pues las discrepancias también se pueden deber a las técnicas utilizadas en la elaboración de dichas series. De esta forma, por un lado Mitchell recurre a la interpolación geométrica para los periodos intercensales  –sin someter a crítica la información del censo, cualquiera que sea-, y por otro, MOxLAD-SALA, recurren a la aproximación o redondeo de las cifras por 1.000 habitantes a la segunda centena a partir de los datos de Mitchell –redondeo que se hizo elevando las cifras que acababan en 5 o más a la decena superior y reduciendo las que estaban por debajo de 5-. Técnicas que más allá del debate respecto a su mayor o menor grado de “cientificidad” y rigurosidad, generan una interferencia insoslayable.

[8]  Los métodos de evaluación son de dos tipos. La evaluación directa consiste principalmente en volver a empadronar, a lo menos una parte de la población, haciéndolo de forma tal que pueda obtenerse una medida del número de personas que fueron omitidas en el recuento censal o incluidas erróneamente en el mismo, lo que se conoce como las encuestas post empadronamiento. Se realiza en los lugares donde ha habido omisión o duplicado de población o también volviendo a censar a una muestra representativa con el objetivo de determinar los grados de omisión. Otro tipo es la evaluación indirecta,  que recurre a medios analíticos. Ello implica la comparación de las cifras censales entre sí y con los datos obtenidos de otras fuentes o distribuciones teóricas.

[9] Tacla Chamy, 2006, p.9.

[10] Las estimaciones y proyecciones elaboradas por CELADE-CEPAL están disponibles en http://www.eclac.cl/celade. La validación de esta serie, se hizo tomando en cuenta el riguroso trabajo realizado por la división de población de la CEPAL (CELADE), el cual queda reflejado en la serie de publicaciones periódicas llamada Observatorio Demográfico. En esta fuente inagotable de recursos para el estudio demográfico de la región, podemos encontrar de forma detallada la metodología utilizada para la elaboración de las estimaciones y la corrección de las proyecciones realizadas para el futuro –las últimas correcciones se han hecho sobre los resultados arrojados por los censos realizados en la década de 2010-. El método utilizado para la elaboración de las proyecciones corresponde al Método de los Componentes -Fecundidad, Mortalidad y Migración-, lo que requiere una etapa previa, que es la determinación de una población total base, determinada y corregida con las cifras históricas de los censos de población a partir de 1950 en adelante –pues es el año en que se puede encontrar información estadística censal fiable gracias al inicio del programa COTA-.

[11] La tasa inter-censal de crecimiento viene dada por: T = ((Pf /Pi)√(1 / N)) donde T es la tasa de crecimiento anual para el periodo inter-censal que se quiere calcular, Pf y Pi son los totales de población base para dos censos y N es el número de años entre los dos censos.

[12] Es imposible conocer la omisión censal de cada censo anterior a 1950, aunque sabemos que ésta existe y que es tan heterogénea como la posterior. Nuestra opción de corregir las series anuales con el dato de 1950, por lo tanto, es un sub-óptimo que aceptamos por defecto.

[13] La nueva serie de población se compondrá de tres partes, CEPAL-CI-EFNC. Los periodos estadísticos corresponden al periodo que se inaugura con la realización del primer censo de población, el cual comienza en distintos años en cada país, así como también el periodo pre-estadístico que corresponde al periodo anterior a la realización del primer censo de población.

[14] Excepcionalmente, Argentina asume la serie aportada por Ferreres, Uruguay la der Luís Bértola de forma parcial y en el caso de Perú, una serie de población publicada en el censo nacional de población y ocupación de 1940, la cual aceptamos elevando retrospectivamente un 1,18% a partir de 1949, en este caso le hemos dado el nombre de Estimación de Fuente no Censal Oficial (EFNCO).

[15] Pese a que la omisión censal es un obstáculo que debemos considerar, no es el único, pues la metodología empleada para la estimación genera otras interferencias. Nos referimos a la interpolación, la que al incrementar la población de forma homogénea año a año, nos hará perder los movimientos que pueda presentar la población de un país, lo que notaremos sobre todo en los países que reciben gran número de inmigrantes entre las décadas finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, como es el caso de Uruguay, Brasil, Argentina, Cuba y Venezuela, pese a que el impacto que genera la inmigración en masa se recoge en las fuentes seleccionadas, al interpolar de forma lineal, este impacto –que se puede manifestar como una subida o bajada repentina-, se reparte homogéneamente en el periodo inter-censal, pues se interpola cada año por la tasa de crecimiento del periodo inter-censal respectivo. Lo mismo ocurrirá para el caso de pérdida de población a causa de una hambruna, epidemia o guerra, esto más propio del siglo XIX.

[16] Collver, 1965.

[17] Bulmer-Thomas, 1997.

[18] Ferreres, 2010.

[19]La metodología usada para esta estimación, como el propio autor lo señala, fue la interpolación de los datos censales que entrega el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la República Argentina (INDEC) en “La población argentina” (1975), en el periodo 1810-1949. El siguiente periodo 1950-1990 corresponde a la fuente “Estimaciones y proyecciones de la población total del país” (1995). Para  el periodo 1991-2004, efectuó una interpolación entre los datos censales publicados por INDEC en los censos 1991 y 2001.

[20] Dalence, 1851.

[21] En el “Anuario Estatístico do Brasil” de 1961, se publicó una estimación de población total anual entre 1851 y 1960, sin embargo, hemos preferido seguir con nuestra metodología de rastreo de censos oficiales realizados para la elaboración de nuestra serie.

[22] IBGE, 1990.

[23] En el 2003, el INE en colaboración con CEPAL publicaron “Chile: proyecciones y estimaciones de población. Total país 1950-2050” (año 2003), que recoge la información entregada por el censo de 2002. Otro recurso disponible sobre la población chilena, que fue desestimado para la elaboración de esta serie, pero que sin embargo es indispensable mencionar, es el estudio publicado en forma de documento de trabajo de Braun, J. et al. Economía Chilena 1810 - 1995: Estadísticas históricas. In: Documentos de Trabajo - PUC. 2000, 187. Este consiste en una completa recopilación estadística de los indicadores económicos de Chile, donde se dedica un capítulo a los Recursos Humanos, en donde se publica una serie de población total para el país, que parte en 1810 y continua interrumpidamente hasta 1995.

[24] Lo que actualmente conocemos como Colombia, nace como unidad territorial al interior de la Gran Colombia (1818-1831), que se componía de tres unidades administrativas y territoriales coloniales: la Capitanía General de Venezuela, El Virreinato de Nueva Granada (Cundinamarca) y Ecuador. A su vez, estas unidades territoriales se dividían en divisiones administrativas, el caso que aquí nos compete, es el de Cundinamarca, pues durante todo el siglo XIX mantiene bajo distintas agrupaciones políticas el territorio que hoy corresponde a los estados de Colombia y Panamá. Así es como Cundinamarca por medio de la ley de 25 de junio de 1824 se divide en 5 departamentos administrativos, Bocayá, Cauca, Cundinamarca, Istmo (Panamá) y Magdalena, esta será el conjunto de divisiones administrativas que entendamos por Colombia durante el siglo XIX. Por otro lado prescindiremos de las divisiones de Venezuela y Ecuador entre 1819 y 1831 –que es el periodo que dura la Gran Colombia- pues sus contingentes de población son abordados de forma independiente en esta investigación, no así, con el caso de Panamá que hasta 1905 formó parte de las distintas formaciones políticas de las que forma parte Cundinamarca o Colombia, bajo la denominación de departamento del “Itsmo”. A diferencia de autores como Tovar, H. La lenta ruptura con el pasado colonial (1810-1850). En: Ocampo Gaviria, J.A. Historia económica colombiana. Bogotá, Colombia: Fedesarrollo, 1994. Este autor resta el departamento del Istmo, para referirse a la población que tenía el territorio que actualmente comprende la República de Colombia, en el siglo XIX, o como Jorge Orlando Melo en la segunda mitad del siglo XIX, -los que restan a los censos este departamento- nosotros comprenderemos el territorio colombiano para el siglo XIX como las cinco divisiones administrativas de Cundimarca de 1824.

[25] Mitchell, 2007.

[26] Ocampo, 1994.

[27] Roca y Ramírez, 2010.

[28] Entre las fuentes que nos hablan de la población de Costa Rica pero que no han sido consideradas para la elaboración de esta serie tenemos la estimación de la población total anual entre 1927 y 1950 en el estudio realizado por Jiménez, R.J. Causas comprobadas y causas posibles de la diferencia numérica entre el censo de población de 1950 y la estimación a esa fecha: Ajuste de la población en el período intercensal de 1927 a 1950. San José, Costa Rica: Dirección General de Estadísticas y Censos, 1951. Gómez Barrantes, M. Estimaciones de población para Costa Rica en el período 1950-78 por sexo: grupos de edades y bonas urbana y rural. San José, Costa Rica: Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1967. También nos ofrece una estimación total anual para el periodo 1950. Por otro lado para el siglo XIX se encuentra la publicación hecha por Squier, E.G. Notes of Central America. New York, USA: Harper & brothers, 1855.

[29]  Thiel, 1900.

[30] Santamaria, 2000.

[31] Santamaria, 2004.

[32]  Barón Castro, 1945.

[33] Wolf, 1892.

[34]  Dirección General de Estadística, Ecuador, 1944.

[35] Wolf, 1892; Paz y Miño, 1942.

[36] Barón Castro, 1945.

[37] Squier, 1855.

[38]  Marure, 1878.

[39] Barón Castro,1945.

[40] Hall et all, 2003.

[41] Estos datos se pueden consultar en el Centro Centroamericano de Población.

[42] Barón Castro, 1945.

[43] Marure, 1878.

[44] Squier, 1855.

[45]Barón Castro, 1945.

[46] Squier, 1855.

[47] Existen otras fuentes que nos informan sobre la población que no fueron incluidas en esta serie, como la guía de viajes Lemus Recinos, M., Bourgeois, H.G. Breve noticia sobre Honduras: datos geográficos, estadísticos e informaciones prácticas. Tegucigalpa, Honduras: Tipografía nacional, 1897. Otra fuente disponible es el Compendio Estadístico de 1966, publicado por la Dirección General de Estadísticas y Censos y que contiene una estimación y proyección de los totales anuales de población entre 1950 y 1970. También el Banco Central de Honduras publicó en diciembre de 1958 un informe sobre Aspectos Demográficos y Económicos-sociales de la población de Honduras, donde se entrega una estimación de la población entre 1931 y 1950. Además existe el trabajo de Hall, Pérez Brignoli, Cotter, Historical Atlas of Central America.

[48] INEGI, 2000.

[49] Barón Castro, 1945.

[50] Squier, 1855.

[51] Hall et all, 2003.

[52] Hall et all, 2003.

[53] Hay datos de la población de Panamá durante el siglo XIX en los censos colombianos, que incluyen Panamá como el departamento del Istmo

[54] CICRED, 1974.

[55] Carrasco, 1905.

[56] Herken Krauer, 1984.

[57] Seminario y Beltrán, 1998.

[58] Barón Castro, 1945.

[59] Bértola, 1998.

[60] Rial, 1980.

[61] Pereira y Trajtenberg, 1966.

[62] Vandellos, 1938.

[63] Ferreres, 2010.

[64] Bértola, 1998.

 

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© Copyright César Yáñez, Rodrigo Rivero, Marc Badia-Miró y Anna Carreras-Marín, 2014.
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Ficha bibliográfica:

YÁÑEZ, César; Rodrigo RIVERO; Marc BADIA-MIRÓ; Anna CARRERAS-MARÍN. Nuevas series anuales de población de América Latina desde el siglo XIX hasta el 2000. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 20 de marzo de 2014, vol. XVIII, nº 471. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-471.htm>. ISSN: 1138-9788.

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