MENTIRAS

La mentira es la proposición de un imposible efectivo, un caso improbable realizado, pero es preciso que previamente la hayamos aceptado como verdad. El problema de la mentira, su daño o su ofensa, pues, no lo plantea la proposición mentirosa, que suele ser trivial y en ocasiones muy sencilla –cuando mucho, una contradicción que se desliza de forma embozada en una conversación–, sino esa contumacia con que los humanos nos vinculamos a la verdad, que nos lleva a condenar todo lo que no se le parezca. Si mentir fuera una convención establecida, una cualidad integral del lenguaje, como Nietzsche sostiene que es, es probable que hubiera menos faltas y heridas y menos traiciones irredimibles.

Ya. Pero no habría literatura.

(Oh, esa humana voluntad de poner las cosas, lo que sea, de otro modo.)

¿Por qué no aceptar que mentir es algo consustancial a las palabras si la semántica de lo verdadero demuestra que lo es (Tarski)? Consideremos este “poema” de Anne Carson, que habla de mentiras y de un mentiroso patológico.

TANGO VII

All myth is an enriched pattern,
a two-faced proposition,
allowing its operator to say one thing and mean another, to lead a double life.
Hence the notion found early in ancient thought that all poets are liars.
And from the true lies of poetry
trickled out a question.

What really connects words and things?

Not much, decided my husband
and proceeded to use language
in the way that Homer says the gods do.
All human words are known to the gods but have for them entirely other meanings
alongside our meanings.
Gods flip the switch at will.

My husband lied about everything.

Money, meetings, mistresses,
the birthplace of his parents,
the store where he bought shirts, the spelling of his own name.
He lied when it was not necessary to lie.
He lied when it wasn’t even convenient.
He lied when he knew they knew he was lying.

He lied when it broke their hearts.

My heart. Her heart. I often wonder what happened to her.

The first one.

Lo traduzco:

Todo mito es construcción enriquecida,
una proposición de doble faz
que permite al operador decir una cosa y significar otra y llevar una doble vida.
De ahí que, desde un comienzo, todos los poetas son mentirosos para el pensamiento antiguo.
De las mentiras verdaderas de la poesía,
brota una pregunta.

¿Qué es lo que realmente conecta a las palabras con las cosas?

No mucho, decidió mi marido
y a continuación usó el lenguaje
como dice Homero que hacen los dioses.
Los dioses conocen todas las palabras de los hombres, pero para ellos tienen un sentido totalmente distinto del nuestro.
Los dioses les dan la vuelta a voluntad.

Mi marido mentía acerca de todo.

Dinero, reuniones, amantes,
el lugar de nacimiento de sus padres,
la tienda donde compraba las camisas, las letras de su nombre propio.
Mentía cuando no era necesario mentir.
Mentía cuando no le convenía.
Mentía aun cuando sabía que los demás sabían que estaba mintiendo.

Mentía cuando les rompía el corazón.

Mi corazón. El de ella. A menudo me pregunto qué habrá sido de ella.

La primera.

Carson lo tituló “Tango” seguramente porque contiene un desengaño acompañado de reproche; y describe una herida que no se puede restañar, de una esposa traicionada por un marido falaz. Pero también es una recursiva exculpación: oh, era tan mentiroso, mentía como un dios, y así de veleidoso y de inocente, tanto que no le importaba ponerse en evidencia delante a los demás. Mentía incluso contra sí mismo. Me mentía a mí y también a la otra. De ahí esa extraña solidaridad final entre mujeres, sellada por la mentira.

Pero la trama dramática del “poema” no es más que lo que tiene de tango. La cuestión de fondo es que una mentira, tan dolosa y cruel como puede ser, es siempre una deriva imprevisible de las palabras. El “poema” lo muestra in actu: la autora se convierte en cómplice de su marido mentiroso y, por fin, solidaria con la amante rival, que también ha sido una víctima.

Y abre además una alternativa hermenéutica: ¿para qué ocuparse de una cosa o situación que, en el fondo, está hecha solo de palabras y no es más que un accidente de la semántica?