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La hipótesis dopaminérgica señala
que la esquizofrenia se debe a una alteración de los
circuitos dopaminérgicos que unen el mesencéfalo con
diversas áreas corticales (temporal, prefrontal y
límbica) provocando un exceso de actividad
dopaminérgica.
El mecanismo de acción de los
neurolépticos apoya la hipótesis dopaminérgica, en
relación con los factores etiológicos y
patofisiológicos de la esquizofrenia, dado que los
neurolépticos ejercen su efecto bloqueando los
receptores postsinápticos de la dopamina. La idea de que
los neurolépticos actúan de esta manera fue sugerida
por la observación de algunos de sus efectos
secundarios, similares a los síntomas de la enfermedad
de Parkinson, en la que se produce una destrucción de
células que contienen dopamina en determinada áreas
cerebrales.
La hipótesis dopaminérgica es, sin
embargo, insuficiente para explicar la etiología y
patofisiología de la esquizofrenia, ya que los
neurolépticos son eficaces en relación con los
síntomas positivos, pero no tanto con los negativos.
Además, algunos antipsicóticos atípicos, como la
clozapina, carecen de efectos extrapiramidales, y su
mecanismo de acción no está relacionado con la dopamina
sino con la acetilcolina (Obiols, J.E. y Obiols, J.;
1989).
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