6. Las actitudes ambientales 3.Teoría

La teoría de la acción razonada (Fishbein y Ajzen, 1975)

De entre los modelos teóricos de expectativa-valor más conocidos destacan las aportaciones de Fishbein y Ajzen. Es el caso de la teoría de la acción razonada, posteriormente ampliada con la teoría de la acción planeada. En estas teorías se argumenta como se produce la famosa relación entre las actitudes y la conducta. Los casos en que se ha podido comprobar esta relación obedecen a un premisa fundamental: la de considerar actitudes y conducta en el mismo nivel de especificidad. Por ejemplo, la conducta de compra de bombillas de bajo consumo tiene similar nivel de especificidad que la actitud ante el consumo energético doméstico, en cambio la actitud hacia el ambiente es más general, por lo que, al no estar en el mismo nivel de especificidad que la conducta anterior, sería un mal predictor de ésta. 

GRÁFICO

Desde este punto de vista, las creencias son las relaciones establecidas entre el objeto de actitud y sus atributos (expectativa), las cuales sumadas a la valoración de dichos atributos (valor) conforman el denominado componente actitudinal. Por ejemplo, ¿cuan probable es que aumente la contaminación por ir en coche? (expectativa) y ¿qué importancia tiene que aumente la contaminación? (valor). 

El otro componente, el normativo, también posee esta doble dimensión expectativa-valor, por ejemplo, "¿cuánto me rechazaran mis amigos si no separo la basura?" y "¿cuánto me importa la opinión de mis amigos?" que añadido al valor del anterior componente resulta en la intención conductual.

Posteriormente, en la teoría de la acción planeada, Fishbein y Ajzen añadieron un tercer componente a los anteriores: el sentimiento de control percibido de la conducta. 

 

 Volver a 4.6 c                                                                                                                        Ir a 4.6.1