6.4.4.Variables espaciales

Dentro del conjunto de variables que inciden en la delimitación del espacio personal, el entorno físico y sus características pueden jugar un papel determinante. En efecto, ciertas disposiciones ambientales pueden “fijar” distancias interpersonales y, por tanto, definir las interacciones sociales.
                
               

Por ejemplo, el mobiliario urbano puede facilitar o inhibir la posibilidad de regular el espacio personal. Frente a bancos o asientos móviles que permiten establecer distintos tipos de distancias interpersonales, el diseño determinista de las sillas fijas marca indefectiblemente una única y posible distancia interpersonal.


En un estudio clásico, Robert Sommer (1974) analizó las sales de espera de aeropuertos estadounidenses, concluyendo que la disposición espacial de los asientos no facilitaba en absoluto la interacción social, sino que más bien generaban aislamiento y necesidad de buscar otros espacios más “sociables”. En definitiva, como veremos en el próximo apartado, eran espacios sociófugos.

Finalmente otros estudios han mostrado que existe una relación inversa entre disponibilidad de espacio y espacio personal: cuanto más se reduce el espacio, más aumenta la necesidad de ampliar la distancia interpersonal. El mismo efecto aparece en relación con la altura del techo.

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