APUNTE SOBRE MOZART

Cada ocasión tiene su color y su música, su coordenada y su momento mágico

 IMG_0023

(Nos acechan los momentos y los personajes mágicos.)

y desde ella se traza la sinuosa o alargada senda que lleva hasta un punto de reencuentro. Unas veces quien te conduce es un graffitto sobre una pared anónima, otras veces es un objeto que te sale al encuentro en un paseo, la frase que escuchas en el autobús o la memoria que te asalta inadvertidamente (“Ah, era éso…”).

Hoy ha sido Mozart (y mira que no eres mozartiano) quien te devuelve a la beatitud. La sonata se desenvuelve como una aclaración pese a que no dice nada, no representa –ninguna música lo hace–, pero te explica. Las notas suenan como las palabras que hubieras querido escuchar y que, por desgracia, no te han llegado.

Pero tienes la beatitud como recompensa. Ya es algo.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.