LA LEY DEL HOMBRE

La mitología hindú describe a Áryuna, el “guerrero excepcional” de los Pándava, como un príncipe bello, elocuente y piadoso. Estas características necesarias para la configuración de la etopeya del héroe se suman a un exagerado sentido del deber. Áryuna, que significa “hecho de plata”, en el Mahábharata aparece como protagonista de un episodio paradigmático que ejemplifica esta última marca. Los cinco hermanos Pándava (Yudistira, Bhimá, Áryuna, Nakula y Sajá Deva) compartían una mujer, Draupadi, por lo que debían establecer un pacto:

cuando [ella] esté en posesión de uno, los otros no sólo deberían evitar todo pensamiento de ella, sino ser cuidadosos en no entrometerse en la intimidad de la pareja. (Mahábharata, Kairós, 2006: 72)

El castigo por incumplir la norma: doce años de exilio. La ley remite a los antiguos demonios Sunda y Upasunda, invencibles hermanos luchadores, que se destruyen mutuamente tras raptar a la diosa Tilottama y enamorarse de ella.

Más allá de las húmedas implicaciones psicoanalíticas que supone compartir a la misma mujer entre hermanos, lo que aquí nos ocupa es el carácter de Árjuna. Él se vio en el dilema de interrumpir a su hermano mayor, Yudistira, mientras yacía con Draupadi o dejar desprotegido a uno de sus vasallos (obligación que le pertenecía por su posición de príncipe). Viola la intimidad de Yudistira y Draupadi al entrar en la habitación para recoger sus armas y defender a su súbdito y, tras vencer en la batalla, se impone los doce años de exilio, a pesar de ser perdonado por su hermano y la mujer. Acata las leyes y sus consecuencias.

Entonces, pienso en ese momento en el postulado kantiano sobre el deber: “obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza” (Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Encuentro, 2003: 57). Y me satisfago de hasta qué punto está en la naturaleza de Árjuna este imperativo.

El imperio de la ley y su obediencia se asimila a una visión adecuada (correcta) del hombre. El héroe es la prefiguración del hombre. Es dibujarlo tal y como querríamos vernos, donde naturaleza y conducta moral se unen. El hombre se mira con tamaño de héroe para dignificar su paso por el mundo. Ellos son la única vía posible. Así concluyo: Árjuna, ecce homo.

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