9.5.2. Medidas orientadas a las fuentes del ruido

Si partimos del dato de que casi el 90% de la contaminación acústica proviene del tráfico rodado de nuestras ciudades, se hace evidente que cualquier medida destinada a reducir el volumen de tránsito es, a la vez una medida que actúa sobre la principal fuente de ruido. Sin embargo, la gestión del tráfico es un tema sumamente complejo y difícil de resolver, siendo actualmente uno de los principales retos de los gestores urbanos.

Muchas y variadas son las iniciativas que pueden aplicarse para reducir el tránsito y, por ende, el ruido en la ciudad. Aquí sólo apuntaremos alguna de ellas:

- Restricción de vehículos privados que se incorporan a la ciudad. En Barcelona, por ejemplo, solo un 15% de los vehículos privados que circulan son de vecinos de la propia ciudad. El resto pertenecen a vecinos de otras poblaciones del Área Metropolitana. En Londres, desde hace ya algún tiempo, se ha instalado un peaje para acceder a la ciudad, con resultados, parece, bastante positivos. Los coches de alquiler por horas o la ubicación de aparcamientos en los principales nodos de acceso ferroviario a la ciudad son medidas complementarias. Sin embargo, la frecuencia y eficiencia del transporte público en nuestras grandes ciudades y en su conexión con sus áreas de influencia todavía dista mucho de ser suficientemente correcta como para que pueda erigirse en una verdadera alternativa al transporte privado.

- Promoción de modos de transporte alternativos, especialmente la bicicleta. Esta es una medida sumamente popular por considerarse una alternativa "ecológica" al uso del coche. Aun siendo grande el esfuerzo de algunas ciudades para proporcionar redes de carriles bici adecuadas a las necesidades de la población, muchas son lasvariables que hay que tener en cuenta y que pueden entorpecer su uso generalizado: la densidad del tráfico rodado supone un serio riesgo para el ciclista, la orografía de ciertas ciudades hace sumamente difícil la implantación de carriles bici, la falta de educación vial en relación a la bicicleta de los conductores y la falta de respeto por las normas más elementales de tráfico de los ciclistas acaban generando conflicto entre ambos, cuando no accidentes con graves consecuencias para la parte más débil; por último, parece ilusorio pensar que un gran porcentaje de la población de una ciudad tiene las capacidades físicas y las condiciones diarias necesarias para considerar seriamente la bicicleta como medio de transporte. Sin embargo, ello no obsta a que se pongan las condiciones para que una parte, pequeña pero significativa de la población pueda hacerlo.

- Creación de islas acústicas. La peatonalización de calles o zonas de la ciudad genera superficies considerables de espacio donde los niveles de ruido se sitúan en valores más "saludables". La gestión del tráfico vecinal y de servicios y la posibilidad de que en zonas peatonales se instalen ciertas actividades que pueden ser nuevas fuentes de ruido (comercios, bares, música callejera, etc.) son aspectos que hay que contemplar como posibles "efectos secundarios".

 

- Instalación de pavimento poroso en la calzada. Este pavimento tiene la capacidad de ser fonoabsorvente, es decir, absorbe una parte considerable de la onda acústica que produce el roce del neumático sobre el asfalto, eliminando a la vez las frecuencias más agudas que son las que resultan más molestas para el oído humano. El coste de su instalación y el hecho de que su baja densidad acelere el proceso de degradación del pavimento son dos de sus puntos débiles. Sin embargo, la reducción del sonido alrededor de 5dbA es un importante punto a favor de su uso generalizado.

 

Aquí tenéis un interesante artículo sobre el ruido en las carreteras y las medidas correctoras a aplicar.

 

A pesar de que el tráfico rodado sea el principal causante de contaminación acústica, no debemos olvidar que existen muchas otras fuentes de ruido a las que, progresivamente se van aplicando medidas de carácter minimizador:

  • Uno de los puntos más sensibles de la contaminación acústica es el que corresponde al ruido en el interior de la vivienda. La relevancia psicológica de este espacio la hace particularmente molesta. A pesar de que buena parte del ruido proviene del exterior, lo cierto es que desde hace algún tiempo se ha mejorado un aspecto fundamental: el ruido provocado por aparatos electrodomésticos.

  • Otro entorno en el que cada vez se observa una mayor preocupación por controlar las fuentes de ruido es el entorno laboral. Empieza a ser frecuente la separación de aquellas actividades más nocivas desde el punto de vista acústico (como el trabajo en chapa en una cadena de montaje), así como la incorporación de medidas de protección contra el ruido, como veremos en el siguiente apartado.

 

 

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