Mercedes Pimiento

Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, Córdoba.

23.11.2020_14.01.2021


El Programa de Investigación y Producción del C3A consiste en una estancia de seis semanas en la que un comisario o comisaria invita a seis artistas transdisciplinares a desarrollar un proyecto, pudiendo hacer uso de los recursos e instalaciones propias del centro.

Como parte de mi investigación en curso, he desarrollado el proyecto ‘Poros técnicos’, un proyecto site-specific en el que he profundizado en algunos de mis campos de interés, como las relaciones materiales que se establecen entre cuerpo y arquitectura en el espacio urbano contemporáneo,  mediante el estudio de caso del edificio del C3A.

En este proyecto tomo como punto de partida el edificio de Nieto y Sobejano, entendiéndolo como un organismo poroso, en el que las infraestructuras se insertan siguiendo un patrón homogéneo que recorre toda una serie de espacios huecos que rodean los espacios interiores del mismo —suelos, techos y pasillos ténicos—. A estas infraestructuras se accede a través de los poros técnicos, una serie de perforaciones distribuidas de manera isótropa a lo largo de todas las superficies del edificio.

Este tipo de planteamiento infraestructural, así como el hecho de que el plano del edificio siga un patrón geométrico autosimilar, combinatorio y sin jerarquías espaciales, enlaza con una serie de investigaciones e intereses vinculados con una cierta tradición de utopías arquitectónicas, como las desarrolladas en los años 70 por los estudios Archigram, Archizoom o Superstudio, que más tarde serían de gran influencia en la arquitectura y la crítica arquitetónica de los 90 y posteriores, en autores como Rem Koolhaas o Martin Pawley.

A partir del estudio de la estructura del edificio y de sus materiales—principalmente hormigón, acero y vidrio—, he desarrollado una instalación que consiste en un sistema modular de conductos que atraviesa sus poros, generando un circuito continuo que pretende hacer visible y corpóreo su diseño infraestructural. Además, como parte de este sistema aparecen también una serie de piezas que, a partir de los propios materiales del edificio, proponen otras formas de relaciones entre cuerpo y arquitectura a través del sonido y la voz.

A nivel acústico, el C3A es una estructura muy estanca, ya que sus superficies están compuestas por materiales muy rígidos, densos y lisos y, por lo tanto, muy poco absorbentes de sonido. Como parte de la intervención he desarrollado una serie de piezas —membranas y resonadores— producidas en cemento y con unas propiedades acústicas concretas, que emergen de las superficies del edificios a modo de órganos sensibles al sonido, planteando así alternativas a los modos en que cuerpo y arquitectura se afectan y se dejan afectar.

En primer lugar, las membranas son superficies de cemento y fibra de vidrio delgadas y curvas, como pieles arrancadas del muro, que actúan como superficies difusoras interponiéndose en las ondas estacionarias que se generan en los espacios interiores. En segundo lugar, los resonadores —basados en los resonadores de Helmholtz— son un tipo de absorbente acústico que consiste en una cavidad hueca que se abre mediante un cuello estrecho. Dependiendo de sus dimensiones, los resonadores vibran y absorben una determinada frecuencia de sonido, que disipan en forma de energía térmica. En este caso, cada uno de los resonadores de cemento está diseñado para absorber una frecuencia concreta dentro del espectro de la voz humana, funcionando a modo de protuberancias del edificio que vibran y se dejan afectar por la voz.

Los resultados de la estancia de investigación y producción se han formalizado en la exposición colectiva ‘Vivir-juntos. Una puesta en común de las distancias’, comisariada por Jesús Alcaide, que puede visitarse del 14 de enero al 4 de abril 2021 en el C3A.