Descubiertos nuevos insectos emparentados con los piojos en el ámbar cretáceo de la península ibérica

Imagen: Sergio Álvarez Parra

Un estudio publicado recientemente en la revista científica Papers in Palaeontology proporciona nueva información sobre el registro fósil en ámbar cretáceo de los psocópteros, un grupo de insectos emparentado con los piojos. En el trabajo se describen nuevos ejemplares de especies ya conocidas, además de la primera ninfa de psocóptero del ámbar de España y una nueva especie. Todo esto proporciona datos claves sobre la evolución y la diversidad de este grupo de insectos durante el Cretáceo. Entre los autores del trabajo se encuentran Sergio Álvarez Parra y Xavier Delclòs, miembros del Departamento de Dinámica de la Tierra y el Océano (Facultad de Ciencias de la Tierra) y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona. Además, colaboran Enrique Peñalver, investigador del Instituto Geológico y Minero de España, y André Nel, experto en insectos fósiles del Muséum national de Histoire naturelle de París.

 

 

Los psocópteros, conocidos comúnmente como piojos de las cortezas o piojos de los libros, son insectos hemimetábolos de unos pocos milímetros que incluyen más de 5.000 especies conocidas y que se alimentan de materia orgánica en descomposición, por lo que cumplen un papel importante en los ecosistemas como recicladores de la materia orgánica. Se consideran cosmopolitas, puesto que viven en hábitats de casi todo el mundo, principalmente en tierra de bosques, cortezas de los árboles, rocas, cuevas, nidos de pájaros y mamíferos, e incluso en zonas domésticas. A veces, algunas especies se pueden considerar plagas al alimentarse de comida almacenada. A partir de estudios filogenéticos se ha inferido que los psocópteros están relacionados con los piojos, insectos parásitos obligados, y ambos forman el grupo Psocodea. El registro fósil de este grupo es bastante diverso, principalmente del Cretáceo. Anteriormente se estudiaron algunos ejemplares en ámbar de Peñacerrada (Burgos), pero posteriormente el estudio de los psocópteros en ámbar de España se detuvo durante dos décadas.

 

En el artículo recientemente publicado se reanuda el estudio de los psocópteros en ámbar de la península ibérica. Se han descrito 18 ejemplares de 5 yacimientos de ámbar, todos ellos del Albiense (Cretácico Inferior). Entre los resultados se presentan nuevos ejemplares de las especies Archaeatropos alavensis y Preempheria antiqua, lo que muestra que ambas estuvieron ampliamente distribuidas por el norte y este de la isla de Iberia durante el Cretáceo. El estudio de la primera ninfa de psocóptero conocida del ámbar de España ha permitido asignarla a la familia extinta Archaeatropidae, por lo que se han podido obtener nuevos datos sobre la ontogenia de este grupo. Por último, se describe la nueva especie Libanoglaris hespericus del ámbar del yacimiento de Ariño. Este hallazgo es de interés, ya que anteriormente se conocían dos especies del mismo género en ámbar barremiense de Líbano, muy alejado espacial y temporalmente de los ejemplares de Ariño.

 

 

El estudio ha proporcionado información sobre la preservación, la sistemática, la paleoecología y la paleobiogeografía de los psocópteros cretáceos. Se ha detectado un posible sesgo en cuanto a la preservación de psocópteros en ámbar y en yacimientos de compresión, que podría relacionarse con el ambiente donde vivían estos insectos. Curiosamente, la diversidad relativa de especies de cada uno de los tres subordenes de psocópteros era la inversa en el Cretáceo en comparación con la actualidad. Hoy en día, el grupo de psocopteros más diverso es el del suborden Psocomorpha, mientras que el menos diverso es Trogiomorpha. A partir del registro en ámbar se ha descubierto que los psocópteros del suborden Trogiomorpha fueron los más diversos durante el período Cretácico, y en cambio los del suborden Psocomorpha eran muy escasos, ya que están representados únicamente por unas pocas especies. Esta diferencia podría deberse al diferente paleoambiente durante el Cretáceo respecto a la actualidad, que quizá favoreció la diversidad de los trogiomorfos. Es posible que los psocomorfos se diversificaran más tarde durante el Cenozoico y relegaran a los trogiomorfos a ambientes marginales, donde se encuentran principalmente hoy en día.

 

Este trabajo forma parte de la Tesis Doctoral de Sergio Álvarez Parra, financiada por la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalidad de Cataluña y el Fondo Social Europeo. Es una contribución del proyecto CGL2017-84419 (Ministerio de Ciencia e Innovación) y el acuerdo de colaboración entre la Universidad de Barcelona y El Soplao S.L.

 

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