ESTRUCTURA NEURONAL – ESTRUCTURA SUBJETIVA

n una entrevista que le hicieron el 22 de diciembre del 2005, a propósito de cumplir cien años, Rita Levi-Montalcini destaca la influencia que tiene la mente –o el espíritu, como diría Bergson– sobre la actividad cerebral. Levi explica su teoría de la plasticidad neuronal o plasticidad sináptica, propiedad que emerge de la naturaleza y funcionamiento de las neuronas cuando éstas establecen comunicación, y que modula la percepción de los estímulos con el medio, tanto los que entran como los que salen. Aunque a lo largo de la vida muchas neuronas mueren, las restantes se reorganizan para mantener la misma función; pero, añade Levi: ¡conviene estimularlas! ¿Cómo hacerlo? –nos preguntamos–. ¿Cómo prevenir una muerte progresiva neuronal?

Levi sostiene que tienen gran importancia las experiencias vividas, guiadas por el deseo y el compromiso que éste implica. La movilización que estas experiencias provocan repercute en el conjunto de la estructura.

Podemos trasladar esta concepción de la estructura neuronal a la estructura subjetiva que, evidentemente, incluye otros registros. En efecto, si la estructura de la subjetividad puede ser definida, según Lacan, como un conjunto de elementos o registros anudados entre sí de tal modo que la modificación de uno de esos elementos afecta a la estructura en su totalidad, cabe la posibilidad de que la modificación de uno movilice al resto.

Toda una apuesta a vivir desde una posición deseante y de compromiso de un sujeto que habita en un cuerpo. Además de un cuerpo como testimonio del don de la vida, tenemos que construir un lugar de sujeto, donde nuestra voz se dejará oír para articular cuerpo y deseo, deseo del sujeto en su relación con el Otro.

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