1. introducciÓn
3.1 Utillatge laboratori
3.2 Diccionari Utillatge
3.3 Muntatge a reflux
3.4 Plaques calefactores
3.5 Obtenció de gasos
3.6 Bec Bunsen
3.7 Manipulació tubs d’assaig
3.8 Mesura de volums
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Esta publicación tiene como objetivo dar a conocer cuáles son las operaciones más comunes en el laboratorio así como sus posibilidades y, en algunos casos, las nuevas tendencias en el modo de trabajar. Paralelamente, será muy importante la adquisición, por parte del alumnado, de buenos hábitos de trabajo en el laboratorio de manera que se utilicen como pauta para poder desarrollar correctamente los experimentos prácticos que se le exigirán en cursos superiores.

Las personas que trabajen en el laboratorio deben utilizar material muy diverso, diseñado cada uno para una función específica y poder alcanzar un objetivo concreto.  El progreso de la técnica estos últimos años ha hecho que en los laboratorios existan nuevos recursos que hacen el trabajo del químico más fácil y rápido. No obstante, la utilización de material clásico como son las balanzas, embudos, probetas, pipetas, etc., es imprescindible tanto en la síntesis de productos químicos como durante la preparación de la muestra para introducirla en un aparato.

Así pues, el primer objetivo será el conocimiento de este material, sus nombres y la aplicación o aplicaciones que tienen diferentes versiones de un mismo utillaje según el tipo de trabajo que se deba realizar. Una vez conocido el material de laboratorio el siguiente objetivo será ver como se utiliza este material en lo que podríamos denominar operaciones básicas de laboratorio. En esta fase, el alumnado debe aprender la manera correcta de trabajar y conocer los problemas que pueden surgir en la manipulación de los diferentes aparatos, así como su mantenimiento.

Las principales operaciones básicas de laboratorio que trataremos se recogen en la siguiente lista: 

 

 

Consideraremos que si el alumnado aprende correctamente estas operaciones básicas estará preparado para el desarrollo de manera provechosa de las prácticas de las materias que se le impartirán posteriormente y que, lógicamente, presentarán un mayor grado de dificultad.

Otro punto que se pretende abordar es el que se relaciona con la seguridad en el laboratorio. Es evidente que en cualquier laboratorio químico se trabaja con sustancias que son peligrosas para la seguridad personal y de los demás. De la experiencia del profesorado que ha impartido las prácticas de laboratorio se desprende que siempre hay, como mínimo, un accidente (o incidente) en cualquier grupo de prácticas, especialmente en los primeros cursos. Así pues, se debe enseñar y mentalizar al alumnado sobre estos peligros y cuál es la manera de evitarlos. Como ejemplo, es necesario destacar la prohibición estricta que los alumnos y los profesores estén en el laboratorio sin gafas de seguridad. Se debe hacer incidencia en el conocimiento del nivel de peligrosidad de las substancias químicas más comunes y de la manera de actuar rápidamente en caso de accidente. No obstante, no solo la peligrosidad en el laboratorio deriva de la existencia de productos químicos tóxicos. El trabajo de laboratorio comporta intrínsecamente la manipulación de aparatos y material diversos, fríos y calientes. Uno de los materiales más comunes en el laboratorio es el vidrio. Se trata de un material duro pero frágil, y se debe conocer su comportamiento, tanto en frío como en caliente, con la finalidad de conservarlo y de que no se rompa. La conservación y el cuidado del material de vidrio es muy importante ya que, en caso contrario, se puede romper y, además de razones económicas, puede provocar cortes y se puede verter su contenido, lo que es muy peligroso por los daños que puede causar.

Otra faceta acerca de la seguridad en el laboratorio en la que se debe incidir es en la existencia de material a alta temperatura. La manipulación de mecheros Bunsen, agitadores con calentamiento o mantas calefactoras comporta un riesgo de quemaduras muy grande, que deben ser tratadas de inmediato ya que, en caso contrario, provocan ampollas en la piel muy molestas y que tardan muchos días en curarse. De todo lo que se ha mencionado anteriormente se deriva la necesidad de dar unos conocimientos básicos de primeros auxilios en el laboratorio, que se tienen que exponer en forma de normas concretas y de actuación rápida.

En la página web del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se encuentra información referida a la NTP 464: Prevención del riesgo en el laboratorio químico: operaciones básicas.

Otro de los aspectos en el que la docencia de la química tiene que ser más crítica es en el tratamiento de residuos que se obtienen de toda reacción química, y se debe ser consciente de la responsabilidad en este tema. Lo más correcto es crear un hábito, desde el primer día sobre qué se puede tirar, cómo y dónde.

El último objetivo importante que se pretende abordar es el que el alumnado adquiera el hábito de recoger en una libreta todas las actividades realizadas en el laboratorio. Este hábito es muy importante porque es el único modo de recoger todos y cada uno de los pasos que se han seguido, las cantidades utilizadas, las incidencias y cualquier hecho que se haya observado fuera de lo previsto. El diario de laboratorio es fundamental, tanto en un trabajo de investigación, como en uno que se centre en trabajos rutinarios. Es el único lugar donde encontraremos los datos que a posteriori podremos estudiar en caso de que los resultados no sean los esperados. A partir de estos datos podremos reproducir el trabajo hecho o lograr averiguar dónde se ha producido un error.

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