MR HYDE

El célebre doble del desdichado Dr. Jekyll, en la afamadísima novelita de Robert Louis Stevenson, es el paradigma ejemplar de lo siniestro.

(Mira bien, presta atención a lo que digo. De te fabula narratur.)

La falta del Dr. Jekyll no está en poseer un doble, ni siquiera está en serlo, sino en mantenerlo oculto y, al mismo tiempo, darse a él. Es el error fatal de todos aquellos que guardan un lado oscuro, inconfesable, abominable u horrendo. A fin de cuentas resultan igual de siniestros que Mr. Hyde

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