3.5 Introducción al concepto de privacidad

"Paseo por mi ciudad. Un vagabundo duerme en "su" banco (público). Un grupo de jubilados juega a las cartas en "su" mesa habitual de "su" bar. Un músico callejero toca en "su" esquina. Dos enamorados se despiden, como cada día, en "su" portal. Atravieso un barrio dando rodeos; el espacio urbano entre bloques de viviendas está restringido a los vecinos previo franqueo de vallas y guardias de seguridad.

Cojo el metro. Un hombre se parapeta tras un periódico deportivo tratando de no ser visto por una antigua novia que se encuentra —como él, de pie y apretujada— a cuarenta centímetros de distancia. Ella, por su parte, envuelta por el halo sónico que desprende su walk-man y que la aísla del fragor cotidiano, cierra los ojos sin querer ver a nadie.

En un restaurante un cartel en la entrada reza "Reservado el derecho de admisión". Una vez dentro, en una puerta se puede leer "Solo personal", en otra "Privado. No pasar" y en un sector de la barra "Reservado camareros". Tres mesas tienen el letrero de "Reservado" y una cuarta tiene los asientos ocupados por sendos gabanes. Sus propietarios deben estar lavándose las manos. Todo lo demás —el resto de espacio público— está ocupado, así que me voy. Por fin llego a casa. Aquí ya no me molestará nadie. Me desnudo, desconecto el teléfono y me meto en la cama. Mañana será otro día."

Sergi Valera (1999) Espacio privado, espacio público: Dialécticas urbanas y construcción de significados. Revista Tres al Cuarto, 6, pp.22-24

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