Victoria González, detective y su ayudante Jesús. Tiene un antro que funciona como despacho en la calle Joaquín Costa, un pasado duro de niña de suburbio y está embarazada (el “precio” que paga por descubrir la verdad es la pérdida de su hija). Es interesante la construcción de la “antiembarazada”: agresiva, bebedora, violenta, que habla a su hija como si fuera adulta (p. 103).