LA VERDAD

Al final de ese extraño artefacto que es la (mal llamada) novela Las cosas, Georges Perec pone una cita de Marx sin referencia precisa, a modo de epílogo:

El medio forma parte de verdad, tanto como el resultado. Es preciso que la busca de la verdad sea a su vez verdadera; la busca verdadera es la verdad desplegada, cuyos miembros dispersos se reúnen en el resultado.

Por su contenido y argumentación, la cita debe de proceder –es mi conjetura, pero no la he comprobado– de los textos juveniles de Marx, quizá venga de los llamados Manuscritos económico-filosóficos; es decir, de la pluma del joven Marx hegeliano, estudiante en Berlín. Apostaría a que no es posterior a La ideología alemana. Sus pautas son evidentes: afirma que el método de un proceso y el proceso son lo mismo, de tal modo que la verdad del uno hace verdadero al otro en una unidad de sentido que se realiza en el resultado y, por tanto, se muestra como una especie de revelación. Guy Debord la reformularía así, en relación con su “sociedad del espectáculo”:

El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto

Lo cual da una idea del enorme potencial explicativo que contiene el hegelianismo y de lo mucho de proteico que tiene el sistema hegeliano.

Pero la frase de Marx también se lee como un imperativo moral, que él extiende a todos los que se proponen llevar adelante alguna empresa intelectual o –si se prefiere llamarla así– espiritual: la obligación de ser auténticos. Lo deja muy claro: si buscas la verdad es preciso que verdaderamente la busques.

Quizá por eso yo nunca he conseguido escribir ficción: nunca he encontrado la manera de llegar a la verdad –y de ser auténtico– a través de una mentira.

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