El Centro Comunitario Oliver es fruto de la historia del barrio y de su fuerza vecinal. El edificio fue construido en el año 2006 por el ayuntamiento de Zaragoza a partir de una reivindicación vecinal: la creación de espacios para la implementación de dinámicas comunitarias que partieran de las necesidades reales detectadas en un barrio con un porcentaje elevado de familias en riesgo de exclusión social.

Foto: Centro Comunitario Oliver.
Desde el inicio del proyecto ha habido una estrecha colaboración con el gobierno local a través de Zaragoza Vivienda (Ayuntamiento de Zaragoza) que contactó con la AAVV para diseñar conjuntamente el contenido del proyecto que debía acoger el Centro Comunitario. De este modo se juntan estos tres actores, Zaragoza Vivienda, la AAVV y Fundación Adunare, para realizar un primer esquema abierto del proyecto.
El Centro alberga dos programas diferenciados: en las plantas superiores se construyen 40 apartamentos para personas en situaciones de alta vulnerabilidad, que dependen de la derivación desde Zaragoza Vivienda. La planta baja del edificio acoge el reivindicado Centro Comunitario Oliver para los vecinos y vecinas del barrio y dinamizado por la Fundación Adunare. Estos dos proyectos se conectan en algunos aspectos: las personas usuarias de las viviendas tuteladas se benefician de los servicios del Centro Comunitario, por ejemplo, el comedor comunitario o algunos de los talleres que se ofrecen, como club de lectura, aula de cine, danza inclusiva, etc. Además, el equipo gestor del Centro Comunitario se coordina con servicios sociales para realizar el seguimiento conjunto de algunos de los beneficiarios de las viviendas.

Foto: Centro Comunitario Oliver.
El proyecto parte de la colaboración público-privada. Como se ha mencionado el edificio es público, el proyecto de las viviendas tuteladas se rige directamente desde la administración local pero la gestión del proyecto del Centro Comunitario es privada en régimen de concurso público.
El equipo del centro se organiza mediante reuniones semanales. En estas, se planean y resuelven propuestas y decisiones diarias. A principios de año, el mismo equipo prepara un Plan Anual en el que se marcan unos objetivos, retos y/o mejoras para el año que entramos. En este plan se marcan algunos objetivos que surgen de las decisiones tomadas en la Dirección de la Fundación Adunare y su Patronato. Se mantienen contacto permanente con el equipo directivo de la Fundación Adunare y también con los organismos implicados de la administración local.
Las actividades se diseñan y planifican en función de las demandas que se captan en el Centro y en el barrio, se ofrecen servicios de atención a las necesidades básicas y personales (comedor y duchas), y de formación y participación (actividades culturales, socioeducativas, de salud y deporte, medioambientales y actividades de animación comunitaria y participación en el barrio).
En el 2015 el Centro comunitario Oliver atendió a 374 personas en sus diferentes actividades de intervención comunitaria.