Metódica de la psicopatología básica
 

 

 

Son finalidades compartidas por las diferentes disciplinas científicas describir y explicar sus respectivos objetos de estudio. En el caso de la psicopatología, la descripción incluye dar cuenta de las manifestaciones clínicas de los trastornos mentales, y la explicación se refiere a proponer mecanismos que los determinan. Es por ello que tanto los métodos correlacionales como los experimentales tienen cabida en el trabajo de investigación psicopatológica. Por otro lado, todas las ciencias avanzan elaborando modelos cada vez más aproximados a su objeto de estudio, o a diferentes aspectos de su comportamiento. En psicopatología, como en las demás disciplinas científicas, son utilizados modelos con diferentes niveles de abstracción, desde modelos animales hasta modelos matemáticos. Ello hace que los sujetos utilizados en la investigación puedan ser personas, animales, o unidades abstractas de simulación.

La parte descriptiva de la psicopatología ha utilizado grupos, pero también se ha basado de manera importante en estudios de casos. Muchas veces esos estudios han adolecido de una falta de rigor que ha llevado a cuestionar las conclusiones elaboradas a partir de ellos, pero tales ejemplos no invalidan otras investigaciones también basadas en el análisis de casos individuales que se han realizado con las garantías que proporciona la observación sistemática. También se han basado en sujetos individuales las investigaciones experimentales que utilizan diseños de caso único.

La característica esencial del método experimental es la manipulación activa de variables, pero la naturaleza del objeto de estudio de la psicopatología hace que sea difícil o éticamente impracticable esa manipulación; es por eso que ha proliferado la utilización de métodos cuasi-experimentales. Con ellos se puede investigar la conducta anormal en situaciones de laboratorio, aunque ésta no es producida artificialmente por el experimentador sino seleccionada a través de la utilización de pacientes o de personas normales que muestran valores altos en alguna variable psicopatológica. No obstante, la metodología estrictamente experimental también es aplicada habitualmente a la investigación psicopatológica, induciendo en animales o en personas normales un estado equivalente a algún síntoma o trastorno psicopatológico. Los problemas de equilibrio entre validez interna y validez externa, presentes en cualquier estudio, son también aplicables a estas investigaciones. La metodología estrictamente experimental permite formular los mecanismos de la conducta anormal con un extraordinario grado de seguridad, pero en las situaciones naturales la determinación de los fenómenos suele ser multivariada por lo que las generalizaciones realizadas a partir de estudios experimentales deben ser siempre cautelosas.

assignme.gif (635 bytes) Información complementaria: Advances in Quasi-Experimental Design

La complejidad del objeto de estudio de la psicopatología hace que los modelos bivariados de causalidad resulten poco apropiados, es por ello que han proliferado últimamente los modelos de causalidad multivariada. Se han establecido modelos de causalidad multivariada para múltiples trastornos mentales, entre los que se encuentran los siguientes (Haynes, 1995):

A pesar de su mayor validez, en este tipo de modelos la naturaleza probabilística de las relaciones que se establecen entre las variables consideradas se hace más evidente que en los modelos bivariados, debido a la imprecisión de las medidas asociadas con cada variable y a fuentes idiosincrásicas de error (Haynes, 1995).

Hay que distinguir entre relaciones causales multivariadas y mecanismos causales (medios a través de los cuales se producen los efectos causales). Diferentes variables causales pueden ejercer su efecto a través de un mismo mecanismo; en los modelos de abuso infantil, por ejemplo, si se postula como mecanismo causal el estrés socio-ambiental, cualquier acontecimiento estresante para los padres (conflictos maritales, pérdida de trabajo, etc.) podría funcionar como una variable causal (Ammerman, 1990; Hillson y Kuiper, 1994). También es posible que un trastorno dado sea función de múltiples mecanismos; por ejemplo, la reducción de las inhibiciones para emitir una conducta socialmente desaprobada puede ser uno de los distintos mecanismos causales del abuso infantil (Haynes, 1995). Una tercera posibilidad es que una variable cause un trastorno a través de múltiples mecanismos; por ejemplo, el estrés crónico puede tener consecuencias negativas sobre el funcionamiento del sistema inmunitario a través de diferentes mecanismos: abuso de drogas, cambios en la dieta, reducción del nivel de linfocitos, etc. Mecanismos causales múltiples explican también las diferencias individuales en las respuestas a una misma variable causal, como puede ser un acontecimiento estresante (Haynes, 1995)

Implícita o explícitamente, cuando se inicia un estudio el investigador se plantea tres cuestiones relativas al: 1.- propósito de la investigación, 2.- tipo de sujetos disponibles, 3.- grado de control de variables que puede alcanzarse (Chorot, Pérez-Llantada y Sandín, 1995). Y de la integración de las respuestas a esas tres cuestiones surge el diseño concreto del estudio que podrá ser experimental, clínico o epidemiológico (Bootzin, Acocella y Alloy, 1993; Öhman, 1981).

El objetivo más habitual de un estudio experimental en psicopatología es establecer la causa o etiología de un trastorno o de un síntoma o conjunto de síntomas, incluyendo el mecanismo en virtud del cual tal causa determina tal efecto. El control experimental es máximo, por lo que sólo se emplean sujetos seleccionados al azar, es decir, no pueden emplearse sujetos clínicos (pacientes diagnosticados) o subclínicos (sujetos normales con valores altos en alguna variable psicopatológica). El objetivo de un estudio experimental en psicopatología es la explicación etiológica, pero eso no quiere decir que para alcanzar el objetivo de la explicación etiológica sólo puedan utilizarse diseños estrictamente experimentales. En ocasiones eso resultará imposible, debiendo recurrir a diseños cuasi-experimentales o correlacionales. Bajo determinadas condiciones, el hallazgo de una correlación entre dos variables puede ser suficiente para aceptar con un grado de seguridad admisible que entre ellas existe una relación de causa-efecto.

Si el objetivo de un estudio experimental es la explicación etiológica, el de los estudios clínicos es describir un trastorno o establecer una clasificación. En consecuencia, los sujetos más utilizados son pacientes diagnosticados, pero también puede recurrirse a sujetos subclínicos. El nivel de control de variables es diverso, dado que se pueden emplear diseños muy diferentes: correlacionales, cuasi-experimentales, de caso único y estudios de casos. Los diseños cuasi-experimentales y de caso único serán los de mayor control de variables, en los correlacionales y de observación de casos, en cambio, no hay manipulación activa de variables.

El objetivo más frecuente de un estudio epidemiológico es describir una población respecto a la distribución de una variable determinada (por ejemplo, un trastorno mental). En consecuencia, los sujetos a estudiar habrán de constituir una muestra representativa de esa población. El diseño más habitual en el que se sustentan los estudios epidemiológicos es de tipo correlacional, aunque existe la posibilidad de emplear diseños cuasi-experimentales, de aprovechar "experimentos naturales" o sucesos como catástrofes, acontecimientos, etc.

references.gif (810 bytes)Bibliografía específica recomendada para este tema references.gif (810 bytes)Manuales