Joaquim Prats
Catedrático de la Universidad de Barcelona

 

Admirado Sr. Director:

En los días pasados, he leído en los periódicos que el informe de la Real Academia reproduce unas supuestas palabras mías que ratifican las tesis que defiende el mencionado escrito. Tengo que reconocer que, hasta el día de hoy, he dudado que la prensa fuera fiel a la realidad, ya que no recordaba haber escrito las palabras entrecomilladas en ninguno de mis artículos sobre el tema. Hoy he tenido en mis manos el texto original de la Real Academia y mi incredulidad se ha convertido en estupefacción al comprobar que se me atribuyen palabras que yo no he escrito, y que no comparto en el contexto en que están reproducidas.

Lo que más me sorprende es que, habiendo publicado sobre el tema en diversas revistas de carácter científico, los autores del informe reproduzcan una cita de autoridad sacada de la prensa y, en este caso, no de una entrevista, sino de un reportaje de un periódico en que se citaban palabras de varios historiadores. Como Ud. bien sabe, todo documento académico, con aspiración de rigor, debe basarse en citas con identificación de autoría, y deben ser extraídas de publicaciones que garanticen un mínimo de seriedad científica. Ustedes no han cumplido esta norma, y han cometido el error de utilizar palabras de una periodista, atribuidas a mi persona, que no forman parte de ninguno de mis escritos.

Reconozca que no es serio -ni habitual- en un informe como el que se puede esperar de la digna institución que Ud. dirige que se produzcan estas frivolidades.

Tengo que decirle que, independientemente de su voluntad, me he sentido manipulado e instrumentalizado, lo que no deja de ser muy desagradable, al tiempo que inconveniente para mi prestigio profesional. Por ello, le ruego que supriman del informe la cita en que se me hace referencia y me brindo para enviarle escritos propios y matizados sobre la posición que defiendo en tan embarazoso tema.

Aprovecho esta carta para manifestarle que los trabajos sobre los libros de texto de historia que se están realizado en el departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la UB, del que soy director, no coinciden en absoluto con lo que dictamina su informe. O nosotros o ustedes debemos estar equivocados, o quizá es que vivimos en países distintos.

Respetuosamente

Dr. Joaquín Prats

Catedrático de Didáctica de las Ciencias Sociales

Universidad de Barcelona