LUZ (III)

Un proverbio chino citado por Roland Barthes en sus Fragmentos de un discurso amoroso señala que “el lugar más sombrío está siempre bajo la lámpara”.

Pienso en la sentencia del pantocrator de la iglesia románica de Sant Climent de Taüll: Ego sum lux mundi. Si Dios es la luz del mundo: ¿no podemos conocerlo? O bien, ¿es Él quién no puede conocerse a sí mismo?

Parece que se hace objeto en cada uno de los hombres que lo piensan; así pues, una posible respuesta a la pregunta por el hombre podría ser: El ser humano, es el psicoanalista de Dios.

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