El tesoro que malbarataron los políticos de la Segunda República

Cubierta del libro.
Cubierta del libro.
Cultura
(18/03/2014)

El jueves 20 de marzo, a las 19 h, en la librería La Central del Raval (Elisabets, 6, Barcelona) se presentará el libro El tesoro del «Vita». La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la Guerra Civil (Publicacions i Edicions de la UB, 2014), de Francisco Gracia y Gloria Munilla. Hará la presentación de la obra el catedrático de Historia y director del Instituto Catalán de Investigación en Patrimonio Cultural, Joaquim Nadal, y en el acto intervendrán los autores, Francisco Gracia, catedrático de Prehistoria de la UB y director del Grupo de Investigación en Arqueología Protohistórica (GRAP), y Gloria Munilla, profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).

 

Cubierta del libro.
Cubierta del libro.
Cultura
18/03/2014

El jueves 20 de marzo, a las 19 h, en la librería La Central del Raval (Elisabets, 6, Barcelona) se presentará el libro El tesoro del «Vita». La protección y el expolio del patrimonio histórico-arqueológico durante la Guerra Civil (Publicacions i Edicions de la UB, 2014), de Francisco Gracia y Gloria Munilla. Hará la presentación de la obra el catedrático de Historia y director del Instituto Catalán de Investigación en Patrimonio Cultural, Joaquim Nadal, y en el acto intervendrán los autores, Francisco Gracia, catedrático de Prehistoria de la UB y director del Grupo de Investigación en Arqueología Protohistórica (GRAP), y Gloria Munilla, profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).

 

La investigación exhaustiva —dos años y medio de trabajo en archivos de Madrid, México y Tel Aviv— de los profesores Gracia y Munilla pone al descubierto de modo incontrovertible que el gobierno de la Segunda República utilizó materiales y colecciones que formaban parte del tesoro artístico y arqueológico nacional para constituir un fondo de recursos destinados a financiar al exilio. La conversión de estos materiales y el uso dado a los fondos obtenidos demuestra una densa trama de intereses que se prolonga desde el final de la guerra hasta la transición.

El tesoro del «Vita» es un libro polémico que, lejos de tendencias revisionistas que se afanan en tergiversar la historia de la Segunda República, la Guerra y el franquismo desde presupuestos más ideológicos que historiográficos, realiza una investigación exhaustiva, detallada e incontestable que saca a la luz hechos escondidos durante muchos años por dirigentes republicanos: miserias personales, despilfarro y gestiones opacas de fondos públicos que empezaron justo iniciada la Guerra Civil, en el verano de 1936, y que se fueron prolongando durante todo el franquismo hasta llegar a las elecciones de 1977.

El Vita es actualmente un yate de lujo que puede verse anclado en el puerto de Nápoles; pero en las postrimerías de la Guerra Civil se utilizó para trasladar una ingente cantidad de bienes públicos que los dirigentes republicanos, encabezados por Juan Negrín y Francisco Méndez Aspe sacaron de España y posteriormente enviaron a México. Los profesores Gracia y Munilla también relativizan el supuesto altruismo y desinterés del gobierno mexicano del presidente Lázaro Cárdenas al recibir a los exiliados republicanos españoles, hecho que irritó considerablemente a la oposición conservadora mexicana y a la colonia de residentes españoles, la mayoría de ellos muy favorables a Franco. Cárdenas conocía perfectamente el contenido del Vita y, dada la frágil situación de la economía mexicana, necesitaba su inversión en el país.

Una parte del cargamento del Vita estaba formada por fondos de la Generalitat de Cataluña. El tesoro de guerra del gobierno catalán fue entregado por Lluís Companys y Josep Tarradellas a Negrín, bajo coacciones, poco antes de atravesar la frontera francesa. El inventario detallado de estos materiales demuestra que también se incluyeron piezas del patrimonio y bienes públicos catalanes susceptibles de convertirse rápidamente en recursos económicos, con el objetivo de que sirvieran como reserva monetaria a la Generalitat en el exilio. Gracia y Munilla narran cómo el gobierno de la República presidido por Juan Negrín, enterado de la iniciativa, exigió a la Generalitat la cesión de aquellos fondos a la hora de atravesar la frontera, con la promesa de que les serían devueltos una vez establecidos en París. Promesa que no se cumplió nunca y que causó la ruina financiera de la Generalitat hasta el punto de que el presidente Irla tuvo que disolverla en los años 50 por falta de fondos.

Acabada la Guerra, y con la Segunda Guerra Mundial inminente, las dos grandes figuras republicanas en el exilio, el presidente Negrín y el dirigente del PSOE Indalecio Prieto, separados por profundas diferencias personales e ideológicas, dirigieron sendas asociaciones de ayuda a los refugiados españoles: el SERE (Negrín) y la JARE (Prieto), en buena parte financiadas con recursos propiedad del Estado que habían conseguido sacar del país durante la retirada. Ambos confundieron estos recursos de Estado con recursos de los partidos respectivos, e incluso a menudo confundieron el límite donde acababa el partido mismo y donde empezaba el propio terreno personal. La arbitrariedad fue, pues, el modus operandi en la distribución de estas ayudas, que se otorgaban en función de simpatías ideológicas: los comunistas y los anarquistas no recibieron nada; los fondos únicamente se distribuyeron entre gente de filiación socialista, y aun así según el rango. En definitiva, el caso del tesoro del Vita demuestra el auténtico desatino y falta de escrúpulos con que los restos del gobierno republicano gestionaron patrimonio propiedad del Estado, vendido y derrochado para hacer frente a las necesidades pecuniarias de la élite exiliada.

Capítulo aparte merece la propia historia del barco, que después de luchar en la Guerra Civil, formó parte de la marina norteamericana y luchó en la Segunda Guerra Mundial, para protagonizar en 1947 —rebautizado como SS Bien Hetch y emulando la singladura del Exodus— un viaje épico de seiscientos supervivientes judíos de los campos de concentración alemanes a Palestina. Una vez reconocida la independencia del Estado de Israel, el barco fue incorporado a la recién nacida armada israelí con el nombre de INS Maʼoz K-24 y participó en misiones militares importantes. Cuando la marina lo dio de baja, fue adquirido por una compañía italiana que lo rebautizó con el nombre Santa Maria del Mare y realizó el servicio de transbordador entre Nápoles y la isla de Capri hasta el año 2002. Totalmente remodelado entre los años 2008 y 2009 como yate de lujo, actualmente espera comprador anclado en el puerto de Nápoles.

Estamos ante un estudio exhaustivo, riguroso, escrito con agilidad y destreza, que nos abre a una realidad poco conocida hasta ahora y nos ofrece una nueva mirada sobre nuestra historia reciente, como una sombra que se prolonga todavía hasta nuestros días. Tal como concluye el profesor Gracia: «El caso del Vita es un ejemplo de hasta dónde puede llegar, en primer lugar un gobierno, y posteriormente quienes se arrogan la representación de la legitimidad legal en la utilización y conversión económica del patrimonio histórico-artístico de un Estado en beneficio privado y sin rendir cuentas, un precedente peligroso».