Encuentran en Begues la estatuilla prehistórica de cerámica más antigua de la península Ibérica

La figura tiene 6.500 años de antigüedad y se le ha dado el nombre del <i>Encantat de Begues</i>.
La figura tiene 6.500 años de antigüedad y se le ha dado el nombre del Encantat de Begues.
Investigación
(26/10/2012)

En el transcurso de la campaña de excavaciones en la cueva de Can Sadurní (Begues, Barcelona), miembros del Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología de Garraf-Ordal (CIPAG), en colaboración con el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) de la UB, encontraron el pasado verano el tronco, con un brazo completo y el inicio del otro, de una figura humana elaborada en cerámica. Su posición cronoestratigráfica la sitúa como la estatuilla humana más antigua de la prehistoria de Cataluña, concretamente se estima que tiene 6.500 años de antigüedad.

 

La figura tiene 6.500 años de antigüedad y se le ha dado el nombre del <i>Encantat de Begues</i>.
La figura tiene 6.500 años de antigüedad y se le ha dado el nombre del Encantat de Begues.
Investigación
26/10/2012

En el transcurso de la campaña de excavaciones en la cueva de Can Sadurní (Begues, Barcelona), miembros del Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología de Garraf-Ordal (CIPAG), en colaboración con el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) de la UB, encontraron el pasado verano el tronco, con un brazo completo y el inicio del otro, de una figura humana elaborada en cerámica. Su posición cronoestratigráfica la sitúa como la estatuilla humana más antigua de la prehistoria de Cataluña, concretamente se estima que tiene 6.500 años de antigüedad.

 

La figura, que también es la estatuilla de estas características más antigua que se haya dado a conocer hasta ahora en el conjunto de la península Ibérica, es un indicio importante de la relevancia que podría haber tenido Can Sadurní como lugar de encuentro para los habitantes de las áreas más cercanas durante el neolítico. No es el primer hallazgo de este periodo que se ha hecho en la cueva, donde los investigadores del CIPAG excavan desde hace treinta y cuatro años y donde anteriormente también se han identificado las evidencias más antiguas del procesado y consumo de cerveza del continente europeo. Estos hallazgos indican que en Can Sadurní se podían haber celebrado banquetes, en los que se habrían consumido productos raros como por ejemplo la cerveza, del mismo modo que también se habrían podido hacer rituales con un carácter simbólico más marcado. Se trataría de celebraciones cruciales para reunir a grupos dispersos en el territorio y que requerirían de dichos encuentros para asegurar su reproducción económica, ideológica y sexual.

 
La estatuilla corresponde a la fase de ocupación de los inicios del neolítico medio, concretamente el hallazgo se ha producido en la capa 11 (neolítico medio postcardial 1a), en su contacto con la capa 11b (neolítico antiguo postcardial 0). La figura, de la que sólo se ha encontrado, de momento, el tronco, el cuello y el brazo derecho, representa una figura humana probablemente masculina. El fragmento conservado tiene una altura de 8 cm, 1,90 cm de grueso y una anchura que varía según el punto desde el que se mida: 2,5 cm a la altura de la cintura, 4 cm en el pecho (si contamos sólo el brazo conservado), y aproximadamente unos 5,5 cm en el mismo punto, si presuponemos la virtualidad de los dos brazos extendidos. El desarrollo del resto del cuerpo da pie a creer en una estatuilla de entre 16 y 18 cm de altura.
 
A pesar de que a simple vista no se observa con suficiente claridad, cuando se examina la figurilla con luz rasante se pueden observar diferentes líneas que podrían corresponder a grabados para reproducir algunos elementos de la indumentaria. De hecho, este tipo de imágenes solían ir vestidas a la manera humana y no tienen atributos sexuales claros, de modo que generalmente lo único que permite diferenciar el sexo de la estatuilla son los pechos. En el caso del hallazgo en Begues, la ausencia de pechos femeninos lleva a pensar que probablemente se trate de una figura masculina. Esta atribución masculina supone una novedad en la península Ibérica puesto que, en el estado actual de conocimientos, más del 80 % de las representaciones similares mediterráneas y europeas son imágenes femeninas.
 
Es muy clara la existencia de un brazo izquierdo de la estatua por la fractura de desprendimiento que se observa en el lado opuesto. De hecho, es posible que este brazo se pueda recuperar en próximas campañas de la excavación. Los dos brazos están perforados verticalmente, lo cual denota que la posición original que imaginó el artesano era la de una figura suspendida de una cuerda o correa de cuero. Esta cuerda podría servir para colgar la estatuilla del cuello de una persona o de un lugar que lo permitiera en el interior de la cueva o la terraza exterior. La figurilla conserva prácticamente todo el cuello y, al igual que en la mayoría de figurillas de la época con la que se pueden establecer paralelismos, existe la posibilidad de que la cabeza fuera móvil e intercambiable y se colocara ajustándola en el agujero del cuello.
 
Existen casos de cabezas sueltas de figurillas de piedra, terracota o cerámica en los yacimientos de las culturas neolíticas balcánicas y del Mediterráneo occidental. Numerosos investigadores opinan que estas cabezas eran intercambiables y que, además, en muchos casos eran de madera, motivo por el cual no siempre se han encontrado.
 
La observación atenta del tronco permite identificar el pecho y la espalda de la figurilla: la espalda tiene una depresión central vertical que marca la columna vertebral y deja, a ambos lados, los dos hombros, lo que permite identificar el pecho de la figura. La posición de la sección longitudinal del brazo derecho nos indica que los brazos están extendidos en senyal de acogida. Por otra parte, el bajo tronco delantero tiene un ángulo inferior a los 180º entre la cintura y el inicio de las extremidades inferiores que permite prefigurar que la estatuilla estaba o bien sentada, o bien con las piernas flexionadas. Se desconoce cómo debían ir expresadas las piernas. Probablemente, debían acabar en un pie plano, como ocurre en muchas de las figurillas conocidas desde Francia hasta Próximo Oriente, pasando por Italia, los Balcanes y Anatolia. Se espera que durante los próximos trabajos de excavación se pueda documentar algún otro fragmento de la pieza para completar la comprensión de la totalidad de la figurilla.
 
Todos los elementos apuntan a considerar claramente la figurilla como un elemento singular con una fuerte carga simbólica y espiritual. En general, la bibliografía que trata sobre este tipo de imágenes se refiere a ellas como imágenes con atributos divinos. En suma, todas sus características responden a lo que, en prehistoria, podríamos definir como un ídolo. Los investigadores han tenido en cuenta este componente mágico-religioso, y el hecho de que a los habitantes de Begues se les ha dado tradicionalmente el mote de Els Encantats (Los Encantados) para bautizar a la figurilla como el Encantat de Begues.
 
Las excavaciones en Can Sadurní se incluyen en el proyecto La prehistoria al sudeste del Llobregat. De la costa al macizo de Garraf-Ordal, que coordinan el catedrático del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UB Josep Maria Fullola y el prehistoriador y arqueólogo Manuel Edo, presidente de CIPAG. Las excavaciones, dirigidas por los investigadores Manuel Edo y Ferran Antolín, tienen el apoyo del Ayuntamiento de Begues, el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y del Centro de Estudios Beguetanos, así como otras entidades y empresas locales, como por ejemplo las cavas Montau de Sadurní, en cuyos terrenos se sitúan la cueva y la masía de Can Sadurní.