Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación. Más información

Aceptar
Volver
01-10-2020

Los marcadores genéticos adaptativos ayudan a determinar el origen y la dispersión de especies invasoras

La región occidental de la península ibérica podría ser determinante en el origen de la población ancestral de la Drosophila subobscura, una especie invasora ampliamente distribuida por diferentes latitudes. Esta conclusión se desprende de una investigación basada en el estudio de marcadores genéticos adaptativos, publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B y dirigida por Marta Pascual, experta de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.

 

El trabajo avala el uso de marcadores genéticos adaptativos combinado con la modelización del nicho ambiental (genetically informed environmental niche modelling) como metodología científica que ayuda a determinar las posibles zonas de origen de especies colonizadoras. Además, este tipo de indicadores también podrían ser útiles para definir áreas aún no colonizadas y de potencial interés para las especies invasoras. En el estudio también participan expertos de la Universidad de Oporto (Portugal) y de la Universidad de Washington y la Fundación Nacional para la Ciencia (Estados Unidos), entre otros.

 

Drosophila subobscura: de la cuenca mediterránea al continente americano

 

El trabajo corrobora la hipótesis que señala la cuenca mediterránea como la zona de origen de los individuos colonizadores de D. subobscura, una especie nativa de la región paleártica que colonizó rápidamente el continente americano a finales de los 70, en el siglo XX. Como en el caso de otras especies invasoras, probablemente fue un ambiente antrópico (transporte de mercancías, etc.) lo que facilitó su dispersión.

 

Según los expertos, durante el proceso de colonización de la D. subobscura, en América del Norte y del Sur se produjo un efecto de cuello de botella muy significativo, y los dos hemisferios se colonizaron de forma secuencial. El trabajo constata la gran influencia del origen y la composición genética de los individuos fundadores en la dispersión de la especie. En comparación con otros trabajos previos de modelización de la distribución potencial de las especies, este modelo de estudio tiene en cuenta la existencia de adaptaciones locales que pueden permitir una mayor adaptación a ciertas condiciones ambientales.

 

«Los datos genéticos han permitido determinar que las inversiones cromosómicas de la especie son adaptativas —en concreto, a ambientes fríos y cálidos—, y sus frecuencias varían rápidamente en función del ambiente», explica Pascual, profesora del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la UB.

 

«Todo este conocimiento —continúa— ha sido determinante para diseñar distintos modelos y evaluar cómo se comportan para predecir la distribución biogeográfica de las especies».

 

La distribución actual en el continente americano no se explicaría completamente si el origen de los colonizadores fuera el norte de Europa, mientras que si fueran del sur, se explicaría mejor, apuntan los autores. Así pues, el modelo que predice mejor la región colonizada por D. subobscura es el que se basa en las poblaciones con una elevada frecuencia de inversiones cromosómicas cálidas.

 

Además de inferir posibles zonas de origen de los colonizadores, los modelos de distribución de especies combinados con marcadores genéticos adaptativos pueden contribuir a identificar futuros escenarios de introducción y expansión de una especie invasora.

 

«Si los colonizadores proceden de una zona determinada, podemos predecir cuál puede ser la distribución potencial de la especie. Si vienen de zonas con ambientes distintos, el potencial de dispersión puede ser muy potente. Con este conocimiento, se podrían tomar medidas para evitar la llegada de especies invasoras a determinadas regiones del mundo. Una vez han colonizado un ambiente, es muy difícil erradicarlas», concluye la investigadora.

 

 

Artículo de referencia:

 

Sillero, N.; Huey, R. B.; Gilchrist, G.; Rissler, L.; Pascual, M. «Distribution modelling of an introduced species: do adaptive genetic markers affect potential range?». Proceedings of the Royal Society B, 2020, setembre de 2020. Doi: http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2020.1791

Fuente:ComunicaciónUB