Un sicario drogadicto, Genaro, es contratado por Adela Sánchez de Andrade, hija problemática de un rico ginecólogo, para que mate al pederasta que ordenó torturar, violar y matar a sus dos hijas de 3 y 4 años.
La custodia le había sido retirada y las niñas fueron raptadas en casa de su madre adoptiva (una ecológica vegetariana, cargada de tópicos y buenismo, personaje caricaturesco). Al mismo tiempo Victoria González recibe 30.000 euros y un encargo anónimo (de Adela): “¿quiénes son los culpables de todo esto, en un sentido amplio?”.
Victoria conseguirá seguir el hilo de la trama y de la sensación de culpabilidad de Adela, pero en el tiroteo final entre Genaro y la gente del Croata, Victoria resulta herida y sufre un aborto.
FALLARÁS, Cristina (2011). Las niñas perdidas. Barcelona: Roca Editorial, ISBN: 978-84-9918-264-3.
Novela
Tortura sádica, violación y estrangulamiento. Una muerte escabrosa, en al que el cuerpo es cosificado y humillado.
Toda la novela es una reflexión durísima sobre la violencia, especialmente sobre las formas de violencia ejercidas sobre la mujer y sobre la infancia. Ver pp. 88-89. La violencia es la trama y también el espíritu de la novela, reflejo de una sociedad impregnada de ella. Violencia de Victoria contra los animales: cuando está en extrema tensión busca un animal al que matar en una escala entre pez-hámster-gato-perro. Varias situaciones conflictivas de relación madre-hija.
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Una red de pornografía infantil, dirigida por “el Croata”