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26-10-2018

Vegetación más robusta en la tundra, incentivada por el cambio climático

El bioma de la tundra ártica y alpina se caracteriza por la dominancia que tienen las hierbas graminoides y los subarbustos, todos de pequeño tamaño. Las limitaciones climáticas y de fertilidad de aquellos ambientes mantienen la producción primaria en unos niveles muy bajos, comparables a los de zonas desérticas o semidesérticas. Pero como estas limitaciones actúan de manera aún más acusada sobre los procesos de descomposición de la materia orgánica, los suelos de la tundra acumulan cantidades ingentes de carbono orgánico, que podrían llegar al 50% de los stocks del carbono de todos los suelos del mundo.

El calentamiento del clima, que en las tres últimas décadas ha sido de alrededor de 1 °C en verano y 1,5  C en invierno en la zona ártica, está incentivando la mineralización de este carbono orgánico, con la consiguiente liberación de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, se sabe que también promueve cambios en la cubierta vegetal de la tundra, como es el incremento de pequeñas matas frente a las gramíneas.

Un reciente estudio publicado en la revista Nature (https://www.nature.com/articles/s41586-018-0563-7), en el que han colaborado cerca de 130 investigadores, entre ellosel Dr. Josep Maria Ninot y la Dra. Alba Anadon del Institut de Recerca de la Biodiversitat de la Universitat de Barcelona,  y que está liderado por científicos del Centro de Investigación de Biodiversidad y del Clima de Senckenberg (Alemania) y de la Universidad de Edimburgo, analiza estos cambios en la estructura de la vegetación. Se basa en el conjunto de datos más exhaustivo hasta el momento sobre plantas de la tundra, recopilando información de casi 120 localidades, en su mayoría de las regiones árticas pero también de montañas alpinas, como los Alpes y los Pirineos. La base de datos correspondiente, Tundra Trait Team (https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/geb.12821), es fruto de una iniciativa colaborativa abierta a otros estudios. El trabajo cuenta con la participación de Josep M. Ninot y Alba Anadon Rosell, miembros del Institut de Recerca de la Biodiversitat (IRBio) y del departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales, de la Universidad de Barcelona.

En el estudio, la vegetación se analiza en base a cinco rasgos funcionales, como son la altura de las plantas o la concentración de nitrógeno de las hojas, de unas 450 especies de tundra, que resulta en un total de más de 56.000 registros. La variación en estos rasgos se observa tanto en la repetición de su medida en una misma localidad después de 30 años, así como comparando observaciones de la misma especie a lo largo de un gradiente de temperaturas en el espacio.

El cambio más nítido observado es un aumento global en la altura de las comunidades de plantas típicas de la tundra en las últimas tres décadas. Este incremento se debe en parte a que las plantas dominantes se hacen más altas, pero también a que especies de porte más robusto, antes restringidas a ambientes particulares, entran a formar parte de la comunidad de tundra. En cuanto a otros rasgos, la respuesta es más variable, y tiende a ser más acusada en las variantes húmedas de la tundra que en las variantes limitadas por el agua. Según Anne Bjorkman, primera firmante del artículo, "Si las plantas más altas continúan expandiéndose al ritmo actual, la altura de la vegetación podría aumentar entre el 20% y el 60% hacia finales de siglo".

El incremento en el porte de la vegetación podría acelerar la retracción del permafrost, y por tanto la liberación de gases de efecto invernadero, ya que las plantas más altas retienen más nieve, aislando el suelo y evitando que se congele rápidamente y profundamente en invierno. "Aunque todavía hay muchas incertidumbres, las plantas de tundra más altas podrían alimentar el cambio climático, tanto en el Ártico como en el resto del planeta", concluye Bjorkman.

 

Fotos:

Tundra arbustiva en Abisko, Suecia (fotografía, Alba Anadon-Rosell)

Salix arctica en Zackenberg, Groenlandia (fotografía, Josep M. Ninot)